Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...
Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...
Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
282<br />
La Apertura impuesta por la fuerza de los cañones occid<strong>en</strong>tales produjo<br />
humillación fr<strong>en</strong>te a la agresión pero también des<strong>en</strong>canto y frustración por las propias<br />
limitaciones. De esta manera, puede decirse que el siglo XIX <strong>en</strong> China fue un siglo de<br />
transición y a la vez de crisis. La crisis interna socavó la estructura social y la crisis<br />
externa hizo lo propio con la base política, ambas pusieron <strong>en</strong> peligro la propia<br />
<strong>su</strong>perviv<strong>en</strong>cia del estado y de la nación.<br />
La China del siglo XVIII, había gozado de una paz y prosperidad notables al<br />
punto de ser considerado el siglo más espectacular de la edad de oro manchú. Pese al<br />
gran desarrollo agrario, y a que éste se trasladó al ámbito urbano, el crecimi<strong>en</strong>to no<br />
desembocó <strong>en</strong> una r<strong>en</strong>ovación tecnológica o <strong>en</strong> una p<strong>en</strong>etración industrial. El equilibrio<br />
alcanzado a fines del siglo XVIII se convirtió <strong>en</strong> estancami<strong>en</strong>to. Los datos de saturación<br />
económica se multiplicaron <strong>en</strong> la primera mitad del siglo XIX. La población siguió<br />
creci<strong>en</strong>do <strong>en</strong> este período al ritmo de la edad de Oro, sobrepasando los cuatroci<strong>en</strong>tos<br />
millones de habitantes <strong>en</strong> 1850. Esta catástrofe demográfica acabó con la prosperidad y<br />
rompió con la armonía <strong>en</strong>tre población y medios de <strong>su</strong>bsist<strong>en</strong>cia de una manera trágica<br />
(Elvin, 1973).<br />
La desestabilización del campo <strong>en</strong> un Imperio emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te rural instalaron las<br />
p<strong>en</strong>urias de las hambrunas periódicas <strong>en</strong> el medio social chino. La gran masacre de los<br />
desnutridos (1870), remite a la peste negra medieval o a la Guerra de los Treinta Años<br />
<strong>en</strong> Europa para <strong>en</strong>contrar a nivel de contin<strong>en</strong>tes una catástrofe humanitaria similar<br />
(Hisao Kung-Chuan, 1967).<br />
El medio urbano mi<strong>en</strong>tras tanto –durante el siglo XVIII y la primera mitad del<br />
siglo XIX–, logró un desarrollo relativo que le permitió desconectarse del resto del país.<br />
La franja urbana costera integraba un hinterland que también logró sobrevivir ya que<br />
repres<strong>en</strong>tó una parte importante de <strong>su</strong>s mercados y de <strong>su</strong>s c<strong>en</strong>tros de abastecimi<strong>en</strong>to,<br />
convirti<strong>en</strong>do la desestabilización agraria <strong>en</strong> un problema demográfico, g<strong>en</strong>erando un<br />
corte dualista <strong>en</strong> la sociedad que permite comparar a China con los países<br />
<strong>su</strong>bdesarrollados del siglo XX (Bastid, 1979). Así, la exist<strong>en</strong>cia de una franja costera<br />
moderna y de un interior <strong>su</strong>bdesarrollado establecían una contradicción social y política<br />
de base geográfica cuya influ<strong>en</strong>cia se s<strong>en</strong>tiría <strong>en</strong> la Revolución Maoísta y <strong>en</strong> la adopción<br />
de un modelo de revolución agraria-campesina <strong>su</strong>perando al modelo urbano-proletario,<br />
constituy<strong>en</strong>do esta situación una particularidad de la experi<strong>en</strong>cia china.<br />
Con la Rebelión de los Taiping (1853) culminó medio siglo de rebeliones<br />
populares que g<strong>en</strong>eraron un proceso de devolución del poder c<strong>en</strong>tral al interior. Sin<br />
embargo, el poder t<strong>en</strong>dió a escaparse rápidam<strong>en</strong>te de la dinastía al regionalizarse y<br />
militarizarse. El desequilibrio económico estuvo acompañado por el debilitami<strong>en</strong>to del<br />
poder c<strong>en</strong>tral y la desintegración estatal (Bastid, 1979).<br />
La crisis externa a la que China debe <strong>su</strong> apertura y humillación a mediados del<br />
siglo XIX fue la más grave de <strong>su</strong> historia. No se trató <strong>en</strong> esta ocasión de pueblos<br />
bárbaros civilizados a medias, destinados a una interacción cultural rápida como <strong>en</strong> el<br />
caso manchú (1644) o el mongol (1276). En esta ocasión, la am<strong>en</strong>aza prov<strong>en</strong>ía de otra<br />
civilización, la occid<strong>en</strong>tal, que se consideraba <strong>su</strong>perior, con una expansión económica,<br />
política, técnica y militar mayor. Tales difer<strong>en</strong>cias fueron percibidas por los propios<br />
chinos y g<strong>en</strong>eraron una relativización de <strong>su</strong> propia cultura. Sin ser colonia de una