Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...
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c<strong>en</strong>tralización de la economía que se anticipó <strong>en</strong> varios siglos al <strong>su</strong>rgimi<strong>en</strong>to del Estado<br />
absolutista moderno de la Europa del siglo XVII.<br />
Ent<strong>en</strong>der cuáles son los factores sociales, económicos, culturales y políticos que<br />
determinaron que China quedara atrasada respecto a Occid<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la era moderna es<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der las fuerzas <strong>profundas</strong> de una de las civilizaciones más complejas y ricas de la<br />
humanidad.<br />
Debe reconocerse que no es que no hayan existido esfuerzos reformistas y<br />
modernizadores o impulsos a la liberalización política del dominio manchú, sino que<br />
estos fracasaron sistemáticam<strong>en</strong>te.<br />
Ciertam<strong>en</strong>te no puede soslayarse el hecho de que la revolución industrial <strong>en</strong><br />
Europa estuvo acompañada por un fuerte proceso de reforma política que culminó, no<br />
sin retrocesos, <strong>en</strong> el proceso democrático, tal cual como lo conocemos hoy, el cual no<br />
parece observarse <strong>en</strong> China. En China, <strong>en</strong> cambio, ciertos impulsos modernizantes <strong>en</strong><br />
las técnicas no alcanzaron a plasmarse <strong>en</strong> una reforma política, económica y social<br />
profunda g<strong>en</strong>erando un estancami<strong>en</strong>to del cual solo saldría China con una fuerte<br />
explosión política <strong>en</strong>carnada <strong>en</strong> la Revolución Maoísta de mediados del siglo XX.<br />
Probablem<strong>en</strong>te, el estancami<strong>en</strong>to cultural, político y social influyó decisivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el<br />
estancami<strong>en</strong>to económico y el pobre impulso industrialista de los siglos XVIII y XIX<br />
<strong>en</strong> China.<br />
Por otra parte <strong>en</strong> Occid<strong>en</strong>te, revolución industrial y democracia se amalgamaron<br />
con liberalismo económico produci<strong>en</strong>do con distintos grados de viol<strong>en</strong>cia –dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do<br />
del caso estatal del cual se tratase– la <strong>su</strong>peración definitiva del ord<strong>en</strong> feudal europeo.<br />
Hoy parece claro que <strong>en</strong> China existieron condiciones para el desarrollo industrial tales<br />
como el aum<strong>en</strong>to de la población conformando una masa crítica de con<strong>su</strong>midores y<br />
trabajadores, un desarrollo comercial interno importante que permitió vincular a las<br />
regiones internas de un vasto territorio, la disponibilidad de tecnologías, un crecimi<strong>en</strong>to<br />
importante de la producción agrícola –particularm<strong>en</strong>te de alim<strong>en</strong>tos– factores que por sí<br />
solos no alcanzaron para sost<strong>en</strong>er un proceso de desarrollo industrial.<br />
El inmovilismo social, la abundancia de mano de obra ligada a una creci<strong>en</strong>te<br />
economía de <strong>su</strong>bsist<strong>en</strong>cia agrícola, la rigidez cultural derivadas del confusionismo tan<br />
poco proclive a las libertades del mercado, un gobierno de burócratas, una clase<br />
terrat<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te poderosa, una excesiva ruralización de la economía y sociedad china, un<br />
sistema legal flexible y arbitrario que desmotivaba el riesgo empresarial son tan solo<br />
algunos de los factores más relevante que los historiadores de china citan como<br />
determinantes del estancami<strong>en</strong>to.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, las creci<strong>en</strong>tes t<strong>en</strong>siones internas ejemplificadas <strong>en</strong> las <strong>su</strong>cesivas<br />
revueltas campesinas –Rebelión del Loto Blanco <strong>en</strong> 1796, Rebelión Taiping <strong>en</strong> 1851,<br />
Rebelión Nian <strong>en</strong> 1853, Rebelión de los Mu<strong>su</strong>lmanes Chinos <strong>en</strong> 1855 y 1862 y Rebelión<br />
de los bóxers <strong>en</strong> 1899– y los r<strong>en</strong>ovados desafíos <strong>en</strong> las fronteras –Turkestán <strong>en</strong> 1826 y<br />
las Guerras del Opio <strong>en</strong> 1839 y 1842 y las posteriores interv<strong>en</strong>ciones francesas <strong>en</strong> 1883<br />
y la japonesas <strong>en</strong> 1894– fueron minando de manera irreversible la autoridad c<strong>en</strong>tral de<br />
la Dinastía Qing durante los siglos XVIII y XIX conformando un largo proceso de<br />
decad<strong>en</strong>cia imperial. La creci<strong>en</strong>te debilidad imperial producto de esta doble secu<strong>en</strong>cia