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Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...

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En el establishm<strong>en</strong>t político, la idea de lazos especiales <strong>en</strong>tre los eslavos<br />

ori<strong>en</strong>tales cu<strong>en</strong>ta con gran popularidad. En mayo de 1997 Yeltsin apeló a la unidad<br />

eslava para justificar la firma de la carta de unión <strong>su</strong>scripta con Belarus. Más aún, <strong>en</strong> <strong>su</strong><br />

libro Derzhava el líder del partido Comunista Gu<strong>en</strong>nai Ziuganov, incluyó sin equívocos<br />

a ucranianos, y a bielorrusos <strong>en</strong> la nación rusa (Tolz, 1998).<br />

Por cierto las relaciones <strong>en</strong>tre ucranianos y rusos re<strong>su</strong>ltan complejas. En el plano<br />

de los vínculos político-diplomáticos <strong>en</strong>tre ambos estados, éstas han oscilado <strong>en</strong>tre la<br />

compet<strong>en</strong>cia, el conflicto y la cooperación. En la relación <strong>en</strong>tre las sociedades de cada<br />

uno, no ha habido tal variación dado que la población ucraniana se difer<strong>en</strong>cia<br />

tradicionalm<strong>en</strong>te por la exist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la zona oeste de una población nacionalista,<br />

católica y pro-occid<strong>en</strong>tal, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> la zona c<strong>en</strong>tro-<strong>su</strong>r y ori<strong>en</strong>tal predomina una<br />

población más rusificada y con <strong>id<strong>en</strong>tidad</strong>es múltiples. Por lo tanto, el contraste <strong>en</strong>tre la<br />

construcción imaginaria y el esc<strong>en</strong>ario real aparece claram<strong>en</strong>te 9 .<br />

Estas relaciones dep<strong>en</strong>derán de si los sectores nacionalistas se consolidan <strong>en</strong> el<br />

aparato estatal de los distintos países –y <strong>en</strong> ese caso cuál de las variantes del<br />

nacionalismo ruso predominaría– para poder establecer qué tipo de lógica podría<br />

constituirse <strong>en</strong> dominante o perman<strong>en</strong>te. La importancia del Estado para el<br />

nacionalismo, que será retomada más adelante, aparece clara <strong>en</strong> <strong>su</strong> caparazón<br />

protectora (Gellner, 1991: 15-17; Smith, 1976: 251).<br />

Tan importante como definir si otras naciones eslavas constituy<strong>en</strong> el otro, re<strong>su</strong>lta<br />

determinar la relación con las minorías étnicas establecidas <strong>en</strong> Rusia como parte del<br />

nosotros. En esa dirección Tolz remarca lo novedosa de la idea de una nación rusa<br />

cívica (rossiiskaya) cuyos miembros sean todos los ciudadanos de la Federación de<br />

Rusia (rossiianie), sin considerar <strong>su</strong>s oríg<strong>en</strong>es étnicos o culturales (ruskii), unidos por la<br />

lealtad a las nuevas instituciones políticas emerg<strong>en</strong>tes y a la Constitución. En los años<br />

1991 y 1992 el gobierno de Yeltsin impulsó esta <strong>id<strong>en</strong>tidad</strong> cívica y esto se reflejó <strong>en</strong> la<br />

ley de ciudadanía de 1991. Como señala Miller numerosas políticas del Estado pued<strong>en</strong><br />

influ<strong>en</strong>ciar la formación de <strong>id<strong>en</strong>tidad</strong> –nos det<strong>en</strong>dremos particularm<strong>en</strong>te después <strong>en</strong> la<br />

política exterior– pero sin duda la legislación sobre la ciudadanía es crucial. La<br />

categoría ciudadanía es la que marca los límites de la comunidad política, ya que define<br />

qui<strong>en</strong> disfruta de los derechos y se somete a las obligaciones de ser miembro de un<br />

Estado. También es vista como un indicador de la comunidad nacional (Miller, 2002).<br />

La ley de 1991 otorgó la ciudadanía rusa a todos los que <strong>en</strong> aquel mom<strong>en</strong>to habitaban<br />

<strong>en</strong> la Federación sin exig<strong>en</strong>cia de conocimi<strong>en</strong>to del idioma ruso, o de resid<strong>en</strong>cia, ni<br />

ningún tipo de exam<strong>en</strong> sobre la historia, la cultura o las leyes rusas. Además <strong>en</strong> <strong>su</strong><br />

artículo 18 ofreció la ciudadanía rusa a cualquier ciudadano de la ex URSS resid<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

los estados que la integraron, con la única condición que no hayan tomado otra<br />

nacionalidad y exigi<strong>en</strong>do como único requisito el deber de registrarse. Sucesivos<br />

decretos presid<strong>en</strong>ciales ext<strong>en</strong>dieron los plazos para cumplim<strong>en</strong>tar el registro desde el 6<br />

de febrero de 1995 hasta el 6 de febrero de 2000 y se eliminó el requisito del registro<br />

para aquellos ciudadanos de Rusia que hubieran regresado al país. La Constitución de<br />

9 El mismo Solzh<strong>en</strong>itzyn reconoció más tarde la inviabilidad de este agrupami<strong>en</strong>to, al admitir el continuo rechazo del<br />

gobierno ucraniano de apoyar cualquier tipo de organización <strong>su</strong>pranacional con Rusia, <strong>en</strong> el marco de la Comunidad<br />

de Estados Indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes (CEI), que “Ucrania nos rechaza con odio miope” y “que la única formación real que<br />

puede durar es la unión <strong>en</strong>tre Rusia, Belarús y Kazajstán” (<strong>en</strong> “Falta un poder fuerte”, Diario Clarín, Bu<strong>en</strong>os Aires, 4<br />

de abril de 1993, p. 20).

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