Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...
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problemas sociales con las empresas se ha reducido a un tercio de <strong>su</strong> nivel previo. Estas<br />
y otras señales indican que dado el peso de las fuerzas <strong>profundas</strong>, <strong>en</strong> este caso el aval al<br />
rol del Estado <strong>en</strong> relación al Mercado, puede plantearse un proceso de transformación<br />
que asemeje el vínculo de esa dupla con el del capitalismo escandinavo. Se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de que<br />
solo un proceso gradual que opere más adoptando cambios cuyos refer<strong>en</strong>tes se ubiqu<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> el extremo del continum más cercano a las realidades pres<strong>en</strong>tes e históricas de las<br />
sociedades puede lograr afirmarse.<br />
La variante liberal del capitalismo <strong>en</strong>sayada <strong>en</strong> Rusia a principios de los años<br />
nov<strong>en</strong>ta no ha sido exitosa y ha llevado a <strong>su</strong> revisión y desprestigio. Numerosos<br />
analistas e historiadores han remarcado que <strong>su</strong>bsiste <strong>en</strong> la población rusa una especie de<br />
ética del igualitarismo. Como señala Richmond (2003: 36) el igualitarismo debe ser<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido como la cre<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> que las condiciones materiales de vida <strong>en</strong> la sociedad no<br />
deb<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er variaciones muy marcadas <strong>en</strong>tre los individuos y las clases. El igualitarismo<br />
constituye una filosofía social que defi<strong>en</strong>de la equidad <strong>en</strong>tre las personas y una más<br />
equilibrada distribución de los b<strong>en</strong>eficios. Así, la ideología comunista se apoyó <strong>en</strong> una<br />
convicción arraigada <strong>en</strong> las tradiciones de la comunidad rural (mir). De ahí puede<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse el profundo desprecio que la mayor parte de los rusos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> por los<br />
llamados nuevos rusos (novii ruskii) el grupo de hombres de negocios que hizo <strong>su</strong><br />
fortuna a principios de la década de los nov<strong>en</strong>ta. Ese mismo rechazo constituye una de<br />
las razones de apoyo al presid<strong>en</strong>te Putin <strong>en</strong> relación a <strong>su</strong> campaña contra los novii ruskii<br />
“qui<strong>en</strong>es saquearon al Estado y a Rusia”. Otro aspecto de la reflexión <strong>en</strong> relación al<br />
estatismo, es <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido como preemin<strong>en</strong>cia de uno de los otros poderes republicanos<br />
constituidos –el ejecutivo– por sobre el legislativo, el judicial, los poderes de los<br />
miembros de la federación, y también por sobre la sociedad. La conc<strong>en</strong>tración del poder<br />
político <strong>en</strong> Rusia constituye un hecho histórico pero también una fuerza profunda.<br />
Numerosos p<strong>en</strong>sadores y analistas coincid<strong>en</strong> <strong>en</strong> señalar que las características del país<br />
requier<strong>en</strong> un gobierno fuerte. En palabras de Antonov por ejemplo: “régim<strong>en</strong> estricto,<br />
no necesariam<strong>en</strong>te brutal”, “fuerte pero justo”. Los períodos históricos <strong>en</strong> los que la<br />
autoridad estatal prácticam<strong>en</strong>te se desplomó –el más reci<strong>en</strong>te, principios de los nov<strong>en</strong>ta–<br />
son percibidos por los rusos con una <strong>en</strong>orme apreh<strong>en</strong>sión y rechazo. La reconstitución o<br />
establecimi<strong>en</strong>to de la autoridad que evite el caos y el desord<strong>en</strong> re<strong>su</strong>lta una prioridad a la<br />
cual se relegan claram<strong>en</strong>te otras metas.<br />
Como sost<strong>en</strong>ía Bull el ord<strong>en</strong> es el prerrequisito indisp<strong>en</strong>sable para la obt<strong>en</strong>ción<br />
de otros bi<strong>en</strong>es sociales.<br />
A partir de esta consolidada visión para Simon “una especie de<br />
omniresponsabilidad es asignada al Estado: no solo por el bi<strong>en</strong>estar de todos, por la<br />
seguridad social, por la garantía del empleo <strong>su</strong> salud y educación sino también por darle<br />
significado a todo. Existe un difundido deseo de una nueva ideología nacional para ser<br />
implem<strong>en</strong>tada por los órganos del Estado”. Podemos afirmar que <strong>en</strong> esta visión las<br />
fuerzas organizadas interpretarían las demandas <strong>su</strong>rgidas de las fuerzas <strong>profundas</strong>.<br />
Por otro lado, y fortaleci<strong>en</strong>do la idea de la nación rusa como tierra de t<strong>en</strong>siones<br />
irre<strong>su</strong>eltas o de contradicciones, cabe señalar el complejo vínculo del hombre común<br />
ruso con las fuerzas organizadas. Simon (1998: 72) señala que el ruso desconfía<br />
profundam<strong>en</strong>te de las instituciones –gobierno, parlam<strong>en</strong>to, autoridades, policía. Así,<br />
estudios sociológicos de opinión muestran que las instituciones han estado <strong>en</strong> los<br />
niveles más bajo de valoración por muchos años. La evasión impositiva, las coimas, la