Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...
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<strong>su</strong>perioridad del modelo socialista, repitió pautas de conductas misionales bajo formas<br />
seculares que paradójicam<strong>en</strong>te consideraban a la religión el opio de los pueblos.<br />
Richmond (2003: 61) sosti<strong>en</strong>e que el mesianismo está todavía vivo <strong>en</strong> la Rusia<br />
actual, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre los intelectuales, tanto de derecha como de izquierda,<br />
qui<strong>en</strong>es compart<strong>en</strong> la cre<strong>en</strong>cia y el orgullo de Rusia como un gran poder con una<br />
especial misión <strong>en</strong> el mundo.<br />
La idea de <strong>su</strong>perioridad y excepcionalismo que se evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el reclamo de ser<br />
un pueblo elegido ti<strong>en</strong>e <strong>profundas</strong> raíces <strong>en</strong> la cultura religiosa rusa. Desde la Edad<br />
Media la Iglesia Ortodoxa fue la única comunidad religiosa indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, funcionando<br />
bajo una soberanía Ortodoxa más que bajo el gobierno extranjero Otomano como fue el<br />
caso con las otras iglesias ortodoxas. Esto fortaleció a la Iglesia Ortodoxa <strong>en</strong> Rusia y a<br />
<strong>su</strong> reclamo de ser la única portadora de la verdad revelada. Con la incorporación de la<br />
Iglesia <strong>en</strong> las instituciones estatales –las fuerzas organizadas– desde principios del siglo<br />
XVIII una autocompr<strong>en</strong>sión teológica y un mesianismo político crecieron aún más<br />
estrecham<strong>en</strong>te conectados (Simon, 1998: 76).<br />
Ello condujo a la nacionalización de la iglesia rusa y a la consolidación de la<br />
visión de Moscú como la Tercera Roma. Esta, a difer<strong>en</strong>cia de la primera Roma y de la<br />
segunda Constantinopla, no había caído <strong>en</strong> manos de herejes como los bárbaros y los<br />
turcos. En consecu<strong>en</strong>cia, desde la caída de Constantinopla, Moscú a<strong>su</strong>mió el peso y la<br />
gloria de llevar consigo la verdad cristiana autopercibiéndose como un faro de la fe.<br />
Así durante un prolongado período de la historia rusa, el compon<strong>en</strong>te mesiánico<br />
ha t<strong>en</strong>ido cont<strong>en</strong>ido religioso. Sin embargo, Simon (1998: 76) señala que hacia el siglo<br />
XIX los eslavófilos com<strong>en</strong>zaron a desarrollar formas seculares del mesianismo. Así, la<br />
aún jov<strong>en</strong>, <strong>en</strong>érgica y omnicompr<strong>en</strong>siva cultura rusa fue contrastada con la cultura<br />
materialista, corrupta y racionalista de Europa, la cual t<strong>en</strong>dría que volver hacia ori<strong>en</strong>te<br />
para reg<strong>en</strong>erarse.<br />
En el caso ruso la condición de la excepcionalidad se <strong>en</strong>tronca con una barrera<br />
que los rusos impon<strong>en</strong> fr<strong>en</strong>te al no ruso y que consiste <strong>en</strong> <strong>su</strong> pétrea convicción,<br />
experim<strong>en</strong>tada por cualquiera que t<strong>en</strong>ga trato con ellos, acerca de la imposibilidad de<br />
ser compr<strong>en</strong>didos por un no ruso. En palabras de Lourie “Que los rusos elud<strong>en</strong> el poder<br />
ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didos o compr<strong>en</strong>didos –porque son demasiado difer<strong>en</strong>tes, demasiados<br />
profundos o también irracionales– es una imag<strong>en</strong> promovida tanto por los rusos como<br />
por los extranjeros”. Así el autor ofrece ejemplos: Winston Churchill definió a Rusia<br />
“como un acertijo <strong>en</strong>vuelto <strong>en</strong> un misterio, ad<strong>en</strong>tro de un <strong>en</strong>igma”; Fyodor Tyutchev, el<br />
poeta y diplomático eslavófilo del siglo XIX, escribió que “la es<strong>en</strong>cia rusa era invisible<br />
a los ojos arrogantes de los extranjeros” y el filósofo del siglo XX Nikolai Berdayev fue<br />
tan lejos que dijo que “la psiquis rusa está estructurada de forma difer<strong>en</strong>te de la<br />
Europea, los rusos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el inconsci<strong>en</strong>te donde los europeos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el consi<strong>en</strong>te y viceversa”<br />
4 .<br />
La apertura realizada <strong>en</strong> la URSS a partir de la glasnot desde mediados de los<br />
años och<strong>en</strong>ta, posibilitó la reflexión pública sobre el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to de filósofos como el<br />
ya citado Beryaev qui<strong>en</strong> sost<strong>en</strong>ía que “el destino de Rusia era el de ser una nueva<br />
Jerusalem y que los rusos eran un pueblo orgánico especialm<strong>en</strong>te espiritual con una<br />
misión de transformar la sociedad”. También se discutieron las ideas de Vladimir<br />
4 LOURIE, Richard, “Reading the Russians”, The Moscow Times, July 10, 2006. Lourie es el autor de “The<br />
Autobiography of Joseph Stalin” y “Sakharov: A Biography”.