Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...
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situaciones de guerra para obt<strong>en</strong>er records de combate es<strong>en</strong>ciales para acceder a los<br />
puestos más altos de la carrera (Rosati, 1993:149).<br />
Otra de las cre<strong>en</strong>cias que ha condicionado al personal militar es la gran<br />
importancia impuesta a la guerra de agotami<strong>en</strong>to –la cuarta característica de la<br />
<strong>su</strong>bcultura militar– como el abordaje militar básico de la guerra. Los militares de<br />
Estados Unidos están preparados, organizados, equipados y <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ados para la guerra de<br />
agotami<strong>en</strong>to. Esta estrategia consta <strong>en</strong> deteriorar, debilitar, dejar exhausto y derrotar al<br />
<strong>en</strong>emigo mediante el uso masivo del poder de fuego. Sin embargo, debido a las<br />
difer<strong>en</strong>tes misiones y responsabilidades de las distintas fuerzas esto ha re<strong>su</strong>ltado <strong>en</strong> tres<br />
difer<strong>en</strong>tes estrategia de guerras de agotami<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>erando: la del ejército, la de la<br />
marina y la de la fuerza aérea (Rosati, 1993:149), lo que desde nuestra perspectiva ha<br />
forjado disputas internas pero, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te, perman<strong>en</strong>tes negociaciones y<br />
presiones sobre el poder político (Ejecutivo o Congreso) para que privilegie una sobre la<br />
otra.<br />
La última característica de la <strong>su</strong>bcultura militar es la cre<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la separación<br />
<strong>en</strong>tre la política y el combate militar. Dada la naturaleza de la constitución<br />
estadounid<strong>en</strong>se, la perspectiva militar es que los civiles, repres<strong>en</strong>tados por el presid<strong>en</strong>te<br />
y el Congreso, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el poder de decidir cuándo y con quién com<strong>en</strong>zar la guerra, pero<br />
una vez que esta decisión ha sido tomada, el control de la guerra debe pasar a manos<br />
militares que son qui<strong>en</strong>es están correctam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ados para la misma. Sin embargo,<br />
algunos miembros de la corporación militar han concluido que ellos también deberían<br />
controlar los procesos administrativos y operacionales durante tiempos de paz así como<br />
durante la guerra, si<strong>en</strong>do que la paz es el período <strong>en</strong> el cual se preparan para la guerra.<br />
Obviam<strong>en</strong>te, los presid<strong>en</strong>tes y otros civiles v<strong>en</strong> la naturaleza de las relaciones cívicomilitares<br />
de una forma difer<strong>en</strong>te. Cre<strong>en</strong> que el presid<strong>en</strong>te es el comandante <strong>en</strong> jefe antes,<br />
durante y después de la guerra, como está estipulado <strong>en</strong> la constitución y por lo tanto los<br />
militares deberían ser receptivos al liderazgo civil y a las órd<strong>en</strong>es presid<strong>en</strong>ciales (Rosati,<br />
1993:150). Dadas estas difer<strong>en</strong>cias de opinión, los líderes civiles y militares se han<br />
<strong>en</strong>contrado varias veces <strong>en</strong> batallas políticas tanto <strong>en</strong> tiempos de guerra como de paz.<br />
Desde la perspectiva de Ricks (1997) el cambio más importante que ha t<strong>en</strong>ido<br />
lugar <strong>en</strong>tre los militares es la finalización de la conscripción <strong>en</strong> 1973 cuyas<br />
consecu<strong>en</strong>cias siguieron apareci<strong>en</strong>do <strong>en</strong> la Posguerra Fría con una gran cantidad de<br />
personas <strong>en</strong> servicio activo que son voluntarios. Este hecho g<strong>en</strong>eró varias implicancias<br />
sobre cómo operan los militares y cómo se relacionan con la sociedad. En contraste con<br />
la desmovilización posterior a la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, la disminución<br />
de tropas a inicios de la Posguerra Fría tropezó con la resist<strong>en</strong>cia de muchos soldados,<br />
porque todos voluntariam<strong>en</strong>te quisieron ser militares y la mayoría de ellos continuaron<br />
demandando por permanecer ahí.<br />
En parte como re<strong>su</strong>ltado del fin de la conscripción, los últimos años han visto el<br />
aum<strong>en</strong>to del militar profesional. A pesar de estar mejor <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ados y ser más estables <strong>en</strong><br />
términos de grupo social estos profesionales son caros de mant<strong>en</strong>er, ya que tra<strong>en</strong> con<br />
ellos a <strong>su</strong>s familias y <strong>su</strong> infraestructura social, que abarca desde cuidados <strong>en</strong> salud hasta<br />
altos niveles <strong>en</strong> educación d<strong>en</strong>tro de las bases militares. Estos costos sólo pued<strong>en</strong> ser<br />
reducidos cortando la red de seguridad social o disminuy<strong>en</strong>do el personal, pero ambas<br />
soluciones g<strong>en</strong>erarían res<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre los militares (Ricks, 1997:69) y traerían más<br />
conflictividad a las relaciones cívico-militares.