Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...
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Otra perspectiva de análisis sobre la situación actual de las relaciones cívicomilitares<br />
es la que provi<strong>en</strong>e de la sociología militar, o de autores que privilegian una<br />
lectura sociológica g<strong>en</strong>eral del problema marcando la creci<strong>en</strong>te distancia <strong>en</strong>tre los<br />
militares y la sociedad estadounid<strong>en</strong>se. Ya habíamos adelantado que Huntington<br />
<strong>su</strong>brayaba que la naturaleza de los militares se articula pobrem<strong>en</strong>te con la sociedad civil<br />
liberal y que <strong>en</strong> caso que se increm<strong>en</strong>t<strong>en</strong> las t<strong>en</strong>siones <strong>en</strong>tre las demandas de la<br />
seguridad militar y los valores del liberalismo americano la solución de largo plazo<br />
abarca sólo dos alternativas: el debilitami<strong>en</strong>to de la am<strong>en</strong>aza a la seguridad o el<br />
debilitami<strong>en</strong>to del liberalismo (Huntington, 1957: 146).<br />
Por <strong>su</strong> parte, Janowitz (1971, <strong>en</strong> Sarkesian, 2002) destaca que la socialización<br />
juega un papel muy importante <strong>en</strong> la consolidación del control civil. Consecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te,<br />
este proceso necesita que los militares reflej<strong>en</strong> valores de la sociedad de la cual<br />
provi<strong>en</strong><strong>en</strong> y estén dispuestos a servirla. Sin embargo, también es necesario que exista<br />
una cultura militar difer<strong>en</strong>te ya que la tarea militar no podría sost<strong>en</strong>erse sin la fuerza de<br />
las tradiciones de servicio, la id<strong>en</strong>tificación profesional y el honor. Así el grado <strong>en</strong> el<br />
cual la sociedad debería imponer <strong>su</strong>s valores (y cultura) a los militares es una pregunta<br />
aún sin respuesta. En ese s<strong>en</strong>tido sigue si<strong>en</strong>do controversial si los uniformados deb<strong>en</strong><br />
conc<strong>en</strong>trarse más <strong>en</strong> la efectividad militar o <strong>en</strong> las libertades civiles. En nombre de la<br />
primera las fuerzas armadas continúan seleccionando a <strong>su</strong>s miembros <strong>en</strong> función de<br />
variables como el género, la ori<strong>en</strong>tación sexual y las habilidades físicas y m<strong>en</strong>tales,<br />
mi<strong>en</strong>tras que dichas distinciones serían ilegales <strong>en</strong> un contexto civil. Por otra parte,<br />
numerosos especialistas continúan discrepando sobre el grado <strong>en</strong> el cual estas<br />
distinciones realm<strong>en</strong>te increm<strong>en</strong>tan la efectividad militar dejando abierta, <strong>en</strong>tonces, la<br />
duda sobre la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia de una cultura militar indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de la cultura civil.<br />
A lo largo de este trabajo hemos relevado numerosas opiniones calificadas y<br />
evid<strong>en</strong>cia empírica sobre el deterioro del control civil. Esta situación <strong>en</strong> opinión de<br />
Rosati (1993) incluye la necesidad de t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la exist<strong>en</strong>cia de una <strong>su</strong>bcultura<br />
militar mi<strong>en</strong>tras que para Thomas Ricks (1997) este deterioro se ha agudizado <strong>en</strong> la<br />
pasada década por el alarmante y creci<strong>en</strong>te abismo cultural <strong>en</strong>tre los militares<br />
profesionales y la sociedad civil. Para este autor dicha brecha puede ser explicada por<br />
tres factores: una creci<strong>en</strong>te ignorancia de los civiles sobre cuestiones militares derivada<br />
de la declinación del número de individuos con experi<strong>en</strong>cia militar <strong>en</strong> la era de la posconscripción;<br />
la politización de los militares, acompañada por una creci<strong>en</strong>te separación<br />
de los valores de la sociedad civil y el ambi<strong>en</strong>te de seguridad de la pos guerra fría.<br />
Según Foure (1997) las culturas étnicas nacionales contribuy<strong>en</strong> <strong>en</strong>ormem<strong>en</strong>te a<br />
formar lo que g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se conoce como “estilo negociador nacional”, al combinar<br />
<strong>su</strong> propia influ<strong>en</strong>cia con la de la historia, del sistema político y de la posición geográfica<br />
y económica del país. Por otra parte, señala que las <strong>su</strong>bculturas como la de las<br />
corporaciones o las agrupaciones profesionales también pued<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er influ<strong>en</strong>cia sobre el<br />
comportami<strong>en</strong>to de la negociación aportando <strong>su</strong>s propias normas de conducta, <strong>su</strong>s<br />
símbolos y <strong>su</strong>s significados. Las m<strong>en</strong>cionadas <strong>su</strong>bculturas pued<strong>en</strong> complem<strong>en</strong>tar o<br />
contradecir la cultura étnica nacional ya que pued<strong>en</strong> favorecer valores que sean muy<br />
difer<strong>en</strong>tes. En este marco se pued<strong>en</strong> dar juegos complejos y cruzados <strong>en</strong>tre cultura y<br />
<strong>su</strong>bculturas.<br />
Si bi<strong>en</strong> este análisis está <strong>en</strong>focado a las negociaciones internacionales es<br />
conceptualm<strong>en</strong>te aplicable a las negociaciones nacionales <strong>en</strong>tre la cultura nacional –<strong>en</strong>