Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...
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Estas difer<strong>en</strong>cias se han ido increm<strong>en</strong>tando con el transcurrir de los hechos.<br />
Quizás uno de los datos más evid<strong>en</strong>tes de estos desacuerdos fue la no incorporación del<br />
G<strong>en</strong>eral Powell <strong>en</strong> el gabinete de la segunda administración Bush. La decisión reflejó<br />
tanto la oposición de Powell a la forma como se estaba manejando la guerra y violando<br />
los principios de <strong>su</strong> doctrina, como la decisión de Bush de darle apoyo a los civiles<br />
militaristas por sobre los militares. Sin embargo, los militares no permanecerían<br />
políticam<strong>en</strong>te inactivos, por el contrario hicieron públicas <strong>su</strong>s posiciones tratando de<br />
limitar la capacidad decisoria de los civiles militaristas <strong>en</strong> <strong>su</strong> conjunto y del secretario<br />
de Def<strong>en</strong>sa Donnald Rumsfeld <strong>en</strong> particular.<br />
Esta línea de desacuerdos incluye temas de difer<strong>en</strong>te <strong>en</strong>vergadura, pero que <strong>en</strong><br />
<strong>su</strong> conjunto ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a desafiar las exig<strong>en</strong>cias impuestas por los militares desde los años<br />
och<strong>en</strong>ta.<br />
Algunos de esos temas fueron m<strong>en</strong>cionados <strong>en</strong> puntos anteriores: desde 2005 <strong>en</strong><br />
adelante asistimos a un deterioro del apoyo de la opinión pública, la pr<strong>en</strong>sa y el<br />
Congreso a las acciones del gobierno <strong>en</strong> Irak.<br />
Por otra parte se detecta un fuerte reclamo social por una mayor at<strong>en</strong>ción de los<br />
temas de ag<strong>en</strong>da doméstica por sobre los internacionales, cuestión que el gobierno no<br />
parece at<strong>en</strong>der a pesar de ser esta una situación previsible <strong>en</strong> función de los<br />
anteced<strong>en</strong>tes históricos. Como señala Klingberg (1983) la política exterior americana se<br />
balancea <strong>en</strong>tre períodos de extroversión, cuando los Estados Unidos ori<strong>en</strong>tan <strong>su</strong><br />
at<strong>en</strong>ción y <strong>en</strong>ergía hacia el extranjero, y períodos de introversión, cuando se conc<strong>en</strong>tra<br />
<strong>en</strong> los problemas internos. El péndulo se balancea hacia lo interno después de las<br />
guerras y, consecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, presid<strong>en</strong>tes como Wilson, Truman y Bush padre que<br />
esperaron el tributo de <strong>su</strong> pueblo por el triunfo <strong>en</strong> la guerra, se <strong>en</strong>contraron con el<br />
rechazo de los americanos qui<strong>en</strong>es demandaban de <strong>su</strong>s líderes la at<strong>en</strong>ción de las<br />
cuestiones internas. Si bi<strong>en</strong> la guerra <strong>en</strong> Irak no está definitivam<strong>en</strong>te perdida, la<br />
t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a la introversión puede ir consolidándose <strong>en</strong> tanto la población vaya<br />
incluy<strong>en</strong>do <strong>en</strong> <strong>su</strong>s evaluaciones si dicha guerra garantiza la def<strong>en</strong>sa de <strong>su</strong>s cuestiones<br />
domésticas –incluida la seguridad nacional– o la perjudica. Por otra parte, la<br />
introversión ti<strong>en</strong>e fuertes lazos con la tradición aislacionista que <strong>en</strong> Estados Unidos<br />
posee –como ya adelantamos <strong>en</strong> otro capítulo de este libro– adictos de derecha e<br />
izquierda, qui<strong>en</strong>es también demandan un regreso a casa y un privilegio de lo interno<br />
sobre lo internacional.<br />
Además, las comparaciones iniciales <strong>en</strong>tre Irak y Vietnam se hicieron cada vez<br />
más frecu<strong>en</strong>tes. En ese marco durante la segunda administración de G.W. Bush los<br />
americanos si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> que se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan a situaciones similares a las de aquella época: una<br />
guerra que no pued<strong>en</strong> ganar, un considerable número de soldados que no están<br />
conv<strong>en</strong>cidos de la necesidad de participar <strong>en</strong> la misma, la pregunta sobre si el ataque a<br />
Irak fue una decisión acertada para def<strong>en</strong>sa del interés nacional americano o si<br />
realm<strong>en</strong>te Irak era un interés vital y, finalm<strong>en</strong>te, el debate <strong>en</strong> <strong>torno</strong> a la necesidad de<br />
adecuar perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te la relación <strong>en</strong>tre los objetivos políticos y las fuerzas<br />
comprometidas <strong>en</strong> lo que refiere a <strong>su</strong> tamaño, composición y disposición, desató los<br />
desacuerdos c<strong>en</strong>trales <strong>en</strong>tre el secretario de Def<strong>en</strong>sa Donnald Rumsfeld y los militares.<br />
Dicho debate tomó estado público a través de las declaraciones de g<strong>en</strong>erales<br />
retirados. Según el artículo de David Ignatius, publicado <strong>en</strong> el Washington Post,