Visita al castillo de los peligros. Cuento - Euskadi.net

Edición: 1ª, Septiembre 2007
Tirada:
1.000 ejemplares
© Administración de la Comunidad Autónoma del País Vasco
Departamento de Industria, Comercio y Turismo
Internet:
www.euskadi.net
Edita:
Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu Nagusia
Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco
Donostia-San Sebastián, 1 - 01010 Vitoria-Gasteiz
Autor: Ortzadar, S. L.
Preimpresión: Argia Servicios Gráficos, S. L.
Impresión: Gráficas Santamaría, S. A.
ISBN: 978-84-457-2607-5
Depósito legal: VI-392/07

“¡Yupiii! ¡Mañana vamos al
exclama Kontxi feliz.
de los peligros!”,
“¡Yupiii!”, responde Tontxu, dando saltos y brincos.
“¡Viva papá y mamá!”
De repente, Tontxu resbala y se oye un grito en la
cocina: “¡Plasta! ¡Ayy!”
El suelo estaba mojado y el pobre Tontxu se ha dado
un buen golpe.
“¿No te has dado cuenta de que acabo de fregar el
suelo”, le pregunta su papá mientras le coge en
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azos y le acaricia. “Si precisamente he puesto la
escoba en la puerta para que os dierais cuenta.”
“¡Ay, ay, ay!”, se queja Tontxu. “Me va a salir un
así de grande...”
“Bueno, bueno... Esto no es nada”, le tranquiliza su
papá, queriendo quitar importancia al golpe. “¿Estás
contento porque mañana vayamos al castillo de los
peligros”
“Sí, y ya falta muy poco”, dice Tontxu. “Lo hemos
contado en el cole y la mayoría querían venir. Les
hemos dicho que allí hay muchas sorpresas.”
“Sí claro, lo vamos a pasar
”, dice papá, queriendo
consolar a Tontxu. “Pero ahora vamos a curar ese
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golpe con agua oxigenada, yodo y una
a la cama.”
y luego
“Papá, ¿es verdad que hay monstruos y piratas”,
insiste Tontxu.
“Sí, y muchas otras cosas. Pero mañana las verás.
Ahora a dormir.”
Después de acostarse, Tontxu sigue impaciente, le
gustaría adelantar todos los relojes del mundo. No
puede dejar de pensar en el día siguiente, en las
aventuras que vivirá en el castillo de los peligros.
Finalmente se duerme y comienza a soñar...
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Sorprendentemente, Tontxu cree estar a los pies de
un enorme castillo. A las puertas hay dos dragones
que le invitan a pasar.
“¡Ay va! ¡Si es el «castillo de los peligros»!”
Un señor con una
bienvenida. “¡Tururú! ¡Tururú!”
larguísima le da la
Tontxu cruza el puente levadizo y a su paso la gente
del castillo le hace una reverencia.“¡Qué bonito!, como
en las películas...”
Sin darse cuenta entra en la cocina de palacio. Allí hay
un par de señoras que pelan patatas y trocean
verduras. Los dejan escapar el vapor y silban.
Tontxu es muy curioso y muy poco prudente. No ha
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podido resistirse a la tentación de levantar una de las
tapas del puchero para ver cuál es el menú.
“¡Uuuah! ¡Qué dolor! ¡Cómo quema!”, se ha quejado.
“No ha sido nada comparado con lo que podía haber
ocurrido”, le advierte un cocinero gordinflón. “Si la
cazuela hubiera caído y el agua que hierve se hubiera
derramado nos hubiésemos quemado.”
“Lo siento”, se disculpa Tontxu.
“Hay que andar con más cuidado, si no, además de
hacerte daño, puedes hacer daño a otras personas”,
le responde.
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En ese momento aparece un señor viejito con larga
. Debe ser el mago porque lleva un sombrero con
forma de cucurucho gigante.
“Te aplicaremos una pomada para quemaduras”, dice
el anciano. “Ya verás cómo enseguida se te pasa el
dolor. Cura curita, cura curita y el dolor se te quita.”
Mientras tanto el cocinero sigue dando consejos a
Tontxu: “Tienes que tener mucho cuidado con todo lo
que esté en contacto con el fuego: cazuelas, utensilios,
quemadores... porque también queman.”
Tontxu sigue dormido como un tronco, soñando como
sólo un niño puede hacerlo...
Su curiosidad hace que corra todas la cortinas y abra
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todas las puertas que encuentra a su paso. Hay una
que llama especialmente su atención.
“¡Cuidado! No abras esa tapa”, le advierte el mago,
que le acompaña a recorrer el castillo. “Ese es el
cofre de los productos peligrosos.”
“¿Queeé”, pregunta Tontxu después de abrir la caja.
“Todos los recipientes que tienen ese cuadradito
naranja y una en medio son peligrosos. Puedes
llegar a envenenarte con ellos. Ve al cuarto de baño
y límpiate las manos.”
Tontxu obedece. Antes de salir del baño, cuando pone
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la mano húmeda en el interruptor para apagar la
luz, siente un calambrazo. “¡Aaaaaay!”. Sin darse
cuenta ha tocado el y siempre que pasa eso se
ven las .
“No hay que tocar aparatos eléctricos con las manos
mojadas”, le aconseja el mago. “Y los cables y los
enchufes no hay que tocarlos nunca.”
Los peligros del castillo y los consejos le resultan
familiares. Tontxu duda. No sabe si ya ha estado
alguna otra vez en el castillo.
Da la vuelta para preguntárselo a su hermana, pero
está tan cansado que abraza la y sigue
durmiendo. Seguro que mañana será más prudente.
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ETA TURISMO SAILA
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