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1 LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ: UNA HISTORIA DE FE VIVA Parte 1

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Para 1495, la invención de la imprenta de tipos móviles había permitido imprimir la Biblia, entera o en parte, en doce<br />

idiomas. En poco tiempo, la gente estaba leyendo la Biblia por su cuenta. Y algunas personas empezaron a ver que la<br />

Iglesia se había desviado.<br />

En el siglo XVI, hombres como Ulrico Zuinglio, Martín Lutero y Juan Calvino proclamaron que era necesario regresar a los<br />

principios originales del cristianismo. Hombres como estos denunciaron la hipocresía y defendieron las enseñanzas<br />

bíblicas, aun cuando eso significaba enfrentarse a poderosos dirigentes religiosos.<br />

Aunque no entendían completamente la verdad, estuvieron dispuestos a ir contra la corriente. Pero su postura encendió<br />

las llamas de la persecución y en muchos casos cedieron sobre todo en cuanto a predicar sus creencias.<br />

Sin embargo, en numerosos países, en los siglos XVII y XVIII resurgió el interés por el estudio de la Biblia. En Inglaterra,<br />

muchos hombres instruidos probaron que la doctrina de la Trinidad es falsa. Entre ellos, el científico sir lsaac Newton, el<br />

poeta John Milton y el químico Joseph Priestley. Además de rechazar la doctrina de la Trinidad, Priestley negó la<br />

inmortalidad inherente del alma. Sostuvo que los cristianos del siglo primero tenían la fe verdadera y que todo cambio a<br />

ese conjunto de creencias era una corrupción. Sus opiniones desataron una acalorada disputa, tanto en la Iglesia como<br />

en el gobierno. En 1791, una muchedumbre destruyó la casa y el laboratorio de Priestley. El hostigamiento no hizo más<br />

que aumentar durante los siguientes tres años, hasta que huyó a Estados Unidos. Le acompañaron muchos que<br />

opinaban como él.<br />

Entre estos estuvo Henry Grew. En 1807, a la edad de 25 años, fue invitado a ser pastor de la Iglesia Bautista de<br />

Hartford, en Connecticut. Y tenía un interesante lema sobre el estudio de la Biblia: dejar que las Escrituras se interpreten<br />

a sí mismas. Él pensaba que el mejor intérprete de la Biblia era la propia Biblia. Y al estudiarla, se dio cuenta de que la<br />

doctrina de la Trinidad era falsa. Bueno, no se podía ser ministro bautista y no creer en la Trinidad. Al cabo de cuatro<br />

años, Grew y algunos feligreses se separaron de su iglesia.<br />

En años posteriores, Grew publicó escritos en los que empleaba la Biblia para refutar las doctrinas de la Trinidad, el<br />

infierno y la inmortalidad inherente del alma. Grew sostuvo que, según la Biblia, la inmortalidad es un don que Dios<br />

concede solamente a los fieles. Nunca otorga ese don a los malvados. Por eso, ¿cómo podían los malvados tener un<br />

alma inmortal<br />

El folleto de Grew tuvo una importante repercusión. Su obra llegó a manos del ministro metodista George Storrs. Tanto<br />

le fascinó, que pasó los siguientes tres años investigando el asunto.<br />

Sin embargo, sus colegas no se interesaron por sus hallazgos. Para 1840, su conciencia se sentía tan atormentada por las<br />

diferencias entre lo que la Biblia enseña y lo que él tenía que enseñar como ministro de la Iglesia Metodista Episcopal,<br />

que renunció a su puesto. En 1842, Storrs comenzó a publicar la revista mensual titulada Bible Examiner. No tardó en<br />

conocer a Henry Grew en persona. Los dos se hicieron buenos amigos y colaboraron en debates contra los defensores<br />

de la inmortalidad del alma.<br />

George Storrs creía que sería necesaria una campaña mundial de predicación para que quienes vivieran durante el<br />

tiempo de la vuelta de Cristo tuvieran la oportunidad de salvarse. Ignoraba cómo se llevaría a cabo esa tarea, pero<br />

impulsado por su fe escribió: “Pero son muchos los que, si no pueden comprender cómo se hará algo, lo descartan,<br />

como si para Dios fuera imposible.” Storrs murió en 1879 en su casa de Brooklyn (Nueva York), en el mismo vecindario<br />

que se convertiría en el centro de la predicación mundial que él tanto había anhelado ver. El escenario estaba preparado<br />

para que la luz surgiera de la oscuridad.<br />

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<strong>LOS</strong> <strong>TESTIGOS</strong> <strong>DE</strong> JEHOVÁ: <strong>UNA</strong> <strong>HISTORIA</strong> <strong>DE</strong> <strong>FE</strong> <strong>VIVA</strong> <strong>Parte</strong> 1: Salen de la oscuridad

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