español - Global Water Partnership
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2.2.3 Recuperación y reconstrucción tras las crecidas<br />
Adecuadamente diseñado, un proceso de recuperación tras una crecida puede ayudar a los países,<br />
comunidades y personas devastados por ese fenómeno a recuperar su situación socioeconómica anterior.<br />
La fase de recuperación y reconstrucción posterior a la crecida ofrece metas y oportunidades para poner<br />
a prueba la competencia y responsabilidad de planificadores de desarrollo, ingenieros y constructores,<br />
organismos de ayuda, gestores de desastres y, ante todo, el gobierno del país afectado y los supervivientes,<br />
de modo que no aumenten los riesgos de crecida. Asimismo, proporciona la oportunidad de alejar las<br />
actividades vulnerables de las zonas de riesgo y de proteger las infraestructuras frente a las crecidas durante<br />
la fase de reconstrucción.<br />
Las instalaciones, equipos y comunicaciones vitales deben ser reparados lo antes posible. En primer lugar los<br />
elementos más esenciales, como el suministro de agua o electricidad, las carreteras y telecomunicaciones,<br />
los hospitales y el sistema de alcantarillado. Naturalmente, pueden ser necesarias reparaciones provisionales.<br />
Dada la importancia del factor tiempo en el proceso de recuperación, este esfuerzo puede desbordar las<br />
capacidades locales y hacer necesario un apoyo externo. El restablecimiento de los sistemas educativo y<br />
sanitario, la reconstrucción de los edificios dañados, el restablecimiento de las fuentes de agua contaminadas<br />
y la prestación de atención psicológica deberían tener la máxima prioridad durante la fase de recuperación.<br />
Una vez restablecidos los servicios más esenciales hay que orientar la atención hacia los objetivos y planes<br />
de desarrollo a largo plazo. El período de recuperación debería considerarse como una oportunidad para<br />
explorar la disminución de los riesgos de crecida y para conferir una mayor resistencia a los elementos<br />
reconstruidos. Lo más habitual es tratar de reconstruir la situación anterior al desastre, que en muchos casos<br />
implica una repetición de los errores del pasado con respecto a las actividades de desarrollo. Durante el<br />
proceso de recuperación, las soluciones provisionales se transforman en soluciones duraderas y definitivas.<br />
La reconstrucción brinda una gran oportunidad de reducir la vulnerabilidad, con un costo adicional exiguo o<br />
nulo. Esta fase entraña un considerable desafío para las autoridades locales responsables, ya que las tareas<br />
de reconstrucción, encaminadas a conseguir un nivel de seguridad mayor y sostenible, conllevan un tiempo<br />
de planificación para atender a las necesidades urgentes de la población afectada. La fase de reconstrucción<br />
debería gradualmente dejar paso a actividades de prevención definitivas. Es importante que el proceso de<br />
reconstrucción utilice, en la medida de lo posible, mano de obra y material disponibles localmente, a fin de crear<br />
puestos de trabajo y contribuir a la restauración de la economía. La disponibilidad de recursos, las condiciones<br />
socioeconómicas existentes y el programa de acción política decidirán si el proceso de recuperación está<br />
abocado a una reducción de la vulnerabilidad o a la reproducción de los riesgos anteriores.<br />
Las reconstrucción de los bienes y de la infraestructura debería hacerse con arreglo a las más modernas<br />
normas (“reconstrucción para no arrepentirse”). Ello implica un período de espera para los elementos<br />
cercanos a las tareas de alto riesgo o a cualquier otra fuente de peligro, ya que esas áreas podrían quedar<br />
incluidas en las nuevas zonas de riesgo en que se prohíba la reconstrucción, o podrían ser necesarias<br />
para la realización de obras preventivas. Las licencias de construcción definitivas deberían concederse sólo<br />
después de una reevaluación de los riesgos. En esas situaciones, las autoridades están sometidas a grandes<br />
presiones. Si el tiempo apremia, habrá que decidirse por soluciones temporales que no predeterminen las<br />
soluciones finales. En esa fase, la ayuda financiera suele destinarse a restablecer la vida cotidiana de los<br />
supervivientes y a reanudar sus actividades de subsistencia básicas. El apoyo puede prestarse en forma de<br />
subvenciones, préstamos o créditos, distribución de materiales de construcción, tierras o simientes, y otros<br />
elementos de equipo agrícola esenciales que, al mismo tiempo, deberían estar vinculados a las prácticas de<br />
reducción de riesgo que se indican a continuación.<br />
26<br />
Aspectos sociales y participación de los interesados en la gestión integrada de crecidas