español - Global Water Partnership

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lugar a desigualdades sociales y, en casos extremos, a disturbios. Estas disparidades y desigualdades en el crecimiento económico pueden crear tensiones a nivel regional, social, económico y político. 1.3 Análisis de los riesgos de crecida La GIC tiene por objeto reducir los riesgos de crecida, entendiéndose por ello las pérdidas esperadas como consecuencia de una crecida durante un tiempo especificado. Es esencial conocer en detalle los elementos de los riesgos de crecida, que son: • La magnitud del peligro de crecida, expresada en términos de frecuencia y de gravedad (altura de la inundación y velocidad de ésta) • Exposición de las actividades humanas a las inundaciones • Vulnerabilidad de los elementos expuestos al riesgo (véase la Figura 1) Lo más frecuente es que, en la definición del riesgo, la exposición al fenómeno y la vulnerabilidad a éste se engloben en un único concepto de vulnerabilidad. En la presente publicación se considera esencial diferenciar entre ambos conceptos a fin de analizar el problema de las crecidas y de diferenciar entre las estrategias que pueden adoptarse desde un punto de vista técnico y las que obligan a resolver problemas sociales. Es necesario un análisis en detalle de los riesgos, y para ello hay que evaluar la magnitud del fenómeno, la vulnerabilidad de las comunidades, y las necesidades imprescindibles para el desarrollo, a fin de configurar una sociedad resistente al riesgo. Las distintas modalidades de gestión integrada de crecidas tienen por objeto reducir los riesgos de crecida mediante una adecuada combinación de medidas que respondan a la magnitud del fenómeno peligroso, y a la exposición y vulnerabilidad a ese fenómeno. Las medidas de reducción de riesgo de sequía han de emprenderse conjuntamente con actividades de gestión de recursos hídricos y de desarrollo a nivel de cuenca, y con una planificación geográfica a nivel regional y nacional. A fin de reducir riesgos, hay que tener en cuenta los cambios que en los tramos superior, intermedio e inferior del río ocasionan las actividades de desarrollo. La cuenca fluvial ha de considerarse como un todo y ha de gestionarse atendiendo a sus contornos hidrológicos, y no a límites administrativos o políticos. Estas medidas han de planificarse con gran cuidado para afectar lo menos posible al medio ambiente. Peligros Riesgo Exposición Vulnerabilidad Medidas de atenuación de riesgos Figura 1. Estructura de los riesgos de crecida y de su reducción La población y las crecidas

Las crecidas suelen ser el resultado de una compleja interacción entre procesos naturales y aleatorios en forma de precipitación y de temperaturas, en función de las características de la cuenca/área de drenaje. Aunque las características de las lluvias no suelen cambiar sustancialmente con el tiempo, las características de las cuencas de drenaje varían constantemente por efecto de las actividades humanas y, por ello, pueden influir en la magnitud de las crecidas. La urbanización de las vertientes superiores ocasiona una mayor escorrentía y acentúa, con ello, la magnitud de los riesgos asociados a las crecidas. Este fenómeno es particularmente evidente en las áreas de captación de menor tamaño. Las canalizaciones y diques continuos en el tramo superior de la corriente pueden incrementar también la magnitud de las crecidas en el tramo inferior del río. Análogamente, la limitación de la capacidad de transporte de las vías fluviales en el tramo inferior por la presencia de puentes afectará también probablemente a la magnitud de las crecidas en el tramo superior inmediato. El ensanchamiento de la sección transversal de un río puede aumentar la capacidad de transporte de las aguas de las crecidas. Las presas y los embalses pueden atenuar la gravedad de los riesgos de sequía en el tramo inferior, deteniendo el avance de las aguas en los períodos de caudal máximo. Por consiguiente, las actividades de desarrollo y las medidas de gestión de crecidas han de diseñarse de tal modo que las actividades de desarrollo no contribuyan a aumentar la magnitud de las crecidas. 1.4 Percepción del riesgo En el marco de la gestión integrada de crecidas, no es posible planificar la reducción de los riesgos si no se comprenden y se tiene conciencia de los riesgos de crecida existentes y posibles. Si la población no es consciente de los riesgos a que se expone, no será posible movilizar esfuerzos a nivel local para adoptar medidas de resistencia. La conciencia del riesgo es esencial para poder adoptar medidas preventivas. Por ello, el análisis de los riesgos debe considerarse como una primera etapa esencial en el desarrollo de planes de actuación. Para conseguir una participación eficaz de la comunidad en los procesos de gestión integrada de crecidas y particularmente en los planes de preparación frente a emergencias, es esencial que aquélla sea consciente de los riesgos de crecida y de los factores que los determinan. En cada comunidad, e incluso dentro de cada comunidad, la percepción de los riesgos de crecida difiere considerablemente. Los nuevos pobladores, los inmigrantes o los refugiados que se establecen en una llanura inundable pueden no ser conscientes de las causas, de la frecuencia y de la posible magnitud de las crecidas en un área dada, y son vulnerables por carecer de conocimientos. En las áreas expuestas a crecidas infrecuentes o repentinas con períodos de retorno superiores a una vida humana, las poblaciones carecen de esa información. La composición demográfica de la población, es decir, la presencia o no de habitantes que, por su edad, hayan conocido las crecidas más intensas de la región, influye también en la actitud de la comunidad ante esos riesgos. La percepción del riesgo y de la respuesta necesaria varían también entre los miembros de una comunidad en función del nivel de educación, de los niveles económicos y del grado de influencia política. 10 Es también necesario ser consciente de los factores no naturales que pueden agravar la intensidad y la severidad de las crecidas y, por consiguiente, los riesgos de crecida. Una mala planificación de los usos de la tierra en las áreas urbanas en desarrollo puede reducir considerablemente los espacios abiertos e impedir la infiltración si el suelo ha sido recubierto de materiales impermeables. Ello influye en la capacidad de retención natural del terreno y acrecienta el volumen de la escorrentía en el tramo inferior de la corriente. En la vertiente superior, la deforestación altera el régimen de sedimentación en la cuenca y ocasiona erosión de la tierra, deposición de lodo y elevación del lecho de los ríos. Ciertas prácticas agrícolas afectan también a la respuesta hidrológica de la cuenca fluvial y, por consiguiente, al riesgo de crecidas. Análogamente, las Aspectos sociales y participación de los interesados en la gestión integrada de crecidas

lugar a desigualdades sociales y, en casos extremos, a disturbios. Estas disparidades y desigualdades en el<br />

crecimiento económico pueden crear tensiones a nivel regional, social, económico y político.<br />

1.3 Análisis de los riesgos de crecida<br />

La GIC tiene por objeto reducir los riesgos de crecida, entendiéndose por ello las pérdidas esperadas como<br />

consecuencia de una crecida durante un tiempo especificado. Es esencial conocer en detalle los elementos<br />

de los riesgos de crecida, que son:<br />

• La magnitud del peligro de crecida, expresada en términos de frecuencia y de gravedad (altura de la<br />

inundación y velocidad de ésta)<br />

• Exposición de las actividades humanas a las inundaciones<br />

• Vulnerabilidad de los elementos expuestos al riesgo (véase la Figura 1)<br />

Lo más frecuente es que, en la definición del riesgo, la exposición al fenómeno y la vulnerabilidad a éste se<br />

engloben en un único concepto de vulnerabilidad. En la presente publicación se considera esencial diferenciar<br />

entre ambos conceptos a fin de analizar el problema de las crecidas y de diferenciar entre las estrategias<br />

que pueden adoptarse desde un punto de vista técnico y las que obligan a resolver problemas sociales. Es<br />

necesario un análisis en detalle de los riesgos, y para ello hay que evaluar la magnitud del fenómeno, la<br />

vulnerabilidad de las comunidades, y las necesidades imprescindibles para el desarrollo, a fin de configurar<br />

una sociedad resistente al riesgo. Las distintas modalidades de gestión integrada de crecidas tienen por<br />

objeto reducir los riesgos de crecida mediante una adecuada combinación de medidas que respondan a<br />

la magnitud del fenómeno peligroso, y a la exposición y vulnerabilidad a ese fenómeno. Las medidas de<br />

reducción de riesgo de sequía han de emprenderse conjuntamente con actividades de gestión de recursos<br />

hídricos y de desarrollo a nivel de cuenca, y con una planificación geográfica a nivel regional y nacional. A fin<br />

de reducir riesgos, hay que tener en cuenta los cambios que en los tramos superior, intermedio e inferior<br />

del río ocasionan las actividades de desarrollo. La cuenca fluvial ha de considerarse como un todo y ha<br />

de gestionarse atendiendo a sus contornos hidrológicos, y no a límites administrativos o políticos. Estas<br />

medidas han de planificarse con gran cuidado para afectar lo menos posible al medio ambiente.<br />

Peligros<br />

Riesgo<br />

Exposición<br />

Vulnerabilidad<br />

Medidas de atenuación de riesgos<br />

Figura 1. Estructura de los riesgos de crecida y de su reducción<br />

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La población y las crecidas

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