español - Global Water Partnership
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de crecida, y se definen diversas opciones para la atenuación de las crecidas. Es importante comprender<br />
que las cuencas fluviales deben considerarse como una unidad de planificación a efectos de gestión de<br />
las crecidas, ya que los riesgos de crecida son fácilmente transferibles, y las actividades de desarrollo en<br />
el conjunto de la cuenca podrían magnificarlos. Es más, el principio de equidad ante el desarrollo obliga a<br />
debatir las opciones de gestión de crecidas a nivel de toda la cuenca, y a ponerlas en marcha en el marco de<br />
un plan de gestión de crecidas flexible pero claramente definido en ese ámbito geográfico.<br />
Para poner en marcha un plan de actuación basado en una política de gestión de crecidas a nivel de cuenca<br />
y en una planificación a nivel de proyecto es necesario identificar las áreas de actuación prioritarias aplicando<br />
diversos procedimientos de evaluación financiera, y evaluando también los efectos medioambientales y<br />
sociales. La evaluación de los costos y beneficios que entrañarían las diversas opciones, previa consulta con<br />
una sociedad civil participadora, ayudaría a conseguir la autonomía y la responsabilización a nivel local.<br />
Para facilitar este proceso, la GIRH ha propugnado la utilización de mecanismos potenciadores y el<br />
establecimiento de un marco institucional a nivel de cuenca. Como parte de la GIRH, la GIC debería hacer<br />
uso de esas instituciones. Las organizaciones a nivel de cuenca fluvial, los comités de gestión de desastre<br />
en distintos niveles, las organizaciones comunitarias y las organizaciones no gubernamentales son los<br />
elementos básicos de ese marco, concebido para mejorar el diálogo y la negociación entre los diversos<br />
sectores interesados. En la GIC, las organizaciones que abarcan la cuenca fluvial pueden servir como<br />
plataforma para la participación de los interesados en el ámbito de la cuenca.<br />
Para conseguir una participación eficaz y sostenible de los sectores interesados en una situación dada<br />
hay ciertos requisitos previos. El más importante es la necesidad de cimentar la confianza mediante la<br />
transmisión de información y una interacción constante. El compromiso, la responsabilidad, la transparencia<br />
en las actuaciones, la aplicación de principios de equidad y la tolerancia para con quienes disienten son<br />
factores que determinan, alientan y promueven la participación pública. Una buena gobernanza es la clave<br />
para el éxito del proceso participativo y de la gestión integrada de crecidas. A nivel nacional, una gobernanza<br />
endeble, caracterizada por unas políticas poco claras y unos roles y responsabilidades vagamente definidos<br />
respecto de los distintos organismos puede dar lugar a una duplicación de responsabilidades y a una<br />
distribución incompleta de las tareas. Mientras, por una parte, el gobierno provee incentivos, facilita y<br />
establece políticas y reglamentaciones orientadas a la participación, los grupos interesados deben asumir<br />
también ciertas iniciativas y responsabilidades.<br />
El concepto de GIC implica una coordinación a fondo entre los diversos sectores interesados. La transmisión<br />
de información y el establecimiento de una red de contactos son esenciales para conseguir la eficacia y solidez<br />
de este planteamiento y para prever y hacer frente a los conflictos y mejorar la cooperación entre las diversas<br />
jurisdicciones y sectores. Para ello es necesario un marco institucional potenciador que facilite una eficaz<br />
coordinación, colaboración, cooperación y colaboración entre las distintas jurisdicciones, departamentos,<br />
instituciones, disciplinas, usuarios y usos. Un marco institucional define los papeles reconocidos a todos los<br />
interesados en la GIC y ofrece un mecanismo de coordinación para las organizaciones e instituciones. Dado<br />
que los distintos interesados tienen perspectivas sectoriales, regionales y locales diferentes, y dado que<br />
sus entornos institucionales, acervos culturales y condiciones socioeconómicas difieren, es necesario crear<br />
capacidad en ciertas áreas a tenor del papel que esos sectores desempeñan en el proceso participativo.<br />
Es evidente que no hay soluciones universales para facilitar la participación de todos los interesados y<br />
de la sociedad civil en las decisiones sobre la gestión de las crecidas. Es esencial adoptar unas prácticas<br />
adecuadas a las circunstancias en un marco socioeconómico dado. Por ello, lo que ofrece la presente<br />
xi<br />
Resumen ejecutivo