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Miguel Zugaza - Centro de Estudios Garrigues

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EDITORIAL<br />

En recuerdo <strong>de</strong> Cesar Albiñana<br />

García-Quintana<br />

Era, y lo seguirá siendo, un hombre tranquilo, suave en<br />

sus forma mas sobria, educado en el sentido vario y profundo<br />

<strong>de</strong> la palabra, cordial y afable en todos los momentos.<br />

Tenia y seguirá teniendo una gran elegancia en el<br />

<strong>de</strong>cir, unas formas muy peculiares para convencer sin<br />

imponer su criterio, una fuerza admirable para conseguir<br />

los objetivos que consi<strong>de</strong>raba importantes, una capacidad<br />

<strong>de</strong> trabajo y un amor al trabajo incomparables, una<br />

capacidad <strong>de</strong> trabajo y un amor al trabajo incomparables.<br />

Aportó, y seguirá portando, a la ciencia fiscal y a la ciencia<br />

jurídica española, una permanente mo<strong>de</strong>rnidad, unas<br />

i<strong>de</strong>as originales, unos métodos eficaces y una gran<strong>de</strong>za<br />

y un sentido como pocos antes lo han hecho. Fue, sobre<br />

todo -y lo seguirá siendo- un ejemplo <strong>de</strong> honestidad en<br />

todos los sentidos. Encarnaba ciertamente ese valor,<br />

pero nunca alar<strong>de</strong>aba <strong>de</strong> ello. Era integro pero <strong>de</strong> forma<br />

natural y sencilla. Como <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser íntegro.<br />

Merece sin duda nuestra gratitud y nuestra admiración.<br />

Pero habrá que concretar ambas cosas <strong>de</strong> alguna forma.<br />

Ha recibido diversas distinciones y premios, pero pienso<br />

que ninguno <strong>de</strong> ellos ha profundizado en los valores <strong>de</strong> su<br />

obra. Eso es lo que a el le gustaría que hiciéramos y eso es<br />

lo que se va a hacer con la ayuda <strong>de</strong> aquellas personas personas<br />

capaces <strong>de</strong> enjuiciar sus aportaciones. Y habrá que<br />

crear un premio que lleve su nombre y que recuer<strong>de</strong> a las<br />

generaciones que vienen que ese hombre sigue estando<br />

aqui. Esa es la forma autentica <strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cer y <strong>de</strong> admirar.<br />

Antonio <strong>Garrigues</strong>. Publicado en Expansion (13/03/2007)<br />

Al evocar la figura <strong>de</strong> César Albiñana se agolpan en la<br />

mente infinidad <strong>de</strong> recuerdos propios o prestados a través<br />

<strong>de</strong> la memoria ajena, que se correspon<strong>de</strong>n con acontecimientos<br />

vividos directamente o transmitidos por quienes<br />

fueron sus testigos o, a su vez, los oyeron contar a otros. De<br />

esa forma, con trazos reales e imaginarios, se construye el<br />

personaje que siempre se superpone a quines han sido<br />

protagonistas <strong>de</strong> su tiempo.<br />

Resultaría un empeño estéril el intento siquiera <strong>de</strong> esbozar<br />

una semblanza <strong>de</strong> César Albiñana, por ese motivo, tal vez<br />

fuera oportuno rescatar un solo aspecto <strong>de</strong> su biografía en<br />

el que, por otra parte, vienen a coincidir los múltiples testimonios<br />

que en los últimos días se han publicado. César fue<br />

un hombre <strong>de</strong> carácter, con una personalidad <strong>de</strong> perfiles<br />

muy <strong>de</strong>finidos y, en buena medida, coinci<strong>de</strong>ntes con las virtu<strong>de</strong>s<br />

que tradicionalmente se atribuyen a los castellanos<br />

viejos, como correspondía a su origen palentino, condición<br />

<strong>de</strong> la que siempre se mostró orgulloso y a la que honró a lo<br />

largo <strong>de</strong> su vida: sobriedad, austeridad, honestidad, intransigencia<br />

ante la injusticia y un aire <strong>de</strong> severidad en público<br />

que se <strong>de</strong>svanecía en una exquisita cordialidad en el trato<br />

próximo. Por encima <strong>de</strong> estas cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>stacaba un<br />

rasgo dominante: su entrega sin reservas a la tarea que en<br />

cada momento le ocupaba. César se <strong>de</strong>svivía en el cumplimiento<br />

<strong>de</strong> sus responsabilida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>svivirse es una precisa<br />

expresión castellana que encierra una lección <strong>de</strong> filosofía.<br />

En último término vivir es consumir el crédito, incierto en<br />

su vencimiento, que recibimos al nacer, vivir es, al tiempo,<br />

gastarse, <strong>de</strong>svivir y el acierto en este empeño es posiblemente<br />

la clave <strong>de</strong> una vida fecunda.<br />

Con ello César no hizo sino cumplir con el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los<br />

caballeros castellanos según expresara con recia concisión<br />

el romance medieval “Castilla hace a sus hombres y<br />

los gasta”.<br />

Ángel Bizcarrondo<br />

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