Miguel Zugaza - Centro de Estudios Garrigues

EL CENTRO POR DENTRO
IN MEMORIAM
“En recuerdo de Angel Ballesteros”
El pasado 11 de enero nos dejaba
en Madrid Ángel Ballesteros, tras
una larga y penosa enfermedad,
a la que hizo frente con la energía que su
espíritu renovaba todos los días y en la
que, también, fue maestro. Ángel integró,
en vida y con su vida, ese pequeño
y privilegiado grupo de hombres capaz
de ser ejemplo para los demás.
Precisamente, su actitud ante la
enfermedad ha sido muestra de su valor
y generosidad. No queremos olvidar
ahora su disponibilidad ante las novedades
médicas que permitió que se
experimentaran en él, y cuyos resultados
fue capaz de asumir con todas sus
consecuencias, aunque pudieran no
ser la solución de su personal enfermedad.
Él sabía que eran pasos para el
adelanto de los tratamientos médicos
que podrían permitir aliviar el sufrimiento
de otros seres humanos.
Fue ejemplo de generosidad y supo
cantar con ejemplar constancia, larga y
esperanzadamente, a la vida.
Su figura como persona ha sido
siempre la otra vertiente del ciclo vital de
un profesional cabal, dominador del
Derecho Municipal en sus más variadas
manifestaciones jurídicas y económicofinancieras,
ya que unía a su condición
de secretario de Administración Local
de categoría superior, la de interventor.
Fue un extraordinario asesor municipalista
y, llevado por esta vocación, un no
menor experto en Urbanismo. Además,
ha sido estudioso del Derecho y, lo que
es más importante, buscador de soluciones
originales y legales en la aplicación
del Derecho y en su mejora. Ahí
están sus libros, sus artículos, sus
ponencias.
Ángel Ballesteros ha luchado con la
enfermedad hasta los últimos días de su
vida; a veces, imponiendo la fortaleza de
su voluntad a las fuerzas físicas que
parecían abandonarle, ha seguido mostrando
su amor al trabajo, a la obra bien
hecha. Una última muestra: el libro, todavía
inédito y de próxima aparición, dedicado
a la responsabilidad patrimonial de
los Entes Locales, que concluyó, literalmente,
en sus últimos días de vida.
Conocedor como pocos de la Administración
Local española, nos ha dejado
su Manual de Administración Local, que
ha alcanzado ya la 5.ª edición, y que se
ha convertido en un referente para los
municipalistas de nuestro tiempo. Conocedor
de su salud, en la última edición de
este manual lega a su hija Silvia el deber
de mantenerlo actualizado.
Pero, sobre todo, y además de sus
múltiples trabajos publicados sobre
urbanismo, dictámenes, informes, asesoramientos
municipales, participación
en planes de ordenación e instrumentos
de gestión y ejecución del planeamiento
y abogado en ejercicio, Ángel era un
maestro, conocedor a fondo de múltiples
materias del Régimen Local: organización,
intervención, presupuestos, contratación,
personal, etc. Profesor en infinidad
de foros, todo su trabajo lo acompañaba
de una personal muestra de
humildad, atención y afecto.
Su magisterio permanece en todos
los que hemos gozado de su consejo
que, como el de los auténticos Maestros,
le mantendrá en el recuerdo y en el
reconocimiento más allá de su muerte.
Por citar sólo unos pocos de esos
foros: Instituto de Estudios de Administración
Local e Instituto Nacional de
Administración Pública (en donde gran
parte de los profesionales del Urbanismo
de España han sido sus alumnos),
Universidad Carlos III de Madrid, Universidad
Politécnica de Cataluña, Escuela
de Negocios del CEU, prácticamente
todas las diputaciones y muchos municipios
de España…
Son muchos miles los urbanistas
que han aprendido de Ángel y lo recuerdan
con la simpatía y el reconocimiento
con que se recuerda a los verdaderos
maestros.
Ha sido una de las pocas personas
que ha recibido en vida un homenaje
multitudinario -El Consultor-La Ley- y ha
merecido un número monográfico de la
revista El Consultor de los Ayuntamientos.
Ya en vida pudo conocer, también, el
reconocimiento de los municipalistas
españoles por su magisterio. Se trata
del premio Ángel Ballesteros que ha
impulsado el CEMCI, institución municipalista
de reconocido prestigio internacional,
a la que tanto ayudó, precisamente,
Ángel.
Ángel vivirá siempre en nuestro
recuerdo. Descanse en paz.
Ricardo Santos Diez
Julio Castelao Rodríguez
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