Miguel Zugaza - Centro de Estudios Garrigues

ENTREVISTA
a ser plenamente consciente de la utilidad
que tiene para el Museo
-¿Cuáles son las próximas exposiciones
que podremos disfrutar en 2007
En marzo todavía estará abierta la exposición
Tintoretto, así que no hay que perdérsela.
A continuación, para el verano,
vamos a organizar otra exposición de un
gran maestro menos conocido para el
gran público pero muy importante como
es Joachim Patinir, uno de los precursores
de la pintura de paisaje entre finales
del siglo XV y principios del XVI. En comparación
con Tintoretto, un pintor excesivo
con una producción enorme, pasamos
a un artista parco, del cual conocemos
menos de veinte obras. Es un caso
parecido al de Vermeer. Creo que será
todo un descubrimiento. Ya para el otoño,
preparamos la inauguración de la
ampliación, para la ocasión presentaremos
en un montaje especial las colecciones
de arte español del siglo XIX, que
desde hace casi una década no se exponen.
El año de la inauguración lo cerraremos
con una bella e interesante exposición
sobre Velázquez como pintor de historias.
Será un proyecto no excesivamente
grande en cuanto a número de obras
expuestas pero también excelente. Tendremos
la ocasión de ver de nuevo La
Venus del espejo, que se conserva en la
National Gallery de Londres. Confío en
que que va a ser todo un acontecimiento.
-Ahora que no nos escucha nadie
¿Alguna preferencia personal
En el Prado inclinarte por algo es difícil, el
nivel de excelencia es muy alto, no obstante
yo creo que Velázquez representa
de alguna forma el corazón del Museo
porque consigue resumir lo mejor de la
tradición artística que se expone en el
Prado, lo mejor Tiziano, lo mejor de Tintoretto,
lo mejor de Rubens,... y lo proyecta
igual que la modernidad que proyecta
Goya, quien por su parte proyecta, como
tempranísimo precursor, toda la pintura
de la Vanguardia europea del XIX. Es muy
difícil hacer exposiciones de Velázquez.
Se acaba de terminar recientemente en
Londres, en la National Gallery, que es
junto con el Prado el otro santuario de
Velázquez. Se hizo aquella grandísima e
irrepetible exposición en el año 90 y lo
único que cabe es hacer unas exposiciones
un poco más organizadas, más centradas
en aspectos o detalles de su producción
tal vez menos conocidos o
menos estudiados como conjunto.
-Un sueño de exposición que le gustaría
traer al Prado.
-Los sueños realmente los estamos realizando.
En la vida hubiese imaginado
contar con exposiciones como las que
hemos organizado aquí en los últimos
años como la de Manet, Tiziano, la doble
exposición sobre Picasso, ahora Tintoretto,
Durero, aquella exposición maravillosa
de los dibujos y acuarelas de la Albertina
de Viena...
El Prado tiene esa capacidad de convocar
obras y proyectos casi irrealizables.
Tintoretto sin ir más lejos, es la primera
exposición que se organiza desde 1937
en Venecia, su ciudad natal. Te contaré
que hace ya casi 3 años, fuimos a Venecia
para empezar a hablar de las posibilidades
de préstamo y las autoridades culturales
de Venecia nos decían que era
imposible, que ellos lo habían intentado y
que no había sido posible. La verdad es
que hemos podido conseguir casi lo irrealizable,
y ahí está. Pensar por ejemplo
en reunir todas esa gran selección
de pinturas de Patinir, obras sobre
tabla, muy delicadas…. Pensar que
vamos a merecer la confianza de las
instituciones para poder traer esas
obras y presentarlas y publicarlas en
un catálogo razonado, yo creo que
efectivamente puede ser un sueño.
Llegará un momento en el que será
muy difícil organizar grandes exposiciones,
bien porque se han hecho
todas las exposiciones posibles, o
bien porque cada vez nosotros mismos,
los propios museos, vamos a ser
más reticentes a los préstamos, a la
movilidad de las obras. Por eso creo
que tenemos que disfrutar intensamente
de este momento.
-¿Cómo funciona el sistema de
préstamos entre museos
El sistema de préstamos se basa en
una relación de confianza entre museos.
Si sabemos que una obra del
Prado es importante para una exposición
en Londres, en Viena o en Nueva
York, estudiamos las posibilidades de
prestársela. También sabemos qué
cosas se pueden pedir, y qué cosas
no se pueden pedir. Lo más difícil
suele ser convencer a los coleccionistas
privados, que no son organizadores
de exposiciones y por lo tanto no
tienen ningún interés desde el punto
de vista de contraprestación, y por
otra a parte tampoco tienen como una
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