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5. Estructuración de El Periquillo<br />
Dentro de la trama de El Periquillo se encuentran<br />
historias intercaladas a imitación<br />
del barroco cervantino (Isabel, Tadeo, Rosalía,<br />
sirvientes, nobles…). En una discusión<br />
con un cura, el autor cita versos de esquina<br />
del popular Negrito Poeta. No cita más versificadores<br />
populares de quienes deambulaban<br />
por las calles de la América Septentrional,<br />
sino que El Pensador las hizo suyas,<br />
dando voz a los que no tenían acceso a los medios escritos; esto<br />
significa que se alejó de los sabios eruditos a la violeta, los pedantes<br />
que dicen conocer todo y no penetran en ningún asunto, pues<br />
éstos, consideraba, no necesitaban sus lecciones (1990a: 34).<br />
Si en ocasiones su estilo es menos risible que de costumbre<br />
(se pensaba un tanto bufón), es porque en realidad sus textos<br />
bordan en un fino e inteligente humor (muy a lo Miguel de Cervantes,<br />
Francisco de Quevedo y Francisco de Isla), en el entendido<br />
de que el humor se parece a las simbólicas máscaras del<br />
teatro: una llora y la otra la consuela, diciéndole que es suficientemente<br />
adulto y libre para vislumbrar un asomo de esperanza<br />
social y personal.<br />
Joaquín Lizardi (a veces se llamaba de esta manera) expuso<br />
las vivencias de los habitantes de una colonia, quienes habían<br />
padecido la deformación y la negación, y fueron obligados a un<br />
silencio por demás sospechoso o, si se prefiere, significativo de<br />
su cultura y de sus cualidades. Durante los trescientos y pico<br />
años de conquista y colonización, los dominantes no habían dejado<br />
de narrar, generalmente de manera deformada, el mundo<br />
cultural de los dominados, porque cambiaron sus nociones geo-<br />
43<br />
El Pensador Mexicano<br />
escribía sobre todo<br />
para el pueblo, el cual<br />
era, en un gran porcentaje,<br />
analfabeto.<br />
Hizo uso de diálogos,<br />
pues permitían al lector<br />
el cambio de voz,<br />
asimismo, las repeticiones<br />
y los dichos o<br />
refranes populares no<br />
eran gratuitos.