En torno al epistolario Jaspers-Heidegger - cristobal holzapfel

En torno al epistolario Jaspers-Heidegger - cristobal holzapfel En torno al epistolario Jaspers-Heidegger - cristobal holzapfel

cristobalholzapfel.cl
from cristobalholzapfel.cl More from this publisher
11.01.2015 Views

que él carecía del todo de una protección natural contra las inclemencias de la vida de zorro. Después de que este zorro había caído en una y otra de las trampas de otros y de su piel, por decirlo así, no quedaba un pedazo sano, decidió apartarse completamente de la vida de zorro y se propuso la construcción de una guarida de zorro. P 2 Sigamos con la fábula de Hannah: "Con su ignorancia sobre trampas y no-trampas, capaz de erizar el pelo, y su increíble experiencia con trampas, llegó a concebir un pensamiento muy nuevo e inesperado entre los zorros: construyó una trampa como guarida de zorro, se instaló en ella y la presentó como una guarida normal (no por astucia, sino porque desde siempre él había confundido las trampas de los otros con su guarida); él decidió empero ser astuto a su manera y arreglar la trampa construida por él, que sólo estaba hecha a su medida, como trampa para otros. Esto daba nuevamente testimonio de una gran ignorancia de la esencia de las trampas: en su trampa no cabía nadie, porque él mismo estaba dentro. Esto le molestaba; al fin y al cabo se sabe que todos los zorros suelen caer, a pesar de toda su astucia, en una trampa. ¿Por qué tenía que haber una trampa de zorro, y más encima, construida por el zorro más experimentado en trampas, que no pudiera estar a la altura de trampas de hombres y cazadores Patentemente, porque la trampa misma no se mostraba suficientemente como tal. Entonces se le ocurrió a nuestro zorro adornar del modo más bello su trampa y apuntalar por todas partes señales visibles que dijeran muy claramente: vengan todos acá, aquí hay una trampa, la trampa más linda del mundo. Después de esto era del todo claro que ningún zorro podía equivocarse. A pesar de ello vinieron muchos, porque esta trampa le servía de guarida a nuestro zorro. Si acaso se le quería visitar en su guarida, donde él estaba en casa, había que caer en su trampa. En todo caso de ella podía salir cualquiera, menos él mismo. Ella le estaba hecha literalmente a la medida de su cuerpo. Pero el zorro, morador de su trampa, decía orgulloso: tantos caen en mi trampa, he llegado a ser el zorro más astuto de todos. Y también en ello había algo verdadero: nadie conoce la esencia de las trampas mejor que quien está de por vida en su propia trampa" (Kleinauf, 78). HAA P 3 Esta visión dispar de Heidegger Hannah la tuvo desde muy temprano, precisamente ya desde su amorío con él de los años 1924-25, principalmente en Marburgo. Es interesante también tener en consideración su relación en 1929 y matrimonio nueve meses más tarde con Günther Stern, quien posteriormente cambiará este nombre por el de Günther Anders, y así será conocido posteriormente como un destacado filósofo. Él hizo su doctorado en Friburgo con Husserl y junto con Hannah fue alumno de Heidegger en Marburgo. Así como en el caso de la fábula sobre el zorro Heidegger, de Günther Stern conocemos una divertida anécdota (en todo caso, lo divertido, está claro, representa solamente un ángulo de ello, y se relaciona con el modo como el propio Stern lo cuenta). El relato tiene que ver aquí especialmente con Elfride, la mujer de Heidegger, de quien sí es sabido que fue una entusiasta nazi. En una entrevista otorgada en 1979 dice: "Ya que estamos en Heidegger: estuve allí cuando inauguró su famosa cabaña en Todtnauberg. Había invitado a sus estudiantes. Entre los entretenimientos que nos permitimos esa noche (o que él nos permitió) había también una competencia exótica: quién podía estar más tiempo parado de cabeza. Yo era un excelente artista en esto, podía hacerlo sin dificultades durante 5 minutos, lo que a Heidegger lo dejaba sin habla. Es más, él parecía molestarse con 86

ello, porque contradecía la imagen negativa que se había hecho de mí, como de un literato del pavimento...A la mañana siguiente después de aquella noche caminamos de vuelta a Friburgo, no: corrimos; y corrí - eso no lo olvidaré nunca, porque eso demostraba la falta de instinto de los nacional-socialistas - mano a mano con la Señora Heidegger, que entonces parecía una joven movediza, y que por cierto, lo era. Como ella no tenía idea de cómo se ven los judíos (y verdaderamente yo no me veía como no-judío), comenzó, mientras corríamos cerro abajo, a hablar del nacional-socialismo, si acaso no quería yo adherir a este movimiento. 'Míreme', le respondí, 'entonces reconocerá que pertenezco a aquellos que Uds. quieren segregar". (Kl.29). P 4 Mas, como ya hemos visto, lo que en definitiva cuenta por parte de Hannah Arendt es su elevado reconocimiento de los alcances del pensamiento heideggeriano, y así leemos en su artículo escrito para la celebración de los 80 años de Heidegger lo siguiente: "La fama de Heidegger es anterior a la publicación de Ser y tiempo en el año 1927, es más, es cuestionable si acaso el insólito éxito de este libro - no solamente la impresión que suscita de inmediato, sino por sobre todo el efecto sostenido, al que pocas publicaciones del siglo pueden equipararse - habría sido posible si no hubiera sido por el, como se dice, éxito en la enseñanza que le precedió y que en todo caso en opinión de los que entonces estudiaban, sólo confirmó. / En torno a esta fama temprana había algo extraño, algo quizás más extraño que en torno a la de Kafka en los tempranos años 20 o la de Braques y Picasso en el decenio anterior, quienes también eran desconocidos para lo que comúnmente se entiende como opinión pública, y que, a pesar de ello, produjeron un impacto extraordinario. Porque en este caso no había nada previo en lo que la fama se hubiese podido asentar, nada escrito, a no ser que unos apuntes de seminario que circulaban de mano en mano; y los apuntes trataban de textos que en general eran conocidos, no contenían ninguna teoría, que se hubiere podido seguir transmitiendo. En ellos no había apenas más que un nombre, pero el nombre viajaba por toda Alemania como la noticia del rey secreto" (Row., Heid., 10). P 5 De este modo hemos visto distintas facetas de nuestra Hannah, que reconoce como padre intelectual a Jaspers y su pensamiento sigue principalmente su huella, diríamos la de la comunicación y la relación interpersonal, y sin embargo, está también influenciada por el pensamiento heideggeriano sobre todo en cuanto al método, el modo de hacer filosofía. Con Jaspers la unió una profunda relación de afecto, de admiración y de un ejemplo de la mayor altura que veía en él, con Heidegger su relación que alguna vez fue amorosa y clandestina (con un Heidegger casado, mucho mayor que ella) y se mantuvo durante gran parte de su vida como una relación conflictiva, y no obstante ello, ya hacia finales de ella, casi acaba reconciliándose con él. Es Hannah además quien instará a Heidegger en su recuperación de la amistad con Jaspers a hacer una "confesión de culpa", de lo que nos ocuparemos en nuestro próximo capítulo. P 6 Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existencial' de Karl Jaspers" continuamos el próximo martes a las ocho y cuarto de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha". 87

que él carecía del todo de una protección natur<strong>al</strong> contra las inclemencias de la vida de zorro.<br />

Después de que este zorro había caído en una y otra de las trampas de otros y de su piel, por<br />

decirlo así, no quedaba un pedazo sano, decidió apartarse completamente de la vida de zorro y se<br />

propuso la construcción de una guarida de zorro.<br />

P 2<br />

Sigamos con la fábula de Hannah:<br />

"Con su ignorancia sobre trampas y no-trampas, capaz de erizar el pelo, y su increíble<br />

experiencia con trampas, llegó a concebir un pensamiento muy nuevo e inesperado entre los<br />

zorros: construyó una trampa como guarida de zorro, se inst<strong>al</strong>ó en ella y la presentó como una<br />

guarida norm<strong>al</strong> (no por astucia, sino porque desde siempre él había confundido las trampas de<br />

los otros con su guarida); él decidió empero ser astuto a su manera y arreglar la trampa<br />

construida por él, que sólo estaba hecha a su medida, como trampa para otros. Esto daba<br />

nuevamente testimonio de una gran ignorancia de la esencia de las trampas: en su trampa no<br />

cabía nadie, porque él mismo estaba dentro. Esto le molestaba; <strong>al</strong> fin y <strong>al</strong> cabo se sabe que todos<br />

los zorros suelen caer, a pesar de toda su astucia, en una trampa. ¿Por qué tenía que haber una<br />

trampa de zorro, y más encima, construida por el zorro más experimentado en trampas, que no<br />

pudiera estar a la <strong>al</strong>tura de trampas de hombres y cazadores Patentemente, porque la trampa<br />

misma no se mostraba suficientemente como t<strong>al</strong>. <strong>En</strong>tonces se le ocurrió a nuestro zorro adornar<br />

del modo más bello su trampa y apunt<strong>al</strong>ar por todas partes señ<strong>al</strong>es visibles que dijeran muy<br />

claramente: vengan todos acá, aquí hay una trampa, la trampa más linda del mundo. Después de<br />

esto era del todo claro que ningún zorro podía equivocarse. A pesar de ello vinieron muchos,<br />

porque esta trampa le servía de guarida a nuestro zorro. Si acaso se le quería visitar en su<br />

guarida, donde él estaba en casa, había que caer en su trampa. <strong>En</strong> todo caso de ella podía s<strong>al</strong>ir<br />

cu<strong>al</strong>quiera, menos él mismo. Ella le estaba hecha liter<strong>al</strong>mente a la medida de su cuerpo. Pero el<br />

zorro, morador de su trampa, decía orgulloso: tantos caen en mi trampa, he llegado a ser el zorro<br />

más astuto de todos. Y también en ello había <strong>al</strong>go verdadero: nadie conoce la esencia de las<br />

trampas mejor que quien está de por vida en su propia trampa" (Kleinauf, 78). HAA<br />

P 3<br />

Esta visión dispar de <strong>Heidegger</strong> Hannah la tuvo desde muy temprano, precisamente ya<br />

desde su amorío con él de los años 1924-25, princip<strong>al</strong>mente en Marburgo.<br />

Es interesante también tener en consideración su relación en 1929 y matrimonio nueve<br />

meses más tarde con Günther Stern, quien posteriormente cambiará este nombre por el de<br />

Günther Anders, y así será conocido posteriormente como un destacado filósofo. Él hizo su<br />

doctorado en Friburgo con Husserl y junto con Hannah fue <strong>al</strong>umno de <strong>Heidegger</strong> en Marburgo.<br />

Así como en el caso de la fábula sobre el zorro <strong>Heidegger</strong>, de Günther Stern conocemos<br />

una divertida anécdota (en todo caso, lo divertido, está claro, representa solamente un ángulo de<br />

ello, y se relaciona con el modo como el propio Stern lo cuenta). El relato tiene que ver aquí<br />

especi<strong>al</strong>mente con Elfride, la mujer de <strong>Heidegger</strong>, de quien sí es sabido que fue una entusiasta<br />

nazi. <strong>En</strong> una entrevista otorgada en 1979 dice:<br />

"Ya que estamos en <strong>Heidegger</strong>: estuve <strong>al</strong>lí cuando inauguró su famosa cabaña en<br />

Todtnauberg. Había invitado a sus estudiantes. <strong>En</strong>tre los entretenimientos que nos permitimos<br />

esa noche (o que él nos permitió) había también una competencia exótica: quién podía estar más<br />

tiempo parado de cabeza. Yo era un excelente artista en esto, podía hacerlo sin dificultades<br />

durante 5 minutos, lo que a <strong>Heidegger</strong> lo dejaba sin habla. Es más, él parecía molestarse con<br />

86

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!