En torno al epistolario Jaspers-Heidegger - cristobal holzapfel
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Se trata en ello de la filosofía como la entendía <strong>Jaspers</strong>, <strong>al</strong> modo de la comunicación<br />
abierta y tot<strong>al</strong>.<br />
P 2<br />
Pero, fin<strong>al</strong>mente en la <strong>al</strong>udida carta de felicitación <strong>al</strong>go que podríamos describir como<br />
penoso, y que se expresa en aquel reconocimiento de estar con las manos vacías frente <strong>al</strong><br />
felicitado.<br />
Describo esto como penoso, porque <strong>Jaspers</strong> no puede simplemente felicitar a quien fuera<br />
su amigo, o que ya casi ha dejado de serlo, ya que son muchas las reservas que se interponen<br />
como para que haya un gesto puramente asertivo y acogedor.<br />
La carta de <strong>Jaspers</strong> termina con un recuerdo de uno de los cerros más <strong>al</strong>tos de Alemania,<br />
el "Feldberg", donde se imagina a <strong>Heidegger</strong> en su en<strong>torno</strong> - la Selva Negra - (de hecho<br />
<strong>Heidegger</strong> le había contado <strong>al</strong>guna vez haber subido ese cerro, el cu<strong>al</strong> además queda<br />
relativamente cerca de Todtnauberg, donde estaba su cabaña). El recuerdo es de 1901, cuando<br />
<strong>Jaspers</strong> tenía 18 años, estando <strong>al</strong>lá arriba una semana, y en particular se acuerda de una vez que<br />
vio los Alpes sobre la niebla.<br />
Hay mucho de lejanía y de nost<strong>al</strong>gia, incluso de un mundo perdido, en esa visión de<br />
<strong>Jaspers</strong>, no sólo por lo lejano del tiempo, sino por tratarse de Alemania, de la que él se fue<br />
definitivamente.<br />
P 3<br />
Luego habrá que esperar hasta el próximo jubileo, esta vez los ochenta años de <strong>Jaspers</strong>,<br />
cumplidos en 1963, y, cabe advertir, no deja de sorprender lo llena de elogio, de aprecio y de<br />
admiración que es la felicitación que le manda <strong>Heidegger</strong>. Dice así:<br />
"Que Ud. haya podido llegar y permanecer aquí, donde su pensar ha fundado una<br />
estancia para la meditación, a ello v<strong>al</strong>e hoy el agradecer del pensar".<br />
Y a ello le sigue este poema:<br />
"Él vive del sosiego y para él.<br />
Él cuida lo indestructible.<br />
Él hace cada hora en la cercanía lejana a lo originario.<br />
Él conoce el pensar como el persistir sin efectos en la determinación tomada una vez.<br />
El agradecer en el pensar sea en este día su <strong>al</strong>egría".<br />
Y se despide diciendo: "<strong>En</strong> el recuerdo de los años veinte de este vertiginoso siglo".<br />
La felicitación de <strong>Heidegger</strong> es de febrero (el cumpleaños de <strong>Jaspers</strong> es el 23 de febrero)<br />
y la respuesta de este ;ultimo es transcurrido un mes, el 25 de marzo del 63, y comienza dando<br />
una explicación respecto de ese retraso, debido a una prolonganda gripe. Cabe traer a colación <strong>al</strong><br />
respecto lo delicado de la s<strong>al</strong>ud de <strong>Jaspers</strong> y el mérito que significa haber llegado a edad tan<br />
avanzada. Recordemos también que en plena juventud el Dr. Fraenkel había pronosticado una<br />
breve vida para él.<br />
P 4<br />
Y, a pesar de lo elogiosa de la carta de felicitación de <strong>Heidegger</strong> que habla de él como el<br />
que "cuida lo indestructible", no f<strong>al</strong>ta en la respuesta de este último la observación crítica de que<br />
igu<strong>al</strong> experimentó con esa carta una desazón, sucitada por lo ceremoniosa que le resultó para su<br />
gusto.<br />
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