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En torno al epistolario Jaspers-Heidegger - cristobal holzapfel

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Programa:<br />

“La fiesta del pensamiento”<br />

Radio de la Universidad de Chile<br />

Radio Universidad Santa María<br />

Re<strong>al</strong>ización:<br />

Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Ciclo:<br />

“<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

1


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 244 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 30 de Agosto del 2000 a las 16,45 hrs<br />

Dentro de nuestro Programa "La fiesta del pensamiento"<br />

iniciamos desde hoy un nuevo Ciclo sobre "El esclarecimiento<br />

existenci<strong>al</strong> de Karl <strong>Jaspers</strong>".<br />

Digamos por de pronto que se trata de uno de los filósofos<br />

más grandes del siglo XX con un derrotero singular, por venir de<br />

la Psiquiatría. Al mismo tiempo, estamos ante una figura que fue<br />

capaz de hacer una inmensa obra de su vida, regida ésta por una<br />

consecuencia rigurosa de punta a cabo, y, por decirlo así, a<br />

pesar de su pesar: me refiero a que fue un hombre muy enfermo,<br />

<strong>al</strong> que ya en 1901, cuando tiene apenas 18 años, un amigo de la<br />

familia, el Dr. Albert Fraenkel, le diagnostica "éxtasis<br />

bronqui<strong>al</strong>es" y una deficiencia en el pulmón izquierdo, y, por si<br />

esto fuera poco, le diagnostica una vida corta (lo que por<br />

suerte no se cumplió). Con Fraenkel mantendrá <strong>Jaspers</strong> una<br />

amistad hasta la muerte del primero, acaecida en Heidelberg en<br />

1938, cuando había sido despojado de todos sus cargos y difamado<br />

por los nazis, por ser judío. <strong>Jaspers</strong> lo visita entonces en su<br />

lecho de moribundo, él mismo que a su vez a esas <strong>al</strong>turas había<br />

sido despojado de su venia legendi, es decir, de su derecho a<br />

enseñar, como también de su derecho a publicar por parte de los<br />

nazis, y ésta vez no por ser judío, ya que no lo era, sino por<br />

estar casado desde 1910 con Gertrud Maier, judía, de quien<br />

decidió nunca separarse, a pesar de que los nazis en la<br />

Universidad de Heidelberg así se lo plantearan, como condición<br />

para que continuara todo su rumbo norm<strong>al</strong>.<br />

P 1<br />

<strong>En</strong>tre 1902 y 1903 estudió Medicina en Berlin, luego entre<br />

1903 y 1906 en Göttingen y fin<strong>al</strong>mente completa estos estudios<br />

entre 1906 y 1908 en Heidelberg. Sus vacaciones las aprovecha en<br />

ese tiempo en <strong>al</strong>gunas ocasiones para ir <strong>al</strong> norte de Alemania, en<br />

particular a su casa nat<strong>al</strong> en Oldenburg, donde él mismo<br />

construye un laboratorio que <strong>al</strong> mismo tiempo ocupaba para<br />

observaciones del cielo estrellado. <strong>En</strong> ese tiempo no tenía<br />

ningún interés por las así llamadas "ciencias del espíritu"<br />

("Geisteswissenschaften"), incluso él mismo dice que durante su<br />

estadía en Göttingen no tuvo noticia de Husserl, que en ese<br />

tiempo enseñaba <strong>al</strong>lí. Fin<strong>al</strong>mente en 1909, a la edad de 25 años<br />

se recibe como médico en la Universidad de Heidelberg con la<br />

disertación "Nost<strong>al</strong>gia y delito" ("Heimweh und Verbrechen"), el<br />

2


mismo año en que conoce a quien será su futura esposa y<br />

compañera inseparable de toda la vida - Gertrud -. <strong>En</strong> este año<br />

también comienza él a trabajar en la Clínica Psiquiátrica de<br />

Heidelberg. <strong>En</strong>tre 1910 y 1913 surgen los frutos de sus<br />

investigaciones psiquiátricas con una verdadera fiebre<br />

publicística, a través de la aparición de múltiples artículos<br />

sobre mediciones de inteligencia, demencia, corpor<strong>al</strong>idad y<br />

juicio de re<strong>al</strong>idad, análisis de percepciones <strong>al</strong>ucinatorias, la<br />

orientación psicopatológica en psicopatología, esquizofrenia, y<br />

que culminarán en su obra "Psicopatología gener<strong>al</strong>" de 1913. Con<br />

ello <strong>Jaspers</strong> pasa a tener un nombre dentro mundo académico de la<br />

época. <strong>En</strong> 1916 es designado Profesor Extraordinario de<br />

Psicología en la Universidad de Heidelberg.<br />

Con todo, pronto habrá de concluir su carrera en la<br />

Psiquiatría, si bien más tarde en los años 20 aparecerán sus<br />

patografías sobre Strindberg, Van Gogh y Nietzsche.<br />

P 2<br />

Su camino era otro: era la filosofía, aunque, por otro<br />

lado, no tan aparte. Por ejemplo, en relación <strong>al</strong> tema que<br />

desarrollaremos - "Esclarecimiento existenci<strong>al</strong>" -, podemos desde<br />

ya suponer lo que pueden haber influido sus estudios,<br />

investigaciones y práctica en la Psiquiatría y la<br />

Psicopatología.<br />

<strong>En</strong>tre los Profesores cuyas lecciones él más frecuentó, está<br />

Heinrich Rickert, el filósofo neokantiano, junto con Ernst<br />

Cassirer y Wilhelm Windelband, los más importantes<br />

representantes de esa corriente en Alemania. Con Rickert <strong>Jaspers</strong><br />

hizo su habilitación, y de su c<strong>al</strong>idad de <strong>al</strong>umno paso a ser <strong>al</strong><br />

cabo de un tiempo un par que discutía con él cuestiones<br />

filosóficas fundament<strong>al</strong>es.<br />

Respecto de lo filosófico, corresponde decir, en primer<br />

lugar, que <strong>Jaspers</strong> nunca re<strong>al</strong>izó estudios form<strong>al</strong>es de filosofía,<br />

como corresponde además en las universidades <strong>al</strong>emanas, bajo la<br />

dirección de un profesor.<br />

Mas, sus lecturas filosóficas se inician tempranamente con<br />

Spinoza, Lucrecio, Schopenhauer, Nietzsche, Plotino, Schelling,<br />

Kant, y más tarde desde 1913: Kierkegaard, y Hegel. Sobre todo<br />

la lectura de Spinoza significó mucho para él, especi<strong>al</strong>mente en<br />

cuanto le ayudaba a soportar su terrible enfermedad que, de<br />

acuerdo a las indicaciones que ya recibiera del Dr. Fraenkel,<br />

significa que tenía que expectorar varias veces <strong>al</strong> día, de lo<br />

contrario comenzaba a manifestarse la fiebre, esc<strong>al</strong>ofríos,<br />

escupir sangre e infecciones pulmonares.<br />

3


Sobre la filosofía leemos en una carta de 1902: "La<br />

filosofía es de un extraordinario v<strong>al</strong>or. Si acaso no la hubiera,<br />

la vida sería terrible" (<strong>Jaspers</strong>, Monografías Rowohlt, Hamburgo, 1999, p. 31).<br />

P 3<br />

Sin duda <strong>al</strong>guna, asociado con su enfermedad, en <strong>Jaspers</strong> se<br />

despierta desde muy temprano una radic<strong>al</strong> toma de conciencia de<br />

la muerte (<strong>al</strong> fin y <strong>al</strong> cabo él tenía que sentirse a sí mismo<br />

como una especie de "condenado" a una preconizada corta vida).<br />

Así leemos en su Diario de Vida y en distintas cartas de esos<br />

años:<br />

"Me sorprendo de repente que yo esté aquí. Desde unas<br />

tinieblas desconocidas asciende el hombre individu<strong>al</strong> peldaño a<br />

peldaño a la conciencia de su existencia. Él siente que no<br />

<strong>al</strong>canza a significar <strong>al</strong>go en una existencia que se ha<br />

completado" (Diario de Vida, 1905).<br />

O también en una carta, donde sostiene que los grandes<br />

problemas "de los que todo parece depender" son las preguntas<br />

"qué significa la muerte, qué significa una individu<strong>al</strong>idad"<br />

(Carta de Mayo de 1905).<br />

La conciencia de morir determina <strong>al</strong> ser humano, y se<br />

expresa en todo lo que hace. Es por ello que hay que estar<br />

permanentemente a la escucha del "memento mori" (Carta de Agosto<br />

de 1904). Recién a partir de la omnipresencia de la muerte<br />

"estamos siempre en el límite" (Carta de Junio de 1905).<br />

El biógrafo Hans Saner, uno de sus princip<strong>al</strong>es discípulos,<br />

amigo de <strong>Jaspers</strong>, que tenía un cuarto de trabajo en su casa de<br />

Basilea, y que lo acompañó hasta el día de su muerte, sostiene<br />

que ya antes de su lectura de Kierkegaard, se habían abierto los<br />

que serían los grandes temas de su pensamiento: "existencia,<br />

trascendencia, conciencia, situación límite, comunicación" (p.<br />

32).<br />

P 4<br />

Desde 1909 comenzó <strong>Jaspers</strong> sus lecturas de Edmund Husserl,<br />

el padre de la fenomenología, y en 1913 lo conoció<br />

person<strong>al</strong>mente. <strong>En</strong> él pudo admirar, nos dice Saner, el intento de<br />

la forjación de un nuevo método, "la disciplina del pensamiento,<br />

el poder de esclarecer los supuestos, la exactitud en la<br />

distinción de matices, la remisión a las cosas mismas" (p. 33),<br />

y agrega:<br />

"Si bien Husserl había forjado un instrumento del análisis<br />

exacto, que le permitía ver de cerca cosas hasta ahora nunca<br />

vistas, y él puso en marcha la actitud del ver, mas lo que el<br />

vio era filosóficamente irrelevante. Aquí f<strong>al</strong>taba la mirada para<br />

lo que era existenci<strong>al</strong>mente relevante" (ib.).<br />

4


Del mismo modo influyeron también los filósofos destacados<br />

del momento, como Max Scheler y Georg Simmel, con los cu<strong>al</strong>es<br />

conversaba <strong>Jaspers</strong> ocasion<strong>al</strong>mente. Así también cabe nombrar aquí<br />

a Georg Lukács y a Ernst Bloch. Por ejemplo, de este último,<br />

sigue Saner, le atraía su modo espontáneo y cálido, "la riqueza<br />

en ocurrencias; pero la tendencia a lo gnóstico, teosófico, el<br />

amor por lo utópico le parecía demasiado grande, el pensar muy<br />

dado a s<strong>al</strong>tar, en cierto modo, geni<strong>al</strong>, como para poder seguirlo"<br />

(ib.). <strong>En</strong> definitiva, agrega el biógrafo de <strong>Jaspers</strong>, tanto<br />

Lukács como Bloch "le resultaban sospechosos, porque los rodeaba<br />

un aura pública de lo profético, que ellos permitían, sin ser<br />

ellos mismos profetas" (ib.).<br />

Pero, había una figura en Heidelberg, a quien <strong>Jaspers</strong> le<br />

tuvo la más grande admiración, la que lo marcaría y se<br />

mantendría de por vida: Max Weber. <strong>Jaspers</strong> dice de él: "Él fue<br />

para mí el filósofo personificado de nuestro tiempo" (de su<br />

libro "Recheschaft und Ausblick", p. 386, "B<strong>al</strong>ance y<br />

perspectiva").<br />

P 5<br />

El año 20, cuando ya <strong>Jaspers</strong> cuenta con 37 años, es un año<br />

decisivo, <strong>al</strong> menos por dos razones: 1. Porque lo nombran<br />

Profesor Extraordinario de Filosofía de la Universidad de<br />

Heidelberg, y 2. Porque es el año en que conoce a quien será t<strong>al</strong><br />

vez su gran y más importante amigo: Martin <strong>Heidegger</strong>.<br />

Ambos, t<strong>al</strong> vez los pensadores <strong>al</strong>emanes más destacados del<br />

siglo XX, se conocieron, como cosa de destino, nada menos que<br />

para la celebración de un cumpleaños de Husserl en el año ya<br />

mencionado: 1920, en Friburgo en Brisgovia, donde Husserl<br />

enseñaba, y del cu<strong>al</strong> <strong>Heidegger</strong> era su Asistente.<br />

Con ello comienza una larga amistad con su auge, con muchos<br />

gestos de auténtica filia griega, su climax, en el que <strong>Jaspers</strong><br />

llega a proponerle a su amigo la formación de un "sociedad de<br />

lucha" a la que pertenecerían únicamente ellos dos, y el<br />

desenlace que será fin<strong>al</strong>mente el doloroso quiebre de esta bella<br />

amistad.<br />

<strong>En</strong> cierto modo, podríamos decir, por distintas razones que<br />

ya an<strong>al</strong>izaremos, en esta amistad profunda se reproduce una buena<br />

parte de la historia también dolorosa de Alemania de<br />

entreguerras, el nazismo, la guerra, la derrota de Alemania y su<br />

recuperación, la que para <strong>Jaspers</strong> nunca fue del todo<br />

convincente.<br />

P 6<br />

Coninuamos el próximo miiércoles a las 16,45 hrs. con el<br />

Ciclo ‘El "esclarecimiento existenci<strong>al</strong> de Karl <strong>Jaspers</strong>’.<br />

5


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 245 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 6 de Septiembre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Dentro del Ciclo que recién iniciamos sobre el<br />

"Esclarecimiento existenci<strong>al</strong> de Karl <strong>Jaspers</strong>", hemos comenzado<br />

por destacar y an<strong>al</strong>izar <strong>al</strong>gunos datos biográficos, y entre ellos<br />

se ha hecho ya presente la aparición de Martin <strong>Heidegger</strong> en su<br />

vida, con quien lo unirá una muy estrecha amistad hasta que, por<br />

motivos a los que atenderemos más adelante, se producirá un<br />

quiebre entre ambos.<br />

Dentro del Ciclo mencionado iniciaremos a su vez desde hoy<br />

el Capítulo "Sociedad de lucha", que guarda relación con la<br />

propuesta en que coinciden ambos pensadores - Karl <strong>Jaspers</strong> y<br />

Martin <strong>Heidegger</strong> - de formar una sociedad en la que ambos, y<br />

sólo ambos, di<strong>al</strong>oguen y discutan sobre los temas filosóficos<br />

fundament<strong>al</strong>es, procurando lograr el mayor esclarecimiento de<br />

ellos.<br />

Ello lo situamos aquí <strong>al</strong> comienzo de nuestra indagación<br />

sobre el "esclarecimiento existenci<strong>al</strong>", ya que relativamente a<br />

la propuesta de la mencionada "sociedad de lucha"<br />

("Kampfgemeinschaft") se ponen en juego varios de los<br />

pensamientos del <strong>al</strong>udido esclarecimiento existenci<strong>al</strong>, incluyendo<br />

en ello especi<strong>al</strong>mente las ideas de comunicación y lucha amorosa.<br />

Anticipando <strong>al</strong>guna explicación relativa a estas ideas, digamos<br />

que la comunicación está pensada como que el hombre únicamente<br />

puede ser sí mismo precisamente en comunicación con el otro, y<br />

la lucha amorosa viene a ser la expresión de esa comunicación,<br />

en la que habiendo el enfrentamiento inevitable para esclarecer<br />

los asuntos, él está, <strong>al</strong> mismo tiempo, inspirado en el amor, que<br />

obliga a que de antemano le entreguemos nuestras armas <strong>al</strong> otro.<br />

<strong>En</strong> otras p<strong>al</strong>abras, podríamos decir que en la propuesta de<br />

la sociedad de lucha p<strong>al</strong>pita el más <strong>al</strong>to sentido socrático del<br />

diálogo y de la di<strong>al</strong>éctica platónica (tomando igu<strong>al</strong>mente en<br />

consideración que el propio <strong>Jaspers</strong> se encargará de hacer<br />

oportunamente las distinciones necesarias <strong>al</strong> respecto).<br />

P 1<br />

Partamos en lo que se refiere a esta relación interfilosófica<br />

desde que ambos pensadores se conocen. Ello ocurre el<br />

día 8 de Abril de 1920 (que podría considerarse histórico dentro<br />

de la historia de la filosofía), con motivo del cumpleaños 61 de<br />

Edmund Husserl.<br />

6


<strong>Jaspers</strong> comenta este encuentro en su "Autobiografía<br />

filosófica" haciendo <strong>al</strong>usión a una anécdota divertida.<br />

Escuchemos:<br />

"<strong>En</strong> los primeros meses de 1920 estuvimos mi Señora y yo<br />

<strong>al</strong>gunos días en Friburgo, con ocasión de hablar con Husserl y<br />

<strong>Heidegger</strong>. Se celebraba el cumpleaños de Husserl. Estábamos en<br />

un amplio círculo <strong>al</strong>rededor de la mesa para la hora del café. <strong>En</strong><br />

ese contexto la Señora Husserl llamó a <strong>Heidegger</strong> el "niño<br />

fenomenológico" (Martin <strong>Heidegger</strong> - Karl <strong>Jaspers</strong>, Epistolario 1920-1963, Edit.<br />

Piper, München, 1992, p. 222).<br />

P 2<br />

<strong>Jaspers</strong>, que con su obra "Psicopatología gener<strong>al</strong>" (de 1913)<br />

y su "Psicología de las cosmovisiones" (de 1919) ya es una<br />

figura destacada en el mundo académico <strong>al</strong>emán, y que es a su vez<br />

6 años mayor que <strong>Heidegger</strong>, es el primero en sellar esta<br />

amistad. De manera acogedora y jovi<strong>al</strong> le dice a <strong>Heidegger</strong> en<br />

carta del 28.6.1921:<br />

"¿Usted no querrá titularme "Profesor" ¿Justo cuando hace<br />

ya harto tiempo que hemos iniciado una relación "filosófica" ¿O<br />

confía en mí tan poco"<br />

Por su parte, <strong>Heidegger</strong> será el primero en hablar de una<br />

así llamada "sociedad de lucha" ("Kampfgemeinschaft") entre<br />

ambos, idea que encuentra inmediata acogida en <strong>Jaspers</strong> y que<br />

seguirá vigente a lo largo de gran parte de sus vidas.<br />

La propuesta de una "sociedad de lucha" se apoya en el<br />

hecho de que ambos pensadores se ven a sí mismos como margin<strong>al</strong>es<br />

a las corrientes filosóficas imperantes en ese momento en<br />

Alemania, las cu<strong>al</strong>es representan para ellos una "filosofía<br />

escolar" que tiene a Heinrich Rickert a la cabeza.<br />

Este connotado Profesor neokantiano hace una Recensión<br />

bastante negativa de la "Psicología de las cosmovisiones" y <strong>al</strong><br />

mismo tiempo se opone en 1922 <strong>al</strong> nombramiento de <strong>Jaspers</strong> como<br />

Profesor Ordinarius de Filosofía (grado máximo) de la<br />

Universidad de Heidelberg, el cu<strong>al</strong>, no obstante, obtendrá.<br />

Esa margin<strong>al</strong>idad de ambos respecto de la filosofía ofici<strong>al</strong><br />

<strong>al</strong>emana del momento a la que <strong>al</strong> nombre de Rickert, se pliegan<br />

los de Wilhelm Windelband, Ernst Cassirer, Nicolai Hartmann y<br />

Max Scheler, entre otros, va aparejada con el hecho de<br />

encontrarse ambos en cierta soledad, la que a su vez habrá de<br />

contribuir, sin duda <strong>al</strong>guna, a que ambos puedan y tengan que<br />

concentrarse en el desarrollo de su pensamiento de largo<br />

<strong>al</strong>cance. Por otra parte, la mencionada soledad guarda relación<br />

también con el hecho de estar <strong>Heidegger</strong> en los inicios de su<br />

camino, como asistente de Husserl, y <strong>Jaspers</strong>, teniendo que<br />

7


enfrentar el mundo académico de los profesores de filosofía en<br />

el que recién ha ingresado, viniendo de la Psiquiatría.<br />

P 3<br />

Ya pronto comienzan las estadías de <strong>Heidegger</strong> en casa de<br />

<strong>Jaspers</strong> y su esposa Gertrud, que se extienden norm<strong>al</strong>mente a<br />

varios días. Junto con hacerle una cordi<strong>al</strong> invitación a su<br />

amigo, entrando incluso en aspectos domésticos (cuando los<br />

<strong>Jaspers</strong> tienen todavía una casa pequeña en Heidelberg), veamos<br />

como <strong>Jaspers</strong> hace <strong>al</strong>usión a la "sociedad de lucha" en carta del<br />

6.9.1922:<br />

"Me adelanto ahora a referirme a su visita a Heidelberg y<br />

lo vuelvo a invitar a hacer una estadía donde nosotros; mas,<br />

tengo que repetir que el lugar es relativamente primitivo (cama<br />

en la chaiselongue de la biblioteca, baño en el toillete - de<br />

otro modo, no resulta en nuestra casa). Sería bello pues que<br />

<strong>al</strong>guna vez pudiéramos filosofar en horas adecuadas durante unos<br />

días, poniendo a prueba y consolidando la "sociedad de lucha".<br />

Me imagino que vivimos juntos - cada en su habitación, mi mujer<br />

está de viaje -, cada uno haciendo lo que quiere, y que nosotros<br />

- independientemente de las comidas - nos reunimos según nos<br />

plazca y hablemos, especi<strong>al</strong>mente en el crepúsculo, o como se de,<br />

sin ninguna imposición. Si Ud. tiene la posibilidad y las ganas,<br />

venga muy pronto, por favor, y anúnciese a tiempo. El 14 de<br />

septiembre vuelve mi mujer, y entonces me gustaría estar<br />

nuevamente solo. Acerca de los costos de viaje, me hago cargo<br />

yo, tomando en cuenta la situación presente de nuestras vidas.<br />

Sobre eso no necesitamos discutir. Agrego un billete (1000<br />

marcos) para el viaje".<br />

P 4<br />

La estadía que fin<strong>al</strong>mente se re<strong>al</strong>izó donde <strong>Jaspers</strong> tiene<br />

que haber sido muy bella y fructífera, y por eso leemos en carta<br />

de <strong>Heidegger</strong> del 19.11.1922 lo siguiente:<br />

"Los ocho días donde Ud. me acompañan permanentemente. Lo<br />

repentino, hacia el exterior sin acontecer de estos días, la<br />

seguridad del 'estilo', en el que un día crecía sin artificio en<br />

el siguiente, el tránsito no sentiment<strong>al</strong> y áspero con el que una<br />

amistad advino a nosotros, la certidumbre creciente de una<br />

sociedad de lucha asegurada por ambas 'partes' - todo ello es<br />

para mí inquietante <strong>al</strong> espíritu, como son el mundo y la vida<br />

para el filósofo".<br />

Y agrega que a la vuelta de la estadía en Heidelberg se<br />

encontró con la noticia que había interés en él en la<br />

Universidad de Marburgo, y que Paul Natorp quería mayores<br />

informaciones sobre sus futuros proyectos.<br />

8


Ya <strong>al</strong> año siguiente será nombrado Profesor Extraordinario<br />

de la Universidad de Marburgo, a instancias precisamente de<br />

Natorp, a quien a su vez sucederá. Natorp habrá de morir apenas<br />

un año después (el 24).<br />

P 5<br />

Tengamos en cuenta lo que significa una estadía de 8 días<br />

en los que lo único que importa es la convivencia filosófica<br />

acompañada por un desinterés a un mundo exterior sin acontecer.<br />

Diría que hoy ya casi no podemos dimensionar lo que una estadía<br />

de esta natur<strong>al</strong>eza verdaderamente es. Junto con haber perdido el<br />

sentido genuino de la soledad hemos perdido también el sentido<br />

de la auténtica convivencia y amistad.<br />

<strong>En</strong> la última carta de <strong>Heidegger</strong> encontrábamos a su vez una<br />

nueva <strong>al</strong>usión a la sociedad de lucha, y en una de sus<br />

formulaciones radic<strong>al</strong>es.<br />

5 días más tarde le dará <strong>Jaspers</strong> una formulación del mismo<br />

nivel de radic<strong>al</strong>idad a esa sociedad de lucha, en la que se<br />

muestra la convicción ya temprana que ambos tenían de ser ellos<br />

los únicos y genuinos pensadores de la época. Se podría decir<br />

que esto parece bastante extremo y pretencioso, sin embargo,<br />

cabe agregar que la aseveración de <strong>Jaspers</strong>, que tiene el<br />

carácter de vaticinio, a la larga se cumplió. Leemos <strong>al</strong>lí en esa<br />

carta del 24.11.22:<br />

"¡Muchas gracias! Ud. sabe, cuanto ha significado también<br />

para mí nuestra convivencia y cuáles expectativas futuras tengo.<br />

<strong>En</strong> el desierto filosófico de la época es bello cuando se tiene<br />

la vivencia de la confianza. Y ambos no sabemos lo que queremos,<br />

esto es, ambos somos transportados por un saber, que todavía no<br />

se constituye explícitamente. ¡Qué resultará de ello! <strong>En</strong> un<br />

pensamiento reiterado sobre esos días he interpretado aquella<br />

afirmación suya de que debería surgir <strong>al</strong>guna vez un Anuario, en<br />

el sentido de que ambos deberíamos hacerlo: La Filosofía de la<br />

Época, Cuadernos Críticos de Martin <strong>Heidegger</strong> y Karl <strong>Jaspers</strong>".<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl<br />

<strong>Jaspers</strong>" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con<br />

el Ciclo con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

9


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 246 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 13 de Septiembre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

<strong>En</strong> <strong>Jaspers</strong> uno de los pensamientos que destaca, por<br />

encontrar en él un vasto y radic<strong>al</strong> desarrollo, es el de la<br />

comunicación. Relativamente a ella, se trata por de pronto de<br />

que la posibilidad de ser-sí-mismo del hombre se da en la<br />

comunicación.<br />

Cabe reconocer que ello está en relación con la profunda<br />

amistad que <strong>Jaspers</strong> tuvo con <strong>Heidegger</strong> desde que se conocieron<br />

en 1920. <strong>En</strong> noviembre de 1922 <strong>Heidegger</strong> está más de una semana<br />

en la casa de su amigo en Heidelberg, y ello marcará una<br />

imborrable impresión en ambos por el resto de sus vidas (en<br />

carta del 17.4.1924 le dirá <strong>Heidegger</strong> a su amigo: "Desde<br />

septiembre del 23 vivo con Ud. bajo el supuesto de que Ud. es mi<br />

amigo. Ésta es la fe que soporta todo en el amor".<br />

Los <strong>Jaspers</strong>, el filósofo y su mujer Gertrud, le manifiestan<br />

a <strong>Heidegger</strong> grandes gestos de amistad y aprecio no solamente a<br />

través de las invitaciones a su casa, sino, también en asuntos<br />

de orden económico. Por ejemplo, junto con recibir <strong>Heidegger</strong> el<br />

llamado a la Universidad de Marburgo, y <strong>al</strong>egrarse asimismo de<br />

haber recibido <strong>al</strong> mismo tiempo la tercera edición de la<br />

"Psicopatología gener<strong>al</strong>" de <strong>Jaspers</strong> (carta del 19.6.1923), la<br />

propia Gertrud le hace el ofrecimiento de una suma de dinero<br />

considerable (1 millón de marcos) con el fin de ayudarle en su<br />

mudanza e inst<strong>al</strong>ación en Marburgo.<br />

P 1<br />

Y lo cierto es que no solamente una buena parte de la<br />

filosofía <strong>al</strong>emana del siglo XX será desarrollada directamente<br />

por ellos, sino incluso en lo que atañe a las universidades<br />

<strong>al</strong>emanas y su sistema de llamados a distintos profesores a<br />

ocupar determinadas cátedras. Ellos participarán en ello, pero<br />

procurarán <strong>al</strong> mismo tiempo mantenerse cada vez más <strong>al</strong> margen.<br />

<strong>En</strong> el <strong>epistolario</strong> entre ambos se hacen presente muchos<br />

juicios críticos acerca de los filósofos <strong>al</strong>emanes del momento:<br />

Heinrich Rickert, Ernst Cassirer, Max Scheler y ni siquiera se<br />

escapa el propio Edmund Husserl, de quien <strong>Heidegger</strong> es todavía<br />

en el 23 su Asistente. Por ejemplo, en carta de <strong>Heidegger</strong> del<br />

14.7.1923 leemos:<br />

"Ud. sabe que Husserl ha obtenido un llamado a Berlin; él<br />

se comporta en esto peor que un docente privado que confunde el<br />

ordinariato /ambos son grados académicos de las universidades<br />

10


<strong>al</strong>emanas/ con la eterna bienaventuranza. Lo que ocurre queda en<br />

la niebla - por de pronto se ve a sí mismo como el Praeceptor<br />

Germaniae -, Husserl está completamente fuera de sus cab<strong>al</strong>es,<br />

si <strong>al</strong>guna vez estuvo "en" ellos, que a mí me parece cada vez más<br />

dudoso. Él titubea entre una cosa y otra y dice trivi<strong>al</strong>idades<br />

que son de lamentar. Vive de la misión de ser "el fundador de la<br />

fenomenología", no hay ser humano que sepa qué es eso - el que<br />

está aquí un semestre se da cuenta de lo que está pasando".<br />

Y ababa diciendo: "Filosofemos socráticamente".<br />

Años más tarde, en el 29, cuando <strong>Heidegger</strong> ya es<br />

catedrático en la Universidad de Friburgo y ya es muy conocido a<br />

través de la publicación de "Ser y tiempo" en 1927, en relación<br />

<strong>al</strong> discurso que él pronuncia el 8.4.1929 con ocasión de la<br />

celebración del cumpleaños 70 de Husserl, le dice <strong>Jaspers</strong> en<br />

carta de una semana más tarde: "Acerca del discurso sobre<br />

Husserl tengo <strong>al</strong>gunas preguntas impertinentes que hacerle".<br />

Las t<strong>al</strong>es "preguntas impertinentes" se referían a las<br />

p<strong>al</strong>abras excesivamente elogiosas que ha pronunciado <strong>Heidegger</strong><br />

sobre su maestro, <strong>al</strong> mismo tiempo que lo ha estado criticando<br />

severamente en sus cartas.<br />

P 2<br />

Dice <strong>Heidegger</strong> en su discurso que Husserl<br />

"ha abierto un espacio completamente nuevo para el<br />

preguntar filosófico, con nuevas exigencias, distintas<br />

estimaciones, con una nueva mirada para las fuerzas ocultas de<br />

la gran tradición de la filosofía occident<strong>al</strong>".<br />

La filosofía de Husserl, agrega:<br />

"no consiste en un mero esquema de orientación en el mundo,<br />

no es simplemente un medio o una obra de la existencia humana,<br />

sino ésta misma, en tanto acontece en libertad desde su<br />

fundamento".<br />

Esta filosofía, dice además que está abierta<br />

"para un coloquio con las fuerzas actuantes de la tot<strong>al</strong>idad<br />

de la existencia".<br />

Por último, termina diciendo que ésta es<br />

"la actitud del filósofo: el oir el canto anunciador que se<br />

hace perceptible en el acontecer del mundo".<br />

Desde luego, <strong>Jaspers</strong> pide, pero muy discretamente, una<br />

explicación respecto de esto, máxime cuando para él - ya lo<br />

veíamos en la última sesión - Husserl representa el<br />

trastocamiento de la filosofía en ciencia, de una filosofía que<br />

se apoyaba en el "ver fenomenológico", pero que norm<strong>al</strong>mente veía<br />

cosas irrelevantes.<br />

P 3<br />

11


Así también lo que ocurre en <strong>torno</strong> a Ernesto Grassi es<br />

también interesante, y especi<strong>al</strong>mente para nuestro país, puesto<br />

que él se radicó durante los años cincuenta y sesenta aquí, y<br />

enseñó en el Instituto Pedagógico.<br />

Grassi se acerca primero a <strong>Jaspers</strong> a comienzos del 28, y lo<br />

envía, junto con su recomendación a <strong>Heidegger</strong>, diciéndole que<br />

Grassi le ha dado una buena impresión y que ya ha leído su libro<br />

("Ser y Tiempo").<br />

Sin embargo, la impresión de <strong>Heidegger</strong> no es la misma, y se<br />

la manifiesta a <strong>Jaspers</strong> en carta del 10.2.1928:<br />

"El Sr. Dr. Grassi me causó impresión en los primeros<br />

momentos a través de su intensidad y cierta comprensión. Pero,<br />

me he puesto dudoso respecto de hasta qué punto no es ésta una<br />

natur<strong>al</strong>eza periodística que en lo fundament<strong>al</strong> anda a la caza del<br />

dernier cri".<br />

A lo cu<strong>al</strong> responde <strong>Jaspers</strong> dos días más tarde en carta del<br />

12.2.1928:<br />

"El Dr. Grassi me ha dado subsecuentemente la misma<br />

impresión que a Ud. Si uno le da el dedo chico, ya lo quiere<br />

devorar entero. Pero, igu<strong>al</strong> es sorprendente cómo él logra<br />

concebir asuntos filosóficos. Él es un entrevistador brillante".<br />

P 4<br />

Y así <strong>al</strong> correr del tiempo, se van sucediendo cosas de<br />

mayor o menor importancia, como aquel Congreso en Davos del que<br />

le habla <strong>Heidegger</strong> a su amigo en carta del 21.12.1928,<br />

contándole que ha recibido una invitación y proponiéndole que se<br />

encuentren en esas <strong>al</strong>turas (Davos queda en Los Alpes suizos). El<br />

tema es la "Crítica de la razón pura" de Kant y la tarea de una<br />

fundamentación de la metafísica, y el Congreso se re<strong>al</strong>izaría en<br />

Marzo del 29.<br />

Ambos se dan clara cuenta de que este tipo de eventos no<br />

hay que tomárselos muy en serio, que son <strong>al</strong>go casi meramente<br />

publicitario, y por eso <strong>Heidegger</strong> (lo que no deja de ser<br />

divertido) reconoce en su carta que él ya tan sólo en función de<br />

las s<strong>al</strong>idas a esquiar confirmará su asistencia (<strong>Heidegger</strong> era<br />

muy aficionado <strong>al</strong> esquí, y precisamente en una época en la que<br />

este deporte implicaba mucho sacrificio, ya que no habían<br />

andariveles.<br />

<strong>Jaspers</strong> no asiste.<br />

Una vez que el Congreso ha tenido lugar, en carta del<br />

25.6.1929, después de referirse <strong>al</strong> hecho afortunado de no tener<br />

que ver más (en el momento) con preguntas en <strong>torno</strong> a llamados a<br />

las universidades, dice <strong>Heidegger</strong>:<br />

"Por otra parte - a pesar de todo lo que no fue <strong>al</strong>egre y lo<br />

que no c<strong>al</strong>zaba con mi estilo - en Davos pude experimentar de<br />

12


manera inmediata y fuerte de que todavía tiene un sentido estar<br />

ahí; y es así como hay comprar el hecho de que se generen<br />

habladurías en <strong>torno</strong> a uno".<br />

<strong>En</strong> estas p<strong>al</strong>abras de <strong>Heidegger</strong> laten dos cosas: una que<br />

tiene que ver con el hecho de que entre él y Cassirer hubo en<br />

Davos un enfrentamiento que fue muy agresivo de parte de<br />

<strong>Heidegger</strong>, y la otra que se refiere a que <strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong> parecer en<br />

ningún momento hizo <strong>al</strong>gún ademán de ir a ese Congreso.<br />

P 5<br />

<strong>En</strong> fin, el año 29 la amistad entre ambos pensadores se<br />

mantiene y continua su marcha. Por ejemplo, en la misma carta<br />

posterior <strong>al</strong> Congreso de Davos le dice <strong>Heidegger</strong> a su amigo una<br />

frase que no deja de conmover: "en el silencio filosofo siempre<br />

con Usted", y si nos vamos hacia atrás encontramos tanto más<br />

expresiones del mismo tenor: en carta del 24.4.1926, escrita<br />

desde su cabaña en Todtnauberg, que construyera en 1922 con<br />

ayuda de sus <strong>al</strong>umnos, le dice <strong>Heidegger</strong> a <strong>Jaspers</strong>:<br />

"Ya es profunda noche - la tormenta barre sobre las<br />

<strong>al</strong>turas, en la cabaña crujen las vigas, la vida yace pura,<br />

simple y grande para el <strong>al</strong>ma. / A menudo deseo en estas horas<br />

que estuviera aquí arriba conmigo. <strong>En</strong>tretanto no comprendo que<br />

<strong>al</strong>lá abajo se pueda jugar unos papeles tan singulares".<br />

¡Qué bello pasaje! Y uno de los más conmovedores, como que<br />

en él está todo contenido y en una particular tensión, me<br />

refiero a lo que habrá de sobrevenir años más tarde.<br />

Es el <strong>Heidegger</strong> de la Selva Negra, de la provincia, de<br />

Todtnauberg, a quien se le llamara a ocupar la cátedra más<br />

importante de Alemania en Berlin y que la rechazara, que dice<br />

estar en mejor compañía con los campesinos de Todtnauberg que<br />

con los profesores, el que mira con infinita distancia y con<br />

extrañeza los roles que se juegan "<strong>al</strong>lá abajo".<br />

Sabemos muy bien cuál será uno de esos roles y cuán caro le<br />

habrá de costar: entre otros, la amistad con su íntimo amigo.<br />

Pero, como veremos, esa amistad era a t<strong>al</strong> punto radic<strong>al</strong> y<br />

bella que, tras un quiebre que parecía definitivo, pudo renacer.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl<br />

<strong>Jaspers</strong>" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con<br />

el Ciclo con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

13


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 247 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 27 de Septiembre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

<strong>En</strong> carta del primero de Mayo de 1927 le agradece Karl<br />

<strong>Jaspers</strong> a su amigo Martin <strong>Heidegger</strong> el envío que le ha hecho la<br />

Editori<strong>al</strong> Max Niemeyer de la que sería en definitiva la obra<br />

mayor de este pensador - Ser y tiempo -.<br />

<strong>En</strong> esta carta se hace <strong>al</strong>usión a la "sociedad (o comunidad)<br />

de lucha" ("Kampfgemeinschaft") que ambos se han propuesto<br />

formar, y en el sentido de esa amistad y comunidad entre ambos<br />

dice el pensador de Heidelberg refiriéndose a Ser y tiempo:<br />

"Todavía no he podido leerlo nuevamente, lo he ojeado nada<br />

más y he leído por encima <strong>al</strong>gunas páginas. Me siento como en<br />

Navidad: como si hubiéramos esc<strong>al</strong>ado una nueva meseta, en la que<br />

todavía no nos podemos habituar; por eso la comunidad en<br />

orígenes todavía no formulados, y la divergencia, incluso el<br />

asombro recíproco de los primeros movimientos y la orientación<br />

todavía medio a ciegas, que cada uno ha hecho". (HAJ)<br />

Es decir, con el libro recién recibido - probablemente el<br />

libro de filosofía que más impacto ha ocasionado en el siglo XX<br />

-, y que recién está ojeando, <strong>Jaspers</strong> hace un comentario de<br />

admiración por la obra lograda y deja entrever que la amistad<br />

<strong>al</strong>canza con ello una nueva meseta a la que hay que habituarse<br />

todavía.<br />

P 1<br />

Mas, esta íntima y maravillosa amistad que, como sabemos,<br />

más adelante habrá de quebrarse, pero que hasta ahora ha ido en<br />

ascenso, supone <strong>Jaspers</strong> en su Autobiografía filosófica que como<br />

a él no lo motivó mucho Ser y tiempo, no hizo mayores<br />

comentarios (supongamos una Recensión, como la que había hecho<br />

<strong>Heidegger</strong> sobre su Psicología de las cosmovisiones), habría en<br />

ello un primer distanciamiento de parte de su amigo. Incluso<br />

relativamente a una nueva edición de su Psicología de las<br />

cosmovisiones <strong>Jaspers</strong> reconoce no haberse interesado mayormente<br />

por la interpretación de <strong>Heidegger</strong>, ya que le parecía un tanto<br />

fuera de lugar. Pero dejemos que sea el propio <strong>Jaspers</strong> que<br />

hable:<br />

"La aparición de "Ser y tiempo" (1927) de <strong>Heidegger</strong> no<br />

trajo consigo una profundización, sino más bien una<br />

superfici<strong>al</strong>ización de nuestra relación, sin que yo entonces lo<br />

notara. Reaccioné sin estar propiamente interesado, como años<br />

atrás en relación a su crítica a mi Psicología de las<br />

14


cosmovisiones. Ya en 1922 me había leído <strong>Heidegger</strong> <strong>al</strong>gunas<br />

páginas de un manuscrito de ese tiempo. Me parecía<br />

incomprensible. Yo incitaba a un modo de expresión natur<strong>al</strong>.<br />

<strong>Heidegger</strong> dijo ocasion<strong>al</strong>mente más tarde que él estaba mucho más<br />

avanzado y que lo anterior ya había sido superado, y que <strong>al</strong>go<br />

resultaría. Sobre el contenido del libro aparecido en 1927 no<br />

supe nunca nada antes. Ahora veía una obra que causaba<br />

inmediatamente impresión por la intensidad de la elaboración, la<br />

construcción de la conceptu<strong>al</strong>ización, lo certero de un uso<br />

lingüístico a menudo iluminador. Mas, a pesar del brillo de su<br />

potente análisis me parecía improductiva para aquello que yo<br />

filosóficamente buscada".<br />

P 2<br />

Es decir, estamos ante una amistad que tiene aquí un primer<br />

traspié. Quizás <strong>al</strong>go de ello late en la carta de <strong>Jaspers</strong> ya<br />

citada, <strong>al</strong>usiva a esa sensación de haber esc<strong>al</strong>ado hasta una<br />

nueva meseta, pero sin saber bien donde se encuentran ambos. Y<br />

bien an<strong>al</strong>izado, este primer traspié es estrictamente filosófico,<br />

y tiene que ver con cierta extrañeza que siente <strong>Jaspers</strong> ante la<br />

gran obra de su amigo.<br />

Y continúa <strong>Jaspers</strong> en su Autobiografía:<br />

"Yo me <strong>al</strong>egraba por la obra del hombre ligado conmigo, pero<br />

estaba desanimado de leerla, quedaba pronto estancado, porque el<br />

estilo, el contenido o el modo de pensar no me hablaban.<br />

Percibía además <strong>al</strong> libro no como <strong>al</strong>go contra lo cu<strong>al</strong> tenía que<br />

pensar, con el cu<strong>al</strong> tenía que enfrentarme. A diferencia de las<br />

conversaciones con <strong>Heidegger</strong>, desde <strong>al</strong>lí no provenía ningún<br />

impulso. / <strong>Heidegger</strong> tenía que estar desilusionado. Yo no le<br />

brindaba, como mayor que era, el servicio de una lectura radic<strong>al</strong><br />

y crítica, estando imbuido en el trabajo completamente<br />

demandante de mi filosofar, así como él como joven había puesto<br />

de relieve su propio pensamiento de cara a mi 'Psicología de las<br />

cosmovisiones'. De modo comprensible tuvo ello una<br />

correspondencia con el hecho de que por su parte él no mostrara<br />

ningún interés por mis publicaciones posteriores".<br />

P 3<br />

Mas, no obstante estas consideraciones posteriores de<br />

<strong>Jaspers</strong> expuestas en su Autobiografía filosófica, a la <strong>al</strong>tura de<br />

1929 la amistad entre ambos se mantiene incólume.<br />

<strong>En</strong> carta del 25.2.28, fechada en Marburgo le cuenta<br />

<strong>Heidegger</strong> a su amigo que ha recibido un llamado de la<br />

Universidad de Friburgo, y que ha sido propuesto como unico loco<br />

(lo que suena muy divertido y se refiere <strong>al</strong> hecho de que ha sido<br />

propuesto como el único candidato posible para ocupar una<br />

cátedra, en este caso, la de Husserl.<br />

15


La nueva cátedra la habrá de asumir con su Lección<br />

Inaugur<strong>al</strong> que habrá de ser lo que hoy conocemos como ¿Qué es<br />

metafísica<br />

Y es así como más de un año después, en carta del 18.10.29,<br />

esta vez fechada en Friburgo, <strong>Heidegger</strong> le comunica a <strong>Jaspers</strong><br />

que ha sido invitado por la Universidad de Heidelberg a dictar<br />

en Diciembre una Conferencia, y que él se propone hablar sobre<br />

el mismo tema de su Lección Inaugur<strong>al</strong> (es decir, princip<strong>al</strong>mente<br />

sobre la nada).<br />

Una vez que se ha llevado a cabo esta Conferencia le dice<br />

<strong>Jaspers</strong> a <strong>Heidegger</strong> en carta del 5.12.29:<br />

"Desde tiempos inmemori<strong>al</strong>es le he escuchado a Ud. hoy como<br />

a nadie. Como en el aire puro me sentía extraordinariamente bien<br />

en ese ininterrumpido trascender",<br />

y termina diciendo:<br />

"¡Todavía se filosofa!"<br />

P 4<br />

Y como si el llamado a la Universidad primero de Marburgo y<br />

luego de Friburgo hubiera sido poco, luego le llega a <strong>Heidegger</strong><br />

un nuevo llamado, esta vez a la Universidad de Berlin, y le<br />

comunica a su amigo esto en carta del 29.3.30 en los siguientes<br />

términos entusiastas y divertidos:<br />

"Ayer por la tarde recibí telegráficamente desde el cielo<br />

azul un llamado a Berlin".<br />

Y ocurre que el mismo día 29.3.30 <strong>Jaspers</strong> le escribe a su<br />

amigo felicitándolo por ese llamado, del cu<strong>al</strong> se ha enterado por<br />

la prensa (parece que las cartas se cruzaron):<br />

"Recién leía en el diario que Ud. ha recibido un llamado a<br />

Berlin. Lo felicito de corazón. Sobre Ud. ha caído no solamente<br />

el más grande honor que le puede ser otorgado a un filósofo<br />

universitario, sino que además pasa a ocupar el puesto más<br />

visible y experimentará y elaborará con ello nuevos impulsos<br />

hasta ahora no conocidos en su filosofar. No hay mejor<br />

oportunidad".<br />

No hay que olvidar el máximo prestigio de ésta, la cátedra<br />

más importante de Alemania, y es por ello también que lo que<br />

sigue en la carta de <strong>Jaspers</strong> corresponde a un noble<br />

reconocimiento person<strong>al</strong>:<br />

"Que <strong>al</strong>guna vez yo también <strong>al</strong>bergué la expectativa de<br />

Berlin, me hace sentir un leve dolor. Pero él es el más pequeño<br />

posible, porque Ud. ha recibido este llamado. Porque la<br />

conciencia de que una vez ocurre lo recto y que en ese instante<br />

es inobjetable y justo que Ud. asuma esta posibilidad de acción,<br />

constituye una <strong>al</strong>egría tan afirmativa que el dolor obra como<br />

<strong>al</strong>go muy person<strong>al</strong>, privado y tranquilo, comenzando a desaparecer<br />

16


ya en el origen mismo. / ¿Podré hablar con Ud. ahora en sus<br />

viajes berlineses Me <strong>al</strong>egraría que ello fuera posible, gracias<br />

a sus disposiciones".<br />

P 5<br />

Pero luego viene lo que tiene que haber sido muy<br />

impresionante para <strong>Jaspers</strong> y para todo el mundo académico <strong>al</strong>emán<br />

de la época: <strong>Heidegger</strong>, después de menos de dos meses, rechaza<br />

ésa, la cátedra más apetecida de Alemania, lo cu<strong>al</strong> se lo<br />

comunica a su amigo de Heidelberg en carta del 17.5.30:<br />

"¡Querido <strong>Jaspers</strong>! / Novedades no tengo para comunicarle y<br />

decirle solamente lo que ya le he confiado, a partir de los<br />

sentimientos de amistad. Hace <strong>al</strong>gunos días he rechazado el<br />

llamado a Berlin".<br />

Luego aparecerá el bello y conmovedor escrito ¿Por qué<br />

permanecemos en la provincia que culmina con un rechazo rotundo<br />

(diciendo "irrevocablemente no") <strong>al</strong> "llamado" que le hiciera la<br />

Universidad de Berlin. <strong>En</strong> ese texto, con el fin de exponer los<br />

motivos de "permanecer en la provincia", y tras describir su<br />

habitat en la cabaña de Todtnauberg, dice:<br />

"Este es mi mundo de trabajo visto con los ojos mirones del<br />

huésped o del veraneante. Yo mismo nunca miro re<strong>al</strong>mente el<br />

paisaje. Siento su transformación continua, de día y de noche,<br />

en el gran ir y venir de las estaciones. La pesadez de la<br />

montaña y la dureza de la roca primitiva, el contenido crecer de<br />

los abetos, la g<strong>al</strong>a luminosa y sencilla de los prados<br />

florecientes, el murmullo del arroyo de la montaña en la vasta<br />

noche del otoño, la austera sencillez de los llanos tot<strong>al</strong>mente<br />

recubiertos de nieve, todo esto se apiña y se agolpa y vibra<br />

<strong>al</strong>lá arriba a través de la existencia diaria".<br />

Y luego esa misma impresión sobrecogedora de la natur<strong>al</strong>eza<br />

en su invitación a filosofar:<br />

"Cuando en la profunda noche del invierno una ronca<br />

tormenta de nieve brama sacudiéndose en <strong>torno</strong> del <strong>al</strong>bergue y<br />

oscurece y oculta todo, entonces es la hora propicia de la<br />

filosofía. Su preguntar debe entonces tornarse sencillo y<br />

esenci<strong>al</strong>. La elaboración de cada pensamiento no puede ser sino<br />

ardua y severa. El esfuerzo por acuñar las p<strong>al</strong>abras se parece a<br />

la resistencia de los enhiestos abetos contra la tormenta" (op.<br />

cit., p. 2).<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl<br />

<strong>Jaspers</strong>" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con<br />

el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

17


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 248 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 4 de Octubre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Tratábamos en la última sesión acerca del rechazo que hace<br />

<strong>Heidegger</strong> <strong>al</strong> llamado que en 1930 le hiciera la Universidad de<br />

Berlin, lo cu<strong>al</strong> en primer lugar impacta a su íntimo amigo<br />

<strong>Jaspers</strong> y, en gener<strong>al</strong>, <strong>al</strong> mundo académico <strong>al</strong>emán de la época. Al<br />

propio <strong>Jaspers</strong>, diríamos que hasta lo conmueve, entre otras<br />

cosas, porque él mismo reconoce (noblemente) en una carta, que<br />

hemos citado, haber añorado esa cátedra.<br />

Posteriormente, en carta del 17.5.30 se advierte lo molesto<br />

que ha quedado <strong>Heidegger</strong> con todo el asunto que ha rodeado <strong>al</strong><br />

llamado de Berlin. Repitiendo primero <strong>al</strong>gunas revelaciones que<br />

le hiciera el Ministro del Estado Feder<strong>al</strong> de Baden, le cuenta a<br />

<strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong>gunos entretelones del llamado, desc<strong>al</strong>ificando de paso<br />

a dos de los más destacados filósofos de la época. Escuchemos:<br />

"La facultad había propuesto unico loco /candidato único/ a<br />

Cassirer, rechazado a Hartmann y "designado" a mí, pero<br />

manifestando dudas relativas a la juventud, y demás. / Se quería<br />

de este modo agregar a los cuatro mediocres y deficientes un<br />

quinto inofensivo".<br />

(No sabemos a quienes se refieren los otros dos, aparte de<br />

Ernst Cassirer y Nicolai Hartmann).<br />

Y, si bien <strong>Jaspers</strong> ha instado primero a su amigo a que<br />

acepte la mentada cátedra, tras el rechazo de <strong>Heidegger</strong>, tiende<br />

de todos modos a justificar su decisión, pensando en lo<br />

importante que ha de ser para su amigo "permanecer en la<br />

provincia", en los <strong>al</strong>rededores de su tierra nat<strong>al</strong>. Pero, <strong>al</strong><br />

mismo tiempo, manifiesta su preocupación por lo que en ese<br />

momento sucede con la universidad en Alemania. <strong>En</strong> ese sentido,<br />

se advierte en él <strong>al</strong>go visionario, porque lo que vendrá en no<br />

mucho tiempo más con el nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo, va a ser una<br />

reestruturación radic<strong>al</strong> de la universidad.<br />

P 1<br />

Teniendo estas consideraciones en mente, leamos el siguiente<br />

pasaje de su carta del 24.5.30 dirigida a <strong>Heidegger</strong>:<br />

"Su rechazo definitivo me ha motivado nuevamente. Con<br />

posterioridad lo entiendo. La certidumbre de su resolución no<br />

deja asomarse <strong>al</strong>guna duda respecto de que Ud. ha elegido<br />

rectamente. Lo que filosóficamente todavía dormita en Ud. y que<br />

sólo es perceptible para Ud. mismo, puede s<strong>al</strong>ir a luz mejor aquí<br />

en el sur en uno de los oasis del desierto presente. A pesar de<br />

18


ello, estimo que no es indiferente el hecho de que el filosofar<br />

no se re<strong>al</strong>ice en Berlin, en atención a re<strong>al</strong>idad actu<strong>al</strong>. Hay en<br />

ello una renuncia y un llamado, cuyo último significado todavía<br />

no comprendo. Resultará <strong>al</strong>go bueno de ello. Le deseo lo mejor<br />

para su trabajo sobre la base de la razón tan decididamente<br />

asumida por Ud. / De momento tiene su decisión una significación<br />

objetiva para nuestra universidad <strong>al</strong>emana. Porque para muchos<br />

será <strong>al</strong>go sugestivo: Berlin baja en v<strong>al</strong>or, las pequeñas<br />

universidades suben. No creo que eso se olvide rápidamente".<br />

(HAJ).<br />

P 2<br />

Luego en la misma carta de mayo del 30, y volviendo sobre la<br />

antigua proposición, y habría que decir, el sueño <strong>al</strong>bergado y<br />

añorado por ambos, de la formación de una "sociedad de lucha",<br />

<strong>Jaspers</strong> expresa su anhelo de que <strong>Heidegger</strong> pudiera interesarse<br />

por Heidelberg, donde él enseña, y así en atención <strong>al</strong> supuesto<br />

de estar juntos, dice que:<br />

"Se decidiría si ambos estamos condiciones de filosofar,<br />

incluso en una discusión radic<strong>al</strong>, o de seguir el viejo camino<br />

solipsista, como el que siempre se ha dado en las universidades:<br />

donde ha habido solamente polémica, pero nunca re<strong>al</strong>ización, y<br />

donde nadie "se acerca mucho a otro". Sería para nosotros como<br />

una verificación de la filosofía de la existencia, que no se la<br />

ha podido derechamente querer y hacer. Si acaso en la situación<br />

de la opinión pública resultara un movimiento a re<strong>al</strong>izar a lo<br />

largo de unos años, habría entonces en el filosofar una nueva<br />

apelación y una verificación para los otros que verían que esto,<br />

que es re<strong>al</strong>idad, se puede llevar a cabo. Si esto no resulta, así<br />

habría un dolor de especie singular para mí y creo que también<br />

para Ud."<br />

<strong>Jaspers</strong> confiesa por último como en todo lo que se refiere a<br />

estos grandes proyectos la s<strong>al</strong>ud no lo acompaña, sumándose a<br />

ello aun el temor de que su vida será probablemente muy corta<br />

(lo que a fin de cuentas, por suerte, no se cumplió). <strong>En</strong> todo<br />

caso, como bien sabemos, el Doctor Albert Fraenkel le había<br />

preconizado pocos años de vida.<br />

P 3<br />

Lo cierto es que en todo este primer periodo de la amistad<br />

entre estos dos grandes pensadores (ya han pasado diez años<br />

desde que se conocieran con motivo del cumpleaños de Husserl, el<br />

8.4.1920), los gestos de amistad son, según reconoce el propio<br />

<strong>Jaspers</strong> por lo demás, más nítidos y manifiestos en <strong>Heidegger</strong><br />

hacia su amigo, que no <strong>al</strong> revés.<br />

Por ejemplo, <strong>al</strong>go así se hace patente en lo relativo a la<br />

recepción de las obras mayores de cada uno que se han hecho<br />

19


enviar recíprocamente: Ser y tiempo de <strong>Heidegger</strong> recibido en<br />

1927 y Filosofía, recibido por <strong>Heidegger</strong> en Diciembre del 31. Ya<br />

vimos como la recepción de Ser y tiempo fue bastante parca por<br />

parte de <strong>Jaspers</strong>, y que él supone incluso que ello habría<br />

suscitado un primer <strong>al</strong>ejamiento de <strong>Heidegger</strong>.<br />

<strong>En</strong> contraste con ello veamos como <strong>Heidegger</strong> recibe<br />

Filosofía, de la que reconoce haber leído hasta ahora los<br />

fin<strong>al</strong>es de "Metafísica", su Parte fin<strong>al</strong>. De ello trata su carta<br />

del 20.12.31, donde dice respecto a su magna obra:<br />

"Lo esenci<strong>al</strong> es que fin<strong>al</strong>mente hoy en la filosofía con su<br />

obra hay <strong>al</strong>go <strong>al</strong>lí que es insoslayable y tot<strong>al</strong>. Ud. habla desde<br />

la actitud clara y decisiva del vencedor y desde la riqueza de<br />

lo probado existenci<strong>al</strong>mente. / La obra traerá a luz la f<strong>al</strong>ta de<br />

fuerza oculta de los débiles y de los apenas diestros, hará<br />

modestos a todos los que genuinamente anhelan, pero que son<br />

pequeños, y dotará de <strong>al</strong>as a todos los que somos desconocidos y<br />

que hemos recibido un designio".<br />

P 4<br />

Y, refiriéndose <strong>al</strong> hecho de que sería <strong>Jaspers</strong> el llamado a<br />

ocupar la cátedra de Berlin, continúa <strong>Heidegger</strong> en este notable<br />

reconocimiento del v<strong>al</strong>or de su amigo:<br />

"Ud. posee ahora no únicamente el suelo, los horizontes más<br />

enriquecidos y la seguridad de la posición, sino también la<br />

definida v<strong>al</strong>entía, para estar re<strong>al</strong>mente de pie <strong>al</strong>lí",<br />

agregando después:<br />

"Que la <strong>al</strong>egre distensión dinámica tras haber completado<br />

este camino constituya una preparación del segundo camino hacia<br />

la genuina opinión pública del conductor "sabio" y guardián".<br />

Fin<strong>al</strong>mente se expresa una vez más el <strong>Heidegger</strong>, que cu<strong>al</strong><br />

Nietzsche, está siempre viendo las re<strong>al</strong>idades mundan<strong>al</strong>es desde<br />

la lejanía de un filósofo, amigo de los leñadores y campechanos<br />

que fuman la pipa en silencio bajo el cielo estrellado, diciendo<br />

estar espantado con el éxito "dudoso" de Ser y tiempo, haciendo<br />

<strong>al</strong>usión <strong>al</strong> "parloteo heideggeriano", y confesando haberse<br />

atrevido con <strong>al</strong>go que sobrepasa su "fuerza existenci<strong>al</strong>".<br />

P 5<br />

Y agrega a ello que:<br />

"Desde entonces existo en el rol de un cuidador en una<br />

g<strong>al</strong>ería que, ente otros, tiene que prestar atención a que la<br />

cortinas de las ventanas se levanten y bajen de la manera<br />

correcta, para que las pocas grandes obras de la tradición<br />

tengan una iluminación más o menos adecuada para los<br />

espectadores ocasion<strong>al</strong>es".<br />

Dice además que:<br />

20


"Como medio suabo estoy también en la edad de los suabos, en<br />

la que se vuelve uno suficientemente prudente para saber lo que<br />

puede y debe y lo que no",<br />

para terminar manifestando sus preferencias que nunca acaba<br />

de subrayar por la cabaña de Todtnauberg y todo lo que se puede<br />

vivir <strong>al</strong>lí; dice, refiriéndose a su familia:<br />

"Mañana nos vamos a la cabaña por todas los días feriados<br />

/de navidad/. Luego habrá nuevamente tormenta de nieve y el<br />

aullar de los zorros en el bosque nevado y el <strong>al</strong>to cielo<br />

nocturno y las caminatas solitarias por los v<strong>al</strong>les serenos".<br />

P 6<br />

<strong>En</strong> la respuesta del 24.12.31 a esta carta le dirá <strong>Jaspers</strong>:<br />

"<strong>En</strong> su cabaña estará incomparablemente bien. Oj<strong>al</strong>á pudiera<br />

encontrarlo en los v<strong>al</strong>les elevados en una esquina del bosque".<br />

T<strong>al</strong> vez esta última frase es singularmente decidora con<br />

relación a esta profunda amistad. Podríamos decir que, en cierto<br />

modo, <strong>Jaspers</strong> estuvo siempre encontrando a su amigo en una<br />

esquina del bosque, con quien se sentía tan bien y tan acogido.<br />

Más aún, a pesar del abism<strong>al</strong> quiebre que sobrevendrá pronto<br />

en esta amistad, siguiendo con esta misma imagen hecha metáfora,<br />

<strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong>, desde la lejanía entre ambos, seguirían<br />

igu<strong>al</strong> encontrándose a la vuelta de una esquina del bosque, como<br />

en un "afuera", más <strong>al</strong>lá de todo parámetro convencion<strong>al</strong>.<br />

Ello me recuerda una película japonesa - "Después de la<br />

vida" -, en la que se trata del limbo, que está representado a<br />

través de parajes humanos, donde hay muchos muertos que habitan<br />

en un edificio <strong>al</strong>go retirado, pero conectado igu<strong>al</strong> con la<br />

ciudad. La tarea que tienen estos muertos es proponer el<br />

recuerdo que más aprecien y añoren de su vida, que tiene que ser<br />

minuciosamente descrito, para que posteriormente se represente<br />

una película de él. Posteriormente en una s<strong>al</strong>a de cine de estos<br />

edificios del limbo se exhiben estos sueños y apenas ello se<br />

cumple, van partiendo <strong>al</strong> otro mundo, quedándose para siempre en<br />

ese sueño.<br />

Así pues, podríamos imaginar que estos dos pensadores, ya<br />

muertos, t<strong>al</strong> vez han anhelado en su tránsito por el limbo<br />

quedarse para siempre en el recuerdo del encuentro en la esquina<br />

del bosque:<br />

"<strong>En</strong> su cabaña estará incomparablemente bien. Oj<strong>al</strong>á pudiera<br />

encontrarlo en los v<strong>al</strong>les elevados en una esquina del bosque".<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl<br />

<strong>Jaspers</strong>" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con<br />

el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

21


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 249 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 11 de Octubre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Terminábamos la última sesión, recordando una frase que le<br />

escribe <strong>Jaspers</strong> a <strong>Heidegger</strong> en una larga carta de la Navidad de<br />

1931, donde, pensando en <strong>Heidegger</strong> que se encuentra en su cabaña<br />

de Todtnauberg, dice lo siguiente: "Oj<strong>al</strong>á pudiera encontrarlo en<br />

los v<strong>al</strong>les elevados en una esquina del bosque".<br />

Podríamos decir que en esa frase se hace presente la<br />

intuición que <strong>Jaspers</strong> tiene de su amigo, como el pensador que<br />

encuentra la claridad en las <strong>al</strong>turas, y <strong>al</strong> que le gustaría<br />

visitarlo en los v<strong>al</strong>les elevados de Todtnauberg, pero que,<br />

seguramente por motivos de la frágil s<strong>al</strong>ud que tiene, no lo<br />

hace.<br />

Pero, podríamos decir, en esa frase se insinúa también una<br />

<strong>al</strong>usión a lo enigmático e impredecible que fue siempre su amigo.<br />

Y es que un año y medio más tarde ocurrirá un quiebre<br />

radic<strong>al</strong> en esta profunda amistad, lo que va aparejado con los<br />

acontecimientos políticos que se precipitan en la Alemania del<br />

momento, marcados fundament<strong>al</strong>mente por la toma del poder tot<strong>al</strong><br />

por parte de Hitler que ocurrirá en Marzo del 33.<br />

P 1<br />

<strong>En</strong> carta del 3.4.33 le manifiesta <strong>Heidegger</strong> a su amigo de<br />

Heidelberg su preocupación por la influencia que pueden tener<br />

los acontecimientos políticos en la transformación de la<br />

universidad <strong>al</strong>emana. <strong>En</strong> ella se refiere <strong>al</strong> filósofo, que fuera<br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista Alfred Baumler y <strong>al</strong> pedagogo Ernst Krieck,<br />

también nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista, profesor ordinario en la<br />

Universidad de Heidelberg y desde 1937 Rector de esa<br />

Universidad, bajo cuyo mandato <strong>Jaspers</strong> fue expulsado de ese<br />

plantel. Baumler y Krieck influyeron poderosamente en la en la<br />

filosofía política nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista. La <strong>al</strong>usión de <strong>Heidegger</strong><br />

a ambos es en el sentido de que de ellos sería esperable <strong>al</strong>gún<br />

esclarecimiento de lo que ocurrirá con la universidad en<br />

Alemania, pero que hasta ahora no ha habido ninguno.<br />

Especi<strong>al</strong>mente con Krieck <strong>Heidegger</strong> entrará en una enemistad<br />

tot<strong>al</strong>, y ello fundament<strong>al</strong>mente debido a los ataques que le<br />

hiciera Krieck en la Revista de tendencia nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista<br />

"Pueblo en gestación" ("Volk im Werden"), donde tilda a<br />

<strong>Heidegger</strong> como uno de aquellos "que trabajan secretamente en una<br />

destrucción del movimiento innovador nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista",<br />

agregando además que las fuentes de su pensar "no han sido<br />

22


siempre precisamente germánicas" y que en su pensar se refleja<br />

"el pensamiento del judío contrario a la especie /artfremd/" (p.<br />

255).<br />

P 2<br />

Mas, todo eso sucederá un año después de la carta de abril<br />

del 33 que ahora comentamos. <strong>En</strong> ella percibimos en su parte<br />

fin<strong>al</strong> como ya se insinúa la visión política de <strong>Heidegger</strong>,<br />

lamentablemente identificada con el nazismo. Dice <strong>Heidegger</strong>:<br />

"Así de cuestionable que muchas cosas parezcan, así percibo<br />

siempre más que estamos creciendo en una nueva re<strong>al</strong>idad y que<br />

una edad se ha vuelto vieja. / Todo depende si preparamos para<br />

la filosofía el lugar adecuado para el ataque y le ayudamos a<br />

dar con la p<strong>al</strong>abra".<br />

<strong>En</strong> marzo del 33 hace <strong>Heidegger</strong> la que habría de ser su<br />

última larga estadía en la casa de <strong>Jaspers</strong> en Heidelberg, en su<br />

casa de la Plöckstrasse 66.<br />

<strong>En</strong> su Autobiografía filosófica dirá muchos años tarde<br />

<strong>Jaspers</strong> sobre este encuentro lo siguiente:<br />

"A fines de marzo de 1933 estuvo <strong>Heidegger</strong> por última vez<br />

para una larga estadía donde nosotros. A pesar del nacion<strong>al</strong>soci<strong>al</strong>ismo<br />

triunf<strong>al</strong> de las elecciones de marzo, conversamos como<br />

antes. Él compró para mí un disco de música litúrgica gregoriana<br />

que ambos escuchamos. Más rápido que lo planificado <strong>Heidegger</strong><br />

tuvo que partir. 'Hay que ubicarse /einsch<strong>al</strong>ten/, dijo él, a<br />

propósito del rápido desarrollo de la re<strong>al</strong>idad nacion<strong>al</strong>soci<strong>al</strong>ista.<br />

Yo me sorprendí y no pregunté nada".<br />

P 3<br />

Y, t<strong>al</strong> vez ya en sintonía con lo que recién hemos leído de<br />

la carta del 3.4.33 en la que <strong>Heidegger</strong> dice que "estamos<br />

creciendo en una nueva re<strong>al</strong>idad", y del relato de <strong>Jaspers</strong> de que<br />

<strong>Heidegger</strong> habría dicho que "hay que ubicarse", el 21.4.33<br />

<strong>Heidegger</strong> será designado Rector de la Universidad de Friburgo,<br />

bajo el régimen nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista.<br />

Ello tiene que ver con lo que se ha dado en llamar "error<br />

político" de <strong>Heidegger</strong>. Pero, claro está, no tan sólo es éste un<br />

error político, sino también un "error filosófico", lo que ya se<br />

patentiza en el pasaje de la carta recién citada: "Todo depende<br />

si preparamos para la filosofía el lugar adecuado para el ataque<br />

y le ayudamos a dar con la p<strong>al</strong>abra". Ello nos muestra que<br />

<strong>Heidegger</strong> efectivamente pretendió darle un sustento filosófico<br />

<strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo, justamente preparando para la filosofía<br />

el lugar adecuado para el ataque.<br />

P 4<br />

Ya la Biografía de Guido Schneeberger Recopilación a<br />

propósito de <strong>Heidegger</strong>. Documentos sobre su vida y obra de 1962<br />

23


eproduce distintos documentos y discursos que <strong>Heidegger</strong><br />

pronunciara como Rector, en los que se muestra con mayor fuerza<br />

aun esto, que, podríamos decir, no solamente acabó, sino que,<br />

desde la partida, fue un tremendo despropósito. <strong>En</strong> esa Biografía<br />

se traen a colación distintos discursos en los que se pone de<br />

manifiesto el mencionado intento de darle un sustento filosófico<br />

<strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo.<br />

Ahora bien, la tesis desarrollada por nuestro compatriota<br />

Víctor Farías en <strong>Heidegger</strong> y el nazismo de que el pensamiento<br />

heideggeriano sería en definitiva un pensamiento nazi, pienso<br />

que es insostenible. Y, podríamos agregar, esa tesis es<br />

insostenible, aunque a través de los documentos recopilados por<br />

Schneeberger quede en claro que el propio <strong>Heidegger</strong> es el<br />

primero en ser responsable, por supuesto, de intento de darle un<br />

sustento filosófico <strong>al</strong> nazismo. Al respecto cabe decir que por<br />

suerte ese intento se circunscribe a muchos de los documentos de<br />

Schneeberger y a sus Discuros rector<strong>al</strong>es, pero no así a Ser y<br />

tiempo y <strong>al</strong> resto de su obra.<br />

P 5<br />

Y bien, volvamos <strong>al</strong> 33: <strong>Heidegger</strong> ha sido designado el<br />

primer Rector nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista de una universidad <strong>al</strong>emana.<br />

<strong>En</strong> carta del 25.6.33 anuncia <strong>Heidegger</strong> visita a <strong>Jaspers</strong>.<br />

Esta visita se debe a que ha sido invitado por el Centro de<br />

Estudiantes de la Universidad de Heidelberg de tendencia<br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista a dictar una conferencia, la que se habrá de<br />

titular La universidad en el nuevo reino y que pronunciara<br />

<strong>Heidegger</strong> el 30.6.33.<br />

<strong>En</strong> la Autobiografía filosófica de <strong>Jaspers</strong> leemos sobre este<br />

nuevo encuentro y la conferencia de su amigo lo siguiente:<br />

"<strong>En</strong> Mayo estuvo él otra vez brevemente y por última vez<br />

donde nosotros, con ocasión de una conferencia que él dio en su<br />

c<strong>al</strong>idad de Rector de la Universidad de Friburgo ante los<br />

estudiantes y profesores de Heidelberg, y en c<strong>al</strong>idad además de<br />

el camarada <strong>Heidegger</strong>, así s<strong>al</strong>udado por el Presidente Scheel del<br />

Centro de Estudiantes de Heidelberg. <strong>En</strong> cuanto a la forma fue<br />

una conferencia magistr<strong>al</strong>, en cuanto <strong>al</strong> contenido, un programa<br />

de la renovación nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista de la universidad...Se le<br />

agradeció con un fuerte aplauso de los estudiantes y de unos<br />

pocos profesores. Yo permanecía en un lado con las piernas<br />

estiradas, las manos en el bolsillo, sin moverme".<br />

P 6<br />

Seguramente es aquí donde ya se produce el quiebre. Podemos<br />

imaginar el shok que esto le provocó a <strong>Jaspers</strong>. Pero, el<br />

quebrantamiento definitivo de la relación se iba a confirmar<br />

inmediatamente después cuando <strong>Heidegger</strong> fuera a la casa de su<br />

24


amigo, en uniforme nazi color caqui, <strong>al</strong>morzara con él y se<br />

plantearan en ese momento temas de política contingente. <strong>Jaspers</strong><br />

relata esto como sigue:<br />

"Desde mi punto de vista, desde entonces las conversaciones<br />

no fueron más abiertas. Yo le dije que se había esperado que él<br />

se la jugara por nuestra universidad y su gran tradición. No<br />

hubo respuesta. Hablé sobre la cuestión judía, sobre el sinsentido<br />

m<strong>al</strong>évolo de los sabios de Zion, a lo que replicó: 'Hay<br />

pues una peligrosa unión internacion<strong>al</strong> de los judíos'. <strong>En</strong> la<br />

mesa dijo en tono rabioso que es un despropósito el hecho de que<br />

haya tantos profesores de filosofía, que habría que conservar en<br />

toda Alemania sólo dos o tres. ¿Cuáles pues pregunté. No hubo<br />

respuesta. '¿Cómo puede un hombre tan f<strong>al</strong>to de formación<br />

/ungebildeter/ gobernar Alemania' La formación /Bildung/ es<br />

completamente irrelevante', contestó él, 'vea Ud. solamente sus<br />

maravillosas manos'".<br />

P 7<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl<br />

<strong>Jaspers</strong>" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con<br />

el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

25


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 250 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 18 de Octubre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Hemos visto como la amistad entre dos grandes pensadores -<br />

<strong>Heidegger</strong> y <strong>Jaspers</strong> - se quiebra en 1933 a raíz de la adhesión<br />

de <strong>Heidegger</strong> <strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo. Más precisamente, este<br />

quiebre se produce el 30 de Junio del 33, cuando <strong>Heidegger</strong> en su<br />

c<strong>al</strong>idad de Rector de la Universidad de Friburgo es invitado por<br />

el Centro de Estudiantes, de orientación nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista, y<br />

es s<strong>al</strong>udado como "camarada".<br />

Respecto de la fecha (30 de Junio) cabe aducir que en su<br />

Autobiografía filosófica <strong>Jaspers</strong>, escrita 20 años después,<br />

supone que la Conferencia de <strong>Heidegger</strong> y el quiebre<br />

inmediatamente posterior habría ocurrido en Mayo, pero éste es<br />

claramente un recuerdo erróneo.<br />

A la mentada Conferencia le sigue un encuentro entre ambos<br />

en casa de <strong>Jaspers</strong> en Heidelberg, y sobre todo a la hora de<br />

<strong>al</strong>muerzo se produce un intercambio de p<strong>al</strong>abras <strong>al</strong>go seco entre<br />

ambos. Éste continúa posteriormente cuando <strong>Jaspers</strong> se acerca a<br />

su amigo a su habitación del segundo piso. <strong>Jaspers</strong> describe esto<br />

en las siguientes p<strong>al</strong>abras:<br />

"<strong>Heidegger</strong> parecía haber cambiado. Ya en el primer encuentro<br />

se generó un ánimo de separación entre nosotros. El nacion<strong>al</strong>soci<strong>al</strong>ismo<br />

se había convertido en una borrachera de la<br />

población".<br />

P 1<br />

Y sigue el pensador de Heidelberg:<br />

">Es como en 1914...otra vez<br />

esta engañosa borrachera de las masas


<strong>Jaspers</strong>, que primero ha asistido a la Conferencia, titulada<br />

nada menos que "La universidad en el nuevo reino", ante los<br />

aplausos que se han brindado <strong>al</strong> "camarada" <strong>Heidegger</strong>, vestido<br />

con el uniforme nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista color caqui, ha permanecido<br />

con las manos en los bolsillos.<br />

Luego a la hora de <strong>al</strong>muerzo le ha hecho preguntas de las<br />

cu<strong>al</strong>es <strong>Heidegger</strong> ha contestado sólo <strong>al</strong>gunas, como aquella de<br />

cómo puede ser que un hombre tan f<strong>al</strong>to de formación gobierne<br />

Alemania', a lo que responde <strong>Heidegger</strong>: "vea Ud. solamente sus<br />

maravillosas manos".<br />

Pero, como hemos visto, la escena continúa en el segundo<br />

piso, y entonces sucede que <strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong> comenzar a decir la<br />

frase: "Es como en 1914...", su amigo se adelanta a asentir en<br />

forma radiante, por lo que a <strong>Jaspers</strong> se le atraganta la voz, y<br />

lo que quería agregar a esa frase era: "otra vez esta engañosa<br />

borrachera de las masas".<br />

P 2<br />

Desde luego, está más que claro que se ha producido un<br />

quiebre en esta bella amistad. Podríamos decir que se ha<br />

introducido el mundo con sus demandas y sus urgencias para poner<br />

a prueba esta amistad, la cu<strong>al</strong> ella no pudo pasar.<br />

Aún así, si bien este par de amigos nunca más se volvieron a<br />

encontrar person<strong>al</strong>mente, y <strong>Jaspers</strong> nunca pudo superar, según<br />

reconoce él mismo, una radic<strong>al</strong> desconfianza ante su par, sin<br />

embargo, tampoco se podría decir que el quiebre es definitivo.<br />

Veremos como después de la guerra esta amistad renace, y que, de<br />

momento (estamos en el año 33) se sigue manteniendo un vínculo<br />

epistolar.<br />

Una de las cosas que llama la atención es de que tras la<br />

recepción del Discurso Rector<strong>al</strong> de <strong>Heidegger</strong> - La autoafirmación<br />

de la uiversidad <strong>al</strong>emana - que <strong>Heidegger</strong> pronuncia con ocasión<br />

de su asunción como Rector de la Universidad de Friburgo el<br />

27.5.33, y que <strong>Heidegger</strong> le hace enviar a <strong>Jaspers</strong>, éste último<br />

se muestra <strong>al</strong>go favorable repecto de este Discurso, conteniendo<br />

él planteamientos tan acordes con lo que se vive en la Alemania<br />

de esos años, como la propuestas de un "servicio de defensa"<br />

("Wehrdienst"), como función propia de la Universidad. Esta<br />

acogida <strong>al</strong>go favorable <strong>al</strong> Discurso Rector<strong>al</strong> en cuestión se<br />

patentiza en Carta del 23.8.33:<br />

"Le agradezco por su Discurso Rector<strong>al</strong>. Me agradó conocerlo<br />

en su versión auténtica después de su lectura en la prensa. El<br />

gran trazado de su punto de partida en la Grecia antigua me ha<br />

tocado como una nueva y <strong>al</strong> mismo tiempo evidente verdad. <strong>En</strong> esto<br />

coincide Ud. con Nietzsche, pero con la diferencia de que se<br />

puede esperar que Ud. re<strong>al</strong>ice lo que, filosóficamente<br />

27


interpretando, Ud. dice. Su Discurso tiene por ello una<br />

sustancia confiable".<br />

P 3<br />

Mas, no obstante esta anuencia, <strong>Jaspers</strong> no deja pasar la<br />

ocasión de señ<strong>al</strong>ar también lo siguiente en su Carta:<br />

"Mi confianza en su filosofar, que mantengo con renovado<br />

vigor desde el comienzo de año y nuestra conversaciones de<br />

entonces, no se ve entorpecido por aspectos de este Discurso que<br />

son de acuerdo a las demandas del tiempo /zeitgemäss/ y a través<br />

de <strong>al</strong>go en ello que me parece un poco forzado y con frases que<br />

parecen sonar a <strong>al</strong>go hueco. Con todo, estoy contento de que<br />

<strong>al</strong>guien pueda hablar así y que toque los genuinos límites y<br />

orígenes".<br />

Casi 30 años más tarde en sus Anotaciones relativas a Martin<br />

<strong>Heidegger</strong> (Notizen zu Martin <strong>Heidegger</strong>), <strong>Jaspers</strong> reconocerá que<br />

la distancia que se había generado con su amigo era mayor aún de<br />

lo que hasta ahora ha parecido. Sobre el Discurso Rector<strong>al</strong><br />

leemos <strong>al</strong>lí:<br />

"...incluso su Discurso Rector<strong>al</strong> intenté interpretarlo del<br />

mejor modo. Pero <strong>al</strong> mismo tiempo ya no confiaba en él. Esto no<br />

lo traje a colación, sino que me dejé guiar por el principio: en<br />

tanto se espera lo mejor responde a ello el otro, <strong>al</strong> estar con<br />

él en una relación de muchos años, entretanto una expresión de<br />

la desconfianza lo destruye todo...El rango espiritu<strong>al</strong> no estaba<br />

perdido, a pesar de que el contenido de su hablar y hacer había<br />

descendido <strong>al</strong> más bajo nivel".<br />

P 4<br />

Y continúa el pensador de Heidelberg:<br />

"A pesar de ello, yo no podía dejar de tomarlo en serio,<br />

fin<strong>al</strong>mente como un contrincante radic<strong>al</strong>, como el instrumento de<br />

un poder amenazante y peligroso, y entendible para mí como<br />

destructor./ De acuerdo a parámetros, que ciertamente son<br />

subjetivos, me parecía su hablar, su hacer, su hábito tan<br />

innoble que había una extrañeza fundament<strong>al</strong> en un notable<br />

contraste con el fluido del filosofar. Y aun en esto había<br />

extrañeza, pero a la vez una unión en el ser tocados por lo que<br />

a ambos nos parecía que era propiamente la filosofía y en lo que<br />

creíamos entonces estar de acuerdo".<br />

Pero, con todo, <strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong>berga aun una esperanza no<br />

solamente respecto de su amigo, sino también de la Alemania de<br />

entonces. Ello es así, pese a que es el año 33, el año de la<br />

toma del poder tot<strong>al</strong> por parte de Hitler, y en el ambiente hay<br />

ya numerosos signos de m<strong>al</strong>os presagios.<br />

Alguno de estos m<strong>al</strong>os presagios atañen a su propia familia,<br />

más específicamente a la familia de su mujer Gertrud Mayer, de<br />

28


origen judío. Esta es la situación concerniente a <strong>al</strong>go que<br />

apenas menciona <strong>Jaspers</strong> a su amigo antes del quiebre con él, en<br />

Carta del 20.4.33 en los siguientes términos: "Estuve entretanto<br />

en Berlin - preocupaciones por familiares - volvimos hoy en la<br />

noche". <strong>En</strong> esta breve <strong>al</strong>usión se trata de su cuñado, también<br />

filósofo y médico - Ernst Mayer -, que dirigía una consulta<br />

(Praxis) en Berlin. El caso es que el así llamado "Parágrafo<br />

ario" de la Ley para la Reestructuración de los Cargos de<br />

Funcionario (Beamtentum), del 7.4.33, indujo a que los<br />

"pacientes arios" hicieran un boicot de su consulta.<br />

P 5<br />

<strong>Jaspers</strong> se había dedicado junto con él a los estudios<br />

filosóficos durante los años estudiantiles en Heidelberg, y<br />

gracias a él conoce a Gertrud -. Es más Mayer fue quien revisó<br />

los manuscritos de la obra mayor de <strong>Jaspers</strong> - Filosofía -.<br />

Con posterioridad <strong>al</strong> boicot de su consulta, Mayer tuvo que<br />

emigrar a Holanda en el 38, donde se escondió y en ese escondite<br />

escribió un libro que suena atractivo por su solo título:<br />

Di<strong>al</strong>éctica del no-saber.<br />

Cuando fin<strong>al</strong>mente muere en 1952 - <strong>Jaspers</strong> dice en sus<br />

"Evocación de Ernst Mayer" que éste ya le habría dicho en el 33:<br />

"Ellos nos llevarán a barracas que luego encenderán", lo que a<br />

<strong>Jaspers</strong> le pareció simplemente una fantasía.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl<br />

<strong>Jaspers</strong>" continuamos el próximo miércoles a las 16,45 hrs. con<br />

el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

29


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 251 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 25 de Octubre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Dentro del Ciclo "El esclarecimiento existenci<strong>al</strong> de Karl <strong>Jaspers</strong>" nos hemos dedicado en<br />

su primera parte a la relación entre <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong> y a ella le hemos dado el título "La<br />

sociedad de lucha", puesto que justamente estos pensadores, que fueron íntimos amigos, se<br />

propusieron formar lo que ellos mismos llamaron una "sociedad de lucha"<br />

("Kampfgemeinschaft").<br />

Pero, dado que el hombre no existe aisladamente sino en-el-mundo, y tiene que enfrentar<br />

el diario vivir y las vicisitudes históricas, políticas, económicas y jurídicas mundan<strong>al</strong>es, es que<br />

esta bella amistad entra en crisis hata el punto de quebrarse dolorosamente en 1933 en plena<br />

época del auge del nazismo en Alemania.<br />

Sin duda <strong>al</strong>guna el hecho de que <strong>Heidegger</strong> haya adherido <strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo<br />

constituyó la razón de ese quiebre.<br />

<strong>En</strong> nuestro relato y análisis nos encontramos justo en el punto del quiebre y de como lo<br />

ve <strong>Jaspers</strong> a la distancia, según lo que relata en su Autobiografía filosófica. Dice <strong>al</strong>lí:<br />

"Me encontraba desorientado. Nada me había informado <strong>Heidegger</strong> acerca de sus<br />

inclinaciones nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>istas antes de 1933. Por mi parte, yo debería haber hablado con él.<br />

<strong>En</strong> los años antes de 1933 sus visitas se habían vuelto escasas. Ahora era muy tarde. De cara a<br />

que el propio <strong>Heidegger</strong> había sido arrastrado por la embriaguez, fracasé. Yo no le dije que él<br />

estaba en un m<strong>al</strong> paso. Dejé de confiar en su esencia mudadiza. También sentía en mí mismo la<br />

amenaza, en atención <strong>al</strong> poder del cu<strong>al</strong> <strong>Heidegger</strong> participaba, y pensaba, así como ya <strong>al</strong>gunas<br />

veces en mi vida, en el caute de Spinoza".<br />

P 1<br />

Y continúa <strong>Jaspers</strong>:<br />

"¿Me había equivocado en todo lo positivo que había habido entre nosotros ¿No había<br />

sido yo mismo culpable de no haber buscado el enfrentamiento radic<strong>al</strong>, apoyándome para ello en<br />

aquello positivo No había estado esto determinado también por mi culpa de no haber visto a<br />

tiempo los peligros, de haber tomado de manera muy insípida el conjunto del nacion<strong>al</strong>soci<strong>al</strong>ismo,<br />

a pesar de que <strong>al</strong> mismo tiempo Hanna Ahrendt ya me había dicho en 1932 de<br />

manera suficientemente clara en que dirección iría".<br />

Y tras considerar todos estos distintos aspectos del quiebre producido el 30.6.33, termina<br />

diciendo <strong>Jaspers</strong>, aunque, como ya hemos advertido con las fechas equivocadas en la evocación<br />

hecha sobre este suceso más de 20 años más tarde en su :Autobiografía filosófica:<br />

"<strong>En</strong> Mayo de 1933 se fue <strong>Heidegger</strong> por última vez. No nos hemos vuelto a ver".<br />

Pues bien, a la hora de hacer b<strong>al</strong>ance, correponde decir que el quiebre entre ambos fue<br />

definitivo, y agregaría <strong>al</strong> respecto que lo fue para <strong>Jaspers</strong>. Pero, aún así, como suele ocurrir en las<br />

grandes amistades y en los amores por lo demás, como no creyendo él mismo que ese quiebre<br />

fuera así de drástico y definitivo, el propio <strong>Jaspers</strong> primero hace <strong>al</strong>gún intento de acercamiento,<br />

el cu<strong>al</strong> tiene que ver con su acogedora recepción del Discurso Rector<strong>al</strong> de <strong>Heidegger</strong> - La<br />

autoafirmación de la universidad <strong>al</strong>emana -, y luego, pero recién en el año 35, <strong>Heidegger</strong> habrá<br />

30


de hacer su propio intento de acercamiento, pero esta vez, será él el que no tendrá suficiente<br />

acogida por parte de su amigo de Heidelberg.<br />

P 2<br />

Es decir, también como en las amistades y en los amores, la relación ha comenzado a<br />

fenecer definitivamente porque, si hay intentos de acercamiento, y que son recíprocos, éstos son<br />

a destiempo, esto es, nunca coincide el de uno con el del otro.<br />

Sin embargo, siguiendo todavía con la misma comparación con la filía y eros, esta<br />

amistad volverá a florecer, retornando otra vez a la fuerza de sus orígenes cuando ya las heridas<br />

de ella y que son también las heridas de Alemania, se hayan comenzado a curar en la postguerra.<br />

Pero, no solamente así como en la filía y en eros, sino como es en la misma vida, este<br />

re<strong>torno</strong> y renacimiento habrá de ser nada más que un destello que pronto se perderá.<br />

Pero, volvamos ahora <strong>al</strong> año 33 cuando <strong>Heidegger</strong> con ocasión de asumir la Rectoría de<br />

la Universidad de Friburgo el 27 de Mayo, pronuncia su Discurso La autoafirmación de la<br />

universidad <strong>al</strong>emana. <strong>Heidegger</strong> se lo hace enviar a su amigo y, sorprendentemente, éste expresa<br />

una acogida favorable a ese Discurso, a pesar de ser un texto muy a tono con los cambios<br />

soci<strong>al</strong>es y políticos del momento en Alemania: por ejemplo, en él <strong>Heidegger</strong> propone un así<br />

llamado "servicio de defensa" ("Wehrdienst") como una de las tareas que debe cumplir la<br />

universidad.<br />

Cabe agregar, en todo caso, como ya lo hemos hecho, de que <strong>Jaspers</strong> hace sus reparos<br />

sobre <strong>al</strong>gunos contenidos del Discurso, justamente en lo que se refiere a aquellos muy a tono con<br />

la época.<br />

P 3<br />

La misma mirada esperanzada, tratando de encontrar una s<strong>al</strong>ida a la situación política, se<br />

advierte en el enfoque de <strong>Jaspers</strong> de lo que atañe a la universidad. Él elabora un documento<br />

llamado Tesis para la pregunta sobre la reforma universitaria, el que pronunciará como<br />

Discurso <strong>al</strong> término de la Guerra, el 15.8.45, con ocasión de la reapertura de los Cursos de<br />

Medicina en la Universidad de Heidelberg, y que aparecerá bajo el título Renovación de la<br />

universidad. <strong>En</strong> este Discurso, cuyo texto ya fue escrito en el 33, hace un agudo análisis de los<br />

diversos problemas que arrastra la universidad en ese momento, y propone diversas medidas muy<br />

interesantes que hasta nuestros días siguen siendo válidas: disminuir la admnistración y la<br />

burocracia; que haya una dirección fuerte (representada por el Rector), pero <strong>al</strong> mismo tiempo<br />

bajo el control de un Consejo ante el cu<strong>al</strong> él tiene que justificar su política universitaria; que el<br />

número de los catedráticos se limite a los verdaderamente sobres<strong>al</strong>ientes; que la libertad tenga<br />

una base estrictamente académica y no determinada por una política exterior a la universidad;<br />

que, en fin, la universidad se empeñe ante todo en su objetivo primordi<strong>al</strong>, cu<strong>al</strong> es la búsqueda de<br />

la verdad.<br />

Como podemos observar, se trata, en cierto modo de una suerte de diseño aristocrático<br />

(en el buen sentido) de la universidad.<br />

<strong>Jaspers</strong> le hace enviar estas Tesis a <strong>Heidegger</strong>, adjunto a la Carta del 23.8.33, mas de<br />

parte de este último no se conoce respuesta.<br />

P 4<br />

Esto nos hace ver que ya estamos aquí ante signos negativos que apuntan<br />

indesmentiblemente a las consecuencias del quiebre de la amistad. Ello tiene que ver con lo que<br />

decíamos anteriormente en el sentido de que una amistad que ha sido tan fuerte y profunda como<br />

31


ésta no se acaba así como si nada, y es por ello que da la impresión de que cada uno, pero<br />

lamentablemente por separado y a destiempo con el otro, hace <strong>al</strong>gún esfuerzo por el reencuentro,<br />

pero, por lo mismo, éste no sucede. <strong>En</strong> este caso esto engarca con lo que podemos suponer habrá<br />

esperado <strong>Jaspers</strong> del envío de las mencionadas Tesis a su antiguo amigo, máxime cuando en ellas<br />

casi todas sus propuestas, podemos imaginar, habrían encontrado eco en él. Pero, como ya dijera,<br />

no hay respuesta...<br />

Y es así como tienen que pasar casi dos años hasta que el otro, en este caso <strong>Heidegger</strong>, de<br />

un nuevo signo en una Carta ya del 1.7.35. Mas, cabe agregar de que, aún así, la iniciativa no la<br />

ha tomado plenamente <strong>Heidegger</strong>, ya que, <strong>al</strong> parecer, la carta está suscitada por el envío por<br />

parte de <strong>Jaspers</strong> del texto de su Conferencia Razón y existencia, dictada en la Universidad de<br />

Rijks de Groningen (Rijksuniversiteit te Groningen), del cu<strong>al</strong> <strong>Heidegger</strong> acusa recibo.<br />

De todos modos, es una bella carta, que ya desde sus inicios nos permite darnos cuenta de<br />

que <strong>Heidegger</strong> estaba en la mejor predisposición de reanudar esa amistad, ya bastante<br />

terremoteada. Es más, si leemos con atención esta carta, advertiremos que en ella sutilmente<br />

<strong>Heidegger</strong> quiere darle una explicación a su amigo de lo sucedido (en particular en lo que atañe a<br />

su adhesión <strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo y su aparentemente m<strong>al</strong>a experiencia como Rector de la<br />

Universidad de Friburgo bajo el régimen nazi), y ello lo hace por medio de la cita de la tragedia<br />

Antígona de Sófocles.<br />

P 5<br />

Ello nos revela que por supuesto entre estos dos tremendos pensadores no podían sino<br />

haber no solamente sutilezas, sino seguramente también mensajes ocultos, como toda suerte de<br />

insinuaciones.<br />

Más aún, corresponde agregar también que estamos no solamente ante dos grandes<br />

filósofos y escritores, sino también ante dos grandes maestros del género espistolar, el cu<strong>al</strong>,<br />

apenas lo an<strong>al</strong>izamos someramente, es justamente eso - un género -, que como t<strong>al</strong>, tiene sus<br />

propias leyes. Por de pronto, a diferencia de la novela o la poesía, hay en ella un ir y venir, una<br />

comunicación que se espera que el otro responda en un plazo razonable. Y ello lo decimos aquí,<br />

atendiendo, por decirlo así, a lo que es usu<strong>al</strong> en la puesta en práctica de este género, ya que,<br />

como bien sabemos, también se le llama 'carta' a la Carta Magna, como a la Carta sobre el<br />

"humanismo" del propio <strong>Heidegger</strong>, en cuyos escritos no hay, o <strong>al</strong> menos, no se espera que haya<br />

una respuesta a ellos.<br />

Y se trata además en este género epistolar de que a la semántica que de por sí implica un<br />

escrito, aunque se trate de una declaración notari<strong>al</strong>, se le agregan no solamente los significados<br />

subyacentes que pueden haber en la novela, en la lírica, en la épica, en la tragedia o en la<br />

comedia, sino los específicos de este género que tienen que ver precisamente con las<br />

posibilidades, por ejemplo, de una respuesta muy corta a una carta muy larga, de una dilación<br />

excesiva en esa respuesta, o, <strong>al</strong> contrario de una respuesta cuasi instantánea. A ello se suman<br />

ciertas form<strong>al</strong>idades o giros, ya sea <strong>al</strong>gunos que corresponden a una determinada jerga, u otros<br />

que tienen un sello absolutamente person<strong>al</strong>. Por ejemplo, es el caso de que durante mucho<br />

tiempo el <strong>Heidegger</strong> de muchas cartas de los inicios de su amistad con <strong>Jaspers</strong> pone siempre <strong>al</strong><br />

fin<strong>al</strong> en la parte de la despedida <strong>al</strong>go muy singular y para nosotros completamente inusu<strong>al</strong>: "De<br />

casa a casa" ("Von Haus zu Haus"), lo que podríamos entender en el sentido de un gesto muy<br />

especi<strong>al</strong> de confianza, como que se le habla <strong>al</strong> amigo como si él estuviera en la propia casa, y<br />

32


viceversa, que uno, el emisor de la carta, dice las cosas de t<strong>al</strong> modo como si estuviera diciéndolas<br />

en la casa de su amigo, el receptor de la carta.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

33


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 252 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición:miércoles 1 de Noviembre del2000a las 16,45 hrs.<br />

<strong>En</strong> verdad, tras el quiebre de la amistad acontecido el año 1933 entre <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong><br />

hay <strong>al</strong>go que se pierde, como en todo quiebre por lo demás, y esto es la fluidez y la<br />

espontaneidad. Es decir, se pierden los gestos que habían antes de una entrega amic<strong>al</strong> sin<br />

reservas <strong>al</strong> otro.<br />

Ahora inevitablemente comienzan a hacerse presentes la cautela, y seguramente el temor,<br />

e incluso, <strong>al</strong> menos de parte de <strong>Jaspers</strong>, como él mismo reconoce por lo demás, la desconfianza.<br />

<strong>En</strong> este sentido, esto que se da entre dos personas de profunda espiritu<strong>al</strong>idad, como son<br />

estos dos grandes pensadores, no constituye una excepción, si lo comparamos con lo que ocurre<br />

en gener<strong>al</strong> en las relaciones amic<strong>al</strong>es o amorosas. Justamente en éstas también se da que una vez<br />

producido el quiebre, cada paso es difícil, y va acompañado de todo tipo de prevenciones y<br />

reservas.<br />

Y precisamente nada más apropiado que el género epistolar que ambos pensadores ponen<br />

en práctica, para dar libre curso a esas prevenciones y reservas. Tendremos pues que detenernos<br />

a reflexionar sobre lo que atañe a este género.<br />

Hemos contrastado el género epistolar con la novela o la poesía, por ejemplo,<br />

reconociendo <strong>al</strong> respecto que en las cartas, en cierto modo se multiplican los sentidos y<br />

significados de cada cosa, ya que en ellas, además de la polisemia que es propia de las p<strong>al</strong>abras y<br />

del estilo, se hacen presentes además gestos, como la dilación en la respuesta a una carta, que<br />

tienen en cada caso sus sentidos específicos.<br />

P 1<br />

Y ahora podemos contrastar el género espistolar con lo que podríamos llamar una<br />

relación directa interperson<strong>al</strong>.<br />

Podría parecer que en la relación entre dos personas de cuerpo presente hubieran<br />

norm<strong>al</strong>mente más sentidos y significados en juego. Pero, si bien reflexionamos sobre esto, cabe<br />

decir que sucede exactamente lo contrario: la conversación directa permite un mayor control y<br />

comprensión de la semántica que se pone en juego, precisamente por esa contrastación que se va<br />

haciendo con nuestro interlocutor de manera inmediata de todo lo que se va diciendo, sugiriendo,<br />

relatando, y demás.<br />

No obstante lo anterior, ocurre además en una relación directa que <strong>al</strong> mismo tiempo se<br />

suelen manifestar un conjunto de "tácitos", de supuestos y aun de prejuicios inconfesos. <strong>En</strong> el<br />

género epistolar, en cambio, tenemos siempre la posibilidad de estar <strong>al</strong> abrigo de la mirada del<br />

otro.<br />

La comparación que se puede hacer entre televisión y radio seguramente que viene <strong>al</strong><br />

caso. Se trata precisamente de que la televisión satura inmediatamente la imagen, y ésta es la<br />

razón por la que en ese medio no pueden permitirse espacios vacíos, ni aunque se trate de unos<br />

segundos, porque de ocurrir eso el televidente cambia inmediatamente de can<strong>al</strong>. <strong>En</strong> radio, por el<br />

contrario, hay una mayor distancia, pues lo que escuchamos es una voz o unos sonidos que, en<br />

34


primer lugar, requieren más tiempo para su asimilación, y, en segundo lugar, c<strong>al</strong>an más hondo<br />

en nosotros.<br />

P 2<br />

Ello se relaciona a su vez con la polémica cuestión de los privilegios de la vista o del<br />

oído, si acaso uno u otro tendrían una mayor capacidad de penetración.<br />

Siguiendo a un Heráclito, que incita en un aforismo a escuchar el logos (sentido, razón),<br />

para darse cuenta entonces de que todo es uno, y así hasta <strong>Heidegger</strong>, en el que se trata de oir el<br />

ser, nosotros aquí nos sentimos interpretados por esa misma línea, de acuerdo a la cu<strong>al</strong>, el oído<br />

tendría un privilegio sobre la vista.<br />

Y esto a su vez es relevante en varias otras direcciones, por ejemplo, en lo que se refiere a<br />

la comparación que se puede hacer entre la pintura y la música, en lo que cabe atender además a<br />

la clasificación de Schopenhauer de las artes, en concordancia con la cu<strong>al</strong> la música puede<br />

acercarse más a lo esenci<strong>al</strong> que la pintura. El criterio es <strong>al</strong>lí la capacidad que tiene un arte de<br />

abstraerse de una base materi<strong>al</strong>: así, por ejemplo, la arquitectura es la más apegada de las artes a<br />

lo materi<strong>al</strong>, no solamente porque requiere de ciertos materi<strong>al</strong>es para poder re<strong>al</strong>izarse, sino<br />

además porque sus diseños, sus planos, tienen que adecuarse a un modo de habitar del hombre en<br />

el espacio.<br />

<strong>En</strong> lo que atañe <strong>al</strong> género espistolar, cabría preguntarse si en él intervienen más el oído o<br />

la vista, y, <strong>al</strong> parecer, a pesar de que una carta es ante todo <strong>al</strong>go que se lee, lo decisivo es siempre<br />

la escucha de la carta. Me atrevería a agregar que lo mismo tendría que ocurrir por cierto con la<br />

lectura. Por ejemplo, si estamos leyendo Las elegías del Duino de Rainer Maria Rilke, lo que <strong>al</strong>lí<br />

leemos es ante todo lo que escuchamos, aunque <strong>al</strong> leerlo no pronunciemos p<strong>al</strong>abra.<br />

Ahora bien, se podría objetar que está claro que en las Elegías es así porque ante todo es<br />

un poema, y en la poesía la escritura se vuelve singularmente music<strong>al</strong>, con sus cadencias, y<br />

demás. Pero, se podría replicar a ello que precisamente la prueba document<strong>al</strong> de que la lectura<br />

está determinada por lo que en ella escuchamos, la constituye precisamente la poesía, y ello no le<br />

resta esa misma posibilidad a lo que sea la lectura en gener<strong>al</strong>.<br />

P 3<br />

Todos estos elementos, como otros que seguramente nos s<strong>al</strong>drán <strong>al</strong> paso, podemos<br />

suponer de antemano, se presentarán en lo que sigue del rico <strong>epistolario</strong> de estos dos amigos, que<br />

se encuentran ahora en un momento (año 1935) en que ninguno de ellos muestra saber<br />

claramente a qué atenerse: si dar definitivamente por terminada una tan bella amistad, o<br />

continuar con ella y considerar, por ejemplo, que el mundo con sus demandas y sus urgencias de<br />

siempre la ha destruido.<br />

Hay una carta del 1.7.35 de <strong>Heidegger</strong> a <strong>Jaspers</strong> que la encuentro particularmente<br />

decidora, sobre todo en el sentido de que, en cierto modo, podríamos decir, que constituye una<br />

explicación de su adhesión <strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo y de su Rectoría de la Universidad de<br />

Friburgo, como del desencanto que todo ello le ha provocado. Pero esta "explicación" no está así<br />

meramente dada, sino más bien, insinuada. Hemos dicho que esto se asocia con el hecho de que a<br />

estas <strong>al</strong>turas la amistad entre ambos ya se encuentra <strong>al</strong>go deteriorada, se ha perdido la confianza<br />

y la espontaneidad.<br />

<strong>Heidegger</strong> comienza diciendo:<br />

"Sobre mi escritorio hay un<br />

35


portafolio con el título "<strong>Jaspers</strong>". De vez en cuando cae dentro de él <strong>al</strong>gún papel; también hay<br />

cartas iniciadas dentro de él, pedazos de una confrontación a propósito del primer intento de<br />

concebir el III volumen de Filosofía."<br />

P 4<br />

Hemos visto que igu<strong>al</strong> hay un motivo por parte de <strong>Heidegger</strong> que lo lleva a escribirle a su<br />

antiguo amigo, y es el agradecimiento por el texto de la Conferencia "Razón y existencia" que<br />

dictara <strong>Jaspers</strong> en la Rijksuniversiteit de Groningen, en los Países Bajos.<br />

Luego <strong>Heidegger</strong> agrega:<br />

"Le agradezco cordi<strong>al</strong>mente por este s<strong>al</strong>udo, que me <strong>al</strong>egró mucho; porque la soledad es<br />

casi completa"<br />

Fijémonos aquí por de pronto que la expresión 'mucho' de "me <strong>al</strong>egró mucho" está escrita<br />

con cursiva, y fijémonos también en ese singular reconocimiento de su completa soledad. Y lo<br />

que viene a continuación es incluso un reconocimiento expreso del "fracaso del Rectorado".<br />

Mas, <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> de la carta, como anexo, incluye <strong>Heidegger</strong> el pasaje sobre el hombre de<br />

Antígona de Sófocles, en el cu<strong>al</strong>, podemos suponer, se encuentra precisamente la "explicación"<br />

sobre lo ocurrido. Leemos en Antígona:<br />

"Múltiples cosas inquietantes dominan<br />

y nada es más inquietante que el hombre;<br />

Él s<strong>al</strong>e a navegar por la marejada espumosa<br />

en la tormenta del meridión del invierno<br />

y cruza bajo las olas<br />

que abren abismos a su paso.<br />

Él también agota<br />

a la bendita para los dioses, la Tierra,<br />

la infatigable, la indestructible,<br />

dándola vuelta de año en año<br />

labrándola con los potros,<br />

el arado".<br />

P 5<br />

Sabido es que las traducciones de <strong>Heidegger</strong> son asaz singulares y completamente<br />

apartadas de los modos usu<strong>al</strong>es de traducción. Ellas son por sobre todo traducciones<br />

hermenéuticas, en que regularmente se fuerza <strong>al</strong> lenguaje para dar cuenta del sentido de lo que<br />

hay que traducir. <strong>En</strong> particular las traducciones en cuestión son todas aquellas del griego <strong>al</strong><br />

<strong>al</strong>emán. Pero, lo anterior no significa en absoluto que ellas sean erróneas, ni muchos menos, sino<br />

todo lo contrario.<br />

Éste es el caso de la traducción de la Estrofa 1 que hemos citado, en el que el griego<br />

"..." lo traduce <strong>Heidegger</strong> como "Vielfältig Unheimliches...", "Muchas cosas<br />

inquietantes...", lo cu<strong>al</strong> se refiere <strong>al</strong> hombre. significa en griego por una parte 'terrible',<br />

'horroroso', y por otra parte, 'poderoso', 'grande', incluyendo esta última posibilidad también los<br />

sentidos de 'extraordinario', 'sorprendente', como también 'sublime' (de acuerdo <strong>al</strong> Diccionario<br />

Griego-Alemán Gemoll). <br />

36


José María Lucas de Dios en la edición de Alianza Editori<strong>al</strong> traduce<br />

"" como "Muchas son las cosas admirables...".1<br />

'Unheimlich' proviene de 'Heim', 'hogar' en <strong>al</strong>emán, y en este sentido significa también lo<br />

'inhospit<strong>al</strong>ario'. Es una p<strong>al</strong>abra que a su vez <strong>Heidegger</strong> usa en Ser y tiempo para describir el 'noestar-en-su-casa'<br />

del posible ser-sí-mismo, que precisamente en este mundo cotidiano, bajo el<br />

dominio del "se", de lo que "se dice", "se acostumbra", "se piensa", se siente en él <strong>al</strong> modo de la<br />

"inhospit<strong>al</strong>idad', "Unheimlichkeit".<br />

Por otra parte, 'unheimlich' tiene incluso el sentido de lo terrible en <strong>al</strong>emán.<br />

Y esta diferencia de traducción es particularmente significativa, por cuanto en la carta que<br />

antecede a esta traducción que se anexa, según hemos visto, <strong>Heidegger</strong> ha hecho <strong>al</strong>usión, de<br />

todos modos muy indirecta, a la fisura que se ha producido en la amistad con <strong>Jaspers</strong>, <strong>al</strong> decir<br />

que de vez en cuando cae <strong>al</strong>gún papel en su portafolio titulado "<strong>Jaspers</strong>"; en segundo lugar, la<br />

confesión de encontrarse en la más completa soledad; y en tercer lugar, el reconocimiento del<br />

fracaso de su rectorado.<br />

"...", "Muchas cosas inquietantes..." afectan <strong>al</strong> hombre.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

1 Sófocles, Ayax, Las Traquinias, Antígona, Edipo Rey, Trad. de José María Lucas de Dios, Alianza Editori<strong>al</strong>,<br />

Madrid, 1988, p. 181.<br />

37


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 253 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición:miércoles 8 de Noviembre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Hemos dicho que <strong>Heidegger</strong>, en vistas de su adhesión <strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo y de su<br />

abortada experiencia como Rector de la Universidad de Friburgo, le da una "explicación" a<br />

<strong>Jaspers</strong>, que tiene un carácter indirecto, ya que está dada en la forma de una traducción de<br />

Antígona. Hemos visto además que, como se trata de una traducción, hay ciertos giros que le da<br />

<strong>Heidegger</strong> a <strong>al</strong>gunas p<strong>al</strong>abras, que podrían, en principio, traducirse de otro modo. Es el caso de<br />

"...", "Muchas cosas inquietantes...", lo que tiene que ver en la tragedia con lo<br />

que afecta <strong>al</strong> hombre. El traductor José María Lucas de Dios de la edición de Alianza Editori<strong>al</strong><br />

traduce lo mismo como "Muchas cosas admirables...", refiriéndose con ello a lo que hay en el<br />

hombre.<br />

Pasemos ahora a la traducción de <strong>Heidegger</strong> de la 2ª Estrofa. Siempre hablando del<br />

hombre, dice:<br />

"Y en el pronunciar de las p<strong>al</strong>abras<br />

en el comprender rápido como el viento<br />

se encontraba él en el temple<br />

de mandar sobre las ciudades.<br />

Y él ideó como escapar<br />

a la exposición bajo las flechas<br />

de los climas y de las heladas inhospit<strong>al</strong>arias.<br />

Por todas partes de camino, mas sin s<strong>al</strong>ida<br />

llega él a nada.<br />

Al acoso - a la muerte sola<br />

no puede él defenderse jamás escapándose,<br />

aunque le resultare diestramente hacerlo<br />

de los miserables achaques".<br />

P 1<br />

He aquí la <strong>al</strong>usión <strong>al</strong> vivir el hombre en las ciudades y quedar expuesto a las flechas,<br />

pudiendo en el mejor de los casos escapar a ellas, pero, <strong>al</strong> mismo tiempo, sin que en definitiva<br />

llegue a nada, ya que <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> siempre está la muerte que anula el sentido de todo lo que<br />

hacemos.<br />

<strong>En</strong> ello, podemos suponer con base, hay a la vez una <strong>al</strong>usión a las consecuencias que<br />

trae consigo el tomar <strong>al</strong>gún partido y el tomar ciertas decisiones políticas, es decir, involucrarse<br />

en el quehacer político. Y ello atañe especi<strong>al</strong>mente <strong>al</strong> pensador, y más particularmente, <strong>al</strong><br />

filósofo, por cuanto lo que está en juego es el vínculo entre filosofía y política.<br />

<strong>En</strong> efecto, éste es el problema filosófico de siempre, en especi<strong>al</strong> desde Platón en<br />

adelante: cómo llevar a la práctica el pensamiento filosófico, y en particular, el pensamiento<br />

filosófico-político.<br />

38


Es justamente el problema que afectó a Platón, cuando Dionisio, regente en Siracusa,<br />

intenta re<strong>al</strong>izar el modelo platónico de La República, lo que a fin de cuentas deriva en una<br />

revolución sangrienta y el consiguiente fracaso rotundo de la aplicación de ese modelo.<br />

Platón, que ha sido invitado a su corte por Dionisio, tiene que huir de Siracusa en medio<br />

de la revuelta, y este aristócrata ateniense pasa por muchas vicisitudes antes de poder volver a<br />

Atenas; inclusive, entre las muchas desventuras que padece, es en <strong>al</strong>gún momento vendido como<br />

esclavo.<br />

Relativamente a esto, <strong>al</strong>guna vez me contó uno de los más destacados filósofos y<br />

discípulos de <strong>Heidegger</strong>, Max Müller, que, una vez terminada la guerra va <strong>Heidegger</strong> en un<br />

tranvía en Friburgo y uno de los pasajeros se acerca y le dice: ¿De vuelta de Siracusa<br />

P 2<br />

Sigamos con la traducción que hace <strong>Heidegger</strong> de Antígona. Agreguemos ahora la<br />

útltima de las estrofas que él traduce, en este caso se trata de la 2ª. Antístrofa. Siempre hablando<br />

de lo inquietante que se cierne sobre el hombre, ella dice:<br />

"Lo inquietante sobre la esperanza<br />

dominando: las manipulaciones del saber<br />

cae él <strong>al</strong>guna vez en lo terrible,<br />

otra vez se hace fuerte.<br />

<strong>En</strong>tre las leyes de la Tierra<br />

y el orden conjurado de los dioses haciendo su travesía.<br />

Destacado en el estado y carente de estado<br />

camina él, <strong>al</strong> que lo que no es llega a ser<br />

por mor de su osadía.<br />

Que no sea huésped en mi casa<br />

ni me de consejos<br />

el que aquello emprende".<br />

Quizás sea ésta la estrofa que más clara y conmovedoramente representa lo que puede<br />

haber vivido <strong>Heidegger</strong> a la <strong>al</strong>tura del año 35, haciendo un b<strong>al</strong>ance de su gestión, quizás incluso<br />

incluyendo ello <strong>al</strong>guna reflexión acerca de a lo que le condujo el haber admirado las manos de<br />

Hitler.<br />

P 3<br />

Los años 35-36 son también los años en los que él dicta sus Lecciones sobre Nietzsche<br />

en las que encontramos severas y osadas críticas a Rosenberg, el autor de la teoría raci<strong>al</strong>, en la<br />

que se apoyara el nazismo., y ello sobre todo en atención a la utilización que hacían los nazis de<br />

Nietzsche.<br />

Pero, volviendo a la relación <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>, hemos visto como ella ya se ha<br />

deteriorado, y esta carta con la traducción de Antígona, como hemos visto, a pesar de contener<br />

una cierta "explicación" de <strong>Heidegger</strong> sobre su proceder y el reconocimiento de un fracaso (y<br />

probablemente la confesión de un error), <strong>Jaspers</strong> la habrá de responder recién casi un año<br />

después con nada más que un parco acuse de recibo y agradecimiento. <strong>En</strong> efecto, la carta con la<br />

traducción de Antígona es del 1.7.35 y el acuse de recibo de <strong>Jaspers</strong> es recién del 14.5.36.<br />

Y luego de tan parca respuesta <strong>Heidegger</strong> vuelve a escribirle a su antiguo amigo tan sólo<br />

dos días más tarde: el 16.5.36, y le cuenta muchas cosas: sobre un viaje a Roma con su familia,<br />

donde dictó una conferencia sobre Hölderlin. Le cuenta además que está trabajando en<br />

39


Nietzsche, que pertenece a una comisión encargada de la edición de la obra de Nietzsche. Al<br />

mismo tiempo, agrega que está trabajando en la interpretación del escrito de Schelling Sobre la<br />

esencia de la libertad humana.<br />

Pero luego entra en juego aquí lo que suele ser característico de las cosas humanas: hay<br />

una equivocación, o más bien una m<strong>al</strong>a interpretación sobre un hecho. Se trata de lo siguiente:<br />

<strong>Heidegger</strong> le cuenta a su hijo Hermann años más tarde, después de la guerra, de que él nunca<br />

recibió de parte de <strong>Jaspers</strong> una respuesta a esta carta, por lo cu<strong>al</strong> él no le volvió a escribir y se<br />

limitó en adelante a enviarle a <strong>Jaspers</strong> sus publicaciones. Pero, el caso es que él mismo día<br />

16.5.36 <strong>Jaspers</strong> le contestó inmediatamente esta carta; precisamente parte diciendo <strong>Jaspers</strong> en su<br />

carta que recién ha recibido la carta de <strong>Heidegger</strong>.<br />

P 4<br />

Mas, hemos visto que igu<strong>al</strong> el 33 no fue el año del quiebre definitivo, que incluso<br />

respecto del Discurso Rector<strong>al</strong> de <strong>Heidegger</strong>, <strong>Jaspers</strong> tuvo p<strong>al</strong>abras elogiosas y sólo <strong>al</strong>gunas<br />

observaciones críticas later<strong>al</strong>es.<br />

Hans Saner - el fiel discípulo y amigo de <strong>Jaspers</strong>, como también editor de parte de su<br />

obra - en la "Introducción" a las Notas sobre <strong>Heidegger</strong>, escritas por <strong>Jaspers</strong> a lo largo de los<br />

años de esta escabrosa relación amic<strong>al</strong>, cuenta que estas Notas estaban en el escritorio de <strong>Jaspers</strong><br />

<strong>al</strong> momento de su muerte, sugiriendo ello que t<strong>al</strong> vez quería reanudarlas en cu<strong>al</strong>quier momento. 2<br />

Saner:<br />

"No sabemos por qué y desde cuándo <strong>Jaspers</strong> c<strong>al</strong>ificó el año 1933 de "revelación radic<strong>al</strong><br />

de la separación". <strong>En</strong> cu<strong>al</strong>quier caso no disponemos de ningún testimonio de la época que<br />

demuestre que interpretase con este rigor la entrada de <strong>Heidegger</strong> en el nacion<strong>al</strong>soci<strong>al</strong>ismo" (p.<br />

XVIII).<br />

Ello nos hace ver que <strong>Jaspers</strong> no tenía suficiente claridad sobre los <strong>al</strong>cances que tenía lo<br />

que en ese momento pasaba en Alemania. Según Saner es recién con el así llamado "Röhm-<br />

Putsch" ("El golpe de Estado de Röhm") que fue una artimaña de Hitler para hacer eliminar a<br />

Röhm, consistente en acusarlo de una intentona golpista, que <strong>Jaspers</strong> se da cuenta de la situación<br />

que verdaderamente se vive en ese momento. Dice Saner:<br />

"Es probable que hasta el golpe de Röhm a fin<strong>al</strong>es de junio de 1934 no viese con toda<br />

claridad que Alemania había caído en manos de crimin<strong>al</strong>es" (p. XVIII).<br />

P 5<br />

Röhm se había convertido en Jefe de la S.A., la cu<strong>al</strong> era la Sección "Grupo de Choque"<br />

("Sturmabteilung") del nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo, y llegó a tener más de 700.000 miembros que<br />

actuaban en toda Alemania persiguiendo a los opositores <strong>al</strong> régimen. Frente a la S.A. estaba la<br />

S.S. ("Schutzstaffel", "Guardia de Protección"), especie de guardia pretoriana, que protegía a<br />

Hitler. Esta S.S. estaba form<strong>al</strong>mente bajo la S.A., la cu<strong>al</strong> Röhm tiene el propósito de sobredimensionar<br />

como un grupo paramilitar de tamaño similar <strong>al</strong> del ejército <strong>al</strong>emán. <strong>En</strong> ese<br />

contexto es que se produce el atentado de Hitler con apoyo del ejército y de dirigentes nacion<strong>al</strong>soci<strong>al</strong>istas<br />

- Göring, Himmler, Hess -, con el pretexto de que Röhm y sus secuaces serían no<br />

solamente golpistas, sino también homosexu<strong>al</strong>es. Los asesinados son Röhm, toda la dirigencia<br />

2 Karl <strong>Jaspers</strong>, (Notas sobre Martin <strong>Heidegger</strong> Notizen zu Martin <strong>Heidegger</strong>), trad. de Vicente Romano García,<br />

Edit. Mondadori, Madrid, 1990, p. VII.<br />

40


de la S.A. como otros tantos, y Hitler aprovecha esta ocasión para mandar a matar también a<br />

opositores conservadores y a políticos desacreditados, sumando en tot<strong>al</strong> los asesinados 83.<br />

Desde luego este acontecimiento tiene que haberle abierto los ojos definitivamente a<br />

<strong>Jaspers</strong> como para haberse distanciado cada vez más de su antiguo amigo, <strong>al</strong> verlo como<br />

adherente a lo que ya se mostraba, como dice Saner, como que no era sino una banda de<br />

crimin<strong>al</strong>es. Y más encima lo que aquí estaba en juego es que <strong>Heidegger</strong> pertenecía a la S.A.<br />

Pero, es más que probable que el quiebre verdaderamente radic<strong>al</strong> se haya producido<br />

cuando en 1935 cae en manos de <strong>Jaspers</strong> una copia de un Dictamen que habría enviado<br />

<strong>Heidegger</strong> sobre el Profesor Eduard Baumgarten a la Federación de Docentes de Göttingen en<br />

1933. Ese Dictamen dice lo siguiente:<br />

"El Dr. Baumgarten procede por parentesco y por su postura intelectu<strong>al</strong> del círculo<br />

liber<strong>al</strong>-democrático de intelectu<strong>al</strong>es de Heidelberg en <strong>torno</strong> a Max Weber. Durante su estancia<br />

aquí fue todo menos nacion<strong>al</strong>soci<strong>al</strong>ista.../Cuando Baumgarten fracasó conmigo se trató<br />

vivamente con el judío Fränkel, que trabajó antes en Gotinga y ahora ha sido despedido aquí.<br />

Supongo que Baumgarten se ha refugiado en Gotinga, por lo que también pueden explicarse sus<br />

actu<strong>al</strong>es relaciones en esa ciudad. /De momento considero que su admisión en las S.A. es tan<br />

imposible como en el cuerpo de docentes" (p.XIX-XX).<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el próximo<br />

miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

41


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 254 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición:miércoles 15 deNoviembre del2000a las16,45 hrs.<br />

De acuerdo a la interpretación de Hans Saner, discípulo, seguidor, amigo y editor de<br />

<strong>al</strong>gunas obras de <strong>Jaspers</strong>, el quiebre de la amistad entre <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong> se produce recién en<br />

1935, cuando <strong>Jaspers</strong> recibe de manos de una amiga (Marianne Weber) una copia de un dictamen<br />

re<strong>al</strong>izado por <strong>Heidegger</strong> el año 33 sobre el Profesor Eduard Baumgarten. Este dictamente es el<br />

siguiente:<br />

"El Dr. Baumgarten procede por parentesco y por su postura intelectu<strong>al</strong> del círculo<br />

liber<strong>al</strong>-democrático de intelectu<strong>al</strong>es de Heidelberg en <strong>torno</strong> a Max Weber. Durante su estancia<br />

aquí fue todo menos nacion<strong>al</strong>soci<strong>al</strong>ista.../Cuando Baumgarten fracasó conmigo se trató<br />

vivamente con el judío Fränkel, que trabajó antes en Gotinga y ahora ha sido despedido aquí.<br />

Supongo que Baumgarten se ha refugiado en Gotinga, por lo que también pueden explicarse sus<br />

actu<strong>al</strong>es relaciones en esa ciudad. /De momento considero que su admisión en las S.A. es tan<br />

imposible como en el cuerpo de docentes" (p.XIX-XX).<br />

El documento, como claramente se advierte, es gravísimo y por cierto completamente<br />

impropio de lo que se debe esperar de un pensador, que reflexiona sobre el hombre y su modo de<br />

conducirse en el mundo.<br />

<strong>En</strong> todo caso, cabe reconocer que la autenticidad de él no está comprobada.<br />

Mas, aun suponiendo que lo esté, está claro que <strong>Heidegger</strong> cometió un grave error <strong>al</strong><br />

adherir <strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo y comprometerse con él, pero <strong>al</strong> mismo tiempo, como ya hemos<br />

recordado, él igu<strong>al</strong> se atrevió en estos mismos años 35-36 a hacer severas críticas a ese<br />

movimiento.<br />

Por otra parte, corresponde además agregar que no es aquí nuestro propósito juzgar la<br />

conducta de <strong>Heidegger</strong>, sino simplemente relatar los hechos que, en este caso, indujeron a que la<br />

amistad entre estos dos pensadores se quebrara.<br />

P 1<br />

Pero, ya destacábamos lo sorprendente que es la equivocación que más encima viene a<br />

darse en esta amistad, a través de un cruce de dos cartas del mismo día 16.5.36, una en la que<br />

<strong>Heidegger</strong> le cuenta con holgura a <strong>Jaspers</strong> acerca de sus impresiones de un viaje a Roma, y él le<br />

responde apenas recibe esta carta, pero ésta nunca llega a las manos de su destinatario<br />

friburguense. Y ya hemos recordado también que años más tarde <strong>Heidegger</strong> le dirá a su hijo<br />

Hermann que él no le volvió a escribir a <strong>Jaspers</strong>, porque este último nunca le contestó la carta<br />

sobre Roma.<br />

Examinemos ahora lo que contiene esa carta perdida de <strong>Jaspers</strong> (quien tenía el cuidado de<br />

conservar las copias de las cartas enviadas, y también otras, como veremos, que corresponden a<br />

las que Saner llama "borradores" de cartas, es decir, las que nunca envió). La verdad es que un<br />

examen atento de la carta en cuestión del 16.5.36 hace tamb<strong>al</strong>ear el veredicto de Saner, del que<br />

nos enterábamos más arriba, a saber, de que con el nefasto dictamen de <strong>Heidegger</strong> sobre Eduard<br />

Baumgarten <strong>Jaspers</strong> habría definitivamente decidido terminar con esta amistad. Escuchemos<br />

<strong>al</strong>gunos pasajes de esta carta:<br />

42


"Recién recibo su carta con los v<strong>al</strong>iosos reg<strong>al</strong>os. Me <strong>al</strong>egro <strong>al</strong> oir de Ud. Y me <strong>al</strong>egro<br />

especi<strong>al</strong>mente que Ud. esté en su asunto con una fuerza tan manifiesta. <strong>En</strong> relación a la lectura<br />

de su "Hölderlin" que quiero iniciar ya hoy en la noche, estoy a la expectativa".<br />

Mas, luego viene un pasaje bastante críptico, en el que incluso hay frases inconclusas con<br />

puntos suspensivos. Escuchemos:<br />

"Su actitud respecto de la filosofía en este tiempo es pues también la mía; sus juicios de<br />

v<strong>al</strong>or - Nietzsche, Hölderlin - nos acercan. Que, a pesar de ello, c<strong>al</strong>lo, Ud. lo comprenderá y<br />

acepterá. Mi <strong>al</strong>ma está c<strong>al</strong>lada; porque en este mundo permanezco con la filosofía no "sin<br />

reconocimiento", así como Ud. lo escribe de sí mismo; es más...pero a mí se me atraganta la<br />

p<strong>al</strong>abra. <strong>En</strong> lo que queda, sin embargo, hasta tanto ello se brinde, nos podemos encontrar".<br />

P 2<br />

S<strong>al</strong>ta a la vista que ésta es una carta, cuya verdad es muy difícil de desentrañar, y lo cierto<br />

es que cu<strong>al</strong>quier intepretación inevitablemente se apoyará en supuestos y presunciones.<br />

Ejemplo de ello es lo que podría haber tras el elogio a los logros de <strong>Heidegger</strong>, y luego, a<br />

renglón seguido, la frase "Que, a pesar de ello, c<strong>al</strong>lo/.../". Y este pasaje es t<strong>al</strong> vez el más<br />

descifrable, como que en él habría una <strong>al</strong>usión a un distanciamiento. Luego incluso agrega que<br />

su "<strong>al</strong>ma está c<strong>al</strong>lada", mas inmediatamente después viene esa curiosa <strong>al</strong>usión <strong>al</strong><br />

"reconocimiento", dando con ello la impresión de que a esas <strong>al</strong>turas <strong>Jaspers</strong> se sentiría<br />

suficientemente fuerte como para estar preocupado de la pérdida de su prestigio y<br />

reconocimiento por parte de los demás en vistas de lo que en este contexto aparece como una<br />

velada <strong>al</strong>usión a una "m<strong>al</strong>a junta" con el nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista <strong>Heidegger</strong>.<br />

Si fuera así, la ironía del destino será que un año después <strong>Jaspers</strong> será destituido de su<br />

cargo en la Universidad de Heidelberg por parte de los nazis.<br />

Mas, como bien sabemos, esa así llamada "ironía del destino" continuará y se radic<strong>al</strong>izará<br />

cuando Alemania haya perdido la guerra y los nazis caigan definitivamente en descrédito y<br />

comience en las universidades <strong>al</strong>emanas el proceso llamado "desnacificación"<br />

("<strong>En</strong>tnazifizierung").<br />

P 3<br />

Destaquemos además la última frase en la que <strong>Jaspers</strong> insinúa como igu<strong>al</strong> entre ambos<br />

sigue habiendo <strong>al</strong>go incólume, capaz de resistir a las decisiones que <strong>al</strong>guien pudiera hacer en<br />

relación a su actuar en el mundo. "<strong>En</strong> lo que queda, sin embargo, hasta tanto ello sea posible, nos<br />

podemos encontrar". Y éste es sin duda el punto que da el mayor pie para <strong>al</strong>ejarse de la<br />

interpretación de Saner (y aunque se trate en todo ello de una carta que nunca llegó a su<br />

destinatario).<br />

Pero, la cuestión más importante es lo sorprendente que es el hecho de que, a pesar de<br />

haber conocido <strong>Jaspers</strong> el dictamen citado, persista en el intento de rescatar lo que sería<br />

supuestamente lo más esenci<strong>al</strong> de esta amistad, que en este caso adopta los caracteres de un<br />

Imaginario.<br />

Es decir, hay en el gesto de <strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong>go particularmente noble, en el sentido de <strong>al</strong>go así<br />

como que "nobleza obliga", y que en atención a ello, tendría que romper definitivamente ese lazo<br />

amic<strong>al</strong>, pero, por la otra parte, él no se quiere dar por vencido, y está dispuesto no solamente a<br />

dejar, sino incluso a proteger un residuo, que más que un mero "residuo", sería lo más esenci<strong>al</strong><br />

de esa amistad.<br />

P 4<br />

43


Viene <strong>al</strong> caso comparar aquí las relaciones amic<strong>al</strong>es con las relaciones amorosas,<br />

precisamente en cuanto a lo que es la duración y el tiempo, como que <strong>al</strong> parecer las verdaderas<br />

relaciones amic<strong>al</strong>es son para toda la vida y son capaces de sobreponerse a los avatares del<br />

tiempo, la historia y la cotidianidad. Ciertamente que una relación amorosa también puede eso,<br />

pero más difícilmente. Ambos, amistad y amor, comparten la elección: tanto <strong>al</strong> amigo como a la<br />

amada los elegimos, sin embargo, la elección en la amistad es norm<strong>al</strong>mente más lúcida.<br />

Montaigne en sus <strong>En</strong>sayos ha puesto a la amistad por sobre el amor, dado que en ella se<br />

ponen en juego las cu<strong>al</strong>idades mor<strong>al</strong>es más elevadas del ser humano, mientras que en el amor,<br />

puesto que se trata de un sentir que compromete nuestras entrañas, se hace presente la pasión que<br />

suele ser muy explosiva y fuente de muchos conflictos.<br />

<strong>En</strong> atención a ello, justamente cabe decir como aquí en la relación entre dos amigos, son<br />

en primer lugar cuestiones de orden mor<strong>al</strong> y político las que los separan (y quien se aparta, por<br />

ese motivo es en particular <strong>Jaspers</strong>).<br />

Y, por otro lado, la fuerza de la amistad es tan grande (en esto nuevamente se le parece <strong>al</strong><br />

amor) que se procura mantener una llama viva, una esperanza, que incluso tiende a sustraerse de<br />

los códigos dominantes en las relaciones humanas y en el mundo.<br />

P 5<br />

Mas, el caso es que la mentada carta de Mayo del 36 nunca llegó a manos de <strong>Heidegger</strong>,<br />

y es por esta razón puramente fortuita, t<strong>al</strong> vez por esta mano del destino, que la amistad de veras<br />

se interrumpe, lo que se refleja en la pareja interrupción del <strong>epistolario</strong>, y habrá que esperar 13<br />

años, cuando ya Alemania ha vivido el más horrendo de los infiernos, para que recién en 1949<br />

encontremos la primera carta de <strong>Jaspers</strong> a <strong>Heidegger</strong>.<br />

Pero, ya desde muchos años antes, desde el 42, sólo que en borradores de carta de<br />

<strong>Jaspers</strong>, comienzan a haber unos primeros signos, que, por una parte, son de reproche, y, por otra<br />

parte, dan muestras sutiles de que esta amistad todavía no está completamente perdida. El<br />

reproche que hay en uno de esos borradores del 12.10.42 hace referencia a que <strong>Heidegger</strong> c<strong>al</strong>ló y<br />

solo dio señ<strong>al</strong>es de vida a través del envío de sus publicaciones, cuando <strong>Jaspers</strong> fue destituido de<br />

su cargo de la universidad en 1937, y de ahí en adelante. Esa destitución se produjo a fines del<br />

semestre de verano del 37, porque su esposa era judía, y con la justificación de que se trataba de<br />

una "simplificación de la administración".<br />

Se viene a cumplir así de golpe lo que <strong>Jaspers</strong> se resistió a creer, creyendo que lo del<br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo era <strong>al</strong>go pasajero. <strong>En</strong> Destino y voluntad (Schicks<strong>al</strong> und Wille) cuenta él que<br />

<strong>al</strong>guna vez le preguntó su amiga y <strong>al</strong>umna Hanna Ahrendt su opinión sobre el acontecer del<br />

momento en Alemania y <strong>Jaspers</strong> le respondió: "Todo es una opereta. Yo no quiero ser el héroe<br />

de una opereta", y cuando él posteriormente se entera de que Hanna Ahrendt, de origen judío, ha<br />

emigrado, dice: "La emigración habrá de ser la tontería de su vida. Lo que hay ahora pasará, así<br />

como ha llegado sobre nosotros: como un m<strong>al</strong> espíritu" (Saner).<br />

P 6<br />

Las esperanzas de <strong>Jaspers</strong> se cifraban en una liberación posible desde el extranjero, mas<br />

todos los signos que hubo en ese sentido fueron negativos: sobre todo el Concordato con el<br />

Vaticano que lograra Hitler fue un duro golpe.<br />

El mundo europeo, especi<strong>al</strong>mente los ingleses y los norteamericanos no querían darse<br />

cuenta de lo que verdaderamente estaba pasando en Alemania, y si, como dice Saner, el asesinato<br />

de Röhm y 82 opositores <strong>al</strong> régimen tot<strong>al</strong>itario en junio del 34 fue ya una clarísima señ<strong>al</strong> de<br />

44


cómo se desenvolvían las cosas en ese momento, probablemente es recién, el año 37 cuando<br />

<strong>Jaspers</strong> asume las consecuencias de su destitución, abriendo de veras los ojos. Él dice en su Obra<br />

Póstuma: "Los <strong>al</strong>emanes nos encontramos de pronto en una casa correccion<strong>al</strong>".<br />

Como <strong>Jaspers</strong> era un nombre conocido, sucedió que antes del 37 ya se lo había<br />

cat<strong>al</strong>ogado, en vistas de su matrimonio con una judía, como "matrimonio mixto", y gracias a ello<br />

se le permitió primero seguir publicando, y aun pudo seguir enseñando. Pero el año 37 el<br />

gobierno de Karlsruhe, del que dependía la Universidad de Heidelberg, le comunica de que<br />

habría sido jubilado.<br />

Así es como en la que sería su última clase por muchos años en la universidad, le dice a<br />

los <strong>al</strong>umnos de la Lección que en ese momento dictaba que no hará más docencia y agrega:<br />

"La filosofía no es un todo redondo; - que la Lección planificada termina, antes de que su<br />

plan se haya completado, es como un símbolo de la incompletud de la filosofía - a pesar de que<br />

un filosofar se ha cumplido. Una Lección termina, el filosofar continúa".<br />

P 7<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

45


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 255 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 22 de Noviembre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Hemos visto como fin<strong>al</strong>mente en 1937 <strong>Jaspers</strong> fue destituido de la Universidad de<br />

Heidelberg: primero se le negó la venia legendi, el derecho a enseñar. <strong>En</strong> la que él sabía que<br />

sería su última sesión por muchos años o quizás para siempre de la Lección que en esos<br />

momentos dictaba, y recién <strong>al</strong> término de ella dice la siguiente frase, que ya hemos citado:<br />

"La filosofía no es un todo redondo; - que la Lección planificada termina, antes de que su<br />

plan se haya completado, es como un símbolo de la incompletud de la filosofía - a pesar de que<br />

un filosofar se ha cumplido -. Una Lección termina, el filosofar continúa".<br />

Sobre todo la última frase, dicha en esos momentos y bajo esas circunstancias dramáticas,<br />

constituye el pronunciamiento de un hombre resoluto en esos momentos difíciles y angustiosos<br />

plenamente dueño de sí mismo y de sus más íntimas convicciones; es por ello que la mentada<br />

frase se reviste de grandeza: "Una Lección termina, el filosofar continúa".<br />

Más aún, una frase así nos da mucho que pensar en el sentido de la fuerza del espíritu,<br />

capaz de sobreponerse a toda circunstancia. <strong>En</strong> cierto modo, se trata de <strong>al</strong>guien que estando de<br />

pie ante su cátedra, es más fuerte que todo el régimen de la prepotencia, el abuso y la<br />

inhumanidad.<br />

Si reflexionamos sobre ello, cabe agregar que a veces ocurre esto mismo: que basta con<br />

que <strong>al</strong>guien en medio del oprobio, sea capaz de levantarse con nobleza y v<strong>al</strong>entía, declarando la<br />

verdad, para que inmediatamente la fuerza esté de su lado.<br />

Podríamos decir que es el espíritu el que a ratos parece <strong>al</strong>etargado, y como que anduviera<br />

de vacaciones, con la persecución de etnias en las c<strong>al</strong>les, haciendo desaparecer a <strong>al</strong>gunos<br />

opositores, para que de pronto se haga presente por un solo instante, encarnándose en <strong>al</strong>guien en<br />

particular, como para demostrarle <strong>al</strong> mundo, regido por intereses y cálculos de cu<strong>al</strong>quier especie,<br />

que él es siempre aquí el señor.<br />

Y entonces: ¿qué ocurre tras éste gesto, éste que podríamos llamar beau geste de Karl<br />

<strong>Jaspers</strong> Los estudiantes comienzan a ovacionarlo de esa manera tan particular propia de las<br />

universidades <strong>al</strong>emanas: golpeando las mesas con los nudillos.<br />

P 1<br />

<strong>En</strong> verdad, ya la noticia de la destitución de <strong>Jaspers</strong> se había esparcido por la ciudad, y<br />

los estudiantes ya estaban <strong>al</strong> corriente. Incluso una agencia de noticias la dio a conocer para todo<br />

el mundo, lo que trajo como consecuencia de que muchos estudiantes y colegas concurrieran a<br />

visitar <strong>al</strong> filósofo.<br />

Hans Saner, su biógrafo, dice que entre todas estas manifestaciones y muchas cartas que<br />

venían del extranjero, la p<strong>al</strong>abra de s<strong>al</strong>vación, el romper el hielo, vino de su padre, el antiguo<br />

<strong>al</strong>c<strong>al</strong>de de Oldenburg: "Está bien, muchacho mío, que las cosas se hayan dado así; en esta<br />

sociedad no encajamos".<br />

Sin embargo, la negación de la venia legendi no fue suficiente para los nazis: la Cámara<br />

de publicaciones del Reich (Reichsschrifttumskammer) le impidió seguir publicando desde el 38,<br />

lo cu<strong>al</strong> desde el 43 se extremó aún más con una taxativa prohibición de publicar. De esta manera<br />

46


el régimen tot<strong>al</strong>itario logró su objetivo, que fue el aislamiento: apartarlo completamente de los<br />

estudiantes, académicos y de la opinión pública.<br />

P 2<br />

Tras esta destitución y prohibiciones múltiples, se inicia un largo periodo, diríamos, de<br />

ostracismo en su propio país, que se extenderá hasta el término de la guerra.<br />

A <strong>Jaspers</strong> se le reducen sus honorarios a un mínimo, la Policía Secreta Estat<strong>al</strong>, Gestapo,<br />

le quita una empleada, y le asigna una empleada medio-aria, que era una entusiasta nacion<strong>al</strong>soci<strong>al</strong>ista.<br />

<strong>En</strong> ello se delata no únicamente ese afán, propio también de los regímenes tot<strong>al</strong>itarios<br />

comunistas, de inmiscuirse hasta en los más mínimos det<strong>al</strong>les de la vida privada de las personas,<br />

sino también de control en este caso de <strong>al</strong>guien que los nazis veían desde luego como<br />

potenci<strong>al</strong>mente peligroso, por ser <strong>Jaspers</strong> quien era no solamente en Alemania, sino en el mundo.<br />

Podemos imaginarnos lo que habrán sido todos esos años bajo el control de una especie<br />

de policía en la propia casa.<br />

Pero, <strong>Jaspers</strong> no se da por vencido y hace distintos intentos de emigrar, a través del<br />

llamado de <strong>al</strong>guna universidad extranjera. Él sabe que él y su mujer Gertrud están perdidos en<br />

Alemania.<br />

Primero se trató de la sucesión del Profesor Freytag en Zürich y quien representó a<br />

<strong>Jaspers</strong> en la posibilidad de llenar esa cátedra, fue Fritz Fleiner. <strong>En</strong> 1937 se le comunicó a<br />

<strong>Jaspers</strong> que el llamado a Zürich estaba tramitándose, pero entonces repentinamente murió<br />

Fleiner, a quien lo reemplazó otro Profesor en esta representación que ya no tuvo el mismo<br />

interés, y el asunto pasó <strong>al</strong> olvido.<br />

P 3<br />

Luego hay otro llamado a la Universidad de Estambul, pero el Ministerio de Cultura le<br />

hizo saber que no aprobaría esta posible partida de <strong>Jaspers</strong>.<br />

Posteriormente un primo de su mujer, Paul Gottsch<strong>al</strong>k contactó a Albert Einstein y a<br />

Thomas Mann en Princeton, pero sorprendentemente Einstein no mostró ningún interés<br />

(manifestando típicos prejuicios cientificistas respecto del pensamiento de <strong>Jaspers</strong>) y Thomas<br />

Mann estuvo de acuerdo, pero la invitación tardó demasiado: en re<strong>al</strong>idad se concretó recién en<br />

1951, y entonces el propio <strong>Jaspers</strong> ya no tuvo ningún interés.<br />

<strong>En</strong> fin, y así hubo todavía otras dos oportunidades: una el 39 en la que el etnólogo Lévy-<br />

Bruhl lo invitaba a París; esta vez fue el propio <strong>Jaspers</strong> quien la rechazó, en vistas de la incierta<br />

situación de Francia (la que justamente sería invadida <strong>al</strong> año siguiente por los <strong>al</strong>emanes), y otras<br />

razones.<br />

Fin<strong>al</strong>mente hubo otra invitación el 41, esta vez del curatorio de la Universidad de Basilea.<br />

<strong>Jaspers</strong> ahora sí que estaba entusiasmado, pero se le interpuso el Ministerio de Educación del<br />

Reich. El curatorio insistió entonces en su propuesta, y el Ministerio revisó esta propuesta, y le<br />

propuso a <strong>Jaspers</strong> que él si podría ir, pero no su mujer.<br />

Después de esta última tentativa <strong>Jaspers</strong> se resignó a quedarse en Alemania con su<br />

esposa, y no siguió insistiendo.<br />

Destaquemos en ello que <strong>al</strong> parecer los nazis aplicaban sistemáticamente la política<br />

inhumana de producir una separación en la pareja, cuando se trataba de matrimonios mixtos<br />

(Mischehen).<br />

P 4<br />

47


Pues bien, <strong>Jaspers</strong> sabe que a su esposa la quieren eliminar, que para conseguir aquello<br />

tienen primero que separarlo de ella. Pero, él tiene meridiana claridad sobre su actitud <strong>al</strong><br />

respecto: a su esposa no la abandonará bajo ninguna circunstancia, y que si llegado el momento<br />

llegan a buscarla para llevársela a las barracas, los campos de concentración, ambos cometerán<br />

suicidio. Teniendo esto claro, él sabe que de lo que se trata es nada más que de sobrevivir (y es<br />

por ello que él mismo rechazará más tarde que se lo describa como un héroe). Y en vistas de eso,<br />

hay que acomodarse pragmática, pero <strong>al</strong> mismo tiempo, dignamente a la situación: en muchas<br />

ocasiones será necesario engañar a los nazis, lo cu<strong>al</strong> es nada más que el resultado de una toma de<br />

conciencia de saber con qué tipo de personas se está tratando.<br />

<strong>En</strong> todo ello advertimos nuevamente la superioridad espiritu<strong>al</strong> de <strong>Jaspers</strong>, vinculada a la<br />

vez con su ser-resoluto. Recojamos otra vez de esto la lección de cómo <strong>al</strong> tener las cosas claras, y<br />

estar dispuesto a ser plenamente consecuente con aquello en lo que se cree, se está siempre con<br />

ello dominando las circunstancias, y no se es esclavo de ellas.<br />

Él mismo describe su situación como ultimum refugium, precisamente el que concierne <strong>al</strong><br />

suicidio. Con ese fin él se agencia del veneno Zyank<strong>al</strong>i (cianuro potásico) que provoca una<br />

muerte incluso más rápida que la del cianuro corriente.<br />

Durante el día se guarda el cianuro en un armario, y durante la noche se lo tiene a la mano<br />

en el velador, por si ocurriera que se escuchare venir el camión para el transporte a las barracas.<br />

P 5<br />

<strong>Jaspers</strong>, así como en su pensar, aún en esto de la posibilidad del suicidio organiza todo en<br />

función de esa eventu<strong>al</strong>idad. Parte de esa organización consiste en el intento de comprar una<br />

tumba familiar, pero hasta en esto los nazis eran implacables: el <strong>al</strong>c<strong>al</strong>de Neinhaus prohibe esta<br />

compra; a los judíos se les enterraba en fosas comunes en la avenida.<br />

Este rechazo perturbó mucho a <strong>Jaspers</strong>. Con esta constatación de ni siquiera poder<br />

compartir un cementerio, en el que unos muertos están junto a otros muertos, tuvo la clara y<br />

definitiva sensación de exclusión, de margin<strong>al</strong>idad. Años más tarde en Destino y voluntad<br />

escribe:<br />

"Allí se ha roto <strong>al</strong>go, que no se puede volver a sanar. La experiencia del ser marginado<br />

del propio pueblo a través de un estado, que era un estado de delincuentes, modifica la relación<br />

con este pueblo" (p. 47).<br />

Cuesta sopesar todo lo que encierran estas p<strong>al</strong>abras para quien no ha vivido <strong>al</strong>go así: en<br />

ellas hay una <strong>al</strong>usión a cierto corte que se produce con los propios compatriotas, aunque se trate<br />

de que la decisión de no poder compartir un cementerio con ellas provenga de un régimen del<br />

terror.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

48


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 256 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 29 de Noviembre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Estamos en la etapa del aislamiento de Karl <strong>Jaspers</strong> entre 1937 y 1945. Ha sido destituido<br />

como Profesor de la Universidad de Heidelberg y tiene prohibición de publicar.<br />

La Gestapo ha puesto una empleada en su casa que controla sus movimientos y que es<br />

una entusiasta nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista.<br />

Él ha tomado la decisión con su esposa de origen judío de morir juntos, en caso de que en<br />

cu<strong>al</strong>quier momento lleguen a buscarlos los camiones para transportarlos a los campos de<br />

concentración.<br />

Con ese fin <strong>Jaspers</strong> ha conseguido Zyank<strong>al</strong>i, cianuro potásico, para suicidarse junto a su<br />

esposa en caso de que sea necesario.<br />

La organización que él ha dispuesto <strong>al</strong> respecto <strong>al</strong>canza hasta los últimos det<strong>al</strong>les. Según<br />

relata su biógrafo Hans Saner, se contemplan una serie de medidas para esconder a su esposa en<br />

casa de amigos, así en la casa de Emil Henk, bajo el nombre de la Sra. Wittmann. Relativamente<br />

a cu<strong>al</strong>quier amenaza de que se llevaran a Gertrud, Henk, traspasaría a <strong>Jaspers</strong> la información que<br />

recibía regularmente de un médico de la policía en Berlín, la Dra. Greta Schellworth, <strong>al</strong> tanto de<br />

estos movimientos de transporte de seres humanos. Asimismo estaba también planificado de<br />

antemano que la Sra. Roth, en cuya casa <strong>Jaspers</strong> había vivido como estudiante, si acaso se sabía<br />

que a Gertrud vendrían a buscarla, partiera con ella <strong>al</strong> bosque, y la acompañara hasta que el<br />

ziank<strong>al</strong>i hubiera hecho su efecto let<strong>al</strong>.<br />

Y, atendiendo <strong>al</strong> caso particular que pudiera presentarse de que ese suicidio conjunto no<br />

tuviera sus efectos inmediatos, <strong>Jaspers</strong> se preocupó de dejar una carta con un médico, que<br />

contenía la siguiente declaración:<br />

"Yo declaro a nombre de ambos que no deseamos un intento de s<strong>al</strong>varnos; es más,<br />

solicitamos que se tomen medidas de eutanasia, en caso de que la muerte no sobrevenga a su<br />

debido tiempo".<br />

Hemos hablado a propósito de lo que estamos leyendo aquí de la fuerza del espíritu que<br />

es capaz de sobreponerse y enseñorearse sobre las circunstancias. Hemos hablado junto con ello<br />

del ser-resoluto, como se requiere estar en esos momentos plenamente reunido consigo mismo y<br />

actuar en consecuencia.<br />

<strong>En</strong> todo ello advertimos una completa coincidencia de <strong>Jaspers</strong> con su propio<br />

pensamiento, como que en el caso de él, pensamiento y obra, pensamiento y actitud, pensamiento<br />

y modo de ser, pensamiento y modo de vivir van de la mano. Así pues, si uno de los grandes<br />

temas directrices del pensamiento jaspersiano ha sido el ser-sí-mismo, la autenticidad, eso es lo<br />

que tiene que ver con lo que él define como existencia.<br />

Pero, como veremos más adelante, la existencia es siempre posibilidad, precisamente en<br />

el sentido de un ser-posible asumido, y es por ello que es <strong>al</strong> mismo tiempo, libertad. Y esta<br />

libertad, por su parte, únicamente se da a partir de un trascender más <strong>al</strong>lá de todo lo dado,<br />

justamente más <strong>al</strong>lá de las circunstancias en las que me desenvuelvo como ser-en-el-mundo.<br />

49


Tan sólo pues en ese trascender puedo verdaderamente ser yo mismo (Ich selbst) y ser<br />

libre. Cabe agregar que solamente en ello es posible <strong>al</strong>canzar la autonomía y la soberanía.<br />

Pues bien, arrancando de ello, como ser-sí-mismo, ser existente y ser libre, podemos serresolutos<br />

(entschlossen).<br />

(Y lo cierto que todos estos términos que hace tiempo tienen casi exclusivamente<br />

resonancias heideggerianas, parecen estar antes en <strong>Jaspers</strong>).<br />

Pues bien, cómo no reconocer en lo dicho ni más ni menos que la re<strong>al</strong>ización de un<br />

pensamiento, que el pensador es capaz en este caso partiendo por sí mismo de hacer re<strong>al</strong>idad su<br />

propio pensamiento.<br />

Y, por otra parte, cómo no reconocer también que la situación extrema que le tocó vivir y<br />

por tantos años, siendo además un hombre gravemente enfermo, tan sólo fue posible<br />

sobrellevarla gracias a ese mismo pensamiento previamente forjado.<br />

<strong>En</strong> este sentido, se cumple en su vida que su pensamiento filosófico que comenzó a<br />

formarse en él tardíamente (en comparación con otros) por venir de la Psiquiatría, fue ya<br />

suficientemente profundo, radic<strong>al</strong> y univers<strong>al</strong> (así como lo que encontramos en Filosofía, su obra<br />

mayor, publicada el año 32) como para darle la fuerza necesaria para afrontar lo que vendría.<br />

Y no olvidemos que a todos los avatares del destino a que nos hemos referido, les precede<br />

el quiebre de su amistad con Martín <strong>Heidegger</strong>, su mejor amigo, el cu<strong>al</strong>, por otro lado, como<br />

recordará más tarde <strong>Jaspers</strong> y se lo dirá a <strong>Heidegger</strong> por carta, nunca le escribió durante todos<br />

esos años difíciles.<br />

Y estos años difíciles, por no decir, terribles, como el infierno en la Tierra, culminan con<br />

una puesta en acción del sistema que el propio <strong>Jaspers</strong> ha organizado: en marzo de 1945 a través<br />

de Emil Henk llega el mensaje a <strong>Jaspers</strong> de que dentro de lo que se llamó la "solución fin<strong>al</strong>"<br />

("<strong>En</strong>dlösung") el transporte de él con su mujer estaba programado para el 14 de abril. Justamente<br />

había sucedido que habían habido varios transportes en los últimos días.<br />

Pero, lo providenci<strong>al</strong> fue que los norteamericanos tomaron posesión de Heidelberg el 30<br />

de marzo. <strong>En</strong> cierto modo puede decirse que este fin<strong>al</strong> contiene todos los momentos anteriores;<br />

es precisamente lo que resulta, en sentido hegeliano, y que recoge y rezuma lo anterior, y ello en<br />

el sentido de que ese fin<strong>al</strong> nos hace ver que <strong>Jaspers</strong> estuvo siempre así <strong>al</strong> borde de la muerte.<br />

Por otra parte, ciertamente también da que pensar que la s<strong>al</strong>vación no haya, ni<br />

probablemente haya podido venir de él mismo, como que él se hubiera s<strong>al</strong>vado con su esposa,<br />

sino que viene desde fuera; ella tiene las características de lo fortuito, pero también de lo que<br />

tiene que ver con el destino. Los norteamericanos podrían haber llegado dos semanas más tarde y<br />

ya hubiera sido demasiado tarde.<br />

Éste es pues el justo fin<strong>al</strong> para una vida que angustiosamente se desenvolvió durante ocho<br />

años así.<br />

<strong>Jaspers</strong> dirá en Philosophie und Welt (Filosofía y mundo), según recuerda Saner:<br />

"Un <strong>al</strong>emán no puede olvidar que él y su mujer le deben su vida a los americanos, <strong>al</strong><br />

contrario del proceder de los <strong>al</strong>emanes, que en nombre del estado nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista, querían<br />

destruirla".<br />

50


Sin embargo, si bien las p<strong>al</strong>abras "Una Lección termina, el filosofar continúa", que<br />

citáramos de la última sesión de la Lección que dictara <strong>Jaspers</strong> el año 37 cuando es destituido<br />

tienen el inequívoco sello de la verdad, la nobleza y la grandeza, no por ello podría decirse que<br />

en ellas, y, en gener<strong>al</strong>, en el modo de conducirse <strong>Jaspers</strong> entre el 37 y el 45 en Heidelberg, en un<br />

aislamiento casi tot<strong>al</strong>, haya habido heroísmo.<br />

Él mismo será quien proteste cuando en la prensa se lo describa como un héroe <strong>al</strong><br />

terminar la guerra. <strong>En</strong> respuesta a ello, según recuerda Saner, <strong>Jaspers</strong> hace publicar un artículo<br />

publicado el 25 de enero de 1946 en el diario "Rhein-Neckar-Zeitung" en el que leemos la<br />

siguiente aclaración :<br />

"La no-verdad es también dañina cuando viene de una opinión amigable...Contra una<br />

f<strong>al</strong>sa heroización somos más suceptibles que nunca después de la época nazi. Yo no soy un héroe<br />

y no quisiera v<strong>al</strong>er como t<strong>al</strong>".<br />

Ya su primera declaración respecto del estado de Hitler, aparecida en Esperanza y<br />

preocupación (Hoffnung und Sorge) va en la misma dirección. Dice ahí <strong>Jaspers</strong>:<br />

"Nosotros los sobrevivientes no hemos buscado la muerte. No hemos sido secuestrados,<br />

como nuestros amigos judíos, no hemos ido a la c<strong>al</strong>le, no hemos gritado, hasta que se nos hubiera<br />

eliminado también a nosotros. Hemos preferido permanecer en la vida, con la razón débil, pero<br />

también correcta, de que nuestra muerte no habría ayudado en nada. Que nosotros vivamos es<br />

nuestra culpa. Sabemos ante Dios lo que profundamente nos humilla ".<br />

Nuevamente encontramos aquí <strong>al</strong>go que se vincula con su pensamiento, en particular su<br />

pensamiento sobre la culpa: en su obra mayor Filosofía, publicada mucho antes de la época de la<br />

última cita, leemos que el hombre es esenci<strong>al</strong>mente culpable, no solamente porque es libre, sino<br />

en tanto hay m<strong>al</strong> en el mundo, y éste - el m<strong>al</strong> - está siempre presente.<br />

Únicamente en tanto el hombre asume esa culpabilidad originaria, puede hacerse culpable<br />

de esto o lo otro en particular.<br />

<strong>En</strong> efecto, podemos imaginar que, por ejemplo, ante una acción de los estudiantes del<br />

movimiento de la Rosa Blanca, arrojando unos volantes, llamando a la insurrección por las<br />

esc<strong>al</strong>era de la Universidad de München, y que son apresados casi en el momento mismo de su<br />

acción y posteriormente ejecutados, debe haber impactado profundamente a personas como<br />

<strong>Jaspers</strong>. <strong>En</strong> este sentido él puede decir esa frase fin<strong>al</strong>: " Sabemos ante Dios lo que profundamente<br />

nos humilla ".<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

51


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 257 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 6 de Diciembre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Como hemos visto, <strong>Jaspers</strong> y su mujer se s<strong>al</strong>varon fortuitamente de morir bajo el régimen<br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista.<br />

Una vez que el 30.3.45 los norteamericanos tomaron posesión de Heidelberg y se terminó<br />

la guerra, la universidad de Heidelberg es clausurada, pero muy pronto comienzan las gestiones<br />

para su reapertura. <strong>En</strong> ello participa activamente <strong>Jaspers</strong>.<br />

El 4.4 hay una primera reunión de varios profesores no envueltos en el nazismo con la<br />

presencia de dos norteamericanos. <strong>En</strong> ella se forma un Comité, integrado entre otros por <strong>Jaspers</strong>,<br />

y que tiene a su cargo la elaboración de una propuesta de "des-nacificación" ("<strong>En</strong>tnazifizierung")<br />

de la universidad.<br />

Según recuerda Hans Saner, la propuesta que el propio <strong>Jaspers</strong> plantea consiste en que<br />

deben ser <strong>al</strong>ejados de la universidad aquellos profesores que no cumplan con los siguientes<br />

puntos:<br />

"1. que en su comportamiento labor<strong>al</strong> o extra-labor<strong>al</strong> hayan atentado contra la dignidad<br />

de la universidad, 2. que hayan torcido sus objetivos científicos, métodos o resultados hacia las<br />

doctrinas del partido, 3. que hayan utilizado la influencia del partido para reprimir o dañar a<br />

colegas o estudiantes".<br />

Pero, siguiendo esa propuesta, los profesores que cumplían con esos requisitos resultaban<br />

ser apenas 22, por lo cu<strong>al</strong> no se la pudo seguir <strong>al</strong> pie de la letra; de este modo, no se pudo<br />

tampoco proceder a la re<strong>al</strong>ización de una des-nacificación drástica.<br />

A su vez dentro de este pequeño Comité, compuesto apenas por 13 profesores, se elige<br />

posteriormente el primer rector de la Universidad de Heidelberg de la postguerra, y <strong>al</strong> propio<br />

<strong>Jaspers</strong> como el primer Senador.<br />

P 1<br />

El mismo proceso de limpieza se inicia entonces en toda Alemania y en todas las<br />

universidades <strong>al</strong>emanas bajo la ocupación. <strong>En</strong> el caso de la Universidad de Friburgo, el proceso<br />

de desnacificación tenía obviamente que afectar en primer lugar a <strong>Heidegger</strong>, por haber sido nazi<br />

y Rector de esa universidad, y si bien en un primer momento él es declarado "disponible" por las<br />

autoridades francesas, luego, a raíz del reclamo de <strong>al</strong>gunos profesores de la Universidad de<br />

Friburgo, se modifica esta primera decisión y se inicia una revisión de su caso.<br />

La Comisión de Limpieza (Bereinigungskommision), compuesta por distintos profesores<br />

de la universidad, es la llamada a decidir sobre <strong>Heidegger</strong>. Uno de los miembros de esta<br />

Comisión, el Profesor Oehlkers le escribe entonces a <strong>Jaspers</strong> el 15.12.45 para consultarle acerca<br />

de su opinión sobre <strong>Heidegger</strong>. Su carta deja entrever cierta disposición positiva hacia el filósofo<br />

de Friburgo; en ella leemos lo siguiente sobre <strong>Heidegger</strong>:<br />

"Queremos re<strong>al</strong>izar un juicio justo sobre la base de los hechos de su Rectorado, porque de<br />

seguro que él no es un "nazi" en el sentido corriente de la p<strong>al</strong>abra. Person<strong>al</strong>mente no me puedo<br />

cerrar a lo trágico que cubre su figura como Rector. Él era a-político de punta a cabo y el<br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo, que él había acomodado para sí, no tenía nada en común con la re<strong>al</strong>idad. A<br />

52


partir de este espacio f<strong>al</strong>to de aire él actuó como Rector, ocasionándole un daño terrible a la<br />

Universidad, y de pronto vio los despojos en su derredor. Recién hoy él comienza a comprender<br />

cómo se produjeron aquellos. Todo ello es muy fácil de ser enjuiciado, pero difícil de entender<br />

re<strong>al</strong>mente. Así también se le reprocha su antisemitismo como condescendencia respecto del<br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo. Él mismo contesta a ello: que él tuvo como Rector que ejercer la discreción<br />

(¡sic.!), una vez que se había decidido por ello. Que no habría sido antisemita. Él solicita que se<br />

le pregunte a Ud. precisamente sobre este punto. / Repito: lo que queremos de Ud., siempre que<br />

tenga el tiempo y la inclinación de hacerlo, es una caracterización gener<strong>al</strong> de todo el asunto, así<br />

como Ud. lo ve".<br />

P 2<br />

<strong>Jaspers</strong> cumple con lo que se le pide y ya una semana más tarde, el 22.12.45 envía su<br />

Informe <strong>al</strong> Prof. Oehlkers. Al examinar éste, se advierte que en gener<strong>al</strong> encontramos en él una<br />

predisposición positiva en relación a su antiguo amigo, sólo que en <strong>al</strong>gunos puntos su juicio es<br />

severo, pero t<strong>al</strong> vez, igu<strong>al</strong>mente justo.<br />

Si hemos leído atentamente la Carta en la que el Prof. Oehlkers le solicita este Informe,<br />

podemos advertir, de todos modos, que bien podría haber sucedido, <strong>al</strong> tenor de esa carta, que<br />

<strong>Jaspers</strong> hubiera descargado a <strong>Heidegger</strong> de toda culpabilidad y responsabilidad, pero no fue así.<br />

Pues bien, para formarnos una impresión suficientemente certera de lo que sucede en este<br />

asunto, cito a continuación el Informe, que en verdad tiene la forma de una carta, enviado por<br />

<strong>Jaspers</strong>:<br />

"La pregunta princip<strong>al</strong> de su carta quiero contestarla de inmediato. Relativamente a mi<br />

antigua amistad con <strong>Heidegger</strong> es insoslayable que toque lo person<strong>al</strong>, para no ocultar una<br />

eventu<strong>al</strong> parci<strong>al</strong>idad de mi juicio. Ud. <strong>al</strong>ude <strong>al</strong> asunto como particularmente complejo. Como<br />

todo lo complejo, debemos entonces intentar reducirlo a lo decisivo, para no quedar atrapado en<br />

una maraña de complejidades. Permítame que exprese de manera separada <strong>al</strong>gunos puntos:<br />

1.Había esperado poder c<strong>al</strong>lar, a no ser que se tratara de amigos de confianza. Así pensé<br />

desde 1933, cuando, tras la terrible decepción, decidí quedar tranquilo en la le<strong>al</strong>tad a antiguos<br />

recuerdos. Esto me resultó fácil, porque <strong>Heidegger</strong> por su parte, c<strong>al</strong>laba ante preguntas espinosas<br />

o respondía de manera imprecisa - especi<strong>al</strong>mente en la cuestión judía -, y porque él no continuó<br />

con sus visitas regulares re<strong>al</strong>izadas durante una década, así que desde entonces no nos hemos<br />

vuelto a ver".<br />

P 3<br />

Y continúa más adelante con el punto "2", recordando el nefasto Informe de 1933 de<br />

<strong>Heidegger</strong> sobre el Prof. Baumgarten que hemos citado en una sesión anterior, en el cu<strong>al</strong><br />

desc<strong>al</strong>ifica <strong>al</strong> mencionado Prof. por no ser nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista, por moverse en el círculo liber<strong>al</strong>democrático<br />

en <strong>torno</strong> a Max Weber, por circular con el judío Fraenkel, y términos de ese tenor.<br />

<strong>Jaspers</strong> hace <strong>al</strong>usión <strong>al</strong> espanto que le provocara este Informe, cuando cayó en sus manos.<br />

Mas, como se le ha preguntado, y precisamente a instancias del propio <strong>Heidegger</strong>, a<br />

propósito de la cuestión de un posible antisemitismo en <strong>Heidegger</strong>, <strong>Jaspers</strong> hace de ello una<br />

ev<strong>al</strong>uación diferenciada, en la cu<strong>al</strong> comienza por destacar que <strong>Heidegger</strong> tuvo un Asistente, el<br />

Dr. Brock que era judío, el cu<strong>al</strong>, en seguimiento de las medidas nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>istas, tuvo que<br />

abandonar su cargo, agregando <strong>Jaspers</strong> a propósito de ello que el propio Brock le contó que<br />

<strong>Heidegger</strong> siempre se condujo con él de manera irreprochable, y a través del otorgamiento de<br />

certificados le ayudó en su estadía en Inglaterra.<br />

53


Y, volviendo a hacer <strong>al</strong>usión <strong>al</strong> Informe Baumgarten, continúa <strong>Jaspers</strong> diciendo que:<br />

"<strong>En</strong> los años veinte <strong>Heidegger</strong> no fue antisemita. Aquella p<strong>al</strong>abra completamente<br />

innecesaria sobre el judío Fraenkel prueba que él en 1933 se volvió antisemita <strong>al</strong> menos en<br />

ciertos puntos. Respecto de esto no solamente ejercitó la discreción. Ello no excluye, como debo<br />

suponer, que el antisemitismo en otros casos le iba contra su conciencia y su gusto".<br />

P 4<br />

Luego viene el punto 3, t<strong>al</strong> vez el más favorable de los cinco que contiene la cartainforme.<br />

<strong>En</strong> él dice lo siguiente:<br />

"3. <strong>Heidegger</strong> es una potencia significativa no sólo a causa del contenido de una<br />

cosmovisión filosófica, sino también en el manejo de instrumentos especulativos. Él posee un<br />

órgano filosófico, cuyas percepciones son interesantes, aunque, según mi punto de vista, sea a-<br />

crítico e inhabitu<strong>al</strong>mente <strong>al</strong>ejado de la ciencia genuina. A ratos da la impresión de que se unieran<br />

la seriedad del nihilismo con la mistagogia de un adivino. <strong>En</strong> la corriente de su elocución puede<br />

ocasion<strong>al</strong>mente encontrar el nervio del filosofar de manera grandiosa y oculta. <strong>En</strong> esto es quizás<br />

el único entre los filósofos contemporáneos en Alemania, hasta donde yo lo puedo ver.<br />

Por ello, es perentorio desear y exigir que el permanezca en el estado de poder trabajar y<br />

escribir, lo que pueda".<br />

Mas, luego viene el crítico punto "4", en el que se inicia un conjunto de consideraciones<br />

que han de rematar en la recomendación de la aplicación de una sanción. Escuchemos:<br />

"4. <strong>En</strong> el trato con distintas personas debe tenerse inevitablemente a la vista hoy en día<br />

nuestra situación gener<strong>al</strong>.<br />

De este modo, es insoslayable que se responsabilice a quien ha colaborado a afianzar el<br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo. <strong>Heidegger</strong> pertenece a los pocos profesores que ha hecho esto.<br />

La dureza en la exclusión de sus cargos de innumerables personas que no eran<br />

internamente nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>istas va hoy en día demasiado lejos. ¡Qué habrán de decir los<br />

colegas que tienen que partir, cayendo con ello en apremios, y que nunca llevaron adelante<br />

acciones nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>istas, <strong>al</strong> ver que <strong>Heidegger</strong> permanece sin restricciones! El excepcion<strong>al</strong><br />

logro espiritu<strong>al</strong> puede constituir una razón justificada para la posibilidad de la continuación de<br />

este trabajo, mas no para la continuación del cargo y de la docencia".<br />

P 5<br />

Con ello ya se adivina en que habrá de rematar la recomendación de <strong>Jaspers</strong>:<br />

precisamente en la propuesta de una puesta a prueba de <strong>Heidegger</strong> con una suspensión indefinida<br />

de la docencia, y, por la otra parte, que se le permita seguir trabajando y a su vez publicando los<br />

resultados de ese trabajo del pensar.<br />

Y, siguiendo esta recomendación, esto es precisamente a lo que se procederá.<br />

¿Habrá sido <strong>Jaspers</strong> suficientemente justo en su juicio y proposición<br />

Difícil pronunciarse de manera unívoca <strong>al</strong> respecto. De <strong>al</strong>gún modo, cada cu<strong>al</strong> lo tiene<br />

aquilatar por sí mismo.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

54


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 258 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 13 de Diciembre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Estamos examinando el Informe que se le pide a <strong>Jaspers</strong> sobre <strong>Heidegger</strong> el mismo año<br />

45 del término de la II Guerra. Hay que tomar precisamente esto en consideración: la fecha del<br />

mencionado Informe - 22.12.1945 -, o sea con las consecuencias de la terrible guerra todavía<br />

muy encima, en medio de una Alemania no solamente física, sino además mor<strong>al</strong>mente en el<br />

suelo.<br />

Atendiendo a este factor tempor<strong>al</strong>, el Informe de <strong>Jaspers</strong> puede parecer relativamente<br />

concesivo, y en la línea de la carta que le enviara el Prof. Oehlkers de la Universidad de Friburgo<br />

que le solicitara el Informe.<br />

Pero, igu<strong>al</strong> podemos reconocer que en el Informe de <strong>Jaspers</strong> hay una innegable severidad,<br />

por cuanto propone quitarle la venia legendi, el derecho a enseñar a <strong>Heidegger</strong>, poniéndolo a<br />

prueba por unos años (<strong>al</strong> mismo tiempo, que, por la otra parte, propone apoyarlo incluso como el<br />

único filósofo <strong>al</strong>emán contemporáneo capaz de tocar el "nervio del filosofar").<br />

Relativamente a la proposición de prohibición de enseñar en la Universidad, <strong>Jaspers</strong> ha<br />

dicho que si no se procediera a ella, se desconsideraría a otros tantos profesores que han sido ya<br />

sancionados, a pesar de que interiormente nunca fueron nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>istas, y agrega más<br />

adelante lo siguiente:<br />

"<strong>En</strong> nuestra situación debemos tratar con la mayor responsabilidad la educación de la<br />

juventud. Una libertad completa de enseñar debe anhelarse, pero no otorgarse de inmediato".<br />

Fijémonos bien que el juicio de <strong>Jaspers</strong> tiene un fundamento en consideraciones<br />

tempor<strong>al</strong>es: <strong>Heidegger</strong> debe ser puesto a prueba por un tiempo para que después de ello sea<br />

restablecido plenamente en su derecho a enseñar.<br />

P 1<br />

Mas, luego, en el punto 4º. de la carta cae un juicio implacable sobre los contenidos del<br />

pensamiento heideggeriano, <strong>al</strong> tenor de lo que encontramos en la Notas sobre <strong>Heidegger</strong> de<br />

<strong>Jaspers</strong>. Este juicio viene a ser como una respuesta a <strong>al</strong>usiones del Prof. Oehlkers, en el sentido<br />

del carácter a-político de <strong>Heidegger</strong>. Escuchemos:<br />

"El modo de pensar de <strong>Heidegger</strong>, que en su esencia me parece no-libre, dictatori<strong>al</strong> y<br />

f<strong>al</strong>to de comunicación, sería hoy fat<strong>al</strong>, en cuanto a los efectos de su enseñanza. A mí me parece<br />

más importante el modo de pensar que el contenido de juicios políticos, cuya agresividad<br />

fácilmente puede cambiar de dirección".<br />

Más <strong>al</strong>lá de lo que atañe directamente a <strong>Heidegger</strong>, hay en esta cita una interesante<br />

reflexión sobre la relación entre filosofía y política, en el sentido de que lo que es<br />

verdaderamente importante, decisivo y de mayor permanencia es el modo de pensar; y ello es<br />

contrastado con la política que se vincula con cierta agresividad, que, cuando no se arraiga en un<br />

modo de pensar, puede seguir caprichosamente una dirección u otra.<br />

Y continúa el Informe refiriéndose, ahora sí de manera sumamente estricta, a <strong>Heidegger</strong>:<br />

55


"Mientras no se produzca un renacimiento en él, que se haga visible en su obra, no se<br />

puede poner a semejante profesor ante la juventud, hoy casi sin resistencia. Primero tiene que<br />

<strong>al</strong>canzar la juventud un pensamiento independiente".<br />

P 2<br />

<strong>En</strong> el punto 5 del Informe <strong>Jaspers</strong> amplia más sus consideraciones sobre ese supuesto de<br />

la a-politicidad de <strong>Heidegger</strong>, planteando lo siguiente:<br />

"5.Reconozco hasta cierto punto la disculpa person<strong>al</strong> de que <strong>Heidegger</strong> sería, de acuerdo<br />

a su natur<strong>al</strong>eza, a-político; el nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo, que él confeccionó a su medida, habría tenido<br />

poco que ver con la re<strong>al</strong>idad. Mas, a propósito de ello, recordaría las p<strong>al</strong>abras de Max Weber de<br />

1919: los niños, que se agarran de la rueda de la historia mundi<strong>al</strong>, son descuartizados. <strong>En</strong><br />

segundo lugar, precisaría: que <strong>Heidegger</strong> ciertamente no se apercibió de todas las fuerzas y<br />

metas de los conductores nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>istas. Que él estimaba que podía tener su propia<br />

voluntad, es cosa probada. Pero, su manera de hablar y sus acciones tienen cierto parentesco con<br />

fenómenos nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>istas, que hacen comprensible su error. Él, Baumler y Carl Schmitt<br />

son entre ellos profesores muy distintos, que intentaron llegar espiritu<strong>al</strong>mente a la cumbre del<br />

movimiento nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista. <strong>En</strong> vano. Ellos pusieron a disposición su t<strong>al</strong>ento espiritu<strong>al</strong>, para<br />

desgracia del renombre de la filosofía <strong>al</strong>emana. De ahí viene un h<strong>al</strong>o de lo trágico del m<strong>al</strong> que<br />

percibo en él".<br />

Mas, lo cierto es que <strong>Jaspers</strong> parece haberse tomado la tarea de la redacción de un<br />

Informe más que en serio, ya que pasa a continuación a proponer un criterio gener<strong>al</strong> acerca de<br />

cómo deberían enfrentarse situaciones como las de los profesores que se comprometieron con el<br />

régimen tot<strong>al</strong>itario (lo que se enmarca en el proceso en curso de des-nacificación). <strong>En</strong> este<br />

criterio nuevamente el fundamento es de carácter tempor<strong>al</strong>: Escuchemos:<br />

"Una modificación de la convicción a través de un cambio hacia el lado anti-nacion<strong>al</strong>soci<strong>al</strong>ista<br />

debe ser juzgado de acuerdo a sus motivos, que se develan a partir del momento<br />

tempor<strong>al</strong>. 1934, 1938, 1941 significan en principio diferentes estadios. Según mi punto de vista,<br />

un cambio de convicción es casi irrelevante, si recién ocurrió desde 1941, y de escaso v<strong>al</strong>or, si<br />

acaso no sucedió radic<strong>al</strong>mente desde el 30 de Junio de 1934".<br />

La fecha mencionada - 30.6.34 - <strong>al</strong>ude a la así llamada "noche de los cuchillos largos" del<br />

día anterior, el 29.6, cuando Ernst Röhm y el <strong>al</strong>to mando de las S.A. fueron mandados a asesinar<br />

(ojo 400).<br />

P 3<br />

Luego el punto 6, el último, se refiere <strong>al</strong> caso particular de <strong>Heidegger</strong> y pasa a resumir<br />

sus proposiciones. Dice lo siguiente:<br />

"6. Para casos inhabitu<strong>al</strong>es debe encontrarse un ordenamiento inhabitu<strong>al</strong>, si se quiere,<br />

porque se estima que el caso es re<strong>al</strong>mente importante. Por eso mi proposición es la siguiente:<br />

a. Disposición de una pensión person<strong>al</strong> para <strong>Heidegger</strong> con el fin de la continuación de su<br />

trabajo filosófico y de la publicación de sus obras, con el fundamento de sus reconocidos logros<br />

y de la expectativa de que surgirá <strong>al</strong>go todavía más relevante.<br />

b. Suspensión de la función docente por <strong>al</strong>gunos años. Luego examen sobre la base de las<br />

publicaciones surgidas entretanto y del nuevo estado académico que se haya generado. Llegado<br />

ese momento, corresponde hacerse la pregunta, si acaso se puede arriesgar la recuperación de la<br />

antigua libertad de enseñanza, en lo cu<strong>al</strong> podría s<strong>al</strong>ir también a la p<strong>al</strong>estra lo opuesto a la idea de<br />

56


universidad, si acaso ello es representado con <strong>al</strong>tura espiritu<strong>al</strong>. Si se <strong>al</strong>canza un t<strong>al</strong> estado,<br />

depende de los acontecimientos políticos y del desarrollo de nuestro espíritu público".<br />

Visiblemente aquí entra a t<strong>al</strong>lar esa concepción que tiene <strong>Jaspers</strong> del espíritu, y que<br />

desarrolla en su obra filosófica, en el sentido de que el espíritu es lo que anima las obras<br />

humanas, desde la religión hasta la técnica, pasando desde luego por la filosofía, el arte, las<br />

ciencias, la mor<strong>al</strong> y la política, y lo que es más importante: que el espíritu (en este caso,<br />

diríamos, como "espíritu del mundo", "Weltgeist", pero en este sentido propio) se manifiesta<br />

regularmente a través de oposiciones internas, más aún, en cierto modo, vive de esas oposiciones<br />

(como en Hegel).<br />

Sobre la base de esta concepción del espíritu, se entiende pues la propuesta de que s<strong>al</strong>gan<br />

a la p<strong>al</strong>estra incluso ideas contrarias a la esencia de la universidad, siempre que se de esto con<br />

<strong>al</strong>tura, y que el tiempo esté maduro para ello.<br />

P 4<br />

Cabe hacer notar además que <strong>Jaspers</strong>, hacia fines de su Informe, deja absolutamente en<br />

claro que <strong>Heidegger</strong> debe recibir una sanción, lo cu<strong>al</strong> lo expresa taxativamente en los siguientes<br />

términos:<br />

"Si acaso se rechaza una t<strong>al</strong> regla especi<strong>al</strong>, estimo que un trato preferenci<strong>al</strong>, en medio de<br />

las medidas gener<strong>al</strong>es, sería injusto".<br />

Y luego, seguramente con plena conciencia de que su Informe dentro de todo es bastante<br />

fuerte (pero t<strong>al</strong> vez no por ello injusto), agrega que se le puede permitir a <strong>Heidegger</strong> leer<br />

determinados puntos (el 1, el 2 y el 6) y del punto 3 únicamente el último párrafo.<br />

Mas, hay un anexo particularmente decidor en este Informe, que nos hace ver lo difícil<br />

que debe haber sido para <strong>Jaspers</strong> tener que ver con este tipo de situaciones. El mencionado anexo<br />

dice lo que sigue:<br />

"24/12 Como había un domingo entremedio, se quedó la carta todavía aquí. Pude<br />

entonces reflexionar si acaso, en atención a mi antigua relación con <strong>Heidegger</strong>, no debería<br />

solicitar una renuncia a mi respuesta. La respuesta como la no-respuesta, ambas cosas son en este<br />

caso contrarias a mi natur<strong>al</strong>eza. Fin<strong>al</strong>mente se sobrepone la exigencia de una instancia form<strong>al</strong> y<br />

también en relación a lo que concierne a <strong>Heidegger</strong> mismo. Así entonces se despacha la carta".<br />

Este último titubeo de fin de semana lo dice todo. <strong>En</strong> él se muestra claramente el filósofo<br />

y su cuidado en meterse en cuestiones del mundo de la acción, de la política y máxime tratándose<br />

de un juicio.<br />

Sin embargo, aún así, podríamos decir que se impone cierto sentido de responsabilidad<br />

cívica y junto con ello la idea de que si se ha de levantar Alemania desde sus ruinas físicas y<br />

mor<strong>al</strong>es, que eso se re<strong>al</strong>ice sobre sólidos y duraderos cimientos.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

57


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 259 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 20 de Diciembre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

Dentro de la relación entre <strong>Heidegger</strong> y <strong>Jaspers</strong> hemos pasado ya por varias etapas desde<br />

que se conocieron en 1920: conocimiento entre ambos y profundización en la amistad, hacia<br />

1933 un primer distanciamiento de <strong>Jaspers</strong>, en 1935-36 intentos de <strong>Heidegger</strong> por recuperar la<br />

amistad, quiebre profundo hasta 1945, en 1945 el Informe de <strong>Jaspers</strong> sobre <strong>Heidegger</strong>, 1949:<br />

carta de febrero de <strong>Jaspers</strong> en la que se expresan deseos de renovación de la amistad, y en junio<br />

de ese mismo año, efectiva renovación de la amistad entre ambos.<br />

Ahora bien, en el Informe que le ha solicitado una Comisión de la Universidad de<br />

Friburgo, <strong>Jaspers</strong> junto con el reconocimiento expreso de la <strong>al</strong>tura filosófica de <strong>Heidegger</strong>, y la<br />

proposición de que se lo apoye, hay la proposición pareja de ponerlo prueba, quitándole el<br />

derecho a enseñar en la universidad.<br />

<strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong> momento de enviar este Informe solicitado tuvo muchos titubeos. Podríamos<br />

agregar que incluso probablemente no quedó muy tranquilo con su gestión; más aún, no sería<br />

extraño que hubiera quedado con <strong>al</strong>gunos cargos de conciencia, a pesar de que su proposición<br />

diferenciada se presenta como debidamente sopesada y <strong>al</strong> fin y <strong>al</strong> cabo justa. Mas, el caso es que<br />

cuando se trata de redactar un informe de esa natur<strong>al</strong>eza sobre <strong>al</strong>guien que ha sido ni más ni<br />

menos que íntimo amigo nuestro, pienso que nadie con cierta sensibilidad y sentido humanitario<br />

del respeto y de la consideración se queda así simplemente tranquilo.<br />

Hemos visto además que esos titubeos han tenido que ver con el hecho de que <strong>Jaspers</strong> se<br />

da clara cuenta de que podría evitar enviar el Informe solicitado, pero <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> se impone un cierto<br />

sentido del deber cívico y mor<strong>al</strong>, y lo envía.<br />

P 1<br />

Lo anterior nos sirve de trasfondo para comprender varios puntos:<br />

1.Que <strong>Jaspers</strong> tarda un par de años todavía en dar señ<strong>al</strong>es de vida ante su antiguo amigo.<br />

2.Que la primera señ<strong>al</strong> de vida pretende expresarse a través de una carta, pero que en<br />

definitiva es una carta-borrador, es decir, no-enviada, del 1.3.1948.<br />

3.Que la primera carta que efectivamente le envía a <strong>Heidegger</strong> es recién del 6.2.49.<br />

4.Que en Carta del 5.6.49 habrá de solicitar para <strong>Heidegger</strong> la recuperación de su derecho<br />

a enseñar.<br />

Mas, el caso es que de momento estamos solamente ante un borrador de carta. Aparte de<br />

todo lo relativo <strong>al</strong> mencionado Informe, en ella se hace <strong>al</strong>usión a los numerosos problemas que<br />

se le fueron creando a <strong>Heidegger</strong> con las nuevas autoridades. A mitad de mayo del 45 se estipuló<br />

un embargo de su casa. La casa estaba descrita en una "lista negra" como "Casa del Partido" que<br />

estaba a disposición para los requerimientos de la fuerza de ocupación francesa. <strong>En</strong> esa<br />

confiscación estaba incluida también la biblioteca de <strong>Heidegger</strong>.<br />

Fin<strong>al</strong>mente se decidió que <strong>Heidegger</strong> podía permanecer en su casa, pero quedando muy<br />

reducido en el espacio, ya que se le asignaron dos familias francesas con las que tenía que<br />

convivir.<br />

58


Seguramente teniendo presente <strong>Jaspers</strong> estas distintas situaciones de mucha estrechez y<br />

complicación por las que <strong>Heidegger</strong> ha pasado, pero ante todo lo que refiere a la sustracción de<br />

la venia legendi, <strong>Jaspers</strong> se decide a interceder en su favor años más tarde en 1949, dirigiéndole<br />

la siguiente carta del 5.6.49, cuando ya se ha radicado en Basilea, <strong>al</strong> Prof. Dr. Tellenbach, Rector<br />

de la Universidad de Friburgo. Leemos <strong>al</strong>lí lo siguiente:<br />

"¡Magnificencia!<br />

El Profesor <strong>Heidegger</strong> es reconocido a través de sus logros en la filosofía como uno de<br />

los más relevantes filósofos del presente. <strong>En</strong> Alemania no hay nadie que lo sobrepase. Su casi<br />

oculto filosofar, conectado éste con las más profundas preguntas y tan sólo indirectamente<br />

reconocible en sus escritos, hacen hoy de él una figura singular en medio de un mundo<br />

filosóficamente pobre".<br />

P 2<br />

Y, entrando ahora en el terreno de la venia legendi que se le ha quitado a <strong>Heidegger</strong>,<br />

continúa la carta:<br />

"Es para Europa y para Alemania un deber, que se desprende de la afirmación de lo que<br />

es espiritu<strong>al</strong>mente de rango y t<strong>al</strong>ento, preocuparse de que un hombre como <strong>Heidegger</strong> pueda<br />

trabajar tranquilamente, y continuar su obra, llevándola a publicación.<br />

Esto se asegura únicamente si <strong>Heidegger</strong> ingresa ahora <strong>al</strong> status de Profesor Ordinario<br />

Emérito. Con ello gana el derecho, no la obligación, de dar Lecciones. Él volvería con ello a<br />

v<strong>al</strong>er también nuevamente como Docente. Estimo que esto es re<strong>al</strong>izable e incluso deseable. Si<br />

bien en 1945 expresé en mi Informe el principio de que transitoriamente habría que apartarse de<br />

la idea de universidad, según la cu<strong>al</strong> todo lo que es de rango espiritu<strong>al</strong>, aunque sea ajeno a su<br />

liber<strong>al</strong>idad, debería hacerse manifiesto en la educación superior. Porque la juventud debilitada en<br />

su pensar crítico por el nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo habría exigido de que no se la exponga de inmediato<br />

a cada posibilidad del pensar a-crítico. De acuerdo <strong>al</strong> desarrollo habido hasta aquí en Alemania,<br />

no puedo sostener más este principio. Como preveía en mi anterior Informe, se debía examinar la<br />

reintegración de <strong>Heidegger</strong> después de <strong>al</strong>gunos años. El tiempo me parece ahora maduro. La<br />

universidad <strong>al</strong>emana no puede más dejar fuera a <strong>Heidegger</strong>, según mi parecer.<br />

Resp<strong>al</strong>do por ello con entusiasmo la solicitud de que a <strong>Heidegger</strong> se le reintegre con los<br />

derechos de un Profesor Emérito".<br />

P 3<br />

<strong>En</strong> fin, la <strong>al</strong>usión a esta recomendación, <strong>al</strong> Informe, y otras cosas más, todo ello es lo que<br />

ha quedado escrito en una carta nunca enviada del 1.3.48.<br />

Y, cabe agregar <strong>al</strong> respecto, que en <strong>Jaspers</strong> encontramos muchas cartas no-enviadas (que,<br />

como hemos visto, han sido llamadas "borradores de carta").<br />

La carta no enviada tiene su peculiaridad propia. <strong>En</strong> ella se expresa una intención, un<br />

deseo, un plan, pero junto con ello también, nuestros sueños, el anhelo de una situación que<br />

quisiéramos se hiciera re<strong>al</strong>idad.<br />

Ella también puede expresar percepciones o juicios acerca de las cosas que tenemos sobre<br />

<strong>al</strong>guien o sobre <strong>al</strong>go, pero que en definitiva estimamos inoportuno comunicar en un momento<br />

dado posterior (a veces puede tratarse precisamente de juicios reprobatorios).<br />

A lo anterior se suma que la carta no supone únicamente la acción física de escribirla,<br />

sino además la de ir a la oficina de correo a despacharla encargarle a <strong>al</strong>guien que cumpla con este<br />

trámite, dándose entonces la situación de que en último momento decidimos quizás no hacerlo.<br />

59


También cabe la posibilidad de que una carta no enviada conserva su carácter de t<strong>al</strong><br />

únicamente por un tiempo, y que por lo tanto en un futuro próximo o lejano nos decidimos a<br />

enviarla, estimando que en cierto modo el tiempo ha laborado en favor de ello.<br />

P 4<br />

Estas características de una carta no enviada son importantes, porque de antemano nadie<br />

escribe una carta que en definitiva no habrá de enviar.<br />

Es más, en cierto modo una carta no enviada se debe a que en último momento decidimos<br />

no enviarla, y ese último momento puede darse apenas la hemos terminado de escribir, o t<strong>al</strong> vez<br />

tras una inmediata relectura. Pero también pueden darse situaciones más complejas, como lo<br />

relativo a una decisión que postergamos unas horas, o para el día siguiente, o que vamos<br />

postergando indefinidamente. <strong>En</strong> este último caso, se trata de lo que podríamos llamar una "carta<br />

nunca enviada".<br />

Todas estas consideraciones tienen que ver con el hecho de que una carta, su redacción,<br />

su despacho o no despacho es una acción que acontece en el mundo, y está determinada, entre<br />

otros, por factores espaci<strong>al</strong>es, y sobre todo tempor<strong>al</strong>es.<br />

Pero, en el análisis hecho hasta aquí de las cartas no enviadas, y, antes de ello, de lo que<br />

es una carta sin más, se nos ha quedado en el tintero lo más esenci<strong>al</strong>: el sentido. La acción de<br />

escribir una carta está motivada por el sentido: la carta la escribimos porque, por una parte, tiene<br />

sentido hacerlo, y en segundo lugar, porque a través de ella, se va construyendo un sentido o<br />

múltiples sentidos.<br />

Visto de esta forma, una carta no enviada obedece a una crisis de sentido, la que a su vez,<br />

o bien se puede haber dado en cuanto a la carta misma en cuanto t<strong>al</strong> (que precisamente el<br />

escribirla ha perdido sentido) o en relación a la pérdida de sentido que afecta a lo que en ella<br />

hemos escrito.<br />

P 5<br />

Ahora bien, hay otro aspecto que atender en las cartas no enviadas de <strong>Jaspers</strong>, y es que<br />

son <strong>al</strong> mismo tiempo cartas concluidas, y esto, diríamos, nos aparta de lo que es en gener<strong>al</strong> una<br />

carta no enviada. Precisamente cuando la carta que estoy escribiendo se transforma debido a los<br />

avatares del tiempo en una carta no enviada, ello se debe a que en el mismo momento de<br />

redactarla ya he tenido vacilaciones en cuanto <strong>al</strong> sentido de ella, su justificación, su oportunidad,<br />

lo apropiado o no apropiado de lo que digo en ella, o siquiera de escribirla.<br />

Es pues distinta una carta no enviada concluida de una no concluida. Me aventuraría a<br />

sostener que la carta no enviada concluida tiene el carácter de lo que hemos sopesado y an<strong>al</strong>izado<br />

suficientemente y que por ello está ya maduro para llevarlo <strong>al</strong> papel, pero respecto de lo cu<strong>al</strong>,<br />

estimamos que no sería oportuno enviarlo ahora.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

60


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 260 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 27 de Diciembre del 2000 a las 16,45 hrs.<br />

<strong>En</strong> vistas de que la carta del 1.3.1948 a <strong>Heidegger</strong> es una carta que su autor, <strong>Jaspers</strong>, no<br />

envía, hemos estado an<strong>al</strong>izando el carácter que tiene esta especie singular de cartas no enviadas.<br />

<strong>En</strong>tre los muchos aspectos que tienen en gener<strong>al</strong> las cartas no enviadas, hemos<br />

destacado que ellas suelen ser <strong>al</strong> mismo tiempo inconclusas.<br />

<strong>En</strong> ello se podría hacer un parangón con las obras inconclusas en los más distintos<br />

ámbitos: las hay especi<strong>al</strong>mente en música (la Sinfonía Inconclusa de Schubert), en literatura (por<br />

ejemplo, El hombre sin atributos de Robert Musil, y en filosofía (Ser y tiempo de <strong>Heidegger</strong>).<br />

Mas, en <strong>Jaspers</strong>, hemos visto, que se da la particularidad de que sus cartas no enviadas<br />

están concluidas y hemos reconocido que ello se debe a que en ellas hay impresiones y juicios<br />

que se han ido decantando con el tiempo y que están suficientemente maduros, pero aún así esas<br />

cartas no sería oportuno enviarlas en ese momento y, más aún, su envío se posterga<br />

indefinidamente o incluso para siempre.<br />

P 1<br />

Al mismo tiempo hemos destacado también que una carta proviene de una acción<br />

ejecutada en el mundo, por de pronto en un espacio y en un tiempo determinado. <strong>En</strong> atención a<br />

ello, una carta que no se envía puede terminar además perdiendo vigencia.<br />

Las cartas no enviadas de <strong>Jaspers</strong> tienen precisamente esta característica: son cartas<br />

nunca enviadas.<br />

Pero, a la vez, cabe destacar otro aspecto, cu<strong>al</strong> es que sus cartas tienen el carácter de ser<br />

"borradores de carta" (y así es como las cat<strong>al</strong>oga Hans Saner), y esto representa una nueva<br />

característica singular: se trata de cartas que anteceden a la siguiente, y esta última resulta muy<br />

parecida a su borrador. Y esto nos revela otra singularidad de las cartas no enviadas de <strong>Jaspers</strong>,<br />

que precisamente son borradores de carta.<br />

Ello constituye precisamente una singularidad, porque desde luego no toda carta no<br />

enviada es un borrador de carta.<br />

<strong>En</strong> este sentido, el borrador de carta posee ese carácter tempor<strong>al</strong> de preparación del<br />

futuro, de anticipo, de adelanto, y más aún, de ejercicio y ensayo.<br />

P 2<br />

Esto a su vez guarda relación con la complejidad que hay en la relación <strong>Jaspers</strong>-<br />

<strong>Heidegger</strong> y que se manifiesta en su <strong>epistolario</strong>. Me refiero a que en el caso de <strong>Jaspers</strong> no es<br />

cuestión de enviarle una carta a <strong>Heidegger</strong> tras un profundo quiebre que ha habido en su relación<br />

desde el año 33 y habiendo pasado por lo tanto 12 años. Ello le da una justificación <strong>al</strong> borrador<br />

de carta y a la vez a la carta no enviada.<br />

Con ello rozamos otro aspecto, el cu<strong>al</strong> es el siguiente: las cartas no enviadas de <strong>Jaspers</strong><br />

son justamente escritas en <strong>al</strong>gunos de los goznes de la historia de su relación con <strong>Heidegger</strong>,<br />

más precisamente se trata de momentos de crisis, ya sea como para s<strong>al</strong>ir de ella, como para<br />

sumergirse aún más en esa crisis, según veremos más adelante.<br />

61


Pero, a su vez hay otra peculiaridad que destacar, y que corresponde a lo que ya<br />

decíamos: que en el caso de <strong>Jaspers</strong> la carta que en definitiva envía se aproxima bastante <strong>al</strong><br />

borrador anterior. <strong>En</strong> atención a ello, podría ponerse en entredicho el carácter de carta no<br />

enviada, por cuanto podría sostenerse que lo que predomina aquí es, por decirlo así, el borrador<br />

de una carta que posteriormente se envía.<br />

Mas, esto implica llevar esta filiación entre el borrador y la carta enviada demasiado<br />

lejos, ya que si bien hay similitudes entre ambas, hay <strong>al</strong> mismo tiempo importantes<br />

disimilitudes. Como vemos, con el fin de hacer una adecuada distinción, todo depende si<br />

encontramos un mayor o menor parecido entre el borrador y la carta enviada.<br />

P 3<br />

Y hay otro aspecto que t<strong>al</strong> vez deberíamos haber puesto en primer lugar sobre el tapete<br />

respecto de la carta no enviada, y es que en ella se manifiesta una reserva, es decir una<br />

percepción o un juicio sobre <strong>al</strong>go o <strong>al</strong>guien que no estamos dispuestos a comunicar de<br />

inmediato.<br />

Ahora bien, esa reserva puede a su vez tener que ver con una inseguridad y<br />

desconfianza, como que no nos podemos permitir confiar <strong>al</strong>go <strong>al</strong> otro, por ejemplo <strong>al</strong>go que<br />

puede ser de carácter íntimo.<br />

La mencionada desconfianza se vincula en este caso con <strong>Jaspers</strong>, ya que él ha declarado<br />

haberle perdido la confianza a su amigo desde 1933. Desde esta perspectiva, la carta no enviada<br />

del 1.3.45 obedece <strong>al</strong> no saber si se justifica la reanudación de esa amistad, máxime si ha habido<br />

un silencio tan largo de <strong>Heidegger</strong> y ninguna explicación de parte de él acerca de todo lo<br />

ocurrido.<br />

Por último, cabría hacer res<strong>al</strong>tar otro aspecto de estas cartas no enviadas, y es lo que se<br />

refiere a la inmensidad de lo que está envuelto en ellas, lo que se refleja en lo que tiene que ver<br />

con la filosofía, la historia de Alemania, el nazismo, lo mor<strong>al</strong>, y otros.<br />

P 4<br />

Tras el borrador de carta an<strong>al</strong>izado habrá de pasar más de un año para de veras enviarle<br />

una carta el 6.2.49 a <strong>Heidegger</strong> en la que comienza diciendo:<br />

"Hace tiempo que quería escribirle. Hoy recién en una mañana de domingo me viene el<br />

impulso. Lo de he tratar. / Había <strong>al</strong>go <strong>al</strong>guna vez entre nosotros que nos unía. No puedo creer<br />

que eso haya desaparecido, sin dejar rastro. El tiempo parece haber madurado suficientemente<br />

para que me dirija a Ud. con la esperanza de que Ud. me corresponda en el deseo de intercambiar<br />

ocasion<strong>al</strong>mente unas p<strong>al</strong>abras. / Los presupuestos en ambos han llegado a ser otros que lo que<br />

eran en 1933. Un mínimum de frases es insoslayable para encontrar el nexo con el núcleo de<br />

aquello a través de lo cu<strong>al</strong> nos comunicábamos - en ese tiempo ya con el agregado de <strong>al</strong>gunos<br />

fenómenos colater<strong>al</strong>es maravillosos -. / <strong>En</strong> 1945 esperaba de su parte una explicación - esperé -;<br />

me parecía que una iniciativa de mi parte destruiría todo lo que entonces era posible. <strong>En</strong> el otoño<br />

del 45 le envié el primer cuaderno de "Cambio" /"Wandlung", se trata de una revista en la que<br />

<strong>Jaspers</strong> es uno de sus colaboradores/. Quizás, así pensaba yo, podría Ud. tomar mis primeras<br />

manifestaciones públicas, que <strong>al</strong>lí se encontraban, como impulso para decirme <strong>al</strong>go, que antes de<br />

1945 no era posible decir. /"<br />

P 5<br />

Nótese que <strong>Jaspers</strong> entra rápidamente en la cuestión de la espera de una explicación, por<br />

lo cu<strong>al</strong> la carta se hace tremendamente difícil e inquietante, sobre todo si se trata no simplemente<br />

62


de pedir una explicación, sino <strong>al</strong> mismo tiempo con la secreta esperanza de que esa explicación<br />

no vaya a afectar el intento de fondo, el cu<strong>al</strong> se muestra nítidamente como el de una reanudación<br />

de la amistad.<br />

Lo difícil de la carta explica a su vez el borrador, la carta no enviada del año anterior, por<br />

lo cu<strong>al</strong> se revela a través de ello que así como podemos mirar desde la carta no enviada la carta<br />

enviada un año después, así también podemos mirar viceversa la carta no enviada desde la carta<br />

enviada.<br />

Además el hecho de que se escriba un fin de semana, un día domingo por la mañana es<br />

también decidor, por cuanto una difícil carta como es ésta requiere de una tot<strong>al</strong> serenidad y<br />

ecuanimidad, lo que se da norm<strong>al</strong>mente en ese tiempo dominic<strong>al</strong> libre y, para decirlo con<br />

Humberto Giannini, en el recogimiento del domicilio.<br />

P 6<br />

Y continúa <strong>Jaspers</strong> en su carta sincerándose, mostrando su estupor y sus heridas<br />

ocasionadas precisamente por su antiguo amigo. Es así como se refiere <strong>al</strong> nefasto "Informe<br />

Baumgarten" que cayó en sus manos, en el que <strong>Heidegger</strong> se refería a que este profesor circulaba<br />

con el judío Fraenkel y en el "círculo liber<strong>al</strong>-democrático en <strong>torno</strong> a Max Weber" (<strong>al</strong> cu<strong>al</strong>, cabe<br />

decir, pertenecía el propio <strong>Jaspers</strong>). Refiriéndose a la impresión que le ocasionara la lectura de<br />

este Informe, <strong>Jaspers</strong> agrega lo siguiente:<br />

"Ese instante pertenece a las experiencias decisivas de mi vida. La conmoción person<strong>al</strong><br />

era inseparable del peso objetivo de lo ocurrido".<br />

Pero luego inesperadamente <strong>Jaspers</strong> se desembarca de la petición de una explicación (no<br />

obstante, en lo relativo a este punto, no habrá de ser consecuente, ya que un tiempo después<br />

volverá sobre eso mismo), diciendo lo que sigue:<br />

"Fin<strong>al</strong>mente ha transcurrido mucho tiempo. Ahora puedo asumir el presupuesto para lo<br />

que sigue de que Ud. ya no estima como necesaria una explicación ante mí acerca de asuntos que<br />

nos concernían a ambos person<strong>al</strong>mente ("el judío Fraenkel", "el círculo intelectu<strong>al</strong> en <strong>torno</strong> a<br />

Max Weber", y otros). Yo lo acepto".<br />

Nótese el modo peculiar de plantear este punto: que se trataría de que <strong>Heidegger</strong> no vería<br />

como necesaria una explicación, y a partir de ello, suponiendo que ello es así, termina <strong>Jaspers</strong><br />

diciendo: "Yo lo acepto".<br />

Lo que se detecta en esa expresión sutil es pues que la explicación que pudiera dar<br />

<strong>Heidegger</strong> no queda excluida, pero que en caso de que no lo hiciera, él igu<strong>al</strong>mente lo acepta.<br />

Aquí queda pues <strong>al</strong>go cerrado únicamente en apariencia, y será <strong>al</strong>rededor del cabo suelto<br />

de esta explicación que un par de años más tarde esta amistad llegará a su fin.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

63


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 261 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 3 de enero del 2001 a las 16,45 hrs.<br />

Estamos an<strong>al</strong>izando la decisiva carta fechada en Basilea el 6.2.1949 de <strong>Jaspers</strong> a <strong>Heidegger</strong>, a<br />

través de la cu<strong>al</strong> se da pie a que la amistad entre ambos se reanude.<br />

Esa clara intención de <strong>Jaspers</strong> se pone de manifiesto ya a los inicios de la carta, pero<br />

especi<strong>al</strong>mente en lo que concierne a lo que circunda a una explicación que <strong>Jaspers</strong> habría<br />

esperado de su amigo, respecto de su equívoca actuación durante el régimen nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista,<br />

ya que sucede que <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> termina diciendo que si Heiedegger no le da la t<strong>al</strong> explicación, él<br />

igu<strong>al</strong>mente lo acepta.<br />

Y lo cierto es que todo lo que sigue en la carta se lo puede ver en el sentido de que esa amistad<br />

se reanude a como de lugar, incluso en el sentido de enfrentar y darle <strong>al</strong> mismo tiempo una<br />

solución a diversas cuestiones que pudieren constituir <strong>al</strong>gún impedimento como para que aquel<br />

propósito se lleve a feliz término.<br />

Hay que tomar en cuenta a su vez que para llegar a escribir esta carta han transcurrido doce<br />

años de un largo silencio. Y este silencio durante toda la época del nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo, si bien<br />

ha sido recíproco, sin embargo cabe aducir que quien, <strong>al</strong> menos visto esto desde fuera, fue<br />

gravemente perjudicado, fue <strong>Jaspers</strong> con su mujer, ambos a punto de ser transportados a las<br />

barracas en cu<strong>al</strong>quier momento. Pues bien, vistas las cosas de este modo, es el silencio de<br />

<strong>Heidegger</strong> el que resulta extraño, por decir lo menos.<br />

Fijémonos en este sentido como en una relación humana, por de pronto los silencios hablan, y<br />

en <strong>al</strong>gunos casos, como el que estamos an<strong>al</strong>izando, lo que el silencio dice no queda claro en<br />

principio, de t<strong>al</strong> manera que corresponde dilucidarlo.<br />

P 1<br />

Si en la primera parte de esta carta de febrero del 49 lo relevante ha sido sobre todo la renuncia<br />

a una explicación, lo relevante de esta segunda parte es la cuestión del silencio, y es a su vez en<br />

razón de ello que más adelante en la misma carta <strong>Jaspers</strong> hablará de una suerte de inevitable<br />

oscuridad que habría que asumir en la relación entrambos.<br />

El silencio se vuelve a hacer presente de manera tácita en el siguiente pasaje de la carta, pero de<br />

un modo t<strong>al</strong> que <strong>Jaspers</strong> entra inmediatamente en la aceptación de él, a t<strong>al</strong> punto que se le ocurre<br />

relacionarlo primero con <strong>al</strong>gún posible reproche de parte de <strong>Heidegger</strong>. <strong>En</strong> ese tenor, leemos lo<br />

siguiente: "Lo que Ud. me reprocha, y quizás con razón, no lo se".<br />

<strong>En</strong> lo que sigue, <strong>Jaspers</strong> se preocupa incluso de descargar a <strong>Heidegger</strong> de toda posible<br />

culpabilidad que pudiera sentir, aunque no sin dejar entrever cierta extrañeza ante el silencio<br />

prolongado que ha habido:<br />

"Por mi parte puedo decir que no lo culpo, porque su comportamiento en esta transformación<br />

del mundo no se encuentra en primer lugar en un nivel de aclaraciones mor<strong>al</strong>izantes. El duelo<br />

infinito desde 1933 y el estado actu<strong>al</strong> de las cosas, en el cu<strong>al</strong> mi <strong>al</strong>ma <strong>al</strong>emana padece cada vez<br />

más, no nos ha unido, sino tácitamente separado. Lo tremendo, que es <strong>al</strong>go distinto que mera<br />

política, en los largos años de mi rechazo y amenaza vit<strong>al</strong> no incitó a una p<strong>al</strong>abra en<br />

correspondencia con ello. Como seres humanos nos hemos <strong>al</strong>ejado".<br />

64


P 2<br />

Como he destacado <strong>al</strong>guna vez, el género <strong>epistolario</strong> tiene sus propios códigos, y, en particular<br />

esto se hace notar en el <strong>epistolario</strong> entre estos dos pensadores que aquí an<strong>al</strong>izamos. Me atrevería<br />

a sostener que la complejidad no solamente de las epístolas, sino antes todavía, del estilo sin<br />

más, se hace más manifiesto en <strong>Jaspers</strong> que en <strong>Heidegger</strong>. <strong>En</strong> cierto modo, <strong>Heidegger</strong> es más<br />

directo en sus expresiones, sobre todo si atendemos a sus cartas, mientras que en <strong>Jaspers</strong> hay<br />

norm<strong>al</strong>mente más sinuosidades y distintas capas de sentido.<br />

Desde luego, esto no implica <strong>al</strong>guna consideración de tipo jerárquico de ninguna especie, ya<br />

que la profundidad y <strong>al</strong>cance del pensamiento de ambos, como lo que a su vez se revela en su<br />

<strong>epistolario</strong>, no tiene que ver con ese estilo de expresión más directo o más indirecto.<br />

Pues bien, por ejemplo la carta que ahora examinamos es patente que en lo que es<br />

absolutamente clara es en la intención hecha presente de muchos modos de reanudación de la<br />

amistad. Mas, en lo que concierne <strong>al</strong> modo como esto tendría lugar es sumamente compleja, y<br />

ello se debe en especi<strong>al</strong> a que ella está mediatizada por la cuestión de la explicación de lo<br />

sucedido durante los años del nazismo.<br />

P 3<br />

Por ejemplo, relativamente a este punto, esta carta de <strong>Jaspers</strong> parece en principio poder leerse<br />

como una carta de exculpación de <strong>Heidegger</strong>, pero, por otro lado, se revela en una segunda<br />

lectura que esa exculpación en cierto modo no está simplemente planteada, sino que depende de<br />

la consideración de varios hechos, el más importante de los cu<strong>al</strong>es es el que se refiere <strong>al</strong> silencio<br />

de <strong>Heidegger</strong>.<br />

Respecto de este punto, de entrada se asume que él no tendría que ver con cierto reproche de<br />

<strong>Heidegger</strong>. No olvidemos que la respuesta a la larga carta de mayo del 36 en la que <strong>Heidegger</strong> le<br />

cuenta a <strong>Jaspers</strong> acerca de su viaje a Roma, <strong>Heidegger</strong> nunca la recibió, y que a partir de ello<br />

decidió no escribirle más a su antiguo amigo. <strong>En</strong> este sentido, <strong>Jaspers</strong> no está del todo<br />

descaminado en este primer supuesto del reproche de su partner.<br />

Pero, como hemos visto, el mentado supuesto reproche queda simplemente planteado como una<br />

posibilidad de la cu<strong>al</strong> <strong>Jaspers</strong> no sabe nada, ya que él nunca se enteró que la respuesta a la carta<br />

sobre Roma no llegó a su destinatario.<br />

<strong>En</strong> razón de lo anterior (es decir, sobre la base de la ignorancia respecto del supuesto reproche),<br />

<strong>Jaspers</strong> pasa a lo que sería propiamente la exculpación, y si bien, él entrega argumentos para<br />

justificar esa exculpación, sin embargo, hay <strong>al</strong>go que no puede solucionar ni olvidar, y esto es lo<br />

del silencio.<br />

P 4<br />

Bien an<strong>al</strong>izado, si la cuestión de fondo es la esperada (y, por otra parte, ya no más esperada)<br />

explicación, ésta revela dos caras: 1. que es la que da el propio <strong>Jaspers</strong>, atendiendo a<br />

consideraciones gener<strong>al</strong>es (el papel secundario de la política, que una conducta como la de<br />

<strong>Heidegger</strong>, no se puede medir con criterios mor<strong>al</strong>izantes), y 2. por la contraparte, la oscuridad<br />

inerradicable de ese silencio.<br />

Esto se relaciona con la concepción del silencio que tanto <strong>Jaspers</strong> como <strong>Heidegger</strong> han<br />

desarrollado, en cuanto a que existe la posibilidad de un silencio auténtico (el hablar silente que<br />

dice lo esenci<strong>al</strong>) y el silencio inauténtico (que, en cierto modo, se identifica con lo sórdido), en<br />

el que hay un oculto rechazo o antipatía.<br />

65


Atendiendo pues <strong>al</strong> silencio de <strong>Heidegger</strong> durante los años más infern<strong>al</strong>es de la historia de<br />

Alemania, se trata entonces de saber de qué silencio se trata.<br />

P 5<br />

Y esta doble posibilidad de acometer la explicación tiene que ver además con el pensamiento<br />

jaspersiano: por una parte, con su distinción, que ya encontramos en su Psicopatología gener<strong>al</strong><br />

entre explicar y comprender, y, por la otra, con su idea de la comunicación, en el sentido de que<br />

ella es de una existencia a otra, y que no sería suceptible de traducirse en conceptos gener<strong>al</strong>es.<br />

Recordemos que en <strong>Jaspers</strong> la existencia corresponde a un modo de ser a partir del cu<strong>al</strong> él<br />

hombre se constituye como posibilidad y libertad. Visto de esta forma, la existencia no se puede<br />

traducir precisamente en conceptos gener<strong>al</strong>es.<br />

Por de pronto, cabe sostener que sobre la base de esa distinción entre explicar y comprender se<br />

diseña en la Psicopatología gener<strong>al</strong> una nueva relación con el paciente. Lo que tiene que ver<br />

con la relación con un paciente esquizofrénico, por ejemplo, no es <strong>al</strong>go que pueda traducirse en<br />

una explicación a través de conceptos gener<strong>al</strong>es, sino que, ante todo, es <strong>al</strong>go que hay que<br />

comprender, y este último no es solamente intelectu<strong>al</strong>, sino afectivo, anímico y espiritu<strong>al</strong>.<br />

Así pues, diríamos que lo que se procura en esta carta a <strong>Heidegger</strong> es ante todo comprender <strong>al</strong><br />

otro en su ámbito existenci<strong>al</strong>. Es por ello también que toda explicación que pretende traducir sus<br />

logros en conceptos gener<strong>al</strong>es, tiene que ser insuficiente.<br />

P 6<br />

Mas, aún así, como hemos dicho, la posible explicación nunca queda desplazada. Es por ello<br />

que <strong>Jaspers</strong> agrega a renglón seguido lo relativo a su mujer judía, en cierto modo, como para<br />

clarificar que con ello se toca <strong>al</strong>go de lo más doloroso para él, y que natur<strong>al</strong>mente tiene que ver<br />

con la explicación:<br />

"A cada momento se hace presente mi mujer, respecto de la cu<strong>al</strong> le decía en nuestro penúltimo<br />

encuentro que ella es decisiva para todo mi filosofar (veo todavía su rostro perplejo)".<br />

Esto da que pensar nuevamente en el sentido de la explicación, porque ella queriendo ya quedar<br />

atrás como explicación que ya no se espera más, sin embargo sigue siendo persistentemente una<br />

explicación que se espera, en este último caso en lo concerniente incluso a la razón de la<br />

perplejidad del rostro de <strong>Heidegger</strong>.<br />

Pero, luego de referirse a lo relativo a su mujer, <strong>Jaspers</strong> plantea inmediatamente después una<br />

nueva posible exculpación de <strong>Heidegger</strong>, incluso en el sentido de la no necesidad de un<br />

esclarecimiento, y por lo tanto asumiendo el mentado silencio como una inevitable oscuridad.<br />

Más aún, esta oscuridad habrá de ser en lo sucesivo, según ese planteamiento, <strong>al</strong>go que estará<br />

siempre ahí.<br />

P 7<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

66


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 262 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 10 de <strong>En</strong>ero del 2001 a las 16,45 hrs.<br />

An<strong>al</strong>izando una carta de febrero de 1949, hemos visto que <strong>Jaspers</strong> procura reanudar su relación<br />

amic<strong>al</strong> con <strong>Heidegger</strong>, pero con ese fin, hay <strong>al</strong>go que se interpone: especi<strong>al</strong>mente el largo<br />

silencio de <strong>Heidegger</strong> durante los duros años del nazismo.<br />

Mas aún, se trata en este intento de renovación de la amistad de sortear los distintos obstáculos<br />

que se presentan, y en aras de ello, <strong>Jaspers</strong> exculpa a su antiguo amigo respecto de su actuación<br />

en el nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo.<br />

Y aunque <strong>Jaspers</strong> descarga a <strong>Heidegger</strong> de una posible culpabilidad, igu<strong>al</strong> quiere recordar a<br />

grandes trazos por lo que él y su mujer tuvieron que pasar: su situación de acoso y amenaza<br />

permanente.<br />

Esto nos hace ver que la exculpación tiene igu<strong>al</strong> como condición <strong>al</strong> menos decir las cosas,<br />

nombrarlas, hacer <strong>al</strong>usión a los dolores y penurias que hubo que sufrir para que fuera posible<br />

sobrevivir.<br />

Esto es importante y se vincula hasta cierto punto con lo que hemos vivido los chilenos en la<br />

recuperación de la democracia, tras la dictadura militar. El vínculo se muestra en aquello de que<br />

la reconciliación es únicamente posible sobre la base de la verdad y la justicia.<br />

Pero, en ello mismo aparece también la limitación de esta comparación, puesto que ella se<br />

justifica tan sólo en atención a lo que sería el conocimiento de la verdad. <strong>En</strong> efecto, es visible<br />

como a <strong>Jaspers</strong> le interesa <strong>al</strong> menos que quede claro cuáles son <strong>al</strong>gunos de los hechos que hay<br />

que tener en cuenta, pero de ello no se sigue una intención de hacer ulteriormente justicia.<br />

P 1<br />

Aludiendo a los apremios que pasara junto a su mujer y la cara de estupor que puso <strong>Heidegger</strong><br />

cuando <strong>Jaspers</strong> le señ<strong>al</strong>ara que su mujer era decisiva en su filosofar, dice en una parte ya<br />

avanzada de su carta:<br />

"Todo ello yo no me lo oculto. Lo acepto como un factum, que ha ser accesible a<br />

interpretaciones, pero respecto del cu<strong>al</strong> el esclarecimiento esperado por mi durante años no ha de<br />

ser condición de nuestro diálogo interperson<strong>al</strong>. La oscuridad habrá de permanecer como un<br />

presupuesto , si acaso no ocurre <strong>al</strong>go extraordinario entre nosotros, la cu<strong>al</strong> no impedirá que en el<br />

filosofar y quizás también en lo privado entre nosotros pueda ir una p<strong>al</strong>abra de uno a otro".<br />

Hemos visto que bien puede <strong>Jaspers</strong> descargar de toda culpabilidad a <strong>Heidegger</strong>, pero hay <strong>al</strong>go<br />

que siempre queda pendiente como <strong>al</strong>go oscuro, y esto es lo que se refiere <strong>al</strong> silencio de su<br />

antiguo amigo.<br />

Pues bien, en el último pasaje de la carta observamos como ese silencio aparece incluso como<br />

una oscuridad que, de una u otra forma, estará siempre ahí, y <strong>Jaspers</strong>, en principio, está<br />

dispuesto incluso a asumir esa oscuridad.<br />

P 2<br />

Ciertamente, como hemos visto, todo ello se vincula con la limitación que ve <strong>Jaspers</strong> en la idea<br />

de explicación (en atención a que <strong>Heidegger</strong> le diera precisamente una explicación), ya que en<br />

67


ésta sólo podemos llegar a lo que podemos objetivar, y que es posible traducir en conceptos<br />

gener<strong>al</strong>es.<br />

El ser de las cosas para <strong>Jaspers</strong> se revela sólo parci<strong>al</strong>mente en una relación sujeto-objeto que<br />

hace posible una objetivación de los hechos: en el caso de lo que concierne a <strong>Heidegger</strong> que es<br />

imposible decir simplemente que él fue nazi por t<strong>al</strong>es y cu<strong>al</strong>es motivos, que es también<br />

imposible decir que el silencio en el que se sume durante 12 años, aparentemente<br />

desinteresándose de lo que les podría haber ocurrido a <strong>Jaspers</strong> y su esposa, es también por t<strong>al</strong>es y<br />

cu<strong>al</strong>es motivos.<br />

El ser es, <strong>al</strong> contrario, siempre un en-sí trascendente que escapa a los catastros y taxonomías de<br />

las explicaciones en conceptos gener<strong>al</strong>es.<br />

Es por ello que en vez de una explicación, él procura <strong>al</strong> menos comprender, y comprender en<br />

particular el largo silencio de <strong>Heidegger</strong>, pero lo cierto es que, podríamos decir, hasta lo que<br />

sería una comprensión mínima fracasa, por lo cu<strong>al</strong> <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> no queda más que la oscuridad.<br />

Y bien, el punto está en que es tanto lo que le importa la renovación de su amistad con<br />

<strong>Heidegger</strong>, que incluso está dispuesto, como ya vimos, a asumir esa oscuridad como <strong>al</strong>go<br />

inerradicable.<br />

P 3<br />

<strong>En</strong> ello despunta otra de las ideas del pensamiento jaspersiano, cu<strong>al</strong> es la situación límite. Se<br />

trata de que el hombre vive norm<strong>al</strong>mente en situaciones, como el tener que <strong>al</strong>imentarse, trabajar,<br />

relacionarse con los otros, pero hay ciertas situaciones llamadas límites, como por ejemplo, que<br />

tenemos que morir, la enfermedad, la soledad, pero también puede ser el amor, que nos obligan a<br />

ser-desde-el origen. A partir de ellas se re<strong>al</strong>iza el posible ser-sí-mismo, la existencia. A su vez la<br />

comunicación es únicamente posible entre existencias que se reconocen mutuamente la<br />

posibilidad de ser-sí-mismos.<br />

Y precisamente se trata además de que así como el ser propiamente existente, como la<br />

comunicación entre existencias no son traducibles en conceptos gener<strong>al</strong>es, de t<strong>al</strong> modo que<br />

existencia y comunicación tienen siempre el carácter de aquello a lo que nos arriesgamos, y que<br />

es ajeno a todo cálculo y seguridad.<br />

Vistas las cosas de esta forma, es patente que lo que procura, y, antes bien, lo que le nace a<br />

<strong>Jaspers</strong> es el logro de esa comunicación con <strong>Heidegger</strong>, pero también, junto con ello, a partir de<br />

una determinada situación límite - reflejada en la oscuridad insondable de aquel silencio -.<br />

Y, claro está, ese oscuro silencio pasa a ser un cabo suelto que tanto da para que, asumiéndolo,<br />

renazca la amistad, o para que ésta sucumba, si acaso ese silencio se tradujera en <strong>al</strong>go que de<br />

<strong>al</strong>guna manera se puede objetivar, y más encima, en términos negativos, como que él significara<br />

no el hablar silente que surge de un genuino acercamiento <strong>al</strong> ser de las cosas, sino <strong>al</strong>go sórdido.<br />

P 4<br />

Y <strong>Jaspers</strong> continúa diciendo en su carta que el que sus respectivas filosofías sigan derroteros<br />

distintos (aunque en el mundo se las identifique, como ha hecho Jean Wahl en Francia, lo que ha<br />

demandado de parte de cada uno de estos dos pensadores cartas aclaratorias que han sido<br />

publicadas) no debe constituir tampoco <strong>al</strong>gún obstáculo en su relación.<br />

Es más, relativamente a este punto de la supuesta diferencia entre ambas filosofías, él expresa<br />

su confianza en que cuando se va <strong>al</strong> fondo de los asuntos en filosofía se descubre la unión en sus<br />

orígenes y metas, y agrega <strong>al</strong> respecto lo siguiente:<br />

68


"Esta es una fe como en la comunicación - una fe contra la apariencia engañadora -. Si mi<br />

recuerdo no me f<strong>al</strong>la, en esto estuvimos de acuerdo <strong>al</strong>guna vez".<br />

Nótese en relación con las conexiones que hemos hecho entre el contenido de las cartas y el<br />

pensamiento de <strong>Jaspers</strong> que aquí él mismo hace esta conexión, trayendo a colación lo que él<br />

define como comunicación.<br />

P 5<br />

Y termina la carta en un fin<strong>al</strong> emotivo y lleno de esperanza. Escuchemos:<br />

"Lo s<strong>al</strong>udo desde un lejano pasado sobre un abismo de los tiempos, reforzando <strong>al</strong>go que fue y<br />

que no puede no ser nada".<br />

Bello fin<strong>al</strong> para una amistad a punto de renacer.<br />

Mas, ya he dicho <strong>al</strong>guna vez que si hay <strong>al</strong>go grande en esta amistad, ello no es solamente<br />

porque toca ciertos pliegues de lo humano y lo espiritu<strong>al</strong>, sino que esa grandeza se manifiesta en<br />

que ella no se sustrae a ciertas cosas que parecen como de destino. Por de pronto, la propia<br />

amistad, su nacimiento, su auge, su quiebre y su renacimiento, todo esto parece como destin<strong>al</strong>;<br />

pero también, como dijimos <strong>al</strong>guna vez, las equivocaciones, los accidentes, el azar, en fin, todo<br />

lo que tiene que ver con lo fortuito.<br />

<strong>En</strong> relación a esto fortuito me refiero <strong>al</strong> hecho de que la carta de febrero del 49 que tan<br />

ampliamente nos hemos detenido a an<strong>al</strong>izar, nunca llegó a su destinatario, lo cu<strong>al</strong>, podríamos<br />

suponer, se debe a que <strong>al</strong> parecer <strong>Heidegger</strong> estaba bajo vigilancia por parte de las autoridades<br />

francesas, y es probable que hayan hurgado en su correspondencia.<br />

No obstante esto, <strong>Heidegger</strong>, sin haber leído la mencionada carta, acusará recibo meses más<br />

tarde, más precisamente el 22.6.49.<br />

Escribiéndole desde Friburgo le dice entonces a <strong>Jaspers</strong> lo siguiente:<br />

"Ayer me dijo Heiss /antiguo <strong>al</strong>umno de <strong>Heidegger</strong> y Profesor de Psicología en la Universidad<br />

de Friburgo/ de que Ud. me habría escrito en febrero. Para mi pesar, esta carta no llegó.<br />

Ciertamente le habría contestado inmediatamente. De todos modos no es el primer caso en los<br />

últimos años que correo importante del extranjero no llega a mí".<br />

P 6<br />

<strong>En</strong> lo que sigue de esta carta, podemos reconocer como <strong>Heidegger</strong> da pie a la reanudación de la<br />

amistad entre ambos. Pues bien, el azar de que la carta de <strong>Jaspers</strong> nunca llegara a sus manos, da<br />

pie a una situación peculiar que tiene su exquisita gracia, y esto está representado por el hecho<br />

de que cada uno por separado dio el paso a esa reanudación. Ello es a t<strong>al</strong> punto así que ni<br />

siquiera cabe decir que <strong>al</strong>guno de los dos tiene el mérito de haber sido el primero. T<strong>al</strong> solo<br />

form<strong>al</strong>mente aparece <strong>Jaspers</strong> como el primero, pero en verdad no hay aquí nadie que lo sea<br />

propiamente.<br />

Terminemos hoy con la cita del pasaje de la carta de <strong>Heidegger</strong> que induce <strong>al</strong> renacimiento de la<br />

antigua filía:<br />

"Le agradezco de corazón por esta carta; que Ud. ha escrito es para mí una gran <strong>al</strong>egría. A<br />

través de todo extravío y confusión y una desazón tempor<strong>al</strong> la relación hacia Ud. ha<br />

permanecido intacta para mí, la cu<strong>al</strong> se fundó <strong>al</strong> inicio de nuestros caminos durante los años 20".<br />

P 7<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el próximo<br />

miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

69


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 263 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 17 de <strong>En</strong>ero del 2001 a las 16,45 hrs.<br />

Hemos visto como la amistad entre <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong> da pie a que se reanude a partir<br />

de una carta del primero <strong>al</strong> segundo de febrero de 1949. Pues bien, la amistad, cabe decir,<br />

efectivamente se reanuda con la respuesta del 22.6.49 de <strong>Heidegger</strong>, y esta tardanza en su<br />

respuesta se debe a <strong>al</strong>go que tendría que ver, <strong>al</strong> parecer, con el hecho de que las autoridades<br />

francesas de las fuerzas de ocupación tienen a <strong>Heidegger</strong> bajo vigilancia, y controlan su correo.<br />

Probablemente la carta de <strong>Jaspers</strong> tuvo que pasar por el examen de <strong>al</strong>gún funcionario, para que<br />

fin<strong>al</strong>mente fuera aprobada, lo que tardó <strong>al</strong>gunos meses.<br />

Si interpretamos esto, podríamos traer a colación la concepción del ser y del hombre que<br />

tiene <strong>Jaspers</strong>, en el sentido de que hay mundo y trascendencia.<br />

El mundo, del que se habla <strong>al</strong>lí tiene su organización determinada por el interés, la<br />

utilidad, la conveniencia, y otros, es decir, está determinado por condiciones.<br />

Por su parte, la trascendencia está pensada siempre desde el acto de trascender, y por<br />

ejemplo, en el ámbito ético se trata de que trascendemos hacia lo incondicion<strong>al</strong>, hacia lo que se<br />

sustrae a las condiciones en que siempre se está debatiendo el mundo.<br />

A su vez, el mundo está caracterizado porque en él se existe siempre en situaciones,<br />

supongamos situaciones de carácter económico, soci<strong>al</strong>, político, cultur<strong>al</strong>, y otros, mientras que<br />

cuando trascendemos lo hacemos hacia situaciones límites, y podríamos agregar, una amistad,<br />

como también un amor, únicamente se pueden re<strong>al</strong>izar desde una situación límite. Me refiero a<br />

que estas vivencias únicamente se viven de veras y propiamente desde lo que se sustrae a<br />

cu<strong>al</strong>quier condición impuesta por el mundo. <strong>En</strong> ellas no hay criterios de conveniencia ni de<br />

ninguna otra especie similar que expresen lo esenci<strong>al</strong> de ellas.<br />

P 1<br />

Volviendo <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> de nuestros pensadores, podemos decir que los avatares del<br />

mundo y las facilidades o, en este caso, dificultades que suele poner en la mejor re<strong>al</strong>ización de<br />

las relaciones humanas, han impuesto sus trabas en la reanudación de esta amistad. Y lo cierto es<br />

que esas trabas, esos obstáculos, podrían haber sido definitivos: supongamos que la carta de<br />

<strong>Jaspers</strong> nunca habría llegado a su destinatario, y que este simple hecho hubiera suscitado que<br />

ninguno de los dos hubiera dado un paso más para acercarse <strong>al</strong> otro: <strong>Jaspers</strong> porque <strong>Heidegger</strong><br />

no le contestó, y <strong>Heidegger</strong>, porque se quedó con la idea de que <strong>Jaspers</strong> nunca contestó su carta<br />

sobre Roma del año 36, lo que ya hemos visto, se debió también a eso que hemos llamado aquí<br />

una intervención del mundo y sus vicisitudes. <strong>En</strong> este caso, esas vicisitudes tienen que ver con el<br />

hecho de una carta extraviada.<br />

Esto nos lleva a otro de los aspectos de la noción jaspersiana de mundo, como que éste<br />

está siempre en ruinas. Desde luego, cabe aclarar de inmediato, que el mundo no es que esté en<br />

ruinas porque hay cartas extraviadas, porque el servicio de correos, y aunque se trate del servicio<br />

<strong>al</strong>emán de correos, no siempre funciona bien, sino porque cu<strong>al</strong>quier organización que haya<br />

habido, que haya actu<strong>al</strong>mente o que habrá en lo futuro nunca es perfecta, porque además en el<br />

mundo siempre ha habido crimen, discordia, violencia, guerras, hambre y desolación.<br />

70


Pero, claro está, la trascendencia hacia la que trascendemos en distintos ámbitos<br />

existenci<strong>al</strong>es, entre ellos, en la amistad no puede concebirse como <strong>al</strong>go separado, como ubicado<br />

en <strong>al</strong>gún ultramundo, sino que transcurre aquí y ahora, implicando esto que, si pensamos en la<br />

comunicación, suelen haber situaciones mundan<strong>al</strong>es que la interrumpen, y así también una<br />

amistad se puede interrumpir y fracasar por una carta extraviada.<br />

P 2<br />

Ahora bien, hemos dicho que en el hecho de que la carta de <strong>Jaspers</strong> de febrero del 49 no<br />

llegue a su destinatario es <strong>al</strong>go que tiene que ver con los avatares del mundo, pero junto con ello<br />

también, con lo fortuito.<br />

V<strong>al</strong>e la pena que nos detengamos a pensar sobre este punto, ya que en eso que llamamos<br />

lo "fortuito" se abre una ventana a lo que solemos llamar el "destino".<br />

Se trata en ello de que todo lo que está en dependencia nuestra, que se ajusta a nuestras<br />

decisiones y que podemos organizar, programar y producir, genera un orden, precisamente un<br />

orden que depende de nosotros. Por ejemplo, si decido hacer un viaje a un determinado lugar y<br />

efectivamente voy para <strong>al</strong>lá, como posteriormente si decido volver en t<strong>al</strong> fecha y lo hago, todo<br />

ello genera y está dentro de cierto orden. Y si, por el contrario, no emprendo el viaje t<strong>al</strong>, o lo<br />

postergo, o bien lo re<strong>al</strong>izo efectivamente, pero no vuelvo en la fecha programada, o postergo<br />

indefinidamente el regreso, o incluso, decido no volver nunca más de aquel lugar, cada una de<br />

esas posibilidades implica que he modificado el orden en el que en cada caso se debate mi<br />

existencia. Pero, en los ejemplos dados el mentado orden depende siempre de mí y aunque se<br />

trate de modificarlo.<br />

Pero, ¿qué pasa cuando lo programado es <strong>al</strong>terado, sin saber que ha habido en ello una<br />

<strong>al</strong>teración<br />

Volviendo a nuestro ejemplo: ¿qué pasa si yo - Karl <strong>Jaspers</strong> - le envío una carta a mi<br />

antiguo amigo Martin <strong>Heidegger</strong>, y esta carta no le llega por <strong>al</strong>gún motivo que desconozco, y<br />

más encima yo no se ni siquiera que no le llegó<br />

Es aquí donde podemos hablar de lo fortuito.<br />

P 3<br />

Pero eso - lo fortuito - da pie a que con ello abramos una ventana <strong>al</strong> destino.<br />

Mas, s<strong>al</strong>ta a la vista que se hace necesario hacer <strong>al</strong>guna distinción entre ambos términos.<br />

Ciertamente estamos ante un tema enorme que va más <strong>al</strong>lá de lo que podemos hacer<br />

aquí. Por eso, a continuación sólo <strong>al</strong>gunas indicaciones <strong>al</strong> respecto.<br />

Aristóteles ha pensado el azar en tanto (en latín 'casus') y , suerte o<br />

fortuna. A su vez, el azar se vincula con aquello que se supone no corresponde visiblemente a<br />

ninguna de las 4 causas que participan en cada fenómeno o acontecimiento (causa materi<strong>al</strong>,<br />

form<strong>al</strong>, eficiente y fin<strong>al</strong>), y en este sentido corresponde a lo accident<strong>al</strong>. Esto quiere decir que lo<br />

azaroso es lo excepcion<strong>al</strong>, lo que se aparta de lo que se espera que suceda, lo que tiene que ver<br />

con una estructura leg<strong>al</strong> que rige todo. Por ejemplo, es un accidente que yendo <strong>al</strong> ágora (la plaza<br />

pública) a comerciar aceite <strong>al</strong>guien me pague una deuda, o que el que construye una casa tenga<br />

la tez pálida, o una ardilla que come una mazorca.<br />

Se podría agregar relativamente a ello que una vez que sucede <strong>al</strong>go: que la ardilla<br />

efectivamente come una mazorca, aunque no sea lo que acostumbre, entonces esa situación de<br />

hecho, como toda situación, todo fenómeno, todo acontecimiento ya se rige por una necesidad, es<br />

decir, con ello rozamos el ingente problema del determinismo.<br />

71


Siguiendo con Aristóteles, lo que se le opone <strong>al</strong> azar es lo que ocurre por necesidad,<br />

, y ello a su vez se enmarca dentro del destino, el fatum, la , pero el punto<br />

está en que es t<strong>al</strong> el poder que esta última podría tener que precisamente lo que se nos presenta<br />

como azaroso podría estar, en verdad, regido por el destino.<br />

P 4<br />

Teniendo presente este pensamiento aristotélico, digamos, para los efectos de lo que<br />

aquí nos interesa, que lo fortuito puede ser de dos maneras:<br />

1.Como lo meramente azaroso. <strong>En</strong> este caso la fortuna se presenta como azar, y este<br />

último se acerca <strong>al</strong> probabilismo.<br />

2.Como destino, en el sentido de que, si bien <strong>al</strong>go es fortuito para nosotros, sin embargo<br />

obedece a un orden superior inaccesible, el cu<strong>al</strong> se ha estimado que t<strong>al</strong> vez sólo pitonisos,<br />

brujos, profetas o chamanes podrían intuir y dar a conocer y casi siempre a través de un lenguaje<br />

cifrado.<br />

Respecto de ambos sentidos de lo fortuito, como mero azar o como destino, depende<br />

siempre por cierto de cada situación y de cada uno en particular que digamos en cada caso que lo<br />

fortuito tiene más un sentido que otro. Es más, muchas veces lo que en principio se presenta para<br />

los otros como meramente azaroso, se nos aparece a nosotros como destino.<br />

P 5<br />

Y tres consideraciones más respecto de esta cuestión:<br />

1.Lo que es mero azar es <strong>al</strong>go que está en armonía con una visión empirista del mundo;<br />

parece ser que la experiencia no nos permite ir más <strong>al</strong>lá de reconocer que si <strong>al</strong>go ocurre, y<br />

aunque se trate de una probabilidad escasísima, es <strong>al</strong>go que siempre está dentro de cierto<br />

probabilismo estadístico.<br />

El destino, en cambio, ya la sola p<strong>al</strong>abra implica la apelación a <strong>al</strong>go transempírico, un<br />

orden superior que comanda las cosas, que es imposible demostrar, y esto explica su presencia<br />

en religiones, mitologías y leyendas.<br />

2.Expuesta esta distinción de esta forma y con t<strong>al</strong>es <strong>al</strong>cances, claramente se observa que<br />

únicamente reconocemos grandeza en lo fortuito cuanto es destin<strong>al</strong>, mientras que lo meramente<br />

azaroso, lo que es nada más el resultado de una cierta combinatoria de probabilidades, es <strong>al</strong>go<br />

llano, que se acerca a lo trivi<strong>al</strong>.<br />

3.Tendemos a reconocer la presencia del destino especi<strong>al</strong>mente en el orden de las<br />

relaciones humanas, ya que justamente en éstas estamos concientes de lo que depende de<br />

nosotros, y respecto de aquello que no depende de nosotros, y cuando ello a su vez trae<br />

repercusiones importantes o duraderas para nuestras vidas, tendemos a asociarlo con eso que<br />

llamamos el destino.<br />

¿Sería éste precisamente el caso que aquí nos interesa: que la carta de <strong>Jaspers</strong> no llegó a<br />

<strong>Heidegger</strong><br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

72


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 264 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 24 de <strong>En</strong>ero del 2001 a las 16,45 hrs.<br />

Hemos estado an<strong>al</strong>izando como en una relación humana, de amistad o de amor, o<br />

simplemente de conocimiento mutuo, hay muchas cosas que cada uno sabe o está conciente de<br />

ellas; me refiero a como cada uno se siente, las situaciones en que se desenvuelve, y otros. Pero,<br />

está claro que hay muchas situaciones que no dependen de uno u otro y que igu<strong>al</strong> pueden tener<br />

t<strong>al</strong> fuerza que determinan el curso futuro de la relación, como para que ésta se enriquezca, se<br />

empobrezca, sufra <strong>al</strong>gún traspié, o, si ha habido un distanciamiento, que se produzca entonces un<br />

reencuentro.<br />

Y, a propósito de ello, hemos definido como fortuito precisamente todo aquello que<br />

ocasiona sus efectos, aunque nosotros no lo hayamos previsto de ninguna forma.<br />

Lo fortuito nos ha conducido a su vez no solamente a hablar del azar y el probabilismo,<br />

sino también de su contrario: eso que solemos llamar "destino".<br />

P 1<br />

Pues bien, tanto el azar como el destino comparten aquello de lo imprevisible, mas el<br />

azar a secas corresponde <strong>al</strong> mero llano probabilismo, mientras que el destino lo relacionamos<br />

norm<strong>al</strong>mente con la intervención de <strong>al</strong>gún orden superior que dirige los asuntos humanos y<br />

cósmicos.<br />

Mas, existe una posibilidad intermedia que todavía no hemos res<strong>al</strong>tado, y ésta es la del<br />

determinismo (e incluyo en ello el determinismo científico). Ella supone, a diferencia del<br />

destino, que aunque no haya el sometimiento de la cadena de acontecimientos a un supuesto<br />

orden superior, igu<strong>al</strong> en un plano, diríamos puramente inmanente los acontecimientos se<br />

suponen por necesidad determinados, o más bien, pre-determinados.<br />

Éste es el caso de las concepciones filosóficas del determinismo, como la de Spinoza,<br />

por ejemplo, y de las que se presentan en la ciencia, como cuando Hawking dice que lo que uno<br />

está leyendo de su Historia del tiempo estaría necesariamente contenido en el big-bang.<br />

P 2<br />

Pues bien, estas disquisiciones a propósito del azar y del destino han sido a propósito de<br />

cómo en el <strong>epistolario</strong> entre estos dos grandes pensadores del siglo XX - <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong> -<br />

se hace presente aquello en distintas oportunidades, la última de las cu<strong>al</strong>es ha sido la <strong>al</strong>usiva a<br />

una carta de febrero de 1949, en la que <strong>Jaspers</strong> invita manifiestamente a una reanudación de su<br />

amistad con <strong>Heidegger</strong>, carta que este último nunca recibió, y se enteró meses más tarde a través<br />

de un amigo que <strong>Jaspers</strong> le había escrito. Esta toma de conocimiento induce a <strong>Heidegger</strong> a su<br />

vez a responderle a <strong>Jaspers</strong>, invitando él por su cuenta, y sin conocer el contenido de la carta<br />

anterior, a que efectivamente la amistad entre ambos se reanude.<br />

Hemos visto relativamente a estas consideraciones como cuando en una relación se hace<br />

presente lo fortuito, aquello que no depende de nosotros, y que trae vastas consecuencias futuras<br />

para esa relación, sobre todo positivas, tendemos a ver en esa relación <strong>al</strong>go especi<strong>al</strong>, en todo<br />

caso <strong>al</strong>go que la engrandece.<br />

73


Indiscutiblemente es lo que tienen que vivir dos personas, ligadas por un vínculo<br />

especi<strong>al</strong>, que se encuentran casu<strong>al</strong>mente en <strong>al</strong>gún lugar poco habitu<strong>al</strong> para ambos (en un país<br />

extranjero, en <strong>al</strong>gún lugar apartado de la natur<strong>al</strong>eza o en medio de una urbe entre varios millones<br />

de habitantes).<br />

Desde luego en esos encuentros siempre quedará la pregunta en el aire, si acaso él habrá<br />

sido mero azar probabilístico, y estadísticamente medible, o <strong>al</strong>go de aquello del destino, que<br />

nunca sabemos propiamente como definir y justificar apropiadamente.<br />

P 3<br />

Uno de los aspectos de las concepciones tradicion<strong>al</strong>es del azar y del destino que<br />

examinábamos (en particular Aristóteles) es que la afirmación del destino va aparejada con la<br />

idea de que éste está por sobre lo que superfici<strong>al</strong>mente percibimos como meramente azaroso. <strong>En</strong><br />

este sentido, los términos azar y destino, vistos desde la metafísica, se repelen; en otras p<strong>al</strong>abras,<br />

si los acontecimientos son azarosos, no tiene cabida el destino, y viceversa.<br />

Y es la segunda exclusión la que aquí nos interesa: si hay destino, no puede haber azar.<br />

Este interés especi<strong>al</strong> en esta última relación se debe a que en el terreno de las relaciones<br />

humanas, a lo que en principio se presenta como destin<strong>al</strong>, posteriormente le podemos encontrar<br />

<strong>al</strong>guna explicación. Por ejemplo, en el <strong>epistolario</strong> que examinamos, sucede que la carta de<br />

<strong>Jaspers</strong> no llega a su destinatario, porque <strong>al</strong> parecer las autoridades francesas la han requisado,<br />

en vistas de que <strong>Heidegger</strong> está en esos momentos bajo vigilancia.<br />

Así también, y entrando en el terreno de lo imaginario, podríamos elucubrar que a lo<br />

mejor doña Gertrud, la mujer de <strong>Jaspers</strong>, o doña Elfride, la mujer de <strong>Heidegger</strong>, por distintos<br />

motivos que no es el caso traer a colación, hubieran hecho desaparecer la t<strong>al</strong> carta.<br />

Sin embargo, la cuestión está en que cu<strong>al</strong>quier explicación de ese hecho, que supone una<br />

relación caus<strong>al</strong>, no le resta legitimación a un supuesto ordenamiento superior de los<br />

acontecimientos por parte de aquello tan peculiar: el destino.<br />

Y nótese que en lo anterior soterráneamente se introduce un nuevo elemento de análisis:<br />

la caus<strong>al</strong>idad, precisamente en el sentido de que no solamente tendemos a subsumir el azar, sino<br />

incluso los nexos empíricos caus<strong>al</strong>es bajo la regencia siempre enigmática del destino.<br />

P 4<br />

Ya hemos visto que a pesar de la no llegada de la carta a su destinatario, la amistad en<br />

definitiva se reanuda con la respuesta de <strong>Heidegger</strong> meses más tarde - el 22.6.49 -, la que se<br />

debe a que un amigo le dijo que <strong>Jaspers</strong> le había escrito.<br />

El pasaje seguramente más significativo a través del cu<strong>al</strong> <strong>Heidegger</strong> promueve esta<br />

reanudación es el siguiente, que es particularmente bello:<br />

"Le agradezco de corazón por esta carta; que Ud. ha escrito es para mí una gran <strong>al</strong>egría.<br />

A través de todo extravío y confusión y una desazón tempor<strong>al</strong> la relación hacia Ud. ha<br />

permanecido intacta para mí, la cu<strong>al</strong> se fundó <strong>al</strong> inicio de nuestros caminos durante los años 20.<br />

Desde que espaci<strong>al</strong>mente nos acercáramos más aún /la distancia entre Basilea, donde está<br />

<strong>Jaspers</strong> desde el 47 y Friburgo es apenas de unos 70 kms./ he sentido la distancia como tanto<br />

más dolorosa".<br />

P 5<br />

Respecto de lo que sigue de la carta cabe hacer notar que por de pronto hay en ella<br />

también una incitación a la vieja idea de los años 20, época del florecimiento de la amistad de<br />

ambos, de una "sociedad de lucha", y asociado con ella, se presentan varios de los aspectos<br />

74


descollantes del pensar heideggeriano de esos años, que remiten especi<strong>al</strong>mente a escritos como<br />

"Esclarecimientos sobre la poesía de Hölderlin de 1944, y El origen de la obra de arte, que ya<br />

es del año siguiente a nuestra carta - 1950 -: me refiero a la comunión que habría entre pensar y<br />

poetizar. Escuchemos:<br />

"Los guardianes del pensamiento son sólo pocos en la creciente penuria mundi<strong>al</strong> del<br />

pensamiento; a pesar de ello tienen que resistir contra el dogmatismo de cu<strong>al</strong>quier tipo, sin<br />

contar con un efecto. La opinión pública mundi<strong>al</strong> y su organización no es el lugar en el cu<strong>al</strong> se<br />

decide la esencia del hombre. / No hay que hablar de soledad. Pero, igu<strong>al</strong> ella permanece como<br />

el único lugar en el que pensadores y poetas están-en el ser, de acuerdo a sus capacidades<br />

humanas. / Desde este lugar le s<strong>al</strong>uda afectuosamente. <strong>Heidegger</strong>".<br />

P 6<br />

Ya con ello tiene lugar lo que propiamente podemos llamar un renacimiento de la<br />

amistad , y tan pronto tres días más tarde, el 25 de junio, habiendo en todo caso recién recibido<br />

la carta de <strong>Heidegger</strong>, <strong>Jaspers</strong> le contesta diciéndole que él a su vez se <strong>al</strong>egra de que su amigo<br />

estime que la amistad entre ambos se ha conservado intacta, y agrega a ello que "¡Oj<strong>al</strong>á eso<br />

tenga consecuencias".<br />

Junto con ello, aprovecha <strong>Jaspers</strong> de adjuntar la carta de febrero del 49, aquella que no<br />

había llegado a su destinatario, de la que conservaba una copia (que le pidió a Gertrud que a su<br />

vez copiara mecanográficamente).<br />

Recordemos que en esa carta <strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong>udía a cosas de cierto grueso c<strong>al</strong>ibre como aquel<br />

nefasto Informe sobre Baumgarten que <strong>Heidegger</strong> habría redactado. Vistas las cosas desde este<br />

ángulo, la posible, o más bien, probable, o incluso improbable respuesta de <strong>Heidegger</strong><br />

representaba, por ello mismo, una incógnita.<br />

Perfectamente podría haber sucedido que <strong>Heidegger</strong> con esa <strong>al</strong>usión y otras más hubiere<br />

preferido abortar esta renaciente amistad ahí mismo (lo que no habría constituido el primer<br />

quiebre en ella).<br />

Pero <strong>Heidegger</strong> responde, y pronto, unos días más tarde, el 5.7.49 en pleno verano. Esta<br />

sola respuesta ya constituye <strong>al</strong>go destacable. Más aún, él da <strong>al</strong>lí una explicación de la razón por<br />

la que ha tardado su respuesta, no obstante apenas han pasado 10 días. Ello se debe a que se<br />

encuentra en esos momentos en su cabaña de Todtnauberg y el correo tarda en llegar hasta <strong>al</strong>lí.<br />

Al mismo tiempo, hay en ella un acuse de recibo de aquella crítica carta adjunta de<br />

febrero del 49, en la que observábamos en su oportunidad como <strong>Jaspers</strong> se debate entre una<br />

explicación que le solicita a <strong>Heidegger</strong> sobre su actuación durante los duros años del nazismo y<br />

paradoj<strong>al</strong>mente acepta que éste último podría no dársela.<br />

Pues bien, en esta respuesta de <strong>Heidegger</strong> del 5.7 hay <strong>al</strong>usiones a esos años, y a la vez<br />

un <strong>al</strong>cance directo sobre la cuestión de la explicación, en lo que parece tener presente el propio<br />

pensamiento de <strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong> respecto: que las explicaciones no explican nada.<br />

P 7<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el próximo<br />

miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

75


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 265 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 31 de <strong>En</strong>ero del 2001 a las 16,45 hrs.<br />

Hay un aspecto del <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong> que hasta ahora no hemos considerado<br />

y es el hecho de que se trata de dos grandes pensadores que, de una u otra forma, saben que sus<br />

respectivas cartas es muy probable que <strong>al</strong>guna vez se conocerán y se publicarán.<br />

Y ocurre que una de las características de las cartas que hasta ahora también hemos<br />

pasado por <strong>al</strong>to, es la intimidad. <strong>En</strong> efecto, en las cartas se suele incluso expresar lo que cara a<br />

cara no nos decimos. La carta se arriesga a una exploración de sí mismo, a veces también del<br />

otro, del destinatario, o de otras personas a las que se hace <strong>al</strong>usión. Sucede pues que en las cartas<br />

nos atrevemos a decir cosas que norm<strong>al</strong>mente no decimos.<br />

Pues bien, ¿qué sucede entonces, si estoy conciente de que la carta que estoy ahora<br />

escribiendo será <strong>al</strong>guna vez dada a conocer; es más, será incluso examinada e interpretada, así<br />

como lo estamos haciendo desde <strong>al</strong>gún tiempo en lo que se refiere a este <strong>epistolario</strong>.<br />

Esta consideración introduce indudablemente cierto factor que podríamos llamar de<br />

distorsión en un <strong>epistolario</strong>, el cu<strong>al</strong> se debe <strong>al</strong> hecho de que hay en él desde ya planteado aquí un<br />

riesgo de pérdida de la intimidad.<br />

Y el señ<strong>al</strong>ado factor de distorsión tiene que ver ciertamente con la fama: es un factor que<br />

puede afectar justamente <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> de dos personajes públicos, más aún, conocidos<br />

mundi<strong>al</strong>mente, como es el caso de los pensadores en cuestión.<br />

La carta de un estudiante a su pareja que estudia en una universidad de una ciudad<br />

apartada norm<strong>al</strong>mente no conlleva ningún peligro de pérdida de la intimidad. Y esto no se debe<br />

a que podría haber una pérdida de ella, porque, supongamos la madre de ella ha leído una de<br />

estas cartas, siendo como es de natur<strong>al</strong>eza inquisidora y dominante, y además por estar en<br />

desacuerdo con esta relación, sino en razón de que esas cartas <strong>al</strong> momento mismo de escribirlas,<br />

no se han escrito en absoluto teniendo de <strong>al</strong>guna manera presente que éstas <strong>al</strong>guna vez serían<br />

leídas por un público ávido de conocer su contenido.<br />

Y, siguiendo aún más con lo que concierne a este factor de distorsión que acarrea<br />

consigo el riesgo de la pérdida de la intimidad, y junto con ello, de la espontaneidad e incluso,<br />

hasta cierto punto, de la autenticidad de una carta, podemos preguntarnos acerca de la razón de<br />

ser, por ejemplo, de que tanto <strong>Jaspers</strong> como <strong>Heidegger</strong> hayan conservado una carpeta de su<br />

<strong>epistolario</strong>, que además en la carpeta de <strong>Jaspers</strong> encontremos borradores de carta y, más aún,<br />

copias de las cartas enviadas a su par<br />

A su vez, a partir de estas consideraciones, ¿no sucede además que los contenidos de las<br />

cartas, quizás cada frase están también determinados por esta ventana abierta <strong>al</strong> público Es más<br />

que probable que así sea.<br />

Sin embargo, si bien puede haber un estado conciente respecto del público, de la<br />

publicidad y del hacerse pública una relación epistolar, cabe hacer <strong>al</strong>gunas aclaraciones <strong>al</strong><br />

respecto que, sea como fuere, ello no obsta necesariamente a la señ<strong>al</strong>ada pérdida de la intimidad,<br />

como tampoco de la espontaneidad o de la autenticidad.<br />

76


Más bien, hay que decir a propósito de ello, que desde luego el señ<strong>al</strong>ado factor de<br />

distorsión está y, más todavía, en muchos casos puede darse, pero ello no es estrictamente<br />

necesario.<br />

Con el fin de an<strong>al</strong>izar este punto, absolutamente necesario de atender a la hora de hacer<br />

un análisis, como el que hacemos, del <strong>epistolario</strong> de estos pensadores, cabe aducir que, por de<br />

pronto, la intimidad es un concepto que suele no ser suficientemente comprendido. Lo cierto es<br />

que la intimidad, por ejemplo, de una carta ante todo radica en que en ella se expresan<br />

contenidos, emociones, sentimientos, pensamientos person<strong>al</strong>es acerca de uno mismo, de otras<br />

personas o situaciones, pero, y esto es lo más importante, ellos no necesariamente pierden ese<br />

carácter, en primer lugar, porque se den a conocer, y, en segundo lugar, ni siquiera porque <strong>al</strong><br />

momento de escribir esos contenidos yo esté conciente que ellos serán dados a conocer<br />

posteriormente.<br />

Hemos dicho que el riesgo, el peligro de ello está, pero no esto no involucra una<br />

necesidad.<br />

Lo que estamos diciendo aquí respecto de la intimidad supone <strong>al</strong>go muy especi<strong>al</strong> y que<br />

t<strong>al</strong> vez se puede hacer más entendible en distintas situaciones: por ejemplo, el beso que se da en<br />

una plaza pública no deja de ser un beso íntimo porque haya sido dado precisamente <strong>al</strong>lí y la<br />

pareja del beso sepa de antemano que están rodeados de gente. No, la intimidad radica<br />

precisamente en esa presencia de la interioridad de cada cu<strong>al</strong> <strong>al</strong> momento de darse el beso, que<br />

ambos lo estén verdaderamente sintiendo.<br />

Es así como el beso no porque se de en una plaza deja de ser íntimo, como tampoco<br />

pierde con ello necesariamente su carácter de espontaneidad y autenticidad.<br />

Despejado este punto, corresponde agregar que el factor de distorsión del que hemos<br />

hablado no se limita ciertamente <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> de dos personajes públicos, sino, sin duda <strong>al</strong>guna,<br />

a todos sus actos.<br />

El Presidente de una nación sabe de antemano que cada uno de sus actos, sus p<strong>al</strong>abras,<br />

sus movimientos, sus gestos están siendo sopesados, an<strong>al</strong>izados e interpretados en todo<br />

momento, si acaso se lleva de ellos <strong>al</strong>gún registro, y aunque el Presidente en cuestión esté<br />

durmiendo. Basta con que haya en la cercanía una cámara que lo filma en el acto de dormir, para<br />

que ulteriormente, <strong>al</strong> s<strong>al</strong>ir esa filmación a la luz pública, comience ese proceso de aquilatamiento<br />

y análisis de porque el Presidente duerme así, supongamos boca arriba, o porque ronca tan<br />

fuerte, o porque precisamente en esa hora que no es la hora en que se acostumbra dormir, etc.<br />

<strong>En</strong> todo caso, quizás el ejemplo que ponemos aquí del dormir no sea muy apropiado<br />

desde el momento que se trata de un acto que por definición no es conciente. Pero, entonces<br />

limitémoslo <strong>al</strong> hecho de que <strong>al</strong> momento de dormir el Presidente en cuestión sabe que está<br />

siendo filmado en ese acto, no por ello necesariamente el ponerse en disposición a dormir habrá<br />

por ello de dejar de ser un acto espontáneo y, en cierto sentido, auténtico.<br />

Lo que estamos an<strong>al</strong>izando nos conecta, en rigor, con el tema que hemos desarrollado en<br />

nuestro anterior Ciclo sobre la razón de ser. Se trata de que norm<strong>al</strong>mente el hombre actúa<br />

movido por una razón suficiente, que llamábamos "existenci<strong>al</strong>" en lo que hace y deja de hacer, y<br />

agregábamos en su oportunidad que precisamente en este sentido el hombre se comporta como<br />

77


su fuera el Presidente de una nación. Hay una razón suficiente para que en estos momentos vaya<br />

para <strong>al</strong>lá o para otro lado, o incluso en definitiva desista de ir. Hay una razón suficiente para<br />

decir lo que decimos, preocuparnos por <strong>al</strong>go, apoyar una causa, trabajar, luchar o viajar.<br />

Decíamos entonces también que el hombre, y sobre todo el hombre contemporáneo, está<br />

bajo el agobio de esa razón suficiente existenci<strong>al</strong>, encontrando pocos espacios para vacar de ella.<br />

Mas, el punto está en que de todos modos esas posibilidades de vacar de la razón suficiente, de<br />

ponerla en suspenso, efectivamente los hay.<br />

Y estas posibilidades de ese vacar o suspender tienen que ver con aquellos actos que<br />

podríamos llamar de "entrega". <strong>En</strong> otras p<strong>al</strong>abras, cuando nos entregamos a <strong>al</strong>go, sin mediar en<br />

ello la razón suficiente que ello tendría. Estos serían los actos más radic<strong>al</strong>es a través de los<br />

cu<strong>al</strong>es verdaderamente crecemos y hacen posible lo que podemos llamar una experiencia, es<br />

decir, tener una experiencia con <strong>al</strong>go. Por ejemplo, si leo un libro, el libro no lo leo propiamente<br />

si acaso le estoy encontrando permanentemente una razón suficiente <strong>al</strong> leerlo más bien que no<br />

leerlo. El libro en cuestión únicamente lo leo cuando me entrego a leerlo, esto es, fluyo con su<br />

lectura, lo que me lleva t<strong>al</strong> vez incluso a no darme cuenta de donde estoy o qué hora es mientras<br />

lo leo.<br />

Asimismo, podríamos decir ese acto de entrega tiene que determinar nuestro mirar, oír, e<br />

incluso hasta el pensar mismo. <strong>En</strong> efecto, yo no puedo de veras oír, escuchar la Dichterliebe,<br />

Amor del poeta de Robert Schumann si no me entrego a oírlo, como tampoco puedo mirar, ver la<br />

escultura "Los burgueses de C<strong>al</strong>ais" de Auguste Rodin, sino no me entrego a ver ese conjunto. E<br />

indudablemente cabe decir también que el pensador verdaderamente piensa cuando se entrega a<br />

pensar, cuando los pensamientos, en cierto modo, él los ve pasar delante de sí, cab<strong>al</strong>gando como<br />

en una película.<br />

Y volviendo sobre el <strong>epistolario</strong> de nuestros pensadores, hagamos fe de que, a pesar de<br />

tanta publicidad y de su consiguiente factor de distorsión, ellos verdaderamente se entregaron a<br />

ese <strong>epistolario</strong>.<br />

Mientras no se justifique encontrar <strong>al</strong>gún punto en el que la intimidad, la espontaneidad<br />

y la autenticidad de ese <strong>epistolario</strong> se ha perdido, debemos pues fiarnos de que ellas<br />

efectivamente están presentes, y si hemos de resumir todo ello en una sola p<strong>al</strong>abra, digamos que<br />

estaría presente la veracidad.<br />

P 7<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el próximo<br />

miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

78


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 266 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 7 de Marzo del 2001 a las 16,45 hrs.<br />

Hemos visto como en el reinicio de la amistad entre <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong> en 1949 lo que<br />

está en juego es una explicación que <strong>Jaspers</strong> espera de <strong>Heidegger</strong> acerca de su actuación en los<br />

años del nazismo. Pero, <strong>al</strong> mismo tiempo, se trata de una explicación que, si éste último no la da,<br />

<strong>Jaspers</strong> igu<strong>al</strong>mente lo aceptaría, de t<strong>al</strong> manera que hay en esto un vaivén entre una explicación<br />

que se espera y no se espera.<br />

Como <strong>Jaspers</strong> ha adjuntado una carta que no había llegado a su destinatario, en la que<br />

hace <strong>al</strong>usión a esa actuación de <strong>Heidegger</strong> dentro del nazismo, lo cierto es que ello ha<br />

conllevado el riesgo de que el pensador de Friburgo habría podido no contestarle. Mas, no<br />

obstante lo anterior, le contesta y, más aún hace <strong>al</strong>gunas referencias sobre el punto que en<br />

especi<strong>al</strong> le preocupa a su amigo, cu<strong>al</strong> es que <strong>Heidegger</strong> no volvió a dirigirse y aparentemente<br />

tampoco a preocuparse más por él, y su suerte.<br />

<strong>En</strong> esa carta del 5.7.49 parte <strong>Heidegger</strong> por afianzar la amistad entre ambos, diciendo:<br />

"A lo largo de todos estos años he tenido la certeza que la relación entre los puntos<br />

nodulares de nuestras existencias pensantes sería inamovible".<br />

P 1<br />

Y luego la carta se vuelve más compleja, precisamente por entrar en el terreno de esa<br />

explicación esperada por su amigo radicado ya en Basilea. <strong>En</strong> concordancia con ello, la carta<br />

sigue en el siguiente tenor:<br />

"Pero, no encontré más el camino para el diálogo. Éste me fue más difícil aún desde que<br />

a comienzos de 1934 me fui a la oposición e internamente me desligué de lo universitario;<br />

porque la desorientación iba en aumento".<br />

Aquí encontramos pues el inicio, o más bien quizás tan sólo el fragmento de aquella<br />

explicación, y que tendría que ver con la <strong>al</strong>udida desorientación, suscitada por la confusión<br />

reinante.<br />

<strong>En</strong>contramos en las últimas p<strong>al</strong>abras de <strong>Heidegger</strong> un aspecto muy significativo, y es<br />

que él entiende y enjuicia su propia actuación política en el sentido de que ya desde muy<br />

temprano - desde 1934 - se fue a la oposición.<br />

Esto es <strong>al</strong>go digno de mención en contraste con la interpretación de la relación entre<br />

<strong>Heidegger</strong> y el nazismo hecha por Víctor Farías, en la que, sin la consideración de distintos<br />

matices, se nos propone a un <strong>Heidegger</strong> que fue simplemente nazi.<br />

P 2<br />

Lo mismo cabe decir de la última biografía, recientemente aparecida Un maestro de<br />

Alemania. Martin <strong>Heidegger</strong> y su tiempo, de Rüdiger Safranski. <strong>En</strong> la Reseña que hace Richard<br />

Rorty, el filósofo norteamericano, en la Revista "Artes y Letras" del Diario "El Mercurio" del<br />

24.12.2000, se presenta un <strong>Heidegger</strong> <strong>al</strong> modo de <strong>al</strong>guien que simplemente fue nazi, y se lo trata<br />

más encima de "resentido, poco generoso, desle<strong>al</strong> y mendaz" (sin justificar en absoluto tamaños<br />

epítetos).<br />

79


Me parece que este tipo de aseveraciones que proviene de un exceso de escritos que ha<br />

habido sobre este tema, simplemente raya en el sensacion<strong>al</strong>ismo (y por eso también que las<br />

Editori<strong>al</strong>es publican este tipo de textos y sus correspondientes traducciones con una celeridad<br />

desacostumbrada).<br />

Pues bien, aquí en nuestro <strong>epistolario</strong> encontramos <strong>al</strong>gunos puntos que apuntan en una<br />

dirección claramente contraria a ese especie de simplismo que se ha escurrido de que <strong>Heidegger</strong><br />

habría sido simplemente nazi.<br />

P 3<br />

Aquilatadas las cosas así, cabe decir que esta carta constituye un documento importante<br />

para entender apropiadamente la compleja cuestión de la relación entre <strong>Heidegger</strong> y el nazismo.<br />

Y lo cierto es que no tenemos ningún motivo como para dudar de la buena fe de<br />

<strong>Heidegger</strong> <strong>al</strong> considerar que su actuación en el nazismo tendría dos etapas:<br />

1. La primera muy breve del año 33 del <strong>Heidegger</strong> identificado con el movimiento<br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista, o más bien con lo que él percibía como t<strong>al</strong> (en este sentido, se ha hablado de<br />

un "nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo privado" de <strong>Heidegger</strong>). <strong>En</strong> esta etapa se incluye su rectorado. No hay<br />

referencias de su adhesión <strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo que sean anteriores <strong>al</strong> 33.<br />

2. La segunda y muy larga etapa que se hace efectiva a partir de la renuncia de<br />

<strong>Heidegger</strong> <strong>al</strong> rectorado.<br />

Como ya se adelantara, ciertamente estamos aquí ante un tema tremendamente<br />

complejo, y no es éste el lugar de examinarlo a fondo, sino únicamente destacar esta<br />

autopercepción de <strong>Heidegger</strong> relativamente a él.<br />

Tan sólo cabe agregar aquí que su actuación posterior <strong>al</strong> 34 está en concordancia con esa<br />

percepción de ser él de la oposición, y no de la posición, ya que, por ejemplo, en sus Lecciones<br />

sobre Nietzsche de los años 36-37 hará osadas críticas <strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo.<br />

P 4<br />

Y continúa la carta de julio del 49:<br />

"El que no la ha experimentado person<strong>al</strong>mente /la desorientación/ como un destino<br />

compartido con su mujer, no lo puede saber /lo que esa desorientación significa/. Que nuestro<br />

hijo mayor lleva ya 5 años como prisionero en Rusia, estando más amenazado aun por su<br />

nombre y origen - el más jóven fue dispensado por enfermedad en 1947 - representa <strong>al</strong>gunos<br />

presupuestos para interiorizarse del saber acerca de <strong>al</strong>gunas cosas".<br />

<strong>En</strong> esto se presenta otro aspecto de lo que podríamos seguir considerando en la línea del<br />

inicio de una explicación de <strong>Heidegger</strong>, y que en este caso tiene que ver con el hecho de que a él<br />

también le ha tocado su parte, y muy dura, y también como consecuencia de todo lo que trajo<br />

consigo el nazismo, por de pronto la guerra, y a su vez las consecuencias de ésta. <strong>En</strong> este caso<br />

hay una <strong>al</strong>usión a Jörg, el hijo mayor todavía prisionero y Hermann, el menor, ya liberado.<br />

Y precisamente el propio <strong>Heidegger</strong>, acto seguido, confirma este supuesto de que se<br />

sigue tratando de aquella explicación esperada, <strong>al</strong> agregar lo siguiente:<br />

"Si acaso no entro ahora en explicaciones sobre su primera carta, no quiero con ello<br />

pasar nada por <strong>al</strong>to. El mero explicar se vuelve de inmediato torcido, <strong>al</strong> extenderse a lo sin fin".<br />

P 5<br />

<strong>En</strong> primer lugar, cabe destacar aquí el acuse de recibo de aquella carta crítica de <strong>Jaspers</strong><br />

de febrero del 49, precisamente porque se <strong>al</strong>ude a una explicación.<br />

80


Pues bien, en lo que hemos leído se encuentra el inicio, o como decíamos antes,<br />

fragmentos de una explicación. Y el carácter fragmentario de ésta se debe a lo que agrega<br />

<strong>Heidegger</strong> a continuación, cuando dice que: "El mero explicar se vuelve de inmediato torcido, <strong>al</strong><br />

extenderse a lo sin fin".<br />

Podríamos decir que en esa frase hay un gesto de retirada, en la medida que <strong>Heidegger</strong><br />

toma conciencia de que él en verdad ha iniciado una explicación, pero que ya más <strong>al</strong>lá de lo<br />

dicho (lo del cautiverio de sus hijos) lo que seguiría sería una explicación sin fin. <strong>En</strong> otras<br />

p<strong>al</strong>abras, lo que se torna manifiesto aquí es que las explicaciones no explican nada.<br />

Y lo que sigue, continúa teniendo esta singular carácter de señ<strong>al</strong>es o de guiños que<br />

apuntan a lo complejo del asunto que está envuelto, y que tiene que ver ni más ni menos que con<br />

el estado actu<strong>al</strong> de las cosas y con el futuro de la humanidad. <strong>En</strong> esto se manifiesta ya un<br />

<strong>Heidegger</strong> con un sentido muy escéptico que mantendrá hasta el fin<strong>al</strong> (incluso en su entrevista<br />

póstuma dada a la Revista "Der Spiegel", y titulada "Ya sólo un dios puede s<strong>al</strong>varnos". Él ve en<br />

la actu<strong>al</strong>idad y en el futuro un aplanamiento, y junto con ello, la pérdida de toda origin<strong>al</strong>idad y<br />

autenticidad. Y ello tiene que ver con un momento <strong>al</strong> que se ha llegado, en el que por lo menos<br />

cabe decir:<br />

"¡La confrontación con el infortunio <strong>al</strong>emán y su entramado histórico-mundi<strong>al</strong>-moderno<br />

persistirá durante el resto de nuestras vidas!".<br />

P 6<br />

<strong>Heidegger</strong> hace <strong>al</strong>usión en lo que sigue a los siguientes 3 siglos que serían de<br />

devastación. <strong>En</strong> ello se hace presente, como ya decíamos, aquella antigua idea de una "sociedad<br />

de lucha", <strong>al</strong> hablar de la comunidad de sus respectivos pensamientos, que radica en <strong>al</strong>go más<br />

profundo que lo que circula <strong>al</strong> corriente y que es incierto si acaso ese común pensar subsiste a<br />

aquel futuro aciago.<br />

Hay aquí pues una percepción, que, por lo demás, en buena medida será compartida por<br />

<strong>Jaspers</strong> (así en ¿Hacia dónde se encamina la República Feder<strong>al</strong>) de que la s<strong>al</strong>ida de la<br />

situación en que se encontraba Alemania y el mundo no ha sido la más apropiada y que igu<strong>al</strong><br />

viene un tiempo de nivelación y de uniformización de todo (lo que t<strong>al</strong> vez aparece en <strong>Heidegger</strong><br />

con el tono más sombrío aun de la "devastación").<br />

Hacia fin<strong>al</strong>es de la carta leemos todavía: "La ola del dolor aumenta; el hombre se vuelve<br />

<strong>al</strong> mismo tiempo más superfici<strong>al</strong>".<br />

An<strong>al</strong>izando el conjunto de la carta, lo que tiene que haberle resultado muy atractivo a<br />

<strong>Jaspers</strong> de su amigo, es en primer lugar que le haya contestado, a pesar de la dura carta de<br />

febrero; en segundo lugar, esta apertura de <strong>Heidegger</strong> a su propio dolor; y, en tercer lugar, el<br />

verlo en ese gesto de retirada. Así dice en un pasaje: "Tengo la sensación de crecer tan sólo en<br />

las raíces y no más en las ramas", y luego <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> la <strong>al</strong>usión a la decisión a permanecer en la<br />

cabaña de Todtnauberg hasta la entrada del invierno, en vistas de como el saber se congenia con<br />

la tranquilidad del lugar, la stabilitas loci.<br />

P 7<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo miércoles a las 16,45 hrs. con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

81


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 267 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 14 de Marzo del 2001 a las 16,45 hrs.<br />

<strong>En</strong> el mismo año (1949) en el que se suceden las cartas entre <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong> que estamos<br />

examinando, a partir de las cu<strong>al</strong>es se ha reanudado esta amistad Hannah Ahrendt hace su<br />

primera visita, viniendo desde New York a Suiza y a Alemania, en particular a <strong>Jaspers</strong> en<br />

Basilea, y a <strong>Heidegger</strong> en Friburgo, después de la etapa del nazismo y la guerra.<br />

Detengámosnos a tomar en consideración <strong>al</strong>gunos de los rasgos más sobres<strong>al</strong>ientes de este<br />

personaje que tras años de exilio hace una visita a estos dos grandes pensadores.<br />

Los comienzos, y como veremos no sólo los comienzos, de la vida de Hannah, que nace en<br />

1906 en Hannover y luego junto a su familia se trasladan a Königsberg, fueron difíciles.<br />

Su padre, Max Arendt, de origen judío, contrajo la sífilis y la pequeña Hannah desde muy niña<br />

en tuvo por ello una temprana relación con la muerte, <strong>al</strong> ver como su padre se iba<br />

descomponiendo. Su padre muere fin<strong>al</strong>mente cuando ella tiene apenas 6 años.<br />

Asimismo, desde temprano tuvo plena conciencia de lo que significa ser judía. Su abuelo<br />

materno, Jakob Cohn había huído de Rusia debido a las leyes antijudías del Zar Nicolás.<br />

P 1<br />

<strong>En</strong> 1964 dirá a propósito de como vivió su condición de ser judía en aquel tiempo:<br />

"Cuando, por ejemplo, se hacían <strong>al</strong>usiones antisemitas por parte de mis profesores - la mayoría<br />

de las veces no en relación a mí, sino en relación a otras <strong>al</strong>umnas judías, por ejemplo, <strong>al</strong>umnas<br />

judías del Este -, entonces se me había señ<strong>al</strong>ado levantarme inmediatamente, abandonar la clase,<br />

y hacer minuciosamente un protocolo. <strong>En</strong>tonces escribía mi madre una de sus tantas cartas, y el<br />

asunto estaba para mí concluido. Tenía un día libre, y eso estaba muy bien. Mas, si <strong>al</strong>usiones<br />

semejantes provenían de niños, no debía contarlo en casa. Eso no v<strong>al</strong>ía. Con respecto a lo que<br />

proviene de los niños, relativamente a ello uno se defiende sola. Y así estas cosas no fueron para<br />

mí nunca un problema. Había reglas de conducta, gracias a las cu<strong>al</strong>es podía conservar mi<br />

dignidad y estaba protegida, absolutamente protegida en la casa" (p. 15).<br />

Desde luego, posteriormente con la llegada del nazismo yo hubo más esa protección del hogar<br />

materno, y en ningún caso la podría haber habido desde el momento que ese mismo hogar estaba<br />

amenazado en su existencia.<br />

Aparte de su origen judío, que como bien sabemos, es es una impronta del destino que suele<br />

regir el curso de toda una vida, y así fue también en el caso de Hannah, recibió a temprana edad<br />

la influencia de la soci<strong>al</strong>-democracia <strong>al</strong>emana del momento, a la que adhería fervientemente su<br />

madre, organizando encuentros de discusión política en su casa. Del mismo modo Rosa<br />

Luxemburgo, sobre quien más tarde Hannah escribiría, estaba muy presente, por cuanto era una<br />

figura muy admirada por su madre.<br />

De todos modos, Hannah era bastante ajena a esta presencia de la deliberación política, y ya<br />

desde los 14 años la encontramos leyendo la Crítica de la razón pura y La religión dentro de los<br />

82


límites de la razón de Kant, Kierkegaard y la recientemente aparecida Psicología de las<br />

concepciones del mundo de Karl <strong>Jaspers</strong>. 3<br />

Una vez completada la enseñanza secundaria, la encontramos en Berlin, siguiendo el Curso<br />

"Del espíritu de la liturgia" de Romano Guardini, el cu<strong>al</strong> ejercía una poderosa influencia sobre la<br />

juventud. P 2<br />

Ya por ese tiempo circulaban los nombres de <strong>Jaspers</strong> y de <strong>Heidegger</strong> como las grandes<br />

promesas de la filosofía <strong>al</strong>emana, y en razón de ello Hannah dirige primero sus pasos a la<br />

Universidad de Marburgo, año 1924, donde seguirá cursos con <strong>Heidegger</strong> y con el teólogo<br />

Bultmann.<br />

A <strong>Heidegger</strong> Hanna lo conoció el 24 en Marburgo, cuando él tenía 35 y ella apenas 18 años.<br />

Fueron amantes: profesor y <strong>al</strong>umna. <strong>Heidegger</strong> dirá más tarde que ella fue la pasión de su vida,<br />

lo que, podríamos agregar se refleja además en el hecho de encontrarse en esos años de<br />

Marburgo preparando la que habrá de ser su obra capit<strong>al</strong> - Ser y tiempo -.<br />

Lo cierto es que Hannah era no sólo bellísima, sino dotada <strong>al</strong> mismo tiempo de un espíritu muy<br />

elevado.<br />

El germanista y compañero de estudio de esos años Benno von Wiese dirá años más tarde en su<br />

autobiografía titulada Yo cuento mi vida:<br />

"Lo que más sobres<strong>al</strong>ía de ella era la fuerza sugestiva que emanaba de sus ojos. Uno se<br />

sumergía en ellos y había que temer no s<strong>al</strong>ir más a flote" (p. 21).<br />

Y el filósofo Hans Jonas, también compañero en la universidad y amigo de toda la vida, sobre<br />

ella:<br />

"Tímida, volcada hacia sí misma con rasgos faci<strong>al</strong>es y ojos sollitarios que llamaban la atención,<br />

res<strong>al</strong>taba inmediatamente como 'extraordinaria' y 'única' de una manera que entonces resultaba<br />

indefinible" (p. 7). P 3<br />

Leamos una carta de Martín a su amada, <strong>al</strong> parecer escrita desde Todtnauberg:<br />

"Querida Hanna. / Te agradezco por la "despedida". Fue un semestre maravilloso y me dedico<br />

con mucho empuje a mi trabajo. Tu tienes parte en ello. Y mis cerros tienen que darme paz,<br />

tranquilidad y fuerza para que todo llegue a ser como yo lo llevo en mí. No estoy para nada triste<br />

por la postergación, porque trajo para mí la más bella tarde y tus p<strong>al</strong>abras. Te acompaño en tus<br />

caminos y en tus sueños. Me <strong>al</strong>egro por tu bien, tu maduración y fort<strong>al</strong>ecimiento. Y mánd<strong>al</strong>e a tu<br />

madre un s<strong>al</strong>udo cariñoso. / Se feliz y ama la vida, provoca harta <strong>al</strong>egría en tí, para que este año<br />

pueda traer consigo un bello verano tardío. / Martin, 2 de Agosto de 1925". 4<br />

Mas, la <strong>al</strong>udida "despedida" es ya casi la fin<strong>al</strong> para una relación vivida sobretodo en el año 24.<br />

Se deja insinuar en la carta de <strong>Heidegger</strong> el conflicto interno en el que se encuentra teniendo que<br />

sobreponerse y olvidar: "Y mis cerros tienen que darme paz, tranquilidad y fuerza/.../.<br />

Cuando <strong>Heidegger</strong> es llamado a Friburgo <strong>al</strong> año siguiente, ya le ha pedido a Hannah el término<br />

de esta relación. Al fin y <strong>al</strong> cabo estaba casado con Elfride, con la que ya tenía sus dos hijos -<br />

Jörg y Hermann -.<br />

Por otra parte, esas <strong>al</strong>usiones a la fuerza para trabajar que Hannah le da desde la lejanía se<br />

refieren seguramente a la preparación de su obra mayor Ser y tiempo, la cu<strong>al</strong> ya está en gestación<br />

desde Marburgo.<br />

3 Cfr. Wolfgang Heuer, Hannah Arendt, Monografías de Rowohlt, Hamburgo, 1987, p. 17.<br />

4 Ingeborg Kleinauf, Hannah Ahrendt, Ediciones DTV (Deutscher Taschenbuch Verlag), München, 2000, p. 20.<br />

83


Al parecer en todo caso, <strong>al</strong> menos durante parte del 25 está relación sigue en Friburgo (de lo<br />

cu<strong>al</strong>, en todo caso, no hay mayores testimonios). <strong>En</strong> Friburgo Hanna sigue cursos con Husserl, y<br />

posteriormente <strong>Heidegger</strong> le recomienda seguir con <strong>Jaspers</strong> en Heidelberg.<br />

Ese mismo año Hannah llega a Heidelberg. Con <strong>Jaspers</strong> hará entonces su doctorado, su<br />

disertación sobre "El concepto de amor en San Agustín". Si bien, esta tesis doctor<strong>al</strong>, en la que<br />

hay análisis en los que se advierte la influencia heideggeriana, mereció muchos reparos de parte<br />

de <strong>Jaspers</strong>, que los consideraba "violentos", en cuanto a la interepretación, éste ya reconoce las<br />

sobres<strong>al</strong>ientes aptitudes de su <strong>al</strong>umna.<br />

Este conocimiento y la relación amic<strong>al</strong> profesor-<strong>al</strong>umna entrambos marcará el resto de la vida<br />

de Hannah Ahrendt, y en particular su carrera filosófica.<br />

Más tarde expresará Hannah <strong>al</strong>gunos pensamientos sobre <strong>Jaspers</strong> en sus Conversaciones con<br />

Reif, en los que se muestra como había hecho suya lo que <strong>Jaspers</strong> entendía por comunicación, y<br />

ésta justamente en el sentido de una "lucha amorosa":<br />

"Mire Ud., donde <strong>Jaspers</strong> llega, ahí todo se ilumina. Él tiene un desprejuiciamiento, una<br />

confianza, una incondicion<strong>al</strong>idad del hablar, que no he conocido en otra persona. Esto ya me<br />

impresionaba cuando era jóven. Él tiene a su vez un concepto de libertad unida a la razón que,<br />

cuando llegué a Heidelberg, me era completamente extraño. De ello no sabía nada, aunque había<br />

leído a Kant. Vi, por decirlo así, a esta razón in praxi. Y, si lo puedo decir de esta manera - yo<br />

crecí sin padre -: Me dejé educar en función de ello. No quisiera en todo caso, bendito sea Dios,<br />

hacerlo responsable por mí, pero si <strong>al</strong>guna persona ha conseguido traerme a razón, entonces es a<br />

él a quien esto le ha resultado" (p. 23, en Rowohlt, p. 22).<br />

Hannah recuerda aquí haber crecido sin padre y reconoce admirablemente a <strong>Jaspers</strong> como su<br />

padre, aunque precisando que eso no implica una suerte de responsabilidad sobre su vida.<br />

P 4<br />

Y <strong>Jaspers</strong> sobre Hannah en su Autobiografía filosófica dice <strong>al</strong>go muy parecido, lo que revela no<br />

solamente hasta qué punto estas dos <strong>al</strong>mas se habían en cierto modo congeniado, sino que<br />

precisamente su relación con Hannah significó para él, diríamos la puesta a prueba de lo que él<br />

definió como comunicación a lo largo de toda su obra:<br />

"Con ella podía yo nuevamente discutir <strong>al</strong> modo como lo había querido toda la vida...<strong>En</strong> el tot<strong>al</strong><br />

desprejuiciamiento, que no permite que se guarden pensamientos en la trastienda - en la v<strong>al</strong>entía<br />

de permitirse equivocarse, por cuanto ello habrá de corregirse y <strong>al</strong> mismo tiempo muestra <strong>al</strong>go<br />

que v<strong>al</strong>e la pena, en la tensión de quizás radic<strong>al</strong>mente arraigadas diferencias, que están de todos<br />

modos aureoladas por una confianza que les permite manifestarse, sin que por ello disminuya la<br />

inclinación a plantear las cosas -/.../ (R, p. 132).<br />

Y precisamente en este concepto de comunicación Hannah verá la mayor diferencia entre sus<br />

dos maestros. <strong>En</strong> Seis <strong>En</strong>sayos dirá <strong>al</strong> respecto:<br />

"Los otros hombres no son (como en <strong>Heidegger</strong>) <strong>al</strong>go, si bien estructur<strong>al</strong>mente necesario, mas<br />

un elemento necesariamente distorsionador del sí-mismo existenci<strong>al</strong>, sino que, <strong>al</strong> revés, sólo en<br />

la comunidad de los hombres, en el mundo dado en común, puede recién desarrollarse la<br />

existencia" (R, p. 23-24). P 5<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las ocho y cuarto de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

84


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 268 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: miércoles 21 de Marzo del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

A propósito de la relación entre <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong> hemos estado tratando acerca de<br />

Hannah Arendt, por haber sido una figura que tuvo una relación con ambos, y de <strong>al</strong>gún modo<br />

también porque hizo de mediadora entre ambos, especi<strong>al</strong>mente desde su renovación de la<br />

amistad entre 1949, atravesando 1950, año en que ya se produce un corte, y extendiéndose a<br />

pesar de ello hasta 1963, después de lo cu<strong>al</strong> el <strong>epistolario</strong> entre estos dos pensadores<br />

prácticamente llega a su fin.<br />

Mas el papel de Hannah fluctúa entre la mediación y el juicio a <strong>Heidegger</strong> por la<br />

cuestión del nazismo. Por ejemplo, en carta a <strong>Jaspers</strong> del 9 de julio de 1946, debido a la<br />

controvertida relación entre <strong>Heidegger</strong> y Husserl, habla del primero nada menos como de un<br />

"asesino potenci<strong>al</strong>" y en su obra Seis <strong>En</strong>sayos lo caracteriza en el sentido de una completa<br />

irresponsabilidad (Row., p. 49).<br />

<strong>En</strong> noviembre de 1949 Hannah re<strong>al</strong>iza su primera visita a la Alemania de la postguerra.<br />

El viaje es financiado por la "Jewish Cultur<strong>al</strong> Reconstruction". Primero visita a <strong>Jaspers</strong> en<br />

Basilea. Refiriéndose a esta visita, en carta a su marido Heinrich Blücher del 18 de diciembre de<br />

ese año le dice lo siguiente: "...que todo está en un maravilloso orden. Estupendo, así como lo<br />

soñaba. Todo como corresponde y sin ninguna presión...Muchas, muchas horas de<br />

conversación" (Kleinauf, 76).<br />

Posteriormente, el 7 de febrero de 1950 visita a <strong>Heidegger</strong>. Sus impresiones son bastante<br />

distintas. <strong>En</strong> carta a Blücher del 8 de febrero cuenta que la colmó de publicaciones y<br />

manuscritos.<br />

Con todo, no obstante las severas críticas y <strong>al</strong>usiones irónicas a <strong>Heidegger</strong>, ella siempre<br />

siguió cultivando esta relación. Más aún, ella siguió minuciosamente el desarrollo de su obra y<br />

tuvo p<strong>al</strong>abras de admiración y elogio hacia ella. Es el caso, por ejemplo, del Nietzsche de<br />

<strong>Heidegger</strong>, Hannah estimaba esta obra como una de las cumbres del mundo espiritu<strong>al</strong> del siglo<br />

XX.<br />

<strong>En</strong> carta a su amigo Glenn Gray del 25 de marzo de 1967 habla de <strong>Heidegger</strong> como uno<br />

de aquellos señores que nunca leyeron Mein Kampf (Mi lucha) de Hitler y que creyeron ver en el<br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo una s<strong>al</strong>ida frente <strong>al</strong> imperio de la técnica. Y para el cumpleaños 80 de<br />

<strong>Heidegger</strong> Hannah reconoce a <strong>Heidegger</strong> como <strong>al</strong>guien que <strong>al</strong> menos se dio tempranamente<br />

cuenta de su error.<br />

P 1<br />

Hay una comparación, en verdad una fábula muy divertida, que escribe Hannah sobre el<br />

zorro de <strong>Heidegger</strong> y que es bastante decidora de la percepción que tenía de él. Corresponde a<br />

una Anotación de 1953. Leemos <strong>al</strong>lí:<br />

"La gente dice que el <strong>Heidegger</strong> es un zorro. Esta es la verdadera historia del zorro<br />

<strong>Heidegger</strong>: / Había una vez un zorro <strong>al</strong> que le f<strong>al</strong>taba tanta astucia que no solamente caía<br />

permanentemente en trampas, sino que no podía percibir la diferencia entre una trampa y una<br />

no-trampa. Este zorro tenía una nueva debilidad, /ya que/ con su piel <strong>al</strong>go no andaba bien, así es<br />

85


que él carecía del todo de una protección natur<strong>al</strong> contra las inclemencias de la vida de zorro.<br />

Después de que este zorro había caído en una y otra de las trampas de otros y de su piel, por<br />

decirlo así, no quedaba un pedazo sano, decidió apartarse completamente de la vida de zorro y se<br />

propuso la construcción de una guarida de zorro.<br />

P 2<br />

Sigamos con la fábula de Hannah:<br />

"Con su ignorancia sobre trampas y no-trampas, capaz de erizar el pelo, y su increíble<br />

experiencia con trampas, llegó a concebir un pensamiento muy nuevo e inesperado entre los<br />

zorros: construyó una trampa como guarida de zorro, se inst<strong>al</strong>ó en ella y la presentó como una<br />

guarida norm<strong>al</strong> (no por astucia, sino porque desde siempre él había confundido las trampas de<br />

los otros con su guarida); él decidió empero ser astuto a su manera y arreglar la trampa<br />

construida por él, que sólo estaba hecha a su medida, como trampa para otros. Esto daba<br />

nuevamente testimonio de una gran ignorancia de la esencia de las trampas: en su trampa no<br />

cabía nadie, porque él mismo estaba dentro. Esto le molestaba; <strong>al</strong> fin y <strong>al</strong> cabo se sabe que todos<br />

los zorros suelen caer, a pesar de toda su astucia, en una trampa. ¿Por qué tenía que haber una<br />

trampa de zorro, y más encima, construida por el zorro más experimentado en trampas, que no<br />

pudiera estar a la <strong>al</strong>tura de trampas de hombres y cazadores Patentemente, porque la trampa<br />

misma no se mostraba suficientemente como t<strong>al</strong>. <strong>En</strong>tonces se le ocurrió a nuestro zorro adornar<br />

del modo más bello su trampa y apunt<strong>al</strong>ar por todas partes señ<strong>al</strong>es visibles que dijeran muy<br />

claramente: vengan todos acá, aquí hay una trampa, la trampa más linda del mundo. Después de<br />

esto era del todo claro que ningún zorro podía equivocarse. A pesar de ello vinieron muchos,<br />

porque esta trampa le servía de guarida a nuestro zorro. Si acaso se le quería visitar en su<br />

guarida, donde él estaba en casa, había que caer en su trampa. <strong>En</strong> todo caso de ella podía s<strong>al</strong>ir<br />

cu<strong>al</strong>quiera, menos él mismo. Ella le estaba hecha liter<strong>al</strong>mente a la medida de su cuerpo. Pero el<br />

zorro, morador de su trampa, decía orgulloso: tantos caen en mi trampa, he llegado a ser el zorro<br />

más astuto de todos. Y también en ello había <strong>al</strong>go verdadero: nadie conoce la esencia de las<br />

trampas mejor que quien está de por vida en su propia trampa" (Kleinauf, 78). HAA<br />

P 3<br />

Esta visión dispar de <strong>Heidegger</strong> Hannah la tuvo desde muy temprano, precisamente ya<br />

desde su amorío con él de los años 1924-25, princip<strong>al</strong>mente en Marburgo.<br />

Es interesante también tener en consideración su relación en 1929 y matrimonio nueve<br />

meses más tarde con Günther Stern, quien posteriormente cambiará este nombre por el de<br />

Günther Anders, y así será conocido posteriormente como un destacado filósofo. Él hizo su<br />

doctorado en Friburgo con Husserl y junto con Hannah fue <strong>al</strong>umno de <strong>Heidegger</strong> en Marburgo.<br />

Así como en el caso de la fábula sobre el zorro <strong>Heidegger</strong>, de Günther Stern conocemos<br />

una divertida anécdota (en todo caso, lo divertido, está claro, representa solamente un ángulo de<br />

ello, y se relaciona con el modo como el propio Stern lo cuenta). El relato tiene que ver aquí<br />

especi<strong>al</strong>mente con Elfride, la mujer de <strong>Heidegger</strong>, de quien sí es sabido que fue una entusiasta<br />

nazi. <strong>En</strong> una entrevista otorgada en 1979 dice:<br />

"Ya que estamos en <strong>Heidegger</strong>: estuve <strong>al</strong>lí cuando inauguró su famosa cabaña en<br />

Todtnauberg. Había invitado a sus estudiantes. <strong>En</strong>tre los entretenimientos que nos permitimos<br />

esa noche (o que él nos permitió) había también una competencia exótica: quién podía estar más<br />

tiempo parado de cabeza. Yo era un excelente artista en esto, podía hacerlo sin dificultades<br />

durante 5 minutos, lo que a <strong>Heidegger</strong> lo dejaba sin habla. Es más, él parecía molestarse con<br />

86


ello, porque contradecía la imagen negativa que se había hecho de mí, como de un literato del<br />

pavimento...A la mañana siguiente después de aquella noche caminamos de vuelta a Friburgo,<br />

no: corrimos; y corrí - eso no lo olvidaré nunca, porque eso demostraba la f<strong>al</strong>ta de instinto de los<br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>istas - mano a mano con la Señora <strong>Heidegger</strong>, que entonces parecía una joven<br />

movediza, y que por cierto, lo era. Como ella no tenía idea de cómo se ven los judíos (y<br />

verdaderamente yo no me veía como no-judío), comenzó, mientras corríamos cerro abajo, a<br />

hablar del nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo, si acaso no quería yo adherir a este movimiento. 'Míreme', le<br />

respondí, 'entonces reconocerá que pertenezco a aquellos que Uds. quieren segregar". (Kl.29).<br />

P 4<br />

Mas, como ya hemos visto, lo que en definitiva cuenta por parte de Hannah Arendt es su<br />

elevado reconocimiento de los <strong>al</strong>cances del pensamiento heideggeriano, y así leemos en su<br />

artículo escrito para la celebración de los 80 años de <strong>Heidegger</strong> lo siguiente:<br />

"La fama de <strong>Heidegger</strong> es anterior a la publicación de Ser y tiempo en el año 1927, es<br />

más, es cuestionable si acaso el insólito éxito de este libro - no solamente la impresión que<br />

suscita de inmediato, sino por sobre todo el efecto sostenido, <strong>al</strong> que pocas publicaciones del<br />

siglo pueden equipararse - habría sido posible si no hubiera sido por el, como se dice, éxito en la<br />

enseñanza que le precedió y que en todo caso en opinión de los que entonces estudiaban, sólo<br />

confirmó. / <strong>En</strong> <strong>torno</strong> a esta fama temprana había <strong>al</strong>go extraño, <strong>al</strong>go quizás más extraño que en<br />

<strong>torno</strong> a la de Kafka en los tempranos años 20 o la de Braques y Picasso en el decenio anterior,<br />

quienes también eran desconocidos para lo que comúnmente se entiende como opinión pública,<br />

y que, a pesar de ello, produjeron un impacto extraordinario. Porque en este caso no había nada<br />

previo en lo que la fama se hubiese podido asentar, nada escrito, a no ser que unos apuntes de<br />

seminario que circulaban de mano en mano; y los apuntes trataban de textos que en gener<strong>al</strong> eran<br />

conocidos, no contenían ninguna teoría, que se hubiere podido seguir transmitiendo. <strong>En</strong> ellos no<br />

había apenas más que un nombre, pero el nombre viajaba por toda Alemania como la noticia del<br />

rey secreto" (Row., Heid., 10).<br />

P 5<br />

De este modo hemos visto distintas facetas de nuestra Hannah, que reconoce como<br />

padre intelectu<strong>al</strong> a <strong>Jaspers</strong> y su pensamiento sigue princip<strong>al</strong>mente su huella, diríamos la de la<br />

comunicación y la relación interperson<strong>al</strong>, y sin embargo, está también influenciada por el<br />

pensamiento heideggeriano sobre todo en cuanto <strong>al</strong> método, el modo de hacer filosofía. Con<br />

<strong>Jaspers</strong> la unió una profunda relación de afecto, de admiración y de un ejemplo de la mayor<br />

<strong>al</strong>tura que veía en él, con <strong>Heidegger</strong> su relación que <strong>al</strong>guna vez fue amorosa y clandestina (con<br />

un <strong>Heidegger</strong> casado, mucho mayor que ella) y se mantuvo durante gran parte de su vida como<br />

una relación conflictiva, y no obstante ello, ya hacia fin<strong>al</strong>es de ella, casi acaba reconciliándose<br />

con él.<br />

Es Hannah además quien instará a <strong>Heidegger</strong> en su recuperación de la amistad con<br />

<strong>Jaspers</strong> a hacer una "confesión de culpa", de lo que nos ocuparemos en nuestro próximo<br />

capítulo.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las ocho y cuarto de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

87


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 269 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: martes 3 de abril del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

Después de que en 1949 <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong> reanudan su amistad, <strong>Jaspers</strong> se conmueve<br />

<strong>al</strong> saber de los hijos de <strong>Heidegger</strong> - Jörg, todavía preso en el frente ruso - y Hermann que fue<br />

dado en libertad por enfermedad - y le desea a su amigo parabienes <strong>al</strong> respecto (carta del 10 de<br />

julio de 1949).<br />

Junto con recordar la frase de su padre, el que fuera <strong>al</strong>c<strong>al</strong>de de Oldenburg: "¡Hijo mío,<br />

hemos perdido la patria!", habla con gratitud sobre Suiza, la nueva tierra que lo ha recibido.<br />

Hannah Arendt recordará por su parte que <strong>Jaspers</strong> fue durante más de 25 años la<br />

conciencia de Alemania, situado como estaba, en Suiza, una auténtica polis, agregando que un<br />

espíritu como el de <strong>Jaspers</strong> sólo podía vivir en una auténtica democracia como aquella.<br />

Arendt dice esto en forma seguramente deliberada, enfrentando con ello las críticas que<br />

comenzaran a hacerle desde Alemania a <strong>Jaspers</strong> durante la postguerra de pretender erigirse como<br />

un praeceptor germaniae.<br />

Y en la carta siguiente del 6 de agosto del 49, escrita desde St. Moritz le contará a<br />

<strong>Heidegger</strong> que ha leído con mucho entusiasmo su Carta sobre el "humanismo", agregando que<br />

encuentra en su pensamiento ecos orient<strong>al</strong>es similares a los que él mismo viene recibiendo desde<br />

los últimos años.<br />

Pero <strong>al</strong> mismo tiempo hace sus críticas, por ejemplo a la concepción del lenguaje como<br />

"casa del ser", con la que no está de acuerdo, dado que para él el lenguaje es siempre "puente":<br />

"El lenguaje es pues en el comunicar para levantarse él mismo <strong>al</strong> llegar a la re<strong>al</strong>idad, a<br />

través del hacer, de la presencia, del amor. Podría decir incluso <strong>al</strong> revés: donde hay lenguaje, ahí<br />

no está o no está más el ser".<br />

P 1<br />

6 días más tarde, en carta del 12 de agosto del 49 en relación a esas reminiscencias<br />

orient<strong>al</strong>es que <strong>Jaspers</strong> encuentra en el pensamiento heideggeriano, este último recuerda que un<br />

<strong>al</strong>umno chino (se trata de Paul Shi-Yi Hsiao) encontraba lo mismo y que tradujo para él distintas<br />

p<strong>al</strong>abras de Lao-tse.<br />

<strong>En</strong> la respuesta de <strong>Jaspers</strong>, pocos días más tarde, el 17 de agosto, en <strong>al</strong>usión a la noticia<br />

que un amigo americano había leído en el New York Times y que informaba que <strong>Heidegger</strong><br />

habría recibido un llamado a la Universidad de Buenos Aires, <strong>Heidegger</strong> le ha respondido<br />

diciendo que ello es f<strong>al</strong>so, a lo cu<strong>al</strong> ahora hace <strong>Jaspers</strong> el comentario de que se <strong>al</strong>egra mucho de<br />

que esta noticia no haya sido verdadera no solamente porque le gustaría tenerlo cerca, sino<br />

además porque no le habría agradado en absoluto imaginarlo <strong>al</strong>lá en Argentina en compañía de<br />

la sociedad nazi.<br />

Esto es interesante, ya que por de pronto significa que ese tema del nazismo sigue<br />

todavía latente entre ambos, como por otra parte, que <strong>Jaspers</strong> tiene desde luego una clara<br />

posición <strong>al</strong> respecto y, en tercer lugar, que esa posición se atreve a transmitírsela sin mayor<br />

recato a su amigo.<br />

88


T<strong>al</strong> vez deba interpretarse ello incluso en el sentido de cierta reserva que tiene <strong>Jaspers</strong> en<br />

relación a los vínculos de su amigo con el nazismo que todavía persisten, ahora cuando ya<br />

ambos han vuelto a reanudar su amistad, <strong>al</strong> menos por carta.<br />

P 2<br />

Como se trata de filósofos de amplia y constante producción, muchas de estas cartas van<br />

acompañadas del envío de últimas publicaciones. Y respecto de este punto la situación es dispar,<br />

ya que es <strong>Jaspers</strong> el que norm<strong>al</strong>mente está ofreciendo el envío de todos sus escritos (todos los<br />

aparecidos desde 1945, así ya en la carta del 19 de julio del 49), a cuyo ofrecimiento <strong>Heidegger</strong><br />

no responde. Él, por su parte, procede de manera más sencilla y directa: simplemente le envía a<br />

<strong>Jaspers</strong> las publicaciones que a él le parece corresponde enviárselas.<br />

Por eso el ofrecimiento de todos los escritos desde el 45 en la carta del 17 de agosto ya<br />

contiene t<strong>al</strong> vez <strong>al</strong>gún elemento crítico, el cu<strong>al</strong> se refleja en distintas preguntas y <strong>al</strong>usiones: si<br />

acaso le envía las publicaciones, si éstas las leerá, si serán simplemente puestas en un armario, o<br />

si incluso el lugar del armario estaría reservado para obras más importantes.<br />

De <strong>al</strong>guna manera, se advierte en este, si se quiere, pequeño det<strong>al</strong>le, que hay aquí en esta<br />

relación cosas serias pendientes que tendrían que s<strong>al</strong>ir en <strong>al</strong>gún momento a la luz, y entonces<br />

habría de verse si esta relación se mantiene, se profundiza o simplemente se quiebra.<br />

Lo cierto es que <strong>Heidegger</strong> no responderá a ese ofrecimiento, y tampoco en las cartas<br />

siguientes.<br />

Alguna vez hemos tratado acerca de distintas características del género epistolar y<br />

hemos dicho que en él se hace presente cierto juego entre cartas que se contestan o no se<br />

contestan, o bien se contestan a tiempo o a destiempo, etc.<br />

Y a su vez otra de las muchas características de un <strong>epistolario</strong> radica en que, a diferencia<br />

de una relación interperson<strong>al</strong> de cuerpo presente, de una conversación, que las respuestas a<br />

inquietudes o preguntas pueden no darse o posponerse, lo que en la conversación habitu<strong>al</strong><br />

plantearía muchas dificultades.<br />

<strong>En</strong> el caso presente que tenemos a la vista, si <strong>al</strong>guien le ofrece a su amigo darle todas sus<br />

últimas publicaciones y le ofrece esto directamente de cuerpo presente, lo cierto es que el<br />

rehusar esto, o no dar ninguna respuesta <strong>al</strong> respecto puede generar <strong>al</strong>gún conflicto entre ambos.<br />

Pues bien, en un <strong>epistolario</strong> no es así de drástico, y sin embargo igu<strong>al</strong> de cara a un ofrecimiento<br />

que no se responde, se pueden generar dificultades, que probablemente se suman a otras que ya<br />

están ahí <strong>al</strong> modo de una latencia.<br />

P 3<br />

Es así como <strong>Jaspers</strong>, ante esta no respuesta de su amigo, envía <strong>al</strong> menos <strong>al</strong>gunas de sus<br />

últimas publicaciones, y pienso que la más importante de ellas es Del Origen y meta de la<br />

historia, aparecida el mismo año 49, y le recomienda especi<strong>al</strong>mente la lectura de los capítulos<br />

sobre técnica y ciencia.<br />

Sin duda <strong>al</strong>guna se trata de una de las grandes obras de <strong>Jaspers</strong> de una lucidez<br />

extraordinaria. <strong>En</strong> ella habla de la existencia en la historia de la humanidad de un "tiempo-axi<strong>al</strong>"<br />

entre los siglos VIII y II a.C (éste es pues el "eje de la historia del mundo"), el tiempo en el que<br />

se echaron las bases del pensamiento humano y sus ide<strong>al</strong>es. Refiriéndose a lo que sobres<strong>al</strong>ió en<br />

esa época, <strong>Jaspers</strong> dice:<br />

"<strong>En</strong> China vivieron Confucio y Laotse, surgieron todas las direcciones de la filosofía<br />

china, pensaron Mo-Ti, Tschuang-Tse, Lie-Tse e innumerables otros, - en India surgieron los<br />

89


Upanishadas, vivió Buda, se desarrollaron todas las posibilidades filosóficas hasta el<br />

escepticismo y el materi<strong>al</strong>ismo, hasta la sofística y el nihilismo, - en Irán enseñó Zaratustra la<br />

exigente concepción de la lucha entre bien y m<strong>al</strong>, - en P<strong>al</strong>estina aparecieron los profetas desde<br />

Elías, pasando por Isaías y Jeremías hasta Deuterojesías, Grecia vio a Homero, los filósofos -<br />

Parménides, Heráclito, Platón - y los trágicos, Tucídides y Arquímedes" (p. 20).<br />

Asimismo plantea <strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong>lí, como característica de la modernidad, que la historia se<br />

ha vuelto una sola, se ha vuelto historia mundi<strong>al</strong>, después de haber sido por milenios historia<br />

múltiple, una suerte de "multihistoria" que seguía su curso por separado en distintas regiones del<br />

planeta. Más aún, esta historia mundi<strong>al</strong> única es <strong>al</strong> mismo tiempo programática (ya no es la<br />

historia en el sentido de estar sometido el hombre a la fuerza del destino, como en el que sería el<br />

sentido trágico de la historia, sino que ésta es una historia que el hombre mismo hace).<br />

<strong>Jaspers</strong> hace a este propósito una bella comparación, hablando de dos respiraciones de la<br />

humanidad: la primera está desparramada en múltiples respiraciones de pueblos y culturas, la<br />

segunda, en cambio, es una única respiración que hace la humanidad entera (p. 60).<br />

Es en este contexto donde encaja la técnica, precisamente en esa historia mundi<strong>al</strong> única<br />

y programática y nos pone ante el mayor peligro con las gigantescas fuerzas que es capaz de<br />

desatar, ante todo la fuerza atómica.<br />

Y <strong>Jaspers</strong> pregunta: ¿la historia sería entonces un estadio intermedio entre la pre-historia<br />

y <strong>al</strong>go otro<br />

P 4<br />

El pensador de Basilea platea que con la técnica el planeta se ha vuelto una "fábrica" (p.<br />

129), la natur<strong>al</strong>eza la "bodega de la humanidad" (p. 155), la sociedad una "gran máquina" (p.<br />

158), y el hombre mismo ha comenzado a ser un "habitante de la Tierra sin patria" (ib.) que<br />

puede sucumbir en esta nueva situación.<br />

Agrega que con la técnica el hombre pierde su orientación, ya que los medios se le<br />

vuelven fines (p. 133); precisamente lo técnico en cuanto t<strong>al</strong> es un medio para otros fines, así por<br />

ejemplo, un refrigerador que conserva los <strong>al</strong>imentos que a su vez contribuyen a suministrarle<br />

energías <strong>al</strong> hombre para la re<strong>al</strong>ización de las tareas que estima más importantes. Pero con la<br />

técnica asistimos a esta desvirtuación de sus productos, y es así como un refrigerador se le puede<br />

volver <strong>al</strong> hombre un fin en sí mismo, lo mismo el automóvil, el televisor o el computador.<br />

Asimismo la técnica trae consigo que el hombre acabe viviendo en un mero presente sin<br />

la riqueza espiritu<strong>al</strong> de la tradición (p. 145). Precisamente estamos bajo la técnica tan<br />

deslumbrados con sus productos y sus logros que lo que hubo antes parece que ya no interesara.<br />

Atendidos estos distintos <strong>al</strong>cances, <strong>Jaspers</strong> habla entonces del "demonio de la técnica"<br />

(p. 159).<br />

Pues bien, a partir de esta gran obra de <strong>Jaspers</strong> que <strong>Heidegger</strong> recibe el mismo año de su<br />

publicación y le comenta posteriormente a <strong>Jaspers</strong>, podemos constatar una nueva y profunda<br />

influencia del pensador de Basilea sobre el pensador de Friburgo.<br />

De ello nos ocuparemos en nuestra próxima reunión.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las ocho y cuarto de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

90


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 270 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: martes 10 de abril del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

Decíamos que en 1949 <strong>Jaspers</strong> le envía su libro recién aparecido Del origen y meta de la<br />

historia a <strong>Heidegger</strong>. Se trata de un libro extraordinario en el que comienza hablando de la<br />

historia de la humanidad y de como en ésta habría habido una época fundacion<strong>al</strong> que él llama<br />

"Achsenzeit", "tiempo del eje" o "tiempo axi<strong>al</strong>" y que se extiende entre los siglos VIII y II a. C.<br />

<strong>En</strong> esa época se habrían echado las bases de todo el futuro desarrollo humano.<br />

<strong>Heidegger</strong> acoge la idea del tiempo axi<strong>al</strong> con admiración y reconocimiento en la carta<br />

escrita en Todtnauberg del 21 de septiembre del 49.<br />

El otro gran tema desarrollado en la obra de <strong>Jaspers</strong> es el de la técnica y la<br />

determinación por parte de ella sobre nuestro mundo. <strong>En</strong> verdad, ya en otro libro anterior - La<br />

situación espiritu<strong>al</strong> de nuestro tiempo - de 1931 <strong>Jaspers</strong> había avanzado ampliamente en el<br />

desarrollo del tema de la técnica. Se trata en este caso también de un libro extraordinario,<br />

incluso, me atrevería a sostener, que La situación espiritu<strong>al</strong> de nuestro tiempo es una de las<br />

grandes obras del siglo XX.<br />

Ahora bien, no obstante manifestar <strong>Heidegger</strong> <strong>al</strong>gún desacuerdo con los <strong>al</strong>cances que<br />

tiene el concepto de la técnica en el libro que su amigo recién le ha enviado - Del origen y meta<br />

de la historia -, sin embargo podemos reconocer claramente él ejerce una poderosa influencia<br />

sobre él, y no es casu<strong>al</strong> que <strong>Heidegger</strong> se comenzará a dedicar <strong>al</strong> tema de la técnica en los<br />

siguientes años, de lo que resultará su importante obra La pregunta por la técnica de 1954.<br />

P 1<br />

La relación entre estos dos pensadores se ha reanudado en el 49, mas sobre febles<br />

fundamentos. Mucho hay en ella que en ese momento parece promisorio, pero hay una corrosión<br />

por dentro que ya está actuando.<br />

Mas, con el fin de respetar el orden en que se van dando las cosas, partamos ahora por<br />

aquello promisorio que se refleja muy bien en la carta de <strong>Jaspers</strong> a <strong>Heidegger</strong> con las<br />

felicitaciones para su cumpleaños 60, y que constituyen una bellísima reflexión que nos deja<br />

pensativos:<br />

"El año 60 es sin duda el inicio de la vejez. El júbilo del joven y del hombre en sus años<br />

viriles ya no es más posible e incluso inadecuado. Pero el filosofar no sigue la línea biológica,<br />

puede crecer justamente con la edad. Quizás incluso sólo se le muestra a la vejez lo esenci<strong>al</strong>.<br />

Frente a la decadencia corpórea arranca una curva que va a lo eterno. /.../ El viejo Platón, el<br />

viejo Miguel Angel, Rembrandt, el viejo Goethe - ellos tocaron maravillosamente lo más<br />

profundo. Ellos nos animan a nosotros, gente pequeña. Es un secreto que el hombre no debe<br />

envejecer espiritu<strong>al</strong>mente".<br />

Y para el <strong>Heidegger</strong> de 60 años la situación sigue siendo difícil en distintos aspectos: su<br />

hijo Jörg sigue en Rusia y una postulación a ser emeritado por la Universidad de Friburgo ha<br />

sido rechazada, y <strong>al</strong> mismo tiempo su sueldo ha sido fijado en la escasa suma de 160 marcos.<br />

Recordemos además de que se le ha quitado el derecho a enseñar.<br />

P 2<br />

91


<strong>En</strong> este mismo año 49 se desenvuelve además el siguiente episodio: <strong>al</strong>guien hace una<br />

Reseña del libro Del origen y meta de la historia, criticándolo excesivamente y pretendiendo<br />

descubrir en él una velada crítica a <strong>Heidegger</strong>, lo que <strong>Jaspers</strong> desmiente categóricamente.<br />

<strong>En</strong> sucesivas cartas él se muestra muy preocupado de que le quede claro a <strong>Heidegger</strong><br />

que no hay t<strong>al</strong>, terminando este episodio con la publicación de una carta <strong>al</strong> diario "Die Zeit" ("El<br />

tiempo") de <strong>Jaspers</strong> titulada "<strong>Heidegger</strong> no era el <strong>al</strong>udido".<br />

Lo cierto es que son muchos los escritos, artículos en la prensa y en revistas<br />

especi<strong>al</strong>izadas, y además en libros que van apareciendo en aquellos años en los que se hace<br />

referencias a ambos pensadores, en los que se los se los suele <strong>al</strong>abar o denostar, se establecen<br />

vínculos entre ellos que suelen justificarse y otras veces no. Es el momento en el que<br />

probablemente el existenci<strong>al</strong>ismo está más en boga, y esto ya de por sí plantea una dificultad, ya<br />

que precisamente nuestros dos filósofos, que podrían considerarse los padres de este<br />

movimiento, a lo más aceptan haber desarrollado una "filosofía de la existencia", pero no un<br />

"existenci<strong>al</strong>ismo" propiamente t<strong>al</strong>. Ellos mantienen una distancia prudente frente a él no<br />

solamente por lo <strong>al</strong>usivo a un "ismo" más que se ha introducido en el mundo filosófico, sino<br />

porque ha escapado <strong>al</strong> ámbito filosófico, volviéndose teatro y literatura. Junto con ello, ha<br />

sucedido además que él se ha extr<strong>al</strong>imitado, traduciéndose en cierto modo person<strong>al</strong> de<br />

conducirse, cierto estilo, que tiene que ver con una especie de andar angustiado y sintiendo la<br />

muerte presente.<br />

<strong>Heidegger</strong> le cuenta en carta del 10 de diciembre a <strong>Jaspers</strong> que Ortega y Gasset le dijo a<br />

su vez por carta que todas las veces que él habla contra el existenci<strong>al</strong>ismo nunca es <strong>Heidegger</strong> el<br />

<strong>al</strong>udido, acotando éste último <strong>al</strong> respecto: "Si bien esto es un poco ingenuo, tomo concocimiento<br />

de ello".<br />

P 3<br />

Por otra parte, durante este tiempo es cuando aparecen también <strong>al</strong>gunos de los mejores y<br />

más bellos escritos de <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong>. Es así como ya hemos comentado Del origen y meta<br />

de la historia, y se trata ahora de Holzwege, Caminos del bosque que <strong>Jaspers</strong> recibe de su amigo,<br />

diciendo de él en carta del 14 de enero de 1950 que hasta ahora es lo que más le ha gustado entre<br />

sus escritos. <strong>En</strong> verdad, él usa la p<strong>al</strong>abra 'fesseln', que liter<strong>al</strong>mente significa 'atar' o 'ligar', y por<br />

lo tanto, si lo pudiéramos traducir así, lo que él dice es que Caminos del bosque es el escrito que<br />

más lo ha ligado de <strong>Heidegger</strong>. <strong>En</strong>tre los distintos artículos que vienen en esos Caminos <strong>Jaspers</strong><br />

hace referencia especi<strong>al</strong>mente a "La frase de Nietzsche: ¡Dios ha muerto!" y "La época de la<br />

imagen del mundo".<br />

Pero <strong>al</strong> mismo tiempo que hace un reconocimiento elogioso, <strong>Jaspers</strong> manifiesta un<br />

reparo, y es lo que se refiere hacia dónde tiende el conjunto de esos Caminos . Refiriéndose a la<br />

lectura de ellos que hicier dice:<br />

"Si acaso me desanimaba, me decía a mi mismo: dos cosas no hay que olvidar: que se<br />

trata de "Caminos del bosque" y que se trata de un preparar de preparaciones. Ellas se muestran<br />

en su rango de antaño. Me ligó más que todos sus escritos que ha habido hasta aquí. Cuál sería<br />

su propósito más propio, eso no lo pude decubrir. Iniciar una crítica sería hoy y en una breve<br />

carta imposible. Me quedé en la tensión interrogante: si acaso sería una posibilidad fantásticaengañosa<br />

de un pensar-poetizar, o si aquí comienza un sigiloso abrir la puerta, - si tendrá lugar<br />

una liberación seductora de una re<strong>al</strong>ización actu<strong>al</strong> del ethos o más bien el trazado de un camino<br />

92


que conducirá a una t<strong>al</strong> re<strong>al</strong>ización, - o si aquí la f<strong>al</strong>ta de Dios gnóstica encuentra su p<strong>al</strong>abra o un<br />

dirigir la percepción hacia la divinidad".<br />

Pienso que aquí <strong>Jaspers</strong> da muestras no sólo de su disposición hacia una comunicación<br />

abierta y sin reservas, sino además de su extraordinaria capacidad intuitiva. <strong>En</strong> efecto, él da<br />

como nadie lo ha hecho, siquiera hasta ahora, con las grandes interrogantes que nos plantea un<br />

escrito que él mismo reconoce como extraordinario como Caminos del bosque.<br />

P 4<br />

Pasados casi dos meses, el 7 de marzo del 50 <strong>Heidegger</strong> le responde a <strong>Jaspers</strong>,<br />

disculpándose ante todo por la tardanza, refiriéndose para ello a la infelicidad de su hijo recién<br />

vuelto de Rusia y a sus preocupaciones en <strong>torno</strong> a su situación actu<strong>al</strong>. <strong>En</strong> esto hay una <strong>al</strong>usión <strong>al</strong><br />

levantamiento de la venia legendi, el derecho a enseñar, que penaba sobre él, a una pensión (que,<br />

como hemos visto, en todo caso es bastante magra) y a una posible aprobación posterior de su<br />

emeritación.<br />

Lo cierto es que sabemos en particular por una carta posterior del 5 de junio, que ya<br />

hemos examinado enviada <strong>al</strong> Prof. Dr. Tellenbach, Rector de la Universidad de Friburgo, que<br />

<strong>Jaspers</strong> intercedió con el fin de que se le otorgara definitivamente esa emeritación, y en ese<br />

contexto él hace un elocuente reconocimiento de los méritos y relevancia de <strong>Heidegger</strong> en la<br />

filosofía <strong>al</strong>emana y del mundo.<br />

Por otra parte, en la carta que ahora an<strong>al</strong>izamos del 7 de marzo del 50 <strong>Heidegger</strong> hace<br />

<strong>al</strong>usión a que <strong>al</strong> mismo tiempo ha tenido una gran <strong>al</strong>egría, a través de lo cu<strong>al</strong> se refiere a la visita<br />

que le ha hecho Hannah Arendt recientemente en febrero, sin hacer expresa mención de ello.<br />

Pues bien en esta carta es donde <strong>Heidegger</strong> da una especie de "explicación" de su conducta<br />

respecto de su amigo durante los años del nazismo, diciendo que se avergonzó de aparecerse por<br />

su casa.<br />

Podemos suponer que a esta "explicación" lo instó Hannah, de lo cu<strong>al</strong> trataremos en la<br />

siguiente transmisión.<br />

P 5<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

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“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 271 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: martes 17 de abril del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

Veíamos como en carta del 7 de marzo de 1949 <strong>Heidegger</strong> fin<strong>al</strong>mente le da una suerte<br />

de explicación a <strong>Jaspers</strong> acerca de su conducta durante los años del nazismo, y ésta es como<br />

sigue:<br />

"Desde 1933 no fui más a su casa no porque <strong>al</strong>lí vivía una mujer judía, sino porque<br />

simplemente me "avergonzaba". Desde entonces no solamente no fui más a su casa, sino<br />

tampoco a la ciudad de Heidelberg que es para mí lo que es por su amistad. / Cuando <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> de<br />

los años 30 con las terribles persecuciones comenzó lo más horrendo, pensé de inmediato en su<br />

señora. <strong>En</strong> ese tiempo obtuve el firme aseguramiento por parte del Prof. Wilser, conocido mío,<br />

que en ese tiempo tenía relaciones cercanas con la dirección comun<strong>al</strong> de <strong>al</strong>lá, de que a su señora<br />

no le sucedería nada. Pero se impusieron el miedo, la impotencia y el fracaso - por eso no<br />

menciono tampoco esto con el fin de no adjudicarme siquiera la apariencia de un ayudar -".<br />

Y casi dos semanas más tarde, el 19 de marzo del 49, contesta <strong>Jaspers</strong>, diciendo:<br />

"Por su explicación sin reservas le agradezco. También mi Señora le manda<br />

agradecimientos. Que Ud. exprese que se "avergonzó" significa mucho para mí. Ud. ingresa con<br />

ello en la comunidad de todos nosotros que hemos vivido y vivimos en una constitución para la<br />

cu<strong>al</strong> "vergüenza" es también una p<strong>al</strong>abra adecuada".<br />

<strong>En</strong> relación a estos pasajes de cada una de estas cartas, aquí seleccionados y citadas,<br />

detengámonos a pensar sobre ellos: por de pronto, en cuanto a lo que significa que <strong>Heidegger</strong><br />

reconozca no solamente haberse avergonzado, sino también el horror que significó la<br />

persecución.<br />

Se agregan a ello además otros dos reconocimientos: por una parte, lo relativo <strong>al</strong> destino<br />

trágico de los que eran perseguidos, y, por la otra, el miedo, la impotencia y el fracaso en cuanto<br />

a no haber hecho lo suficiente para intentar impedir aquello o <strong>al</strong> menos haber ayudado<br />

suficientemente a los afectados.<br />

P 1<br />

Lo cierto es que, bien sopesado lo anterior, <strong>Heidegger</strong>, podemos decir, da efectivamente<br />

una explicación que no solamente se circunscribe a la vergüenza, sino que incluye también,<br />

como hemos visto, el reconocimiento del horror, miedo, impotencia y fracaso. Es decir, ésta es<br />

una explicación que en efecto dice lo más importante, y ella constituye una respuesta a la<br />

objeción que se le hizo durante muchos años a <strong>Heidegger</strong> de que nunca habría dado una<br />

explicación ni mucho menos se habría disculpado por su proceder. Mas, cabe advertir <strong>al</strong> respecto<br />

que por de pronto la explicación está, y aunque ésta se refiera <strong>al</strong> caso particular de su amigo<br />

<strong>Jaspers</strong> y su esposa, si bien, ello no significa que en lo dicho pueda detectarse la figura de una<br />

disculpa.<br />

Esto es interesante en el sentido de que una explicación respecto de un determinado<br />

proceder no constituye por sí misma una disculpa, si bien en el caso que examinamos aquí el<br />

reconocimiento del avergonzarse constituye un elemento que va más <strong>al</strong>lá de la explicación y<br />

entra en el terreno de la disculpa.<br />

94


Y ésta es la cuestión decisiva: que el avergonzarse no arroja a cab<strong>al</strong>idad una figura de<br />

disculpa.<br />

Mas, seguramente el propio <strong>Jaspers</strong> tampoco espera tanto y por eso su respuesta es de<br />

acogida: "Por su explicación sin reservas le agradezco. También mi Señora le manda<br />

agradecimientos. Que Ud. exprese que se "avergonzó" significa mucho para mí". Sin embargo,<br />

agrega inmediatamente después una observación sutil, en la que nítidamente se deja entrever que<br />

<strong>Jaspers</strong> an<strong>al</strong>iza lo concerniente <strong>al</strong> proceder de <strong>Heidegger</strong> con cautela, y, lo que es más<br />

importante, quién es <strong>Heidegger</strong> hoy y como juzga él su propio proceder. Dice <strong>Jaspers</strong>: "Ud.<br />

ingresa con ello en la comunidad de todos nosotros que hemos vivido y vivimos en una<br />

constitución para la cu<strong>al</strong> "vergüenza" es también una p<strong>al</strong>abra adecuada".<br />

La sutileza está dada sobre todo por el verbo 'ingresar', en lo que se advierte aquí un<br />

juicio de <strong>Jaspers</strong> sobre su amigo, a saber, que él se habría apartado de aquella comunidad dentro<br />

de la cu<strong>al</strong> una p<strong>al</strong>abra como ésa tiene cabida. Incluso, cabe agregar, en el solo uso de ese verbo el<br />

juicio que se deja entrever es fuerte y severo.<br />

Podemos preguntarnos además de qué comunidad se trata aquí. Pienso que la respuesta<br />

es que ella se refiere a una comunidad mor<strong>al</strong> y jurídica que se apoya en determinados principios<br />

y v<strong>al</strong>ores, para la cu<strong>al</strong> cada sujeto es una persona con derechos y deberes, que a su vez se somete<br />

a esos principios y v<strong>al</strong>ores sobre cuya base se organiza esa comunidad.<br />

Pues bien, los nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>istas se apartaron de esa comunidad, y junto con ellos<br />

Martin <strong>Heidegger</strong>.<br />

De este modo podemos perfilar en qué consiste ese juicio severo.<br />

P 2<br />

<strong>En</strong> este contexto corresponde además poner de relieve la estatura espiritu<strong>al</strong> y mor<strong>al</strong> de<br />

<strong>Jaspers</strong> que claramente se refleja en sus p<strong>al</strong>abras, como precisamente uno que habla desde el<br />

interior de esa comunidad y más aún como uno de sus lideres, no teniendo además ni el más<br />

mínimo titubeo en decir las cosas por su nombre, incluso en este caso a uno de los que, junto con<br />

él, es uno de los más grandes pensadores del siglo XX.<br />

<strong>Jaspers</strong> agrega en su carta lo siguiente:<br />

"De mi mujer y de mí quisiera decir que nunca supusimos que, dado que mi mujer es<br />

judía, pudiera ello constituir una razón de dejar que nuestras relaciones se apagaran. Cuando<br />

pensaba sobre esto en los años transcurridos me inquietaba únicamente el no encontrar motivos<br />

por qué Ud. en esos tiempos tan cambiantes no hubiera venido a mí, a nosotros. Mas, no hemos<br />

de sacarnos mútuamente las cuentas. Eso ya se lo dije en mi primera carta. Una aclaración no<br />

sería posible, sin atender a la tot<strong>al</strong>idad de las conexiones de los acontecimientos <strong>al</strong>emanes".<br />

Aquí <strong>Jaspers</strong> dice abiertamente no haber tenido nunca dudas que el motivo de que su<br />

amigo no hubiera vuelto a dar señ<strong>al</strong>es durante los años duros se pudiera deber a que su mujer es<br />

judía, y confiesa que lo que verdaderamente le inquietó fue no h<strong>al</strong>lar ningún motivo para ese<br />

apartamiento de <strong>Heidegger</strong>.<br />

Mas, sus observaciones no se limitan a esta consternación que le provocara la f<strong>al</strong>ta de<br />

señ<strong>al</strong>es de <strong>Heidegger</strong>, sino que incluso se permite hacer sin tapujos una comparación de su<br />

amigo con un chiquillo, que t<strong>al</strong> como es descrito en la carta, se muestra con rasgos de ex<strong>al</strong>tación<br />

y de ingenuidad.<br />

"Ud. me perdonará que le cuente lo que a veces pensaba: que Ud. se comportaba frente a<br />

los acontecimientos nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>istas como un chiquillo que sueña, sin saber lo que hace, que<br />

95


se entrega ciega y distraídamente a una empresa, que se le presenta de una manera tan distinta a<br />

como es en la re<strong>al</strong>idad, y que pronto está desorientado delante de un montón de escombros y que<br />

igu<strong>al</strong> se deja llevar".<br />

Esta metáfora y comparación que <strong>Jaspers</strong> se permite hacer revela uno de los rasgos que<br />

ya Hannah Arendt res<strong>al</strong>taba de su íntimo amigo y maestro <strong>Jaspers</strong>, cu<strong>al</strong> es su franqueza tot<strong>al</strong>,<br />

asociado ello a su vez con su modo peculiar de entender la comunicación como abierta y sin<br />

reservas, y que obliga a quienes la practican a decirse cara a cara todo lo que tengan que decirse.<br />

Ello corresponde también <strong>al</strong> modo de entender la "sociedad de lucha" que ambos pensadores<br />

procuraron formar, como él tantas veces se lo expresara <strong>al</strong> propio <strong>Heidegger</strong>.<br />

P 3<br />

A propósito de ello, ahora que ya nos aproximamos <strong>al</strong> término de nuestro examen del<br />

<strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>, podríamos decir que esa sociedad, si acaso tuvo <strong>al</strong>guna<br />

re<strong>al</strong>ización, y no se limitó a ser un mero sueño, como suele suceder muy frecuentemente por lo<br />

demás, fue precisamente en este <strong>epistolario</strong>. Y lo cierto es que, si estamos de acuerdo con ello, el<br />

resultado de esta sociedad no es tan magro dentro de todo, ya que, por lo que hemos podido ver,<br />

no pocas ideas decisivas de ambos pensadores, como las de la comunicación y de la técnica han<br />

sido objeto de discusión y análisis dentro de este <strong>epistolario</strong>, aunque, por otro lado, siempre con<br />

la limitación de desarrollar la discusión de los asuntos que sea el caso hasta cierto punto, y<br />

siempre con la idea de que si aquella "sociedad de lucha" llegaba a constituirse, entonces sería<br />

dentro de ese marco que tratarían las cuestiones en discusión hasta las últimas consecuencias.<br />

Vistas las cosas así, podemos decir que éste, como quizás todo <strong>epistolario</strong>, ha tenido el<br />

carácter de lo que nos prepara para el vivir, para el efectivo inst<strong>al</strong>arnos en el mundo, diríamos del<br />

proyecto de vida, y a partir de esa consideración resulta claro que es mucho lo que hay en él de<br />

sueño no cab<strong>al</strong>mente re<strong>al</strong>izado o no re<strong>al</strong>izado en absoluto.<br />

Un <strong>epistolario</strong> es pues también eso: proyecto.<br />

P 4<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

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“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 272 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: martes 24 de abril del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

Estamos an<strong>al</strong>izando la "explicación" que da <strong>Heidegger</strong> respecto de su proceder con<br />

<strong>Jaspers</strong> durante los años del nazismo, particularmente en lo que se refiere a que él no se volvió a<br />

hacer presente ni person<strong>al</strong> ni epistolarmente desde 1937.<br />

Esta explicación, en lo sustanci<strong>al</strong>, dice que él no se habría vuelto a aparecer por la casa<br />

de <strong>Jaspers</strong> en Heidelberg no porque su mujer fuera judía, sino porqué se "avergonzó".<br />

<strong>Jaspers</strong> acoge asertivamente esta explicación, mas diciendo esto por medio de un giro<br />

singularmente fuerte, <strong>al</strong> aducir que con ello habría ingresado a una comunidad para la cu<strong>al</strong> tiene<br />

sentido el sentimiento de la vergüenza.<br />

Ahora bien, como <strong>Heidegger</strong> ha agregado en su última carta del 1 de marzo del 50 que<br />

se había preocupado de contactar <strong>al</strong> Profesor Wilser, que ejercía <strong>al</strong>guna influencia sobre las<br />

autoridades en Heidelberg, con el fin de que a la mujer de <strong>Jaspers</strong> no le ocurriera nada, en la<br />

carta de respuesta del 19 de marzo <strong>Jaspers</strong> agradece también por ese gesto, mas agregando que<br />

igu<strong>al</strong> él ya hacía rato que había perdido la confianza en la p<strong>al</strong>abra de un nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista, ya<br />

que todos ellos se encontraban sometidos a un regimen de terror.<br />

P 1<br />

O sea, según vemos, <strong>Jaspers</strong> mantiene siempre una posición firme y no tiene ningún<br />

tapujo para darle a conocer a su amigo exactamente lo que piensa.<br />

<strong>En</strong> la misma línea cabe interpretar el envío de varios escritos a su amigo que hace<br />

<strong>Jaspers</strong> junto con la siguiente carta del 25 de marzo del 50, entre ellos la "Pregunta por la culpa"<br />

("Schuldfrage"). Y nuevamente, según reconoce más adelante el pensador de Basilea, hay en<br />

esto un afán de que <strong>Heidegger</strong> se pronuncie sobre el tema, en este caso, en lo que concierne a la<br />

culpa.<br />

Por el momento, en la presente carta, <strong>Jaspers</strong> se limita a decir de que en vistas de haber<br />

estado pensando acerca de la p<strong>al</strong>abra 'vergüenza' que pudiera por ello interesarle el escrito sobre<br />

la culpa (el cu<strong>al</strong> es de 1946, y, dicho sea de paso, tuvo 4 ediciones en un año en Suiza).<br />

Esto es además importante en el sentido de que la explicación que le diera <strong>Heidegger</strong> no<br />

ha sido suficiente, y lo cierto, esto es perfectamente comprensible desde el momento que el<br />

reconocimiento de que le dio vergüenza aparecerse por su casa no constituye una explicación<br />

que pudiera así simplemente dejar tranquilo a <strong>al</strong>guien.<br />

<strong>En</strong> su respuesta del 8 de abril del 50 <strong>Heidegger</strong> demuestra una actitud asertiva frente a<br />

varias de las críticas que ha hecho <strong>Jaspers</strong>, e incluso su comparación con el chiquillo soñador<br />

que de pronto se encuentra, tras todas las barbaridades ocurridas, ante un montón de escombros<br />

y no sabe qué hacer. Dice además que la p<strong>al</strong>abra ´vergüenza´ es también frecuentemente usada<br />

por su mujer, lo que está dicho en conexión con el envío de s<strong>al</strong>udos a la mujer de <strong>Jaspers</strong>. Esta<br />

acotación habría que entenderla probablemente en el sentido de que <strong>Heidegger</strong> está muy<br />

conciente de que su relación con <strong>Jaspers</strong> puede haber sido afectada debido a la fuerte adhesión <strong>al</strong><br />

nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo de su propia mujer - Elfride -.<br />

97


Y agrega lo siguiente: "Ud. le ha apuntado certeramente con la imagen del chiquillo<br />

soñador", a lo que agrega de que después del llamado a la Universidad de Berlin, cuando él<br />

volvía de la cabaña de Todtnauberg a Freiburg se le requirió de todos lados para que fuera<br />

rector. A ello él fin<strong>al</strong>mente asintió, pero incluso con una reticencia t<strong>al</strong> que el mismo día de la<br />

elección fue donde el rector destituido, el Prof. von Möllendorf, que lo quería como su seguidor,<br />

a comunicarle que en definitiva no tenía en absoluto la intención de ser rector. Pero entonces se<br />

le dijo que ya era muy tarde para esta retractación, ya que todo estaba preparado para una<br />

elección unánime y que además había el peligro de la designación de un "viejo luchador" de<br />

poca v<strong>al</strong>ía.<br />

P 2<br />

<strong>Heidegger</strong> continúa con su explicación diciendo que una vez que asumió el rectorado, se<br />

produjo con ello una sensación y que se enteró de cómo por ejemplo en Berlin los estudiantes<br />

discutían días enteros su asunción como rector, y agrega:<br />

"Pero, <strong>al</strong> mismo tiempo, entré en la maquinaria del cargo, de las influencias, las luchas<br />

de poder y del partido; estaba perdido y caí, aunque sólo por unos meses, como dice mi mujer,<br />

en una "embriaguez del poder". Recién desde navidad de 1933 comencé a ver más nítidamente,<br />

así es que dejé mi cargo en febrero, bajo protestas/.../".<br />

<strong>Heidegger</strong> aduce a su vez que la prensa no destacó para nada lo que esta renuncia<br />

significaba, y máxime cuando los rectores acostumbraban mantenerse en ese cargo entre 3 y 5<br />

años.<br />

Y a propósito de este relato reflexiona, diciendo que:<br />

"Lo que aquí informo no puede disculpar nada; puede solamente explicar hasta qué<br />

punto cuanto más se hacía presente lo m<strong>al</strong>igno de año en año, tanto más crecía también la<br />

vergüenza /.../".<br />

De este modo, según vamos viendo, estamos en verdad ante una explicación cuasi<br />

completa de parte de <strong>Heidegger</strong> de su actuación durante el nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo, lo que<br />

contradice patentemente a quienes sostienen que <strong>Heidegger</strong> nunca habría dado esta explicación,<br />

ni mucho menos una disculpa por su vínculo con el régimen tot<strong>al</strong>itario.<br />

Es más, cabe reconocer que con lo que él ya ha relatado, estamos ante la presencia no<br />

sólo de una explicación, sino de <strong>al</strong>go que entra ya en el terreno de lo que sería una disculpa.<br />

P 3<br />

La explicación de <strong>Heidegger</strong> adopta además un carácter cronológico, y por ello después<br />

de referirse a lo sucedido en los años 33/34 de su rectorado en la Universidad de Friburgo,<br />

reconoce haber tocado fondo en los años 37 y 38, y dice:<br />

"Veíamos venir la guerra, en lo próximo a nuestros hijos en etapa de crecimiento<br />

amenazados, de los cu<strong>al</strong>es ninguno pertenecía a la H. J. /esto es, la "Hitler-Jugend", la "Juventud<br />

hitleriana"/ o a otra sección estudiantil del partido. A través de estas amenazas el hombre se<br />

vuelve más visionario; luego vinieron las persecuciones a los judíos y todo conducía <strong>al</strong><br />

precipicio. <strong>En</strong> una "victoria" no creímos jamás/.../".<br />

Recuerda además que en el 37 él dictó un seminario sobre "ser y apariencia" en<br />

Nietzsche, y cuenta que un <strong>al</strong>umno que resultó ser muy t<strong>al</strong>entoso, el Dr. Hanke, que se presentó<br />

a su vez como <strong>al</strong>umno de Nicolai Hartmann, se acercó a decirle que tenía que hacerle la<br />

confesión de que (cito a <strong>Heidegger</strong>):<br />

98


"Él sería espía del S.D. /Sicherheits-Dienst, Servicio de Inteligencia/, Sección Sur<br />

(Stuttgart) y tenía que hacerme confidenci<strong>al</strong>mente una confesión de que yo estaba en un lugar<br />

destacado en la lista negra. El Dr. Hanke renunció <strong>al</strong> Servicio de Inteligencia con el comienzo de<br />

la guerra y cayó en la campaña de Francia".<br />

P 4<br />

Mas, inmediatamente a continuación se acaba lo que podría verse incluso como una<br />

disculpa, y <strong>Heidegger</strong> entra en el terreno de cierta justificación, en el sentido de hacer ver lo que<br />

él se atrevió a hacer y que prácticamente nadie más hizo, para rematar en ciertas reflexiones<br />

sobre la situación del mundo, que sigue siendo aciaga, a sus ojos, y que en este contexto da la<br />

impresión de constituir una especie de extrapolación de lo particular a lo gener<strong>al</strong>, con un cierto<br />

sesgo autojustificatorio. Escuchemos:<br />

"Esto no lo escribo nuevamente para plantear de que habría logrado <strong>al</strong>go, no obstante<br />

cu<strong>al</strong>quier persona despierta en los años 1935-44 podía saber que en la universidad nadie podía<br />

osar lo que yo osé. Y por lo mismo, tanto más me ha afectado lo que se emprendió en contra mía<br />

en 1945/46 y en verdad hasta la hora. /.../ La culpa de cada uno permanece y tanto más, cuanto<br />

más individu<strong>al</strong> es. Pero el asunto del m<strong>al</strong> no ha terminado. Ella entra recién en su estadio<br />

mundi<strong>al</strong> propio. 1933 y antes los judíos y los políticos de izquierda vieron más agudamente y<br />

más lejos que los inmediatamente amenazados. / Ahora nosotros estamos de turno. Yo ya no<br />

espero nada. Se por mi hijo llegado de Rusia que mi nombre está otra vez en la p<strong>al</strong>estra y que la<br />

amenaza cu<strong>al</strong>quier día se puede hacer re<strong>al</strong>idad. St<strong>al</strong>in no necesita declarar más la guerra. Todos<br />

los días gana una bat<strong>al</strong>la. Pero no "se" ve eso. Para nosotros no hay escapatoria. Y cada p<strong>al</strong>abra<br />

y cada escrito es un contraataque, aunque esto no se juegue en la esfera de lo "político", que<br />

hace tiempo ya está sobrepasada por otras constelaciones del ser, llevando una existencia<br />

aparente".<br />

Habrán de ser precisamente estas extrapolaciones y cierta pretensión de <strong>Heidegger</strong> de<br />

nuevamente dar una especie de lección sobre lo que más se ha equivocado - el acontecer político<br />

-, lo que habrá de molestar mucho a <strong>Jaspers</strong>.<br />

P 4<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

99


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 273 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: martes 1 de mayo del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

Hemos visto como en carta del 8 de abril <strong>Heidegger</strong> arriesga una explicación cuasi<br />

completa de su actuación durante el régimen nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ista. <strong>En</strong> ella va destacando <strong>al</strong>gunos<br />

hitos en el tiempo entre el 33 y el 45. Pero, se aventura más <strong>al</strong>lá incluso entrando en la época de<br />

la post-guerra y comienza a emitir juicios de la situación que se vive entonces, en el sentido de<br />

que el m<strong>al</strong> aún está ahí y que "St<strong>al</strong>in no necesita más declarar la guerra", ya que "Él gana una<br />

bat<strong>al</strong>la todos los días".<br />

Como ya veremos, es no tanto en lo relativo a la explicación de <strong>Heidegger</strong> referente a<br />

los años del nazismo y de la guerra, sino aquella relativa a la post-guerra lo que habrá de irritar<br />

mucho a <strong>Jaspers</strong>, por ver en ello a un <strong>Heidegger</strong> que nuevamente ha comenzado a emitir<br />

tremendos juicios acerca de lo que ocurre en el momento, cuando, desde su punto de vista, en<br />

ese proceder él ya ha cometido graves errores en el pasado.<br />

P 1<br />

Mas, de momento volvamos a la carta de <strong>Heidegger</strong> del 8 de abril. Cabe reconocer que<br />

especi<strong>al</strong>mente su última parte es muy bella y revela como <strong>Heidegger</strong> está efectivamente<br />

empeñado en conservar esta amistad, y dice cosas que son precisamente las que se le dicen a<br />

<strong>al</strong>guien que uno estima como un gran amigo: como que la amistad está por sobre todo.<br />

Escuchemos las siguientes p<strong>al</strong>abras que logran conmover a quien las lee:<br />

"A pesar de todo, querido <strong>Jaspers</strong>, a pesar de la muerte y las lágrimas, a pesar del dolor<br />

y la crueldad, a pesar de la carencia y el martirio, a pesar del desarraigo y del ostracismo, en esta<br />

apatridia no acontece una nada; en ella se oculta un adviento, cuyos guiños más lejanos quizás<br />

podemos sentir y recibir en un suave soplar, para s<strong>al</strong>vaguardarlos para un futuro que ninguna<br />

construcción histórica habrá de descifrar, mucho menos la actu<strong>al</strong> que piensa en todo<br />

técnicamente".<br />

<strong>En</strong>contramos aquí a un <strong>Heidegger</strong> particularmente afectivo y acogedor, que se advierte<br />

que ha pasado por un c<strong>al</strong>vario interno, lo cu<strong>al</strong> se refleja no solamente en lo que recién leímos,<br />

sino en el reconocimiento anterior de sus f<strong>al</strong>tas que ha habido en la carta. <strong>En</strong> consecuencia con<br />

ello, y dando más muestras de esa afectividad, termina diciendo:<br />

"He escuchado que dictará lecciones en el verano en Heidelberg. Ud. no querrá hacer<br />

una parada aquí en Friburgo. Pero, cuando pase por aquí, comuníqueme la hora. Iré <strong>al</strong> tren para<br />

estrecharle <strong>al</strong> menos la mano".<br />

Y si nos preguntamos por qué <strong>Heidegger</strong> supone así de antemano que <strong>Jaspers</strong> no querrá<br />

hacer una parada en Freiburg, t<strong>al</strong> vez la respuesta más plausible sea la consideración del estado<br />

enfermizo crónico de su amigo.<br />

P 2<br />

No deja de sorprender que lleguemos aquí <strong>al</strong> punto de quiebre de esta amistad.<br />

Claramente es <strong>Jaspers</strong> quien se nota reticente a la pronta respuesta epistolar,<br />

característica de él.<br />

100


Después de la carta del 8 de abril, pasa más de un mes, y es <strong>Heidegger</strong> el que<br />

nuevamente escribe, planteándole, entre otras cosas a <strong>Jaspers</strong>, tras la lectura de sus libros "La<br />

pregunta por la culpa" y la "Introducción a la filosofía", especi<strong>al</strong>mente en lo relativo a este<br />

último, si acaso no sería conveniente reformular la tot<strong>al</strong>idad de su pensamiento desde la<br />

comunicación, que a él le parece ser el concepto centr<strong>al</strong> del pensamiento jaspersiano.<br />

Y esta vez contesta <strong>Jaspers</strong>, pero muy brevemente el 16 de mayo del 50. Se trata<br />

prácticamente de un acuse de recibo y de lo relativo a una Lección que <strong>Jaspers</strong> dictará en la<br />

Universidad de Heidelberg ese mismo verano. <strong>En</strong> todo caso, promete que las 2 cartas anteriores<br />

de <strong>Heidegger</strong> las habrá de responder oportunamente. <strong>Heidegger</strong> responde esta vez en tan sólo<br />

cuatro líneas en carta del 26 de mayo.<br />

Lo que resulta además una prueba de esa reticencia de <strong>Jaspers</strong> a responder<br />

oportunamente es el hecho de que a la segunda carta hay una respuesta, pero que corresponde a<br />

una carta no enviada, es decir, corresponde, de acuerdo a la terminología que hemos usado, a un<br />

"borrador de carta", y que es bastante completo.<br />

Mas, luego de la última brevísima carta de <strong>Heidegger</strong> que fue también una respuesta a<br />

la brevísima última de <strong>Jaspers</strong>, habrán de transcurrir más de dos años para que recién éste último<br />

escriba el 24 de julio de 1952, pero esta vez es ya, podríamos decir, el anuncio de una<br />

despedida, puesto que su larga carta constituye patentemente un juicio.<br />

Él comienza disculpándose por no haber escrito a tiempo, diciendo que para su<br />

invitación a dictar una Lección en Heidelberg pensaba pasar por Freiburg y visitar a <strong>Heidegger</strong>,<br />

pero esto no pudo ser porque se enfermó en Sankt Moritz, donde <strong>Jaspers</strong> solía pasar las<br />

vacaciones de verano en casa de un amigo, el médico Hans W<strong>al</strong>tz.<br />

Mas, agrega a continuación lo siguiente:<br />

"Esta vacilación no estaba suscitada únicamente por la multiplicidad de las preguntas<br />

planteadas (que Ud. <strong>al</strong>guna vez me escribió: ¡dónde comenzar!), sino por una reserva, suscitada<br />

por el contenido de sus últimas cartas, sus aclaraciones sobre 1933 y los años siguientes, con las<br />

que mis recuerdos no siempre coincidían, y luego más encima por informaciones superfici<strong>al</strong>es<br />

sobre Heidelberg, a las que no puedo hacer referencia, y a las que Hannah ya ha dado curso".<br />

P 3<br />

Es recién la última <strong>al</strong>usión a ciertas informaciones transmitidas por Hannah lo que <strong>al</strong><br />

parecer se revela como el verdadero motivo de la reticencia de <strong>Jaspers</strong>. Si bien no sabemos<br />

exactamente de qué se trata, los editores del espistolario - Hans Saner por el lado de <strong>Jaspers</strong> y<br />

W<strong>al</strong>ter Biemel por el lado de <strong>Heidegger</strong> - señ<strong>al</strong>an lo siguiente:<br />

"Se trataba del rumor de que <strong>Heidegger</strong> en otoño de 1949 le habría dicho <strong>al</strong> historiador<br />

de literatura de Heidelberg Paul Böckmann por qué él en 1933 habría cortado su relación con<br />

<strong>Jaspers</strong>, en vistas de haber ya temprano plagiado sus pensamientos; posteriormente <strong>Jaspers</strong> le<br />

habría ocasionado mucho daño con su Informe a la Comisión de Limpieza (delatado esto en una<br />

carta de Kurt Rossmann a <strong>Jaspers</strong> del 29.3.1950)".<br />

Y, si es así, considerando que está la carta de Rossmann a <strong>Jaspers</strong>, no cabe más que estar<br />

de acuerdo con <strong>Jaspers</strong> en haber cortado esta amistad, que, por lo tanto, se reinició ya m<strong>al</strong>eada<br />

desde 1949.<br />

Mas, no obstante lo anterior no dejemos de tener presente que la carta de Rossmann se<br />

apoya a su vez en un rumor. El asunto es por lo tanto complejo.<br />

P 4<br />

101


Es conveniente a continuación examinar el mentado rumor por separado, tomando en<br />

cuenta que en él hay dos aseveraciones: una, que <strong>Heidegger</strong> habría cortado la amistad en 1933<br />

debido a que <strong>Jaspers</strong> habría plagiado sus pensamientos.<br />

Lo cierto es que respecto de esto, lo haya dicho <strong>Heidegger</strong> o no, cabe decir que carece<br />

de toda base. Si cupiera en <strong>al</strong>gún sentido hablar de plagio, sería en todo caso <strong>al</strong> revés. Se puede<br />

demostrar como varios de los decisivos pensamientos de "Ser y tiempo" de 1927 - la obra mayor<br />

de <strong>Heidegger</strong> - están anticipados ya en la "Psicología de las concepciones del mundo" de 1919, y<br />

que <strong>Heidegger</strong> reseñara.<br />

Mas, tampoco estamos en absoluto autorizados a hacer una tremenda afirmación como<br />

ésta, nada menos que de un plagio, ya que <strong>al</strong> mismo tiempo puede reconocerse que los<br />

pensamientos de <strong>Heidegger</strong> siguen un derrotero propio y origin<strong>al</strong>.<br />

La segunda aseveración de aquel rumor, en la que se <strong>al</strong>ude a que <strong>Jaspers</strong> con su Informe<br />

a la Comisión de Limpieza (de desnazificación) de la Universidad de Friburgo habría dañado<br />

severamente a <strong>Heidegger</strong>, es bastante más complicada, porque, en efecto, como sabemos, <strong>Jaspers</strong><br />

redactó ese Informe, el cu<strong>al</strong> tuvo además una parte negativa para <strong>Heidegger</strong>.<br />

Pero, <strong>al</strong> respecto ya hemos visto que <strong>Jaspers</strong> emitió en ese Informe tanto un juicio<br />

negativo - que a <strong>Heidegger</strong> se le suspendiera tempor<strong>al</strong>mente el derecho a enseñar -, como juicios<br />

positivos: que <strong>Heidegger</strong> es un gran pensador y que debe apoyársele en lo que atañe a sus<br />

publicaciones.<br />

P 5<br />

Mas, con esta larga carta de <strong>Jaspers</strong> sucede que lo que de entrada y en distintos pasajes<br />

tiene el carácter de un juicio definitivo, luego deja de parecerlo. <strong>En</strong> este sentido podemos<br />

entender la siguientes p<strong>al</strong>abras:<br />

"Cuando el vehículo de mi escribir debido a la reserva y el no poder responder<br />

rectamente, se estancó, así espero que pueda volver a andar, si lo obligo a ello y Ud. me ayuda<br />

con su correspondencia".<br />

Bella metáfora ésta del escribir re<strong>al</strong>izado por el vehículo de la lapicera, ya que <strong>al</strong>ude <strong>al</strong><br />

sentido de viaje y de aventura que hay en la escritura, y se trata, como vemos, de que ese<br />

vehículo invite otra vez a la amistad, que, como el amor, puede ser un acogedor remanso donde<br />

vuelven a estar las cosas en su lugar.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

102


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 274 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: martes 8 de mayo del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

<strong>En</strong> el análisis del <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong> hemos llegado a un punto de un nuevo y<br />

casi último quiebre de la relación amic<strong>al</strong> entrambos en 1952.<br />

<strong>Heidegger</strong> ha dado una explicación relativamente extensa de su actuación durante los<br />

años del nazismo, mas ésta no es suficiente para <strong>Jaspers</strong>. De hecho desde la carta de esa<br />

explicación de <strong>Heidegger</strong> del 50 han pasado dos años, y entonces en carta del 24 de julio del 52<br />

dice que respecto de su escrito "La pregunta por la culpa" que le enviara, ha esperado <strong>al</strong>gún<br />

comentario, mas no ha habido ninguno. Ello muestra <strong>al</strong> mismo tiempo que cuando en el 50 él le<br />

enviara ese escrito, tácitamente esperaba con ello <strong>al</strong>gún planteamiento de <strong>Heidegger</strong> sobre él,<br />

v<strong>al</strong>e decir, que el envío del escrito, precisamente sobre el tema de la culpa, en cierto modo tenía<br />

el carácter de una excusa.<br />

Y lo cierto es que, a la <strong>al</strong>tura de la carta del 52 ya ha corrido demasiada agua bajo el<br />

puente y <strong>Jaspers</strong> da en ella libre curso a lo que tiene cierto carácter de un juicio sobre <strong>Heidegger</strong>.<br />

Escuchemos:<br />

"Lo que ambos entendemos por filosofía, lo que con ello queremos, a quién nos<br />

dirigimos con ella, como ella se vincula con la propia vida, todo ello entre nosotros<br />

supuestamente ya es completamente diferente en su origen. Aclararlo debería conducir a aquella<br />

conveniente discusión. Yo no estoy en condiciones de ello, porque no conozco suficientemente<br />

sus escritos".<br />

<strong>En</strong> ello hace <strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong>usión a aquel programa de una discusión entre ambos <strong>al</strong> interior<br />

de una así llamada "sociedad de lucha", que se proponían formar. Pues bien, podemos agregar<br />

ahora <strong>al</strong> respecto que con esto es nada menos que él más entusiasta y promotor de esa idea -<br />

<strong>Jaspers</strong> - el que renuncia a ello. Y esta renuncia se probará con el tiempo que ha sido de una vez<br />

y hasta siempre. Relativamente a ello, cabe decir que no sabemos acerca del <strong>al</strong>cance último de lo<br />

que hacemos o dejamos de hacer y ciertamente es el tiempo el que siempre acaba hablando por<br />

nosotros.<br />

P 1<br />

<strong>Heidegger</strong> ha dicho en su carta de dos años atrás que nuevamente el m<strong>al</strong> está ahí, que<br />

St<strong>al</strong>in no necesita declarar la guerra, porque cada día gana una bat<strong>al</strong>la, y que, en aras de<br />

enfrentar ese así perfilado m<strong>al</strong>, las cosas ya no se juegan más en una esfera política, sino más<br />

radic<strong>al</strong>mente sobre la base del ser.<br />

A ello responde <strong>Jaspers</strong> con mucho enojo y en un tono que casi podría decirse que es de<br />

profesor a <strong>al</strong>umno, que en una visión como esa (como característica visión del que únicamente<br />

se limita a ver las cosas desde lontananza y en un tono de lo indeterminado y de lo meramente<br />

aproximativo), está precisamente el peligro de que <strong>al</strong>guien como St<strong>al</strong>in pueda triunfar.<br />

Al mismo tiempo, y habría que agregar, con meridiana certeza, le hace ver una<br />

manifiesta contradicción, en el sentido de que, si efectivamente él identifica el m<strong>al</strong> con St<strong>al</strong>in, <strong>al</strong><br />

mismo tiempo (como lo ha hecho en un escrito reciente, en la "Carta sobre el "humanismo"" de<br />

103


1949) ha escrito <strong>al</strong>go positivo sobre el marxismo. Veamos como el propio <strong>Jaspers</strong> desarrolla<br />

estas ideas:<br />

"Leer <strong>al</strong>go así me espanta. Si Ud. estuviera frente a mí, como hace decenios,<br />

experimentaría hoy todavía mi afluencia de p<strong>al</strong>abras, con rabia, e invocando a la razón. La<br />

preguntas se me vuelven urgentes: ¿Es una t<strong>al</strong> visión de las cosas condición de la destrucción a<br />

través de su indeterminación ¿No se olvida lo que es posible de re<strong>al</strong>izar a través de la<br />

apariencia de grandilocuencia de aquellas visiones ¿Cómo así resulta que Ud. hace publicar en<br />

<strong>al</strong>guna parte un juicio bastante positivo acerca del marxismo, sin decir con claridad que Ud. ve<br />

en él la fuerza del m<strong>al</strong>"<br />

<strong>En</strong> ello <strong>Jaspers</strong> hace <strong>al</strong>usión a aquel pasaje de la "Carta sobre el "humanismo" que dice<br />

lo siguiente:<br />

"Porque Marx, en tanto él experimenta la enajenación, <strong>al</strong>canza con ello una dimensión<br />

esenci<strong>al</strong> de la historia, por eso es la concepción marxista de la historia superior a las<br />

otras...Puede que se adopte un punto de vista distinto, mas ontohistóricamente /es decir, en lo<br />

relativo a la historia del ser/ está suficientemente establecido que en él se expresa una<br />

experiencia element<strong>al</strong> de lo que es la historia del mundo".<br />

P 2<br />

Pero ni siquiera aquí acaba la irritación de <strong>Jaspers</strong>. Ella se vincula en lo que sigue con<br />

esa indeterminación, en la que insiste, y que él ve en <strong>Heidegger</strong>, respecto de la cu<strong>al</strong> termina<br />

diciendo que es en ella en donde está el verdadero peligro. Más aún, se le ocurre asociar esta<br />

visión indeterminada de <strong>Heidegger</strong> con una semejante visión que tuvieran los poetas Rainer<br />

Maria Rilke y Stephan George y que incitaba a mantenerse <strong>al</strong> márgen del "o esto o lo otro", es<br />

decir, la necesidad de decidirse enfáticamente por <strong>al</strong>go que caracteriza la acción política.<br />

Refieriéndose a la fuerza del m<strong>al</strong>, dice:<br />

"¿No tenemos cada uno de nosotros que agarrar este poder donde está presente y para<br />

aquél que habla pues de manera clara y concreta".<br />

Nótese desde ya en ello la manera definitivamente directa que tiene <strong>Jaspers</strong> de<br />

expresarse y de decirle a <strong>Heidegger</strong> sin ambages en este caso que él, justamente como uno que<br />

habla, no habla "de manera clara y concreta".<br />

Y sigue:<br />

"¿No es también éste el poder del m<strong>al</strong> en Alemania, y que siempre ha estado creciendo y<br />

que de hecho prepara la victoria de St<strong>al</strong>in: el ocultamiento y el olvido de lo pasado, el así<br />

llamado nuevo nacion<strong>al</strong>ismo, el re<strong>torno</strong> de los antiguos carriles del pensamiento y de todos los<br />

fantasmas, que, aunque fútil, destruye".<br />

P 3<br />

Y ahora incluso la asociación más directa de la indeterminación de las p<strong>al</strong>abras de<br />

<strong>Heidegger</strong> con esa fuerza del m<strong>al</strong>:<br />

"¿No está esta fuerza en todo pensamiento de lo aproximativo (aproximado, porque<br />

transcurre par<strong>al</strong>elamente <strong>al</strong> vivir y <strong>al</strong> hacer en el que piensa) ¿No triunfa St<strong>al</strong>in a través de todo<br />

esto ¿No es una filosofía que imagina y poetiza, aquella que gesta una visión de lo tremendo,<br />

nuevamente la preparación para el triunfo de lo tot<strong>al</strong>itario justamente porque se aparta de la<br />

re<strong>al</strong>idad ¿Así como la filosofía en un amplio radio antes de 1933 de hecho preparó el terreno<br />

para aceptar a Hitler"<br />

104


Como s<strong>al</strong>ta a la vista, aquí hace <strong>Jaspers</strong> una aseveración de grueso c<strong>al</strong>ibre, y en verdad<br />

digo poco, se trata de una aseveración tremendamente osada, de la cu<strong>al</strong> él tiene que haber<br />

supuesto que podía ocasionar una enorme irritación en su destinatario. Más aún, lo que <strong>Jaspers</strong><br />

debe haber tenido muy claro no es tanto que a raíz de esa aseveración fuera <strong>Heidegger</strong> el que<br />

podía ponerle término a esta amistad, sino, antes bien, el propio <strong>Jaspers</strong> <strong>al</strong> momento de hacerla y<br />

enviársela a su destinatario en una carta.<br />

¿Y qué es lo que percibimos como particularmente extremo en la mentada aseveración<br />

Pues nada menos que la asociación directa que se hace en ella entre la indeterminación y<br />

el lenguaje de <strong>Heidegger</strong> de lo aproximativo el que es no solamente pasto para el est<strong>al</strong>inismo,<br />

sino además para el hitlerismo.<br />

P 4<br />

Ahora bien, si nos preguntamos ¿por qué <strong>Jaspers</strong> lleva en esta carta las cosas tan lejos,<br />

cuando él mismo ha dado inicio <strong>al</strong> re<strong>torno</strong> de esta amistad desde 1949 ¿Se explica la irritación<br />

con <strong>Heidegger</strong> que se hace manifiesta en esta carta del 52 únicamente a partir de las<br />

afirmaciones de <strong>Heidegger</strong> en la carta de dos años atrás que van más <strong>al</strong>lá de la época del<br />

nazismo y se aventuran a hacer juicios acerca de la postguerra y del estado actu<strong>al</strong> de las cosas, a<br />

través de juicios que para <strong>Jaspers</strong> son nada más que "aproximativos"<br />

Ya hemos visto que no: <strong>al</strong> parecer la irritación de <strong>Jaspers</strong> no se explica tan sólo a partir<br />

de esto. <strong>En</strong> el intertanto, v<strong>al</strong>e decir entre el 50 y el 52, <strong>Jaspers</strong> ha recibido un rumor de que<br />

quien, podemos decirlo así, "aparenta" ser su amigo anda diciendo cosas muy negativas acerca<br />

de él, y esto, como ya lo hemos visto, lo habría sabido de boca de su entrañable amiga y<br />

discípula Hannah Arendt.<br />

P 5<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

105


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 275 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: martes 15 de mayo del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

Hemos visto como <strong>Jaspers</strong> en 1952 se muestra particularmente irritado con una carta de<br />

<strong>Heidegger</strong> que ya data del 50, y ello no tanto por la actuación de éste último bajo el nazismo,<br />

sino por su aventurarse a emitir juicios sobre el momento actu<strong>al</strong> (que ya an<strong>al</strong>izáramos<br />

anteriormente), y que, a juicio de <strong>Jaspers</strong> poseen un peligroso carácter de lo indeterminado y<br />

meramente aproximativo. El argumento de fondo en ello es que el tot<strong>al</strong>itarismo cobra fuerza<br />

precisamente ante el hacerse presente de ese tipo de discursos vagos y que van acompañados de<br />

una actitud en la que se evita el someterse <strong>al</strong> dirimir entre "esto o lo otro", "entweder-oder",<br />

propio de las decisiones prácticas.<br />

<strong>En</strong> este contexto <strong>Jaspers</strong> ejemplifica este argumento con los poetas Rainer Maria Rilke y<br />

Stephan George que fueron convertidos en ídolos por un "pequeño círculo de "ilustrados"", que<br />

con su exigencia de una "constitución humana" sirvieron para escapar a la imposición de ese<br />

"esto o lo otro" del terreno práctico y político.<br />

Destaquemos en ello también la interesante reflexión que esboza aquí <strong>Jaspers</strong> sobre este<br />

terreno práctico y político, en el sentido de la necesidad que él demanda de la decisión, del<br />

inevitable tener que someterse del político a ese "esto o lo otro", e incluso en tantas situaciones<br />

forzosas careciendo de los elementos de juicio suficientes , es decir, careciendo de una<br />

percepción acabada de la situación relativa a la cu<strong>al</strong> se toman decisiones.<br />

P 1<br />

Ya <strong>Jaspers</strong> ha sido suficientemente duro y osado <strong>al</strong> sostener que ese lenguaje de lo<br />

indeterminado-aproximativo puesto en práctica no únicamente por <strong>Heidegger</strong>, sino por una<br />

buena parte de la intelectu<strong>al</strong>idad de la época, indujo a la aceptación de Hitler.<br />

Dentro de las afirmaciones sobre el momento actu<strong>al</strong>, que a <strong>Jaspers</strong> tanto le molestan, se<br />

agrega además esta otra en la que <strong>Heidegger</strong> a partir de la acción persistente del m<strong>al</strong>, que aun se<br />

mantiene, y de la pérdida de lo que llama ahí "apatridia" ("Heimatlosigkeit"), v<strong>al</strong>e decir, una<br />

pérdida del terruño, sostiene que, a pesar de ello, se anuncia un adviento, en otras p<strong>al</strong>abras,<br />

tiempos mejores. Pues bien, esto también es motivo de severos juicios por parte de <strong>Jaspers</strong>.<br />

Escuchemos:<br />

"Ud. continúa escribiendo: "<strong>En</strong> esta apatridia...se oculta un adviento". Mi espanto creció<br />

cuando leí esto. Eso es, hasta donde puedo pensar, pura fantasmagoría, en la línea de tantas<br />

fantasmagorías que cada una "en su tiempo" han desquiciado esta mitad de siglo. ¿Ud. está en la<br />

disposición de aparecer como un profeta, que a partir de un mensaje oculto, señ<strong>al</strong>a lo<br />

sobrenatur<strong>al</strong>, como un filósofo que nos aparta de la re<strong>al</strong>idad ¿Uno que renuncia a lo posible con<br />

ficciones"<br />

P 2<br />

Así pues, lo que dice <strong>Heidegger</strong> es que en medio de una "apatridia" reinante, que<br />

caracteriza la época, se anuncia un adviento, y esto, como vemos irrita a <strong>Jaspers</strong> debido <strong>al</strong> uso<br />

que ve en ello de un discurso de vaticinio que anuncia vaguedades sin ningún fundamento.<br />

106


Destaquemos en ello lo problemático del término que traducimos como 'apatridia',<br />

'Heimatlosigkeit'. Lo cierto es que carecemos en castellano para traducir una p<strong>al</strong>abra como<br />

'Heimat', ya que no <strong>al</strong>ude exactamente a lo que llamamos 'patria'. Este término que proviene de<br />

'pater' lo llama el <strong>al</strong>emán 'Vaterland', de la misma procedencia, ya que 'Vater' significa también<br />

'padre'. La patria como 'Vaterland' guarda relación con la soberanía de un territorio y con el<br />

estado-nación, incluyendo por supuesto el vínculo que ello puede suscitar en los ciudadanos en<br />

tanto el Imaginario que la patria representa para ellos.<br />

Pues bien, 'Heimat' apunta más bien <strong>al</strong> terruño, en el caso de <strong>Heidegger</strong>, la Selva Negra.<br />

Desde luego, un chileno también siente <strong>al</strong>go así, como el vínculo que siente el penquista<br />

con Concepción y <strong>al</strong>rededores, pero no tenemos para ello un nombre.<br />

Cabe agregar a su vez que si el año 52 <strong>Heidegger</strong> habla de la apatridia, ya viene<br />

pensando en ello desde "Ser y tiempo" de 1927, aunque con otro nombre, y también en el escrito<br />

que tiene que ver con el rechazo <strong>al</strong> llamado que le hiciera la Universidad de Berlín, "Por qué<br />

permanecemos en la provincia" del año 1930.<br />

Pues bien, el hombre existiría hoy en una apatridia, en la pérdida del vínculo con el<br />

terruño, con el suelo, lo que cobra hoy una fuerza extraoridinaria con el trend de la<br />

glob<strong>al</strong>ización.<br />

P 3<br />

Y por cierto <strong>Jaspers</strong> puede estar perfectamente de acuerdo con el hacerse presente de esa<br />

apatridia, mas lo que le aparece excesivo es que <strong>Heidegger</strong> pueda hablar a partir de ello de un<br />

adviento, que no sabe de dónde viene, ni en razón de qué signos podría detectarse que<br />

efectivamente viene.<br />

Pero, no obstante los juicios severos que ya hemos escuchado, sin embargo <strong>Jaspers</strong> no<br />

da la amistad por perdida y expresa la esperanza de que, en sus p<strong>al</strong>abras, "/.../nosotros podamos<br />

entendernos en la medida de lo humano y de las posibilidades humanas".<br />

Lo cierto es que sorprende en ello esta actitud de <strong>Jaspers</strong> que semeja <strong>al</strong>go propio del<br />

profesor que juzga sobre un discípulo, y que, atreviéndose a decirle cosas muy duras, expresa <strong>al</strong><br />

mismo tiempo sus mejores intenciones de mantenerse dentro de una comunicación muy humana.<br />

Por una parte, podemos ver las cosas así, pero, por la otra, aunque no necesariamente en<br />

contradicción con ésta, podemos interpretar el <strong>al</strong>cance de estas p<strong>al</strong>abras en el sentido de quien<br />

hace un juicio muy duro (incluso varios), y sabe de antemano que con eso se está dando pie <strong>al</strong><br />

término de una amistad, pero que <strong>al</strong> mismo tiempo deja un márgen, un espacio, el espacio,<br />

diríamos, de un entendimiento propiamente humano capaz de soportar incluso juicios severos<br />

acompañados de mucho enojo.<br />

Vistas las cosas de este modo, podríamos decir, <strong>Jaspers</strong> sigue siendo siempre el que<br />

pone las cosas en su lugar, el que juzga acerca de distintas situaciones sin tapujos, y que,<br />

sabiendo que esos juicios pueden traer consigo un quiebre, él mismo evita dar ese último paso, y<br />

deja <strong>al</strong> fin aquel espacio para el encuentro renovadamente humano con el otro.<br />

P 4<br />

Siguiendo en la misma línea de este espacio de lo humano, <strong>al</strong> que <strong>Jaspers</strong> da en último<br />

término cabida (lo que tiene que ver con su concepción de la comunicación que supone el<br />

apostar hasta las últimas consecuencias por ella, por su re<strong>al</strong>ización y s<strong>al</strong>vaguarda), hace <strong>al</strong>usión<br />

a las siguientes p<strong>al</strong>abras de <strong>Heidegger</strong>, con el propósito t<strong>al</strong> vez de que a partir de ellas se siga<br />

hilvanando la historia de esta larga amistad:<br />

107


"Ud. ha escrito una bella y verdadera p<strong>al</strong>abra: "Cuanto más simples las cosas llegan a<br />

ser, tanto más difícil es pensarlas y decirlas adecuadamente".<br />

Y luego se le ocurre vincular este pensamiento en <strong>torno</strong> a lo simple, en lo que radica una<br />

verdad difícl de pensar y decir, con él mismo. Escuchemos:<br />

"Esto simple corresponde a la situación concreta y encuentra desde ahí el camino <strong>al</strong><br />

pensar en una forma objetiva. Que hasta ahora no me haya resultado decirle a Ud. esto simple y<br />

que no lo escuche de Ud. es para mí una señ<strong>al</strong> de lo insuficiente de mi filosofar".<br />

Fin<strong>al</strong>mente agrega:<br />

"La vida viene a ser tan escasa con la edad que cada día es apreciable. Se elige lo que se<br />

estima como lo más importante. Espero vivir tanto tiempo que el instante llegue a madurar para<br />

leer enteramente sus escritos y decir lo que me parece lo simple, y esto especi<strong>al</strong>mente en<br />

atención a escuchar su respuesta <strong>al</strong> respecto. Pero todo queda como <strong>al</strong>go tan incierto".<br />

P 5<br />

Después de juicios tan severos este fin<strong>al</strong> lleno de acogida e invitación a continuar y<br />

profundizar en la comunicación y en la amistad. Pero, igu<strong>al</strong> <strong>al</strong> fin<strong>al</strong>, en la última frase se<br />

introduce la duda de que todo queda tan incierto.<br />

<strong>En</strong> cierto modo, podríamos decir, que en esta duda se contiene todo: los juicios severos,<br />

el saber que ellos pueden significar un quiebre, a la vez también la intención de persistir en la<br />

amistad, el propósito de re<strong>al</strong>izar una gran tarea, como por último el no saber del futuro, cuánta<br />

vit<strong>al</strong>idad más le está reg<strong>al</strong>ada, cuán próxima o cuán lejana está la muerte.<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

108


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 276 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: martes 29 de mayo del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

Quizás uno de los rasgos más elevados del ser humano sea el ponerse en el lugar del otro<br />

y precisamente porque ello nos humaniza, nos permite ser-sí-mismos.<br />

Maravillosa experiencia ésta, la de ponerse en el lugar del otro, es decir, el de pronto<br />

comenzar a sentir, a ver, a oir, a an<strong>al</strong>izar, a pensar y a juzgar el mundo, las más distintas<br />

situaciones, cosas y personas, según como lo observa el otro, o, si se quiere, ver el mundo a<br />

través de la ventana del otro, y, a la vez, darse cuenta a partir de ello, que eso junto con<br />

emocionarnos, nos enriquece, nos permite crecer y, como ya decíamos, humanizarnos.<br />

Camino por las c<strong>al</strong>les de un b<strong>al</strong>neario y llego hasta la c<strong>al</strong>eta, donde están los pescadores<br />

vendiendo sus productos, me detengo un largo rato mirando ese en<strong>torno</strong>, converso con <strong>al</strong>guno de<br />

ellos, le pregunto por sus s<strong>al</strong>idas a la mar, por sus aventuras (se trata de un pescador de centolla<br />

de la región de Mag<strong>al</strong>lanes), si acaso están a veces mucho tiempo fuera, me entero de que cada<br />

vez tienen que ir más mar adentro para capturar la centolla, que incluso el viaje demora hasta<br />

cinco días, que, por eso mismo, aumentan mucho los riesgos, ya que a veces la mar se pone muy<br />

brava.<br />

Mientras lo escucho, siento el rugido del mar, me lo imagino largos días jugando a las<br />

cartas o en otras distracciones en el comedor del barco pesquero hasta llegar hasta el lugar de<br />

captura, siento las olas en su monótono movimiento, siento también la nost<strong>al</strong>gia que él puede<br />

sentir estando lejos de los suyos cada vez por tantos días.<br />

<strong>En</strong> cierto modo, estoy atónito y completamente absorto en su relato.<br />

Siento a su vez cierto profundo lazo que me une con él, que me hace admirarlo y ello<br />

tiene que ver con ese gesto de osadía, de aventura. De pronto descubro incluso la lejanía y hasta<br />

cierto extravío que hay en sus ojos, y que sutilmente se insinúa en el iris, demasiado cargado de<br />

figuras y lagunas.<br />

Y así ha pasado imperceptiblemente el tiempo, t<strong>al</strong> vez mucho más de una hora.<br />

P 1<br />

De pronto, él por su parte, comienza a interesarse por mí, acerca de qué me trae por ahí,<br />

cómo es la vida que llevo, a qué me dedico, y demás.<br />

Pues bien, lo cierto es que eso que ahí se ha creado, en cierto modo, simplemente se ha<br />

dado, como si fuera un reg<strong>al</strong>o, ha dado origen a una genuina comunicación, y ella ha sido<br />

únicamente posible gracias a aquello de lo cu<strong>al</strong> partíamos: el ponerse en el lugar del otro.<br />

Este fenómeno, que podemos llamar la <strong>al</strong>terposición y, en un sentido activo, el<br />

<strong>al</strong>terponernos o <strong>al</strong>terponerse, y, que entre otros ha sido muy destacado por Piaget y Kohlberg<br />

hasta llegar a Habermas, está ya pensado como condición de la comunicación por <strong>Jaspers</strong>..<br />

Pero, más que eso todavía, en la <strong>al</strong>terposición podemos reconocer el elemento<br />

primordi<strong>al</strong> de lo ético, en otras p<strong>al</strong>abras, que, sin él, no sería posible una ética como de ninguna<br />

manera una adecuada relación con los otros.<br />

109


Es más, lo que se conoce como "regla áurea de la mor<strong>al</strong>" y que corresponde a la<br />

sentencia de Cristo: "No hagas a los otros lo que no quisieras te hicieran a tí mismo", como<br />

también el imperativo categórico de Kant, están posibilitados por la <strong>al</strong>terposición.<br />

Lo mismo cabría decir de una auténtica política que verdaderamente se preocupe por el<br />

bien común, y no exclusivamente el bien particular y atómico de ciertos individuos para que<br />

acumulen más poder económico aún, y mucho menos todavía el de una política que se presenta<br />

con la cara f<strong>al</strong>sa de preocupación por el bien común, para en el fondo hacer todo lo contrario,<br />

digo aquella auténtica política, que la podemos llamar simplemente una "política soci<strong>al</strong>" tiene<br />

como condición la <strong>al</strong>terposición, el ponerse en el lugar de los otros.<br />

P 2<br />

Y, aún así, este reconocimiento de su relevancia es todavía insuficiente, ya que, cabe<br />

agregar, que lo que vivimos como amistad y amor son también únicamente posibles debido a la<br />

<strong>al</strong>terposición.<br />

Por de pronto, amistad y amor, filía y eros, comparten ese "s<strong>al</strong>ir de sí mismos <strong>al</strong><br />

encuentro con el otro", sólo que, como lo ha destacado Montaigne, en el caso de la amistad hay<br />

siempre un marcado compromiso con la mor<strong>al</strong>idad, en otras p<strong>al</strong>abras, en ella se potencian los<br />

sentimientos más nobles de la le<strong>al</strong>tad, la sinceridad, la honestidad, la preocupación por el amigo.<br />

Desde luego en el amor está también presente este vínculo con la mor<strong>al</strong>idad, mas, dado<br />

que en él se hace presente lo pasion<strong>al</strong>, en cierto modo porque amamos no sólo espiritu<strong>al</strong>mente,<br />

sino con nuestro cuerpo, con nuestras entrañas, puede ser ello además una fuente de conflictos.<br />

Con el amor sucede, por decirlo en <strong>al</strong>guna forma, así como <strong>al</strong>canzamos las más elevadas<br />

cumbres, así podemos caer también en los más insondables abismos.<br />

¿Qué observamos que hacen norm<strong>al</strong>mente los amigos Que practicando, la<br />

<strong>al</strong>terposición, interpretan el mundo e intercambian esas interpretaciones, hablan de política, del<br />

deporte, de literatura, de filosofía, o participan mancomunados en <strong>al</strong>guna obra, en un proyecto<br />

común.<br />

<strong>En</strong> las parejas ciertamente puede darse eso, y de hecho se da también, pero he aquí que<br />

lo que más las caracteriza son sus viajes exploratorios del otro, su ingresar en el laberinto, en la<br />

recámara de los pliegues íntimos de ella o él, y ello a su vez, siempre con los cuerpos presentes,<br />

en cierto modo, diríamos, a través de los cuerpos.<br />

Pensando siempre en la relación entre amistad y amor, si se quiere, podríamos decir, que<br />

en la amistad descolla especi<strong>al</strong>mente la <strong>al</strong>terposición, en el amor, se trata de que más que la<br />

<strong>al</strong>terposición, se da aquel fenómeno tan singular de habitar en el otro: definitivamente sucede<br />

con él, cuando es verdadero, que incluso a ratos más habitamos en el otro que en nosotros<br />

mismos.<br />

P 3<br />

Ahora bien, cuando hablamos de un verdadero amor como de una verdadera amistad,<br />

esta verdad de uno y otro tienen a su vez una singular característica, y que tiene que ver con lo<br />

grande, con lo inmenso.<br />

Podríamos decir que hay una cierta espaci<strong>al</strong>idad del amor, pero lo cierto es que ese<br />

carácter no sólo de grandeza, sino además de lo inconmensurable, de lo inmenso, de lo infinito,<br />

conlleva también lo tempor<strong>al</strong>. Quiero decir con ello que la inmensidad que, más que en la<br />

amistad, la vivimos en el amor, la vivimos en el sentido de una espaci<strong>al</strong>idad y de una<br />

tempor<strong>al</strong>idad infinitas: el amor ha sido definido, entre otros, como un "anhelo de eternidad".<br />

110


Hay que destacar pues esta singularidad de ciertos fenómenos, en este caso de la amistad<br />

y del amor, como que ellos en su verdad, en su ser esenci<strong>al</strong> propio, suponen lo grande, lo<br />

inmenso, más aún, lo inconmensurable, lo infinito. Hay que precisar que, en buenas cuentas, lo<br />

que vivimos como inmensidad es el anhelo. Y cabe agregar que, si no se viven en esa<br />

inmensidad, constituyen <strong>al</strong>go a medias, <strong>al</strong>go mediocre que no merece el nombre de t<strong>al</strong>. Esto<br />

quiere decir que no podemos ser nada más que un poco amigos o amantes.<br />

¿A qué se debe ello A que, por ser ellos las vivencias que más nos acercan a la<br />

plenitud, por representar para el ser humano las más hondas y elevadas aspiraciones, por eso<br />

mismo no pueden vivirse a medias: si los vivimos así, simplemente no son.<br />

Mas, el mencionado anhelo no se limita a lo que de buenas a primeras entendemos como<br />

t<strong>al</strong>: el anhelo no es únicamente relativo a <strong>al</strong>go pendiente que está por re<strong>al</strong>izarse, o incluso como<br />

lo que nos impulsa a ello, sino que, en el caso de ciertos fenómenos, como precisamente la<br />

amistad y el amor, ellos viven precisamente de ese anhelo, en otras p<strong>al</strong>abras, ellos son en tanto<br />

anhelo.<br />

P 4<br />

Este análisis que hemos hecho hoy día, partiendo por la <strong>al</strong>terposición para llegar a la<br />

amistad y <strong>al</strong> amor, ha sido con el fin de ayudarnos a tomar conciencia de que una amistad como<br />

aquella entre <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong> que comenzara en los años 20, deja una marca indeleble para<br />

toda la vida, y por eso a pesar de tantos quiebres sigue siempre en pie.<br />

Ello explica por qué el 19 de febrero de 1953, con ocasión del cumpleaños 70 de<br />

<strong>Jaspers</strong>, <strong>Heidegger</strong> le escribe una carta que no es simplemente una carta de felicitación, sino <strong>al</strong><br />

mismo tiempo un reg<strong>al</strong>o lleno de reconocimiento, aprecio y admiración, y ello tras la última y<br />

muy dura carta de <strong>Jaspers</strong> del año anterior (que ya an<strong>al</strong>izáramos).<br />

Y así leemos de parte de <strong>Jaspers</strong> su respuesta del 3 de abril del 53:<br />

"Hay un tono en sus líneas que yo no dejo de oir. Él deja abierto lo que todavía puede<br />

ser entre nosotros. De otro modo se dan las cosas entre nosotros que entre mí y los profesores de<br />

filosofía. <strong>En</strong>tre nosotros las cosas son enteramente o nada, porque las superfluidades<br />

convencion<strong>al</strong>es están prohibidas en función de lo que hubo entre nosotros. Yo lo veo vívamente,<br />

como si fuera recién, así como desde 1920 estaba conmigo, con nosotros, veo sus gestos, su<br />

mirada, escucho su voz, recuerdo conversaciones concretas y situaciones en las que tuvo lugar<br />

una conversación".<br />

P 5<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

111


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 277 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: martes 6 de junio del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

Nos deteníamos a pensar en la última ocasión acerca de la fuerza de la amistad, y<br />

particularmente de una amistad como aquella entre <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong>, y que los pone en una<br />

situación de no poder terminar con ella, a pesar de muchos quiebres a lo largo de toda una vida.<br />

Ello se revela claramente en el hecho de que aún habiéndole escrito <strong>Jaspers</strong> una carta<br />

muy dura el 52 a su par, igu<strong>al</strong>mente recibe de este último una carta llena de elogios,<br />

reconocimiento y admiración el 53 para su cumpleaños 70.<br />

Éste, por su parte, le contesta de manera muy acogedora, y le reconoce que lo suele ver<br />

así como si estuviera todavía delante de él, como en los años 20. Seguramente preocupado por lo<br />

<strong>al</strong>cances de la dura carta del año anterior, le aclara que lo que había en ella eran sólo preguntas.<br />

Y siempre, como ha sido por lo demás característico en todo este <strong>epistolario</strong>, se dirige a<br />

<strong>Heidegger</strong> con cierto tono profesor<strong>al</strong> y patern<strong>al</strong>, lamentando que t<strong>al</strong> vez podría haber hecho por<br />

su parte mucho más de lo que hizo en los años 30, y así se habrían evitado muchas cosas (en lo<br />

que se refiere a la fat<strong>al</strong> adhesión de <strong>Heidegger</strong> <strong>al</strong> nacion<strong>al</strong>-soci<strong>al</strong>ismo). Reconoce no haber<br />

tenido la suficiente fuerza para ello. Nótese que en ello hay la <strong>al</strong>usión a que podría haber estado<br />

en sus manos el que <strong>Heidegger</strong> no hubiera seguido la senda que siguió.<br />

P 1<br />

Luego, en esta carta del 3 de abril de 1953 hay referencias a la situación en que ha<br />

quedado Alemania, y en particular los <strong>al</strong>emanes, que, debido a la trágica experiencia de los<br />

últimos años (que puso a unos de un lado y a los otros del otro), en muchos casos no saben como<br />

encontrarse. Más aún, él lleva este pensamiento tan lejos que muestra como resulta oscura la<br />

recuperación de lo que sería genuinamente <strong>al</strong>emán, a partir de lo ocurrido.<br />

Éste es un tema que ya lo ha ocupado demasiado, cu<strong>al</strong> es el de Alemania y su destino, y<br />

de él resultará su libro "¿Hacia dónde se dirige la República Feder<strong>al</strong>" de 1966. Por el momento<br />

él cuenta que ha dejado a un lado todos sus escritos que se ocupan del tema, y agrega <strong>al</strong>go muy<br />

interesante y que es propio de la cautela que debe tener el filósofo en relación a emitir juicios<br />

respecto de su tiempo: que hay que esperar hasta que su voz se vuelva más extemporánea<br />

(unzeitgemässer). Podemos advertir en esto un vínculo con las "Consideraciones<br />

extemporáneas" ("Unzeitgemässe Betrachtungen") de Nietzsche, aquellos escritos entre 1873 y<br />

1876, en los que se perfila un Nietzsche con el fuerte ímpetu de poner las cosas en su lugar.<br />

Si pensamos un momento sobre el <strong>al</strong>cance de un término, por sobre todo nietzscheano<br />

como éste, y que usa <strong>Jaspers</strong>, podemos reconocer como nítidamente tiene que ver hasta con el<br />

mismo sentido de la filosofía y su relación con el tiempo. <strong>En</strong> efecto, ésta no puede sino ser una<br />

relación extemporánea, es decir, fuera del apego y del estar aferrado a las urgencias del<br />

momento. Esto quiere decir que la filosofía sólo logra tener un vínculo apropiado con su tiempo,<br />

pero habría que decir también, con la sociedad y el mundo precisamente de ese tiempo, si acaso<br />

está en cierto modo desfasada de él.<br />

De otro modo, sucede que ella fácilmente se desvirtúa y queda apresada en las demandas<br />

urgentes de la cotidianidad, confundiéndose con la política contingente.<br />

112


Referido <strong>al</strong> uso del término "extemporáneo" por parte de <strong>Jaspers</strong>, en él está presente de<br />

modo muy indirecto la cuestión de <strong>Heidegger</strong> y el nazismo, justamente porque desde la mirada<br />

de <strong>Jaspers</strong>, cabe decir que en ello se habría perdido ese carácter extemporáneo de la relación de<br />

la filosofía con su tiempo, su época, la sociedad y el mundo del momento presente.<br />

P 2<br />

Este sentido, la relevancia de lo extemporáneo puede ser planteada desde <strong>Jaspers</strong>, no<br />

obstante él declarar en la misma carta que ahora an<strong>al</strong>izamos que "Filosofía y política son<br />

inseparables desde Platón y Kant".<br />

Es más, en el propio <strong>Heidegger</strong> hay también un claro reconocimiento de este sentido de<br />

lo extemporáneo en su "Introducción a la metafísica" basado en un Curso dictado en el semestre<br />

de verano de 1936 en la Universidad de Friburgo, donde hace <strong>al</strong>usión a que a la filosofía le<br />

corresponde mantenerse siempre en una retaguardia en relación con su época.<br />

Este planteamiento quiere decir que o bien <strong>Heidegger</strong> reconoce su propio error <strong>al</strong> no<br />

haber respetado este carácter de distanciamiento de la filosofía, o bien él entiende que su vínculo<br />

con el nazismo no significó una contradicción con aquel carácter de retaguardia.<br />

Al respecto, de cara a estas <strong>al</strong>ternativas, cabe decir que <strong>al</strong> menos en lo relativo <strong>al</strong><br />

<strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong> corresponde v<strong>al</strong>idar la primera, a saber la concerniente <strong>al</strong> error,<br />

que <strong>Heidegger</strong> reconoce no solamente como un error político, sino, antes bien, humano.<br />

<strong>Jaspers</strong> recoge además un pensamiento de la última carta de <strong>Heidegger</strong>, que reconoce<br />

como verdadero y que toca esenci<strong>al</strong>mente a estos dos pensadores y a su larga amistad:<br />

"Ud. habla de la cercanía incluso de lo más extraño, del contacto de los solitarios. Si, esto<br />

será verdadero <strong>al</strong> fin<strong>al</strong>. Sólo que no hay anticiparlo como presupuesto. El reposo en el todo hace<br />

omitir lo posible en lo concreto de las relaciones humanas. Lutero, esta fat<strong>al</strong>idad <strong>al</strong>emana<br />

luciférica, dice lo contrario: "Nosotros podemos orar, pero no hablar juntos"".<br />

<strong>En</strong> efecto, <strong>Jaspers</strong> reconoce que con estas p<strong>al</strong>abras <strong>Heidegger</strong> toca <strong>al</strong>go radic<strong>al</strong><br />

concerniente a la amistad, y precisamente aquella entre los grandes pensadores, que <strong>al</strong> fin y <strong>al</strong><br />

cabo no son sino astros solitarios con sus propias órbitas. Seguramente con ello además queda ya<br />

anticipado lo que será esta amistad hasta el fin de la vida del primero entre los dos que muere:<br />

<strong>Jaspers</strong>, f<strong>al</strong>lecido el 69, a saber, no obstante no mediar ya desde el 53 casi ningún contacto más<br />

entre ambos, físico o epistolar, y, sin embargo, uno puede suponer con suficiente base que ambos<br />

siguieron contactándose desde la lejanía.<br />

P 3<br />

Pero, a este pensamiento de <strong>Heidegger</strong> acerca del encuentro entre los solitarios, que <strong>Jaspers</strong><br />

reconoce como verdadero, él agrega que no hay que anticipar esto como un presupuesto, ya que<br />

de ese modo no se le da cabida a lo posible, y que en este caso correspondería a un encuentro<br />

efectivo que podría tener lugar entre ambos.<br />

Es decir, un pensamiento como aquel de los solitarios correspondería a <strong>al</strong>go gener<strong>al</strong>, que<br />

en cierto modo puede impedir el encuentro efectivo e individu<strong>al</strong>. <strong>En</strong> este contexto, <strong>Jaspers</strong> se<br />

aparta de Lutero, a quien cita, el cu<strong>al</strong> con su sentencia de que sólo podemos orar, mas no hablar<br />

juntos, plantea un encuentro en lo gener<strong>al</strong>, propio de un credo compartido, y no en lo particular y<br />

lo concreto.<br />

Y concluye <strong>Jaspers</strong> reflexionando aquí acerca del vínculo entre el filosofar y la<br />

comunicación, pero siempre en el contexto de la relación entre ambos pensadores, diciendo lo<br />

siguiente:<br />

113


"Alcanzamos la seriedad de los que en el pensamiento sólo se pueden encontrar en el<br />

camino de lo más concreto, presente y a la mano, en nuestra existencia con el otro".<br />

<strong>En</strong>tre líneas se puede leer en ello además una cierta crítica <strong>al</strong> carácter que él estima que<br />

tiene el pensar heideggeriano, justamente en el sentido de lo apartado de la re<strong>al</strong>idad concreta.<br />

P 4<br />

<strong>En</strong> lo que hemos an<strong>al</strong>izado se revela una vez más lo controvertida de la relación de <strong>Jaspers</strong><br />

con <strong>Heidegger</strong>: por una parte, el reconocimiento de un profundo pensamiento - el de los<br />

solitarios -, y a renglón seguido el ver en ese pensamiento, en su posible manera de asumirlo, un<br />

error. A propósito de esto, <strong>al</strong>rededor del 53, año de la carta que an<strong>al</strong>izamos, escribe <strong>Jaspers</strong> en<br />

sus "Notas sobre <strong>Heidegger</strong>":<br />

"<strong>En</strong>tre los profesores de filosofía <strong>al</strong>emanes, sólo uno me ha interesado: <strong>Heidegger</strong>. / Todo<br />

lo demás me parecía negocio intelectu<strong>al</strong>. Sólo aquí había otra seriedad. <strong>En</strong> los años 1920 hasta<br />

1930 esto nos mantuvo unidos. / <strong>En</strong>tre los escritores <strong>al</strong>emanes hay otros dos que se pueden<br />

llamar filósofos: también me causaron otra gran impresión: Ludwig Klages y Ernst Jünger. / A<br />

los tres me siento ajeno. Si los ataco es un acto de respeto. Veo manifestarse en ellos poderes. <strong>En</strong><br />

filosofía sólo se puede tratar siempre de pensamientos que son la acción de esos poderes. Verlos<br />

lleva <strong>al</strong> vidente más <strong>al</strong>lá de lo que desea, y es a una mayor claridad. Le estoy agradecido a estos<br />

hombres, aunque escriba en contra de ellos. / El poder que creo ver en esos hombres me puede<br />

parecer m<strong>al</strong>o. El rango del espíritu por el que actúan no puede carecer de rasgos esenci<strong>al</strong>es en las<br />

person<strong>al</strong>idades. A pesar de toda la extrañeza siento simpatía por estos hombres, que es muy<br />

distinta, por ser tan distintos entre sí. Es como si quisiera conjurarlos a poner la <strong>al</strong>tura de su<br />

espíritu <strong>al</strong> servicio de poderes mejores. El gran espíritu sólo se convierte en objeto del amor<br />

donde el poder que actúa en él tiene un elevado carácter. / Cómo me gustaría amarlos, y me<br />

quejo de que en re<strong>al</strong>idad no puedo hacerlo. Hay momentos en que siento entusiasmo ante cada<br />

uno de los tres. Sólo por un instante. El desengaño destruyó ese instante. Y sé que sólo soy un<br />

hombre, que no soy ningún santo, y mucho menos un Dios que deja que el sol brille por igu<strong>al</strong><br />

para los buenos y para los m<strong>al</strong>os".<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

114


“La fiesta del pensamiento”<br />

Re<strong>al</strong>ización: Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

Programa No. 278 para la Radio de la Universidad de Chile<br />

Ciclo: “<strong>En</strong> <strong>torno</strong> <strong>al</strong> <strong>epistolario</strong> <strong>Jaspers</strong>-<strong>Heidegger</strong>”<br />

Audición: martes 13 de junio del 2001 a las 8,15 hrs. AM<br />

De la relación de amistad entre <strong>Jaspers</strong> y <strong>Heidegger</strong> a la <strong>al</strong>tura de 1959 ya quedan sólo<br />

los despojos.<br />

De hecho desde el 33 no se vieron nunca más, y sin embargo mantuvieron un contacto<br />

epistolar que si bien desde el36 se interrumpió, lo cierto es que desde el 49 se renovó. Pues bien,<br />

a la <strong>al</strong>tura del 59 ya sólo hay un escasísimo contacto epistolar que se limita a las felicitaciones ya<br />

no para cada cumpleaños, sino para el cumplimiento de un nuevo decenio, el jubileo, en la vida<br />

de cada uno de ellos.<br />

Y pensar que la distancia que media entre Basilea, donde vive <strong>Jaspers</strong> y Friburgo, donde<br />

vive <strong>Heidegger</strong>, es de apenas 70 kms., en ese tiempo con una comunicación expedita por<br />

carretera o por vía ferroviaria. Mas, esto mismo nos hace ver que la espaci<strong>al</strong>idad en lo que<br />

concierne a las relaciones humanas, la amistad o el amor, es completamente distinta de lo que<br />

atañe <strong>al</strong> espacio físico. Unos amigos o una pareja que han padecido el quiebre de su relación<br />

pueden incluso ser vecinos, y sin embargo no verse más.<br />

Mas, incluso esas felicitaciones de jubileo, <strong>al</strong> menos en lo que concierne a <strong>Jaspers</strong>, no<br />

son, por decirlo así, plácidas. <strong>En</strong> el caso de la congratulación del 22 de septiembre, escrita desde<br />

Cannes para los 70 años de <strong>Heidegger</strong> se hace presente la <strong>al</strong>usión a un recuerdo desazonador (y<br />

nótese que se trata de una congratulación). Escuchemos:<br />

"Para su cumpleaños setenta le envío mi s<strong>al</strong>udo y felicitaciones. Ambos son de corazón,<br />

porque el recuerdo de un antiguo y noble pasado hacen en este instante que mis sentimientos<br />

person<strong>al</strong>es hacia Ud., que tuvieron que c<strong>al</strong>lar largo tiempo, hablen más fuerte".<br />

P 1<br />

Y luego lo que es hasta este momento una discreta <strong>al</strong>usión a un recuerdo desazonador,<br />

se convierte ahora en observación crítica. Escuchemos:<br />

"Desde 1933 se ha interpuesto entre nosotros un desierto que con lo ocurrido y lo dicho<br />

cada vez ha parecido ser más intransitable. Después de lo que se ha hecho público un encuentro<br />

privado sin una aclaración pública, según estimo, ayudaría poco. La filosofía misma tendría que<br />

hablar. Nos ponemos viejos y no soy considerablemente mayor que Ud. Quizás queda sin decir<br />

lo más propio. / Así estoy frente a Ud. con las manos vacías y sólo puedo desearle hoy que tenga<br />

un crepúsculo de la vida más pleno, reflexivo y productivo".<br />

Podemos imaginar que en casa del amigo de <strong>Jaspers</strong>, el médico Hans W<strong>al</strong>tz donde él se<br />

encuentra en pleno verano, en Cannes, deben haber habido conversaciones en <strong>torno</strong> a la figura<br />

de <strong>Heidegger</strong> y probablemente acerca de <strong>al</strong>gunas expresiones que se hicieron públicas, a las que<br />

se <strong>al</strong>ude en la carta de felicitación.<br />

Esas supuestas expresiones exigen, de acuerdo a la carta, una aclaración pública, sin la<br />

cu<strong>al</strong>, un encuentro privado poco ayudaría, y a partir de ello <strong>Jaspers</strong> dice <strong>al</strong>go que merece<br />

destacarse, y que corresponde a un gesto de confianza en la filosofía, cuando dice precisamente<br />

que "la filosofía misma tendría que hablar".<br />

115


Se trata en ello de la filosofía como la entendía <strong>Jaspers</strong>, <strong>al</strong> modo de la comunicación<br />

abierta y tot<strong>al</strong>.<br />

P 2<br />

Pero, fin<strong>al</strong>mente en la <strong>al</strong>udida carta de felicitación <strong>al</strong>go que podríamos describir como<br />

penoso, y que se expresa en aquel reconocimiento de estar con las manos vacías frente <strong>al</strong><br />

felicitado.<br />

Describo esto como penoso, porque <strong>Jaspers</strong> no puede simplemente felicitar a quien fuera<br />

su amigo, o que ya casi ha dejado de serlo, ya que son muchas las reservas que se interponen<br />

como para que haya un gesto puramente asertivo y acogedor.<br />

La carta de <strong>Jaspers</strong> termina con un recuerdo de uno de los cerros más <strong>al</strong>tos de Alemania,<br />

el "Feldberg", donde se imagina a <strong>Heidegger</strong> en su en<strong>torno</strong> - la Selva Negra - (de hecho<br />

<strong>Heidegger</strong> le había contado <strong>al</strong>guna vez haber subido ese cerro, el cu<strong>al</strong> además queda<br />

relativamente cerca de Todtnauberg, donde estaba su cabaña). El recuerdo es de 1901, cuando<br />

<strong>Jaspers</strong> tenía 18 años, estando <strong>al</strong>lá arriba una semana, y en particular se acuerda de una vez que<br />

vio los Alpes sobre la niebla.<br />

Hay mucho de lejanía y de nost<strong>al</strong>gia, incluso de un mundo perdido, en esa visión de<br />

<strong>Jaspers</strong>, no sólo por lo lejano del tiempo, sino por tratarse de Alemania, de la que él se fue<br />

definitivamente.<br />

P 3<br />

Luego habrá que esperar hasta el próximo jubileo, esta vez los ochenta años de <strong>Jaspers</strong>,<br />

cumplidos en 1963, y, cabe advertir, no deja de sorprender lo llena de elogio, de aprecio y de<br />

admiración que es la felicitación que le manda <strong>Heidegger</strong>. Dice así:<br />

"Que Ud. haya podido llegar y permanecer aquí, donde su pensar ha fundado una<br />

estancia para la meditación, a ello v<strong>al</strong>e hoy el agradecer del pensar".<br />

Y a ello le sigue este poema:<br />

"Él vive del sosiego y para él.<br />

Él cuida lo indestructible.<br />

Él hace cada hora en la cercanía lejana a lo originario.<br />

Él conoce el pensar como el persistir sin efectos en la determinación tomada una vez.<br />

El agradecer en el pensar sea en este día su <strong>al</strong>egría".<br />

Y se despide diciendo: "<strong>En</strong> el recuerdo de los años veinte de este vertiginoso siglo".<br />

La felicitación de <strong>Heidegger</strong> es de febrero (el cumpleaños de <strong>Jaspers</strong> es el 23 de febrero)<br />

y la respuesta de este ;ultimo es transcurrido un mes, el 25 de marzo del 63, y comienza dando<br />

una explicación respecto de ese retraso, debido a una prolonganda gripe. Cabe traer a colación <strong>al</strong><br />

respecto lo delicado de la s<strong>al</strong>ud de <strong>Jaspers</strong> y el mérito que significa haber llegado a edad tan<br />

avanzada. Recordemos también que en plena juventud el Dr. Fraenkel había pronosticado una<br />

breve vida para él.<br />

P 4<br />

Y, a pesar de lo elogiosa de la carta de felicitación de <strong>Heidegger</strong> que habla de él como el<br />

que "cuida lo indestructible", no f<strong>al</strong>ta en la respuesta de este último la observación crítica de que<br />

igu<strong>al</strong> experimentó con esa carta una desazón, sucitada por lo ceremoniosa que le resultó para su<br />

gusto.<br />

116


Mas, otra vez vuelve a hablar de un "'ambito" donde podría tener lugar una "lucha llena<br />

de sentido" entre ambos. A ello le sigue el reconocimiento, que ya es una anticipo del fin, en el<br />

sentido de que aquel encuentro en ese ámbito filosófico imaginario no sucederá.<br />

Esta será su última y muy breve carta, más bien, una misiva.<br />

A ella le sigue en el <strong>epistolario</strong> una carta, escrita <strong>al</strong> día siguiente, y que nunca fue<br />

enviada (así aparece consignada en su obra póstuma, como tantas otras que hemos examinado, y<br />

en este caso con el agregado de que en vez de ella, envió una más corta).<br />

Lo que sigue en este <strong>epistolario</strong> es la breve carta de pésame del 2 de marzo de 1969 de<br />

<strong>Heidegger</strong> a Gertrud, la mujer de <strong>Jaspers</strong>, con la <strong>al</strong>usión <strong>al</strong> recuerdo de años pasados, y la<br />

igu<strong>al</strong>mente breve respuesta de Gertrud, recordando también años pasados.<br />

P 5<br />

Después de que <strong>Jaspers</strong> dictara su última lección en la Universidad de Basilea en 1961,<br />

su s<strong>al</strong>ud empeoró aún más, considerando su crónica m<strong>al</strong>a s<strong>al</strong>ud. <strong>En</strong> un deterioro paulatino que<br />

va acompañado de artritis, atrofias de distintas partes del cuerpo, afasias, y fin<strong>al</strong>mente desde el<br />

68 apoplejías, de las cu<strong>al</strong>es sufre tres ataques consecutivos, él mismo, con el grado de lucidez<br />

que sigue conservando, es el primero en autoexaminarse, como médico que era también. A la<br />

gente de confianza que lo visita les dice lo siguiente: "Alguna vez le llega a uno el destino.<br />

Cuento con una posibilidad bastante mínima. Es como si fuera dos - el primero sufre todo<br />

aquello, el segundo lo observa - con interés médico" (Rowohlt, p. 67).<br />

Tras haber sufrido un último ataque de apoplejía días antes, el 23 de Febrero celebró en<br />

compañía de los amigos más cercanos el que sería su cumpleaños 86. A esos amigos reunidos en<br />

<strong>torno</strong> de él les comunicó que ya no viviría más.<br />

Dos días después tuvo una fiebre <strong>al</strong>ta, y entró en un estado de euforia, a lo que le siguió<br />

en la noche un estado de coma. Pasada esa noche e iniciando ya el 26 de febrero de 1969, día del<br />

cumpleaños 90 de su mujer Gertrud, comenzó una lenta última agonía, entre los s<strong>al</strong>udos de<br />

cumpleaños y la casa llena de flores. El médico constató su muerte a las 13, 43 hrs.<br />

Para su funer<strong>al</strong> había dejado la solicitud de que fuera una ceremonia sencilla en<br />

compañía solamente de los más cercanos. Fin<strong>al</strong>mente, tras la despedida que le diera la<br />

universidad en la Iglesia de San Martín, fue enterrado en el cementerio Hörnli de Basilea "con<br />

vista a Alemania".<br />

P 6<br />

Dentro del Ciclo "El 'esclarecimiento existenci<strong>al</strong>' de Karl <strong>Jaspers</strong>" continuamos el<br />

próximo martes a las 8,15 hrs. de la mañana con el Capítulo "La sociedad de lucha".<br />

117


"El <strong>al</strong>ma, en efecto, que posee la esc<strong>al</strong>a más larga y que más profundo puede descender: /.../ - el<br />

<strong>al</strong>ma más vasta, la que más lejos puede correr y errar y vagar dentro de sí; la más necesaria, que<br />

por placer se precipita <strong>al</strong> azar: / el <strong>al</strong>ma que es, y se sumerge en el devenir; la que posee , y<br />

quiere sumergirse en el querer y el desear: / la que huye de sí misma, que a sí misma se da<br />

<strong>al</strong>cance en los círculos más amplios; el <strong>al</strong>ma más sabia, a quien más dulcemente habla la<br />

necedad: / la que más se ama a sí misma, en la que todas las cosas tienen su corriente y su<br />

contracorriente, su flujo y su reflujo /.../".<br />

Nietzsche, Así habló Zaratustra<br />

He aquí un parámetro de la grandeza de <strong>al</strong>ma, de aquello que Aristóteles (haciendo un parangón)<br />

definiera como meg<strong>al</strong>opsiquía, y que podríamos traducir como 'magnanimidad', que tiene que<br />

ver con la espaci<strong>al</strong>idad que determina <strong>al</strong> hombre.<br />

Con Arnold Gehlen (El hombre) podemos decir que la evolución humana ha consistido en una<br />

paulatina "interiorización de la exterioridad", v<strong>al</strong>e decir en la formación de una cavidad en el<br />

hombre en la que cabría el universo entero, más aún, el ser en todas sus manifestaciones, a saber,<br />

v<strong>al</strong>ores, mitos, números, leyes científicas, leyes jurídicas, centauros, el "Quijote de la Mancha",<br />

los dinosaurios, el big-bang, y hasta universos posibles hipercríticos o hipocríticos en cuanto a la<br />

relación entre gravitación y expansión.<br />

<strong>En</strong> ello podemos reconocer que <strong>al</strong> mismo tiempo que el mundo se ha ido ensanchando, en<br />

términos del universo físico, por otro lado, se ha ido estrechando en relación a los mitos, las<br />

religiones y la mística.<br />

Esa interiorización, en tanto paulatina formación de una cavidad, es dinámica y procesu<strong>al</strong>, y ello<br />

quiere decir que involucra una espaci<strong>al</strong>idad singular.<br />

Esto significa que este "ente abierto <strong>al</strong> mundo", como nos caracteriza también Gehlen, a través<br />

del gestarse, del desarrollarse de esa espaci<strong>al</strong>idad despliega lo más esenci<strong>al</strong> de él.<br />

La interiorización de la exterioridad implica a su vez que este "diseño especi<strong>al</strong> de la natur<strong>al</strong>eza",<br />

que somos, es apertura, el "ente-abierto-<strong>al</strong>-mundo", que, <strong>al</strong> mismo tiempo, contribuye a formar<br />

(<strong>al</strong> mundo), en lo que se distingue del anim<strong>al</strong> que depende de su "circummundo", el en<strong>torno</strong>.<br />

Esta espaci<strong>al</strong>idad que caracteriza <strong>al</strong> ser humano, la podemos entender, en particular desde<br />

<strong>Heidegger</strong> en adelante, como "espaci<strong>al</strong>idad existenci<strong>al</strong>", <strong>al</strong>udiendo ésta más precisamente a la<br />

relación del hombre con el espacio cósmico.<br />

Al hombre lo llama <strong>Heidegger</strong> 'Da-sein', término que ha sido traducido como 'ser-ahí', lo cu<strong>al</strong> ya<br />

de por sí es decidor respecto de la espaci<strong>al</strong>idad, en el sentido de que somos el 'ahí del ser', esto<br />

es, el ámbito abierto en el que se revela o se oculta el ser y todo aquello de lo que decimos que<br />

es: gaviota, higuera, número , "El libro de arena" de Borges, Marduk, las "Guerras Médicas".<br />

Cristób<strong>al</strong> Holzapfel<br />

118


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