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Drets humans al carrer, cuentos infantiles sobre derechos humanos

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drets <strong>humans</strong> <strong>al</strong> <strong>carrer</strong>. Cuentos <strong>infantiles</strong> <strong>sobre</strong> <strong>derechos</strong> <strong>humanos</strong><br />

Y cerró la puerta y pasó uno, dos, tres cerrojos, ¡como si Magín tuviera fuerzas para<br />

escaparse!<br />

—Si yo no he hecho nada —lloraba bajito y muerto de miedo Magín.— ¡No he hecho<br />

nada!<br />

—Pero a la cárcel sólo van los ladrones y los asesinos, ¿no| - interrumpe Anna, la<br />

que se sienta en la mesa de los astronautas- ¿Un policía me puede meter en la cárcel|pregunta<br />

re<strong>al</strong>mente asustada.<br />

—No, Anna, en nuestro país los policías no pueden meter a nadie en la cárcel si no<br />

ha hecho <strong>al</strong>go m<strong>al</strong>o —“Aunque a veces se equivocan” piensa la maestra.<br />

—Y en Francia ¿sí|- pregunta Joan, que iba de vacaciones a París.<br />

—Tampoco, Joan. Pero sí que hay países donde se detiene y se mete en la cárcel<br />

durante meses o años a personas sin que haya un juicio y sin que se demuestre que son<br />

culpables de <strong>al</strong>go. Sólo porque quizás piensan diferente del gobierno… ¿Me dejáis que<br />

acabe el cuento|<br />

Saoka, un niño de Guinea que había llegado a clase la semana pasada escuchaba muy<br />

c<strong>al</strong>lado.<br />

Bien, pues como os iba diciendo, Magín empezó a llorar y a llorar y a llorar. Primero<br />

eran cuatro lágrimas, que resb<strong>al</strong>aban poco a poco por sus mejillas. Luego pareció como si<br />

las lágrimas se fueran animando unas a otras y empezaron a bajar continuamente y más<br />

que lágrimas parecían ríos de agua que fueron haciendo charcos en el suelo.<br />

Y mientras lloraba, Magín lo vio todo claro, como cuando se enciende la luz en una<br />

habitación a oscuras> no es justo que nadie vaya a la cárcel si no ha hecho <strong>al</strong>go m<strong>al</strong>o,<br />

muy m<strong>al</strong>o ¡y se sabe seguro que ha sido él! Es como en la escuela> da mucha rabia que<br />

te castiguen por hablar si tú no has hablado. O quizás aún mejor, ¿Y si nadie tuviera que<br />

ir a la cárcel|<br />

—Saoka, ¿por qué lloras|

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