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Drets humans al carrer, cuentos infantiles sobre derechos humanos

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198<br />

drets <strong>humans</strong> <strong>al</strong> <strong>carrer</strong>. Cuentos <strong>infantiles</strong> <strong>sobre</strong> <strong>derechos</strong> <strong>humanos</strong><br />

30<br />

Le Lieu<br />

Mireia Bernabeu Rodríquez<br />

Ilustración:<br />

Miguel Tanco<br />

Esta historia ocurrió hace mucho, mucho tiempo, en un país lejano que el hombre<br />

todavía no había llegado a explorar. Era uno de los lugares más maravillosos<br />

de la tierra. Su vegetación se extendía desde la más pequeña flor hasta el árbol<br />

más frondoso. En él habitaban millones de especies de anim<strong>al</strong>es, tanto domésticos<br />

y s<strong>al</strong>vajes como nuevas especies de existencia desconocida por el hombre.<br />

Su clima variaba cada cien años, así pues el sol lucía sus rayos el mismo tiempo que<br />

las nubes tapaban ese magnífico lugar y descargaban <strong>sobre</strong> él una suave lluvia que hacía<br />

crecer las bonitas flores del lugar. Sí, aquel lugar era, sin duda, uno de los lugares más<br />

bellos que nunca hubo existido, hasta que llegó el día en que todo cambió.<br />

En un día soleado, todo permanecía tranquilo. Las amapolas se movían <strong>al</strong> ritmo de la<br />

suave brisa que soplaba y las pequeñas ardillas jugueteaban por los árboles s<strong>al</strong>tando de<br />

rama en rama. Los osos aún dormían plácidos y c<strong>al</strong>ientes en su cueva detrás de la mágica<br />

gran cascada y una bandada de gorriones seguía ordenadamente su rumbo hacia el norte.<br />

Pero no todo permanecía en c<strong>al</strong>ma en aquel lugar. A su <strong>al</strong>rededor se encontraba un<br />

pequeño pueblecito habitado por unos pequeños seres llamados “Grays” que envidiaban<br />

aquel fantástico lugar porque aquellos seres diminutos eran tan orgullosos y egoístas que<br />

no querían formar parte de <strong>al</strong>go de lo que ellos no habían tenido nada que ver.

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