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Drets humans al carrer, cuentos infantiles sobre derechos humanos

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drets <strong>humans</strong> <strong>al</strong> <strong>carrer</strong>. Cuentos <strong>infantiles</strong> <strong>sobre</strong> <strong>derechos</strong> <strong>humanos</strong><br />

irse de vacaciones a otro sitio que no fuera el propio Sant Cugat. Pero ese verano iba a ser<br />

diferente. Sus padres habían ahorrado durante el año y se iban a ir a un sitio que estaba<br />

muy, muy lejos y donde había playa, una playa paradisíaca. Los padres de Marta habían<br />

<strong>al</strong>quilado unas habitaciones en un hotel situado en una de las costas de México. Marta ya<br />

se lo había contado a todas sus amigas que se querían ir con ella.<br />

Era 17 de junio, solo quedaban tres días para que se acabara el colegio y Marta estaba<br />

muy emocionada y contenta, ya que por fin iba a s<strong>al</strong>ir de España y, en especi<strong>al</strong>, de Sant<br />

Cugat. Fueron pasando los días, muy lentamente para Marta, pero fueron pasando. Llegó<br />

el último día de colegio y la profesora les fue preguntando uno por uno qué iban a hacer<br />

ese verano. Cuando llegó el turno de Marta, la profesora, que ya la conocía, le preguntó<br />

si ese año se iba a quedar en su casa. Marta, con una sonrisa de oreja a oreja, le contestó<br />

que no, que ese año se iba a un lugar muy, muy lejos de su casa, un lugar desconocido<br />

para ella y que, por lo que había visto en las fotos, era muy bonito. La profesora, que no<br />

sabía de qué hablaba le preguntó qué lugar era ese y Marta le contestó que se trataba de<br />

México.<br />

Llegó el día de coger el avión. Toda la familia, incluida Marta, estaba muy nerviosa.<br />

Después de un largo viaje, llegaron <strong>al</strong> aeropuerto de México, donde cogieron un autobús<br />

que les llevó hasta su hotel que era muy grande y elegante. Tenía cinco plantas y Marta se<br />

encontraba en la tercera. Tenía restaurante donde podían desayunar, comer, merendar y<br />

cenar. Después de un largo día de viaje, Marta y su familia se fueron a dormir, cada uno<br />

a su habitación del hotel. Al día siguiente visitaron las playas y los sitios más bonitos del<br />

lugar.<br />

Cuando ya llevaban tres días en México, Marta se perdió, no encontraba a sus padres<br />

por ninguna parte, no estaban en el hotel y tampoco estaban en la playa. Marta decidió<br />

ponerse a andar. Anduvo y anduvo durante mucho tiempo, y <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> encontró un extraño<br />

lugar donde la gente se encontraba trabajando, pero no trabajaban norm<strong>al</strong>, como su<br />

padre, sino que trabajan de una manera muy dura. Estuvo mirando a esa pobre gente<br />

durante mucho tiempo hasta que se encontró con un niño de su edad que se llamaba<br />

Juan. Empezaron a hablar de sus vidas y <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> Juan le preguntó a Marta qué hacía en<br />

ese lugar. Marta le contestó que se había perdido y que no sabía cómo volver <strong>al</strong> hotel.<br />

Marta pensaba que ese niño no debía ser muy listo ya que no sabía qué era un hotel. Ella<br />

le explicó que era como una casa donde la gente iba para pasar poco tiempo, y ese tiempo<br />

norm<strong>al</strong>mente era en vacaciones. Juan no sabía qué eran vacaciones, nunca había tenido

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