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Drets humans al carrer, cuentos infantiles sobre derechos humanos

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drets <strong>humans</strong> <strong>al</strong> <strong>carrer</strong>. Cuentos <strong>infantiles</strong> <strong>sobre</strong> <strong>derechos</strong> <strong>humanos</strong><br />

20<br />

Los chatos<br />

Andrea Venini F<strong>al</strong>coni<br />

Ilustración:<br />

Evelyn Daviddi<br />

Julián era un chico menudo, muy bajito por lo que tenía vergüenza de su <strong>al</strong>tura.<br />

Siempre estaba midiéndose y haciendo ejercicios para ser más <strong>al</strong>to. Cuando<br />

hablaba con sus papás <strong>sobre</strong> eso, ellos le decían que todavía tenía 12 años y que<br />

iba a crecer mucho todavía. Su mamá no era <strong>al</strong>ta, pero su papá era mucho más<br />

<strong>al</strong>to que los otros adultos. El sueño de Julián era ser jugador de b<strong>al</strong>oncesto, se<br />

quedaba fascinado viendo en la televisión los juegos. Todas las noches se quedaba horas<br />

y más horas, hasta que su mamá lo llamaba para cenar.<br />

Cuando iba a la escuela, se quedaba siempre el primero de la cola por ser el lugar<br />

destinado a los más chatitos, por eso lo apodaron “Chato”. Le dolía escuchar a sus amigos<br />

llamándolo por lo que más le incomodaba. Como él, había muchos otros chicos de la<br />

escuela a los que les encantaba el b<strong>al</strong>oncesto. En la hora del recreo, siempre jugaban en la<br />

cancha del medio. Ahí se reunían todas las chicas para observar cómo jugaban sus colegas<br />

y los chicos menores que nunca eran invitados a jugar con los más grandes. Julián a veces<br />

se cansaba de observar y muchas veces se imaginaba que estaba en el medio de la cancha<br />

dribleando rápido y que podía pasar la pelota por el medio de las piernas de uno o por<br />

encima de la cabeza de otro. Pero de pronto se despertaba con el timbre del fin del recreo.<br />

Cuando volvía a su aula, se sentaba siempre triste imaginando que el dolor que sentía<br />

era lo más injusto que este mundo podría ofrecerle. Julián, pese a la poca <strong>al</strong>tura, jugaba

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