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La elección de un fármaco tiene que realizarse de forma individualizada,<br />

teniendo en cuenta el tipo de crisis, los efectos secundarios y las posibles interacciones<br />

con otros tratamientos (quimioterapia, corticoides, etc.). El uso<br />

de corticoides puede obligar a monitorizar los niveles sanguíneos de muchos<br />

antiepilépticos (302).<br />

Opinión de<br />

expertos<br />

4<br />

En el anexo 5 se presentan los antiepilépticos más utilizados en la profilaxis<br />

secundaria anticonvulsivante.<br />

Resumen de evidencia<br />

1+/4 Diazepam intravenoso o vía rectal y midazolam subcutáneo son eficaces en las<br />

crisis convulsivas (298-301).<br />

1+ La profilaxis anticonvulsiva no es eficaz en la prevención primaria de convulsiones<br />

en los pacientes con neoplasias cerebrales (301).<br />

Recomendaciones<br />

D<br />

D<br />

D<br />

D<br />

El manejo inicial de un paciente con crisis convulsivas en CP debe incluir la identificación<br />

y tratamiento de posibles causas desencadenantes e instrucciones a los<br />

cuidadores del paciente, incluida la posibilidad de administración de medicación<br />

anticonvulsivante.<br />

El estatus epiléptico es una emergencia médica que requiere una derivación urgente<br />

hospitalaria.<br />

El tratamiento inicial de la crisis convulsiva es diazepam IV o rectal. La opción<br />

alternativa es midazolam subcutáneo.<br />

En caso de precisarse tratamiento para prevenir nuevas crisis, la elección del<br />

tratamiento tiene que realizarse de forma individualizada, teniendo en cuenta los<br />

tipos de crisis; la experiencia de uso; los efectos secundarios; y la posibilidad de<br />

interacciones farmacológicas, incluida la quimioterapia.<br />

6.9.4. Hemorragia<br />

El 6%-10% de los pacientes con cáncer avanzado tienen episodios de sangrado<br />

clínicamente significativo, que puede manifestarse de maneras diversas: hematemesis,<br />

melena, hemoptisis, hematuria, epistaxis, sangrado vaginal o úlcera<br />

cutánea sangrante, entre otras. Cualquier tipo de sangrado visible y persistente<br />

puede ser angustioso para el paciente, su familia y el equipo sanitario que le<br />

atiende. Es importante identificar a los pacientes con riesgo hemorrágico elevado<br />

(ver tabla 32), especialmente aquellos con posibilidad de sufrir un sangrado<br />

masivo, como los pacientes con cáncer de cabeza y cuello, y los que tienen<br />

una mala situación funcional o mal pronóstico previo (303-305).<br />

Opinión de<br />

expertos<br />

4<br />

GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA SOBRE CUIDADOS PALIATIVOS 171

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