2010 a 2011 - Ambassade de France

PRIMER ACTO: El homenaje de los Caminos del Barroco
al bicentenario de las independencias
de América Latina y el Caribe en 2010
LAS VÍSPERAS SOLEMNES DE SAN IGNACIO
Roque Ceruti (Milán, 1686 – Lima 1760)
Domenico Zipoli (Prato 1688 – Córdoba 1726)
Estreño del programa:
Sábado 10 de julio
SARREBOURG (Francia)
en el marco del XXIII FESTIVAL
INTERNACIONAL DE MUSICA
DE SARREBOURG
20h30 – Iglesia San Barthélemy
Difusión en América Latina:
Martes 26 de octubre
SANTIAGO (Chile)
Centro Cultural Las Condes
Jueves 28 de octubre
ASUNCIÓN (Paraguay)
Catedral
Viernes 29 de octubre
POSADAS (Argentina)
Catedral
Domingo 31 de octubre
CÓRDOBA (Argentina)
Iglesia de la Compañía de Jesús
Martes 2 de noviembre
BUENOS AIRES (Argentina)
Iglesia de San Ignacio
Jueves 4 de noviembre
LIMA (Perú)
Iglesia San Pedro
Domingo 7 de noviembre
QUITO (Ecuador)
Iglesia de la Compañia de Jesus
Martes 9 de noviembre
BOGOTÁ (Colombia)
Catedral
Miércoles 10 de noviembre
MEDELLIN (Colombia)
Teatro Metropolitano
Cualquiera que haya sido su contexto histórico, los manuscritos
musicales de las misiones y catedrales de América del Sur son de
importancia clave para apreciar íntegramente el barroco universal.
Igual que la pintura, la escultura y la arquitectura, la música sagrada
de las catedrales, conventos y misiones del continente se cultivaba
menos por criterios estéticos que con el propósito de maravillar a
los recientes conversos, como tributo a Aquel del que todas las
artes proceden y como manifestación espiritual.
Los testimonios de América demuestran hasta qué punto fue
espléndida, variada y prolífica la trayectoria de la música sagrada.
La evangelización que utilizo la música con fines misioneros generó
dos expresiones claras de vida litúrgica y práctica musical: una,
ligada a la vida urbana, por la mayoría en catedrales y conventos;
otra, propia de las misiones, donde en particular los jesuitas y,
en algunos casos, los franciscanos, dieron origen a numerosas
iniciativas.
A este respecto, las “Vísperas Solemnes de San Ignacio”
constituyen el testimonio más notable de esa riqueza artística. En
efecto, esta reconstitución de un oficio que bien podría haberse
desarrollado en la Catedral de La Plata (hoy Sucre, en Bolivia) es la
síntesis más lograda que podíamos ofrecer de las mejores obras
escritas, tanto en el “laboratorio” de las misiones jesuíticas de la
Amazonia, como para esplendor de la liturgia de la Catedral de
Lima. Humildad y majestad alternan también en el transcurso de
este oficio que pone en juego dispositivos musicales enormemente
espectaculares, como el paso uno a cuatro coros.
La presentación y la difusión de esta obra en siete países de
América del Sur, que reúne a centenares de jóvenes músicos
representantes de la nueva generación de intérpretes asociados
a los “Caminos del Barroco”, o que han recibido formación en sus
talleres, constituirá el mejor homenaje de Francia a esos países.
Y es que, en efecto, permite situar en primera línea a los jóvenes
músicos de todas esas naciones, que se han convertido en
“actores” del renacimiento de un patrimonio excepcional que, ante
todo, es el suyo.
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