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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

REFLEXIONES y<br />

AVATARES<br />

para la infancia en el siglo XXI:<br />

I Concurso de ensayos sobre infancia y familia<br />

del Área de Formación a Distancia.<br />

Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI:<br />

I Concurso de ensayos sobre infancia y familia del Área<br />

de Formación a Distancia.<br />

Instituto de Formación para Educadores de Jóvenes, Adolescentes<br />

y Niños, Niñas Trabajadores de América Latina y el Caribe<br />

IFEJANT<br />

Tomás Guido 257<br />

Lima 14 – Perú<br />

Teléfono: 0051-1-2655160<br />

www.ifejant.<strong>org</strong>.<strong>pe</strong><br />

E-mails del Área<br />

de Formación a Distancia<br />

virtualifejant@amauta.rcp.net.<strong>pe</strong><br />

ifejants@hotmail.com<br />

EDICIÓN DIGITAL<br />

Lima - Perú, Mayo 2011<br />

Responsable de la Edición<br />

Camilo Bácares Jara<br />

Diseño de Carátula e Interiores<br />

Jaime Luis Huisacayna Janampa<br />

Los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores.<br />

No son de autoría del IFEJANT.<br />

Pueden ser reproducidos o citados indicando la fuente.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

2


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

ÍNDICE<br />

Prólogo ………………………………………………………………………………………………………………………….4<br />

La Convención sobre los Derechos del Niño, su Protocolo Facultativo sobre la venta de<br />

niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía y el marco legal<br />

para la prevención y la protección contra el creciente fenómeno transnacional de la<br />

explotación sexual de niños, niñas y adolescentes.<br />

Alice Binazzi Daniel ……………………………………………………………………………………………………….9<br />

El derecho a vivir en familia: qué puede hacer el Estado cuando éste es vulnerado<br />

Loreto Santé Abal ……………………………………………………………………………………..……………………30<br />

El niño argentino y el niño latinoamericano. Sobre la necesaria continuidad histórica<br />

Cecilia Robert …………………………………………………………………………………………………………………50<br />

Qué se juega en el juego<br />

Lucrecia Back …………………………………………………………………………………………………………………70<br />

Escenarios de la infancia trabajadora: apuntes de interpretación histórica del trabajo<br />

portuario en Mollendo en las décadas de los 50 y 60<br />

Edgar Alarcón…………………………………………………………………………………………………………………87<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

3


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

PRÓLOGO<br />

La misión de escribir un prólogo que inaugure la primera publicación del Área de<br />

Formación a Distancia del IFEJANT, me hace recordar de inmediato las palabras del<br />

cineasta francés Bertrand Tavernier, cuando prologó un libro del crítico de cine y director<br />

de la filmoteca de Cataluña, Esteve Rimbau: “Dios sabe que no tenía ganas de escribir este<br />

prólogo. Por <strong>pe</strong>reza, por timidez…” 1 .<br />

En mi caso, la sensación es distinta. Creo que es un honor dar la bienvenida al esfuerzo de<br />

los egresados y estudiantes de los cursos virtuales del IFEJANT que atendieron al llamado<br />

del I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia.<br />

Los resultados narrativos que tiene el lector a la vista son excelentes y prometedores.<br />

Aparecen como un abrebocas a las tantísi<strong>mas</strong> problemáticas y desafíos a los que se<br />

enfrentó y se vienen enfrentando la infancia y la adolescencia. Por supuesto, son escritos<br />

cortos, que pueden dar mucho más, <strong>pe</strong>ro que en su sinteticidad cargan descripciones<br />

siempre necesarias y pistas hermenéuticas que urgen debatir en la política pública, en la<br />

academia y en el acompañamiento a las <strong>org</strong>anizaciones de niños, niñas y adolescentes<br />

(NNA).<br />

Aunque las temáticas y los lugares de origen de los autores son diversos, en un intento de<br />

síntesis, se podría decir que hay tres grandes ejes que sostienen los ensayos ganadores del<br />

concurso: la efectividad de la doctrina de los derechos humanos del niño, el paradigma del<br />

protagonismo y la connotación cultural del trabajo de los NNA frente al universalismo<br />

erradicacionista.<br />

En el primer grupo aparcan dos textos. Uno con un título largo que casi nos resume su<br />

contenido: “La Convención sobre los Derechos del Niño, su Protocolo Facultativo sobre la<br />

venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía y el marco<br />

legal para la prevención y la protección contra el creciente fenómeno transnacional de la<br />

explotación sexual de niños, niñas y adolescentes”.<br />

En su prosa se trae a la mesa de discusión la CDN; un hecho a todas luces importante. Más<br />

aún cuando se confía en el medio que existe una profusa y prolija bibliografía al res<strong>pe</strong>cto.<br />

Algo que no es tan cierto, pues lo que sobra es la re<strong>pe</strong>tición de análisis y la reescritura de<br />

artículos. O en el <strong>pe</strong>or de los casos, un manifiesto desconocimiento sobre la misma, donde<br />

todo el mundo asegura tener conocimientos de los derechos del niño de dientes para<br />

1 RIAMBAU, Esteve. El cine francés 1958-1998. De la Nouvelle Vague al final de la escapada.<br />

Paidos. Barcelona. 1998. p. 13.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

afuera, <strong>pe</strong>ro a la hora de la verdad los hechos hablan por sí solos, y dejan un halito de<br />

incertidumbre 2 .<br />

En tal sentido. ¿Si en la profundidad e interpretación de la CDN estamos mal, una de las<br />

claras razones de su aplicabilidad difusa y a plazos, se imaginan ustedes qué sucede con<br />

sus dos protocolos complementarios Poco y nada. Los textos más conocidos sobre ellos<br />

son producidos, como es lógico, por la Unicef, <strong>pe</strong>ro de parte de la sociedad civil los<br />

interrogantes sobre su historia, anclaje y resistencias son contados.<br />

De tal modo, la gran virtud de este ensayo es introducir la evolución del instrumento<br />

internacional y el fenómeno de la prostitución, la trata y la pornografía infantil prohibida<br />

desde la gobernabilidad global, en un reconsenso complementario de la CDN.<br />

Vale señalar, que en ese protocolo se traza un desafío gigantesco para parametrar el<br />

compromiso ético del Estado por validar los derechos de los NNA. Decimos esto, porque a<br />

<strong>pe</strong>sar que fue diseñado para desmantelar en favor de la dignidad infanto-adolescente, el<br />

gran negocio y los millones y millones de dólares que dejan el tráfico y la esclavitud sexual<br />

de menores de edad, la encrucijada está en que muchos de los beneficiados de su<br />

plusvalor son gentes de la política, los medios de comunicación y las fuerzas militares.<br />

El segundo ensayo, deja en evidencia la complicada transición en el Perú de la situación<br />

irregular a la protección integral que ordena la CDN a todo renglón. Su titulación es: “El<br />

derecho a vivir en familia: qué puede hacer el Estado cuando éste es vulnerado”.<br />

Nos recuerda, que el ejercicio y vigencia de ciertos derechos de la infancia pueden ser<br />

restrictivos de otros de carácter fundamental como la vida y la integridad. Uno de ellos es<br />

el derecho a no ser separado de los padres, o a tener una familia, que tiene que ser<br />

limitado en los casos en que se ponga en riesgo el Interés Su<strong>pe</strong>rior del Niño a causa de<br />

violencias, maltratos y explotaciones.<br />

El NNA al ser un sujeto público y por tanto de interés del Estado, ante tales situaciones<br />

tiene derecho a una debida protección en centros es<strong>pe</strong>cializados, mientras se su<strong>pe</strong>ran los<br />

conflictos familiares, o se encuentran salidas distintas que generen una armonía a la<br />

interde<strong>pe</strong>ndencia de más derechos, de los cuales es titular el NNA, como la adopción y la<br />

propia unión familiar.<br />

Esta lógica y diálogo entre derechos viene siendo violada, ya que como lo revela el texto,<br />

en este momento, aquí, en el territorio <strong>pe</strong>ruano, aproximadamente, 18.000 NNA están<br />

institucionalizados y muchos de ellos alcanzan su mayoría de edad en privación de<br />

libertad. Además, parece ser que el factor de ingreso, se asemeja muy levemente con lo<br />

expresado en la CDN, retomándose los valores del tutelarismo más clásico y retrogrado<br />

2 Por ejemplo, revísese la página web del programa Proniño de la Fundación Telefónica en la cual<br />

citan todavía como un principio rector de su labor la Declaración de los Derechos del Niño de 1959.<br />

http://www.pronino.<strong>pe</strong>/pronino.asp [Consultado 10 de abril de 2011]<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

para el cuidado estatal: ser pobre, con proble<strong>mas</strong> de conducta y viviendo la mayor parte<br />

del tiempo sin la presencia de los padres por razones laborales.<br />

Por lo tanto, asistimos a la resurrección del concepto de protección que tuvo lugar en la<br />

situación irregular, o mejor de sus sinónimos: institucionalizar, separar de lo público,<br />

ocultar y encerrar. Con este panorama, sin duda el texto cobra importancia por socializar<br />

tan lamentables limitaciones de comprensión de los principios de la doctrina de los<br />

derechos humanos y la creencia que con la división física de un ente vulnerador, basta,<br />

para que el NNA esté seguro de una nueva violación a su calidad de sujeto de derechos.<br />

Sabemos que tal suposición es falsa. La institucionalización en centros de acogida,<br />

también trae consecuencias negativas al NNA, según el tiempo de estadía, las<br />

instalaciones, los profesionales destinados al acompañamiento, la separación del núcleo<br />

familiar originario, la negación de un nuevo entorno familiar, etc.<br />

Por otra parte, desde Argentina aparecen dos reflexiones ligadas al protagonismo infantil.<br />

Una primera, pone en discusión el imaginario de su<strong>pe</strong>rioridad del modo de vida del NNA<br />

en el país gaucho, que supone al protagonismo como algo im<strong>pe</strong>nsable y aplicable a su<br />

realidad; y por consecuencia aporofóbica lo minimiza como un modelo de atención de<br />

desvalidos, carentes e hijos de la pobreza. Ya es conocida la sobrevaloración del argentino<br />

sobre los demás cohabitantes del continente, quizás porque hace menos de 70 años<br />

estaban con lujo de detalles entre las ocho economías más pujantes del mundo, gozaban<br />

de un panorama cultural vastísimo y se <strong>pe</strong>rmitían tener una gran clase media. Pero hoy<br />

por hoy, como lo sabe todo el mundo, las cosas no son tan así.<br />

Seguramente, si nos quedáramos en la reflexión literaria del cuentista Fontanarrosa de<br />

hace algunos años, cuando aseguró que el NNA argentino era único, pues de diez<br />

muchachos, a diferencia de otros suramericanos que se dividían en sueños e imitaciones<br />

de doctores, militares, y bomberos; los diez solamente querían ser futbolistas. La tesis de<br />

una infancia distinta sería cierta.<br />

Pero, en “El niño argentino y el niño latinoamericano. Sobre la necesaria continuidad<br />

histórica” con un análisis histórico rápido y a la vez riguroso, se rom<strong>pe</strong> con el síndrome de<br />

isla que se imagina la historia de la infancia del sur. Tiende a mostrar que la infancia<br />

latinoamericana en su conjunto, <strong>pe</strong>rsiste en la no construcción, es decir, poco ha sido coelaboradora<br />

de su realización; por lo general ha vivido como el es<strong>pe</strong>ctador del cine,<br />

sentada y en silencio.<br />

Así las cosas, vale preguntarse si con un escenario de invisibilización histórica no cobra<br />

<strong>pe</strong>rtinencia y legitimidad el protagonismo, la participación y la <strong>org</strong>anización del NNA como<br />

herramientas de saneamiento y <strong>pe</strong>rfeccionamiento democrático. El texto apuesta por<br />

decir que sí.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

6


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Lamentablemente, las resistencias siempre existen, pareciera ser que a mayor desigualdad<br />

se dogmatiza en la población que toda solución para la infancia tiene que venir del<br />

proteccionismo tradicional y de una democracia indirecta.<br />

En otro orden de ideas, el segundo documento que compone este eje, analiza al<br />

paradigma del protagonismo desde una óptica muy poco trabajada. En “Qué se juega en el<br />

juego” se llama la atención sobre los pocos momentos de reflexión en los juegos que se<br />

llevan a cabo con la infancia, ya sea para los obsesivos por la recreación y el dogma de la<br />

inocencia, como en las <strong>org</strong>anizaciones de NNA que reivindican sus derechos.<br />

La verdad sea dicha, cuántas veces nos preguntamos, el fin, el trasfondo, los valores, los<br />

<strong>pe</strong>ligros y virtudes que se transmiten a los NNA cuando se les invita a un juego.<br />

Muchos de los juegos llevados a la definición de dinámicas escapan a deliberarse. Con el<br />

protagonismo esta cuestión podría cambiarse, al plantear que el NNA sea elaborador y<br />

guía del juego. Bien se sabe que las directrices autoritarias del adulto hasta en la<br />

cotidianidad de la recreación se imponen.<br />

Ser participante supone, ser un cuestionador y un jugador, un ser propositivo para llevar<br />

los juegos a otros puntos, rutas y caminos. Téngase presente que jugar es ponerse en<br />

marcha uno mismo, para ganar en autonomía, en reflexión, en coo<strong>pe</strong>ración, a fin de<br />

cuentas, en actitudes protagónicas.<br />

Por último, el libro digital cierra con un texto que gana valor por contarnos las<br />

transformaciones de la representación y función del trabajo de los NNA y sus familias en<br />

los puertos del sur del Perú, en la mitad del siglo XX, haciendo uso de la reconstrucción<br />

testimonial y autobiográfica.<br />

“Escenarios de la infancia trabajadora: apuntes de interpretación histórica y testimonial<br />

del trabajo portuario en Mollendo en las décadas del 50 y 60” hace público, algo que ya se<br />

sabe y se olvida con recurrencia. El trabajo de los NNA tiene un arraigo cultural muy<br />

importante, que es imposible desconocer, en este caso, en la actividad portuaria y<br />

<strong>pe</strong>squera, y mucho menos satanizar, pues si se observa bien no necesariamente es<br />

antagónico y un obstáculo para la escolarización.<br />

Posiblemente, por generaciones en los puertos de Arequipa las familias trabajaron en<br />

conjunto y coo<strong>pe</strong>rativamente para efectivizar sus necesidades más básicas, en la consulta,<br />

la libertad y el goce.<br />

Em<strong>pe</strong>ro, con los debacles y recesiones económicas el trabajo en unión familiar ha tomado<br />

un tinte de obligatoriedad. Sin la mano de obra en ejercicio de los miembros de un hogar,<br />

sus posibilidades de sobrevivir disminuyen. Una situación que si puede engendrar un<br />

conflicto en el binomio trabajo y escuela, <strong>pe</strong>ro no precisamente porque exista una tensión<br />

natural entre ellas. Muy por el contrario, debido a una falta de armonización política.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Veamos, a <strong>pe</strong>sar del compromiso de los Estados en la construcción de los derechos del<br />

niño, los logros educativos son en muchos lugares, por no decir nulos, incipientes. Con<br />

todo y esta realidad evasiva de derechos sociales para la infancia trabajadora, en una<br />

mirada individualizante, los discursos erradicacionistas descargan su furia en el NNA<br />

trabajador; lo culpan a él de su evasión y pobreza en los conocimientos académicos.<br />

Algo ilógico, si tomamos en cuenta que desde 1959 cuando se estipuló como un derecho<br />

la educación para los NNA, y si evaluamos el presente, es notable que la cobertura en la<br />

enseñanza primaria gratuita continúa siendo terriblemente deficiente. Tanto así, que el<br />

propio Comité de los Derechos del Niño, en el Seminario Subregional sobre la<br />

Implementación de las Observaciones Finales realizado en Buenos Aires en el 2005, seguía<br />

haciendo un llamado a “desarrollar y proveer la educación inicial (0-6 años) en forma<br />

gratuita, apuntando a la universalización y al desarrollo integral de los niños y las<br />

niñas…” 3 .<br />

De tal manera, aparece un debate para la postura erradicacionista em<strong>pe</strong>ñada en cumplir<br />

metas de proyectos y cifras prometidas, más que en comprender la problemática en la<br />

que sostiene su aparato burocrático. Sin avizorar que hay políticas educacionales que no<br />

toman en cuenta las condiciones de existencia de sus potenciales estudiantes. Dando pie a<br />

escoger al NNA y sus familias entre trabajar para vivir en el día a día y mecanizar una<br />

justicia conmutativa, o estudiar para un futuro que se siente lejano e inalcanzable.<br />

Como se ve, los trabajos de los autores ganadores del I Concurso de Ensayos sobre<br />

Infancia y Familia tienen un lugar merecido en esta edición. Son propositivos de duros,<br />

complejos y vitales debates. Seguramente serán de ayuda para investigadores y lectores<br />

interesados en las temáticas.<br />

Creemos que servirán a su vez como un estímulo a los estudiantes que pasan por nuestra<br />

plataforma virtual a seguir produciendo, <strong>pe</strong>nsando, analizando, generando <strong>pe</strong>nsamiento<br />

crítico, esforzándose, apoyando a la infancia con ideas, más que fosilizarse y dar por<br />

cumplida la tarea en un monopolio de besos.<br />

Camilo Bácares Jara<br />

Docente del Área de Formación a Distancia.<br />

<strong>Ifejant</strong>.<br />

3 LIWSKI, Norberto. Realidades y <strong>pe</strong>rs<strong>pe</strong>ctivas de los derechos de los niños y las niñas en América<br />

Latina. En Derechos de los niños y las niñas: debates, realidades y <strong>pe</strong>rs<strong>pe</strong>ctivas. Ernesto Durán,<br />

María Cristina Torrado (Editores) Universidad Nacional de Colombia. 2007. p. 35.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

La Convención sobre los Derechos del Niño, su Protocolo Facultativo sobre la venta de<br />

niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía y el marco legal<br />

para la prevención y la protección contra el creciente fenómeno transnacional de la<br />

explotación sexual de niños, niñas y adolescentes.<br />

Abstract<br />

Alice Binazzi Daniel 4<br />

Este ensayo quiere recorrer el largo camino del <strong>pe</strong>nsamiento sobre los derechos humanos<br />

y los de los grupos históricamente excluidos en el mundo, para llegar a la entrada en vigor<br />

del instrumento jurídico internacional principal para la tutela de los derechos humanos de<br />

los niños: la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) y sus dos Protocolos<br />

Facultativos. Este estudio profundiza, en particular, el rol del Protocolo Facultativo a la<br />

Convención sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la<br />

pornografía (OPSC), como instrumento que complementa y amplia la Convención en la<br />

tutela del derecho del niño a la protección contra la venta, la explotación en la<br />

prostitución y en la pornografía. El OPSC toma en cuenta las nuevas dimensiones del<br />

fenómeno de la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, hoy en día creciente a<br />

nivel transnacional por efectos de la globalización, la mayor movilidad de las <strong>pe</strong>rsonas y<br />

del uso de las nuevas tecnologías. Este ensayo evidencia el llamado del OPSC a los Estados<br />

Parte para que realicen la plena implementación de los principios formales a los cuales se<br />

han vinculado. Entre las prioridades, enfatiza el cumplimiento de la ley y la criminalización<br />

de actos es<strong>pe</strong>cíficos, a fin de acabar con la cultura de impunidad que favorece al<br />

fenómeno, y, al mismo tiempo, pone el acento sobre la prevención, por medio de<br />

educación, concienciación, empoderamiento y participación del niño y de la comunidad, y<br />

sobre la protección y recu<strong>pe</strong>ración de las vícti<strong>mas</strong>, para que estas graves violaciones de<br />

4 Alice Binazzi Daniel. Licenciada en Antropología, en la Facultad de Ciencias de la Formación de<br />

la Universidad de Florencia, Italia. Egresada de la Maestría en Desarrollo Humano Local, Cultura<br />

de Paz y Coo<strong>pe</strong>ración Internacional de la Universidad de Florencia, Italia. Después de una<br />

colaboración decenal con el centro internacional de investigación de UNICEF IRC de Florencia, se<br />

desem<strong>pe</strong>ña actualmente en la investigación inde<strong>pe</strong>ndiente y en consultorias internacionales sobre<br />

temáticas de derechos de los niños, asuntos de género y análisis antropológico. Contacto:<br />

alicebinazzidaniel@virgilio.it<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

los derechos de los niños lleguen a juicio y se adopten medidas com<strong>pe</strong>nsadoras para las<br />

vícti<strong>mas</strong>.<br />

Introducción<br />

El concepto de los derechos humanos tiene sus raíces en la Revolución Atlántica 5 . Sin<br />

embargo, aunque estos eventos contribuyeron de manera relevante al nacimiento de la<br />

reflexión sobre los derechos humanos, la idea de protegerlos surge solamente después de<br />

la Segunda Guerra Mundial y no anteriormente. Hay un enlace, entonces, entre guerra y<br />

derechos humanos, ya que, después de la Segunda Guerra Mundial, el derecho se afirma<br />

desde la violación de los derechos (rights from wrongs) 6 . Políticos, diplomáticos y la<br />

población de todo el mundo querían evitar al riesgo de otra guerra y estaban<br />

determinados en garantizar que todo el mundo, y en particular los pobres, los refugiados y<br />

los marginalizados, tuvieran en el futuro siste<strong>mas</strong> de asistencia, dentro de un marco legal<br />

internacional que los protegiera.<br />

Los derechos humanos son derechos fundamentales de todos los seres humanos,<br />

inde<strong>pe</strong>ndientemente de sus <strong>pe</strong>rtenencias a un Estado, religión, sexo, etnia, etc. Pues,<br />

existen dos tipos de derechos: aquellos del ciudadano, en cuanto <strong>pe</strong>rteneciente a un<br />

Estado, y los de la <strong>pe</strong>rsona, en cuanto ser humano, inde<strong>pe</strong>ndientemente de su ciudadanía.<br />

K. A. Annan ha evidenciado que los derechos humanos no son ajenos a ninguna cultura,<br />

porque todo el mundo comparte la aspiración de vivir libre de las violencias y de las<br />

discriminaciones 7 .<br />

5 Constituida por los siguientes eventos: la Revolución Inglesa (1640-1648), la Revolución<br />

Americana (1766), la Revolución Francesa (1789).<br />

6 BINAZZI, Daniel A. El Rol de la Coo<strong>pe</strong>ración Internacional en la Protección de los Derechos de<br />

Niños, Niñas y Adolescentes. The World Congress III against Sexual Exploitation of Children and<br />

Adolescents, Tesis, Master Internacional en Desarrollo Humano Local, Cultura de Paz y<br />

Coo<strong>pe</strong>ración Internacional, Facoltà di Scienze della Formazione, Università di Firenze, Italia,<br />

Febrero 2009. p.98.<br />

7 ANNAN, K. A., Foreword, en: Danieli Y., Stamatopoulou E., Dias C. J, (edited by), The Universal<br />

Declaration of Human Rights: Fifty Years and Beyond, Published for and on behalf of the United<br />

Nations by Baywood Publishing Company, Inc., New York, 1999, p. 480: “All <strong>pe</strong>ople share a desire<br />

to live free from the horrors of violence, famine, disease, torture, and discrimination. Human rights<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

11


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Res<strong>pe</strong>cto al tema de infancia, su protección a nivel internacional comienza con la<br />

Declaración de los Derechos del Niño (1924), una segunda Declaración tiene lugar en<br />

1959, para llegar, treinta años después, en 1989, a la Convención de Naciones Unidas<br />

sobre los Derechos del Niño (CDN) 8 , ratificada por todos los países del mundo, excepto<br />

Estados Unidos y Somalia. La CDN es el resultado del trabajo de muchas <strong>org</strong>anizaciones<br />

internacionales y no-gubernamentales, de ex<strong>pe</strong>rtos de derechos humanos y de un<br />

extraordinario consentimiento por parte de los gobiernos para garantizar los derechos de<br />

los niños. Su Protocolo Facultativo sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la<br />

utilización de niños en la pornografía (OPSC), entrado en vigor en 2002, amplia y actualiza<br />

la reglamentación sobre las temáticas relacionadas al fenómeno creciente de la<br />

explotación sexual de los niños. Este ensayo quiere evidenciar, en particular, la<br />

importancia de este instrumento legal y de sus indicaciones para la implementación, en<br />

concreto, de los principios formales para la tutela de los derechos de niños, niñas y<br />

adolescentes.<br />

El marco de los Derechos Humanos<br />

El <strong>pe</strong>nsamiento de los derechos humanos ha ido desarrollándose y difundiéndose en el<br />

siglo XX. La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH, 1948) 9 ha sido un avance<br />

fundamental en ese proceso. La Declaración Universal reconoce, por primera vez, a todos<br />

los derechos humanos, o sea, los civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, como<br />

derechos de todas las <strong>pe</strong>rsonas y no como “ot<strong>org</strong>ados desde el alto”, negados desde “el<br />

hado” o desde los regímenes gobernantes.<br />

are foreign to no culture and intrinsic to all nations. They belong not to a chosen few, but to all<br />

<strong>pe</strong>ople. It is this universality that endows human rights with the power to cross any border and defy<br />

any force.”<br />

8<br />

Aprobada por el Asamblea General de Naciones Unidas, el 20 de noviembre 1989,<br />

http://www2.ohchr.<strong>org</strong>/spanish/law/crc.htm [Consultado 30 de noviembre de 2010]<br />

9 http://www.un.<strong>org</strong>/es/documents/udhr/index.shtml [Consultado 30 de noviembre de 2010]<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Los elementos fundamentales de la Declaración Universal son la universalidad y la<br />

indivisibilidad de los derechos humanos. Los derechos humanos son universales, ya que si<br />

no fuera así, serían sólo privilegios de algunos y no de todos. Su universalidad de<strong>pe</strong>nde de<br />

su indivisibilidad, o sea, todos tienen la misma importancia y no es posible elegir sólo<br />

algunos entre ellos, dejando a otros a la deriva. Solo igualmente aplicados pueden ser<br />

universalmente aceptados 10 .<br />

Además, son interde<strong>pe</strong>ndientes entre ellos, o sea, mutuamente relacionados. Sobre todo,<br />

los derechos humanos son inalienables, no se pueden negociar, no se pueden quitar, ni se<br />

puede renunciar a ellos. Estos principios, junto al concepto de res<strong>pe</strong>to por la “dignidad<br />

humana”, han <strong>pe</strong>rmeado posteriormente, a todos los documentos sobre derechos<br />

humanos, reafirmándose también en las Constituciones y en las leyes de muchos países<br />

del mundo, y, a nivel regional, en distintas Cartas sobre Derechos Humanos, que refuerzan<br />

en las macro-regiones la realización de los derechos humanos de la <strong>pe</strong>rsona.<br />

El <strong>pe</strong>nsamiento humanitario actual, utilizando un concepto de igualdad y equidad que se<br />

refiere a todos los seres humanos 11 , incluye a todos los grupos sociales, también a<br />

aquellos históricamente marginados: las mujeres 12 ; los niños, niñas y adolescentes 13 ; las<br />

10 Opcit. ANNAN, K. A.<br />

11 Cabe subrayar que el concepto de igualdad que involucra hoy en día a todos los seres humanos,<br />

es un concepto moderno y reciente, que no existía en el pasado. Para llegar al <strong>pe</strong>nsamiento sobre<br />

derechos humanos es necesario tener una idea de humanidad e igualdad. El concepto de igualdad<br />

no existía en los tiempos antiguos. El racismo científico, por ejemplo, nace en el siglo V a.C. en<br />

Grecia, por la ciencia y, en particular, con el <strong>pe</strong>nsamiento de Aristóteles, que afirmaba que todos<br />

los seres humanos son distintos y que el hombre <strong>pe</strong>rfecto sólo era el griego, varón, libre, el hombre<br />

que no trabaja. Este modelo de tipo “élitario” volvió un modelo para toda la Grecia Antigua. Los<br />

sujetos que no cabían en esos parametros, estaban considerados bárbaros. Semejantes<br />

discriminaciones pasaban en la Roma Antigua, en el sistema feudal de la Edad Media, y así<br />

adelante hasta llegar a un principio de igualdad modernamente entendido, o sea para todos los<br />

seres humanos, cuyo nacimiento se halla, como sobre mencionado, en la Revolución Atlántica.<br />

12 Véase la Convención de Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las For<strong>mas</strong> de<br />

Discriminación contra la Mujer (CEDAW, 1979) :<br />

http://www.un.<strong>org</strong>/womenwatch/daw/cedaw/text/sconvention.htm [Consultado 30 de noviembre de<br />

2010]<br />

13 Véase la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (CDN, 1989):<br />

http://www2.ohchr.<strong>org</strong>/spanish/law/crc.htm [Consultado 30 de noviembre de 2010]<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

13


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

<strong>pe</strong>rsonas con discapacidad 14 ; los “no-blancos” y las minorías étnicas en general 15 . Otros<br />

tratados complementan, también, los principios rectores de los derechos humanos 16 .<br />

El concepto introducido por la Declaración Universal de “dignidad humana”, (así como<br />

otros conceptos como los de libertad, justicia, igualdad), aunque escapa constantemente<br />

de una precisa definición jurídica, trae consigo un fuerte poder evocativo y ha sido, y sigue<br />

siendo, sumamente importante para levantar una mayor atención hacia los derechos de la<br />

<strong>pe</strong>rsona y para la movilización global de la participación por parte de la sociedad civil 17 .<br />

Pese a su indefinición 18 , este principio ha sido un gran incentivo también para los<br />

gobiernos de muchos países para armonizar sus legislaciones nacionales con las<br />

indicaciones de nivel internacional. Sin embargo, la excesiva politización de los debates<br />

sobre los derechos humanos ha resultado a menudo no sólo en la pasividad y en la acción<br />

ineficaz, sino a su vez en acciones centradas en la condena de los gobiernos culpables,<br />

descuidando la cuestión de la com<strong>pe</strong>nsación, de la asistencia y rehabilitación de las<br />

<strong>pe</strong>rsonas, cuyos derechos han sido heridos. La impunidad para los <strong>pe</strong>r<strong>pe</strong>tradores y la falta<br />

de medidas com<strong>pe</strong>nsadoras para las vícti<strong>mas</strong> representan las dos caras de la misma<br />

moneda. Por eso, com<strong>pe</strong>nsaciones eficaces para las vícti<strong>mas</strong> y <strong>pe</strong>nas para los<br />

14<br />

Véase la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con<br />

Descapacidad (CRPD, 2008): http://www.un.<strong>org</strong>/disabilities/documents/convention/convoptprots.pdf<br />

[Consultado 30 de noviembre de 2010]<br />

15 Véase Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las For<strong>mas</strong> de Discriminación<br />

Racial (1965) http://www2.ohchr.<strong>org</strong>/spanish/law/cerd.htm [Consultado 30 de noviembre de 2010]<br />

16 El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos; el Pacto Internacional de Derechos<br />

Economicos, Sociales y Culturales; la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas<br />

Crueles, Inhumanos o Degradantes.<br />

17 Opcit. BINAZZI, Daniel A.<br />

18 Una explicación de la razón por la cual este concepto nos parece tan “natural”, sin necesitar de<br />

ser definido ni de explicar sus funciones, depiende del hecho que las raíces <strong>mas</strong> profundas de los<br />

derechos humanos se hallan en algo de <strong>mas</strong> esencial, de metafisico. A. Cassese, en I diritti umani<br />

oggi, Laterza Roma-Bari, 2005, p. 266, pone el “concepto de dignidad de la <strong>pe</strong>rsona” a la origen de<br />

los derechos humanos, afirmando que la mejor definición de este concepto es aquella planteada<br />

por Kant en la “Fundamentación de la metafísica de las costumbres” del 1785: “En el reino de los<br />

fines todo tiene un precio o una dignidad. Aquello que tiene precio puede ser sustituido por algo<br />

equivalente; en cambio, lo que se haya por encima de todo precio y, por tanto, no admite nada<br />

equivalente, eso tiene dignidad”.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

14


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

<strong>pe</strong>r<strong>pe</strong>tradores contribuyen de manera relevante en la acción de prevención y<br />

protección 19 .<br />

Además, desde la adopción de la Declaración Universal, ha sido levantada la cuestión de<br />

los derechos es<strong>pe</strong>cíficos para grupos sociales y poblaciones <strong>pe</strong>rmanentemente<br />

vulnerados. Aunque la Declaración Universal se exprese claramente sobre derechos<br />

universalmente aplicables, los particulares proble<strong>mas</strong> enfrentados, por ejemplo, por parte<br />

de las mujeres, de los niños, de los grupos indígenas y de las <strong>pe</strong>rsonas con discapacidad<br />

impulsaron a los gobiernos del mundo en promocionar la adopción de estándares y<br />

mecanismos es<strong>pe</strong>cíficos para la tutela de sus derechos. El fomento de la participación de<br />

esos mismos grupos también fue, y sigue siendo fundamental.<br />

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN)<br />

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) es el principal instrumento internacional<br />

para la tutela de los derechos humanos de los niños 20 . La Convención ha sido<br />

favorablemente aceptada por parte de casi todos los gobiernos del mundo, ya que<br />

muchas sociedades carecían de estructuras legales y sociales para la promoción y<br />

protección de los derechos de la infancia.<br />

En 2002, entraron en vigor dos Protocolos Facultativos a la CDN: el “Protocolo Facultativo<br />

a la Convención sobre los Derechos de los Niños involucrados en los conflictos armados” 21<br />

y el “Protocolo Facultativo a la Convención sobre la venta de niños, la prostitución infantil<br />

y la utilización de niños en la pornografía” 22 . El referido a los niños en escenarios bélicos<br />

fija la edad mínima de 18 años para el reclutamiento obligatorio y exige el compromiso<br />

por parte de los Estados a que lo menores de 18 años no partici<strong>pe</strong>n directamente en los<br />

19 Danieli Y., Stamatopoulou E., Dias C. J, (edited by), The Universal Declaration of Human Rights:<br />

Fifty Years and Beyond, Published for and on behalf of the United Nations by Baywood Publishing<br />

Company Inc., New York, 1999 p.p. 5-6.<br />

20 La CDN considera como “niño” a cada sujeto entre los 0 y los 18 años no cumplidos de edad.<br />

21 http://www2.ohchr.<strong>org</strong>/spanish/law/crc-conflict.htm [Consultado 30 de noviembre de 2010]<br />

22 http://www2.ohchr.<strong>org</strong>/spanish/law/crc-sale.htm [Consultado 30 de noviembre de 2010]<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

15


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

conflictos armados. El OPSC profundiza estos fenómenos y exige que los Estados Parte<br />

adopten todas las medidas posibles para criminalizarlos como delitos, proporcionando, al<br />

mismo tiempo, la asistencia necesaria a las vícti<strong>mas</strong>.<br />

Un protocolo tiene la función de profundizar las temáticas del tratado original al cual se<br />

refiere, proporcionando más detalles y ampliando las obligaciones del mismo. Los Estados<br />

tienen que decidir, si se vinculan, o no al protocolo, puesto que un protocolo facultativo<br />

exige una ratificación inde<strong>pe</strong>ndiente del tratado que complementa 23 .<br />

La CDN y sus Protocolos Facultativos forman un todo, constituyen los fundamentos de los<br />

derechos del niño y se reflejan en el enfoque de children’s rights (derechos del niño),<br />

cuyos ejemplos son los compromisos asumidos por la comunidad internacional, en<br />

particular, con la S<strong>pe</strong>cial Session on Children de las Naciones Unidas (2002), el Estudio de<br />

las Naciones Unidas sobre la Violencia contra de los Niños (2006) 24 , y la designación de un<br />

S<strong>pe</strong>cial Representative of the Secretary-General on Violence Against Children (2009) y de<br />

un S<strong>pe</strong>cial Representative of the Secretary-General on Children and Armed Conflict<br />

(2006) 25 .<br />

23 Por ejemplo, es interesante observar que los Estados Unidos, que no ratificaron la CDN, de<br />

manera inde<strong>pe</strong>ndiente si firmaron y ratificaron los dos Protocolos Facultativos a la CDN; mientras<br />

que Somalia, que no ratificó la CDN, sólo firmó hasta hoy, el Protocolo Facultativo sobre niños<br />

involucrados en los conflictos armados, sin todavía ratificarlo. Cabe subrayar que la ratificación<br />

conlleva las obligaciones por un Estado, de res<strong>pe</strong>tar y aplicar el tratado al cual se ha<br />

definitivamente vinculado, mientras que la firma representa meramente una expresión de interés en<br />

volverse Estado Parte de un tratado o protocolo. La firma, sin ratificación después, no vincula al<br />

Estado.<br />

http://treaties.un.<strong>org</strong>/pages/ViewDetails.aspxsrc=TREATY&mtdsg_no=IV-11-<br />

b&chapter=4&lang=en [Consultado 30 de noviembre de 2010]<br />

24 PINHEIRO, P. S., United Nations, World report on violence against children, United Nations<br />

Secretary-General’s Study on Violence against Children, Geneva, Switzerland, 2006. p. 364.<br />

25 Radhika Coomaraswamy, en su mandato de S<strong>pe</strong>cial Representative of the Secretary-General on<br />

Children and Armed Conflict (desde el 2006), es una voz inde<strong>pe</strong>ndiente em<strong>pe</strong>ñada en la<br />

concienciación sobre los derechos y la protección de niños y niñas afectados por los conflictos<br />

armados. Marta Santos Pais, en su mandato de S<strong>pe</strong>cial Representative of the Secretary-General<br />

on Violence Against Children (desde el 2009), actúa como defensora global inde<strong>pe</strong>ndiente de los<br />

derechos del niño y para la prevención y la eliminación de toda forma de violencia contra niños y<br />

niñas (véase sus funciones, en detalle, en http://www.crin.<strong>org</strong>/violence/SRSG/index.asp ).<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

16


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

El enfoque de los derechos del niño promueve a nivel internacional un marco legal de<br />

referencia armonizado con los estándares compartidos y aprobados desde la comunidad<br />

internacional y también con políticas centradas en el niño. En el contexto local, promueve<br />

estrategias nacionales apropiadas con la realidad del país, elaboradas por medio de los<br />

principales stakeholders involucrados de la sociedad civil local y con la participación activa<br />

de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. El enfoque de los derechos del niño promueve la<br />

transparencia en los procesos y fomenta la recolección de datos atendible en las temáticas<br />

<strong>pe</strong>rtenecientes.<br />

Los principios de la CDN<br />

Según la UNICEF, la Convención es única con res<strong>pe</strong>to a los demás tratados internacionales,<br />

que se han alternado en los años, en tema de derechos de la infancia, porque: a) es<br />

exhaustiva, en cuanto quiere asegurar a los niños los derechos políticos, civiles,<br />

económicos, sociales y culturales; b) es universal, en cuanto se dirige a todos los niños en<br />

todas situaciones y en todos los países del mundo; c) es incondicionada, o sea, pide el<br />

em<strong>pe</strong>ño en favor de los niños también a los gobiernos con escasos recursos; d) es<br />

holística, en cuanto afirma que todos los derechos son esenciales y interde<strong>pe</strong>ndientes 26 .<br />

La CDN introduce cambios sustanciales, como la noción de niño plenamente sujeto de<br />

derecho, que puede ser considerada un enorme paso adelante en la historia, ya que abre<br />

a una nueva visión de la infancia como protagonista activa y no más como de<strong>pe</strong>ndiente o<br />

menor.<br />

Los derechos de los niños a crecer y a desarrollarse bajo todos los puntos de vista: físico,<br />

emotivo, psicosocial, cognitivo y cultural, sin discriminaciones de alguna índole, pudiendo<br />

participar activamente en las decisiones que los involucran y, sobre todo, bajo el principio-<br />

26<br />

Fuente: Comitato Italiano <strong>pe</strong>r l’UNICEF, Roma, Italia. Véase también:<br />

http://www.ilmiotg.it/10/notizie/costume-e-societa/arte-e-cultura/3896-a-rifreddo-l-unicef-celebra-ilvolontariato<br />

[Consultado 30 de noviembre de 2010]<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

17


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

guía del interés su<strong>pe</strong>rior del niño, constituyen los fundamentos de la Convención. En<br />

concreto, los principios rectores sobre los cuales se funda la Convención, y expresados en<br />

sus 54 artículos, son los siguientes cuatro:<br />

1- El derecho a la no-discriminación (art.2) 27<br />

2- El interés su<strong>pe</strong>rior del niño (art.3)<br />

3- El derecho a la sobrevivencia y al desarrollo (art.6)<br />

4- El derecho de expresar libremente sus propia opiniones en los asuntos que se<br />

refieren a ellos y a que tales opiniones sean consideradas (art.12)<br />

Dentro de la reflexión sobre estos cuatros principios rectores de la CDN, cabe subrayar<br />

que el interés su<strong>pe</strong>rior del niño, que tiene que prevaler en cada acción que a él se refiere<br />

(Art.3), está generalmente reflejado en las legislaciones nacionales, cuando se trata de<br />

reglamentar las situaciones familiares del niño (separación o divorcio de los padres,<br />

adopción) o de riesgo, que lo involucran directamente. Sin embargo, es mucho menos<br />

frecuente que las legislaciones “cubran otras acciones que se refieran a grupos de niños o<br />

a todos los niños, <strong>pe</strong>ro que no puedan estar referidas directamente a ellos” 28 . Por ejemplo,<br />

este principio no aparece, en la mayoría de los casos, en las legislaciones en te<strong>mas</strong> de<br />

educación o de salud, aunque estos servicios tuvieran que cuidar es<strong>pe</strong>cíficamente el<br />

desarrollo del niño (Art.6). Tampoco, eso pasa en los procesos de decisión sobre la<br />

planificación, sobre la seguridad en la circulación, sobre la polución del medio ambiente,<br />

etc 29 . Sin embargo, el Art. 3 prevé que el interés su<strong>pe</strong>rior del niño sea una consideración<br />

primaria, por parte de los gobiernos, en la planificación del impacto de sus acciones. Este<br />

concepto parece entonces, asumir todavía más importancia en las situaciones en las<br />

27 Es importante evidenciar que el Human Rights Committee ha precisado en su General Comment,<br />

que con “discriminación” hay que entender “cualquier distinción, exclusión, restricción o preferencia<br />

que esté basada sobre aéreas de referencia con raza, color, sexo, idioma, religión, opinión de tipo<br />

político u otro, origen nacional o social, propiedad, de status o nacimiento, y que tenga el propósito<br />

o el efecto de invalidar o <strong>pe</strong>rjudicar el reconocimiento, el goce o el ejercicio por parte de todas las<br />

<strong>pe</strong>rsonas, de igual manera, de todos los derechos y libertades” (cita traducida desde el inglés por<br />

la autora), véase en: Hodgkin R, Newell P., Implementation Handbook for the Convention on the<br />

Rights of the Child, fully revised edition, UNICEF, New York-Geneva, June 2002, p.19.<br />

28 Ibid. p.46 (cita traducida desde el inglés por la autora).<br />

29 Ibid. p.46.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

18


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

cuales no existen indicaciones es<strong>pe</strong>cíficas por la CDN, debido a que este principio tiene<br />

que incorporarse en las actitudes de las políticas nacionales y locales para una<br />

implementación de los principios de la Convención.<br />

Por otra parte, las consideraciones sobre el derecho de expresar libremente sus propias<br />

opiniones, hacen destacar una visión del niño como sujeto activo de derechos que tiene<br />

que gozar de los derechos humanos fundamentales (Art.12). Además de poderse expresar<br />

libremente, su opinión tiene que ser tomada debidamente en cuenta, rechazando<br />

abiertamente cada visión paternalista y caritativa 30 . Los derechos de participación se<br />

juntan con el principio de anti-discriminación (Art.2), o sea, que todos los niños y todas las<br />

niñas y adolescentes tienen igual derecho a expresar sus opiniones. Es importante aquí<br />

evidenciar los asuntos de género, ya que la participación de niñas y chicas sigue todavía<br />

muy limitada en la familia, en la escuela, en la comunidad y en el mismo sistema judicial.<br />

Las razones se hallan principalmente en los significados culturales locales y en las prácticas<br />

tradicionales que refuerzan actitudes paternalistas y estructuras patriarcales. La falta de<br />

participación de niñas y chicas adolescentes se refleja en las discriminaciones de género<br />

hacia las mujeres, con es<strong>pe</strong>cial énfasis en la vida pública y política. Por esta razón, ya<br />

desde el 1997, hubo un llamado del Committee on the Elimination of Discrimination<br />

against Women a todos los Estados para que adopten todas las medidas necesarias para<br />

desarraigar las discriminaciones hacia las mujeres 31 . Es evidente la responsabilidad<br />

relevante por parte de los Estados en implementar estos principios de equidad.<br />

Medidas generales de implementación<br />

Los cuatros principios generales de la CDN junto a las medidas generales de<br />

implementación de la CDN, constituyen los instrumentos fundamentales para su<br />

30 Ibid., p.p. 159-160.<br />

31 Ibid., p. 167.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

19


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

aplicación y la de sus Protocolos Facultativos. Las medidas generales de implementación<br />

requieren 32 :<br />

- que los Estados Parte garanticen la compatibilidad de las leyes nacionales<br />

existentes, futuras y de las prácticas judiciales con los principios de la CDN,<br />

también por medio de la modificación de aquellas leyes nacionales que resulten<br />

discordantes con esa.<br />

- que se creen instituciones inde<strong>pe</strong>ndientes para los derechos de los niños, como las<br />

oficinas de ombuds y de focal points en las instituciones nacionales de derechos<br />

humanos.<br />

- que los Estados Parte realicen estrategias nacionales para la implementación de la<br />

CDN, empleando a todos sus recursos posibles y que la implementación esté<br />

monitoreada y coordinada desde instituciones del gobierno enfocadas en los<br />

derechos del niño.<br />

- el monitoreo sistemático de la implementación de la CDN, por medio de la<br />

recolección de datos, su análisis, evaluación y difusión.<br />

- la promoción de la educación, capacitación y sensibilización sobre los derechos del<br />

niño, involucrando también a la sociedad civil y a los niños, niñas y adolescentes.<br />

- el apoyo de la Coo<strong>pe</strong>ración Internacional.<br />

El Committee on the Rights of the Child tiene el pa<strong>pe</strong>l de control de la implementación de<br />

la CDN. El compromiso exigido desde las Naciones Unidas a los Estados Parte prevé<br />

también un relato <strong>pe</strong>riódico al Comité (Committee on the Rights of the Child) 33 , que se<br />

reúne en Ginebra. En base a los relatos recibidos y también por medio de otras<br />

informaciones (de las Agencias de N.U., de las ONG y de otras instituciones), el Comité<br />

elabora: Observaciones (Concluding Observations), que evalúan las medidas aplicadas por<br />

los Estados Parte, y Recomendaciones, para las acciones futuras de los Estados, al fin de<br />

32 Ibid. p. 2.<br />

33 Es un Comité formado por 18 ex<strong>pe</strong>rtos inde<strong>pe</strong>ndientes elegidos por los Estados Parte de la<br />

CDN.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

20


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

cumplir con sus obligaciones. Observaciones y Recomendaciones están comunicadas<br />

públicamente, como líneas-guía para los debates a nivel nacional. El Comité elabora<br />

también líneas-guía para los gobiernos con sus General Comments. Los Estados Parte de<br />

los Protocolos Facultativos tienen que entregar un relato es<strong>pe</strong>cífico sobre la<br />

implementación de los Protocolos ratificados. La elaboración de esta información, por<br />

parte del Comité, hará parte del conjunto de evaluación <strong>pe</strong>riódica de la CDN.<br />

El Protocolo Facultativo a la Convención sobre la venta de niños, la prostitución infantil<br />

y la utilización de niños en la pornografía (OPSC)<br />

El fenómeno de la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes ha sido estudiado por<br />

la autora, en los últimos años, tanto bajo el <strong>pe</strong>rfil de la violación de los derechos del niño,<br />

como en términos antropológicos, por medio de etnografías en el terreno, sobre todo en<br />

la República Dominicana. Por eso, queremos aquí profundizar también el pa<strong>pe</strong>l del OPSC<br />

en la lucha contra las nuevas dimensiones de este creciente fenómeno.<br />

Antecedentes<br />

Cuando la Convención fue adoptada en 1989, había el convencimiento que sus artículos<br />

19, 32 y 34 hasta 36, en tema de protección del niño, hubieran podido suficientemente<br />

proteger a la infancia y adolescencia de todas las for<strong>mas</strong> de explotación 34 . El primer<br />

Congreso Mundial contra la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes (Estocolmo,<br />

1996) tuvo el merito de descubrir la existencia de este fenómeno e identificar sus<br />

manifestaciones, en un momento en que no se había levantado una efectiva<br />

concienciación sobre este tipo de violaciones de los derechos de niños, niñas y<br />

adolescentes en el mundo.<br />

34 UNICEF Innocenti Research Centre, Handbook on the Optional Protocol on the Sale of Children,<br />

Child Prostitution and Child Pornography, UNICEF, Florence, Febrero 2009, p.vii.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

21


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

En el segundo Congreso Mundial contra la explotación sexual de niños, niñas y<br />

adolescentes (Yokohama, Japón, 2001) quedó claro que se necesitaban más esfuerzos<br />

para contrastar el fenómeno. Los progresos después de Yokohama han sido significativos,<br />

sobre todo por la adopción de nuevos estándares legales y compromisos internacionales<br />

sobre los derechos de niños, niñas y adolescentes, como: la entrada en vigor de los dos<br />

Protocolos Facultativos a la CDN; el Protocolo para Prevenir, Suprimir y Punir al Tráfico de<br />

Personas, Es<strong>pe</strong>cialmente Mujeres y Niños (Protocolo de Palermo, entrado en vigor en<br />

2003), que integra a la Convención de Naciones Unidas contra el Crimen Organizado<br />

Transnacional; la S<strong>pe</strong>cial Session sobre los Niños, de la Asamblea General de Naciones<br />

Unidas y su documento final A World Fit for Children, con su llamado a proteger los niños<br />

del abuso, la explotación y la violencia, como una prioridad máxima; el Summit Mundial,<br />

en Septiembre 2005, donde se reunieron 170 gobiernos para tratar cuestiones globales,<br />

incluyendo el res<strong>pe</strong>to de los derechos humanos; la adopción de dos nuevas Convenciones<br />

por el Consejo de Europa, sobre el tráfico de <strong>pe</strong>rsonas y la protección de los niños del<br />

abuso y la explotación sexual, que refuerzan los derechos de infancia y adolescencia;<br />

finalmente, el Estudio Global de Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños 35 .<br />

En las conclusiones de este Estudio Global de Naciones Unidas, se afirma que la<br />

explotación sexual de niños, niñas y adolescentes sigue aumentando y que se trata de un<br />

fenómeno global prevenible. Desde el Estudio Global resulta, además notorio, el creciente<br />

tráfico de niños, niñas y adolescentes con fines de explotación sexual, también en turismo<br />

y viajes, y la multiplicación de imágenes de abusos sobre niños, por medio de las nuevas<br />

tecnologías y por el Internet.<br />

Después de Yokohama, muchos países han adecuado sus propias legislaciones en el tema<br />

de infancia y adolescencia, armonizándolas con los estándares de la CDN. Mucha<br />

concienciación ha tenido lugar, hasta en el sector privado, por ejemplo con la adopción de<br />

35 Opcit. PINHEIRO. P. S.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

22


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

los Códigos de Conducta de autorregulación, de mayor ocurrencia en el sector de turismo<br />

y viajes, para prevenir el turismo sexual 36 .<br />

El Tercer Congreso Mundial contra la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes<br />

(Brazil, Río de Janeiro, 2008) 37 , gozó de la participación de una coo<strong>pe</strong>ración internacional<br />

muy amplia, con más de 3000 <strong>pe</strong>rsonas de todo el mundo, entre las cuales sobresalen 137<br />

gobiernos y 300 jóvenes y adolescentes. El Documento Final del Congreso de Río evidencia<br />

la importancia de un enfoque holístico como base de las estrategias 38 , que incluyen a las<br />

leyes necesarias, la actividad de la policía, la intervención de todos los sectores sociales<br />

para la prevención, y, en particular, del welfare, de la educación, la salud, la seguridad y la<br />

justicia. Al mismo tiempo, subraya la necesidad de un cambio en las actitudes sociales y en<br />

las prácticas tradicionales que llevan a la explotación sexual 39 . Todo esto exige, entonces,<br />

la coo<strong>pe</strong>ración de todos los actores interesados a nivel internacional y local.<br />

En esta última <strong>pe</strong>rs<strong>pe</strong>ctiva, la actividad internacional y local de concienciación sigue en el<br />

mundo por medio de distintas iniciativas y sinergias, así como sigue aquella de las dos<br />

Representantes Es<strong>pe</strong>ciales del Secretario General de Naciones Unidas y el trabajo para<br />

reforzar la colaboración transnacional en las fronteras y el cumplimento de la ley (law<br />

enforcement). Cabe también subrayar el mensaje que la terminología más recientemente<br />

elaborada por la comunidad internacional, quiere transmitir con: “explotación sexual de<br />

niños en la prostitución” en lugar de “prostitución infantil”, “explotación sexual de niños<br />

en viajes y turismo” en lugar de “turismo sexual infantil” y “explotación sexual de niños en<br />

la pornografía” en lugar de “pornografía infantil”. Esta terminología quiere rechazar<br />

cualquier referencia con la intencionalidad de las acciones del niño-victima de<br />

36 Opcit. BINAZZI. Daniel A.<br />

37 La autora ha podido asistir en parte de los trabajos de preparación al Tercer Congreso Mundial<br />

contra la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes de Rio2008, en ocasión de su stage de<br />

Maestría en Coo<strong>pe</strong>ración Internacional, con el UNICEF IRC (Innocenti Research Centre de<br />

Florencia), cuyo pa<strong>pe</strong>l ha sido relevante en la <strong>org</strong>anización de convenios preparatorios,<br />

documentos de investigación y parte del agenda. http://www.unicef-irc.<strong>org</strong>/ [Consultado 30 de<br />

noviembre de 2010]<br />

38 http://iiicongressomundial.net/index.php [Consultado 30 de noviembre de 2010]<br />

39 Opcit. BINAZZI. Daniel A.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

23


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

explotación, contribuyendo a acabar con estereotipos y estigmatizaciones hacia las<br />

vícti<strong>mas</strong>.<br />

El OPSC<br />

El OPSC evidencia que todos los niños tienen derecho a la protección contra la venta, la<br />

explotación en la prostitución y en la pornografía. Afirma que esta explotación es de tipo<br />

criminal y que los <strong>pe</strong>r<strong>pe</strong>tradores tienen que estar identificados y punidos.<br />

Este Protocolo redefine ulteriormente la protección del niño, ya prevista por la<br />

Convención, porque, no obstante el llamado de la CDN a su protección como sujeto de<br />

derecho, el niño sigue siendo <strong>pe</strong>rcibido a menudo como objeto o mercancía, en vez que<br />

como <strong>pe</strong>rsona, cuyos derechos tienen que estar protegidos y res<strong>pe</strong>tados 40 . Por ejemplo, la<br />

mentalidad de que los niños sean propiedad de sus padres o que sean “sujetos<br />

incompletos” sigue estando muy presente en muchas sociedades, poniéndolos en<br />

situación de riesgo y de violación de sus derechos y, más en general, obstaculizando la<br />

plena realización de los mismos. Investigaciones antropológicas conducidas por la autora<br />

en el terreno, en República Dominicana, han evidenciado la existencia de estereotipos y<br />

discriminaciones en el flujo local de significados y en las nor<strong>mas</strong> sociales. Actitudes de esta<br />

índole pueden encontrarse en la familia y en la comunidad y, junto a otras causas, pueden<br />

producir las pre-condiciones para la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes.<br />

Es sumamente importante comprender las causas de ciertos fenómenos, para poder<br />

ofrecer una prevención duradera 41 , súmesele a ello que una ley resulta eficaz sólo cuando<br />

toma en consideración las raíces del problema que se quiere reglamentar.<br />

Los crímenes previstos por el OPSC están a menudo relacionados con la pobreza, con<br />

estructuras socio-económicas no-equitativas, familias en crisis, falta de instrucción,<br />

40 Opcit.UNICEF Innocenti Research Centre. p.ix.<br />

41 Opcit.UNICEF Innocenti Research Centre. p.ix.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

24


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

migraciones rurales-urbanas, discriminaciones de género, comportamientos sexuales<br />

irresponsables por parte de los adultos, prácticas tradicionales dañinas y conflictos<br />

armados.<br />

Lo que ha quedado evidente en los estudios internacionales más recientes y gracias a la<br />

movilización de la comunidad internacional contra la explotación sexual de niños, niñas y<br />

adolescentes, es que este creciente fenómeno se presenta hoy en día con un carácter<br />

transnacional y ya no más como hechos meramente locales. Lo que ha incrementado y<br />

modificado la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, en un fenómeno<br />

transnacional, es, en buena medida, el impacto de la globalización y de la creciente<br />

movilidad de las <strong>pe</strong>rsonas 42 . También, eso involucra, hoy en día, a grupos criminales<br />

<strong>org</strong>anizados y networks. Por otro lado, sin duda, las nuevas tecnologías, y el Internet en<br />

particular, han dado muchos beneficios, facilitando la conexión entre <strong>pe</strong>rsonas a larga<br />

distancia y la difusión de la información en tiempo real a nivel mundial, <strong>pe</strong>ro, al mismo<br />

tiempo, las nuevas tecnologías han traído nuevos retos, debidos al acceso incontrolado y<br />

difundido a la red por parte de <strong>pe</strong>dófilos (que confían en la invisibilidad virtual y,<br />

entonces, en la impunidad); volviéndose más fácil la difusión online de la pornografía, que<br />

explota la infancia y la adolescencia.<br />

El tráfico de seres humanos, junto al tráfico de ar<strong>mas</strong> y drogas, está convirtiéndose en una<br />

de las mayores fuentes de lucro, representando uno de los crímenes con más rápido<br />

aumento a nivel transnacional, cuyo giro de negocio es de más o menos 10 mil millones de<br />

dólares cada año 43 . Una gran parte de las vícti<strong>mas</strong> del tráfico son niños y muchos de ellos<br />

terminan por ser vendidos en el comercio sexual. El tráfico de menores de edad ocurre en<br />

muchos países del mundo y sus rumbos ya están a nivel global. No existen precisas<br />

diferencias entre los países de origen, transito o destino. El tráfico ocurre también adentro<br />

de los confines de un país, muchas veces desde las áreas rurales hacia las áreas urbanas y<br />

aquellas turísticas.<br />

42 Opcit.UNICEF Innocenti Research Centre. p.viii.<br />

43 Fuente: UNICEF.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

25


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Aunque el tráfico de niños esté sobre todo relacionado con la venta de ellos, su<br />

explotación en la prostitución y en la pornografía, según las investigaciones sobre el tema,<br />

el tráfico de niños está también relacionado a la explotación en trabajos <strong>pe</strong>ligrosos, la<br />

servidumbre doméstica y la mendicidad, los conflictos armados, la adopción ilegal, el<br />

matrimonio forzoso, el pago de deudas y el tráfico de órganos 44 . Pese a ello, la tendencia a<br />

considerar el tráfico de niños como un problema bajo aquellos de los seres humanos<br />

adultos, no <strong>pe</strong>rmite de reconocer la necesaria atención es<strong>pe</strong>cial para los derechos de<br />

ellos. Tampoco, muchos países no reconocen, todavía, todos los as<strong>pe</strong>ctos del tráfico,<br />

como lo exige el Protocolo de Palermo 45 .<br />

El OPSC tiene un enfoque particular en la criminalización de actos es<strong>pe</strong>cíficos relacionados<br />

con la venta de niños, su explotación en la prostitución y en la pornografía. Reconoce el<br />

derecho de la víctima a su protección durante los procesos y su derecho a una<br />

com<strong>pe</strong>nsación. Hace hincapié sobre los principios generales de la CDN y sobre derechos<br />

es<strong>pe</strong>cíficos, como aquellos sobre la separación de los padres y el traslado ilícito;<br />

adicionalmente refuerza los principios de los Artículos 19, 32 y 34 hasta 36. Enfatiza la<br />

necesidad de reforzar la coo<strong>pe</strong>ración internacional, con la adopción de una legislación<br />

extraterritorial para punir a los <strong>pe</strong>r<strong>pe</strong>tradores, también por medio de la extradición al país<br />

de origen del ciudadano, que haya cometido estos crímenes en el extranjero. Los Estados<br />

Parte que nieguen la extradición, tienen que asumir la jurisdicción sobre el crimen,<br />

encargando del caso a sus autoridades com<strong>pe</strong>tentes, al fin de <strong>pe</strong>rseguir los <strong>pe</strong>r<strong>pe</strong>tradores<br />

y juzgarlos. En este momento una campaña de dos años ha sido lanzada para la<br />

44 UNICEF Innocenti Research Centre, South Asia in Action: Preventing and Responding to Child<br />

Trafficking. Analysis of Anti-Trafficking Initiatives in the Region, Innocenti Insight, UNICEF IRC,<br />

Florence, August 2009. p. 70. Entre otros estudios, véase también: Pinheiro P. S., United Nations,<br />

World report on violence against children, United Nations Secretary-General’s Study on Violence<br />

against Children, Geneva, Switzerland, 2006. p. 364; UNICEF Innocenti Research Centre, Child<br />

Trafficking in Euro<strong>pe</strong>. A broad vision to put children first, Innocenti Insight, UNICEF IRC, Florence,<br />

2008. p. 56; World Congress III Against Sexual Exploitation of Children and Adolescents, The Rio<br />

de Janeiro Declaration and Plan of Action to Prevent and Stop Sexual Exploitation of Children and<br />

Adolescents, Rio de Janeiro, Brazil, 28 Noviembre 2008.<br />

45 Opcit. BINAZZI. Daniel A.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

26


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

ratificación universal del OPSC para el 2012 46 , en es<strong>pe</strong>ra de que se cumpla todo lo<br />

anterior.<br />

Conclusiones<br />

Es importante que exista el principio formal, porque es aquello que <strong>pe</strong>rmite hacer valer un<br />

propio derecho frente de la ley. El derecho de igualdad formal, es el derecho frente a la<br />

ley, o sea esa igualdad abstracta que <strong>pe</strong>rmite a una <strong>pe</strong>rsona comparecer frente a la ley<br />

para que sean reconocidos sus propios derechos. Eso se funda en el principio de igualdad,<br />

modernamente entendido. Luego, hay el problema del cumplimiento de la ley. Lo que, en<br />

nuestra opinión, muy a menudo llama a las críticas sobre el derecho internacional de los<br />

derechos humanos atañe al pasaje crucial desde la igualdad formal hasta la igualdad<br />

sustancial, que de<strong>mas</strong>iadas veces pone en evidencia los vacíos de implementación del<br />

principio formal 47 , así como las responsabilidades que en ese proceso tienen los<br />

gobiernos, y también las governances y los actores involucrados de las comunidades<br />

locales, que sin duda tienen que colaborar activamente en ese sentido. Por eso, el rol de<br />

un País no se acaba con enunciaciones formales de igualdad, sino tiene que prever, al<br />

mismo tiempo, una inseparable acción de remoción de obstáculos que impidan el goce de<br />

los derechos humanos de la <strong>pe</strong>rsona y, en particular, de los del niño 48 . El OPSC enfatiza, en<br />

ese sentido, la urgencia de actuar en los procesos de implementación de los principios<br />

formales. El OPSC, aclara que la implementación tiene que enfocarse sobre la prevención,<br />

la protección y la <strong>pe</strong>rsecución de los <strong>pe</strong>r<strong>pe</strong>tradores 49 .<br />

Hay un llamado a la responsabilidad de los Estados Parte del OPSC para que adopten<br />

todas las medidas y los recursos posibles para pasar desde el principio formal al cual se<br />

han vinculado hasta su implementación completa, realizando las estrategias necesarias a<br />

46 http://www.crin.<strong>org</strong>/violence/search/closeup.aspinfoid=22559 [Consultado 30 de noviembre de<br />

2010]<br />

47 Opcit. BINAZZI. Daniel A.<br />

48 Opcit. BINAZZI. Daniel A.<br />

49 UNICEF Innocenti Research Centre, Handbook on the Optional Protocol on the Sale of Children,<br />

Child Prostitution and Child Pornography, UNICEF, Florence, Febrero 2009. p. 61.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

27


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

nivel nacional y local. Eso hace parte de las obligaciones legales y de la accountability de<br />

los Estados Parte. La participación local y la sensibilización resultan, pues, fundamentales<br />

para lograr políticas adecuadas desde los gobiernos. Aunque en muchos contextos la<br />

implementación de los derechos del niño represente todavía un gran desafío, hay que<br />

evitar recaer en ciertas polémicas hacia el abstractismo de los instrumentos jurídicos<br />

internacionales, para concentrarse, mejor, en las lecciones aprendidas sobre una eficaz<br />

implementación.<br />

En el área de prevención, el rol de la educación formal y no formal resulta determinante<br />

en fortalecer el empoderamiento del niño, sobre todo, por medio de una educación de<br />

calidad, basada en el res<strong>pe</strong>to de los derechos humanos y el aprendizaje de life skills, que<br />

puedan empoderar al niño, frente a situaciones con riesgo de abusos y explotación. De<br />

todas for<strong>mas</strong>, eso <strong>pe</strong>rmitiría a los niños poder ejercer su derecho a elegir libremente sus<br />

propios futuros. En las cuestiones de género, este derecho asume una particular<br />

importancia, ya que son las niñas y las chicas adolescentes quienes ven negado su derecho<br />

a la educación, las que resultan mayormente vícti<strong>mas</strong> de la explotación sexual, y que no<br />

pueden, pues, elegir libremente a su propio futuro 50 . Al mismo tiempo resulta<br />

fundamental la concienciación y sensibilización de las comunidades locales hacia los<br />

derechos de niños, niñas y adolescentes, pues los estereotipos y discriminaciones hacia la<br />

infancia y adolescencia se encuentran muy arraigados en las sociedades locales.<br />

La prevención con enfoque de género tiene que intervenir involucrando también a niños,<br />

chicos, adolescentes y hombres, ya que ha quedado claro, en estos últimos años, que la<br />

discriminación de género no se desarraiga sencillamente concienciando a chicas y<br />

mujeres, sin después modificar a sus entornos, muchas veces, machistas y patriarcales. Sin<br />

hacer eso, no puede haber una prevención duradera.<br />

50 BINAZZI. Daniel A., The Dominican case: the role of formal and not-formal education in building<br />

children empowerment, en A. Binazzi Daniel, A. Gambaro, Building children empowerment at<br />

school: a challenge in industrialized as well as in developing countries. The cases of Italy and the<br />

Dominican Republic, Conference Proceedings, Defense for Children International Conference on<br />

Protective Environment – Active Participation, Bethlehem, West Bank, 10-11 Noviembre 2010. p.p.<br />

6-10.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

28


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Por lo que se refiere a la acción de protección, los vacíos en el cumplimiento de la ley y la<br />

falta de criminalización de los <strong>pe</strong>r<strong>pe</strong>tradores, determinan notablemente las condiciones<br />

para que se lleve a cabo la explotación sexual de infancia y adolescencia. Las vícti<strong>mas</strong><br />

necesitan de protección y de asistencia para que puedan denunciar los crímenes y poder<br />

ser testigos en los juicios. La corrupción es otro gran obstáculo para la implementación de<br />

las leyes. Recu<strong>pe</strong>rar las vícti<strong>mas</strong> tiene que ser también una prioridad.<br />

Más en general, el pleno res<strong>pe</strong>to de los derechos humanos no se realizará hasta que no<br />

sea reconocida la plena dignidad de cada ser humano inde<strong>pe</strong>ndientemente de su edad,<br />

sexo, religión, condición física, origen étnico, y diversidad cultural.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

29


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

30


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

El derecho a vivir en familia: qué puede hacer el Estado cuando éste es vulnerado<br />

Presentación<br />

Loreto Santé Abal 51<br />

En el Perú existen aproximadamente 18.000 niños, niñas y adolescentes (NNA) internados<br />

en Centros de Acogida Residencial (C.A.R) 52 , más conocidos como “hogares”. Para todo<br />

ellos, el derecho a vivir en una familia está comprometido por las dificultades y la falta de<br />

recursos sociales de apoyo para integrarles a sus familias, y por la dificultad del Estado<br />

<strong>pe</strong>ruano para poner en marcha medidas de protección alternativas 53 , que sí salvaguarden<br />

ese derecho.<br />

A lo largo de este artículo se analizará cómo estos NNA están internados en centros, a<br />

<strong>pe</strong>sar de que el Perú cuenta con una amplia legislación nacional y convenios suscritos de<br />

carácter internacional que defienden el derecho de los NNA a vivir en familia, ya sea con la<br />

suya u otra si fuera necesario (adopción, colocación familiar, etc.), así como que el<br />

acogimiento en un C.A.R debería ser una medida última y excepcional, dados los efectos<br />

negativos que produce en el desarrollo de los NNA. También se reflexionará sobre algunas<br />

de las medidas alternativas existentes, como es la “colocación familiar”, y algunos de los<br />

defectos que presenta. Por último, formularemos una serie de propuestas al Estado<br />

<strong>pe</strong>ruano que tienen como objetivo salvaguardar el “Interés Su<strong>pe</strong>rior del Niño” y su<br />

51 Loreto Santé Abal. Doctora en psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, con estudios<br />

de postgrado en maltrato infantil y psicología clínica. Desde hace seis años ejerce como psicóloga<br />

en instituciones dedicadas a albergar niños, niñas y adolescentes en situación de desprotección<br />

familiar. Contacto: loretosante@gmail.com<br />

52 VÁZQUEZ, C. Situación general de los hogares INABIF (documento de trabajo interno). Feb.<br />

2009; p. 5. En comunicación <strong>pe</strong>rsonal con la autora de esta información precisó que la cifra<br />

estimativa de 18.000 NNA se obtuvo usando los datos aproximados de los CAR a los que acudía<br />

Investigación Tutelar y cruzándolos, posteriormente, con la información del Registro Central de<br />

Hogares de la Dirección de Niños, Niñas y Adolescentes del Ministerio de la Mujer y Desarrollo<br />

Social.<br />

53 Cuando en este artículo se mencione el término “Estado”, se incluirá en él tanto a las<br />

autoridades nacionales como a las regionales y locales, y en todos los ámbitos de los poderes<br />

asignados al Estado.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

31


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

derecho a una vida digna en familia. Nuestra intención es contribuir a que estas<br />

propuestas sean consideradas en el proceso de revisión del nuevo Código de los Niños y<br />

Adolescentes.<br />

Marco legal existente en el Perú que consagra el derecho de los niños, niñas y<br />

adolescentes a vivir en familia.<br />

El marco legislativo nacional e internacional existente, compromete al Perú a brindar las<br />

oportunidades para que cada NNA tenga el derecho a vivir en el seno de una familia. Éste<br />

es un mandato constitucional que debería ser res<strong>pe</strong>tado por el Estado en su condición de<br />

garante de esta norma. Por tanto, el derecho que tiene todo NNA a vivir en familia es<br />

exigible; y se refleja, entre otros:<br />

A nivel nacional<br />

La Constitución Política del Perú, no refleja de forma directa el derecho que tiene el niño,<br />

niña y adolescente a vivir en familia. Sin embargo, existen leyes que protegen este<br />

derecho. Al res<strong>pe</strong>cto, señalamos las siguientes leyes:<br />

Ley 27337, Código de los Niños y Adolescentes.<br />

Ley 29174, Ley General de Centros de Atención Residencial de Niñas, Niños y<br />

Adolescentes.<br />

A nivel internacional<br />

Convención Sobre los Derechos del Niño 54 .<br />

54 Los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño son: a) Derecho a no ser<br />

discriminado; b) Derecho a la sobrevivencia y el desarrollo en todos los as<strong>pe</strong>ctos de sus vidas; c)<br />

Derecho a la participación de forma activa en todas las cuestiones que atañen a sus vidas; d)<br />

Todas las decisiones o actividades que afecten al niño, o a los niños como grupo deben tener en<br />

cuenta el Interés Su<strong>pe</strong>rior del Niño.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

32


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Directrices de las Naciones Unidas sobre las Modalidades Alternativas del cuidado<br />

de los Niños.<br />

Además de la legislación antes mencionada, dentro de los instrumentos de política del<br />

Estado <strong>pe</strong>ruano se han elaborado una serie de planes nacionales, regionales y locales que<br />

tienen entre sus principios rectores el fortalecimiento de la familia como institución (Plan<br />

Nacional de Acción por la Infancia y Adolescencia 2002-2010, Plan de Apoyo a la Familia<br />

2004-2011, etc.).<br />

Luego de haber mencionado la legislación que defiende el derecho de todos los NNA a<br />

vivir en familia, pasemos a considerar aquella otra legislación que de forma más es<strong>pe</strong>cífica<br />

se refiere a aquellos NNA que por cualquier circunstancia (fallecimiento de los<br />

progenitores, abandono, negligencias en el cuidado, violencia familiar, etc.), se<br />

encuentran privados de la posibilidad, temporal o <strong>pe</strong>rmanente, de vivir en su familia de<br />

origen.<br />

Desde esta <strong>pe</strong>rs<strong>pe</strong>ctiva, nos encontramos que, por un lado, a nivel internacional la<br />

Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por el Estado <strong>pe</strong>ruano, establece en su<br />

artículo 20 que “los niños temporal o <strong>pe</strong>rmanentemente privados de su medio familiar, o<br />

cuyo su<strong>pe</strong>rior interés exija que no <strong>pe</strong>rmanezcan en ese medio, tendrán derecho a la<br />

protección y asistencia es<strong>pe</strong>ciales del Estado”. Los cuidados que debe garantizar el Estado<br />

son “la colocación en hogares de guarda, la kafala del derecho islámico, la adopción o, de<br />

ser necesario, la colocación en instituciones adecuadas de protección de menores”.<br />

Nótese que la colocación en instituciones es una medida que se recomienda tomar en<br />

último caso ya que la Convención defiende, a lo largo de múltiples artículos, el derecho del<br />

niño a crecer en el seno de una familia.<br />

Por otro lado, a nivel nacional encontramos la siguiente normativa:<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

33


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Dentro del Plan Nacional de Apoyo a la Familia 55 , se establece que en estos casos el<br />

Estado debe procurar la reinserción en la familia de origen (incluida la familia extensa),<br />

y en el caso de que los NNA no puedan reinsertarse en su familia extensa el Estado<br />

debe promover la reinserción mediante la colocación familiar y la adopción, evitando<br />

en lo posible la institucionalización.<br />

Dentro del Código de los Niños y Adolescentes, identificamos los siguientes artículos<br />

referidos a medidas de protección para los NNA:<br />

o Artículo 243: El Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social podrá aplicar al niño y<br />

al adolescente que lo requiera cualquiera de las siguientes medidas de<br />

protección:<br />

a) Cuidado en el propio hogar, con el apoyo y seguimiento para los<br />

padres o responsables<br />

b) Participación en un programa oficial o comunitario de defensa con<br />

atención educativa, de salud y social.<br />

c) Incorporación a una familia sustituta o colocación familiar;<br />

d) Atención integral en un establecimiento de protección es<strong>pe</strong>cial<br />

debidamente acreditado; y ,<br />

e) Dar en adopción al niño o adolescente, previa declaración del estado<br />

de abandono ex<strong>pe</strong>dita por el juez es<strong>pe</strong>cializado.<br />

o Artículo 104: “Mediante la Colocación Familiar el niño o adolescente es acogido<br />

por una <strong>pe</strong>rsona, familia o institución que se hace responsable de él<br />

transitoriamente...”<br />

55 Ministerio de la Mujer y Desarrollo y Desarrollo Social. Perú. Plan Nacional de Apoyo a la Familia<br />

2004-2011. p.p 23-24.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

34


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

o Artículo 252: En la aplicación de las medidas de protección señaladas se<br />

priorizará el fortalecimiento de los vínculos familiares y comunitarios.<br />

Por último, la Ley 29174, Ley General de Centros de Atención Residencial, que, como<br />

se expone en el informe de la Defensoría del Pueblo sobre la situación de los Centros<br />

de Atención Residencial estatales, considera que: “la atención integral en un<br />

establecimiento de protección es<strong>pe</strong>cial o medida de acogimiento residencial, sólo<br />

debe ser impuesta en caso de que las otras medidas de protección alternativas en<br />

favor de los niños, niñas o adolescentes no resulten idóneas para su<strong>pe</strong>rar las<br />

afectaciones de derechos producidas por situaciones de riesgo o abandono. De allí que<br />

su aplicación devenga en temporal, excepcional o residual” 56 .<br />

Ahora bien, a <strong>pe</strong>sar de esta legislación, tanto la ratificada a nivel internacional como la<br />

existente a nivel nacional, así como con las políticas públicas elaboradas, donde se valora<br />

que todo NNA tiene el derecho a vivir en familia, todavía una mayor parte de los NNA que<br />

se encuentran privados de su medio familiar no cuentan con el apoyo del Estado para<br />

garantizarles hogares alternativos que les ofrezcan las características positivas de una vida<br />

en familia (atención, escucha, amor, etc). De hecho, cabe precisar que la mayor parte de<br />

los NNA <strong>pe</strong>ruanos que han sido identificados en situación de desprotección familiar, se<br />

hallan institucionalizados bajo la protección y atención en los Centros de Acogida<br />

Residencial-CAR.<br />

Al res<strong>pe</strong>cto, cabe preguntarse: ¿Qué está haciendo el Estado <strong>pe</strong>ruano para garantizar el<br />

derecho de estos NNA a vivir en una familia, y ¿qué está pasando realmente con la vida<br />

de los NNA en estas instituciones<br />

56 Defensoría del Pueblo. República del Perú. El derecho de los niños, niñas y adolescentes a vivir<br />

en una familia: la situación de los Centros de Atención Residencial estatales desde la mirada de la<br />

Defensoría del Pueblo. Informe nº 150. 2010. p.p 425-426.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

35


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Uso y abuso del ingreso e internamiento de niños, niñas y adolescentes en los Centros<br />

de Acogida Residencial<br />

Conforme a lo expuesto hasta ahora, y de cara a la legislación existente, la Acogida<br />

Residencial debería constituir una medida de excepción. Sin embargo, a <strong>pe</strong>sar de que no<br />

existe un censo oficial fidedigno del número de NNA acogidos en Centros de Atención<br />

Residencial en el Perú, las cifras que se estiman son suficientemente voluminosas para<br />

poner en duda la “excepción” de esta medida. De hecho, re<strong>pe</strong>timos, se estima que<br />

“existen alrededor de 18.000 niños institucionalizados; de ellos, cerca de 4,000 de<strong>pe</strong>nden<br />

del INABIF-MIMDES, muchos pasan un promedio de 3 a 5 años viviendo en una institución<br />

y disminuyen dramáticamente las posibilidades de ser adoptados o reintegrarse a su<br />

familia de origen” 57 . Sólo entre las regiones de Cusco y Arequipa se calcula que existen<br />

3.500 NNA en régimen de acogida residencial entre instituciones públicas y privadas 58 .<br />

Adicionalmente, como se expone en el informe de la Defensoría del Pueblo sobre la<br />

situación de los Centros de Atención Residencial estatales, habría que considerar que en el<br />

25% de los casos estudiados las razones por las que los NNA ingresen en estas<br />

instituciones no tienen nada que ver con lo que está prescrito en la Ley Nº 29174, así<br />

como en el artículo 248º del Código de los Niños y Adolescentes, que hacen referencia<br />

principalmente a la ausencia de “soporte familiar”. Las razones de su internamiento<br />

tienen que ver con otra serie de proble<strong>mas</strong> (falta de recursos económicos, lugares donde<br />

puedan atender a los NNA mientras los progenitores trabajan, proble<strong>mas</strong> de conducta<br />

presentes en los NNA, etc) que deberían ser atendidos mediante otra serie de medidas.<br />

Así, los Centros de Atención Residencial actúan a modo de “guarderías”, “internados” o<br />

57 VÁZQUEZ, C. Niñez institucionalizada: lo que no se ve. (25 de septiembre de 2009)<br />

http://carmenvasquezdevelasco.blogspot.com/2009/09/ninez-institucionalizada-lo-que-no-se.html.<br />

[Citado 15 de noviembre de 2010.]<br />

58 Congreso de la República del Perú. Oficina de Comunicaciones del Congreso. Servicio de<br />

Noticias. Presentan propuestas para mejorar atención integral a niños y adolescentes.<br />

http://www2.congreso.gob.<strong>pe</strong>/Sicr/Prensa/heraldo.nsf/CNtitulares1/cde696f21357b373052577d900<br />

6f0d34/ [Citado 28 de Noviembre 2010].<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

36


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

“centros juveniles”, ejerciendo una función que no les corresponde y vulnerando, sin<br />

buscarlo, el derecho de los NNA a vivir con sus familias 59 .<br />

La Ley 29174, Ley general de los Centros de Atención Residencial, así como su reglamento,<br />

establecen claramente la necesidad de lograr la reinserción familiar o la promoción del<br />

NNA en adopción, de modo que su estancia en el Centro de Acogida Residencial sea lo<br />

más breve posible. De acuerdo con el informe de la situación general de los Hogares de<br />

INABIF 60 , sólo el 13,5% de los NNA ingresados en sus centros tienen resolución de<br />

abandono, lo que, en teoría, implica que en el resto de los casos debiera existir un vínculo<br />

familiar suficientemente significativo como para promover una reintegración familiar. Sin<br />

embargo, tan sólo en el 27.4% de los casos los NNA llegan a integrarse nuevamente a su<br />

familia 61 , y muchos de ellos después de pasar años institucionalizados y habiendo sufrido<br />

en el camino los efectos negativos de la institucionalización.<br />

Algunas de las razones que explican esta tasa tan baja de reintegración familiar tienen que<br />

ver con la falta de recursos estatales para poder desarrollar esta labor. Los Centros de<br />

Atención Residencial tienen equipos profesionales mínimos (1 psicólogo/a y 1<br />

trabajador/a social, y no en todos los casos, a <strong>pe</strong>sar de lo establecido por Ley) que no se<br />

dan abasto para cubrir las necesidades que se derivan del trabajo en el propio centro y<br />

que, difícilmente, pueden realizar un verdadero trabajo de reinserción familiar. Situación<br />

más complicada todavía para el caso de NNA que proceden de otras regiones, como<br />

sucede en el 6,7% de los casos identificados en el ya mencionado informe de la Defensoría<br />

del Pueblo. Además, en muchos casos, los Centros de Atención Residencial, no ofrecen las<br />

condiciones adecuadas para recibir visitas y restablecer los vínculos sociales con la familia,<br />

por ejemplo, los días de visita son programados unilateralmente sin ningún consenso con<br />

los interesados y no disponen de ambientes que preserven la privacidad de los encuentros<br />

59 Opcit. Defensoría del Pueblo. p.p 232-235<br />

60 Opcit. VÁZQUEZ, C. Situación general de los hogares INABIF. p. 6.<br />

61 Opcit. VÁZQUEZ, C. Situación general de los hogares INABIF. p. 6<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

37


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

con la familia 62 . Incluso en el caso de los NNA que son declarados legalmente en<br />

abandono, para los que hay que identificar una nueva familia, el proceso es también muy<br />

lento. Por un lado, si el niño o niña es muy <strong>pe</strong>queño posiblemente acabe siendo adoptado,<br />

aunque antes de serlo todavía pasará un promedio de año y medio en un Centro de<br />

Atención Residencial, sufriendo las consecuencias negativas de pasar los años más críticos<br />

de su desarrollo en una institución. Por otro lado, si el NNA no tiene muchas<br />

probabilidades de ser adoptado (tiene más de dos hermanos, presenta dificultades<br />

significativas en su desarrollo, es mayor de 8-9 años, etc) , tendrá muchas posibilidades de<br />

pasar el resto de su infancia en un Centro de Atención Residencial, ya que a<strong>pe</strong>nas se<br />

fomentan medidas alternativas como pudiera ser el acogimiento temporal en una familia<br />

ajena.<br />

Es evidente que esta labor de promover los procesos de reinserción familiar o de<br />

identificar familias de acogida como una alternativa a la vida en una institución no es sólo<br />

tarea de los Centros de Atención Residencial, sino que también debería ser una tarea de<br />

otros servicios sociales del Estado. Sin embargo, la realidad es que estos servicios son<br />

pocos y están completamente desbordados, por lo tanto, no pueden contribuir como<br />

deberían a garantizar que la medida de protección de ingreso en un Centro de Atención<br />

Residencial sea realmente una medida transitoria que garantice plenamente la futura<br />

reinserción del NNA en un medio familiar. Tal es así, que la mitad de los internados en los<br />

centros a cargo del INABIF-MIMDES son adolescentes, pasan un promedio de 3 a 5 años<br />

ingresados 63 , y el 72.6% de ellos <strong>pe</strong>rmanecen en el centro hasta cumplir la mayoría de<br />

edad 64 .<br />

Pero, ¿por qué es tan grave que un NNA <strong>pe</strong>rmanezca una parte importante de su<br />

desarrollo en un Centro de Atención Residencial Existe abundante bibliografía que<br />

describe detalladamente los efectos negativos de la institucionalización, es<strong>pe</strong>cialmente<br />

62 Opcit. Defensoría del Pueblo. p.p 360-362.<br />

63 Opcit. Defensoría del Pueblo. p. 227.<br />

64 Opcit. VÁZQUEZ, C. Situación general de los hogares INABIF. p. 6<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

cuando ésta cubre los primeros años de vida. Sobre ello se puede citar el proyecto BEIP<br />

(Bucharest Early Intervention Project) 65 . Éste fue un estudio realizado durante 5 años<br />

consecutivos en Centros de Atención Residencial, u “hogares”, en Rumanía comparando<br />

niños institucionalizados, entre 6 y 31 meses de edad, con niños no institucionalizados<br />

(niños que vivían en régimen de acogimiento familiar y niños que vivían con sus familias<br />

biológicas). Este estudio sirvió para determinar, entre otros objetivos, el efecto negativo<br />

que la institucionalización tenía en el desarrollo cognitivo y conductual de niños<br />

<strong>pe</strong>queños. Los resultados encontrados fueron los siguientes 66 :<br />

Proble<strong>mas</strong> de comportamiento: agresividad, inatención e hi<strong>pe</strong>ractividad, retrasos<br />

en el desarrollo social y emocional, conductas parecidas al autismo que<br />

desaparecen una vez que el niño pasa a vivir en un entorno familiar.<br />

Pérdida de un mes en su crecimiento por cada tres de institucionalización.<br />

Rendimiento intelectual disminuido, que puede ex<strong>pe</strong>rimentar una gran<br />

recu<strong>pe</strong>ración cuando los infantes, menores de 2 años, pasan a vivir en un entorno<br />

familiar, <strong>pe</strong>ro una recu<strong>pe</strong>ración ligera si lo hacen posteriormente.<br />

Niveles más bajos de actividad cerebral en todas las regiones del cerebro.<br />

Déficits de <strong>pe</strong>rcepción sensorial, incluyendo dificultades para responder y<br />

comprender las expresiones faciales.<br />

Además del BEIP existen una infinidad de estudios que corroboran los efectos negativos<br />

de la institucionalización en NNA 67 . A continuación mencionamos algunos proble<strong>mas</strong><br />

generados por estas prácticas de institucionalización:<br />

65 Research network on early ex<strong>pe</strong>rience and brain development . Bucharest Early Intervention<br />

Project. http://www.macbrain.<strong>org</strong>/research.htm. [Citado 1 de Diciembre 2010].<br />

66 Joint Council on Internacional Children’s Services. Summary Report. The Bucharest Early<br />

Intervention<br />

Study.<br />

http://www.jcics.<strong>org</strong>/Summary%20Report%20on%20the%20Bucharest%20Early%20Intervention%2<br />

0Study%20v.f.pdf. [Citado 1 de Diciembre de 2010]<br />

67 FERNÁNDEZ MILLÁN, J. Influencia del acogimiento residencial en los menores en desamparo.<br />

En: Electronic Journal of Research in Educational Psychology, nº 7 (Sep; 2009). p.p: 715-728. Ver<br />

revisión realizada en: Zeanah, C.H; Nelsol, C.A et all. Designing research to study the effects of<br />

institutionalization on brain and behavioral development: The Bucharest Early Intervention Project.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Peor adaptación social (no suelen tener amistades en el barrio, casi no acuden a<br />

cumpleaños de compañeros fuera del centro, participan poco en actividades de la<br />

comunidad, no traen visitas al centro o residencia, etc.).<br />

Aumento de los proble<strong>mas</strong> escolares.<br />

Aparición de conductas disruptivas.<br />

Proble<strong>mas</strong> de salud, deficiencias en el crecimiento físico y cerebral.<br />

Proble<strong>mas</strong> cognitivos: retrasos en el lenguaje, dificultades de integración sensorial,<br />

dificultades de atención e hi<strong>pe</strong>ractividad.<br />

Dificultades en la capacidad de a<strong>pe</strong>go (incluida la dificultad para establecer<br />

vínculos afectivos entre los propios NNA residentes en los Centros de Atención<br />

Residencial) 68 .<br />

Entonces, si el internamiento de los NNA en Centros de Atención Residencial es tan<br />

negativo como lo demuestran las investigaciones: ¿Por qué es tan corriente este hecho<br />

se abusa tanto del internamiento de los NNA en Centros de Atención Residencial. La<br />

respuesta última tiene que ver con la importancia y la atención que el Estado concede a la<br />

situación de los NNA en situación de desprotección familiar. La realidad del país es:<br />

ingresar en un Centro a los NNA desprotegidos, y elaborar leyes que lo regulen es<br />

prácticamente todo lo que se ha hecho para garantizar los derechos de este colectivo. No<br />

obstante, la realidad nos demuestra, una y otra vez, que estas medidas son insuficientes<br />

para garantizar sus derechos, y que los niños que ingresan en un Centro de Atención<br />

Residencia, cuanto más tiempo pasen en él, más invisibles se hacen a la sociedad y al<br />

Estado, más difícil es encontrarles una alternativa familiar y acumulan más daño 69 .<br />

En: Development and Psychopathology nº 15. Dic. 2003. p.p: 885-907. BRAVO, A. Evaluación de<br />

la integración social en acogimiento residencial. En: Psicothema, nº 13. 2001. p.p: 197-204.<br />

68 Opcit. Defensoría del Pueblo. p. 98<br />

69<br />

PALACIOS, J. Los niños invisibles. En: El País [en línea].<br />

http://www.elpais.com/articulo/opinion/ninos/invisibles/el<strong>pe</strong>piopi/20101103el<strong>pe</strong>piopi_12/Tes .<br />

[Citado 3 de noviembre de 2010].<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Para cambiar esta situación es necesario, en primer lugar, que el Estado <strong>pe</strong>ruano cumpla<br />

su rol de garante social de derechos y que desarrolle realmente, no sólo que apruebe,<br />

políticas orientadas a proteger a la familia, previniendo la desestructuración familiar y la<br />

desprotección de los NNA por parte de sus familias. En segundo lugar, que se promuevan<br />

y desarrollen, aún mejor, las medidas de protección alternativas al ingreso en un Centro<br />

de Atención Residencial. Y, en tercer lugar, que se plantee un nuevo modelo de atención<br />

residencial dirigido exclusivamente a aquellos NNA con necesidades y <strong>pe</strong>rfiles psicológicos<br />

es<strong>pe</strong>cíficos que requieren intervenciones es<strong>pe</strong>cializadas y de corte terapéutico, que<br />

difícilmente podrían desarrollarse dentro del ámbito familiar, y para los que una<br />

intervención residencial altamente es<strong>pe</strong>cializada podría ser adecuada. En estos casos se<br />

necesitaría plantear un nuevo modelo de Centros de Atención Residencial en los que<br />

debería haber un <strong>pe</strong>rsonal cualificado (ratios nº de NNA por educador más <strong>pe</strong>queñas),<br />

educadores formados en enfoque de derechos y en el ejercicio de funciones como la<br />

evaluación, programación y aplicación de técnicas más terapéuticas, dotar de una<br />

adecuada atención clínica (no necesariamente ligada a la estructura interna de los<br />

centros) que refuerce la tarea educativa, tener una buena coordinación con otras<br />

instituciones (salud mental, justicia, educación , etc.), y crear, por supuesto, nuevos<br />

modelos de intervención y espacios adecuados 70 .<br />

Alternativas a la institucionalización: el acogimiento familiar como medida de<br />

protección<br />

A nivel internacional, una de las medidas de protección alternativas, y más extendidas,<br />

para el ingreso de un NNA en un Centro de Atención Residencial es el “acogimiento<br />

familiar”, el cual consiste en proporcionar al NNA la posibilidad de ser acogido en una<br />

familia ajena, garantizándole una vida en familia cuando, por diferentes razones, se<br />

encuentran en una situación en la que no pueden recibir el cuidado necesario en su<br />

propio seno familiar. Es temporal y tiene como objetivo fundamental que los NNA puedan<br />

70 BRAVO, A. Crisis y Revisión del acogimiento residencial. Su pa<strong>pe</strong>l en la protección infantil. En:<br />

Pa<strong>pe</strong>les del Psicólogo, Vol 30. Ene; 2009. p.p: 42-52.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

reinsertarse nuevamente en su familia de origen, si ésta consigue reunir las condiciones<br />

necesarias, o sino en una nueva familia, en este caso ya con carácter definitivo. En última<br />

instancia, si no se pudieran dar ninguna de estas dos alternativas al menos que pueda<br />

crecer y desarrollarse en el seno de una familia hasta alcanzar la mayoría de edad.<br />

Es muy importante tener en cuenta una serie de características que definen el espíritu del<br />

acogimiento familiar:<br />

Es una medida diferente de la adopción, ya que busca, en último término, que el<br />

NNA puede reintegrarse a su familia de origen, y no el hecho de proporcionarle<br />

una nueva familia definitiva como sí sucede en el caso de la adopción.<br />

El proceso de acogimiento está compuesto por un triángulo con tres vértices: el<br />

NNA, la familia acogedora y la familia de origen, siendo las relaciones entre todos<br />

ellos esenciales para el éxito del proceso.<br />

Requiere un cierto grado de “profesionalización”, capacitación intensiva, por parte<br />

de las familias acogedoras.<br />

Requiere que las autoridades encargadas realicen un seguimiento, asesoramiento y<br />

apoyo a los protagonistas del proceso durante todo el tiempo que dure la acogida.<br />

Además de estas características mencionadas, que deben estar siempre presentes en un<br />

proceso de acogimiento familiar, se pueden identificar tres modalidades típicas del<br />

mismo:<br />

- Acogimiento de urgencia: es una medida inmediata y transitoria en la que el NNA<br />

es acogido por una familia ajena mientras se realiza un proceso de diagnóstico de<br />

su situación tutelar. De este modo, el NNA no tiene que <strong>pe</strong>rmanecer en una<br />

institución mientras los servicios sociales y/o judiciales toman la decisión sobre su<br />

futuro inmediato (posibilidad de reintegración familiar o incorporación más<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

<strong>pe</strong>rmanente a una familia de acogida). Se aplica es<strong>pe</strong>cialmente con NNA de 6 años<br />

o menos, y tiene una duración muy breve.<br />

- Acogimiento en familia extensa: el NNA pasa a formar parte integral de la familia<br />

encabezada por alguno de sus familiares (abuelos, tíos, hermanos, etc.), buscando<br />

siempre que puedan volver a vivir con sus progenitores.<br />

- Acogimiento temporal en familia ajena: el NNA pasa a formar parte integral de una<br />

familia, ajena a la suya, y en la que pueda <strong>pe</strong>rmanecer un tiempo variable hasta<br />

que se reintegra a su familia o a una familia adoptiva. En el caso de que no se<br />

logren ninguna de las opciones anteriores, puede llegar a <strong>pe</strong>rmanecer en la familia<br />

de acogida hasta su mayoría de edad.<br />

Vale recalcar que el acogimiento familiar es significativo, puesto que es más ventajoso que<br />

la institucionalización desde el punto de vista social, emocional y psicológico para el NNA<br />

desprotegido, porque supone la posibilidad de crecer en familias comprometidas con<br />

ellos, con su desarrollo y sus características; con adultos que sean referencia <strong>pe</strong>rsonal<br />

continua y que tengan con ellos un compromiso afectivo duradero 71 . Adicionalmente, el<br />

acogimiento familiar también es ventajoso económicamente para el Estado, ya que el<br />

costo de un NNA en régimen de acogimiento familiar es mucho menor que lo que le<br />

supondría un NNA internado en un Centro de Atención Residencial. De esta forma, se<br />

podría dedicar el ahorro producido para apoyar a las familias de origen con el objetivo de<br />

que puedan desarrollar o recu<strong>pe</strong>rar las condiciones que les <strong>pe</strong>rmitan reunirse<br />

definitivamente con su hijo/a.<br />

A nivel nacional, no hay una medida semejante a la del acogimiento familiar que<br />

acabamos de describir. Existe una medida, contemplada en el artículo 243º, inciso c, y en<br />

el artículo 104º del Código de los Niños y Adolescentes, que trata de aproximarse al<br />

acogimiento familiar y que se conoce con el nombre de colocación familiar. En principio el<br />

71 PALACIOS, J. Acogimiento familiar: teoría y práctica. En: Euskarri. Asociación de acogedores de<br />

Bizkaia [en línea]. http://www.euskarri.<strong>org</strong>/Jesus%20Palacios/JPalacios-<br />

AF%20Teor%20y%20Pract.htm [1 de noviembre de 2010].<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

mismo término técnico que se le ha asignado a esta medida de protección, “colocación<br />

familiar”, da que <strong>pe</strong>nsar. Como dice Alejandro Cussiánovich 72 : “Acogimiento implica<br />

acogerse mutuamente, tiene una connotación de mutualidad, reciprocidad que implican<br />

actitudes, sentimientos, afectos y conceptualizaciones…” que nada tienen que ver con<br />

términos como “colocación familiar”, que denotan la noción de “objeto”, dejando de lado<br />

u olvidando que lo que está en juego es el comienzo de una nueva relación, recíproca y<br />

enriquecedora entre <strong>pe</strong>rsonas.<br />

Más allá de esta precisión significativa sobre las implicaciones semánticas del término, que<br />

nunca son gratuitas, la colocación familiar es también una medida limitada en su<br />

elaboración, poco desarrollada y poco vigilada que hasta el momento ha creado más<br />

situaciones de riesgo para los NNA en condición de desprotección familiar que otra cosa 73 .<br />

Así en ocasiones se ha utilizado como una “puerta falsa” para tener un NNA que trabaje<br />

en el hogar, y al que se le proporcionarán servicios básicos <strong>pe</strong>ro no se le tratará como un<br />

miembro más de la familia. También para tramitar una adopción, ya que cuando la<br />

colocación familiar en una misma familia excede los dos años, ésta puede solicitar la<br />

adopción del niño/a acogido sin necesidad de someterse a los trámites de adopción<br />

establecidos por la Secretaría Nacional de Adopciones, que tienen por objeto garantizar la<br />

idoneidad de una familia para atender las necesidades concretas del niño/a a ser<br />

adoptado. De estas y otras for<strong>mas</strong>, la colocación familiar deja resquicios a su supuesto fin<br />

de protección de la infancia y pone en riesgo el principio fundamental del Interés Su<strong>pe</strong>rior<br />

del Niño.<br />

A <strong>pe</strong>sar de ello, también se han llevado a cabo algunas ex<strong>pe</strong>riencias exitosas que han<br />

tratado de desarrollar las bondades del acogimiento familiar dentro de los límites legales<br />

72 CUSSIÁNOVICH, A. El acogimiento familiar en los códigos de los niños, niñas y adolescentes en<br />

el área andina. En: IFEJANT [Biblioteca Virtual].<br />

http://www.ifejants.<strong>org</strong>/new/docs/articulos/acogimiento_familiar.pdf. [Citado 28 de noviembre de<br />

2010].<br />

73 AGUILAR, E. Colocación familiar, una medida de protección para niños y niñas en estado de<br />

abandono o riesgo. En: Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar [en línea].<br />

http://www.relaf.<strong>org</strong>/m<strong>pe</strong>ru.htm [Citado 30 de noviembre de 2010].<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

establecidos por la colocación familiar. Así, por ejemplo, el programa de acogimiento<br />

cogestionado entre el gobierno (INABIF) y la ONG “Buckner Perú” tiene incluidos en<br />

familias a 16 niños que al ingresar se encontraban en instituciones y estaban<br />

desvinculados totalmente de sus familias de origen. La tarea del equipo de acogimiento<br />

hizo posible la revinculación de 9 de ellos con sus familias 74 . Lo limitado de este programa<br />

es que todavía se basa en los parámetros de la “colocación familiar”, y, por lo tanto, como<br />

ya se ha explicado anteriormente, para evitar poner en riesgo el Interés Su<strong>pe</strong>rior del Niño,<br />

los acogimientos no deben su<strong>pe</strong>rar los 2 años, obligando a que los NNA acogidos tengan<br />

que integrarse y adaptarse a una nueva familia de acogida si en este plazo de tiempo no<br />

han logrado reintegrase a sus familias de origen.<br />

Resumiendo lo dicho, se hace evidente que la colocación familiar todavía presenta una<br />

serie de limitaciones que no le <strong>pe</strong>rmiten desarrollar la potencialidad del acogimiento<br />

familiar como medida de protección de la infancia que salvaguarda el derecho de los NNA<br />

a desarrollar una vida digna y feliz en el marco de una familia.<br />

¿Qué hacer: propuestas para incorporar a las políticas de Estado.<br />

Es necesario establecer una ruta de trabajo que <strong>pe</strong>rmita desarrollar e implementar<br />

medidas plenas que sí garanticen el derecho de los NNA desprotegidos a vivir en una<br />

familia; medidas que sean una alternativa clara a la institucionalización, y que se basen en<br />

las características, ya mencionadas, que definen el acogimiento familiar. Existen<br />

numerosas ex<strong>pe</strong>riencias sobre acogimiento familiar, tanto en el continente euro<strong>pe</strong>o como<br />

en el americano, con países que ya llevan décadas implementando este sistema, cuyo<br />

conocimiento y ex<strong>pe</strong>riencia sobre el tema puede ser utilizado para diseñar un adecuado<br />

sistema nacional de acogimiento familiar en el Perú.<br />

74 Aldeas Infantiles SOS Internacional y Red Latinoamericana de Acogimiento familiar. Informe<br />

Latinoamericano. Niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales en América Latina:<br />

contextos, causas y respuestas. En: Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar [en línea].<br />

http://www.relaf.<strong>org</strong>/Informe%20Latinoamericano.pdf [citado el 12 de diciembre de 2010].<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Al res<strong>pe</strong>cto, se proponen a continuación algunos pasos que se pueden dar para crear un<br />

servicio nacional de acogimiento familiar:<br />

Revisar y reformular, en el nuevo Código de los Niños y Adolescentes que se está<br />

elaborando, los contenidos referidos a “colocación familiar” para que reflejen<br />

mucho mejor lo que en realidad es el “acogimiento familiar” (una medida que no<br />

debe estar vinculada a la posibilidad de adopción sin importar los años que tenga<br />

la relación de acogimiento), sus variantes, posibilidades de implementación y<br />

for<strong>mas</strong> de gestión y seguimiento.<br />

Crear servicios y redes estatales de apoyo y fomento del acogimiento familiar que<br />

cuenten con <strong>pe</strong>rsonal y presupuesto suficiente para desarrollar las siguientes<br />

funciones:<br />

o Desarrollar campañas <strong>mas</strong>ivas de sensibilización en la población para<br />

difundir la posibilidad de convertirse en familias acogedoras.<br />

o Identificar y formar a las familias que lo deseen en las es<strong>pe</strong>cificidades del<br />

acogimiento familiar y en los recursos <strong>pe</strong>rsonales y familiares necesarios<br />

para poder convertirse en una familia acogedora, dejando claro que no<br />

todas las familias podrán llegar a reunir los requisitos y capacidades para<br />

convertirse en familias acogedoras.<br />

o Acompañar el proceso de acogimiento familiar, fortaleciendo a las tres<br />

partes involucradas, es<strong>pe</strong>cialmente a la familia de origen, para así<br />

garantizar su éxito y el hecho de que deba ser una ex<strong>pe</strong>riencia satisfactoria<br />

para todas ellas.<br />

Desarrollar medidas administrativas que favorezcan el trabajo de las familias<br />

acogedoras (apoyos económicos básicos, que no supongan un sueldo <strong>pe</strong>ro que<br />

ayuden a afrontar los gastos derivados del acogimiento; incentivos como medidas<br />

de descarga fiscal favorables a las familias acogedoras; posibilidades de<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

matriculación de los NNA en centros escolares cercanos a las familias y en<br />

cualquier momento del año; seguro integral de salud gratuito e inmediato para el<br />

NNA; participación gratuita en actividades de ocio; servicios de atención<br />

psicológica gratuitos, etc.).<br />

Una vez logrado lo anterior, se debería comenzar el proceso de desinstitucionalización de<br />

infantes entre 0-3 años, ya que se ha demostrado que el traslado de los niños/as menores<br />

de 3 años de edad, de un entorno institucional a un entorno familiar <strong>pe</strong>rmite mejoras<br />

muy significativas en su desarrollo cognitivo, emocional y conductual, precisamente por<br />

encontrarse en un <strong>pe</strong>ríodo crítico del desarrollo 75 . Posteriormente, debería aplicarse en<br />

los niños/as entre 3-6 años de edad, de modo que de aquí a diez años no queden infantes<br />

de estas edades residiendo en instituciones, y finalmente, continuar, con edades<br />

su<strong>pe</strong>riores hasta poder aplicarlo al mayor número de NNA posibles.<br />

Conclusiones<br />

Hay algunos as<strong>pe</strong>ctos que se han hecho claramente evidentes a lo largo de este artículo. El<br />

primero de ellos es que para la casi totalidad de los NNA <strong>pe</strong>ruanos que se encuentran<br />

oficialmente en situación de desprotección familiar, y para los que ha sido necesaria<br />

determinar una medida de protección, la más utilizada fue el internamiento en un Centro<br />

de Atención Residencial, a <strong>pe</strong>sar de conocerse ampliamente sus efectos negativos y de<br />

saber que es una medida de carácter último y temporal.<br />

Las razones ligadas a este escenario desolador para la infancia desprotegida es que, a<br />

<strong>pe</strong>sar de haber legislación y políticas que apoyan la existencia de otro tipo de medidas,<br />

dadas para garantizar sus derechos a crecer en el seno de una familia, el Estado <strong>pe</strong>ruano<br />

75 Joint Council on Internacional Children’s Services. Summary Report. The Bucharest Early<br />

Intervention<br />

Study.<br />

http://www.jcics.<strong>org</strong>/Summary%20Report%20on%20the%20Bucharest%20Early%20Intervention%2<br />

0Study%20v.f.pdf. [Citado 1 de Diciembre de 2010]<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

no les ha ot<strong>org</strong>ado la importancia que se merecen y, por lo tanto, no las ha desarrollado<br />

como debería. Una de estas medidas, la que probablemente podría ser la más idónea, si<br />

revisamos las razones por las que los NNA ingresan en un Centro y el alto porcentaje de<br />

ellos que supuestamente tienen un vínculo familiar y podrían reinsertarse tarde o<br />

temprano a su familia, es la de colocación familiar. Sin embargo, como se ha expuesto,<br />

además de no ser es<strong>pe</strong>cialmente promovida, presenta una serie de falencias que pueden<br />

poner en <strong>pe</strong>ligro el Interés Su<strong>pe</strong>rior del Niño. En definitiva, lo que el Estado <strong>pe</strong>ruano está<br />

<strong>pe</strong>rmitiendo con este desinterés, es la vulneración del derecho a vivir en familia de miles<br />

de NNA en el Perú.<br />

Es por ello, que este artículo defiende y plantea propuestas para desarrollar una medida<br />

integral de protección a la infancia, como es la del acogimiento familiar, diseñada para<br />

salvaguardar plenamente uno de los derechos fundamentales de los NNA, el de poder<br />

crecer y desarrollarse en el seno de una familia. Un derecho que es clave para garantizar<br />

un desarrollo psicosocial adecuado y que debe estar garantizado adecuadamente en el<br />

nuevo Código de los Niños y los Adolescentes.<br />

Para ello es necesario que esta medida se acompañe de una férrea voluntad política que<br />

asigne los recursos profesionales y financieros que <strong>pe</strong>rmitan crear servicios de<br />

acogimiento familiar a nivel local, regional y nacional, y que, paralelamente, difunda entre<br />

la población, detallada e intensivamente, la disponibilidad de esta medida de protección y<br />

la importancia de la misma para garantizar el desarrollo adecuado de un sector<br />

significativo de la infancia <strong>pe</strong>ruana.<br />

Finalmente, sólo queda recalcar que el acogimiento familiar es un ejercicio de<br />

responsabilidad ciudadana, de solidaridad y de desarrollo <strong>pe</strong>rsonal que, sin duda,<br />

contribuye a mejorar una sociedad y a dotarla del elemento más valioso que tiene, que es<br />

su capacidad de responder a los elementos más débiles como la vía más directa para<br />

fortalecerla y convertirla en una “sociedad para todas y todos”.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

El niño argentino y el niño latinoamericano.<br />

Sobre la necesaria continuidad histórica<br />

“Si las identidades no se conciben como una instancia constitutiva de los sujetos sociales,<br />

el racionalismo elitista reaparece necesariamente...”<br />

José Nun<br />

Introducción<br />

Cecilia Robert 76<br />

Algunas expresiones en el imaginario social de nuestro país afirman que la realidad<br />

<strong>pe</strong>ruana, ecuatoriana, boliviana, por nombrar sólo algunas, no son comparables con la<br />

realidad argentina 77 . En consecuencia, ponen de relieve la heterogeneidad cultural de<br />

América Latina con fuerza problematizadora y coloca en crisis al paradigma de<br />

protagonismo infantil, más es<strong>pe</strong>cíficamente a las vivencias de los niños, niñas y<br />

adolescentes trabajadores (NNATS) y de la <strong>org</strong>anización de éstos u otras infancias, en<br />

nuestras bases.<br />

La propuesta de protagonismo infantil aparece en Mendoza como “novedad” frente al<br />

desconocimiento de las ex<strong>pe</strong>riencias de la región. Tanto en el ámbito académico como en<br />

el laboral (vinculado a infancia); arguyen que el paradigma, de acuerdo al escenario donde<br />

surge (Perú) es “ajeno” y que la infancia argentina “no tiene necesidades” comparables<br />

con las necesidades de la infancia latinoamericana . Como co- relato de ello, encontramos<br />

76 Cecilia Robert, Licenciada en Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la<br />

Universidad Nacional de Cuyo. Estudiante de tercer año de la carrera de Licenciatura en<br />

Sociología de la misma casa de estudios. Su trayectoria de trabajo la vincula a la temática de<br />

infancia, desde equipos técnicos en el marco de diferentes políticas sociales implementadas en la<br />

provincia y desde <strong>org</strong>anizaciones de la sociedad civil. Actualmente se desem<strong>pe</strong>ña en La Veleta y la<br />

Antena, <strong>org</strong>anización que lucha y reivindica los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes,<br />

su defensa, promoción y exigibilidad desde el paradigma de co- protagonismo.<br />

77 Las ideas, las representaciones sociales y las imágenes de infancia que manifiestan los grupos o<br />

sectores que no conocen los barrios populares del país, asocian a la Argentina a un país “rico”<br />

dentro del continente y a su infancia como ajena a la población “pobre” de los restantes países.<br />

Estas expresiones son de carácter racista y discriminatorio sobre las poblaciones de los demás<br />

países latinoamericanos y además son una inconsistente afirmación creada por las elites y<br />

sectores dominantes, que apuestan a negar a nuestras propias poblaciones pobres.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

la negación de los siste<strong>mas</strong> de necesidades de los NNATS y su homogeneización y<br />

reducción.<br />

Entendemos que el protagonismo, de acuerdo a la teoría de las necesidades de Agnes<br />

Heller 78 , representa la necesidad socio-política de actoría social y política. Tales<br />

necesidades (participación, <strong>org</strong>anización) como componentes del sistema de necesidades,<br />

de la forma de vida que NNATS se autoatribuyen, deben ser entendidas y comprendidas<br />

según esta lógica, de manera que no puede ser juzgada por “otros” como falsas o irreales,<br />

como buenas o malas, sino que se trata de necesidades legíti<strong>mas</strong> en la medida que sean<br />

conscientes, sean formuladas por alguien y <strong>pe</strong>rsigan satisfacerse 79 . Además se trata de<br />

necesidades sociales, entendidas no como totalidad, media o tendencia de desarrollo de<br />

las necesidades individuales, ni tampoco como necesidad <strong>pe</strong>rsonal “socializada”, sino<br />

como un sistema de necesidades general, por encima de los individuos y de sus<br />

necesidades <strong>pe</strong>rsonales. Es una necesidad “socialmente producida e históricamente<br />

condicionada”, es más abarcativa desde el punto de vista de sus soluciones, porque para<br />

la satisfacción de las mis<strong>mas</strong> involucra a toda la sociedad y fundamentalmente a aquellos<br />

que tienen la responsabilidad política de orientar los cambios de la sociedad 80 .<br />

78 Puede ser considerada la figura de mayor relieve teórico del grupo de <strong>pe</strong>nsadores conocidos en<br />

la actualidad como la escuela de Buda<strong>pe</strong>st. A comienzos de 1973 se abre una investigación contra<br />

sus escritos. En ellos, y es<strong>pe</strong>cialmente en la “Teoría de las Necesidades en Marx” (1978) y “Una<br />

revisión de la Teoría de las Necesidades” (1996), encontramos un material rico en sugerencias. La<br />

necesidad de la autora de re<strong>leer</strong> a Marx, la sitúa en el terreno de un marxismo no escolástico, no<br />

codificado, en consecuencia no cerrado en sus propias definiciones. ROVATTI, PIER ALDO.<br />

Prólogo. En HELLER, AGNES. Teoría de las Necesidades en Marx. Barcelona, Edicions 62 s/a.<br />

1978. p. 14.<br />

El texto de Agnes Heller Una revisión de la Teoría de las Necesidades, se convierte en aporte<br />

desde categorías filosóficas, -como necesidades radicales, necesidades sociopolíticas- que nos<br />

introducen en una <strong>pe</strong>rs<strong>pe</strong>ctiva integradora para la comprensión, a <strong>pe</strong>sar de que su defensa por la<br />

autodeterminación de necesidades excluya “cuando se trata de niños <strong>pe</strong>queños o de gente con<br />

proble<strong>mas</strong> mentales, que se supone no saben qué es lo mejor para ellos mismos, <strong>pe</strong>ro no en otros<br />

casos”. HELLER, AGNES. Una revisión a la Teoría de las Necesidades. Barcelona. Ed. Piadós.<br />

1996. p.104.<br />

79 Así mismo esta afirmación toma en cuenta un criterio ético (kantiano), que “ningún hombre ha de<br />

ser mero medio para otro hombre”. Opcit. HELLER, AGNES. p.60.<br />

80 Opcit. HELLER, AGNES. p. 85.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

51


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Ahora bien, el presente ensayo brinda la oportunidad de buscar categorías y comparar<br />

realidades de infancias latinoamericanas, sin caer en las distintas tradiciones que al<br />

interior de las ciencias sociales han servido para reforzar lo homogéneo y descuidar lo<br />

particular, y de ahí, la diversidad. Nos proponemos repasar la conformación demográfica<br />

argentina, las continuidades entre el Estado- Nación y el Continente, algunas<br />

particularidades de la infancia argentina, de manera enunciativa y como punto de inicio<br />

para posteriores análisis.<br />

Para ello, a<strong>pe</strong>lamos a la revisión del “nosotros latinoamericano”, que nos <strong>pe</strong>rmite<br />

reivindicar una concepción del mundo asentada en nuestra propia versión de la historia,<br />

frente al explícito o implícito desprecio por los “condenados de la tierra” <strong>pe</strong>rceptible en<br />

las matrices dominantes de las ciencias sociales y en el <strong>pe</strong>nsamiento político de Occidente<br />

central 81 .<br />

Los supuestos desde donde partimos son los siguientes:<br />

La diversidad (en sus distintas manifestaciones), así como la posibilidad de una matriz<br />

autónoma de <strong>pe</strong>nsamiento para América Latina, han sido frecuentemente ocultadas e<br />

incluso reprimidas en aras de la unidad nacional o la modernización por establecer<br />

Estados- Nación. Más de quinientos años ponen de manifiesto que no existen<br />

argumentaciones “inocentes” en sus consecuencias y vinculaciones políticas.<br />

Los siste<strong>mas</strong> de necesidades de los NNATs, como procesos de construcción, como<br />

conquistas sociales o como problema social, son negados en el caso del niño argentino, por<br />

la discriminación etárea y negadora de su capacidad, por la discriminación de su condición<br />

de trabajador y particularmente por su “no identificación con el ser latinoamericano”, que<br />

los condena finalmente a su inexistencia.<br />

81 ARGUMEDO, ALCIRA: Los silencios y las voces en América Latina, Cáp. I. Buenos Aires, Ed.<br />

Colihue S.R.L., 2006. p.p. 15-66.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

52


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

La conformación demográfica argentina<br />

Europa ha saturado a nuestro país y para muchos, Argentina es sólo una proyección de tal<br />

continente. Esto claro, siempre que se considere legítimo el pleno derecho de los<br />

conquistadores, primero de hacer uso del “nuevo continente” descubierto como si fuera<br />

tierra de nadie, lo cual significaba que las poblaciones indígenas carecían de derechos a la<br />

tierra y a la autodeterminación. Durante los primeros cien años de la conquista –debido a<br />

las guerras, a la ruptura de los equilibrios ecológicos y sociales de las culturas nativas, a<br />

las <strong>pe</strong>stes introducidas por los euro<strong>pe</strong>os y a una explotación laboral brutalizada- muere<br />

cerca del 80% de la población americana originaria. Es el primer genocidio de la cultura<br />

occidental en nuestras tierras 82 .<br />

El ingreso de las sociedades americanas a la Modernidad iba a producir un mapa sociocultural<br />

de características desgarrantes. La <strong>pe</strong>rsecución y el aniquilamiento de los grupos<br />

culturales nómades que resistieron al dominio empata con la introducción <strong>mas</strong>iva de<br />

esclavos negros en las regiones aptas para las plantaciones de algodón, azúcar y cacao; y a<br />

ellas se agregarán nuevos contingentes colonizadores -principalmente españoles y<br />

portugueses, <strong>pe</strong>ro asimismo holandeses, ingleses y franceses-. Al mestizaje y la<br />

inter<strong>pe</strong>netración entre estas líneas principales se sumarían más tarde, promediando el<br />

siglo XIX, nuevas <strong>mas</strong>as de población migrante euro<strong>pe</strong>a y diversos grupos raciales de las<br />

regiones del Este, expulsados de sus países por la madurez de la Revolución Industrial o<br />

los conflictos políticos y religiosos 83 .<br />

Culminando el siglo XIX se consolida en Argentina la necesidad política de naturalizar un<br />

mandato que devenía del lema de corte positivista “libertad, orden y progreso”, que fue<br />

82 ARGUMEDO, ALCIRA: Los desafíos de una nueva edad de la historia, Santa Fe. Secretaría de<br />

Posgrado de la Universidad Nacional de Rosario, 2004. p. 24.<br />

83 RIBEIRO, DARCY: El proceso civilizatorio, Caracas, Ed. De la Biblioteca de la Universidad<br />

Central de Venezuela, 1970. Citado en Argumedo, Alcira: Los silencios y las voces en América<br />

Latina (2006). p.16.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

53


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

representado políticamente a través de la “Generación del 80” 84 ; cuando comenzaba a<br />

definirse la <strong>pe</strong>rsonalidad nacional de los distintos países latinoamericanos. El progreso fue<br />

la voz del orden, la instauración de una legislación laica y liberal y, sobre todo, el<br />

desarrollo de la instrucción primaria para alfabetizar a las <strong>mas</strong>as de ignorantes fue el<br />

proyecto a seguir. Las escuelas fueron el dispositivo de control y difusión del proyecto<br />

nacional y la herramienta para la finalización de la “barbarie”, junto con la campaña del<br />

desierto 85 , propulsada por Julio A. Roca como política de exterminio. De allí en adelante el<br />

país se transformó en propiedad de las oligarquías que controlaban la riqueza y la<br />

xenofobia se disfrazaba de nacionalismo constructivo.<br />

Sabiendo lo anterior, definimos a la Argentina como país de migraciones en el contexto<br />

latinoamericano. En principio, hay que tener en cuenta que los movimientos migratorios<br />

no sólo responden a la toma de decisiones de los individuos, sino que además los<br />

fenómenos demográficos son una variable de<strong>pe</strong>ndiente de los procesos políticos. “La<br />

política migratoria se refiere a estrategias y objetivos que el Estado fija mediante la<br />

elaboración de nor<strong>mas</strong> jurídicas y la <strong>org</strong>anización de un sistema administrativo. Ambas<br />

forman parte de un proyecto nacional” 86 .<br />

84 La llamada “Generación del 80” (1880), originada luego del triunfo del <strong>pe</strong>nsamiento unitario como<br />

proyecto de país, se identifica por un ideario destinado a su<strong>pe</strong>rar la tradición y de este modo,<br />

adaptar las for<strong>mas</strong> locales a las ideas euro<strong>pe</strong>as desde lo político, social y cultural construyendo un<br />

proyecto muy significativo en la historia de nuestro país, que modificó las for<strong>mas</strong> de convivencia<br />

social. En OCAÑA, VIVIANA: De la doctrina de la situación irregular a la de la protección integral:<br />

La transición en la provincia de Mendoza. Mendoza. FLACSO. 2005. p. 41.<br />

85 Julio A. Roca lanzó su mal llamada “campaña del desierto” con el objeto de extender la frontera<br />

agrícola- ganadera del “granero del mundo” (noción que habla de las pampas argentinas como<br />

territorios fértiles y productivos), hacia el sur, donde no había desierto, sino grandes extensiones<br />

de tierra habitadas por los pueblos nativos. El resultado fue un éxito para los dueños del granero y<br />

un genocidio para las comunidades originarias. “En un sentido histórico más amplio, el término<br />

incluye también a las Campañas previas a la Conquista del Desierto, es decir, al conjunto de<br />

campañas militares llevadas a cabo por los colonizadores españoles y los gobiernos nacionales y<br />

provinciales argentinos que los sucedieron, en contra de esos mismos pueblos, antes de la gran<br />

campaña de 1879”. Ibíd. p. 46.<br />

86 ACEVEDO, P., AGOSTINI, A., MURÚA MARTINEZ, R., en Ensayos sobre ciudadanía:<br />

reflexiones desde el trabajo social. Compilado por Nora Aquín. 1era. Edición. Buenos Aires. Ed.<br />

Espacio. 2003. p. 134.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

54


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Podemos diferenciar dos etapas en el tratamiento del fenómeno inmigratorio por parte de<br />

nuestro Estado- Nación: una etapa embrionaria de carácter espontáneo y de a<strong>pe</strong>rtura<br />

<strong>mas</strong>iva, y otra etapa de racionalización, restricción y diferenciación.<br />

La política de puertas abiertas, “pro – inmigrante” propias de la segunda mitad del siglo<br />

XIX; se sustentó en un relato nacional en el cual los inmigrantes, de origen euro<strong>pe</strong>o,<br />

aparecen como portadores del progreso y la civilización, en contraposición con la<br />

población nativa, símbolo del atraso y la barbarie.<br />

De los 12 millones de <strong>pe</strong>rsonas cuyo destino fue América Latina, casi la mitad (5,5<br />

millones) se dirigieron a la Argentina. El <strong>pe</strong>so de la inmigración sobre la población total fue<br />

muy importante: en 1860, el 30% de la población argentina fue censada como nacida en<br />

otro país 87 .<br />

Endurecimiento de la legislación migratoria -Siglo XX y principios del siglo XXI; en esta<br />

segunda etapa de migración se inician las primeras evaluaciones gubernamentales sobre<br />

el carácter de la política de “puertas abiertas”. Las mis<strong>mas</strong> consideraron negativo el<br />

ingreso <strong>mas</strong>ivo de extranjeros con ideologías anarquistas, socialistas y comunistas 88 .<br />

87 Esta política quedó claramente expresada en la Constitución Nacional de 1853, por ejemplo, en<br />

el preámbulo enuncia:... “Proveer el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para<br />

nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el<br />

suelo argentino”... En 1869, la Ley 346 de ciudadanía y naturalización tenía el objetivo de facilitar la<br />

integración de los inmigrantes en la sociedad argentina; y, posteriormente, en 1876, la elaboración<br />

de la Ley 817 de Inmigración y Colonización, conocida como Ley Avellaneda, en la que se explicita<br />

el interés por el inmigrante de origen euro<strong>pe</strong>o y no incluye medidas de represión o control de la<br />

inmigración, se trataba de una ley <strong>pe</strong>nsada para proteger al inmigrante. Ibíd. p. 135<br />

88 La Ley de Residencia aparece como respuesta de la elite política frente al movimiento sindical y<br />

urbano liderado por extranjeros; <strong>pe</strong>rmite expulsar del país a cualquier extranjero que “comprometa<br />

la seguridad nacional o <strong>pe</strong>rturbe el orden público”, sancionada en 1902. Este es un claro ejemplo<br />

de la legislación en respuesta del modelo de sociedad pretendido. Ibíd. p. 136.<br />

En otros lugares del mundo, como EEUU, se concretó el control de migraciones por los siste<strong>mas</strong><br />

de cuotas que suponía una X cantidad de extranjeros en el país con determinadas características,<br />

buscando preservar la pureza étnica. La frase: “no de<strong>mas</strong>iado cansados, no de<strong>mas</strong>iado pobres, no<br />

de<strong>mas</strong>iados” probablemente resume adecuadamente el sentimiento predominante a esta época.<br />

En WEEKS, John Sociología de la población. Introducción a los conceptos y cuestiones básicas.<br />

Madrid. Ed. Castellano. Alianza Editorial. S.A.1984. p. 208.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

55


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

De esta manera se modificó la conceptualización que se tenía del inmigrante; ahora sería<br />

visualizado como portador de la sos<strong>pe</strong>cha, el <strong>pe</strong>ligro y lo indeseable. La crisis económica<br />

mundial acontecida en 1930 re<strong>pe</strong>rcute en la corriente migratoria <strong>mas</strong>iva; de 1950 en<br />

adelante el flujo de migraciones euro<strong>pe</strong>as disminuye, y en su reemplazo comenzará a<br />

incrementarse la inmigración de los países limítrofes y la migración interna. Si bien el<br />

proyecto económico es diferente al de los años anteriores, la mano de obra sigue siendo<br />

un elemento central. Con ello se sigue construyendo un relato nacional en el cual<br />

prevalece la existencia de fuertes componentes discriminatorios (“aluvión zoológico”,<br />

“cabecitas negras”) 89 .<br />

Las migraciones fronterizas, fueron colocadas en la agenda de te<strong>mas</strong> relevantes y, en<br />

algunos casos, terminaron siendo motivo de conflicto. Los efectos de la crisis económica<br />

sobre los movimientos migratorios van <strong>pe</strong>rfilando a la Argentina como un país, que<br />

concentra principalmente inmigrantes latinoamericanos provenientes de países como<br />

Paraguay, Bolivia, Chile, Perú, Uruguay y Brasil. Luego y en contextos de dictaduras<br />

militares (1976- 1983) y la crisis económica, político- institucional y social (2001) se<br />

producen fenómenos de migraciones internacionales de los propios argentinos, “exilio de<br />

cerebros”, “exilio político” y “emigración laboral” res<strong>pe</strong>ctivamente.<br />

Teniendo en cuenta estos elementos, se puede conocer la conformación del Estado<br />

Argentino, algo necesario para poder dar cuenta de sus particularidades y al mismo<br />

tiempo identificar continuidades con el contexto regional. De igual modo, al querer<br />

traducir las ex<strong>pe</strong>riencias de participación y protagonismo de y con niños, niñas y<br />

adolescentes de la provincia de Mendoza, a la “ex<strong>pe</strong>riencia argentina” es im<strong>pe</strong>rioso hacer<br />

89 Cabecitas negras es un término des<strong>pe</strong>ctivo de naturaleza racista de amplia utilización en la<br />

Argentina. Si bien el término forma parte del lenguaje popular argentino, se utiliza para denominar<br />

des<strong>pe</strong>ctivamente a un sector de la población difícil de definir con precisión, asociado a <strong>pe</strong>rsonas de<br />

<strong>pe</strong>lo oscuro y piel de tonalidad intermedia, <strong>pe</strong>rtenecientes a la clase trabajadora, provincianos,<br />

migrantes internos provenientes de las zonas rurales del norte. En general es utilizado por las<br />

clases medias y altas y particularmente de Buenos Aires. Aluvión zoológico fue utilizado para<br />

definir a los simpatizantes del <strong>pe</strong>ronismo y adquirió de inmediato un claro contenido de<br />

discriminación racista, que aún mantiene en la actualidad. Adicionalmente, las conductas de<br />

discriminación racista involucran fuertemente la <strong>pe</strong>rtenencia de clase.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

56


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

esta lectura compleja, ya que del énfasis en la heterogeneidad deviene la fragmentación<br />

de la realidad y la individualización de fenómenos que son sociales. De allí, que sea<br />

<strong>pe</strong>rtinente consagrar la realidad mendocina como “no reductible a la Argentina” (vale<br />

decir Buenos Aires), <strong>pe</strong>ro con suficientes as<strong>pe</strong>ctos comunes que pueden mostrar a la<br />

infancia argentina, como fenómeno social identificable.<br />

Sobre las continuidades históricas<br />

Al margen de los niveles de sistematización teórico-conceptual alcanzados por las<br />

diferentes vertientes del <strong>pe</strong>nsamiento en América Latina, es significativa la continuidad<br />

histórica y el <strong>pe</strong>so político y cultural que exhiben en el presente determinados valores y<br />

tradiciones populares ligados con las poblaciones originarias y con los mestizajes y portes<br />

de los vastos contingentes negros y euro<strong>pe</strong>os que fueron poblando estas tierras a partir<br />

de la conquista. Desde estos troncos originarios, entremezclados con las posteriores<br />

corrientes inmigratorias se procesará en sucesivas generaciones la historia subterránea<br />

latinoamericana 90 .<br />

Existen semejanzas sustanciales que nos comunican a las distintas realidades de América<br />

Latina. En tal sentido y siguiendo a Alcira Argumedo, consideramos necesario el “intradescubrimiento”<br />

de la región. Parece urgente que sepamos que los pueblos<br />

latinoamericanos tienen o mantienen proyectos semejantes de vida colectiva. El camino<br />

de la integración está en el reconocimiento del “otro”, que expresa la identidad del<br />

hombre y de la comunidad: lo cultural nacional; lo cultural- regional; lo culturalcontinental,<br />

entendiendo la cultura en el sentido que le asigna Darcy Ribeiro, es decir,<br />

como el patrimonio simbólico en el que la comunidad humana cuenta los modos de hacer,<br />

actuar, comportarse y <strong>pe</strong>nsar, desde lo más sencillo hasta lo más complejo 91 .<br />

90 ARGUMEDO, ALCIRA: Los silencios y las voces en América Latina. Buenos Aires, Ed. Colihue.<br />

S.R.L., 2006. p. 25.<br />

91 RIBEIRO, DARCY. O Povo Latino- Americano en Carta; falas, reflexöes, memórias. Nº2, Brasilia.<br />

1991. En Opcit. ARGUMEDO, ALCIRA. p. 302.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

57


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

América Latina actualmente ofrece dos niveles de formaciones culturales. El nivel que<br />

tiene origen pre- histórico e hispánico fundacional, que va de México hasta Tierra del<br />

Fuego en Argentina y que constituye lo “cultural- continental”. El otro nivel es lo “cultural<br />

nacional” o “cultural es<strong>pe</strong>cífico” y está constituido por las diferentes adaptaciones que lo<br />

cultural- continental ha ex<strong>pe</strong>rimentado según las particularidades de cada escenario<br />

regional, las agregaciones o los distintos desarrollos alcanzados. De estas dos formaciones<br />

culturales, en unicidad la de abajo y en la diversidad la de arriba, surge res<strong>pe</strong>ctivamente el<br />

“nosotros latinoamericano” y los “otros” nacionales. En Argentina se observa por ejemplo,<br />

la convivencia de lo cultural- euro<strong>pe</strong>izado de la parte de la costa atlántica con lo culturalincaico<br />

del noroeste.<br />

En síntesis, no hace falta una revisión de<strong>mas</strong>iado minuciosa para registrar múltiples<br />

acontecimientos comunes que por su extensión continental y su importancia han<br />

resultado de gran influencia en la vida de todos los pueblos latinoamericanos. Por<br />

ejemplo:<br />

Los mismos inicios de emancipación aprovechando las mis<strong>mas</strong> situaciones, de la<br />

misma forma, en el mismo tiempo y en muchos casos, como el de Venezuela y Argentina<br />

situadas a seis mil kilómetros de distancia en el año 1810 con sucesos casi idénticos.<br />

Las mis<strong>mas</strong> gestas por la Inde<strong>pe</strong>ndencia, con tropas y héroes plurinacionales que<br />

compartieron luchas y también desencuentros.<br />

Las mis<strong>mas</strong> luchas internas para <strong>org</strong>anizar los nuevos países entre bandos de<br />

provincianos y capitalinos, de poseedores y desposeídos, de “civilizados” y “bárbaros”.<br />

Las mis<strong>mas</strong> élites copiando el modelo euro<strong>pe</strong>o en las décadas finales del siglo XIX y<br />

principios del XX, en su afán de lograr el ordenamiento social y el progreso.<br />

Las mis<strong>mas</strong> ex<strong>pe</strong>riencias llamadas “populistas”, las cuales se dividieron entre<br />

auténticas revoluciones nacionales y populares en unos casos, y dictaduras groseras en<br />

otros, a mediados del siglo XX.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

58


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Las mis<strong>mas</strong> migraciones rural- urbanas y las mis<strong>mas</strong> urbes sobredimensionadas a cuyo<br />

alrededor se sitúan los asentamientos de marginalidad.<br />

Las mis<strong>mas</strong> alternativas guerrilleras de los años 60.<br />

Las mis<strong>mas</strong> dictaduras de los 70.<br />

Los mismos retornos democráticos de los 80.<br />

Las mis<strong>mas</strong> búsquedas actuales de adecuación a la globalización económica<br />

internacional con sus consecuentes modificaciones estructurales internas.<br />

Los mismos intentos de integración como metodología para ser protagonistas en el<br />

mundo.<br />

Seguidamente, la segunda mitad del siglo XX planteó una nueva etapa del gran proyecto<br />

de la integración latinoamericana, a partir de los ya consolidados “espacios nacionales” y<br />

en el marco de un planeta que se re<strong>org</strong>aniza, después de las grandes guerras, a escala de<br />

los continentes y los subcontinentes en busca de dimensiones macroeconómicas y de<br />

protagonismos multipolares.<br />

En relación a la infancia latinoamericana, encontramos nuevamente factores comunes:<br />

La historia de la infancia como la historia de su control 92<br />

El mismo contexto de fines del siglo XIX para la instalación de la idea de intervenir en<br />

la vida de los niños de clases carenciadas por su situación material 93 .<br />

92 Entendiendo al control como “el conjunto de siste<strong>mas</strong> normativos (religión, ética, costumbres<br />

usos, terapéuticas y Derecho.-entendido en todas las ra<strong>mas</strong> en la medida que ejercen ese control<br />

reproductor, <strong>pe</strong>ro es<strong>pe</strong>cialmente la <strong>pe</strong>nal; en sus contenidos tanto manifiestos como en sus “no<br />

contenidos”) cuyos portadores a través de procesos selectivos (estereotipia y criminalización) y<br />

mediante estrategias de socialización (primaria y secundaria o sustitutivas) establecen una red de<br />

contenciones que garantizan la fidelidad (o en su defecto, el sometimiento) de las <strong>mas</strong>as a los<br />

valores del sistema de dominación; lo que por razones inherentes a los potenciales tipos de<br />

conductas discordantes, se hace sobre destinatarios sociales diferencialmente controlados según<br />

su <strong>pe</strong>rtenencia de clase”. Opcit. CAÑA, VIVIANA. p. 49.<br />

93 Al res<strong>pe</strong>cto, Lucila Larrandart en su investigación, cita: Mucho antes de finalizado el siglo,<br />

Sarmiento se refería a los menores abandonados, callejeros, de escasos recursos, huérfanos,<br />

considerándolos una enfermedad de las grandes ciudades, desechos pútridos, musgos y hongos<br />

de rincones fétidos y oscuros de la sociedad. Aconseja extirpar eso gérmenes a tiempo y liberar a<br />

la sociedad de futuros estragos. “Pre-historia e historia del control socio-<strong>pe</strong>nal de la infancia” en<br />

“Ser niños en América Latina”. UNICRI: publicación Nº 42. Bs. As. Ed. Galerna. 1996. p. 52.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

59


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Las mis<strong>mas</strong> leyes de patronatos, dictadas a principio del siglo XX en el marco de la<br />

doctrina de situación irregular y sus res<strong>pe</strong>ctivos dispositivos de control social (la iglesia, la<br />

familia, la escuela, el derecho, la medicina y la psiquiatría).<br />

La misma normativa corporizada en los “reformatorios, patronatos y cárceles” como<br />

forma de abordaje. 94<br />

La aceptación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño CIDN como<br />

construcción socio-jurídica, que puso de manifiesto la vulneración de derechos de la<br />

infancia en el contexto mundial sin la retraducción cualitativa a los contextos regionales.<br />

El contemporáneo consenso de Washington que marcó los lineamientos para la<br />

región.<br />

El mismo contexto político, económico y social con la imposición del modelo<br />

neoliberal, que en la década de los 90 diera lugar a la ratificación de la CIDN en leyes de<br />

protección de los derechos de infancia.<br />

El mismo escenario actual de debates legislativos orientados a bajar la edad de<br />

imputabilidad y elevar de la edad mínima para trabajar.<br />

Por otra parte y en comparación con sólidos documentos 95 , que dieron lugar al presente<br />

ensayo, las ex<strong>pe</strong>riencias de participación y protagonismo de y con niños de los sectores<br />

populares y los barrios de Mendoza 96 muestran semejanzas en relación al mapa<br />

latinoamericano, del que señalamos sólo algunas de sus manifestaciones:<br />

94 Ingenieros, José: En “La sociología argentina”, diría: “Urge cuidar la planta desde la semilla sin<br />

es<strong>pe</strong>rar que haya retoñado siniestramente”. Es valido señalar que el autor se autodefine como el<br />

“primer socialista argentino”. Fue quien revolucionó la Criminología creando el primer Instituto de<br />

Clasificación y Diagnóstico en el Servicio Penitenciario Nacional en 1905. Sus ideas<br />

marcadamente positivistas y discriminadoras constituyen una de las bases académicas de mayor<br />

<strong>pe</strong>so y difusión en las universidades argentinas hasta la actualidad. En Ibíd. p. 53.<br />

95 FIGUEROA, ELVIRA (responsable de la publicación): OEA: Congresos Panamericanos del Niño,<br />

<strong>Ifejant</strong>, Lima, 2009. ESTUDIO COORDINADO POR PROMUNDO Prácticas Familiares y<br />

participación infantil a partir de la visión de niños y adultos. Un estudio exploratorio en América<br />

Latina y el Caribe., Río de Janeiro, 7letras, 2008.; ROBICHAUX, DAVID (compilador): Familia y<br />

diversidad en América Latina: Estudios de casos. Buenos Aires, CLACSO, 2007. CASTEDO,<br />

LEOPOLDO Fundamentos culturales para la integración latinoamericana, Dolmen Ediciones,<br />

Santiago de Chile, 1999.<br />

96 Las ex<strong>pe</strong>riencias de las que hacemos referencia corresponden a los barrios populares donde<br />

llevamos a cabo nuestra tarea profesional y nuestra militancia ético- política. Desde el año 2005 un<br />

grupo de trabajadores sociales, sociólogos y estudiantes de carreras afines agrupados<br />

recientemente en LA VELETA Y LA ANTENA por el protagonismo infantil, <strong>org</strong>anización que nace<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

60


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Los siste<strong>mas</strong> familiares monoparentales como tendencia y “normalidad”.<br />

La mujer como sostén económico del hogar y la feminización de la pobreza.<br />

Las relaciones fraternas en las comunidades, en los barrios 97 .<br />

La familia extensa y los lazos más allá del hogar como unidad doméstica.<br />

El niño al cuidado de los vecinos, de las comunidades, como ser público.<br />

Las mamás y los papás adolescentes y los adolescentes en general como sujetos<br />

sexuales.<br />

El trabajo informal, como modo de reproducción de la vida y posibilidad de existencia<br />

social.<br />

Los niños trabajadores como sujetos económicos en la reproducción de su familia y sus<br />

comunidades.<br />

Las resistencias y las luchas de los asentamientos humanos por la tierra y el agua.<br />

Los jóvenes en conflicto con la ley identificados en algunos sectores populares, como<br />

“justicieros y cuestionadores” del proyecto neoliberal con su co-relato en las estadísticas<br />

de los siste<strong>mas</strong> <strong>pe</strong>nales juveniles 98 .<br />

La dignidad de los barrios en el reconocimiento de la pobreza y a sus modalidades de<br />

vida, en oposición a la forzada inclusión de los planes de gobierno en el <strong>pe</strong>rverso sistema<br />

capitalista.<br />

para concentrar esfuerzos y lograr objetivos políticos comunes a favor y con la infancia trabajadora.<br />

Estos barrios se ubican en diferentes departamentos de la provincia y abarcan gran parte del<br />

territorio (Barrios Martín Güemes, Nueva Es<strong>pe</strong>ranza, Portal del Sol en Malargüe, La Favorita y San<br />

Martín en Capital, Bajo Luján y barrios de Ugarteche y ciudad en Luján de Cuyo, Reducción y<br />

ciudad en Rivadavia, El Bloque en Maipú).<br />

97 Conceptualmente el barrio y las comunidades de los sectores populares pueden asociarse a la<br />

idea de pueblo que Argumedo toma de Gramsci, entendiéndolo como la heterogénea composición<br />

de lo popular, de las clases subordinadas cuyas características son esencialmente históricas en<br />

América Latina y que expresan el dilema no resuelto de la autonomía y la justicia social.<br />

ARGUMEDO, ALCIRA: Los silencios y las voces en América Latina. Buenos Aires, Ed. Colihue.<br />

S.R.L., 2006. p.p. 209-210.<br />

98 “En la provincia de Mendoza el volumen principal de las causas de ingreso para el <strong>pe</strong>riodo 2005-<br />

2010 al Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil en términos relativos (porcentajes) refiere a<br />

delitos contra la propiedad (entre 80 y 85%). Otro dato relevante es la disminución de hasta un<br />

40% del número de jóvenes internados desde el año 2008 en relación al último <strong>pe</strong>riodo<br />

(septiembre 2010 – diciembre 2010)”. DIRECCIÓN DE RESPONSABILIDAD PENAL JUVENIL.<br />

Informe parcial. Mendoza. DINAF. Diciembre 2010. p.p. 1-2.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

61


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

La <strong>org</strong>anización infantil como herramienta de visibilidad social y política, cuya visión es<br />

una sociedad más justa y humana.<br />

El niño argentino y el niño latinoamericano<br />

El concepto de la naturaleza del hombre como ser social identificado, implica reafirmar<br />

esa tendencia a la “inseparabilidad del hombre de su territorio, de su contexto social y<br />

cultural, de su historia concreta, de su pueblo” 99 . De tal modo, en el caso de la infancia<br />

como concepto universal, compartimos con Alcira Argumedo que dicha categorización<br />

resulta una pretensión de las clases dominantes que busca extrapolar sus propias<br />

identidades al conjunto del género humano 100 . Argentina en sus propios proyectos<br />

dominantes, pone de manifiesto distintas expresiones que, en los <strong>pe</strong>ríodos más<br />

significativos, es posible mencionar del siguiente modo:<br />

El niño pre- hispánico en Argentina ha sido silenciado y con él las memorias culturales, y<br />

las manifestaciones de una resistencia cultural que desde el <strong>pe</strong>ríodo colonial, se<br />

acompañaría de diversas for<strong>mas</strong> de rebeldía abierta, insurrecciones y movimientos de<br />

protesta ante condiciones de expoliación que las <strong>mas</strong>as de estos territorios nunca<br />

aceptaron pasivamente 101 . En ese proceso, las prácticas familiares latinoamericanas<br />

fueron reducidas a la supuesta tradición ibérica, con el destacable pa<strong>pe</strong>l que le cupo a la<br />

iglesia en la imposición de nuevos valores morales sobre los que se debía asentar la<br />

familia: el concepto del honor femenino, el pa<strong>pe</strong>l del hombre dentro de la familia, las<br />

prohibiciones matrimoniales, la importancia de la familia nuclear frente a otras for<strong>mas</strong><br />

familiares, las uniones monogámicas y estables, la centralidad de la sexualidad en las<br />

99 FORD, ANIBAL. Desde la orilla de la ciencia. Ensayos sobre identidad, cultura y territorio.<br />

Buenos Aires. Puntosur. 1987. En ARGUMEDO, ALCIRA: Los desafíos de una nueva edad de la<br />

historia, Santa Fe. Secretaría de Posgrado de la Universidad Nacional de Rosario, 2004. p. 190.<br />

100 Ibíd. p. 191.<br />

101 Opcit. ARGUMEDO, ALCIRA. p. 16.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

62


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

relaciones de pareja, etcétera 102 . Así las cosas, la conservación de tradiciones prehispánicas<br />

y la cosmovisión andina, terminan por ser consideradas estrategias de los<br />

pobres para enfrentar la precariedad económica y una manifestación de “atraso cultural”<br />

desde una mirada estática y lineal, <strong>pe</strong>ro principalmente ahistórica 103 .<br />

Por otra parte, el ideal del niño euro<strong>pe</strong>izado de principios del s. XX responde al proyecto<br />

de modernización. Es fundamental el rol de la educación argentina en la formación de<br />

este modelo. Precisamente, Domingo F. Sarmiento en 1849 advirtió sobre la conveniencia<br />

de la formación del ciudadano desde el punto de vista de la economía política y sostuvo la<br />

necesidad de propiciar una enseñanza utilitaria, racional y científica. La instrucción<br />

primaria, buscaba lograr un pueblo culto para procurarse debidamente el desem<strong>pe</strong>ño de<br />

las múltiples funciones de la vida civilizada. Esta educación debía ser impartida, sin<br />

distinciones, tanto a varones como a mujeres, una idea revolucionaria para la época.<br />

En la Ley de Educación Común (ley 1420) promulgada en 1884 se asentaron dos principios<br />

que Sarmiento consideraba básicos: que la educación general es una responsabilidad del<br />

Estado y que esta instrucción debe ser totalmente inde<strong>pe</strong>ndiente del poder político y de la<br />

influencia religiosa. Sin desconocer tales aportes, a nuestro juicio creemos que este<br />

proyecto sobrevalora la cosmovisión occidental y responde a intereses oligárquicos, aún<br />

vigentes.<br />

102 GIL MONTERO, ROSA: ¿Métodos, modelos y siste<strong>mas</strong> familiares o historia de la familia En<br />

ROBICHAUX, DAVID (compilador): Familia y diversidad en América Latina: Estudios de casos.<br />

Buenos Aires, CLACSO, 2007. p. 88.<br />

103<br />

En nuestra Constitución Nacional el Artículo 75, Inciso 17, contempla: “Reconocer la<br />

preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el res<strong>pe</strong>to a su<br />

identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la <strong>pe</strong>rsonería jurídica de<br />

sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente<br />

ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de<br />

ellas será enajenable, transmisible, ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su<br />

participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los<br />

afectan. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones.” En Mendoza son<br />

reconocidas las comunidades huar<strong>pe</strong>s al norte y mapuches - araucanas al sur y en el resto del país<br />

las comunidades de descendientes de filiación directa. No obstante y <strong>pe</strong>se a la legitimación de<br />

derechos, los pueblos originarios reclaman el pleno ejercicio de los mismos y su visibilidad.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

63


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

En el mismo orden de ideas, diremos que en la actualidad existen en Argentina políticas<br />

públicas e inversión social destinadas a la infancia que continúan expresando<br />

particularidades res<strong>pe</strong>cto al resto del continente. La trayectoria y consolidación de las<br />

políticas sociales desde la segunda mitad del siglo XX, <strong>pe</strong>rmiten el acceso gratuito a la<br />

salud y a la educación, y durante el actual gobierno democrático justicialista se concretó la<br />

asignación universal por hijo; éstas son políticas que cubren necesidades míni<strong>mas</strong>, aunque<br />

entendemos deben pro<strong>pe</strong>nder a la defensa de las necesidades básicas y humanas y a la<br />

optimización que en términos de Potyara Pereira “no concibe criterios de bienestar libres<br />

de conflictos de intereses, de valores cívicos y éticos” 104 .<br />

Por lo expuesto, es necesario llevar a cabo un juicioso análisis de aquellas visiones de esos<br />

cuerpos teóricos universales, hegemónicos, en diálogo con los casos concretos y propios<br />

de las regiones del país. Vamos a dar cuenta que Argentina es considerada la tercera<br />

economía regional 105 , asimismo para el caso que nos ocupa mencionaremos que, de<br />

acuerdo al Censo de población de 2001 en la provincia de Mendoza la población menor de<br />

18 años, representaba un 36,4% (572.489 niños y adolescentes). Y según la Encuesta<br />

Permanente de Hogares (EPH), del segundo semestre de 2005, puede saberse que de la<br />

población de menos de 14 años, 49,5% se ubican bajo la línea de pobreza y un 20,5 % bajo<br />

la de indigencia 106 . Entonces, se trata evidentemente de un país desigual, donde la<br />

distribución de las riquezas no <strong>pe</strong>rmite reflejar tal auge económico.<br />

104 PEREIRA, POTYARA A. P. Necesidades Humanas. Para una crítica a los patrones mínimos de<br />

sobrevivencia. Sâo Pablo. Biblioteca Latinoamericana de Servicio Social. Cortez Editora. 2002. p.<br />

40. La crítica que introduce la autora y que compartimos, es sobre el concepto de optimización, ya<br />

que podrían las sociedades o las economías ser ópti<strong>mas</strong>, aunque sean al mismo tiempo indignas e<br />

injustas. Pereira cuestiona las nociones liberales de mínimos sociales, logrando rupturas<br />

epistemológicas al proponer este mínimo como supresión o cortes de gastos sociales públicos y en<br />

contrapartida el básico como inversiones sociales de calidad para preparar el terreno en el cual la<br />

atención a las necesidades básicas pueda producir encadenamientos positivos, progresivos y<br />

humanos.<br />

105 Según el Banco Mundial la economía de América Latina a precios del Mercado ubican a Brasil,<br />

México y Argentina res<strong>pe</strong>ctivamente como los países con PBI <strong>pe</strong>r cápita más elevados de la<br />

región. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Desigualdad de ingreso según<br />

coeficiente de Gini. 25 de junio de 2010.<br />

106 Observatorio de DDHH. Situación de los niños y adolescentes en la provincia de Mendoza.<br />

www.<strong>pe</strong>nsamiento<strong>pe</strong>nal.com.ar. 23/05/2009. 2007. p. 2.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

64


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Una clara expresión de esa desigualdad se observa en la invisibilidad de la infancia como<br />

fenómeno social y su separación binaria entre niños normales y minoridad.<br />

María Lidia Piotti desarrolla el tema en relación a las políticas de infancia en la Argentina<br />

desde las siguientes cuestiones; cómo fue <strong>pe</strong>nsada históricamente la política del Estado<br />

hacia la infancia; las concepciones de infancia en el imaginario social que demandan<br />

determinado tipo de políticas e intervenciones; y el debate actual acerca de la ciudadanía<br />

de la infancia 107 . A partir de la conformación de los Estados nacionales en América Latina<br />

las políticas sociales de infancia se caracterizaron por el control social que conlleva una<br />

separación binaria de este sector de edad en la legislación: por un lado los niños y<br />

adolescentes pobres y en situación de daño (maltrato, abandono) y por el otro, los niños<br />

y adolescentes supuestamente “normales” que tienen una familia “<strong>org</strong>anizada” y<br />

transcurren regularmente su escolarización; vale acotar que en ambos casos se parte de la<br />

noción del niño como inmaduro e incapacitado y en una idea comparativa con el adulto<br />

que lo ubica en una situación de “minoridad”.<br />

En síntesis, afirmamos que la construcción del niño actual, responde a parámetros aún<br />

occidentales, globalizados, adultocentristas, sin cuestionamientos desde la infancia como<br />

sujeto social, sin protagonismo, participación, <strong>org</strong>anización, visibilidad y es<strong>pe</strong>cialmente<br />

reconocimiento, cuando de infancia trabajadora se trata. La desigualdad oculta a la<br />

infancia de los sectores populares en el país, los ubica como sujetos <strong>pe</strong>ligrosos o dignos de<br />

compasión, <strong>pe</strong>ro no logra evitar las resistencias para que la infancia sea res<strong>pe</strong>tada y<br />

escuchada. De tal manera, tanto el niño argentino como el latinoamericano comparten<br />

más allá de la enunciación de derechos, la exclusión, la pobreza, el tutelarismo en lo<br />

público y lo privado, y la emergencia tardía de políticas centradas en sus necesidades y<br />

derechos es<strong>pe</strong>cíficos.<br />

107 Mter- PIOTTI, MARIA LIDIA: Políticas Sociales y ciudadanización de los niños, niñas y<br />

adolescentes. Intervención propositiva del trabajo social. Ficha de cátedra del Seminario de<br />

Trabajo Social con NNyA. Córdoba. UNCórdoba. 2005. p. 4.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

65


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Elementos para seguir analizando<br />

Existiendo casos en donde se considera que deben hacerse rupturas para sobrevivir; en<br />

América Latina debe hacerse unidad y promulgar la integración para preservarse y<br />

desarrollarse. Mientras en algunas zonas de la Europa actual los factores étnicosculturales<br />

funcionan como causa de disgregación, en América Latina esos mismos factores<br />

o<strong>pe</strong>ran para la integración. Mientras en el “viejo mundo” algunos pueblos producen<br />

rebeliones a base de su “cultura es<strong>pe</strong>cífica” para buscar el marco cultural globalizador que<br />

les resulte natural, en América Latina ese marco “cultural- continental” ya existe, en la<br />

vivencia de los pueblos latinoamericanos y su vocación por la integración es la tendencia a<br />

explicitar en la su<strong>pe</strong>rficie de la historia dicha comunidad, sin <strong>pe</strong>rjuicio de mantener<br />

manifestaciones cultural-es<strong>pe</strong>cíficas que, muy lejos de anular lo común, lo refuerzan,<br />

matizándolo con la libertad de las diversidades accidentales.<br />

Los argentinos hemos vivido el pasado de cinco siglos como si lo ocurrido durante ese<br />

tiempo correspondiera solamente a cada uno de los países y no a todo el Continente. El<br />

único hecho que hemos registrado en calidad común ha sido la llegada de los españoles<br />

en 1492, <strong>pe</strong>ro de allí en más lo que nos pasó pareciera que fue sólo a venezolanos,<br />

argentinos, mexicanos, <strong>pe</strong>ruanos o brasileños, en inédita y exclusiva originalidad. Sin<br />

embargo, en cinco siglos hemos vivido y continuamos viviendo, acontecimientos comunes<br />

que han sido escritos en historias locales y que con una mirada estática han favorecido<br />

ocultar la figura del conjunto, el nosotros latinoamericano. En este escenario, nuestra<br />

necesidad pasa por “re-conocernos”.<br />

Razón por la cual, entendemos que los procesos sociales argentinos “nacionales” que<br />

delinearon los escenarios actuales y pusieron en crisis al paradigma de protagonismo<br />

infantil, a la construcción del niño latinoamericano y al reconocimiento de los NNATs en el<br />

contexto nacional, obligan a seguir indagando, a retomar categorías teórico- conceptuales<br />

y prácticas que resultan contradictorias y avanzar más allá de ellas.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

66


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Por un lado, el proletariado industrial que se instaló y se fortaleció posteriormente en los<br />

gobiernos populares de Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón. Esto dio lugar a la<br />

cristalización de categorías que creemos deben entrar en debate, ya que continúan<br />

inmutables hasta la actualidad; la idea del trabajador o sujeto económico entendido como<br />

proletariado industrial asalariado, formal, con beneficios sociales y provisionales, estable y<br />

al mismo tiempo el proletariado industrial como sujeto político.<br />

Posteriormente y en contrapartida, del proceso de concentración del ingreso, la riqueza y<br />

los recursos naturales que acompañaron a las políticas neoliberales y a la instauración de<br />

criminales dictaduras militares, emergen nuevos movimientos sociales que renovaron los<br />

análisis de la acción colectiva del continente. Ya no basta con reconocer al proletariado<br />

como protagonista exclusivo de la acción social, a su relación con el Estado, el mercado o<br />

las empresas, como la articuladora del orden social, ni a los cambios radicales (revolución<br />

o modernización) como la meta final de dicha acción. Fue necesario renovar el análisis de<br />

la acción social para captar la fuerza política de estos movimientos, y sus desafíos a las<br />

maneras autoritarias y jerárquicas de hacer política.<br />

Este no reconocimiento del proletariado como sujeto exclusivo de la acción social, no<br />

implica de ninguna manera su negación, sino que se debe a la arremetida neoliberal que<br />

consiguió que sectores cada vez más importantes de la población se ubicaran por fuera de<br />

los límites del campo laboral, lo que desembocó en nuevos te<strong>mas</strong>, otros protagonistas y<br />

prácticas alternativas a las convencionales 108 .<br />

Creemos que son las resistencias, los progra<strong>mas</strong> y los horizontes emancipatorios que<br />

caracterizan el comienzo del siglo XXI, los que darán lugar a esa “otra América posible”<br />

que reclaman en este caso, los niños, las niñas y los adolescentes trabajadores junto a<br />

108 ACIAR, FEDERICO: Documento “Movimientos Sociales”. Presentado en el Seminario de<br />

Protagonismo Infantil. Mendoza. FCPyS. UNCuyo. 2010. p.p. 12-13.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

67


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

nuestros pueblos 109 . En Mendoza es incipiente la <strong>org</strong>anización de niños, niñas y<br />

adolescentes y la vinculación con NNATS, con quienes hemos redescubierto ideas de<br />

continuidad muy a <strong>pe</strong>sar de los postulados teóricos, en las bases.<br />

Niños, niñas y adolescentes se identifican con el paradigma de protagonismo, reclaman ser<br />

escuchados, que se validen sus siste<strong>mas</strong> de necesidades, que se hagan efectivas sus<br />

decisiones y han coincidido que la <strong>org</strong>anización es una herramienta política valiosa. En<br />

adelante resta dar lugar a estas voces “novedosas” <strong>pe</strong>ro no nuevas, que exigen una<br />

sociedad más justa y luchan por ella de manera cotidiana.<br />

109 Ibíd. p. 13.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

68


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

69


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Qué se juega en el juego<br />

“Poder de disciplinarnos/poder que nos marca/poder que nos reglamenta/poder que nos<br />

impone lo deseable y lo rechazable/poder que se trasluce en nuestros cuerpos/poder que<br />

impone culpas/poder que instala miedos/poder que prefigura movimientos, deseos,<br />

angustias/poder que provoca dolores/poder que establece pautas/poder que nos<br />

homogeneiza/poder que nos distancia/poder que abre brechas<br />

Poder resistir/poder contradecir/poder abrazar/poder gozar/poder poner el cuerpo/poder<br />

rozarnos, tocarnos, mezclarnos/poder rom<strong>pe</strong>r<br />

las reglas/<br />

Tagua Proyectos Sociales<br />

Introducción<br />

Lucrecia Back 110<br />

Desde la convicción de que las ex<strong>pe</strong>riencias vividas, las búsquedas singulares y colectivas,<br />

y los recorridos que transitamos van transformando nuestras cosmovisiones, este ensayo<br />

intenta recoger inquietudes e inter<strong>pe</strong>laciones <strong>pe</strong>rsonales, nutridas y confrontadas con<br />

ex<strong>pe</strong>riencias y vivencias significativas junto con otr@s 111 , en el ámbito de la Recreación y<br />

Educación Popular.<br />

En este andar y desandar caminos son escasos los espacios, tanto en la formación como<br />

en la práctica 112 , dónde se reflexione sobre los modelos de infancia que subyacen en<br />

nuestras prácticas de juego; modelos que portamos culturalmente y que poco son<br />

110 Lucrecia Back. Profesora Nacional de Educación Física. Egresada del "ISEF: N° 1 Dr. Enrique Romero<br />

Brest" de la Ciudad de Buenos Aires. Es<strong>pe</strong>cializada en Natación para Bebés, Adultos Mayores y<br />

Discapacidad en el Instituto de Deportes de la Ciudad de Buenos Aires; y en Educación por el Arte, en el<br />

Instituto Vocacional de Arte de la Ciudad de Buenos Aires. Técnica Nacional en Recreación. Egresada del<br />

"BAC Spinoza", de la Ciudad de Córdoba. Actualmente se desem<strong>pe</strong>ña como Educadora en el ámbito de la<br />

Recreación y Educación Popular con niñ@s, jóvenes y adult@s, participa en distintos Círculos: de Cantos y<br />

Sonidos que sanan, Círculo de Mujeres Killawarmi de Lima, Perú. Contacto: lunavaivanera@yahoo.com.ar<br />

111 La redacción pretende promover usos del lenguaje que hagan visibles a los distintos géneros en la sociedad<br />

“reconociendo a su vez nuestra limitación, nuestra incertidumbre frente a la complejidad de lo que somos y<br />

sobre lo que vamos siendo”. CUSSIÁNOVICH, Alejandro. Ensayos sobre Infancia II: Sujeto de Derechos y<br />

Protagonista. Lima. <strong>Ifejant</strong>, 2010. p. 43. Es por esto la importancia del lenguaje utilizado, no sólo el verbal<br />

sino el icónico en este caso con el uso del @.<br />

112 Desde mi estudio y vivencias profesionales.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

70


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

debatidos en cuanto a sus bases históricas, políticas, económicas, culturales e<br />

ideológicas 113 . De la misma forma, son escasas las reflexiones acerca de los modelos de<br />

infancia y sus representaciones sociales 114 , en relación a cómo atraviesan los estudios de<br />

los procesos evolutivos y teorías del juego de los niños y las niñas 115 .<br />

Conscientes de estos hechos, consideramos importante, integrar el estudio de la<br />

Recreación, y las prácticas recreativas a su realidad histórica, como bien señala Julia. C.<br />

Gerlero “no desarticulada ni fragmentada sino explicada a partir de los habitus<br />

corporizados de los sujetos en el contexto social que los configura y del cual emergen en<br />

relación con las condiciones de vida” 116 . Con una mirada histórica y vivencial se pueden<br />

aportar elementos de análisis al juego desde el paradigma del Protagonismo Infantil y de<br />

las ex<strong>pe</strong>riencias de Niños, Niñas, Adolescentes Trabajador@s (NNATs) en América Latina.<br />

113 Por ejemplo, Manfried Liebel discrimina dos modelos de comportamiento paternalista: 1) Paternalismo<br />

tradicional, supone una condición de subordinación absoluta de la infancia hacia los adultos. La infancia se<br />

convierte en objeto de posesión, son los adultos quienes deciden qué es lo bueno y o malo, qué es lo que se<br />

debe y no se debe hacer. 2) Paternalismo moderno, se caracteriza por ceder espacios a la infancia que se rigen<br />

por leyes propias y que suponen protección y asistencia. Este modelo está inspirado en el <strong>pe</strong>nsamiento<br />

euro<strong>pe</strong>o-burgués, representado por el paradigma de Protección Integral. En ALFAGEME, Erica. CANTOS,<br />

Raquel. MARTINEZ; Marta. De la Participación al Protagonismo Infantil-Propuestas para la acción. Madrid.<br />

Plataforma de Organizaciones de Infancia, 2003. p.78. Al res<strong>pe</strong>cto, se recomienda <strong>leer</strong> también<br />

CUSSIÁNOVICH, Alejandro. “Paradig<strong>mas</strong> de las culturas de infancia como for<strong>mas</strong> de poder” en Materiales<br />

de estudio N°. 1. Lima. INFANT, Nagayama Norio, 2010.<br />

114 Por representaciones sociales se pueden entender “aquellas imágenes, visiones, <strong>pe</strong>rcepciones, que<br />

funcionan como un mecanismo de interpretación colectiva sobre la realidad social y que de<strong>pe</strong>nden de los<br />

valores, creencias y for<strong>mas</strong> de <strong>pe</strong>rcibir e interpretar dicha realidad social”. Opcit. ALFAGEME, Erica.<br />

CANTOS, Raquel. MARTINEZ; Marta. p.22. “Éstas funcionan como la antesala del comportamiento y todo<br />

aquello que diverge de la “norma socialmente aceptada” no es aceptado como válido. Estas imágenes sociales<br />

son las que guían los discursos, las acciones, las for<strong>mas</strong> de relacionarse, las nor<strong>mas</strong> sociales y legislativas, las<br />

políticas de infancia, las intervenciones”. CASAS, Ferrán. Infancia: <strong>pe</strong>rs<strong>pe</strong>ctivas psicosociales. Barcelona.<br />

Ed. Paidós, 1998.<br />

115 Por ejemplo, según Piaget el desarrollo se produce como resultado de la interacción entre el niñ@ y el<br />

ambiente social. La teoría de Piaget afirma “toda moralidad consiste en un sistema de reglas y la esencia de<br />

toda moralidad en el res<strong>pe</strong>to que los individuos adquieren por estas reglas”. CHAMI, C., LELLI, S.,<br />

NAKAYAMA, L. “Las Reglas en los Juegos Infantiles”- Estudio sobre el proceso de construcción de reglas<br />

en los juegos infantiles, Licenciatura Es<strong>pe</strong>cial en Educación Física, Facultad de Ciencias Humanas,<br />

Universidad Nacional de Río IV, Córdoba, Argentina, 2002. p.27 ¿Cómo es entonces la interacción entre el<br />

niñ@ y el ambiente social en el que están inmers@s ¿Cuál es la relación de poder entre l@s adult@s y l@s<br />

niñ@s para adquirir el res<strong>pe</strong>to por las reglas¿Cómo y por qué se sustenta el principio de la Moralidad de<br />

Coartación, el cual enuncia que en l@s niñ@s desde los 7 a los 10 años, “están coartad@s por su res<strong>pe</strong>to<br />

hacia los más grandes, cualquier cosa que digan tales autoridades, debe ser así. Se niegan a aceptar cualquier<br />

cambio en las reglas”. PAPALIA, D. WENDKOS OLDS, S. Desarrollo Humano, Ed. McGraw Hills.<br />

Colombia. 2ª Edición, 1ª Ed. En español, 1990. Ver Anexo 1.<br />

116 GERLERO, Julia. C En ¿Ocio, Tiempo Libre o Recreación Neuquén. Editorial de la Universidad<br />

Nacional del Comahue, 2004. p. 99.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

71


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Para analizar el juego en esta óptica, primero es necesario conocer que es a partir de los<br />

movimientos sociales de NNATs (y otros también de Niños, Niñas y Adolescentes) de<br />

donde surge este paradigma de un nuevo contrato social intergeneracional 117 . En esta<br />

postura l@s niñ@s reivindican su “estatus de <strong>pe</strong>rtenencia en igualdad de condición como<br />

es<strong>pe</strong>cie humana, como miembro de la sociedad de la que es parte” 118 . Lo que trae<br />

inherentemente un cuestionamiento y la posibilidad de re<strong>pe</strong>nsar las infancias, <strong>pe</strong>ro<br />

también las culturas de adultez, al preguntarnos, cuáles son las propias representaciones<br />

para con nuestr@s pares, qué cultura y educación cultivamos y cosechamos. Nos exige<br />

reflexionar sobre nuestras maneras de ver, juzgar, actuar, expresar, y a entender cómo se<br />

produce y reproduce lo material-espiritual adulto, es decir, a re<strong>pe</strong>nsar los propios modos<br />

de vida que son tantos posibles como culturas existen.<br />

Por lo tanto, este nuevo contrato social, trae implicaciones no sólo para l@s niñ@s, sino<br />

para tod@s: un proyecto de porvenir desde el encuentro en la dignidad, en la autonomía,<br />

en la actoría social, en el amor, en el lenguaje y en la comunicación, estos dos últimos,<br />

elementos básicos para que la participación protagónica se ejerza 119 .<br />

117 Como bien señala Alejandro Cussiánovich: “Es desde los movimientos sociales de y a favor de los NATs<br />

en América Latina y el Caribe que en los últimos 20 años viene surgiendo un paradigma práctico y conceptual<br />

desde el que se redefine el concepto tradicional y más moderno de prevención, de protección y de<br />

participación. Se trata de lo que podemos llamar el paradigma de la PROMOCION DEL PROTAGONISMO<br />

INTEGRAL de los Nats como es<strong>pe</strong>cífica expresión del protagonismo de la infancia en su conjunto […] Sin<br />

lugar a dudas podemos afirmar que el eje ideológico-afectivo que anima esta <strong>pe</strong>rs<strong>pe</strong>ctiva es el AMOR a la<br />

infancia, fundamento de todo discurso ético, social y político de la solidaridad con los niños y niñas. Pero<br />

además, este paradigma nos convoca a una ruptura y <strong>pe</strong>rmanente su<strong>pe</strong>ración de una cultura adultocentrista<br />

que hace de la edad un factor de discriminación y de jerarquización; este paradigma además nos exige<br />

abandonar una cultura del apoderado y del tutor. Condición básica para sostener con coherencia un discurso<br />

de ciudadanía y democracia.” CUSSIÁNOVICH, Alejandro. Protagonismo: ¿Qué es Módulo V. Lima.<br />

<strong>Ifejant</strong>. p. 14.<br />

118 CUSSIÁNOVICH, Alejandro. Paradigma del protagonismo. Materiales de trabajo N°2. INFANT. Lima,<br />

2010. p. 14. “Para nosotros el protagonismo es un componente inherente a la condición humana, precisamente<br />

porque cada ser humano es irre<strong>pe</strong>tible, es único”. Opcit. CUSSIÁNOVICH, Alejandro. Protagonismo: ¿Qué<br />

es Módulo V. p 17.<br />

119 “Solemos decir en nuestras tierras, que no hay protagonismo sin participación, <strong>pe</strong>ro que no toda<br />

participación es protagonismo. De allí que se haya acuñado la expresión “participación protagónica”.<br />

CUSSIANOVICH, Alejandro en Op. Cit. ALFAGEME, E., CANTOS, R. MARTÍNEZ, M. p 14.<br />

“Requerimos de una adjetivación que rompa su formal ambigüedad; adjetivación que deviene en sustantiva<br />

por este ajuste no sólo semántico, sino teórico y político, que le imprime a la participación. Quizá sea por ello<br />

que en general se utilizan expresiones como participación “activa”, “proactiva”, “directa”, “delegada”,<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

72


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Tal es así, que el Movimiento de Niños, Niñas, Adolescentes Trabajador@s Organizad@s<br />

del Perú (MNNATSOP 120 ) resignifica los roles y vínculos entre niñ@s y adult@s, al estar<br />

<strong>org</strong>anizado y dirigido por l@s mism@s niñ@s y adolescentes. Allí l@s adult@s son parte<br />

del movimiento en condición de colaborador@res 121 ; desafiando y promoviendo, con sus<br />

debilidades y fortalezas, una visión crítica del contexto dominante y particular 122 .<br />

De tal manera, en las siguientes páginas analizaremos la relación entre juego y cultura,<br />

para que nos posibilite revelar las pautas sociales que se transmiten de generación en<br />

generación - consciente o inconscientemente- a través de éstos; y para que nos <strong>pe</strong>rmita,<br />

observar, entender, re<strong>pe</strong>nsar y fortalecer las relaciones entre niñ@s y adult@s en los<br />

espacios de juego y en el concepto de juego mismo. Para que nos habilite a debatir sobre<br />

las representaciones dominantes y heredadas, tanto de las culturas de infancias como de<br />

adultez, en el marco de la modernidad occidental capitalista patriarcal que ampliaremos<br />

luego, y la promoción del protagonismo integral.<br />

Lo que por lo general se transmite en el juego<br />

“democrática”, “ciudadana”, “social”, “política”, “oficial”, “popular”, etc., etc. Nosotros creemos que desde el<br />

paradigma de la promoción del protagonismo integral, bien podemos hablar de una participación protagónica<br />

para indicar que un criterio o parámetro central que norte cualquier ejercicio de participación, ha de ser cómo<br />

exprese, desarrolle y profundice la ex<strong>pe</strong>riencia colectiva y <strong>pe</strong>rsonal de ir siendo protagonistas en el ejercicio<br />

de la ciudadanía a todos los niveles de la vida de la sociedad”. CUSSIÁNOVICH, Alejandro. Ensayos sobre<br />

Infancia I: Sujeto de Derechos y Protagonista. Lima. <strong>Ifejant</strong>, 2010. p. 120. Se recomienda <strong>leer</strong> el capítulo<br />

entero Poder Crecer y la Participación Protagónica.<br />

120 Cuyos objetivos son:<br />

1. Promover y defender los derechos de toda la infancia en general.<br />

2. Promover y defender los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes trabajadores.<br />

121 “Los adultos son parte del MNNATSOP en su condición de Colaboradores es decir: a) no son<br />

representantes del movimiento; b) no son dirigentes del movimiento; c) no son ni tutores, ni apoderados del<br />

movimiento; d) Colaborar significa: co- asumir, co- animar, co- promover, co- acompañar, co- actuar, codecidir,<br />

co- participar, sin sustituir ni suplantar a l@s NNATs; e) Ejercer y desarrollar su protagonismo desde<br />

el <strong>pe</strong>rmanente desarrollo del protagonismo de l@s NNATs por lo tanto es co- responsable de este proceso.<br />

MNNATSOP, Declaración de Principios, Art. 18, Lima. p. 12<br />

122 El artículo 17 de la Declaración de Principios del MNNATSOP dice: “El MNNATSOP en todos sus<br />

niveles, quiere ser una ex<strong>pe</strong>riencia de nueva relación entre generaciones como signo concreto de su visión, es<br />

decir, la de una sociedad en que niños, niñas y adultos podamos ejercer nuestro derecho a ser protagonistas”<br />

Opcit CUSSIÁNOVICH, Alejandro. Ensayos sobre Infancia I. p. 165.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

73


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Para comprender algunas características de nuestro contexto, coincidimos con Dolors<br />

Reguant 123 , cuando define Patriarcado como:<br />

“Una forma de <strong>org</strong>anización política, económica, religiosa y social basada<br />

en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la que se da el<br />

predominio de los hombres sobre las mujeres; del marido sobre la<br />

esposa; del padre sobre la madre, los hijos y las hijas; de los viejos sobre<br />

los jóvenes y de la línea de descendencia paterna sobre la materna. El<br />

patriarcado [crea] un orden simbólico a través de los mitos y la religión<br />

que lo <strong>pe</strong>r<strong>pe</strong>túan como única estructura posible”.<br />

Esta cita enmarca que la configuración de los roles y estereotipos de cómo debemos ser<br />

las mujeres y los hombres, prefiguran un modo de ser y esta condicionad@ en función de<br />

una diferencia biológica de sexo; marca también las actitudes es<strong>pe</strong>radas para las niñas y<br />

los niños (en la casa, en la escuela, en el trabajo, en el deporte, en la cultura, etc.). Por<br />

ejemplo, escuchamos cotidianamente: “siéntate bien que eres una niña”, o “qué lloras<br />

maricón, es que a gol<strong>pe</strong>s se hacen los hombres” 124 . Ell@s habrán de aprehender esos<br />

modelos desde sus primeras etapas de socialización, y tendrán en el juego (y los juguetes)<br />

un campo propicio para la introyección, reproducción y <strong>pe</strong>r<strong>pe</strong>tuación de los roles<br />

asignados que se es<strong>pe</strong>ran luego para la mujer y el hombre en la sociedad 125 .<br />

El caracterizar siempre de “sabio” al hombre bueno y de “bruja” a la mujer mala es una<br />

noción que puede transmitirse en el juego como muchas otras que inciden en la<br />

construcción de la subjetividad y la memoria colectiva a través de la cultura, los valores, y<br />

123<br />

REGUANT, Dolors, La mujer no existe, Maite Canal, Bilbao, 1996, citado en SAU,<br />

Vicatoria, Reflexiones feministas para principios de siglo, horas y HORAS, Madrid, 2000.<br />

124 Ver en el Anexo 2. Cuadro de estereotipos.<br />

125 No es usual ver que a los niños se le regale juegos de mates, ollas y cocinitas; o a las niñas aviones, motos,<br />

herramientas de construcción…<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

74


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

la historia del lugar 126 . A su vez estas características se enraízan en las siguientes dos<br />

categorías:<br />

El androcentrismo: según el cual “el mundo se define en <strong>mas</strong>culino y el<br />

hombre se atribuye la representación de la humanidad entera” 127 , acentuando la<br />

problemática de las cuestiones de género 128 , y condicionando las conductas y los<br />

juegos es<strong>pe</strong>rados para los niños y para las niñas como hemos señalado.<br />

El adultocentrismo: entendido como “una visión de las relaciones sociales<br />

intergeneracionales desde la cual son sólo l@s adult@s quienes están<br />

"capacitad@s" para decidir qué es lo adecuado, ya que tienen la ex<strong>pe</strong>riencia, la<br />

madurez, etc., y l@s niñ@s son “seres en desarrollo”, “en preparación para” llegar<br />

a adult@s. En esta matriz cultural, las necesidades, intereses y capacidades de los<br />

niñ@s son definid@s desde afuera, desde l@s adult@s y no desde ell@s<br />

mismos 129 ”.<br />

Re<strong>pe</strong>nsemos el juego: sus actores y otras racionalidades…<br />

126 Por ejemplo, en el juego San Miguel, las niñas están dentro de la casa y los niños son los rateros. Mientras<br />

que uno de ellos distrae a la niña que está cuidando la puerta de la casa diciendo: “Tu casa se está quemando”<br />

o “Tu mamá se está muriendo”, el resto de “los rateros” irrum<strong>pe</strong>n en la casa y saquean a las niñas que están<br />

fuertemente agarradas entre sí y gritan al unísono: ¡San Mi-guel! Desde el Cristianismo, San Miguel es el<br />

patrón de la protección, su plegaria dice: “San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo<br />

contra la <strong>pe</strong>rversidad y las acechanzas del demonio. Que Dios le reprima, es nuestra humilde súplica […]<br />

arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la <strong>pe</strong>rdición de las<br />

al<strong>mas</strong>. Amén”. WIKIPEDIA http://es.wiki<strong>pe</strong>dia.<strong>org</strong>/wiki/Arc%C3%A1ngel_Miguel , [revisado el 4 de<br />

febrero de 2011].<br />

127 VARELA, Nuria. Feminismo para principiantes. Barcelona. Ediciones B, S. A, 2005. p.175.<br />

128 El concepto de género es la categoría central de la teoría feminista. La noción de género surge a partir de<br />

la idea de que lo “femenino” y lo “<strong>mas</strong>culino” no son hechos naturales o biológicos, sino construcciones<br />

culturales. Por género se entiende, como decía Simone de Beauvoir, “lo que la humanidad ha hecho con la<br />

hembra humana”. Es decir, todas las nor<strong>mas</strong>, obligaciones, comportamientos, <strong>pe</strong>nsamientos, capacidades y<br />

hasta carácter que se han exigido que tuvieran las mujeres por ser biológicamente mujeres. Género no es<br />

sinónimo de sexo. Cuando hablamos de sexo nos referimos a la biología, y al hablar de género, a las nor<strong>mas</strong> y<br />

conductas asignadas a hombres y mujeres, en función de su sexo. Ibíd. p.181.<br />

129 FERRARIS, V., GONZÁLEZ, M. “Participación Infantil: Una herramienta para el ejercicio de los<br />

Derechos”. Sistematización Final para la Licenciatura en Psicología, Facultad Nacional de Psicología,<br />

Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina, 2009. p.88.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

75


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

A partir de estas dos categorías es interesante analizar los juegos que se proponen y<br />

promueven, quiénes y cómo lo hacen, observar el vínculo entre niñas y niños, entre niñ@s<br />

y educador@s/ colaborador@s 130 . De la misma manera, las intervenciones y el lenguaje<br />

utilizado para la configuración de los roles, los <strong>pe</strong>rsonajes, los objetivos de los juegos, etc.<br />

En un taller sobre “El Juego Recu<strong>pe</strong>rado 131 ”, Mariano Algava 132 , precisamente señala que<br />

todo espacio <strong>pe</strong>dagógico es formador en dos as<strong>pe</strong>ctos: el curricular y en el que se<br />

invisibiliza el as<strong>pe</strong>cto formador de las <strong>pe</strong>rsonas, el cual define la politicidad de las acciones<br />

y los vínculos. Mariano nos invita a problematizar el tipo de relaciones de poder que<br />

establecemos en los espacios <strong>pe</strong>dagógicos, las cuales según su criterio, serán el verdadero<br />

contenido de los encuentros en el plano de la construcción de las subjetividades. Esta<br />

<strong>pe</strong>rs<strong>pe</strong>ctiva nos sensibiliza como educador@s a su<strong>pe</strong>rar la interrogación, qué hacer en<br />

determinado encuentro o taller para pasar a plantearnos, qué tipo de <strong>pe</strong>rsonas<br />

colaboramos en formar. Y para <strong>pe</strong>nsar hacia dónde orientamos la subjetividad en nuestra<br />

práctica: si es hacia la formación de <strong>pe</strong>rsonas libres, capaces de ser protagonistas y críticas<br />

de su propia realidad, o conformistas, reproductoras, sumisas, y simplemente divertidas.<br />

Esto es importante tenerlo en cuenta para revisar las mis<strong>mas</strong> culturas de adultez, pues<br />

curiosamente al analizar los juegos que tienen lugar en las distintas etapas etarias,<br />

pareciera que hacia la adolescencia y adultez, la expresión, el contacto, el cuerpo y la<br />

130 Ya que dentro de la cultura patriarcal también se encuentra el machismo en sus distintas for<strong>mas</strong>. “El<br />

MACHISMO y las creencias sobre cómo debe ser un varón y cómo debe ser una mujer alimenta y sostiene la<br />

violencia hacia las mujeres. La violencia hacia las mujeres siempre es una forma de ejercicio de poder<br />

mediante el empleo de la fuerza física, económica, psicológica, sexual, etc”. Mujeres Habitadas. Campaña<br />

contra la violencia hacia las Mujeres. http://www.mujereshabitadas.com.ar/campa.html, [revisado el 10 de<br />

febrero de 2011].<br />

131 Esta noción viene siendo trabajada por Mariano Algava quien la pone en discusión en el Taller “El Juego<br />

Recu<strong>pe</strong>rado”, con la colaboración de Paul Dani, en el Encuentro “Los Otros Relatos” en la Ciudad de Buenos<br />

Aires, Diciembre 2009. Al res<strong>pe</strong>cto dice:” Recu<strong>pe</strong>rar el juego de su destino utilitario en manos de docentes,<br />

coordinadores, recreólogos, etc, incluso de aquellos usos “nobles”, por ejemplo el de generar vínculos<br />

solidarios a través de los juegos coo<strong>pe</strong>rativos, y lo digo con <strong>pe</strong>sar, reconociéndome como docente promotor<br />

de esto, <strong>pe</strong>ro realmente “lo lúdico” del jugar tiene una carga subjetivante tan fuerte, que su<strong>pe</strong>ra ampliamente<br />

la posibilidad de centrar la intencionalidad <strong>pe</strong>dagógica solo en un as<strong>pe</strong>cto!”. Promueve recu<strong>pe</strong>rar los<br />

elementos lúdicos del juego para poder transferirlos a los espacios <strong>pe</strong>dagógicos.<br />

132 Educador popular del área de Juego, Arte y Cultura del Equipo de Educación Popular Pañuelos en<br />

Rebeldía y docente en el Instituto Su<strong>pe</strong>rior de Tiempo Libre y Recreación de la Ciudad de Buenos Aires,<br />

Argentina.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

76


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

creación van sometiéndose a los juegos reglados como son los deportes, a la gimnasia<br />

para alcanzar el cuerpo <strong>pe</strong>rfecto, o, a los juegos de azar socialmente aceptados como el<br />

bingo, los nai<strong>pe</strong>s, y los casinos. Vale decir, que todos ellos encuadran <strong>pe</strong>rfectamente con<br />

los patrones de vida de la modernidad que dispone el consumismo, que a fin de cuentas<br />

no sólo determina cuáles son los tiempos libres (para el descanso y el recreacionismo 133 ),<br />

y los ocupados (con el estudio y el trabajo 134 ), sino que a su vez, determina cuáles resultan<br />

ser los tiempos importantes y serios 135 . De esta manera, constituimos mitos tales como<br />

“Ya estoy viej@ para jugar”, “Jugar es <strong>pe</strong>rder el tiempo”, “El juego quita seriedad y<br />

profundidad” o “Jugar es poco serio 136 ”. Lo anterior explica porque los juegos que<br />

implican ciertas expresiones artísticas como pintar, cantar, hacer títeres, bailar, hacer<br />

acrobacias, “moverse libremente como…”, resultan condicionados por el miedo al ridículo,<br />

a la vergüenza, al “qué dirán”, o a realizarlo bien o mal: “Yo no sé….dibujar, cantar, etc”<br />

se suele escuchar. Los juegos que implican contacto físico con abrazos, caricias, <strong>mas</strong>ajes,<br />

suelen generar cierta tensión primero, y risas luego.<br />

Así las cosas, no basta con reflexionar acerca de las miradas adultas prevalecientes sobre<br />

la infancia, o el rol del adult@ en este paradigma, sino que la tarea más importante es,<br />

133 “El recreacionismo suele considerar a la recreación como una sumatoria de actividades que tienen lugar al<br />

fin de cada día, de cada semana o en las vacaciones. Tales acciones tendrían como único fin el divertirse en<br />

tanto se constituye éste en forma de com<strong>pe</strong>nsación del cansancio y aburrimiento producido por las tareas<br />

cotidianas. No interesa en de<strong>mas</strong>ía el por qué de las actividades más allá del uso del tiempo desocupado. De<br />

allí que lo importante sea brindar una amplia oferta de posibilidades desde lo gratuito (uso de lugares públicos<br />

al aire libre) hasta sofisticados y onerosos juegos (por ejemplo, aquellos que producen “realidad virtual”.<br />

WAICHMAN, Pablo. Tiempo Libre y recreación, un desafío <strong>pe</strong>dagógico. Argentina. Ediciones Pablo<br />

Waichman, p. 139.<br />

134 “La Teoría del Tiempo Libre es fruto de las sociedades. Surge a partir del mundo del trabajo, del tiempo<br />

obligatorio. Esta teoría “legaliza” la disociación (tiempo de trabajo, tiempo de juego y de diversión), actúa<br />

como marco para lo lúdico […] Es común que las actividades lúdicas respondan a la sociedad de consumo, así<br />

los juguetes y juegos electrónicos responden a ello, así como los es<strong>pe</strong>ctáculos deportivos, los grandes<br />

festivales, los juegos televisivos, Cacho, Berugo, Don Fransisco. Si jugás te ganás algo…, responde a la<br />

dinámica del consumo”. BONETTI, J. Pablo. Juego Cultura y… Montevideo. Colección Trabajo Social<br />

Editorial EPPAL, 1994. p. p. 53 y 54.<br />

135 “En esta suerte de división de la vida, las acciones, sean en el momento de juego o en la vida seria, tienen<br />

un propósito o una intencionalidad […] la misma acción del juego es instrumental y se orienta hacia un<br />

objetivo del que se es<strong>pe</strong>ran resultados. Cuando esto sucede estamos ya en el mundo de la vida seria donde<br />

todo, sea en lo que se llama juego o no, es cuestión de medios y fines. La modernidad ha instrumentado hasta<br />

el juego, particularmente los deportes rentados, y ha reducido en el juego propiamente tal a lo que hacen los<br />

niños en ciertas circunstancias”. VÁSQUEZ, Grimaldo Rengifo. Ser Wawa en los Andes. “A mí me gusta<br />

hacer chacra”. Lima. PRATEC/ Proyecto Andino de Tecnologías Cam<strong>pe</strong>sinas, 2005. p. 39.<br />

136 Opcit. BONETTI, J. P. p.29.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

77


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

visibilizar las relaciones de poder que nos atraviesan e inciden; tal es el caso del cuerpo –<br />

tanto el de l@s niñ@s como el de l@s colaborador@s/ educador@s.<br />

Dice Mariano, el “patriarcado no acepta que el cuerpo pueda ser un lugar de aprendizaje,<br />

de placer y de conocimiento. El sistema niega el mundo de los afectos y los deseos. Estos,<br />

dejados en libertad, resultaría un <strong>pe</strong>ligro para su status quo. El poder determina los<br />

discursos y los cuerpos 137 ”. Al res<strong>pe</strong>cto, no es lo mismo observar el cuerpo en un desfile<br />

de escuela o de orquesta en la calle, en el que prima el disciplinamiento, la homogeneidad<br />

y el orden, que observarlo en un desfile de murga 138 , donde sobresalen los movimientos<br />

descoordinados, caóticos a simple vista, que simbólicamente, representan patadas al cielo<br />

en son de libertad, y al centro de la tierra para marcar el mismo pulso.<br />

Por lo tanto, es importante visibilizar: la pérdida del goce, y lo simbólico que se remarca<br />

en la adultez 139 ; el sometimiento a los parámetros que dictan lo que está bien o mal, que<br />

diferencian lo lindo o lo feo; la coaptación del poder explorar, recordar, vivenciar, de<br />

valorar el proceso, de expresar sentimientos, emociones, <strong>pe</strong>nsamientos sin juicio alguno;<br />

incluso sus re<strong>pe</strong>rcusiones y apariciones luego en los espacios de juego con l@s niñ@s.<br />

Ya sea al jugar con premios como con castigos. Cabe preguntarnos entonces ¿Por qué las<br />

expresiones artísticas (como hacer de estatua, cantar, bailar) o los desafíos físicos (como<br />

137 ALGAVA, Mariano. Jugar y Jugarse. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ediciones América Libre, 2006.<br />

p. 14. Ver capítulo sobre El lugar del cuerpo en la educación popular y La dimensión lúdica de la Educación<br />

Popular.<br />

138 La murga es, por un lado, un género coral-teatral-musical y, por otro, la denominación que se le da a los<br />

conjuntos que lo practican. Es un género de música popular desarrollado en varios países, generalmente<br />

durante alguna festividad como Carnaval, fiestas patronales, aniversarios de fundación o eventos deportivos.<br />

Es muy popular en España, Argentina y Uruguay, donde suele ser interpretada por un coro con el<br />

acompañamiento musical de instrumentos de <strong>pe</strong>rcusión. WIKIPEDIA. http://es.wiki<strong>pe</strong>dia.<strong>org</strong>/wiki/Murga<br />

[revisado el 10 de febrero de 2011].<br />

139 “Nuestras sociedades manifiestan una inhibición creciente de las posibilidades lúdicas, y por ende, de un<br />

empobrecimiento cultural […] En nuestra opinión existe una vinculación dialéctica en la que negar la<br />

posibilidad de jugar fomenta la inexpresividad, la uniformación, lo cual nos enfrenta a la pérdida de la<br />

dimensión lúdica y por tanto a la pérdida del hombre en todas sus dimensiones (cultural incluida). Esa pérdida<br />

de la dimensión lúdica es de alguna forma “la cultura antilúdica” que se evidencia: en la carencia de espacios<br />

libres, en la ausencia de políticas <strong>pe</strong>nsando en los espacios de juego, en las sanciones sociales sobre<br />

determinados juegos…”. Opcit. BONETTI, J. P. p. 47.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

78


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

hacer ranas, flexiones de brazos, etc.) terminan siendo las prendas/ castigos 140 ¿A<br />

quiénes o a qué se premia y se castiga ¿A qué patrones culturales responden ¿Se deben<br />

acatar las reglas o se pueden cambiar 141 <br />

“El juego es una pregunta desde la subjetividad hacia lo colectivo y viceversa”<br />

Mujeres Habitadas<br />

El juego y sus elementos lúdicos<br />

En Homo Ludens 142 , Johan Huizinga señala que la cultura humana nace con el juego y en él<br />

se desarrolla. Sostiene, el juego está en el origen de todas las instituciones sociales, del<br />

poder político, de la guerra, del comercio, y también en el origen del arte.<br />

Asimismo, el juego nos posibilita zambullirnos en realidades imposibles siempre que nos<br />

animemos al riesgo, a la sorpresa. De hecho, hay ciertos elementos lúdicos que señala<br />

Mariano Algava, garantizan lo que considera la esencia verdadera del juego, muchas veces<br />

disminuida en ciertos espacios <strong>pe</strong>dagógicos al utilizar únicamente el juego como “medio<br />

para” 143 .<br />

Uno de ellos, es la creación. L.S.Vigotsky llama actividad creadora a cualquier tipo de<br />

actividad de l@s seres human@s que cree algo nuevo, ya sea del mundo exterior<br />

producto de la actividad creadora o cierta <strong>org</strong>anización del <strong>pe</strong>nsamiento, o sentimientos<br />

que actúen y estén presentes sólo en l@s propios human@s 144 . Menciona dos tipos<br />

140 Se recomienda <strong>leer</strong> el capítulo “Los juegos del terror”. Ibíd. p. 61<br />

141 En un encuentro con niñ@s de la escuela “Alejandro Cussiánovich” de Huáscar en Lima, a la pregunta<br />

sobre qué sienten al realizar un castigo, respondieron: “Vergüenza”, “Roche”, “Me tiembla todo el cuerpo”,<br />

“No me gusta porque me obligan hacer algo que no quiero”, “Alegría”. Para complementar esta vivencia con<br />

teoría, ver “El juego liberador”. Ibíd. p 81.<br />

142 Homo ludens, u "hombre que juega", es un libro escrito en 1938 por el holandés Johan Huizinga, profesor,<br />

historiador y teórico de la cultura. Discute la importancia del juego en la cultura y la sociedad. WIKIPEDIA.<br />

http://es.wiki<strong>pe</strong>dia.<strong>org</strong>/wiki/Homo_Ludens [revisado el 10 de febrero de 2011].<br />

143 A veces por instrumentalizar el juego, por ejemplo, se pierde la libertad de elegir si jugar o no, y cómo<br />

jugar…<br />

144 VIGOTSKY, L.S. Imaginación y creación en la edad infantil. Ciudad de Buenos Aires. Nuestra América,<br />

2003. p.11.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

79


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

fundamentales de nuestra conducta humana: la actividad reproductora y la combinada o<br />

creativa. La primera está estrechamente relacionada con la memoria, su esencia consiste<br />

en que reproducimos o re<strong>pe</strong>timos nor<strong>mas</strong> de conducta ya formadas y creadas con<br />

anterioridad, o revivimos huellas de impresiones anteriores. En cambio, la actividad<br />

combinadora o creadora, no sólo restaura las huellas de excitaciones anteriores llegadas al<br />

cerebro, sino también resulta ser la creación de nuevas imágenes o acciones 145 . Por lo<br />

tanto, nuestro cerebro no sólo es el órgano que conserva y reproduce la ex<strong>pe</strong>riencia<br />

anterior, a su vez es el órgano que combina, transforma y crea a partir de esos elementos<br />

de esa ex<strong>pe</strong>riencia anterior las nuevas ideas y la nueva conducta.<br />

Se desarrolla partiendo de las for<strong>mas</strong> más sencillas y elementales hasta las más complejas,<br />

cada nivel de edad tiene su expresión particular, de<strong>pe</strong>ndiendo no solamente de la<br />

conducta humana sino de la acumulación de ex<strong>pe</strong>riencias, de las necesidades, los<br />

intereses, de los deseos, de su capacidad combinadora y del ejercicio que se realiza en<br />

ella, de las técnicas que se utilizan, las tradiciones, y los factores externos del medio<br />

circundante 146 . Es precisamente la actividad creadora, la que nos posibilita proyectarnos<br />

hacia el futuro; somos por ello seres que creamos y transformamos nuestro presente.<br />

Desde la psicología esta capacidad combinadora de nuestro cerebro es también llamada<br />

imaginación o fantasía. Y es importante entenderla no como una actividad que flota en el<br />

aire sino como una función vital y necesaria 147 . Sin ella, somos seres completamente<br />

adapatad@s al medio, inertes, sin ex<strong>pe</strong>ctativas, sin motivación, sin sueños.<br />

Esta imaginación o fantasía desplegada en el juego, coexiste con un sentimiento de<br />

incertidumbre y de azar, visceral, que nos atrapa y nos hace olvidar del afuera cotidiano,<br />

que nos alienta a un destino incierto, constituyendo el segundo elemento lúdico del juego:<br />

la tensión lúdica 148 .Esta nos <strong>pe</strong>rmite com<strong>pe</strong>netrarnos con lo que estamos haciendo,<br />

145 Ibíd. p. 13<br />

146 Ibíd. p 41.<br />

147 Ibíd. p 20.<br />

148 Esta tensión lúdica se pierde cuando se hace trampa o se <strong>pe</strong>rsuade hacia la solución conocida (ya sea por<br />

un niñ@ o tanto colaborad@r); cuando es un desafío imposible o muy fácil, de la misma manera si de<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

80


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

creando, nos <strong>pe</strong>rmite transformar espacios y tiempos, habitar cuerpos y <strong>pe</strong>rsonajes, tejer<br />

historias, es decir, entrar y salir cuantas veces se quiera de lo que se conoce como círculo<br />

mágico 149 .<br />

Para el tercer elemento lúdico, Huizinga nos anuncia: “Juego por mandato no es juego,<br />

todo lo más, una réplica, por encargo, de un juego 150 ”. No hay un@s que tengan más<br />

poder sobre otr@s, sí hay distintos roles con funciones acordadas y aceptadas por l@s<br />

jugador@s. Esta falta de jerarquías es conocida como la democracia lúdica 151 .<br />

Para el ejercicio de esta democracia lúdica es interesante el aporte de Graciela Sheines,<br />

quien sostiene: no hay juego sin reglas, sean simples o complejas, son acordadas y<br />

res<strong>pe</strong>tadas por tod@s l@s jugador@s 152 . Se juega sobre un caos creador hasta alcanzar un<br />

nuevo orden, aunque muchas veces:<br />

“se confunde la orden con el orden. Si la orden es mandato para ser<br />

obedecido, el orden, en cambio, es la disposición de las cosas de manera<br />

que se relacionen adecuadamente entre sí. Está el que ordena en el<br />

sentido de dar órdenes, mandar, ejercer autoridad sobre los demás y el<br />

que ordena en el sentido de crear un cosmos. Caos y orden, lo vacío y lo<br />

lleno, destruir y fundar, desarmar para armar de otra manera: eso es<br />

jugar 153 ”<br />

antemano el resultado estuviera revelado por la obviedad del ganador o <strong>pe</strong>rdedor. “La tensión determina la<br />

conciencia de la importancia y valor del juego, y cuando crece, hace que el jugador olvide que está jugando”.<br />

HUIZINGA, Johan. Homo Ludens. España, 2000. Alianza Editorial. p 83.<br />

149 “El juego no es la vida “corriente” o la vida “propiamente dicha”. Más bien consiste en escaparse de ella a<br />

una esfera temporera de actividad que posee su tendencia propia” (…) “El estadio, la mesa de juego, el<br />

círculo mágico, el templo la escena, la pantalla, el estrado judicial, son todos ellos, por la forma y la función,<br />

campos o lugares de juego; es decir terreno consagrado, dominio santo, cercado, separado, en los que rigen<br />

determinadas reglas. Ibíd. p. 27<br />

150 Ibíd. p. 20<br />

151 De esta manera, Algava señala la existencia de otra confusión importante que es la asimetría de roles y el<br />

poder. Enuncia: asumir un rol no implica asumir un poder sino que se puede asumir un rol y compartir ese<br />

poder, la asimetría de roles justamente habla de roles y funciones acordadas por el grupo. Opcit. ALGAVA,<br />

Mariano. Taller “El juego Recu<strong>pe</strong>rado”.<br />

152 SHEINES, Graciela. Juegos inocentes, juegos terribles. Bs.As, 1998. Ed. Eudeba. p.35.<br />

153 Ibíd. p. 40<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

81


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Cabe cuestionarnos entonces, antes de emprender un juego: ¿Cuáles son las reglas del<br />

juego ¿Quiénes las disponen ¿Quiénes son l@s jugador@s ¿Cómo se ejerce en estas<br />

instancias de construcción y acuerdo la participación protagónica de l@s niñ@s<br />

Reflexiones abiertas…<br />

Bien hemos visto que los juegos son culturales, reflejan valores, tradiciones, habilidades y<br />

creencias 154 , y son interesantes, para seguir jugándolos, conociendo su historia, sus<br />

mensajes, como también la posibilidad de re-crearlos, de cambiar nombres y reglas desde<br />

un principio.<br />

Tal es así, que al escuchar qué es el juego para l@s niñ@s, para qué juegan, cuáles son sus<br />

juegos favoritos y por qué; como así también qué son los castigos, qué sienten durante los<br />

mismos, o en qué otros momentos de la vida son castigad@s, evidencian acciones<br />

concretas, donde se puede favorecer o denegar procesos de participación 155 , de<br />

aprendizaje, de autonomía, de autodeterminación, de reflexión, de valoración positiva, y<br />

de actoría social sobre sus propias vidas 156 .<br />

Como educador@s-colaborador@s tanto de NNATS como de todas las infancias, está el<br />

desafío de mirarnos, de inter<strong>pe</strong>larnos con juegos que alienten la construcción colectiva,<br />

que favorezcan al conocimiento de la propia identidad cultural, a la creación <strong>pe</strong>rsonal y<br />

colectiva, desde una integración de las dimensiones de lo corporal, lo emocional y lo<br />

intelectual. Para de esta manera no sólo poder recu<strong>pe</strong>rar el juego desde sus elementos<br />

154 Como se ha citado con anterioridad el juego “San Miguel”, y otros como pueden ser “La guerra de los<br />

pueblos”, “Mata gente”, etc.<br />

155 Participación entendida como el formar parte de, estar presente. Opcit. FERRARIS, V., GONZÁLEZ,<br />

M. p. 45; y ejerciendo un poder entendido como “la capacidad de influir /condicionar en los resultados,<br />

afectando significativamente a los otros”. SAFOCARDA, E; CERVONE, N. Aportes de la Psicología<br />

Comunitaria a problemáticas de la actualidad latinoamericana. Bs. As. JVE ediciones, 2007.p. 22.<br />

156 “la participación protagónica en juegos y actividades lúdicas que comprometen al individuo, corporal,<br />

intelectual, y emocionalmente, promueve, alimenta una cultura participativa en otros ámbitos”. Opcit.<br />

BONETTI, J.P. p. 71<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

82


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

lúdicos, sino desde el contexto y el proyecto educativo, y político en el que estemos<br />

inmers@s.<br />

Recu<strong>pe</strong>rarlo desde la memoria viva del propio lugar, de las <strong>pe</strong>rsonas, de las luchas, los<br />

sueños, los deseos y las creencias (mitos, leyendas, deidades) 157 . Recu<strong>pe</strong>rar el juego para<br />

que sea protagonista de la historia que queremos jugar, contar, transmitir y construir.<br />

Recu<strong>pe</strong>rarlo desde la magia del poder volar y cruzar fronteras, trascender generaciones,<br />

como así lo hacen los juegos populares 158 .<br />

Este construir, será con otros y otras, con todas las generaciones. Será indis<strong>pe</strong>nsable,<br />

intercambiar con l@s niñ@s, comprender su manera de <strong>pe</strong>rcibir el mundo, su lugar, y l@s<br />

otr@s, desde las vivencias puestas en juego; más el poder alimentar nuestra curiosidad<br />

adulta, res<strong>pe</strong>to y disponibilidad <strong>pe</strong>rmanente para aprender de ell@s, y con ell@s.<br />

Este construir, nos exige reconocernos también en los diversos contextos y cosmovisiones<br />

de nuestra América Latina, como por ejemplo las de las culturas originarias de los andes<br />

suramericanos en las que, en el mundo andino rural:<br />

“Jugar, para el niño andino, es coparticipar de la vida familiar y comunal,<br />

es sintonizarse con las circunstancias de la vida natural, humana y sagrada;<br />

es sentirse uno más de la actividad regeneradora 159 ” *…+ “Existe unicidad<br />

entre el hacer (ruway en quechua) y el jugar, nada está separado ni aislado<br />

en torno al juego y al hacer 160 ”<br />

157 “El CHUYACHAKI es un duende que se aparece en la selva, al fondo de la selva. Dicen que te lleva por<br />

dos caminos, que son: la vida y la muerte” Testimonio de una niña en Memoria Shipiba, video realizado por<br />

NAPA acerca del Taller de fotografía comunal y de animación a cargo de la ONG Warmayu y Semillas<br />

Ambulantes Arte, Educación Audiovisual en Cantagallo, con niños shipibos limeños, para que aprendan a<br />

contar sus historia de la selva. Ver http://www.youtube.com/watchv=afDroY2u-YM [revisado el 10 de<br />

febrero de 2011].<br />

158 Como las escondidas; las canicas; el elástico/salta hilo, la topadita/mancha/chepa/chapa chapa; lingo/salto<br />

de rango: etc.<br />

159 Opcit. VÁSQUEZ, G. R. p.43<br />

160 Lo recién leído, es comentado por la Asociación Savia Andina Pucara En Opcit. VÁSQUEZ, G. R. p. 44.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

83


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Ciertamente, hay mucho camino para desandar y senderos para aprender, <strong>pe</strong>ro sobre<br />

todo, mucho por jugar…<br />

“Jugando, creamos fantasías, universos maravillosos, imposibles. Le ponemos palabras a<br />

nuestros sueños e inventamos los caminos para crear nuevas condiciones que nos<br />

acerquen a realidades de encuentro, igualdad y solidaridad. Ponemos el cuerpo, batalla<br />

tras batalla, ganándole al mundo de lo dado, de lo único posible”.<br />

Tagua Proyectos Sociales<br />

“Para nosotros la alegre rebeldía” Sub Comandante Marcos<br />

Anexo 1- Tabla sobre la práctica y <strong>pe</strong>nsamiento de los niños acerca de las<br />

reglas 161 (Piaget). Opcit. CHAMI, C., LELLI, S., NAKAYAMA, L. p. 29<br />

Estadios<br />

Estadio I<br />

Estadio II<br />

Estadio III<br />

Práctica de las reglas por parte<br />

de los niños.<br />

Actividad Motora:<br />

Los niños manejan las bolitas o<br />

canicas en forma individual para<br />

darse cuenta de lo que pueden<br />

hacer con ellas.<br />

Egocentrismo (empieza en<br />

cualquier tiempo entre los 2 y 5<br />

años):<br />

Los niños tiene una idea general<br />

de lo que son las reglas y les<br />

gusta <strong>pe</strong>nsar que están jugando<br />

de acuerdo con ellas. No<br />

obstante, en realidad, juegan<br />

según sus propios siste<strong>mas</strong> y<br />

cambian las reglas de acuerdo<br />

con lo que convenga a sus<br />

propósitos.<br />

Coo<strong>pe</strong>ración incipiente (entre los<br />

7 y 8 años):<br />

Cada jugador trata de ganar y<br />

Pensamiento de los niños a cerca de las<br />

reglas.<br />

Absolutismo (de 4 a 7 años):<br />

Las reglas se consideran como ejemplos<br />

interesantes, no como realidades<br />

obligatorias. Los niños consideran que las<br />

reglas son sagradas e intocables, aunque<br />

en la práctica están dispuestos a aceptar<br />

cambios, posiblemente porque no los<br />

identifican como cambios.<br />

Moralidad de Coartación (de los 7 a los<br />

10 años):<br />

Los niños están coartados por su res<strong>pe</strong>to<br />

hacia los más grandes, cualquier cosa que<br />

digan tales autoridades, debe ser así. Se<br />

niegan a aceptar cualquier cambio en las<br />

reglas.<br />

Moralidad de coo<strong>pe</strong>ración (desde los 10<br />

años en adelante):<br />

Los niños consideran las reglas como<br />

161 PAPALIA, D. y WENDKOS OLDS, S. Desarrollo Humano. Colombia, 1990. Ed. McGraw Hills – 2ª<br />

Edición, 1ª Ed. En español.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

84


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Estadio IV<br />

desea jugar de acuerdo con un<br />

conjunto de reglas. Pero las ideas<br />

de los niños son todavía vagas y<br />

si hay tres niños jugando juntos,<br />

darán tres explicaciones distintas<br />

de las reglas.<br />

Codificación (comienza hacia los<br />

11 años):<br />

Los niños conocen cada detalle<br />

del procedimiento. Todos los<br />

niños en un grupo conocen y<br />

juegan de acuerdo a las reglas.<br />

leyes debidas a su consentimiento<br />

mutuo. Casi todos han dejado de lado su<br />

creencia en la infalibilidad de los padres y<br />

de otras figuras de autoridad. Se<br />

consideran a sí mismos como iguales a<br />

otros y creen que si las <strong>pe</strong>rsonas hacen<br />

las reglas, ellas mis<strong>mas</strong> pueden<br />

cambiarlas y piensan que ellos mismos<br />

son tan capaces de cambiarlas como<br />

cualquier otro. Ya no aceptan sin<br />

cuestionamientos la autoridad de los<br />

adultos.<br />

Anexo 2-Cuadro: ¿Cómo funcionan los estereotipos de género Opcit. VARELA,<br />

N. p. 321<br />

Cuando alguien se<br />

Si es niña se dice que es Si es niño se dice que es<br />

comporta así<br />

Activa Nerviosa Inquieto<br />

Insistente Terca Tenaz<br />

Sensible Delicada Afeminado<br />

Desenvuelta Grosera Seguro de sí mismo<br />

Desinhibida Pícara Simpático<br />

Obediente Dócil Débil<br />

Tem<strong>pe</strong>ramental Histérica Apasionado<br />

Audaz Impulsiva, actúa sin <strong>pe</strong>nsar Valiente<br />

Introvertida Tímida Piensa bien las cosas<br />

Curiosa Preguntona, cotilla Inteligente<br />

Prudente Juiciosa Cobarde<br />

Si no comparte Egoísta Defiende lo suyo<br />

Si no se somete Agresiva Fuerte<br />

Si cambia de opinión Caprichosa, voluble Capaz de reconocer sus<br />

errores<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

85


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

86


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Escenarios de la infancia trabajadora: apuntes de interpretación histórica del trabajo<br />

portuario en Mollendo en las décadas de los 50 y 60<br />

Mollendo, escenarios y espacios de trabajo. Décadas del 50 y 60<br />

Edgar Alarcón 162<br />

El presente ensayo pretende mostrar a partir de testimonios de vida de <strong>pe</strong>rsonas que<br />

tuvieron la oportunidad de trabajar durante su niñez y adolescencia en las décadas del 50<br />

y 60 en los puertos de Mollendo y Matarani 163 , una representación social y el significado<br />

del trabajo en la vida de los Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) de esa época, de la vida<br />

escolar y el rol de la familia y comunidad en estas dinámicas sociales y económicas.<br />

El puerto de Mollendo inicia sus actividades portuarias en 1905 y con el tiempo se<br />

convierte en el segundo puerto del Perú 164 . Con la construcción del puerto de Matarani en<br />

1947, ambos puertos comparten la actividad portuaria hasta el año 1963, cuando el<br />

movimiento portuario se concentra en su totalidad en este último 165 . Los trabajadores de<br />

162 Edgar Alarcón. Profesor de Matemática por la Universidad San Antonio Abad del Cusco. En la<br />

actualidad hace parte del Movimiento de colaboradores Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores<br />

del Perú.<br />

163 Testimonios de <strong>pe</strong>rsonas que tuvieron ex<strong>pe</strong>riencia de vida laboral durante su niñez y<br />

adolescencia en la actividad portuaria como son: Dr. Víctor Nieto Aranda, docente Universitario de<br />

la UNSA, el Abogado y docente Dr. Gabino Martínez Itusaca, ex Gerente Regional de Trabajo de<br />

Arequipa, Eduardo Esquivel Adriazola, técnico de la Minera Cerro Verde, René Muñoz Rivera, ex<br />

profesor de la Gue Deán Valdivia de Mollendo y Josué Herrera Lazo, empleado del Hospital de<br />

Mollendo. Con todos ellos tuve un mayor contacto durante nuestra niñez y adolescencia. Con el Dr.<br />

Gabino Martínez, inicié un contacto más directo en el año 2008, a raíz de su preocupación por<br />

implementar un Programa para Niños que Trabajan para la Región Arequipa. A través de<br />

entrevistas <strong>pe</strong>rsonalizadas hemos podido compartir testimonios y reflexiones.<br />

164 PEREZ Calderón, Alejandro Uriel. Mollendo Historia tradición y desarrollo. p. 55. DE TORRES<br />

Muñoz, Manuel. Ensayo Monográfico de Mollendo. p.p 58-80. El ingreso y salidas de naves de los<br />

dos puertos principales de Mollendo y Matarani fue creciendo, progresivamente, de 90 buques en<br />

1945 a 342 en 1954. La <strong>pe</strong>squería fue sin duda una de las mayores fuentes de ingreso de la<br />

provincia de Islay. En 1965 se pudieron catalogar 571 <strong>pe</strong>scadores, entre profesionales y<br />

semiprofesionales de es<strong>pe</strong>cies industriales y de consumo. En 1965 se extrajo 110.960 TM de<br />

<strong>pe</strong>scado valorizado en 47’428 900 soles.<br />

165 Ibid. p. 58. Debido a la realidad geográfica, el problema portuario del Sur de la República de<br />

ese entonces se resolvió con la ampliación del Terminal Marítimo de Matarani, el muelle de<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

87


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

los dos puertos en ese <strong>pe</strong>ríodo establecieron sus viviendas en la ciudad de Mollendo por<br />

contar con mejor infraestructura, vías de comunicación, el Terminal del Ferrocarril con<br />

destino a Arequipa, servicios, oficinas, aduanas y autoridades civiles.<br />

Es así como, en las décadas del 50 y 60, la actividad portuaria y <strong>pe</strong>squera alcanzó lo que<br />

podríamos llamar la “edad de oro” por el bienestar económico y social que brindada a sus<br />

trabajadores.<br />

En esa época, los barcos fondeaban en mar abierto y a través de barcazas de metal y botes<br />

que arribaban del muelle, embarcaban y desembarcaban mercaderías, animales y<br />

<strong>pe</strong>rsonas. Ya en el muelle estos eran colocados en tierra firme y trasladados a almacenes<br />

por medio de trenes de carga o vehículos de transporte terrestre.<br />

Se distinguían en esas labores, el <strong>pe</strong>rsonal marítimo de estiba y desestiba del <strong>pe</strong>rsonal que<br />

trabajaba en el muelle y la bahía como los estibadores que laboraban a bordo de los<br />

buques mercantes y eran los encargados de movilizar la carga, de otros como el capataz,<br />

el almacenero, el winchero, los lancheros, el jefe de cubierta, los trabajadores de Agencias<br />

de Aduanas, los maniobristas, los tarjeteros, etc.<br />

El grupo de trabajadores denominados estibadores tenían un sistema de <strong>org</strong>anización<br />

denominado “cuadrillas” o equipo de trabajadores. El arribo de barcos al puerto<br />

convocaba a los trabajadores portuarios a participar de las denominadas “nombradas” o<br />

selección de cuadrillas, para atender las necesidades de estibar y desestibar mercaderías.<br />

Además de los estibadores designados titulares, había detrás de ellos trabajadores<br />

sustitutos, denominados “galleros”. Cuando un titular no iba a trabajar por diversas<br />

Mollendo por ser poco seguro y de bajo nivel reduce su actividad para convertirse en núcleo<br />

urbano para los dos puertos.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

88


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

razones, como por haber cumplido sus turnos o no desear hacerlo, podía poner un<br />

sustituto u otro particular sin dejar de <strong>pe</strong>rder ingresos 166 .<br />

Los turnos podían durar una mañana, una tarde, o un día completo. También se daba la<br />

modalidad de “amanecida” que era más rentable y ocupaba el tiempo de uno, dos, o más<br />

días. El pago por el trabajo portuario tenía relación con la clase de mercadería, el tipo de<br />

turno, jornada y lugar donde se practicara la labor.<br />

Para un estibador tener tres turnos “buenos” de amanecida en hojalata podía significar un<br />

ingreso suficiente para cubrir los gastos de un mes, lo que <strong>pe</strong>rmitía que galleros o<br />

particulares también pudieran trabajar. Por supuesto, el arribo de más barcos significaba<br />

más trabajo para los estibadores, los empleados y particulares, así como para los<br />

trabajadores de agencias de aduanas y del sector bancario y comercial.<br />

Por otra parte, en la actividad <strong>pe</strong>squera se distinguían <strong>pe</strong>scadores de diversas<br />

embarcaciones, <strong>pe</strong>ro sobre todo se diferenciaban por los fines que le daban al <strong>pe</strong>scado:<br />

estaban los <strong>pe</strong>scadores que proveían productos para el consumo humano y los que lo<br />

suministraban a las fábricas de conserva, los cuales utilizaban desde bolicheras hasta<br />

embarcaciones grandes. Los primeros, acercaban los productos de <strong>pe</strong>sca a las fábricas de<br />

conservas o, a los camiones con destino a Lima u otras ciudades para ser comercializados;<br />

los segundos descargaban la anchoveta en las fábricas de harina de <strong>pe</strong>scado, en es<strong>pe</strong>cial<br />

dos, Agualima y la Chimú.<br />

El <strong>pe</strong>scado vendido para el consumo humano, se nutría con fuerza de la <strong>pe</strong>sca artesanal<br />

en el litoral cercano a las playas, de las que se obtenían productos del mar como: corvina,<br />

lenguado, cojinova, <strong>pe</strong>jerrey, mariscos; extraídos principalmente de los acantilados y<br />

3<br />

PINTO ABDÓN, Aranibar. Remembranzas de Mollendo y Distritos de la provincia de Islay. p. 50.<br />

Gabino Martínez menciona su ex<strong>pe</strong>riencia de trabajo ejecutando las nombradas con trabajadores<br />

particulares para las agencia de aduanas.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

89


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

caletas cercanas de Catarindo, la Ballenita, la Sorda, Matarani, el Fuerte, la Cuchilla entre<br />

otras.<br />

Mientras tanto en el puerto de Mollendo, en “tierra firme”, agencias de aduanas y<br />

entidades bancarias estaban instaladas en la ciudad, asimismo colegios estatales entre<br />

primarios y secundarios, dos cunas particulares, un mercado, dos plazas, dos cines, una<br />

comisaría con cuatro policías, un estadio, dos emisoras radiales; hacia el norte de la<br />

ciudad las lo<strong>mas</strong> de Mollendo, hacia el este los lotes agrícolas del Km 3 y 4, donde hacían<br />

presencia las poblaciones rurales como Mejía, Cocachacra y el Valle de Tambo.<br />

El principal servicio de transporte era el ferrocarril Mollendo–Arequipa, con servicio de<br />

traslado de pasajeros, mercaderías y de productos del Valle de Tambo; también por la vía<br />

férrea se transportaba gasolina, <strong>pe</strong>tróleo y sus derivados para Arequipa, Puno y Cusco<br />

que eran desembarcados desde los barcos cisternas a través de tuberías que llenaban los<br />

tanques de Petro Perú.<br />

Los NNAs, la actividad portuaria y asistencia escolar<br />

La actividad laboral estaba es<strong>pe</strong>cialmente centrada en el trabajo portuario y <strong>pe</strong>squero en<br />

el distrito; los turnos de mañana, tarde y noche de estibadores y jornaleros obligaba a que<br />

las familias enviaran desayunos, almuerzos y cenas al muelle; los hijos de los trabajadores<br />

llevaban alimentos para sus papás y familiares, oportunidad que era aprovechada por<br />

niños y adolescentes para ganarse una propina por llevar alimentos a otros vecinos. En<br />

tanto refrigeraban los trabajadores, podían recoger granos y cereales. en es<strong>pe</strong>cial, trigo y<br />

maíz que por defecto o roturas de los sacos de las cargas caían al suelo, y eran llevados en<br />

sus bolsillos o talegas (hacer la chancha 167 ) a sus hogares para el consumo, para alimentar<br />

a sus animales de corral o simplemente lo comercializaban en tiendas y bodegas. Estas<br />

167 Ibid. p. 94.Hacer la chancha: hábito contagiante del que trabajaba en estiba y desestiba, que<br />

consistía en recoger o sustraer productos de pan llevar o artículos como cereales, harina, trigo,<br />

avena entre otros para consumo o venta.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

90


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

actividades se realizaban en los entretiempos de asistencia a la escuela y colegios que<br />

tenían dos turnos de mañana y tarde de lunes a viernes y el sábado solo el turno de<br />

mañana. Por otro lado, en el <strong>pe</strong>ríodo de vacaciones o en los días feriados, adolescentes y<br />

<strong>pe</strong>rsonas adultas eran contratadas para coser sacos en los depósitos de mercaderías.<br />

En el caso de la actividad <strong>pe</strong>squera, cuando las lanchas se acercaban al muelle habían<br />

niños y jóvenes que participaban y tomaban ciertos roles laborales como: ayudar en el<br />

tejido de redes, lavar el <strong>pe</strong>scado, y “estibarlo”, todo a cambio de <strong>pe</strong>scado que era llevado<br />

para sus casas o comercializado en los mercados y restaurantes; otros por el contrario<br />

es<strong>pe</strong>raban que cayera <strong>pe</strong>scado al mar para sacarlo para ellos mismos.<br />

Escolaridad y trabajo<br />

Para las familias y la población de entonces, las escuelas y colegios eran considerados<br />

espacios importantes para los niños, niñas y adolescentes; lugares de inclusión social y de<br />

encuentro. Los que quedaban afuera eran muy pocos, generalmente por proble<strong>mas</strong><br />

<strong>pe</strong>rsonales y familiares. Los niños y adolescentes se dedicaban a bajar al muelle a <strong>pe</strong>scar,<br />

o “cimarronear” en las lo<strong>mas</strong> o playas, <strong>pe</strong>ro casi siempre retornaban al colegio, razón por<br />

la cual en las promociones de secundaria habían estudiantes hasta con 21 o 23 años de<br />

edad, con “bigotes” y familia propia 168 .<br />

Los turnos de estudio <strong>pe</strong>rmitían mejores espacios para la recreación y socialización en<br />

escuelas y colegios. Estaban matriculados niños, niñas y adolescentes de casi todas las<br />

condiciones sociales de la ciudad, en la que se reconocían y tenían una identidad marcada<br />

como “simacho”, o mollendino 169 . En un aula podían estar, entre otros, los hijos o hijas de<br />

un estibador, profesor, obrero, comerciante, o, el hijo del dueño de una Fábrica de<br />

Conservas.<br />

168 Ibid.pag.63. Según estimaciones en el año 1965 la población comprendida entre 5 a 19 años<br />

era de 12.962 habitantes, de los cuales fueron matriculados 8.138 (62,78%) y no fueron<br />

matriculados 4.824 (37.22%).<br />

169 Apodo referido a los nacidos en Mollendo.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

91


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

El rol social y educativo de la escuela de esa época fue muy importante. Los docentes<br />

gozaban de prestigio y notoriedad en la comunidad más que cualquier otro profesional,<br />

aunque ganaban menos que los estibadores, las familias apoyaban y reconocían la<br />

importancia de la educación y su trabajo 170 .<br />

En este sentido, la concepción que se tenía sobre la educación era complementaria del<br />

trabajo, de hecho tener secundaria completa te daba mejores opciones para trabajar en el<br />

puerto, o viajar a Arequipa u otras ciudades para ser profesional o buscar nuevos<br />

horizontes. Al res<strong>pe</strong>cto, una de las mayores ex<strong>pe</strong>ctativas laborales luego de culminar el<br />

colegio estaba relacionada con el puesto de estibador.<br />

Actividad portuaria y los niños, niñas y adolescentes<br />

Se puede señalar que en el <strong>pe</strong>ríodo descrito, después de la escuela o colegio, las<br />

actividades portuarias que les <strong>pe</strong>rmitían a niños y adolescentes obtener recursos<br />

económicos fueron las siguientes:<br />

- Traslado de desayunos y almuerzos a trabajadores portuarios.<br />

- Venta de granos y cereales que eran recogidos del muelle y almacenes.<br />

- Venta de productos obtenidos del embarque y desembarque de <strong>pe</strong>scado en el<br />

muelle.<br />

- Costura de sacos de almacenes, realizados por adolescentes.<br />

- Traslado de equipajes y mercadería de la estación del ferrocarril a la ciudad y<br />

viceversa.<br />

170 HOLGUÍN RIVERA, Renato. La Ruta del recuerdo. Retratos de Mi tierra. 1998. Arequipa. Los<br />

testimonios de los entrevistados corroboran esta afirmación al referir calidad de sus profesores a<br />

través de anécdotas y recuerdos y a través de libros donde los profesores son recordados con<br />

gratitud.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

92


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Los niños y adolescentes realizaban estas actividades con conocimiento de sus familias o<br />

en ocasiones sin sus autorizaciones. En sus tiempos libres, de preferencia los fines de<br />

semana, o en vacaciones. Su propósito laboral consistía en juntar algunos soles de<br />

propinas y ventas para ir a la matiné, o para gastar en la playa, o para comprarse útiles<br />

escolares o ropa, o degustar algunas golosinas; en fin para darle rienda a sus hobbies<br />

como aparejos para “cordelear” 171 , hacer tram<strong>pe</strong>ras para “chollonquear” 172 y tener<br />

implementos deportivos.<br />

Cordelear, marisquear o sacar machas, eran entre los niños y adolescentes hobbies<br />

rentables y en muchos de los casos, no eran considerados trabajos, sino actividades<br />

recreativas, o un modo de vida de su infancia.<br />

Otras actividades, no necesariamente vinculadas a las portuarias, practicadas por los niños<br />

y adolescentes se realizaban como apoyo a los negocios familiares de productos de pan<br />

llevar, venta de <strong>pe</strong>riódicos y revistas, atención en bodegas y servicios, empleadas del<br />

hogar, con las que obtenían nuevas rentas y apoyaban a sus parientes 173 .<br />

171 Ir a la playa, muelle o acantilado a <strong>pe</strong>scar. Los aparejos eran cordeles, redes, plomo y anzuelos<br />

que eran armados según el tipo y lugar de <strong>pe</strong>sca.<br />

172 Salir a las lo<strong>mas</strong> y quebradas de Mollendo con trampas hechas de carrizo para capturar<br />

pajaritos ornamentales como cholloncos, pichies y jilgueros.<br />

10 Opcit. PINTO ABDÓN, Aranibar. p. 93. “Los entonces chicos del barrio Inclán y del puerto<br />

buscaban un ingreso para costear sus gastos <strong>pe</strong>rsonales y una de las alternativas era el Canchar<br />

es<strong>pe</strong>cíficamente en el Tren de pasajeros del ferrocarril del turno de 12.30 y 2 pm. Y los trenes de<br />

Turismo que se sucedían los días sábados de 5 pm. y domingos a las 7.00 pm. horas que eran<br />

prefijadas de llegada y para esta clase de trabajo el pasajero requería de los servicios del canchero<br />

el mismo que quedaba contratado para hacer este servicio, debido a que en esa época en<br />

Mollendo el servicio de taxis consistía en cuatro unidades y no llegaban al plano de la estación por<br />

ser una subida muy parada y se estacionaban a la altura del Malecón Ratti donde el pasajero<br />

tomaba el taxi o bien tenía que es<strong>pe</strong>rar turno de <strong>pe</strong>rsistir para llegar a su domicilio en carro”.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

93


Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

Actividad portuaria y culturas del trabajo<br />

La actividad portuaria generó una cultura del trabajo para los adultos, niños y<br />

adolescentes y posteriormente para las niñas y mujeres de la ciudad de Mollendo 174 .<br />

En primer lugar, cuando se señaló en párrafos anteriores que el sistema de trabajo<br />

portuario era por cuadrillas, significaba que los estibadores iban a la “nombrada”: si tenían<br />

turno, tenían ingresos, es decir nombrarse era sinónimo de trabajar. Para los trabajadores<br />

de la <strong>pe</strong>sca salir al mar tenía como expresión “voy a laburar a la vieja” para conseguir un<br />

“ferro” (mil soles) o una “luca” (diez soles).En el caso de niños y adolescentes trabajar era<br />

un entretenimiento para obtener propinas. De esa forma, algunos adolescentes por su<br />

desem<strong>pe</strong>ño podían ir asegurando un ingreso fijo.<br />

Para los niños y adolescentes, acercarse al puerto o a la playa para conseguir algunas<br />

propinas, o productos para comercializar, consumir y satisfacer necesidades <strong>pe</strong>rsonales,<br />

no tenía la acepción de trabajo. Para ellos, los adultos trabajaban y ganaban dinero; los<br />

174 CAPELLI, Simone. Trabajo y culturas del trabajo. En: Niños Trabajadores. Protagonismo y<br />

Actoría social. IFEJANT. Lima. 1997. p.p.67-79. Sostiene que así como ha sucedido en otros<br />

campos de la ex<strong>pe</strong>riencia humana, la cultura del trabajo ha cambiado con el contexto histórico y<br />

han ido cambiando las actitudes y los siste<strong>mas</strong> valorativos de las sociedades en relación al<br />

concepto de trabajo y es<strong>pe</strong>cíficamente al trabajo realizado por niños niñas y adolecentes. Si<br />

llegamos a la concepción de trabajo en nuestro tiempo Gallino propone la universalización del<br />

valor del trabajo, cuando señala al trabajo como toda actividad humana que tenga utilidad social.<br />

En la misma revista SCHIBOTTO, Gianghi. En. Trabajo infantil y culturas del trabajo Infantil. En:<br />

Niños trabajadores. Protagonismo y Actoría Social. p. 90. Al referirse al tema de las culturas de<br />

trabajo infantil menciona que el mismo fuera del contexto <strong>pe</strong>dagógico sigue siendo satanizado,<br />

rechazado por la común conciencia ética, prohibido y obstaculizado por ley, dentro de la escuela<br />

recu<strong>pe</strong>ra todo su sentido positivo, se vuelve importante herramienta de construcción de<br />

<strong>pe</strong>rsonalidad, ex<strong>pe</strong>riencia socializadora, fomento del aprendizaje teórico y práctico.<br />

CUSSIÁNOVICH Alejandro. Niños Trabajadores Protagonismo y Actoria Social, en un artículo<br />

denominado: Infancia y trabajo: Dos nudos culturales en profunda Transformación. IFEJANT.<br />

Lima. 1997. p. 98. Cussiánovich señala que los vertiginosos cambios y las radicales<br />

transformaciones que caracterizan en todo orden de cosas el cierre de este milenio han provocado,<br />

el cuestionamiento de las culturas de infancia y trabajo entre otras implicancias teóricas y prácticas.<br />

Dicha culturas bajo revisión ven simultáneamente emerger nuevos paradig<strong>mas</strong> prácticos y teóricos<br />

que <strong>pe</strong>rmitan vislumbrar desafíos que se vienen encarando no solo en el plano de la acción directa<br />

sino también en la elaboración teórica.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

niños y adolescentes ayudaban y por ello recibían una propina. De tal modo, su<br />

participación la desarrollaban por iniciativa propia o con consentimiento de sus padres y<br />

no necesariamente por obligación. La actividad portuaria demandaba, principalmente,<br />

fuerza física, concentración, habilidades o<strong>pe</strong>rativas y manuales, lo que explica, su<br />

concentración en los adultos.<br />

La familia y el nuevo contexto social y económico del 60<br />

En las familias, por lo general completas: padre, madre e hijos, los roles estaban bien<br />

definidos; el padre trabajaba, la madre iba al mercado diariamente a hacer la “recoba” y<br />

atendía la casa 175 , los niños y niñas estudiaban, estas últi<strong>mas</strong> ayudaban en la casa y los<br />

niños colaboran con la labor del padre. El sistema de crianza basado en estos roles y la<br />

corrección de conductas asentada en la llamada de atención o en el “correazo” im<strong>pe</strong>raba<br />

no sólo en la familia, sino también en el ámbito escolar 176 .<br />

En paralelo a la reducción de la actividad portuaria en Matarani por proble<strong>mas</strong> tarifarios y<br />

nuevos puertos que entran a com<strong>pe</strong>tirle como los de Chile en la década del 60, se<br />

ex<strong>pe</strong>rimenta en todo el Perú el fenómeno de la migración de pobladores del campo a la<br />

ciudad. Mollendo no es ajena a ese hecho social, lo que genera la migración de pobladores<br />

del interior del país, primordialmente, hacia las zonas agrícolas de Mejía, Cocachacra y la<br />

Punta de Bombón.<br />

De igual forma, se multiplica el comercio ambulatorio en el puerto, como se agudiza la<br />

com<strong>pe</strong>tencia laboral y se incrementan otras actividades que se realizaban en menor<br />

proporción como: la venta de <strong>pe</strong>riódicos por la madrugada y noche, ser lustrabotas,<br />

ayudante de panaderías, apoyar negocios familiares dedicados a la venta de productos y<br />

comida en mercados y playas, venta de abarrotes, ropa y restaurantes, ejercer como<br />

175 Salida de las madres de sus hogares al mercado para la compra de productos para preparar el<br />

almuerzo y la cena en sus familias.<br />

176 Estilo tradicional de padres y profesores para corregir conductas de los hijos o alumnos.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

trabajadores domésticos, vender bebidas y chu<strong>pe</strong>tes, trasladar maletas de los trenes de<br />

pasajeros y turistas, y vender productos de pan llevar del Valle de Tambo en los trenes de<br />

pasajeros (camote, chancaca, aceituna, frutas).<br />

Con la construcción del terminal <strong>pe</strong>squero en Matarani, se reducen las actividades<br />

<strong>pe</strong>squeras en la zona de Mollendo, lo que afecta a las familias y remueve sus roles y<br />

funciones clásicas. Por ejemplo, madres e hijas empiezan a participar en actividades<br />

laborales para contribuir al ingreso familiar.<br />

Los negocios familiares en mercados y restaurantes se incrementan, el verano es la mejor<br />

época para ello, así como las jornadas de los fines de semana para incrementar los<br />

ingresos familiares. Aún los espacios de tiempo que brinda la escuela <strong>pe</strong>rmiten a niños y<br />

adolescentes realizar algunas actividades como la venta ambulatoria de <strong>pe</strong>riódicos y<br />

comida. Las oportunidades de ayudar en los puertos y terminales <strong>pe</strong>squeros se reducen.<br />

Cambian algunos hábitos alimenticios, se empieza por ejemplo, a consumir <strong>pe</strong>scado<br />

destinado a harineras, al igual que otros que antes no tenían un alto consumo popular<br />

como el atún, lorna, y tollo.<br />

En otro orden de ideas, si en la década del 50 era privilegio de las familias de<br />

comerciantes extranjeros afincados en el puerto, contar con empleadas del hogar, con la<br />

migración y el nuevo rol de la mujer dado a desarrollar actividades para incrementar los<br />

ingresos familiares, se genera un aumento de este fenómeno, en la cual participan niñas<br />

trabajadoras para atender la demanda de nuevos hogares.<br />

No se conocen referencias legales en el puerto de Mollendo en las que se hablara sobre<br />

las condiciones de trabajo para la mujer, o los niños, niñas y adolescentes que entraron a<br />

cubrir esa demanda. En lo que res<strong>pe</strong>cta a los niños, reconocidos socialmente como<br />

trabajadores, el tema de derechos también estaba ausente. Lo que sí empieza a darse, es<br />

la preocupación para formalizar legalmente la situación laboral de los trabajadores<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

portuarios y <strong>pe</strong>squeros, por cuanto al disminuir la demanda laboral creció la informalidad<br />

en el puerto 177 .<br />

Finalmente, se agudizan las condiciones de vida de la población y el empobrecimiento se<br />

refleja en la baja de ingresos de los trabajadores portuarios, en la aparición de vendedores<br />

ambulantes y jornaleros del campo y en la presencia cada vez mayor de niños, niñas y<br />

adolescentes acompañando a sus padres en actividades laborales. Lo que antes se hacía<br />

por decisión <strong>pe</strong>rsonal o grupal de los mismos niños y adolescentes, fue cambiando. El<br />

empobrecimiento hace que las familias decidan incorporar a los niños, niñas y<br />

adolescentes para resolver sus necesidades básicas de alimentación, vivienda, escuela y<br />

salud.<br />

Conclusiones<br />

En nuestro país en la década del 50 había una cultura del trabajo para adultos, niños,<br />

niñas y adolescentes en la actividad portuaria y <strong>pe</strong>squera, así como la hay en el mundo<br />

andino y selvático; una cultura que a todas luces es necesario reflexionarla. En tal medida<br />

no se pone en cuestión las condiciones de trabajo, sino la oportunidad de trabajar y<br />

obtener ingresos suficientes para satisfacer necesidades básicas.<br />

Si la actividad laboral de adultos en la década del 50 era potestativa y, en el caso de niños<br />

y adolescentes, la oportunidad de conseguir propinas tenía la misma connotación, al<br />

agudizarse la crisis económica en la década del 60, deviene en una acción compulsiva u<br />

obligatoria. Si bien niños y adolescentes optaban por conseguir propinas y productos para<br />

satisfacer necesidades <strong>pe</strong>rsonales y no necesariamente las familiares, esta concepción se<br />

177 La existencia de los denominados galleros, suplentes, particulares, primeros, segundos eran<br />

trabajadores que reemplazaban a trabajadores portuarios como estibadores, de izaje y otros no<br />

contaban por lo general con vínculos laborales formales que garantizaran el res<strong>pe</strong>to a sus<br />

derechos laborales. Al reducirse la actividad portuaria se incrementa la informalidad y el<br />

empobrecimiento de los trabajadores portuarios.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

invierte. Téngase en cuenta que en ninguna de las dos concepciones, la escuela y colegio<br />

fueron un obstáculo para desarrollar estas actividades productivas y viceversa.<br />

De tal modo, cuando en la década del 60 se agudizan las condiciones laborales, disminuye<br />

el ingreso familiar. En respuesta a ello las actividades de niños y adolescentes se orientan<br />

a contribuir al ingreso familiar y al escasear las oportunidades de trabajo, se crean nuevas<br />

actividades productivas cuyas condiciones de trabajo ponen en riesgo una asistencia<br />

regular a la escuela y colegio. Pero aún, los turnos de asistencia a los colegios ayudan y<br />

facilitan el desarrollo de estas actividades. Por ejemplo, ante la necesidad de atender a<br />

adolescentes trabajadores que no podían asistir a la escuela por motivos de trabajo y<br />

horarios, se crea el primer Colegio Nocturno en la gran Unidad escolar Deán Valdivia de<br />

Mollendo.<br />

Las ex<strong>pe</strong>ctativas de un futuro mejor ya no se concentran en ser estibador, sino en salir de<br />

Mollendo para seguir estudios su<strong>pe</strong>riores en Arequipa o en otras ciudades del Perú y por<br />

esto la necesidad de seguir en la escuela se afirma: para culminar los estudios<br />

secundarios.<br />

La familia entra en crisis en correspondencia a la limitación de oportunidades laborales.<br />

Los roles de la mujer en el hogar y de los niños, niñas y adolescentes toman un nuevo giro<br />

asumiendo, un rol productor de bienes y de ingresos para la familia con fines de asegurar<br />

la satisfacción de sus necesidades.<br />

Vale destacar, que en la década del 60 no sólo entra en crisis las condiciones de trabajo e<br />

ingresos de los adultos, sino del mismo modo las de los niños, niñas y mujeres que salen a<br />

laborar.<br />

Por ello se pone en jaque, al concepto de trabajo como actividad humana productora de<br />

bienes, y de paso al plus social que tiene que ver con la puesta en práctica de valores<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

humanos, como la solidaridad y responsabilidad para enfrentar la sobrevivencia, el<br />

desarrollo de capacidades y el derecho a una vida mejor desde el espacio familiar.<br />

Por otro lado, el tema de derechos laborales, desde los sindicatos, es una expresión de<br />

ésta preocupación para los adultos, así como la equidad de género en el campo laboral y<br />

de participación de la mujer. Pero cuando se aborda este tema desde la <strong>pe</strong>rs<strong>pe</strong>ctiva del<br />

niño, niña y adolescente no se hace visible ni en el campo laboral ni en el de la defensa y<br />

vigencia de sus derechos por una “ceguera social” del adulto en el campo laboral en lo<br />

referido a la mujer y a las infancias trabajadoras.<br />

En estos tiempos debemos hablar de culturas de infancia y de culturas de trabajo de las<br />

infancias, más allá del mundo rural y urbano andino, esto implica reconocer esta práctica<br />

social en nuestro país tan pluricultural y diverso y que las políticas a favor de nuestras<br />

infancias, reconozcan y respondan a estas características 178 .<br />

Para finalizar, es imposible dejar de plantear que sobre el tema que se ha abordado, no<br />

hay estudios y material bibliográfico suficiente para profundizar sobre todo lo esbozado.<br />

Este escrito es una primera aproximación para iniciar una investigación al res<strong>pe</strong>cto. Por lo<br />

tanto, remarcamos la importancia del testimonio como fuente de datos para conocer la<br />

dinámica del trabajo de niños, niñas y adolescentes en el puerto de Mollendo en las<br />

décadas del 50 y 60; sin ellos la narración recién leída hubiese sido imposible.<br />

178 Al res<strong>pe</strong>cto, Ricardo Portocarrero señala que históricamente el trabajo de niños, niñas y<br />

adolescentes ha sido socialmente aceptado por su rol complementario con la economía familiar.<br />

PORTOCARRERO, Ricardo. El trabajo infantil en el Perú. Räda Barnen-IFEJANT. Lima. 1995. p.<br />

81.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI<br />

REFLEXIONES y<br />

AVATARES<br />

para la infancia en el siglo XXI:<br />

I Concurso de ensayos sobre infancia y familia<br />

del Área de Formación a Distancia.<br />

Reflexiones y Avatares para la Infancia en el siglo XXI:<br />

I Concurso de ensayos sobre infancia y familia del Área<br />

de Formación a Distancia.<br />

Instituto de Formación para Educadores de Jóvenes, Adolescentes<br />

y Niños, Niñas Trabajadores de América Latina y el Caribe<br />

IFEJANT<br />

Tomás Guido 257<br />

Lima 14 – Perú<br />

Teléfono: 0051-1-2655160<br />

www.ifejant.<strong>org</strong>.<strong>pe</strong><br />

E-mails del Área<br />

de Formación a Distancia<br />

virtualifejant@amauta.rcp.net.<strong>pe</strong><br />

ifejants@hotmail.com<br />

EDICIÓN DIGITAL<br />

Lima - Perú, Mayo 2011<br />

Responsable de la Edición<br />

Camilo Bácares Jara<br />

Diseño de Carátula e Interiores<br />

Jaime Luis Huisacayna Janampa<br />

Los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores.<br />

No son de autoría del IFEJANT.<br />

Pueden ser reproducidos o citados indicando la fuente.<br />

I Concurso de Ensayos sobre Infancia y Familia del Área Formación a Distancia<br />

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