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07.01.2015 Views

326 excepcional se establecen entre los capitalistas criollos no asociados y los dueños de los monopolios internacionales; en estos casos el capital internacional procura resolver la situación apelando a mecanismos impositivos de la asociación de capitales (bien en la forma primaria conocida, para explotar una empresa referida a un mercado limitado, o dentro de la nueva modalidad de sociedades transnacionales, cuyo ámbito de explotación presupone una extensión multinacional). Con anterioridad hemos registrado que en petróleo y en hierro el capital invertido es extranjero en altísimo porcentaje; que no sucede igual en la Industria Manufacturera, Comercio, Servicios, Banca Comercial, Agricultura, etc., pues aquí el capital extranjero si es en casi todos esos renglones de gran peso, se ha visto en la necesidad de ejercer su dominio apelando a fórmulas de asociación con capitales criollos privados y en ciertos casos con capital estatal. Habría que añadir, sin embargo, la existencia de ciertos rubros de la producción reservados para sí por grandes capitalistas nativos, que aunque asociados al capital extranjero en lo general, hacen excepciones en lo particular de algunas de sus actividades económicas, como lo muestran los casos de la siembra de la caña de azúcar y la industrialización de la misma, de la industria del cemento, etc. Por otro lado están los capitalistas criollos no asociados, dedicados principalmente a la pequeña y mediana industria y a la explotación de empresas de distintos sectores de la producción, pero con un peso específico bajo dentro del total de capitales invertidos, operando establecimien-

327 tos que sumados revelan una ínfima participación en la formación del Producto Nacional Bruto. Frente a la burguesía se ha desarrollado una clase obrera, que en Venezuela podemos estimar hoy mayor del 55% de la población económicamente activa; una clase obrera forjada dentro de las exigencias de una tecnología creciente, a pesar del relativo atraso de la misma, si la comparamos con los avances de la revolu¬ción científico técnica que se opera en las naciones de mayor poder económico del mundo actual; es la clase social que más crece numéricamente y que incrementa más su aporte real al volumen de riquezas producidas en el país anualmente. Es la clase que, social, económica y políticamente, constituye la vanguardia de nuestra revo¬lución, pues no existe otra clase social capaz de hacerla avanzar como ella, al igual que sucede hoy en todos los rincones del globo donde subsista la explotación del hom¬bre por el hombre. Los obreros, por ser los verdaderos creadores de las riquezas producidas, ser despojados de las mismas por los patronos que las consideran su pro¬piedad y no poseer sino su fuerza de trabajo, son en la sociedad quienes se dan íntegros a la revolución y pueden llevarla hasta el final sin vacilaciones; por eso Marx y Engels dijeron: “Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar”. 59 59) Carlos Marx y Federico Engels: Manifiesto del Partido Comunista. Obras Escogidas, Tomo 1, Moscú, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1951, p. 52.

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excepcional se establecen entre los capitalistas criollos<br />

no asociados y los dueños de los monopolios internacionales;<br />

en estos casos <strong>el</strong> capital internacional procura<br />

resolver la situación ap<strong>el</strong>ando a mecanismos impositivos<br />

de la asociación de capitales (bien en la forma<br />

primaria conocida, para explotar una empresa referida<br />

a un mercado limitado, o dentro de la nueva modalidad<br />

de sociedades transnacionales, cuyo ámbito de explotación<br />

presupone una extensión multinacional).<br />

Con anterioridad hemos registrado que en petróleo<br />

y en hierro <strong>el</strong> capital invertido es extranjero en altísimo<br />

porcentaje; que no sucede igual en la Industria Manufacturera,<br />

Comercio, Servicios, Banca Comercial, Agricultura,<br />

etc., pues aquí <strong>el</strong> capital extranjero si es en casi todos<br />

esos renglones de gran peso, se ha visto en la necesidad<br />

de ejercer su dominio ap<strong>el</strong>ando a fórmulas de asociación<br />

con capitales criollos privados y en ciertos casos con capital<br />

estatal. Habría que añadir, sin embargo, la existencia<br />

de ciertos rubros de la producción reservados para sí por<br />

grandes capitalistas nativos, que aunque asociados al capital<br />

extranjero en lo general, hacen excepciones en lo particular<br />

de algunas de sus actividades económicas, como lo<br />

muestran los casos de la siembra de la caña de azúcar y la<br />

industrialización de la misma, de la industria d<strong>el</strong> cemento,<br />

etc. Por otro lado están los capitalistas criollos no asociados,<br />

dedicados principalmente a la pequeña y mediana industria<br />

y a la explotación de empresas de distintos sectores<br />

de la producción, pero con un peso específico bajo dentro<br />

d<strong>el</strong> total de capitales invertidos, operando establecimien-

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