el-movimiento-obrero-venezolano-libro

el-movimiento-obrero-venezolano-libro el-movimiento-obrero-venezolano-libro

07.01.2015 Views

22 LA GRAN JORNADA “Finalmente llegó el momento”. El 1º de Mayo de 1886 los trabajadores de las fábricas se echaron a la calle a una sola voz: ¡A partir de hoy, nadie debe trabajar más de ocho horas por día! Aquel primer día de mayo hubo cinco mil huelgas e importantes manifestaciones en todos los grandes centros industriales norteamericanos. La American Federation of Labor calificó el hecho como “el levantamiento que jamás había ocurrido en este país, con la incorporación de millares de trabajadores a las organizaciones existentes, cuando muchos hasta entonces habían permanecido indiferentes a la agitación sindical” . Como era de suponer, frente a tan elevado ascenso de masas que ponía en peligro “sagrados intereses de los patrones”, la actuación de los cuerpos represivos del Estado burgués no se hizo esperar. En Milwaukee los obreros arrojaron piedras a las oleadas policiales que los hostigaban produciéndose una descarga de fusilería que dejó sin vida a nueve trabajadores. En Chicago la represión fue aún más sangrienta. Había sido éste el centro de la más poderosa agitación revolucionaria en los Estados Unidos. La lucha se prolongó pasado el día primero y el tercer día unos ocho mil obreros se fueron a la fábrica

23 de segadoras Mc Cormick, donde trabajaba un grupo de esquiroles colocados allí por la patronal hacía cierto tiempo. La policía apareció sin tardanza arremetiendo contra la multitud que se defendió como pudo. Ese día hubo seis obreros muertos y más de cincuenta heridos. Semejante masacre elevó la indignación de los trabajadores. Varios periódicos dieron parte del baño de sangre y uno de ellos publicó cosas como estas: “La guerra de clases ha comenzado; al terror blanco le responderá el terror rojo... ¡A LAS ARMAS!”. Grupos anarquistas (de gran influencia en los Estados Unidos para entonces), convocaron un mitin a cele¬brarse al día siguiente en la Plaza del Mercado del Heno (Haymarket). . El día 4 de mayo se congregaron en aquella plaza unas quince mil personas. Spies, Albert Parson y Fielden pronunc iaron enardecidos discursos. Cuando concluyó el último de los oradores y la gente se disponia a retirarse apareció de pronto la policía. Estalló una bomba. Cayeron sesenta policías, dos murieron en el acto y otros seis posteriormente ... Cundió el pánico. Los sobrevivientes de la policía rápidamente reforzados por contingentes apostados en las cercanías, comenzaron a disparar sobre los obreros que aún permanecían en la plaza. Los trabajadores muertos fueron tantos que nunca ha podido conocerse su número exactamente. Chicago quedó bajo estado de sitio y el ejército ocupó durante varios días las barriadas populares. Centenares

23<br />

de segadoras Mc Cormick, donde trabajaba un grupo<br />

de esquiroles colocados allí por la patronal hacía cierto<br />

tiempo. La policía apareció sin tardanza arremetiendo<br />

contra la multitud que se defendió como pudo. Ese día<br />

hubo seis <strong>obrero</strong>s muertos y más de cincuenta heridos.<br />

Semejante masacre <strong>el</strong>evó la indignación de los<br />

trabajadores. Varios periódicos dieron parte d<strong>el</strong> baño<br />

de sangre y uno de <strong>el</strong>los publicó cosas como estas:<br />

“La guerra de clases ha comenzado; al terror blanco le<br />

responderá <strong>el</strong> terror rojo... ¡A LAS ARMAS!”.<br />

Grupos anarquistas (de gran influencia en los Estados<br />

Unidos para entonces), convocaron un mitin a<br />

c<strong>el</strong>e¬brarse al día siguiente en la Plaza d<strong>el</strong> Mercado<br />

d<strong>el</strong> Heno (Haymarket). .<br />

El día 4 de mayo se congregaron en aqu<strong>el</strong>la plaza<br />

unas quince mil personas. Spies, Albert Parson y Fi<strong>el</strong>den<br />

pronunc iaron enardecidos discursos. Cuando concluyó<br />

<strong>el</strong> último de los oradores y la gente se disponia a retirarse<br />

apareció de pronto la policía.<br />

Estalló una bomba. Cayeron sesenta policías, dos<br />

murieron en <strong>el</strong> acto y otros seis posteriormente ... Cundió<br />

<strong>el</strong> pánico. Los sobrevivientes de la policía rápidamente<br />

reforzados por contingentes apostados en las cercanías,<br />

comenzaron a disparar sobre los <strong>obrero</strong>s que aún permanecían<br />

en la plaza. Los trabajadores muertos fueron tantos<br />

que nunca ha podido conocerse su número exactamente.<br />

Chicago quedó bajo estado de sitio y <strong>el</strong> ejército ocupó<br />

durante varios días las barriadas populares. Centenares

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!