Primeros-tiempos-de-la-fotografía-en-Zaragoza

3 Apéndice documental
Bruno Catalán
Presidente de Cajalón
Una vez más, desde Cajalón tenemos la oportunidad
de mostrar nuestra vocación de mantener un vínculo
cercano y directo con el medio cultural aragonés y
zaragozano. Una vinculación natural que nos viene
dada por la propia naturaleza de Cajalón: una entidad
pegada a la tierra en la que trabaja y que se muestra
atenta a su devenir social, económico y cultural.
En esta ocasión lo hacemos con la exposición “Primeros
tiempos de la fotografía en Zaragoza” de la
que este catálogo es el legado material. El experto,
interesado o simplemente curioso, que se adentre en
estas páginas, no sólo se va a encontrar con una delicada
y heterogénea colección de retratos, o vistas de
una Zaragoza perdida y ahora reencontrada. También
podrá respirar los aromas de la atmósfera invisible
que rodea un periodo de la vida de Zaragoza
y de España, en esa segunda mitad del S. XIX, que
resultó ser una suma de experimentos sociales y políticos
fallidos que explican en buena parte el retraso
con que España se incorpora a la modernidad.
La mirada, entre divertida y nostálgica, que nos ofrece
el magnífico trabajo de selección de José Antonio
Hernández Latas, nos enseña una ciudad que, no lo
olvidemos, todavía seguía lamiéndose las cicatrices
de Los Sitios de Zaragoza, como nos muestra la
inédita imagen de la fachada de Santa Engracia que
recuerda a un remedo de decorado cinematográfico
pero que era, todavía en esas fechas (1864), un testigo
de aquellos hechos trágicos y heroicos.
Una ciudad que, sólo veinte años antes de la fotografía
más antigua que mostramos en el catálogo,
había visto pasar a los carlistas de Cabañero y que
en los años posteriores se debatiría, como el resto
de España, entre liberales y progresistas, demócratas
y moderados… la “Gloriosa”, el derrocamiento de
Isabel II, o el advenimiento de Amadeo.
Unos hechos que se encuentran como telón de fondo
de esta maravillosa colección de fotografías que
ahora mostramos al público y que nos hablan de una
burguesía emprendedora -más entonces que ahora,
para lamento nuestro- y atenta a las modas y novedades
cultas que venían de Europa, en una Zaragoza
cuna en estas técnicas y que encuentra en José
Ramos Zapetti (1837) a uno de los pioneros de la
fotografía española, de forma coetánea a los trabajos
de Daguerre en Francia.
Cajalón quiere aportar con esta exposición, su contribución
al estudio de esas raíces culturales de Zaragoza
y de Aragón que explican lo que fuimos y
nos permiten entender lo que somos. Una labor en
la que estamos empeñados y que nos permite ahora
disfrutar de estas pequeñas y delicadas joyas en forma
de fotografías de una Zaragoza que estaba entonces
dibujando su futuro.