Primeros-tiempos-de-la-fotografía-en-Zaragoza

13 Apéndice documental
entonces, la torre de La Seo permaneció sin chapitel,
hasta enero de 1861, en que fue andamiada
para la colocación del nuevo chapitel fundido en
los talleres zaragozanos de Julio Goybet y Cía 14 . El
límite cronológico inferior para esta serie de siete
albúminas, por el contrario, lo establece la vista
del Monumento a Pignatelli (catálogo, nº 108), que
como sabemos fue inaugurado el 24 de junio de
1859. Así pues, la datación de este primitivo conjunto
de albúminas queda establecida entre junio
de 1859 y diciembre de 1860. Por lo que podemos
afirmar, que este primitivo grupo de albúminas es
coetáneo o incluso anterior cronológicamente a la
serie de fotografías realizadas por Clifford.
El caso de las fotografías en formato “carte de visite”
resulta también de especial relevancia puesto
que el elevado número de imágenes conservados,
hasta veintisiete, no tienen parangón en el ámbito
de la fotografía española de la década de 1860. Por
decirlo de otro modo, ninguna ciudad de España
dispone de tan amplio número de vistas urbanas en
formato “carte de visite”. Todas fueron realizadas
por el gabinete zaragozano de Mariano Júdez y Ortiz,
y algunas de ellas, además, fueron comercializadas
por el gabinete de Santos Álvarez y Serra, con
el distintivo “Sociedad fotográfica de Zaragoza”.
Si la Torre Nueva y el Ebro a su paso bajo el puente
del Ebro y el Pilar, seguían siendo los referentes
iconográficos más reconocibles de aquella Zaragoza
de mediados del siglo XIX, la inquieta mirada
de Júdez también prestó atención a la renovación
de la fisonomía urbana que estaba teniendo lugar a
comienzos de la década de 1860, fundamentalmente
en torno al Paseo de la Independencia. Desde su
estudio abierto en el ático del Coso, nº 35, pudo
contemplar, como un espectador de privilegio, las
sucesivas inauguraciones de la nueva fachada del
Palacio de la Diputación Provincial (1858) y del
Monumento a Pignatelli (1859), que culminaba la
expansión de la ciudad hacia el sur, en el espacio
que pasó a conocerse como Glorieta de Pignatelli.
Y también se hizo eco de la construcción de
nuevos monumentos conmemorativos como las
desaparecidas Puerta del Ángel (1860), erigida con
motivo de la visita de Isabel II y la nueva Puerta del
Duque de la Victoria (1861), en hierro fundido.
Pero, hay algo que resulta especialmente interesante
cuando se analiza en conjunto esta serie de fotografías,
me refiero al protagonismo que Júdez concede
a los paseos pintorescos del río Huerva y del
Canal Imperial, como zonas de ocio y disfrute ciudadanos.
Aunque hoy cueste creerlo, el río Huerva
y su ribera arbolada, así como el paso del Canal
Imperial por la ciudad, formaban parte indisoluble
de la iconografía urbana y natural de aquella Zaragoza
de la década de 1860. En las fotografías de Júdez
podemos reconocer los nuevos puentes sobre
el Huerva, construidos en piedra sillar en torno a
1855, denominados de San José (junto a la iglesia
de San Miguel de los Navarros) y de Santa Engracia
(en las cercanías de la glorieta homónima), o el
antiguo Puente de América sobre el Canal Imperial.
Es precisamente en esta última imagen fotográfica
del Puente de América o en otras como la
Almenara de Nuestra Señora del Pilar, e incluso en
la vista de la iglesia de San Fernando en Torrero, en
las que hemos encontrado grandes similitudes con
la serie de litografías realizadas por Blanchard para
su obra Paseo pintoresco por el Canal Imperial de Aragón
(Madrid, 1833) 15 , que casi con toda seguridad debieron
servir como referente iconográfico al joven
14 CANELLAS LÓPEZ, Ángel: La torre campanil de San Salvador de Zaragoza, Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, Zaragoza, 1975.
15 Publicado también bajo el título: Memoria histórica del Canal Imperial de Aragón: Noticia sobre las utilidades que produce y explicación de lo que contienen las
láminas que se publican, Madrid, 1833.