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aymoray cuando se llevaba el maíz a los trojes, los cantos de los pastores o<br />
llamamiches y los cantos regionales de los collasuyos, los contisuyos y andesuyos".<br />
Conforme apunta Porras, la segunda parte de la obra de Huamán Poma es la que se<br />
titula Buen Gobierno y "está destinada a analizar y censurar la realidad social y política<br />
de la época en que le tocó vivir al cronista", o sea que trata de las primeras décadas del<br />
gobierno colonial. Sobre el particular, dice Porras que más que una crónica son "una<br />
serie de memoriales y proyectos dirigidos al Rey y a las autoridades coloniales, en los<br />
que se mezclan quejas y protestas justísimas por los abusos de algunos funcionarios<br />
provinciales". Las principales diatribas, añade, "están dirigidas contra la tríade provincial<br />
que representan el corregidor, el cura doctrinero y el cacique indio, con su cortejo de<br />
‘mandones’ y de ‘mandoncillos’". El cuadro del sistema opresivo que pinta Huamán<br />
Poma es, precisamente, el que determina la "disminución de la raza indígena y de la<br />
población de las ciudades y villorrios andinos. Los indios huyen a las punas y las<br />
soledades agrestes para librarse de las extorsiones y abusos de los funcionarios de la<br />
ciudad". "Es el lamento más constante en la pluma de Huamán Poma", escribe Porras.<br />
Las quejas de Huamán Poma en esta parte están enderezadas principalmente contra el<br />
virrey Francisco de Toledo y las ordenanzas dictadas por éste, entre ellas las que<br />
dispone el nombramiento de corregidores para las provincias, de los que dice que son<br />
los causantes de "gran daño y pleytos y perdiciones de los yndios y como se perderá la<br />
tierra y quedara solitario y despoblado todo el rreyno y quedara muy pobre el rrey por<br />
causa de dicho corregidor, padre encomendero y demás españoles que roban a los<br />
yndios sus haziendas y tierra y casas y sementeras y pastos y sus mugeres y hijas..."<br />
Porras, agrega a lo dicho por el cronista, que "es la opinión de los virreyes<br />
contemporáneos don Garcia Hurtado de Mendoza y don Luis de Velasco que coinciden<br />
casi literalmente en sus expresiones con Huamán Poma".<br />
Muchos otros asuntos tocados por Huamán Poma en la parte del Buen Gobierno son<br />
mencionados y comentados por Porras, con amplio conocimiento de la realidad existente<br />
y del accionar de los funcionarios reales y de la aplicación de las leyes respectivas. Una<br />
breve enumeración de los mismos puede dar idea de la amplitud que significaría<br />
consignarlos en esta introducción. El cronista se refiere a los maltratos del indio por el<br />
cobro de los tributos; al corregidor y sus excesos como funcionario real que se colude<br />
con el encomendero, el fraile, el cacique y el escribano; a los españoles que medran a la<br />
sombra del corregidor; a los curas doctrineros, aunque reconoce que algunos de ellos<br />
dan buen ejemplo y defienden al indio; a los criollos, mestizos y castas intermedias y a<br />
los propios indios, cuyos defectos y virtudes menciona. Todo lo cual constituye un<br />
verdadero arsenal de informaciones de las que se pueden extraer conclusiones<br />
importantes acerca de la Nueva Coronica y Buen Gobierno. Porras lo reconoce así, al<br />
expresar que "Con los apuntes dispersos e insistentes hasta la saciedad de Huamán<br />
Poma, se puede rehacer el cuadro de la administración provincial española en la época<br />
colonial y el de las diversas escalas sociales que lo integraban. Una rápida comparación<br />
entre los datos del cronista y los contenidos en otros documentos oficiales de la época<br />
basta para acreditar la veracidad y realismo de sus acusaciones".<br />
Porras toca después algunas facetas de la personalidad de Huamán Poma y se refiere<br />
también a sus proyectos reformistas del mundo colonial. Sigue con una apreciación<br />
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