06.01.2015 Views

PE-LA-0001

PE-LA-0001

PE-LA-0001

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Cuzco, frailes y canónigos como el Arcediano Hernando Alvarez, el presbítero Alonso<br />

Martínez, los canónigos de Lima, Pedro Mexía y Juan de Balboa, el agustino Martínez, el<br />

mercedario Melchor Fernández, autor de unas Anotaciones y de interpretaciones de<br />

oraciones antiguas, derribador de huacas y catequizador del Inca Sayri Túpac; y en el<br />

Cuzco, sede de la pureza lingüística, vivían Cristóbal de Molina, Francisco Carrasco,<br />

Blas Valera, Juan de Vega, Diego de Alcobaza, entre clérigos y frailes, y, entre los<br />

cultivadores laicos, Juan de Betanzos, Francisco de Villacastín y Diego Arias<br />

Maldonado. Los jesuitas toman a su cargo el menester filológico y en el Colegio de San<br />

Martín en Lima y en el de la Compañía del Cuzco propagan el conocimiento de la<br />

lengua. El Virrey Velasco dispuso en 1599 que los jesuitas fuesen los examinadores de<br />

quechua y aymara en el Cuzco y que predicasen el sermón dominical en la lengua del<br />

Inca. En el Norte del Perú, en los curatos y conventos de la costa floreció otra corriente<br />

interesante de captación de los dialectos yungas: Fray Pedro de Aparicio compuso un<br />

Arte y Vocabulario en lengua chimú, Fray Benito de la Jarandilla aprendió la lengua de<br />

los indios pescadores de Chicama, el presbítero Roque de Cejuela, cura de<br />

Lambayeque, preparó un catecismo en lengua yunga y castellana, el franciscano Fray<br />

Luis de Bolaños, el cura de Jayanca Alonso Núñez de San Pedro, y Fray Juan de<br />

Caxica, argentino, traspusieron al yunga catecismos y pláticas, himnos, oraciones y<br />

salmos.<br />

Lima es, entonces, la sede tradicional de la cultura antártica, y, como tal, recibe con<br />

sentido de capitalidad cultural, todas las experiencias lingüísticas del continente sur y en<br />

ella se preparan vocabularios y artes no sólo de la lengua quechua y aymara, sino de la<br />

araucana, de la puquina y la guaraní. En ella se imprimirán, a poco, el vocabulario<br />

aymara de Bertonio, el araucano de Luis de Valdivia y, más tarde, el guaraní del limeño<br />

Ruiz Montoya. La Universidad de San Marcos es entonces como una Alcalá de Henares<br />

indiana.<br />

La contribución del siglo XVI al conocimiento de las lenguas indígenas y, a través de él,<br />

al de la historia prehispánica, es fundamental. El quechua y las lenguas subordinadas al<br />

romance imperial son descritos e inventariados prolijamente, descubriéndose su<br />

estructura y un primer caudal de palabras, un «vocabulario básico», como se diría ahora,<br />

suficiente para un entendimiento preliminar. Merced a él se verifica la primera simbiosis<br />

cultural indo-hispánica. El Lexicón de Fray Domingo de Santo Tomás desemboca en la<br />

Crónica del Perú, de Cieza. La historia, los mitos y la organización del pueblo incaico se<br />

transparentan a través de los vocablos simbólicos. El hallazgo de la fonética y el traslado<br />

de los fonemas quechuas a la escritura occidental permite la fijación y la perpetuación de<br />

los cantares históricos de los Incas, de sus hayllis o himnos guerreros y de sus leyes, de<br />

sus haravis amorosos o bucólicos y de sus fábulas y consejas populares. Las crónicas<br />

castellanas recogen ávidamente el latido de la vieja civilización indígena y lo sincronizan<br />

con la cultura universal. Al mismo tiempo, se traspasan al alma y a la fonética indias los<br />

remotos salmos bíblicos de los profetas hebreos, los cánticos y las letanías cristianas del<br />

Medioevo europeo y la piedad inextinguible del Padre Nuestro y el Ave María. El<br />

quechua ensaya tímidamente el repiqueteo del octosílabo castellano y de los metros<br />

petrarquistas. Y en las parroquias cristianas, al borde del lago mítico donde asoma la<br />

peña sagrada de la que surgieron el Sol y los fundadores del Imperio gentil, o, en la<br />

145

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!