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emitido a España para ser conservado en las cámaras imperiales, como una expresión<br />
curiosa de las civilizaciones primitivas de América. Me parece hallar la huella del camino<br />
seguido por la Nueva crónica, en una noticia que trae Gregorio Marañón en su elegante<br />
biografía del Conde Duque de Olivares. Este dice que la biblioteca del Conde Duque –en<br />
la que había numerosos manuscritos de América– fue comprada, en parte, por Cornelius<br />
Pederson Lerche, quien fue embajador danés en Madrid en 1650-53 y quien residió en<br />
dicha ciudad hasta 1662. Este los llevó a Dinamarca. ¿Estaría entre ellos el de Huamán<br />
Poma o pudo ser comprado, en otra forma, por el mismo biliófilo danés<br />
Los estudios de Pietschmann publicados en Nachrichten de la Real Sociedad de<br />
Goettingen, en 1908 y en las Actas del Congreso de Americanistas de Londres de 1912,<br />
revelaron la importancia del cronista autóctono y hasta entonces totalmente ignorado.<br />
Este no pudo ser cabalmente conocido e interpretado en el Perú, sino a partir de 1936,<br />
en que el manuscrito de Huamán Poma fue publicado en edición facsímil por el Instituto<br />
de Etnología de París. La historiografía peruana se empeña, desde entonces, por<br />
desentrañar y comprobar el enorme y confuso material aglomerado en las páginas<br />
apretadas y bilingües del grueso códice. Los profesores Tello, Varallanos y Lastres han<br />
estudiado particularmente el aspecto arqueológico, folklórico, jurídico y científico de la<br />
obra de Huamán Poma, abriendo el camino, aún difícil, de una estimativa total. La<br />
reciente edición boliviana, hecha por Posnansky, en que se traduce por primera vez<br />
íntegramente, a la letra impresa, el manuscrito únicamente reproducido en la edición<br />
facsimilar de París, puede contribuir eficazmente a ese esclarecimiento, necesario para<br />
nuestros estudios históricos.<br />
La época en que esta crónica fue escrita puede situarse, a primera vista, entre los años<br />
1567 y 1615. En el pórtico de la obra hay una carta del padre del autor Martín de Ayala<br />
al Rey de España, Felipe II, fechada en Concepción de Huayllapampa, a 15 de mayo de<br />
1587 (págs. 5 a 7). En ella dice al Rey que su hijo, Teniente de Corregidor de la<br />
Provincia de Lucanas, ha escrito su historia empleando en su trabajo veinte años.<br />
Debería haberla comenzado, pues, en 1567. Pero hay indicios de que la obra se escribió<br />
más tarde.<br />
Desde las primeras páginas de la crónica se comprueba que ésta fue escrita, en su<br />
forma presente, no sólo después de 1587 sino después de 1600 y quizás entre 1613 y<br />
1615. Así en la página 9 se alude a los virreyes que gobernaron el Perú después de<br />
1600. Se nombra primeramente a los virreyes del siglo XVI, Cañete (1556-1561), Toledo<br />
(1569-1581), Enríquez (1581-1583), Conde del Villar (1585-1589), García Hurtado de<br />
Mendoza (1590-1595), y luego a los virreyes Luis de Velasco (1596-1604), el Conde de<br />
Monterrey (1604-1606) y el Marqués de Montesclaros que gobernó de 1607 a 1615. Esta<br />
página pudo, sin embargo, haber sido corregida y cambiada, pero hay otras referencias<br />
más claras. En la página 20 hay una alusión al Obispo del Cuzco fray Gregorio de<br />
Montalvo que gobernó esa diócesis de 1590 a 1592. En la página 435 se menciona el<br />
año 1613, en la 470, el año 1615, en la página 473 se habla de los legados del Obispo<br />
del Cuzco fray Antonio de la Raya, fallecido en 1606; en la 498 se cita el año de 1612,<br />
en la 515 el 1612, en la 518 el año 1608, en la 581 el 1610, en la 624 el 1608, en la 673<br />
el 1613, en la 679 el 1611 y la visita del Obispo del Cuzco, en la 690 el año 1611, en la<br />
696 al Obispo del Cuzco Lartaún (1573-83), en la 698 nuevamente al Obispo Antonio de<br />
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