Memoria de actividades 2005-2006 - Real Academia de la Historia

MEMORIA DE ACTIVIDADES 2005-2006
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incorporación de España al mapa político europeo y
su papel central en la conformación de los imperios
alemán y austríaco». En este sentido, los académicos
asistentes al ciclo recordaron que la reina Juana fue
madre de dos emperadores, Carlos y Fernando, y de
otras cuatro reinas: Leonor, en Portugal y Francia;
Isabel, en Dinamarca; María, en Hungría; y Catalina,
en Portugal. También se trató en el curso de las
conferencias sobre el estado mental de la Reina Juana,
tema del que existe numerosa documentación.
Ciertamente doña Juana quedó muy pronto alejada
del trono, aunque siempre conservó su calidad de
Reina. Su firma, por ejemplo, fue solicitada infructuosamente
por los Comuneros, con el fin de actuar
legalmente contra el rey Carlos I, su hijo.
El ciclo constó de seis conferencias; Doña Juana,
Infanta y Princesa impartida por Miguel Ángel Ladero
Quesada, La cautiva de Tordesillas por Manuel
Fernández Álvarez, doña Juana y los Comuneros por
Joseph Pérez; La Casa de doña Juana por Bethany
Aram, La Reina y sus planteamientos políticos por
Julio Valdeón Baruque y La coyuntura europea al
comienzo del reinado por Luis Suárez Fernández.
2006
20 - 24 de febrero
CICLO DE CONFERENCIAS LA REAL EXPEDICIÓN
FILANTRÓPICA DE LA VACUNA
Con el ciclo de conferencias sobre La Real expedición
filantrópica de la vacuna, coordinado por don
El académico don Guillermo Céspedes del Castillo.
Gonzalo Anes la Real Academia de la Historia quiso
tributar recuerdo a la «cosmopolita y filantrópica»
expedición para difundir en el mundo la vacuna
contra la viruela bajo el reinado de Carlos IV. El
ciclo fue presentado por el director de la Academia,
don Gonzalo Anes, en un acto en el que se contaron
algunos detalles de esa expedición que dio la
vuelta al mundo y que, al difundir la vacuna, salvó
millares de vida.
Como recordó don Gonzalo Anes, La real expedición
filantrópica de la vacuna es un buen
ejemplo de que, en contra de lo que algunos historiadores
han sostenido, el reinado de Carlos IV
no supuso un retroceso en todo con respecto al de
su padre, Carlos III: continuaron las acciones ilustradas
en diferentes ámbitos y se organizaron expediciones
científicas tan importantes como la que
ahora se recuerda y que fue «la primera de ese tipo
que se hizo en el mundo».
La expedición que dio la vuelta al mundo fue
en palabras de don Guillermo Céspedes del Castillo
«una aventura tremenda» y en algunas partes del
recorrido constituyó «un viaje pavoroso».
Tres siglos después de la llegada de los primeros
descubridores españoles a América, las epidemias
de viruela que habían comenzado en 1518 seguían
causando verdaderos estragos entre la población
indígena. No sucedía así entre los españoles que
estaban inmunizados y apenas sufrían las consecuencias
de la enfermedad.
En 1803, Carlos IV, uno de cuyos hijos había
muerto de viruela, puso en marcha una expedición
filantrópica que salió del puerto de La Coruña el
mes de noviembre de ese año a bordo de la corbeta
María Pita.
La expedición fue dirigida por Javier de Balmis
y con él viajaron cuatro facultativos, seis enfermeros
y 22 niños de la casa de expósitos de la ciudad
gallega, acompañados de sus madres o nodrizas.
Estos niños fueron los verdaderos protagonistas
de aquella aventura filantrópica porque, como recordó
en su intervención don Guillermo Céspedes, iban
convenientemente inoculados en sus brazos para