Portada Simposios - Supplements - Haematologica

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XLII Reunión Nacional de la AEHH y XVI Congreso de la SETH. Programa educacional 31 37. Ferreira C, Bucchini D, Martin ME, Levi S, Arosio P, Grandchamp B, Beaumont C. Early embryonic lethality of H Ferritin gene deletion in mice. J Biol Chem 2000; 275: 3021-3024. 38. Levy JE, Montross LK, Andrews NC. Genes that modify the hemochromatosis phenotype in mice. J Clin Invest 2000; 105: 1209-1216. 39. Camaschella C, Roetto A, Cali A, De Gobbi M, Garozzo G, Carella M, Majorano N, Totaro A, Gasparini P. The gene TFR2 is mutated in a new type of haemochromatosis mapping to 7q22. Nat Genetics 2000; 25: 14-15. 40. Brown MD, Chitayat D, Allen J, Hosseini S, Litten J, Babul-Hirji R et al. Mitocondrial DNA mutations associated with neonatal hemochromatosis. Am J Hum Genet 1999; 65 (Supl): A45. 41. Roetto A, Totaro A, Cazzola M, Cicilano M, Bosio S, D’Ascola G et al. Juvenile hemochromatosis locus maps to chromosome 1q. Am J Hum Genet 1999; 64: 1388-1393. 42. Hayashi A, Wada Y, Suzuki T, Shimizu A. Studies in familial hypotransferrinemia: unique clinical course and molecular pathology. Am J Hum Genet 1993; 53: 201-213. 43. Fellman V, Rapola J, Pihko H, Variolo T, Raivio KO. Iron-overload disease in infants involving fetal growth retardation, lactic acidosis, liver haemosiderosis, and aminoaciduria. Lancet 1998; 351: 490-493. 44. Hartman KR, Barker JA. Microcytic anemia with iron malabsorption: an inherited disorder of iron metabolism. Am J Hematol 1996; 51: 269-275. 45. Larrick JW, Hyman ES. Acquired iron-deficiency anemia caused.by an antibody against the transferrin receptor. N Engl J Med 1984; 311: 214-218. 46. Girelli D, Corrocher R, Bisceglia L et al. Hereditary hyperferritinemia-cataract syndrome caused by a 29-base pair deletion in the iron responsive element of ferritin L-subunit gene. Blood 1997; 90: 2084-2088.

CONTROVERSIAS EN EL PRONÓSTICO Y EL TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE HODGKIN DR. ARMANDO LÓPEZ-GUILLERMO Servicio de Hematología. Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer. Hospital Clínic. Barcelona. La enfermedad de Hodgkin (EH) es un síndrome linfoproliferativo de origen B que comprende una categoría específica en la clasificación actual de las neoplasias hematológicas (clasificación REAL/OMS) 1,2 . La EH constituye uno de los síndromes linfoproliferativos más frecuentes en el mundo occidental, con una incidencia que se mantiene estable entre 1 y 3 nuevos casos por cien mil habitantes y año 3 . Por otro lado, la EH fue la primera enfermedad linfoproliferativa que se demostró potencialmente curable con los tratamientos de quimio y radioterapia. Hoy en día los pacientes con EH tienen un pronóstico globalmente favorable y, de hecho, la enfermedad puede erradicarse en una elevada proporción de ellos 4-6 . En los últimos años, gracias a las modernas metodologías de estudio, ha aumentado enormemente el conocimiento sobre la etiopatogenia y los mecanismos fisiopatológicos de la EH. El estudio inmunofenotípico y sobre todo las técnicas de biología molecular han jugado un importante papel en Tabla 1. Estudio de extensión en pacientes con enfermedad de Hodgkin Anamnesis y exploración física detalladas Estudios analíticos: Hemograma completo (Hb, leucocitos con recuento diferencial y plaquetas) Velocidad de sedimentación globular Estudio bioquímico de función renal, hepática y ósea (transaminasas, fosfatasa alcalina, gammaglutamidiltranspeptidasa, albúmina, calcio, lactato-deshidrogenasa, 2-microglobulina) Pruebas de imagen: Radiografía simple de tórax TC de tórax, abdomen y pelvis Linfografía* Biopsia de médula ósea Otros procedimientos diagnósticos necesarios selectivamente: Pruebas de imagen: gammagrafías (Ga, Tc), ecografía, resonancia magnética Biopsias en lugares específicos: hígado, pulmón u otras zonas afectas Laparotomía (con biopsias ganglionar, hepática, medular y esplenectomía) *Si las adenopatías observadas por TC tienen un tamaño 1,5 cm la linfografía no es esencial. este sentido. De este modo, se ha establecido el origen linfoide B de la enfermedad, así como su relación, en buena parte de los casos, con la infección por el virus de Epstein-Barr. Por lo que hace a la histología, los subtipos histológicos clásicos no han variado sustancialmente en la última década, aunque parte de los pacientes se han reclasificado como afectos de otros linfomas, como linfomas foliculares o linfomas T. En la clasificación REAL / OMS se distingue la EH-predominio linfocítico nodular y la EH clásica. Dentro de esta última se incluyen la EH de tipo esclerosis nodular, la EH clásica rica en linfocitos, la EH de tipo celularidad mixta y la EH de tipo depleción linfocitaria 1,2 . El objeto del presente resumen es comentar, en el breve espacio disponible, aspectos actuales sobre el estudio de extensión, el pronóstico y las diferentes modalidades terapéuticas en los pacientes con EH, haciendo un especial hincapié en aquellos temas que puedan resultar polémicos. Estudio de extensión en la EH Las pruebas clásicas en el estudio de extensión de un paciente con EH se detallan en la tabla 1 7 . La linfografía, aunque más sensible que el TC para la detección de adenopatías paraórticas, se ha abandonado prácticamente en la mayoría de instituciones y es sustituida por aquel. Un aspecto objeto de polémica desde hace años es la laparotomía exploradora, con biopsias múltiples y esplenectomía, como exploración imprescindible para el “estadiaje patológico” de la EH. Aunque todavía se realiza en algunos centros, la opinión general es que con los modernos tratamientos esta intervención no es necesaria y que, de hecho, representa un riesgo adicional para el paciente 6 . Junto a las pruebas descritas hay que mencionar otras de introducción más reciente y cuyo papel puede ser importante en el futuro. Así, la determinación del nivel sérico de 2-microglobulina o de ciertas citocinas, como la IL-10, tiene indudable interés pronóstico. Por otro lado, el papel de pruebas de imagen como la resonancia magnética o la gammagrafía con Ga no está bien establecido. La primera permite detectar infiltración medular de manera muy fiable. La segunda tiene un papel esencial en el

CONTROVERSIAS EN EL PRONÓSTICO Y EL TRATAMIENTO<br />

DE LA ENFERMEDAD DE HODGKIN<br />

DR. ARMANDO LÓPEZ-GUILLERMO<br />

Servicio de Hematología. Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer. Hospital Clínic. Barcelona.<br />

La enfermedad de Hodgkin (EH) es un síndrome<br />

linfoproliferativo de origen B que comprende una categoría<br />

específica en la clasificación actual de las neoplasias<br />

hematológicas (clasificación REAL/OMS) 1,2 .<br />

La EH constituye uno de los síndromes linfoproliferativos<br />

más frecuentes en el mundo occidental, con<br />

una incidencia que se mantiene estable entre 1 y<br />

3 nuevos casos por cien mil habitantes y año 3 . Por<br />

otro lado, la EH fue la primera enfermedad linfoproliferativa<br />

que se demostró potencialmente curable<br />

con los tratamientos de quimio y radioterapia. Hoy<br />

en día los pacientes con EH tienen un pronóstico<br />

globalmente favorable y, de hecho, la enfermedad<br />

puede erradicarse en una elevada proporción de<br />

ellos 4-6 . En los últimos años, gracias a las modernas<br />

metodologías de estudio, ha aumentado enormemente<br />

el conocimiento sobre la etiopatogenia y los<br />

mecanismos fisiopatológicos de la EH. El estudio inmunofenotípico<br />

y sobre todo las técnicas de biología<br />

molecular han jugado un importante papel en<br />

Tabla 1. Estudio de extensión en pacientes<br />

con enfermedad de Hodgkin<br />

Anamnesis y exploración física detalladas<br />

Estudios analíticos:<br />

Hemograma completo (Hb, leucocitos con recuento<br />

diferencial y plaquetas)<br />

Velocidad de sedimentación globular<br />

Estudio bioquímico de función renal, hepática y ósea<br />

(transaminasas, fosfatasa alcalina,<br />

gammaglutamidiltranspeptidasa, albúmina, calcio,<br />

lactato-deshidrogenasa, 2-microglobulina)<br />

Pruebas de imagen:<br />

Radiografía simple de tórax<br />

TC de tórax, abdomen y pelvis<br />

Linfografía*<br />

Biopsia de médula ósea<br />

Otros procedimientos diagnósticos necesarios<br />

selectivamente:<br />

Pruebas de imagen: gammagrafías (Ga, Tc), ecografía,<br />

resonancia magnética<br />

Biopsias en lugares específicos: hígado, pulmón u<br />

otras zonas afectas<br />

Laparotomía (con biopsias ganglionar, hepática,<br />

medular y esplenectomía)<br />

*Si las adenopatías observadas por TC tienen un tamaño 1,5 cm<br />

la linfografía no es esencial.<br />

este sentido. De este modo, se ha establecido el origen<br />

linfoide B de la enfermedad, así como su relación,<br />

en buena parte de los casos, con la infección<br />

por el virus de Epstein-Barr. Por lo que hace a la histología,<br />

los subtipos histológicos clásicos no han variado<br />

sustancialmente en la última década, aunque<br />

parte de los pacientes se han reclasificado como<br />

afectos de otros linfomas, como linfomas foliculares<br />

o linfomas T. En la clasificación REAL / OMS se distingue<br />

la EH-predominio linfocítico nodular y la EH<br />

clásica. Dentro de esta última se incluyen la EH de<br />

tipo esclerosis nodular, la EH clásica rica en linfocitos,<br />

la EH de tipo celularidad mixta y la EH de tipo<br />

depleción linfocitaria 1,2 .<br />

El objeto del presente resumen es comentar, en el<br />

breve espacio disponible, aspectos actuales sobre el<br />

estudio de extensión, el pronóstico y las diferentes<br />

modalidades terapéuticas en los pacientes con EH,<br />

haciendo un especial hincapié en aquellos temas<br />

que puedan resultar polémicos.<br />

Estudio de extensión en la EH<br />

Las pruebas clásicas en el estudio de extensión de<br />

un paciente con EH se detallan en la tabla 1 7 . La linfografía,<br />

aunque más sensible que el TC para la detección<br />

de adenopatías paraórticas, se ha abandonado<br />

prácticamente en la mayoría de instituciones y<br />

es sustituida por aquel. Un aspecto objeto de polémica<br />

desde hace años es la laparotomía exploradora,<br />

con biopsias múltiples y esplenectomía, como exploración<br />

imprescindible para el “estadiaje patológico”<br />

de la EH. Aunque todavía se realiza en algunos<br />

centros, la opinión general es que con los modernos<br />

tratamientos esta intervención no es necesaria y que,<br />

de hecho, representa un riesgo adicional para el paciente<br />

6 .<br />

Junto a las pruebas descritas hay que mencionar<br />

otras de introducción más reciente y cuyo papel puede<br />

ser importante en el futuro. Así, la determinación<br />

del nivel sérico de 2-microglobulina o de ciertas<br />

citocinas, como la IL-10, tiene indudable interés<br />

pronóstico. Por otro lado, el papel de pruebas de<br />

imagen como la resonancia magnética o la gammagrafía<br />

con Ga no está bien establecido. La primera<br />

permite detectar infiltración medular de manera<br />

muy fiable. La segunda tiene un papel esencial en el

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