Portada Simposios - Supplements - Haematologica
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310 <strong>Haematologica</strong> (ed. esp.), volumen 85, supl. 2, octubre 2000<br />
cionalmente del Servicio de Hematología y Hemoterapia,<br />
o a aquel que tiene rango propio de servicio<br />
o unidad, o como se denomine en el centro sanitario<br />
donde esté ubicado, y su dependencia es directa de<br />
la Dirección del hospital.<br />
Puede ser muy complicado entrar en detalles sobre<br />
estos dos modelos o alternativas de funcionamiento<br />
del laboratorio de hematología, porque hay<br />
gran diversidad de métodos organizativos en los diferentes<br />
hospitales, pero para intentar simplificar la<br />
cuestión y clarificar los argumentos a favor o en contra<br />
de una u otra, consideraremos como unidad estructural<br />
el “clásico” servicio que suele corresponderse<br />
con una especialidad médica (ejemplos: Servicio<br />
de Cirugía General, Servicio de Pediatría, Servicio<br />
de Anestesia y Reanimación), en cuyo caso, el laboratorio<br />
de hematología integrado sería el que forma<br />
parte de un servicio que integra varias especialidades<br />
(es una parte de la unidad estructural), y el laboratorio<br />
de hematología especializado, el que tiene rango<br />
de servicio por sí mismo (en algunos grandes hospitales)<br />
o el que depende de un Servicio de Hematología<br />
y Hemoterapia, equivalentes, en ambos<br />
casos, jerárquicamente, a cualquier otro servicio del<br />
hospital (es una unidad estructural).<br />
Probablemente haya razones para defender o criticar<br />
estas dos maneras de concebir la organización y<br />
funcionamiento del mencionado laboratorio, pero<br />
entre ellas deberíamos elegir la mejor y que fuera el<br />
modelo, la referencia, para todos los hospitales,<br />
puesto que el objetivo del laboratorio de Hematología,<br />
sea cual sea el modelo organizativo, siempre<br />
es el mismo: utilizar metodología físico-química<br />
para analizar fluidos o tejidos del ser humano y servir<br />
de apoyo a la clínica para la prevención y el diagnóstico<br />
de las enfermedades, el control de su evolución<br />
y la respuesta al tratamiento.<br />
Sea cual sea la estructura del laboratorio, inevitablemente<br />
influenciada por el tamaño del hospital,<br />
siempre tendrá esa misión.<br />
¿Por qué surge la disyuntiva: laboratorio de hematología<br />
integrado o especializado Porque existen<br />
ambas formas de organización y planificación del laboratorio,<br />
independientemente incluso del tamaño<br />
del hospital; hay laboratorios integrados en grandes<br />
hospitales y en pequeños, y también hay laboratorios<br />
de Hematología especializados en grandes y<br />
pequeños hospitales. Si esto es así, será porque ambas<br />
formas pueden ser válidas, eficaces y eficientes,<br />
pero probablemente el quid de la cuestión esté en<br />
que el laboratorio de hematología, dentro de un laboratorio<br />
integrado, funciona necesariamente con<br />
autonomía; tanta que cuando el jefe del laboratorio<br />
ha de tomar una decisión que afecta a Hematología<br />
no le queda más remedio que consultar al médico<br />
hematólogo responsable o correrá el riesgo de<br />
equivocarse. No mejora la eficacia, ni la eficiencia, ni<br />
la calidad, ni el control de costes, ni la gestión, ni<br />
nada, por el hecho de estar integrado y que haya un<br />
jefe en otro nivel jerárquico superior al del hematólogo;<br />
solamente ocurrirá esto si el jefe tiene mejor<br />
formación, actitud y aptitud que el hematólogo.<br />
Pero puede ocurrir al contrario, que el hematólogo<br />
esté mejor formado y su actitud y aptitud superen a<br />
la de su jefe; en este caso es contraproducente que el<br />
jefe tome decisiones que afecten al laboratorio de<br />
hematología; debe tomarlas el hematólogo.<br />
Entonces ¿para qué vale la integración Dejemos<br />
que cada cual ejerza la actividad para la que se ha<br />
formado y asuma la responsabilidad que le corresponde<br />
según sus decisiones.<br />
Claro que puede existir un laboratorio integrado<br />
que reúna a todas las especialidades y que cada especialista<br />
trabaje en su sección y lo haga bien y el<br />
jefe adopte una forma de dirección participativa y<br />
que todos los profesionales participen en la toma de<br />
decisiones, y que la gestión sea óptima, y que exista<br />
un buen plan de comunicación, pero todo esto no<br />
significa que el laboratorio de hematología funcione<br />
con la autonomía e independencia que es deseable.<br />
Imaginemos a este laboratorio integrado formando<br />
parte de un “Área de Servicios Centrales” (Laboratorio,<br />
Diagnóstico por la Imagen, Quirófanos) que<br />
estuviese perfectamente organizada y gestionada<br />
por un “Jefe de Área”. Sobrarían los demás jefes,<br />
entre ellos el del laboratorio, porque la integración<br />
estaría a otro nivel jerárquico donde se tomarían las<br />
decisiones y asumirían las responsabilidades.<br />
Hagamos un esfuerzo más imaginándonos algo<br />
así como una “Unidad de Áreas Integradas de Gestión”<br />
la cual aglutinaría a diferentes Áreas como la<br />
de servicios centrales (Laboratorio, Radiología, Quirófanos),<br />
Consultas Externas (hospitalarias y extrahospitalarias),<br />
pruebas especiales de diagnóstico<br />
(Ecocardiogramas, Ergometrías, Espirometrías), entre<br />
otros; en este caso, no harían falta los jefes de<br />
Área, porque sus funciones organizativas, planificadoras,<br />
y de gestión las asumiría el Jefe de la Unidad<br />
de Áreas Integradas de Gestión.<br />
Estas situaciones imaginarias nos llevarían a una<br />
organización piramidal en la que habría un jefe en la<br />
cúspide que sería el único jefe, planificador, responsable,<br />
decisor. Necesariamente este jefe tendría que<br />
delegar funciones en otros elementos de este sistema<br />
situados en niveles jerárquicos inferiores, menos<br />
complejos, hasta llegar a lo que sería la unidad estructural,<br />
el “Servicio”, el cual necesitaría un jefe conocedor<br />
con detalle de las funciones que le corresponden.<br />
Recursos compartidos<br />
Nadie pone objeción alguna a la afirmación de que<br />
existen recursos que hay que compartir entre los diferentes<br />
laboratorios, sea cual sea la organización funcional<br />
de ellos; es obvio y no necesita más demostración,<br />
además, el área de laboratorios no es la única en<br />
la que comparten recursos varias especialidades; valga<br />
como ejemplo comparativo, salvando las diferen-