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278 Haematologica (ed. esp.), volumen 85, supl. 2, octubre 2000 atenúa el estímulo procoagulante del LPS 12 . Sin embargo, aunque indirecta, sí existiría una influencia de esta citocina sobre la coagulación, por un lado mediante la inducción de IL-6, que sí posee actividad procoagulante 1 y, por otro, mermando el potencial anticoagulante, tanto sobre el sistema de la proteína C, a través de la disminución de la expresión endotelial de trombomodulina 13 y contribuyendo al incremento de los niveles de C4bBP, reactante de fase aguda que se une a la proteína S, impidiéndole ejercer su papel como cofactor de la proteína C 14 , como sobre la antitrombina III (AT III), que es degradada por la elastasa liberada por los neutrófilos que han sido activados precisamente por las citocinas proinflamatorias 5 . Tanto los niveles bajos de proteína C como los de AT III se asocian con una tasa alta de mortalidad en la CID 15,16 . En cuanto a la influencia del TNF- sobre la fibrinólisis, casi unánimemente se le otorga un papel crucial en la importante disminución del potencial fibrinolítico observado durante este cuadro. Experimentos en humanos y primates demostraron que, análogamente a lo que sucedía tras la administración de LPS, a la inyección de TNF- seguía la activación casi inmediata, pero transitoria, de la fibrinólisis, atribuible a u-PA y t-PA, seguida por una completa y muy sostenida inhibición mediada por la liberación de PAI-1 endotelial y, posiblemente, plaquetar 17,18 . En este caso, la inhibición de la actividad TNF- sí prevenía las modificaciones en el mecanismo fibrinolítico 12,19,20 . No obstante, hay que reseñar que existe un modelo experimental en el que no se ha podido demostrar la implicación de esta citocina en el notable incremento de los niveles plasmáticos de PAI-1 21 . Finalmente, para ilustrar el concepto de que la CID es una parte “necesaria, pero no suficiente”, del cuadro clínico al que da lugar la endotoxemia, cabe resaltar el hecho de que se ha logrado prevenir la mortalidad, pero sin poder evitar la activación de la coagulación, en babuinos en los que se lograba inhibir la actividad TNF- tras la infusión de una dosis letal de LPS 22 . Interleucina-1 La IL-1 es, junto con el TNF-, la citocina proinflamatoria más estudiada. Gran parte de las actividades biológicas de ambas son similares, por lo que la IL-1 participaría en gran parte de las acciones descritas en el apartado anterior 9 . Asimismo, los fagocitos son también la principal fuente de IL-1, aunque otros tipos celulares, entre ellos el endotelio, también pueden contribuir a su síntesis 23 . Tras la entrada del LPS en la circulación, la IL-1 se detecta en el plasma poco después del TNF-, y su síntesis es, al menos en parte, inducida por éste 24 . La presencia de la IL-1 parece constituir, cuando menos, un indicador de la severidad del síndrome, como lo prueba el hecho de que, en un estudio clínico, se observara que esta citocina apenas se veía aumentada en pacientes con sepsis, mientras que era muy frecuente apreciar niveles elevados cuando éstos experimentaban un shock séptico 25 . Esta hipótesis se ve reforzada por el hecho de que, en modelos animales, la IL-1 sólo se puede detectar con dosis letales de LPS 26 . Sin embargo, existe aún más controversia que en el caso del TNF- acerca del papel que juega esta citocina en la formación de depósitos de fibrina. Aunque la IL-1 es capaz de inducir la expresión de factor tisular (FT) in vitro, este hecho no ha podido demostrarse con claridad in vivo. Y a pesar de que su inhibición, tanto en pacientes como en un modelo de sepsis en babuinos, es capaz de atenuar parcialmente el incremento en la coagulación 27,28 , el hecho de que muchos de los cambios en sentido procoagulante, tras la administración de LPS, se produzcan antes de poder detectar la presencia de la IL-1, mantiene un interrogante acerca de su papel en la activación de este mecanismo 5 . Por otro lado, se ha comprobado que la administración de esta citocina a primates no humanos induce una respuesta fibrinolítica similar a la obtenida tras el tratamiento con LPS o TNF- 29 , lo cual sugiere que la IL-1 contribuiría a la hipofibrinólisis mediada por PAI-1 durante la endotoxemia, aunque, como ocurría en el caso del TNF-, en este punto también existe controversia 21 . Interleucina-6 Esta citocina, que en presencia de LPS puede ser sintetizada por varios tipos de células, entre ellas las endoteliales, también aparece en la circulación poco después del TNF-, probablemente mediada por éste y por la IL-1, según se ha visto en varios modelos animales 24,28-30 . Un estudio en un modelo de endotoxemia en chimpancés, a los que se administraba un anticuerpo monoclonal frente a la IL-6, reveló que ésta, a diferencia de las anteriores, no parece tan involucrada en la respuesta inflamatoria, ya que su inhibición no alteró la leucocitosis ni la degranulación de los neutrófilos, permaneciendo también inalterables los niveles de otras citocinas. No obstante, este mismo estudio aporta datos que apoyan con fuerza que la IL-6 juega un papel clave en la activación de la coagulación, puesto que el anticuerpo anti-IL-6 sí logró reducir muy notablemente los niveles de F1 + 2 y de complejos trombina-antitrombina III 31 . Esta hipótesis se ve reforzada por otros estudios, en los que se ha sugerido que la IL-6 regularía la coagulación a nivel del gen del FT, induciendo su transcripción, pudiendo jugar también un papel el TFPI o inhibidor de la vía extrínseca 32 . La evolución de la fibrinólisis no se alteraba en estos modelos experimentales, por lo que parece que esta citocina no es responsable de las alteraciones fibrinolíticas observadas durante la endotoxemia. Curiosamente, a pesar de los indicios de que el papel fisiopatológico de la IL-6 durante la sepsis parece estar limitado a la activación de la coagulación, se ha visto que su concentración correlaciona

XLII Reunión Nacional de la AEHH y XVI Congreso de la SETH. Simposios 279 con la severidad y con la mortalidad mejor que la de otras citocinas 33 . Cabe la posibilidad de que la IL-6 funcione en este caso como un mero marcador de la activación de la red de estas moléculas. En un terreno aún más especulativo, también podría ser posible que los elevados niveles, mediados por la IL-6, de alguna molécula de la cascada de la coagulación, intervinieran en algún otro de los mecanismos fisiopatológicos (activación leucocitaria, incremento de la permeabilidad vascular) que tienen lugar en presencia de LPS, contribuyendo al empeoramiento del cuadro. Esta hipótesis se podría sustentar en el hecho de que, mientras se ha visto que el bloqueo selectivo del factor Xa en un modelo de CID era capaz de evitar la generación de fibrina, pero no la mortalidad 34 , la inhibición de la trombina o del factor tisular sí lograba un incremento importante de la supervivencia 16,32,35,36 , probablemente porque algunas de las moléculas de la coagulación intervienen además en procesos no meramente hemostáticos. Otras citocinas Existen otras citocinas cuya participación en los procesos inflamatorios que cursan en presencia de LPS parece fuera de toda duda, como la interleucina-12 (IL-12), la interleucina-8 (IL-8), el factor activador de plaquetas (PAF), el interferón- (IFN-), etc. Sin embargo, no está tan claro que puedan jugar un papel relevante en la CID. La administración de IL-12 a chimpancés podría activar tanto la coagulación como la fibrinólisis, aunque los datos a día de hoy son aún muy preliminares 37 . Por otro lado, el bloqueo de la actividad de la IL-8 en los mismos animales no modifica ni el patrón coagulante ni el fibrinolítico 18 . Sí podríamos hablar de efectos indirectos sobre la hemostasia, mediados por citocinas que modulan a su vez los niveles de las citocinas implicadas en la regulación de la coagulación y/o de la fibrinólisis. Éste podría ser el caso del PAF y del IFN-, que parecen estimular la producción del TNF- y de la IL-6 en el primer caso 38 , y del TNF- y de la IL-1 en el segundo 39 . Citocinas antiinflamatorias La interleucina-10 (IL-10), de origen linfocitario, posee notables propiedades antiinflamatorias, ya que es capaz de inhibir, al menos in vitro, la producción de citocinas proinflamatorias como el TNF-, la IL-1, la IL-6, y la IL-8 40 . Aunque aún no se conoce su importancia real en la sepsis, parece que podría jugar un papel protector, ya que su administración reduciría la mortalidad y su neutralización la incrementaría, en un modelo de endotoxemia en ratones 41,42 . Además, podría jugar un papel directo en la modulación de la hemostasia, inhibiendo la expresión monocitaria de FT 43 . Esta hipótesis ha sido puesta a prueba in vivo obteniéndose, sin embargo, resultados contradictorios 44,45 . Finalmente, cabe reseñar que, en este apartado, deberían ser incluidas, en determinadas situaciones, muchas de las citocinas a las que hemos asignado un papel fisiopatológico en los apartados anteriores. Habitualmente, en presencia de unos niveles de LPS no muy elevados, por ejemplo al comienzo de la infección o en un cuadro de sepsis crónica, moléculas como el TNF-, el IFN-, etc., cumplen con su papel fisiológico de activar las defensas con las que cuenta el huésped para combatir al patógeno. De hecho, la pérdida de la capacidad de los macrófagos de sintetizar citocinas proinflamatorias tras una exposición prolongada al LPS podría contribuir al desarrollo de una inmunodeficiencia 46 . Por lo tanto, la cantidad de LPS en el torrente circulatorio podría determinar, en gran medida, si los sistemas de defensa van a controlar la infección o, por el contrario, van a complicar notablemente la evolución del paciente. Papel de la fibrinólisis en la CID Como ya se ha apuntado, la reducción de la capacidad fibrinolítica que se observa durante la endotoxemia disminuye la capacidad del huésped para transformar los coágulos de fibrina en PDFs, favoreciendo la aparición de los fenómenos isquémicos en la microvasculatura propios de la CID. La formación de plasmina, la enzima que degrada los polímeros de fibrina, está mediada por la acción de dos activadores, el activador tisular del plasminógeno (t-PA), que es el más relevante a nivel sistémico, y la uroquinasa (UK). Los dos principales inhibidores de la fibrinólisis son el PAI-1, inhibidor del t-PA, y la 2 -antiplasmina, capaz de neutralizar directamente la actividad de la plasmina 47 . Recientemente se ha descrito otra enzima, llamada TAFI, inmunológicamente similar a la procarboxipeptidasa B y activable por trombina, que es capaz de eliminar los residuos de lisina existentes en la superficie de la fibrina 48 , propiedad que la transforma en un potencial agente antifibrinolítico, ya que la eficacia de la activación del plasminógeno por el t-PA aumenta exponencialmente cuando ambas están unidas a la fibrina, y dicha unión tiene lugar precisamente a través de los citados residuos de lisina. Aunque hay ya estudios que sugieren que este inhibidor puede ser importante en la aparición de eventos trombóticos 49-51 , aún no se conoce si juega un papel relevante en la CID. La hipofibrinólisis que cursa con este síndrome está probablemente motivada, a falta de conocer la relevancia del TAFI, por el notable incremento en los niveles de PAI-1 circulante que se produce cuando el LPS entra en contacto con el torrente circulatorio. Dado que el estudio del papel de esta molécula en la endotoxemia ha centrado buena parte del trabajo de investigación de nuestro laboratorio en los últimos años, a continuación describiremos las principales pruebas experimentales que hemos podido aportar en apoyo de la hipótesis que acabamos de plantear. La demostración de que el LPS incrementaba los niveles plasmáticos de PAI-1 52 , y el hecho de que éstos

278 <strong>Haematologica</strong> (ed. esp.), volumen 85, supl. 2, octubre 2000<br />

atenúa el estímulo procoagulante del LPS 12 . Sin embargo,<br />

aunque indirecta, sí existiría una influencia<br />

de esta citocina sobre la coagulación, por un lado<br />

mediante la inducción de IL-6, que sí posee actividad<br />

procoagulante 1 y, por otro, mermando el potencial<br />

anticoagulante, tanto sobre el sistema de la<br />

proteína C, a través de la disminución de la expresión<br />

endotelial de trombomodulina 13 y contribuyendo<br />

al incremento de los niveles de C4bBP, reactante<br />

de fase aguda que se une a la proteína S, impidiéndole<br />

ejercer su papel como cofactor de la proteína<br />

C 14 , como sobre la antitrombina III (AT III), que<br />

es degradada por la elastasa liberada por los neutrófilos<br />

que han sido activados precisamente por las<br />

citocinas proinflamatorias 5 . Tanto los niveles bajos<br />

de proteína C como los de AT III se asocian con una<br />

tasa alta de mortalidad en la CID 15,16 . En cuanto a<br />

la influencia del TNF- sobre la fibrinólisis, casi unánimemente<br />

se le otorga un papel crucial en la importante<br />

disminución del potencial fibrinolítico observado<br />

durante este cuadro. Experimentos en humanos<br />

y primates demostraron que, análogamente<br />

a lo que sucedía tras la administración de LPS, a la<br />

inyección de TNF- seguía la activación casi inmediata,<br />

pero transitoria, de la fibrinólisis, atribuible a<br />

u-PA y t-PA, seguida por una completa y muy sostenida<br />

inhibición mediada por la liberación de PAI-1<br />

endotelial y, posiblemente, plaquetar 17,18 . En este<br />

caso, la inhibición de la actividad TNF- sí prevenía<br />

las modificaciones en el mecanismo fibrinolítico<br />

12,19,20 . No obstante, hay que reseñar que existe un<br />

modelo experimental en el que no se ha podido demostrar<br />

la implicación de esta citocina en el notable<br />

incremento de los niveles plasmáticos de PAI-1 21 . Finalmente,<br />

para ilustrar el concepto de que la CID<br />

es una parte “necesaria, pero no suficiente”, del<br />

cuadro clínico al que da lugar la endotoxemia, cabe<br />

resaltar el hecho de que se ha logrado prevenir la<br />

mortalidad, pero sin poder evitar la activación de la<br />

coagulación, en babuinos en los que se lograba inhibir<br />

la actividad TNF- tras la infusión de una dosis<br />

letal de LPS 22 .<br />

Interleucina-1 <br />

La IL-1 es, junto con el TNF-, la citocina proinflamatoria<br />

más estudiada. Gran parte de las actividades<br />

biológicas de ambas son similares, por lo que<br />

la IL-1 participaría en gran parte de las acciones<br />

descritas en el apartado anterior 9 . Asimismo, los fagocitos<br />

son también la principal fuente de IL-1,<br />

aunque otros tipos celulares, entre ellos el endotelio,<br />

también pueden contribuir a su síntesis 23 . Tras<br />

la entrada del LPS en la circulación, la IL-1 se detecta<br />

en el plasma poco después del TNF-, y su síntesis<br />

es, al menos en parte, inducida por éste 24 . La<br />

presencia de la IL-1 parece constituir, cuando menos,<br />

un indicador de la severidad del síndrome,<br />

como lo prueba el hecho de que, en un estudio clínico,<br />

se observara que esta citocina apenas se veía<br />

aumentada en pacientes con sepsis, mientras que<br />

era muy frecuente apreciar niveles elevados cuando<br />

éstos experimentaban un shock séptico 25 . Esta hipótesis<br />

se ve reforzada por el hecho de que, en modelos<br />

animales, la IL-1 sólo se puede detectar con dosis<br />

letales de LPS 26 . Sin embargo, existe aún más controversia<br />

que en el caso del TNF- acerca del papel<br />

que juega esta citocina en la formación de depósitos<br />

de fibrina. Aunque la IL-1 es capaz de inducir<br />

la expresión de factor tisular (FT) in vitro, este hecho<br />

no ha podido demostrarse con claridad in vivo. Y a<br />

pesar de que su inhibición, tanto en pacientes como<br />

en un modelo de sepsis en babuinos, es capaz de<br />

atenuar parcialmente el incremento en la coagulación<br />

27,28 , el hecho de que muchos de los cambios en<br />

sentido procoagulante, tras la administración de<br />

LPS, se produzcan antes de poder detectar la presencia<br />

de la IL-1, mantiene un interrogante acerca de<br />

su papel en la activación de este mecanismo 5 . Por<br />

otro lado, se ha comprobado que la administración<br />

de esta citocina a primates no humanos induce una<br />

respuesta fibrinolítica similar a la obtenida tras el<br />

tratamiento con LPS o TNF- 29 , lo cual sugiere que<br />

la IL-1 contribuiría a la hipofibrinólisis mediada por<br />

PAI-1 durante la endotoxemia, aunque, como ocurría<br />

en el caso del TNF-, en este punto también existe<br />

controversia 21 .<br />

Interleucina-6<br />

Esta citocina, que en presencia de LPS puede ser<br />

sintetizada por varios tipos de células, entre ellas las<br />

endoteliales, también aparece en la circulación poco<br />

después del TNF-, probablemente mediada por<br />

éste y por la IL-1, según se ha visto en varios modelos<br />

animales 24,28-30 . Un estudio en un modelo de endotoxemia<br />

en chimpancés, a los que se administraba<br />

un anticuerpo monoclonal frente a la IL-6, reveló que<br />

ésta, a diferencia de las anteriores, no parece tan involucrada<br />

en la respuesta inflamatoria, ya que su inhibición<br />

no alteró la leucocitosis ni la degranulación<br />

de los neutrófilos, permaneciendo también inalterables<br />

los niveles de otras citocinas. No obstante, este<br />

mismo estudio aporta datos que apoyan con fuerza<br />

que la IL-6 juega un papel clave en la activación de<br />

la coagulación, puesto que el anticuerpo anti-IL-6 sí<br />

logró reducir muy notablemente los niveles de F1 + 2<br />

y de complejos trombina-antitrombina III 31 . Esta hipótesis<br />

se ve reforzada por otros estudios, en los que<br />

se ha sugerido que la IL-6 regularía la coagulación a<br />

nivel del gen del FT, induciendo su transcripción, pudiendo<br />

jugar también un papel el TFPI o inhibidor de<br />

la vía extrínseca 32 . La evolución de la fibrinólisis no se<br />

alteraba en estos modelos experimentales, por lo<br />

que parece que esta citocina no es responsable de las<br />

alteraciones fibrinolíticas observadas durante la endotoxemia.<br />

Curiosamente, a pesar de los indicios de<br />

que el papel fisiopatológico de la IL-6 durante la sepsis<br />

parece estar limitado a la activación de la coagulación,<br />

se ha visto que su concentración correlaciona

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