Portada Simposios - Supplements - Haematologica

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274 Haematologica (ed. esp.), volumen 85, supl. 2, octubre 2000 la modulación de la respuesta del huésped frente a la infección. Estudios realizados en un modelo de sepsis en primates demuestran que la heparina es efectiva en la prevención de la CID pero ineficaz en la prevención del shock y en última instancia de la muerte. Se obtuvieron resultados similares con DEGR-Xa, un potente y selectivo anticoagulante, que previno la coagulopatía pero no la lesión multiorgánica, la generación de citocinas, la activación de los neutrófilos ni la muerte de los animales 20 . El fracaso de estos anticoagulantes llevó a plantearse la posibilidad de que la PCA poseyera un efecto distinto del anticoagulante que explicara su eficacia en la prevención de la mortalidad por sepsis. Existen dos posibles explicaciones a este fenómeno. La primera es que la proteína C bloquee un paso en la coagulación que contribuye al fallo multiorgánico; la segunda, es que la proteína C tenga un efecto directo antiinflamatorio independiente de la coagulación. La PCA inhibe la activación de los monocitos inducida por endotoxina disminuyendo la producción de citocinas y la expresión del receptor de la endotoxina en la superficie celular, sin alterar las funciones antibacterianas del monocito 21 . Este efecto probablemente sea mediado por un receptor todavía no identificado en la superficie del monocito 22 . En un modelo de distrés respiratorio del adulto inducido por endotoxina en ratas, la PCA previno la lesión pulmonar y la infiltración por leucocitos, independientemente de su función anticoagulante 23 . Recientemente se ha descrito este mismo efecto de la PCA en la prevención de la lesión renal por reperfusión 24 . Por lo tanto, existen muchas evidencias clínicas y experimentales del importante papel que la proteína C juega en la regulación de la inflamación aunque los mecanismos moleculares implicados en esta función no se conocen con precisión. La interacción proteína C/PCA con el EPCR modula la respuesta coagulopática e inflamatoria durante la infección La función fisiológica del EPCR parece que es facilitar la activación de la proteína C al presentarla a su complejo activador en la superficie endotelial; es posible que además altere la especificidad de la PCA por un sustrajo no conocido por el momento y que podría estar en conexión con las propiedades antiinflamatorias de la PCA, por lo que el EPCR sería un buen candidato para explicar la actividad antiinflamatoria de la PCA observada en la sepsis. Para estudiar esta hipótesis se infundió un anticuerpo monoclonal anti EPCR que previene la interacción de la proteína C/PCA con el EPCR inmediatamente antes de la infusión de una dosis subletal de E. coli. Los animales que recibieron el anticuerpo monoclonal murieron rápidamente después de la infusión de E. coli. Estos animales presentaron un aumento de la permeabilidad vascular, elevados valores de Il-6 e IL-8 y CID. La infiltración leucocitaria y la presencia de trombosis en diversos órganos de los animales tratados con el anticuerpo fue mucho mayor que en los animales que recibieron únicamente la dosis subletal de E. coli. Estas observaciones sugieren que la interacción proteína C/PCA con el EPCR podría jugar un papel crucial en la respuesta coagulopática e inflamatoria que se desarrolla en la infección por gérmenes gramnegativos 25 . Existen pocos datos de la función del EPCR en humanos, pero recientemente se ha comunicado en forma de abstract que, durante la púrpura fulminante por meningococo, la microtrombosis de los vasos de la piel se produce precisamente en los lugares donde la expresión de EPCR está reducida 26 . La proteína S es necesaria para proteger de la mortalidad en la sepsis El comportamiento de la proteína S en la sepsis es menos conocido que el de la proteína C. Los valores antigénicos de proteína S descienden en pacientes con sepsis siendo el descenso más pronunciado en los que no sobreviven 14-17,27,28 . De todos modos es importante señalar que en algunos estudios no se confirma este descenso 9,10,29 . En un trabajo se demuestra que durante la CID gran parte de la proteína S en el plasma está en forma degradada y, por lo tanto, se supone que inactiva 30 . En vista de que gran parte de los efectos beneficiosos de la proteína C en la sepsis parecen ser independientes de su actividad anticoagulante, la proteína S no jugaría un papel importante en este proceso. Curiosamente se ha podido observar que también la proteína S desempeña una importante misión en la sepsis previniendo la respuesta coagulopática y los efectos letales, ya que cuando se inhibe la actividad de la proteína S mediante un anticuerpo monoclonal en un grupo de babuinos y simultáneamente se infunde una dosis subletal de E. coli, se produce una respuesta descontrolada caracterizada por CID, fallo multiorgánico y muerte, lo cual sugiere que la proteína S es necesaria para, al menos, algunos de los efectos de la proteína C descritos en los apartados anteriores. Probablemente el fallo de la proteína S tenga un impacto más fuerte en el proceso trombótico y el fallo de la proteína C se manifieste como una respuesta inflamatoria descontrolada. Si se confirma que existe un déficit de proteína S funcional durante la sepsis podría tener importancia terapéutica ya que se podría considerar la administración de proteína S junto con la PCA, en un intento de potenciar la actividad de esta última. El papel de la trombomodulina Como se ha explicado anteriormente, los valores de proteína C disminuyen dramáticamente en la sepsis debido a su consumo. Dado que la activación se produce por el complejo trombina-trombomodulina en la superficie celular, parece lógico pen-

XLII Reunión Nacional de la AEHH y XVI Congreso de la SETH. Simposios 275 sar que los valores de trombomodulina no disminuyan durante la sepsis. En cultivos celulares, las citocinas pro-inflamatorias y la endotoxina disminuyen la expresión de trombomodulina, lo que sugiere que la disminución de trombomodulina puede contribuir a las complicaciones trombóticas presentes en los pacientes con sepsis, sin embargo en modelos in vivo de sepsis en ratas 31 y en babuinos 32 se ha podido demostrar por técnicas inmunohistoquímicas que la expresión de trombomodulina en el endotelio durante la sepsis no se altera. Cuando la trombomodulina es oxidada en el residuo Met 388 pierde su actividad cofactorial en la activación de la proteína C y se ha propuesto esto como mecanismo a través del cual los neutrófilos activados durante la sepsis podrían inactivar la trombomodulina 33 , sin embargo esto solo se ha demostrado in vitro, y en el caso de la sepsis en ratas los valores funcionales de trombomodulina son normales 31 . La administración de proteína C en humanos durante la CID A la vista de los resultados presentados hasta ahora, parece oportuno plantearse la posibilidad de utilizar proteína C o PCA durante la sepsis aprovechando sus características anticoagulantes y antiinflamatorias. Existen algunos trabajos donde se administra proteína C a pacientes con púrpura fulminante por meningococo con resultados prometedores 34,35 . En un trabajo reciente se estudian 12 pacientes con shock séptico por meningococo en los que la mortalidad esperada era del 57-80 % y ninguno de los pacientes falleció y parece que hubo una disminución importante en las secuelas esperadas debidas a la microtrombosis, estos resultados se deben interpretar con cautela ya que no es un estudio con grupo control y el número de pacientes incluido es muy pequeño 36 . Con posterioridad a estos trabajos preliminares se realizó un ensayo clínico randomizado doble ciego en pacientes con sepsis grave a los que se les administró PCA recombinante, se incluyeron 131 pacientes (41 recibieron placebo, 51 dosis bajas de PCA y 39 dosis altas de PCA). Aquellos pacientes que recibieron las dosis altas de PCA presentaron una mejoría de la coagulopatía, reflejada en una disminución de los valores de dímero-D, de la inflamación, expresada en una disminución de los valores plasmáticos de IL-6, y se redujo la mortalidad en un 40 % que, aunque no sea significativo, es un dato alentador 37 . Actualmente está en curso un ensayo clínico fase III con PCA en pacientes con sepsis grave que nos permitirá tener una respuesta definitiva sobre la posible eficacia de este fármaco. Conclusiones Durante la sepsis se produce una activación importante del sistema de la proteína C que se encarga de controlar la respuesta coagulopática e inflamatoria frente a la infección. Cuando este sistema se agota se produce una respuesta descompensada que conduce a la trombosis de la microcirculación, fallo multiorgánico y finalmente a la muerte del paciente. Quedan muchos aspectos por aclarar del papel del sistema de la proteína C en la sepsis y particularmente de las bases moleculares del efecto antiinflamatorio de la PCA. Visto los buenos resultados que se obtiene con la administración de proteína C y PCA en los animales de laboratorio y en estudios preliminares en pacientes, es de suponer que en los próximos años vamos a disponer de un arma eficaz en el tratamiento de los pacientes con sepsis. Bibliografía 1. Levi M, Ten Cate H. Disseminated intravascular coagulation. N Engl J Med 1999; 341: 586-592. 2. Montes R, Declerck PJ, Calvo A, Montes M, Hermida J, Muñoz MC, Rocha E. Prevention of renal fibrin deposition in endotoxin-induced DIC through inhibition of PAI-1. Thromb Haemost 2000 (en prensa). 3. Gómez C, Páramo JA, Colucci M, Rocha E. Effect of heparin and/or antithrombin III on the generation of endotoxin-induced plasminogen activator inhibitor. Thromb Haemost 1989; 62: 694-698. 4. Esmon CT. 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274 <strong>Haematologica</strong> (ed. esp.), volumen 85, supl. 2, octubre 2000<br />

la modulación de la respuesta del huésped frente a<br />

la infección.<br />

Estudios realizados en un modelo de sepsis en primates<br />

demuestran que la heparina es efectiva en la<br />

prevención de la CID pero ineficaz en la prevención<br />

del shock y en última instancia de la muerte. Se obtuvieron<br />

resultados similares con DEGR-Xa, un potente<br />

y selectivo anticoagulante, que previno la coagulopatía<br />

pero no la lesión multiorgánica, la generación<br />

de citocinas, la activación de los neutrófilos ni<br />

la muerte de los animales 20 . El fracaso de estos anticoagulantes<br />

llevó a plantearse la posibilidad de<br />

que la PCA poseyera un efecto distinto del anticoagulante<br />

que explicara su eficacia en la prevención de<br />

la mortalidad por sepsis. Existen dos posibles explicaciones<br />

a este fenómeno. La primera es que la proteína<br />

C bloquee un paso en la coagulación que contribuye<br />

al fallo multiorgánico; la segunda, es que la<br />

proteína C tenga un efecto directo antiinflamatorio<br />

independiente de la coagulación.<br />

La PCA inhibe la activación de los monocitos inducida<br />

por endotoxina disminuyendo la producción de<br />

citocinas y la expresión del receptor de la endotoxina<br />

en la superficie celular, sin alterar las funciones antibacterianas<br />

del monocito 21 . Este efecto probablemente<br />

sea mediado por un receptor todavía no identificado<br />

en la superficie del monocito 22 . En un modelo<br />

de distrés respiratorio del adulto inducido por<br />

endotoxina en ratas, la PCA previno la lesión pulmonar<br />

y la infiltración por leucocitos, independientemente<br />

de su función anticoagulante 23 . Recientemente<br />

se ha descrito este mismo efecto de la PCA en la<br />

prevención de la lesión renal por reperfusión 24 .<br />

Por lo tanto, existen muchas evidencias clínicas y<br />

experimentales del importante papel que la proteína<br />

C juega en la regulación de la inflamación aunque<br />

los mecanismos moleculares implicados en esta<br />

función no se conocen con precisión.<br />

La interacción proteína C/PCA con el EPCR<br />

modula la respuesta coagulopática<br />

e inflamatoria durante la infección<br />

La función fisiológica del EPCR parece que es facilitar<br />

la activación de la proteína C al presentarla a<br />

su complejo activador en la superficie endotelial; es<br />

posible que además altere la especificidad de la PCA<br />

por un sustrajo no conocido por el momento y que<br />

podría estar en conexión con las propiedades antiinflamatorias<br />

de la PCA, por lo que el EPCR sería un<br />

buen candidato para explicar la actividad antiinflamatoria<br />

de la PCA observada en la sepsis. Para estudiar<br />

esta hipótesis se infundió un anticuerpo monoclonal<br />

anti EPCR que previene la interacción de<br />

la proteína C/PCA con el EPCR inmediatamente antes<br />

de la infusión de una dosis subletal de E. coli. Los<br />

animales que recibieron el anticuerpo monoclonal<br />

murieron rápidamente después de la infusión de<br />

E. coli. Estos animales presentaron un aumento de<br />

la permeabilidad vascular, elevados valores de Il-6 e<br />

IL-8 y CID. La infiltración leucocitaria y la presencia<br />

de trombosis en diversos órganos de los animales<br />

tratados con el anticuerpo fue mucho mayor que en<br />

los animales que recibieron únicamente la dosis subletal<br />

de E. coli. Estas observaciones sugieren que la<br />

interacción proteína C/PCA con el EPCR podría jugar<br />

un papel crucial en la respuesta coagulopática e<br />

inflamatoria que se desarrolla en la infección por<br />

gérmenes gramnegativos 25 . Existen pocos datos de<br />

la función del EPCR en humanos, pero recientemente<br />

se ha comunicado en forma de abstract que, durante<br />

la púrpura fulminante por meningococo, la<br />

microtrombosis de los vasos de la piel se produce<br />

precisamente en los lugares donde la expresión de<br />

EPCR está reducida 26 .<br />

La proteína S es necesaria para proteger<br />

de la mortalidad en la sepsis<br />

El comportamiento de la proteína S en la sepsis<br />

es menos conocido que el de la proteína C. Los valores<br />

antigénicos de proteína S descienden en pacientes<br />

con sepsis siendo el descenso más pronunciado<br />

en los que no sobreviven 14-17,27,28 . De todos<br />

modos es importante señalar que en algunos estudios<br />

no se confirma este descenso 9,10,29 . En un trabajo<br />

se demuestra que durante la CID gran parte de<br />

la proteína S en el plasma está en forma degradada<br />

y, por lo tanto, se supone que inactiva 30 .<br />

En vista de que gran parte de los efectos beneficiosos<br />

de la proteína C en la sepsis parecen ser independientes<br />

de su actividad anticoagulante, la proteína<br />

S no jugaría un papel importante en este proceso.<br />

Curiosamente se ha podido observar que<br />

también la proteína S desempeña una importante<br />

misión en la sepsis previniendo la respuesta coagulopática<br />

y los efectos letales, ya que cuando se inhibe<br />

la actividad de la proteína S mediante un anticuerpo<br />

monoclonal en un grupo de babuinos y simultáneamente<br />

se infunde una dosis subletal de<br />

E. coli, se produce una respuesta descontrolada caracterizada<br />

por CID, fallo multiorgánico y muerte, lo<br />

cual sugiere que la proteína S es necesaria para, al<br />

menos, algunos de los efectos de la proteína C descritos<br />

en los apartados anteriores. Probablemente el<br />

fallo de la proteína S tenga un impacto más fuerte<br />

en el proceso trombótico y el fallo de la proteína C<br />

se manifieste como una respuesta inflamatoria descontrolada.<br />

Si se confirma que existe un déficit de<br />

proteína S funcional durante la sepsis podría tener<br />

importancia terapéutica ya que se podría considerar<br />

la administración de proteína S junto con la PCA, en<br />

un intento de potenciar la actividad de esta última.<br />

El papel de la trombomodulina<br />

Como se ha explicado anteriormente, los valores<br />

de proteína C disminuyen dramáticamente en la<br />

sepsis debido a su consumo. Dado que la activación<br />

se produce por el complejo trombina-trombomodulina<br />

en la superficie celular, parece lógico pen-

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