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182 Haematologica (ed. esp.), volumen 85, supl. 2, octubre 2000 demos confirmar este extremo. También de forma habitual se observaron incrementos en diferentes parámetros bioquímicos, sobre todo LDH y FA, secundarios a la neutrofilia asociada a la administración del G-CSF. La pauta óptima de movilización en donantes sanos no está definitivamente establecida, habiéndose administrado dosis entre 5-20 g/kg/día 4 . En el Registro la dosis media de G-CSF administrada fue 10 g/kg/día. Actualmente, una dosis de G-CSF de 10-12 g/kg/día durante 4-6 días se acompaña de recolecciones de células CD34+ >6 × 10 6 /kg con una o dos aféresis, y es la que ha sido recomendada por el Grupo Europeo de Trasplantes 3 . Algunos autores administran de forma habitual dosis superiores (16-20 g/kg/día) con lo que consiguen valores similares de células CD34+ pero con un menor número de recolecciones 11 . Sin embargo, la administración de una dosis convencional de G-CSF cada doce horas se asocia a rendimientos de células CD34+ parecidos a los obtenidos con dosis más elevadas 12,13 . Además se ha observado la existencia de una relación directa entre la dosis de G-CSF administrada y la incidencia de efectos secundarios 13 . Por este motivo, desde nuestro punto de vista la administración para la movilización de dosis de G-CSF mayores de 10-12 g/kg/día sólo estaría justificada en casos con mucha diferencia de peso entre donante y receptor o cuando haya riesgo de pérdida de celularidad por manipulación posterior del injerto. Existe una pequeña proporción de donantes en los que los rendimientos de células CD34+ son muy bajos (< 2 × 10 6 /kg de peso de donante). No existe información definitiva sobre los factores que pueden influir en estas recolecciones, aunque algunos autores han sugerido que este hallazgo es más frecuente en los donantes de más edad 14 . Sin embargo en un análisis comparativo de la capacidad de movilización según la edad del donante, los más jóvenes movilizaron algo mejor que los de más edad, pero la proporción de donantes que no alcanzaron 2 × 10 6 /kg de células CD34+ fue similar en ambos grupos 9 . Hasta ahora, en estudios preliminares sólo la cuantificación de las células CD34+ en sangre en situación basal predijo la capacidad de movilización del donante. 15 De hecho, en nuestro centro hemos incluido esta determinación de forma habitual en el estudio del donante previo a la movilización. De confirmarse este hallazgo, dispondríamos de una determinación rápida y fácil que permitiese ajustar la dosis de G-CSF en función de la capacidad de movilización del donante, o administrar tratamientos de movilización alternativos 16 . En la actualidad existen pocos datos sobre los efectos a largo plazo de la administración de G-CSF en esta población, aunque estudios preliminares no han detectado ninguna alteración significativa. No obstante, existe un consenso generalizado sobre la necesidad de realizar un seguimiento periódico con la intención de lograr una detección precoz de estas posibles complicaciones. Nosotros no tenemos ninguna complicación registrada hasta la actualidad, aunque los datos de seguimiento son demasiado prematuros para poder sacar conclusiones definitivas. En conclusión, la administración de G-CSF a donantes sanos es un método eficaz para la movilización y recolección de CPSP. La administración de 10 g/kg/día G-CSF se acompaña de una respuesta de células CD34+ movilizadas suficiente para la realización de alo-TSP en la mayoría de los casos con una o dos recolecciones. Asimismo, es un procedimiento bien tolerado siendo los efectos secundarios leves y fácilmente controlables. Por último, es necesario un mayor número de donantes y un seguimiento más prolongado para garantizar de forma definitiva la inocuidad del procedimiento a largo plazo. Agradecimientos Este trabajo ha sido parcialmente financiado con una beca del Fondo de Investigaciones Sanitarias de la Seguridad Social, Ministerio de Sanidad y Consumo (FIS 99/0891). Bibliografía 1. Gratwohl A, Passweg J, Baldomero H, Harmans J. Blood and marrow transplantation activity in Europe 1997. European Group for Blood and Marrow Transplantation (EBMT). Bone Marrow Transplant 1999; 24:231-45. 2. Organización Nacional de Trasplantes. Memoria de la actividad de trasplantes de progenitores hematopoyéticos en España durante 1999. Madrid, 2000. 3. Russell N, Gratwohl A, Scmitz N. The place of blood stem cells in allogeneic transplantation. Br J Haematol 1996; 93: 747-53. 4. Anderlini P, Körbling M, Dale D et al. Allogeneic blood stem cell transplantation: Considerations for donors. Blood 1997; 90: 903-908. 5. Goldman J. Peripheral blood stem cells for allografting. Blood 1995; 85: 1413-1515. 6. Anderlini P, Przepiorka, Seong D et al. Clinical toxicity and laboratory effects of granulocyte-colony stimulating factor (filgrastim) mobilization and blood stem cell apheresis from normal donors, and analysis of charge of the procedures. Transfusion 1996; 36: 590-595. 7. De la Rubia J, Martínez C, Solano C et al. Administration of recombinant human granulocyte colony-stimulating factor to normal donors: results of the Spanish National Donor Registry. Bone Marrow Transplant 1999; 24: 723-738. 8. Stroncek DF, Clay ME, Petzoldt ML et al. Treatment of normal individuals with granulocyte-colony stimulating factor: Donor experiences and the effects on peripheral blood CD34+ cell counts and on the collection of peripheral blood stem cells. Transfusion 1996; 36: 601-610. 9. De la Rubia J, Martínez C, Solano C et al. Donor age related differences in peripheral blood stem cell mobilization with recombinant human granulocyte colony-stimulating factor. Blood 1999; 10 (Supl. 1):137a. 10. Harada M, Nagafuji K, Fujisaki T et al. G-CSF induced mobilization of peripheral blood stem cells from healthy adults for allogeneic transplantation. J Hematother 1996; 5: 63-71. 11. Martínez C, Urbano-Ispizua A, Marín P et al. Efficacy and toxicity of a high-dose G-CSF schedule for peripheral blood progenitor cell mobilization in healthy donors. Bone Marrow Transplant 1999; 24: 1273-1278. 12. Arbona C, Prósper F, Benet I et al. Comparison between once a day vs twice a day G-CSF for mobilization of peripheral blood progenitor cells (PBPC) in normal donors for allogeneic PBPC transplantation. Bone Marrow Transplant, 1998; 22: 39-45. 13. Pönisch W, Leiblein S, Edel E et al. Mobilization of peripheral blood progenitor cells (PBPC) in normal donors for allogeneic PBPC transplantation: comparison between once a day versus twice a day G-CSF (filgrastime) administration. Blood 1999; 10 (Supl. 1): 137a. 14. Tabilio A, Falzetti F, Giannoni C et al. Stem cell mobilization in normal donors. J Hematother 1997; 6: 227-234. 15. Fruehauf S, Topaly J, Wermann K, Haas R, Ho AD. Baseline peripheral blood CD34+ blood counts predict success of mobilization in healthy donors. Randomized study of two G-CSF doses. Blood 1999; 10 (Supl. 1): 136a. 16. Vij R, Brown RA, Adkins D et al. Mobilization of normal donors with G-CSF + GM-CSF is associated with improved yield of hematopoietic progenitors and increased numbers of activated dendritic cells. Blood 1998; 92 (Supl. 1): 682a.

XLII Reunión Nacional de la AEHH y XVI Congreso de la SETH. Simposios 183 OBTENCIÓN DE OTROS COMPONENTES SANGUÍNEOS M.A. CANALES, R. ARRIETA Y F. HERNÁNDEZ-NAVARRO Servicio de Hematología. Hospital Universitario “La Paz”. Madrid. Introducción La donación de sangre habitual limita la obtención de componentes sanguíneos al número y proporción presentes en la unidad de sangre total, lo que condiciona el desarrollo de nuevas técnicas que permitan la extracción selectiva de cada uno de los componentes retornando el resto al donante. Se consigue así, mediante el procesamiento de volúmenes mayores de sangre, la obtención de una cantidad mayor del componente deseado 1 . De esta forma, el desarrollo de las técnicas de aféresis hace posible la obtención selectiva de plaquetas y leucocitos, y entre estos de granulocitos, linfocitos y células progenitoras hematopoyéticas. Como es bien conocido y ampliamente extendido también el plasma puede ser obtenido por aféresis. Los avances últimos en este campo permiten igualmente la recogida de concentrados de hematíes 2 . La implantación de procedimientos de aféresis trae consigo la aparición de nuevos aspectos relacionados con el donante y abre una nueva era en el cuidado del mismo. Los aspectos de mayor interés en las etapas iniciales fueron: 1) los criterios para el reclutamiento y evaluación de los donantes; 2) la frecuencia de donación; 3) el efecto de los sistemas de separación sobre la sangre y las consecuencias del mal funcionamiento de los instrumentos; 4) la respuesta hematológica del donante a donaciones frecuentes, el efecto de la eliminación de gran número de plaquetas y otras células, como los linfocitos, y el período de tiempo requerido para recuperar la cifra basal; 5) la incidencia y naturaleza de las reacciones adversas; y 6) las pruebas de control de calidad. Por ejemplo, el procedimiento de aféresis implica no sólo la extracción pasiva de sangre sino también su mezcla con soluciones anticoagulantes y el retorno de estas al donante. De ahí el interés en determinar la solución y concentración óptimas de citrato, la cantidad y ritmo de administración y el control de cualquier reacción adversa. Por otro lado se plantea la posibilidad de administrar fármacos a los donantes en el intento de aumentar la composición o calidad de un determinado componente. En base a la experiencia previa con la transfusión de granulocitos procedentes de pacientes con leucemia mieloide crónica, parecía necesario aumentar el rendimiento de las leucoféresis de donantes, cuya cifra oscila en torno a los 5 × 10 9 /l, en un principio mediante la administración de esteroides, siendo posteriormente sustituida por los factores de crecimiento hematopoyéticos (FCH). Un problema en la obtención de granulocitos es la similitud relativa en la densidad de los hematíes y los granulocitos lo que dificulta su separación durante la centrifugación por lo que se precisa del empleo de macromoléculas como el almidón de hidroxietil dextrano (HES, hydroxyethyl starch). Estos y otros aspectos fueron el núcleo de una actividad investigadora considerable, prestándose especial atención a aquellos aspectos relacionados con la selección y seguridad del donante 1 . De hecho, en la conferencia de 1976 sobre aspectos científicos, legales y éticos de la trombocitaféresis el tema que centró los debates sobre la seguridad del donante fue la necesidad de obtener datos firmes y consistentes sobre las reacciones adversas y proporcionar dicha información a los potenciales donantes previo a su participación en los programas de aféresis 3 . Fisiología de la aféresis Las consideraciones fisiológicas juegan un papel importantes en las aféresis tanto en las terapéuticas como en las no terapéuticas. Así, la necesidad de la anticoagulación tiene repercusión sobre diversas variables bioquímicas y fisiológicas, el procedimiento de la aféresis en sí mismo provoca cambios tanto hemodinámicos como dilucionales 4 , y la administración de fármacos como los FCH provocan diferentes alteraciones analíticas en el donante 5,6 . Anticoagulación Al igual que en la donación de sangre la aféresis requiere anticoagulación, y es el citrato el anticoagulante de elección. Dadas sus características el objetivo es mantener un balance correcto entre anticoagulación y toxicidad. Se sabe que como consecuencia de la infusión de citrato disminuye el calcio iónico, lo que puede condicionar en la mayoría de los casos la aparición de hipocalcemia leve y transitoria, generalmente bien tolerada. La disminución del calcio iónico puede aumentar la excitabilidad de las membranas celulares permitiendo la despolarización espontánea, lo que se traduce en la aparición de parestesias periorales y/o periféricas. Las primeras experiencias con trombocitaféresis mediante procesadores de flujo discontinuo y ACD-A encuentran que la proporción de donantes con parestesias oscila entre el 58 % y el 100 %. Sin embargo, con soluciones de citrato de menor concentración como el ACD-B o la utilización de procesadores de flujo continuo la toxicidad se describe en el 8 % al 25 % de los casos. En una pequeña proporción de donantes puede aparecer también disgeusia, nauseas y/o excitabilidad, y de forma ocasional escalofríos y temblor. Por el contrario, la hipocalcemia grave puede causar contracciones musculares espontáneas, inicialmente manifestadas como espasmo carpopedal, y si no se corrige la hipocalcemia el cuadro pue-

XLII Reunión Nacional de la AEHH y XVI Congreso de la SETH. <strong>Simposios</strong><br />

183<br />

OBTENCIÓN DE OTROS<br />

COMPONENTES SANGUÍNEOS<br />

M.A. CANALES, R. ARRIETA<br />

Y F. HERNÁNDEZ-NAVARRO<br />

Servicio de Hematología. Hospital Universitario<br />

“La Paz”. Madrid.<br />

Introducción<br />

La donación de sangre habitual limita la obtención<br />

de componentes sanguíneos al número y proporción<br />

presentes en la unidad de sangre total, lo que<br />

condiciona el desarrollo de nuevas técnicas que permitan<br />

la extracción selectiva de cada uno de los componentes<br />

retornando el resto al donante. Se consigue<br />

así, mediante el procesamiento de volúmenes mayores<br />

de sangre, la obtención de una cantidad mayor<br />

del componente deseado 1 . De esta forma, el desarrollo<br />

de las técnicas de aféresis hace posible la obtención<br />

selectiva de plaquetas y leucocitos, y entre estos<br />

de granulocitos, linfocitos y células progenitoras hematopoyéticas.<br />

Como es bien conocido y ampliamente<br />

extendido también el plasma puede ser obtenido<br />

por aféresis. Los avances últimos en este campo<br />

permiten igualmente la recogida de concentrados de<br />

hematíes 2 .<br />

La implantación de procedimientos de aféresis<br />

trae consigo la aparición de nuevos aspectos relacionados<br />

con el donante y abre una nueva era en el<br />

cuidado del mismo. Los aspectos de mayor interés<br />

en las etapas iniciales fueron: 1) los criterios para el<br />

reclutamiento y evaluación de los donantes; 2) la<br />

frecuencia de donación; 3) el efecto de los sistemas<br />

de separación sobre la sangre y las consecuencias<br />

del mal funcionamiento de los instrumentos;<br />

4) la respuesta hematológica del donante a donaciones<br />

frecuentes, el efecto de la eliminación de<br />

gran número de plaquetas y otras células, como los<br />

linfocitos, y el período de tiempo requerido para recuperar<br />

la cifra basal; 5) la incidencia y naturaleza<br />

de las reacciones adversas; y 6) las pruebas de control<br />

de calidad. Por ejemplo, el procedimiento de<br />

aféresis implica no sólo la extracción pasiva de sangre<br />

sino también su mezcla con soluciones anticoagulantes<br />

y el retorno de estas al donante. De ahí el<br />

interés en determinar la solución y concentración<br />

óptimas de citrato, la cantidad y ritmo de administración<br />

y el control de cualquier reacción adversa.<br />

Por otro lado se plantea la posibilidad de administrar<br />

fármacos a los donantes en el intento de aumentar<br />

la composición o calidad de un determinado<br />

componente. En base a la experiencia previa<br />

con la transfusión de granulocitos procedentes de<br />

pacientes con leucemia mieloide crónica, parecía<br />

necesario aumentar el rendimiento de las leucoféresis<br />

de donantes, cuya cifra oscila en torno a los<br />

5 × 10 9 /l, en un principio mediante la administración<br />

de esteroides, siendo posteriormente sustituida<br />

por los factores de crecimiento hematopoyéticos<br />

(FCH). Un problema en la obtención de granulocitos<br />

es la similitud relativa en la densidad de los<br />

hematíes y los granulocitos lo que dificulta su separación<br />

durante la centrifugación por lo que se<br />

precisa del empleo de macromoléculas como el almidón<br />

de hidroxietil dextrano (HES, hydroxyethyl<br />

starch). Estos y otros aspectos fueron el núcleo de<br />

una actividad investigadora considerable, prestándose<br />

especial atención a aquellos aspectos relacionados<br />

con la selección y seguridad del donante 1 .<br />

De hecho, en la conferencia de 1976 sobre aspectos<br />

científicos, legales y éticos de la trombocitaféresis el<br />

tema que centró los debates sobre la seguridad del<br />

donante fue la necesidad de obtener datos firmes y<br />

consistentes sobre las reacciones adversas y proporcionar<br />

dicha información a los potenciales donantes<br />

previo a su participación en los programas<br />

de aféresis 3 .<br />

Fisiología de la aféresis<br />

Las consideraciones fisiológicas juegan un papel<br />

importantes en las aféresis tanto en las terapéuticas<br />

como en las no terapéuticas. Así, la necesidad de la<br />

anticoagulación tiene repercusión sobre diversas variables<br />

bioquímicas y fisiológicas, el procedimiento<br />

de la aféresis en sí mismo provoca cambios tanto hemodinámicos<br />

como dilucionales 4 , y la administración<br />

de fármacos como los FCH provocan diferentes<br />

alteraciones analíticas en el donante 5,6 .<br />

Anticoagulación<br />

Al igual que en la donación de sangre la aféresis<br />

requiere anticoagulación, y es el citrato el anticoagulante<br />

de elección. Dadas sus características el objetivo<br />

es mantener un balance correcto entre anticoagulación<br />

y toxicidad. Se sabe que como consecuencia<br />

de la infusión de citrato disminuye el calcio<br />

iónico, lo que puede condicionar en la mayoría de<br />

los casos la aparición de hipocalcemia leve y transitoria,<br />

generalmente bien tolerada. La disminución<br />

del calcio iónico puede aumentar la excitabilidad de<br />

las membranas celulares permitiendo la despolarización<br />

espontánea, lo que se traduce en la aparición<br />

de parestesias periorales y/o periféricas. Las primeras<br />

experiencias con trombocitaféresis mediante<br />

procesadores de flujo discontinuo y ACD-A encuentran<br />

que la proporción de donantes con parestesias<br />

oscila entre el 58 % y el 100 %. Sin embargo, con soluciones<br />

de citrato de menor concentración como<br />

el ACD-B o la utilización de procesadores de flujo<br />

continuo la toxicidad se describe en el 8 % al 25 %<br />

de los casos. En una pequeña proporción de donantes<br />

puede aparecer también disgeusia, nauseas y/o<br />

excitabilidad, y de forma ocasional escalofríos y<br />

temblor. Por el contrario, la hipocalcemia grave puede<br />

causar contracciones musculares espontáneas,<br />

inicialmente manifestadas como espasmo carpopedal,<br />

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