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CUADERNOS DE BDSM - nº8<br />
capacidad, se siente tan insegura que duda de todo cuanto hace y pierde buena<br />
parte de su eficacia laboral, familiar y social.<br />
d) El aislamiento social.<br />
Como parte del acoso a la víctima, el maltratador mina sus relaciones con otras<br />
personas. Aislar al individuo y que se sienta solo, es una práctica eficaz para que<br />
pierda su personalidad y poder vampirizarlo. De esta manera, la víctima llega a<br />
defender y dar la razón a su verdugo, ya que pierde la capacidad de razonar y de<br />
ver su situación con objetividad. Aunque parezca increíble, la víctima justifica a<br />
su agresor y luego se siente sumamente avergonzada de hacerlo. Eso hace que sea<br />
mucho más difícil reconocer el maltrato como tal dentro del mundo del BDSM.<br />
Aunque también es cierto que una vez una relación se ha reconocido como de<br />
maltrato, el rechazo de la comunidad hacia el agresor es total y absoluto, siendo<br />
expulsado sin contemplaciones, con un grado de contundencia que no se da en<br />
otros ámbitos más cotidianos.<br />
e) Labilidad afectiva.<br />
Labilidad es pasar sin previo aviso y de manera muy rápida de una emoción a otra<br />
y es síntoma de perturbación psicológica. El sentimiento típico de una víctima de<br />
maltrato es el de tristeza, abatimiento, apatía, con súbitos estallidos<br />
incomprensibles de rabia a la menor provocación externa o episodios<br />
incomprensibles de risa histérica. Será suspicaz y retraída, y poco hábil<br />
socialmente.<br />
Existe al menos un caso en el cual el BDSM es terapéutico. Es el caso de una víctima de<br />
maltrato que tropieza con un buen amo/ama, porque entonces su amo se preocupará de<br />
defender a esa persona de sí misma. Será capaz de aumentar su sentimiento de ser una<br />
persona valiosa, importante, guapa, pero satisfaciendo ese vínculo malévolo que se ha<br />
creado entre sometimiento y amor. Por suerte, conozco varios ejemplos. En estos casos,<br />
las prácticas de BDSM, son casi un exorcismo de viejos demonios, donde la persona se<br />
enfrenta a su miedo y lo supera. A esto lo llamamos en psicología: “exposición<br />
controlada al estímulo aversivo”. Este nivel terapéutico, también puede satisfacerse a<br />
través de la dominancia, ya que al tener que cuidar y enseñar a su propio sumiso, la<br />
persona crece, madura y aprende a superar sus propios complejos.<br />
Naturalmente, no todos los practicantes de BDSM han sufrido un maltrato, pero<br />
aquellas personas que vivieron su infancia con una falta de afecto, que sufrieron abusos<br />
físicos, psicológicos o sexuales, van a establecer un vínculo estrecho y malsano entre<br />
amor/humillación. De adultos, en sus relaciones de pareja, tenderán a buscar la<br />
satisfacción de este vínculo y serán maltratadores o serán víctimas, según el modelo que<br />
hayan recibido. Algunos, mediante un esfuerzo consciente, romperán esa cadena y serán<br />
adultos sanos, muchos sin relación ninguna con el BDSM, y unos pocos, canalizarán sus<br />
impulsos de una manera constructiva a través del BDSM.<br />
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