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CUADERNOS DE BDSM - nº8
Otra cosa es que se pueda seguir llevando un rol BDSM en la intimidad. He conocido
parejas que se escondía de sus hijos para vestirse de cuero, debo decir que esto no es
necesario, porque a los niños no les va a parecer mal en absoluto lo que se les presente
como cotidiano.
Evidentemente, los artilugios del BDSM, deben estar guardados y protegidos, ya que
pueden ser peligrosos, pero que nadie se asuste si es pillado in fraganti en una sesión, no
pasa nada. Basta con explicarle al niño de manera natural que sus padres estaban
jugando. Eso sí, que nadie se asombre si luego ellos también quieren jugar a lo mismo
con sus vecinos…. Poco a poco, pueden ir sabiendo algo más de las actividades de sus
padres, no vaya a ser que les pase como aquel amigo mío que se tropezó con sus padres
en una fiesta BDSM, de sopetón y sin saber nada unos de otros.
Uno de los iconos del BDSM es el niño al que se le castiga en el culo con unos azotes y
que de adulto busca el spanking como forma de placer. Esto que parece un mito, es la
realidad. Al niño, primero se le castiga con dolor físico y se le humilla, pero después
viene el perdón, el cariño y la recompensa, y entonces se establece una relación clara
entre dolor-humillacion /placer- amor. Se puede adquirir ese vínculo, también por
aprendizaje vicario, es decir, porque lo ves en otra persona cercana a ti, por ejemplo, tus
padres.
Sin entrar en el castigo, es frecuente, que muchos de los juegos infantiles conlleven
connotaciones BDSM, y esto es parte del desarrollo normal del niño. Muchos niños
juegan a atar o pegar a sus muñecos, o tienen juegos de policías y ladrones, o de
médicos un poco subidos de tono. Estamos hablando de criaturas de seis a diez años. Si
durante estos juegos, el niño se excita sexualmente (¡Ohhh, sí!, ¡los niños también
tienen sexualidad!), sintiendo emociones nuevas que no saben como catalogar, pronto
asociará placer y violencia y este vínculo perdurará toda la vida. No digo que sea así en
todos los casos, pero es una más de las vías que llevan al BDSM.
IV. LA CARA OSCURA DEL BDSM.
1- A qué llamamos parafilia.
Hasta ahora, hemos tratado el BDSM, como una práctica sexual normalizada, entre
personas adultas, sanas y perfectamente cuerdas. Pero es cierto, que existe otra cara
mucho más oscura y tenebrosa, que debemos tratar.
En primer lugar, hablaré de que es lo que los psicólogos consideramos una parafilia, es
decir una desviación grave del comportamiento sexual, una enfermedad de la mente que
afecta a la sexualidad.
Los psicólogos seguimos una guía de diagnóstico que suele ser la de los psiquiatras
americanos (DSMIV) o la elaborada por la ONU (Cie-10) Ambas, son catálogos que
establecen pautas para reconocer las distintas enfermedades psicológicas, para tener
unos parámetros comunes que hagan posible la comunicación entre profesionales.
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