30.12.2014 Views

1qtvgDj

1qtvgDj

1qtvgDj

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CUADERNOS DE BDSM - nº8<br />

b) Disociación.<br />

Ante una situación potencialmente estresante, en la que no está al alcance del<br />

individuo controlar ni su desarrollo, ni sus consecuencias, la persona puede ver<br />

desbordados sus mecanismos de afrontamiento. En ese momento, desconecta de la<br />

realidad, se disocia. Los estímulos llegan atenuados a la conciencia, no se produce<br />

el procesamiento habitual de la memoria, el individuo se siente ajeno a sí mismo,<br />

y le da la impresión de que esto que le pasa no le sucede a él, sino a un extraño y<br />

se pierde la noción de tiempo y espacio. Es un estado más profundo que el<br />

subspace y cualitativamente distinto, (el subspace se produce por relajación y la<br />

disociación por estrés) del que no se sale con facilidad y que el individuo no ha<br />

propiciado de ninguna manera. Este estado es extremadamente peligroso y hay<br />

que evitarlo a toda costa, ya que las consecuencias pueden ser muy graves. No es<br />

que la persona pueda volverse loca, ni que nunca vuelva a ser “el mismo”, pero es<br />

un claro síntoma de que se ha producido un trauma psicológico.<br />

Se puede evitar fácilmente:<br />

a) Dialogando con el sumiso en la sesión y haciéndole partícipe de alguna<br />

manera en lo que está sucediendo.<br />

b) No forzando los límites de aguante del sumiso.<br />

c) Hablando con él después de la experiencia, integrando la información<br />

de lo sucedido dentro de su consciencia.<br />

Hay que señalar que también el dominante puede caer en ese estado, si fuerza sus<br />

propios límites de lo que se ve capaz de hacer soportar. La experiencia traumática<br />

es efectiva a los dos lados de la fusta.<br />

c) Shock- aftercare.<br />

Una sesión particularmente fuerte e intensa provoca en las personas un estado de<br />

confusión que incluye en los síntomas físicos, mareo, nauseas, temblores… y en<br />

los psicológicos, llanto, balbuceo, despersonalización, sentimientos de inseguridad<br />

y desolación. Es un estado de shock. Aquí es donde entra en juego el aftercare, los<br />

cuidados físicos y psicológicos que el dominante debe proporcionar al sumiso tras<br />

una sesión. Es importante abrazarlo, acunarlo, hablar suavemente, acariciarlo,<br />

decirle cosas bonitas. El sumiso en este estado, es muy vulnerable y sugestionable<br />

y hay que tener mucho cuidado con lo que se le dice. Se produce entonces una<br />

unión muy fuerte y placentera entre dominante y sumiso, entra en juego lo que ya<br />

hemos denominado “posreacción afectiva”. El binomio shock-aftercare es muy<br />

gratificante, pero también es una práctica de alto riesgo puesto que:<br />

a) Produce una dependencia afectiva del sumiso hacia el dominante.<br />

(Por eso se considera parte importante de la “entrega”)<br />

b) Su repetición continuada rompe el equilibrio emocional del sumiso.<br />

c) Produce adicción en ambos participantes, ya que las emociones se<br />

desbordan y las sustancias químicas que las regulan se disparan.<br />

Pag. 58

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!