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CUADERNOS DE BDSM - nº8<br />

Otras personas -que no son sádicos propiamente dichos- expresan sus emociones y<br />

conflictos internos a través de la agresividad, que puede ser física o en forma de presión<br />

psicológica. A través de la conducta violenta, canalizan su malestar interno, y de esa<br />

manera se desahogan o simplemente lo hacen para ser admirados por los demás por su<br />

fuerza.<br />

4- Por qué nos gusta ser humillados /sometidos.<br />

Esta es para mí, la parte más difícil de explicar, con mucha diferencia. Huir del dolor,<br />

acercarse al placer, parece una norma de sentido común que los practicantes del BDSM<br />

infligimos. A mi me enseñaron que las leyes del comportamiento son universales y no<br />

tienen excepción ninguna, y los seres vivos se mueven motivados sobre todo por la<br />

búsqueda de la recompensa. Escapar del peligro, huir del dolor, es una motivación<br />

básica, pero secundaria. Una rata, antes muere convulsionada entre terribles dolores<br />

provocados por descargas eléctricas, que renunciar a la comida que se le ha puesto<br />

como cebo. Muchos animales mueren tras la cópula. ¿Qué pasaría con los mamíferos si<br />

renunciaran al placer solo porque su precio es demasiado alto Y esto es adaptativo,<br />

puesto que alimentarse y reproducirse puede requerir grandes sacrificios, necesarios<br />

para la supervivencia. La recompensa es muy superior al castigo para motivar una<br />

conducta. Es decir, si nos gusta el castigo, la humillación y el sometimiento es porque<br />

encontramos en ellos algún tipo de refuerzo que nos satisface. Visto así la paradoja se<br />

resuelve: no hay contradicción. Ahora bien ¿qué es lo que nos ofrece el sometimiento<br />

que nos motiva a buscarlo<br />

Lo primero que hay que establecer es que a nadie, absolutamente a nadie, le gusta la<br />

humillación. Nadie siente satisfacción ni placer ninguno cuando su jefe le echa la<br />

bronca en público, ni conozco persona alguna que vaya buscando que le insulten sus<br />

vecinos, salvo casos patológicos muy graves. Desde el mismo momento que la<br />

humillación causa placer/morbo/satisfacción, no es humillación, es una recompensa. Tal<br />

vez las prácticas que algunas personas consideran morbosas nos pueden repeler, pero<br />

desde luego hay que verlo desde su punto de vista y no el nuestro.<br />

Muchos sumisos dicen que hacen esas cosas para el placer de su amo y que es el placer<br />

de su amo lo que les causa esa satisfacción. Personalmente, no acabo de creérmelo, creo<br />

que uno actúa por motivación propia y busca ante todo su propio placer (como debe<br />

ser), pero aunque así fuera, esa sensación de sentirse importante para su amo, de sentir<br />

que están complaciéndole, es una recompensa social a través de la cual se adquiere<br />

status en la relación. Es decir, humillarse ¡les hace sentir valiosos e importantes! ¿No es<br />

curioso Qué terriblemente complejo puede ser el ser humano.<br />

Aclarado este punto, nos queda la espinosa cuestión del sometimiento. Vamos a<br />

distinguir dos situaciones:<br />

a) Sometimiento fingido, puro teatro, una actividad lúdico-sexual, que es como la<br />

mayoría de personas lo viven y desde luego es como yo lo siento. Muchísimos<br />

sumisos dicen querer someterse a su amos, cuando en realidad buscan su propia<br />

Pag. 51

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