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CUADERNOS DE BDSM - nº8<br />
3-Estado de la cuestión.<br />
Es muy poco lo que a nivel científico sabemos sobre las prácticas de BDSM. Hasta<br />
ahora, que yo sepa, existen algunos estudios que relacionan sadismo y masoquismo con<br />
trastornos de la personalidad o con traumas infantiles, pero se refieren exclusivamente a<br />
parafilias, es decir, cuando el BDSM, se ha convertido en un problema grave. Sin<br />
embargo, la comunidad BDSM, como tal es aún un campo prácticamente virgen de<br />
estudio para la Psicología y esto es así probablemente por dos razones:<br />
a) -El estudio de la sexualidad humana es demasiado reciente, queda mucho por<br />
saber y por aprender, ya que la Psicología, tradicionalmente, se ha ocupado más<br />
por los procesos morbosos y enfermizos que por las prácticas saludables.<br />
b) -La dificultad enorme de llevar a cabo una muestra estadística significativa. El<br />
anonimato, las reservas, hacen muy difícil un estudio de este tipo. Internet puede<br />
ser una herramienta de trabajo inestimable en este sentido, pero por desgracia,<br />
aún no se ha generalizado la práctica de llevar a cabo estudios serios por este<br />
medio, que requiere un grado de confidencialidad y de seguridad informática<br />
costoso.<br />
Hoy en día sabemos más de desviaciones sexuales, que de prácticas consensuadas,<br />
aunque esto resulte paradójico.<br />
La mayoría de los practicantes del BDSM, son personas perfectamente sanas y<br />
sociabilizadas que simplemente se dedican al BDSM, como juego, o como filosofía de<br />
vida. Por tanto, son personas normales y sus actividades no pueden considerarse<br />
enfermizas en ningún caso.<br />
II. QUE RAZONES TENEMOS PARA PRACTICAR BDSM.<br />
1-No somos tan raros<br />
Muchísimas parejas consideradas “vainilla”, introducen en sus juegos prácticas BDSM,<br />
sin saberlo, tales como: arañarse, morderse, insultarse, darse algún cachete etc. Es<br />
prácticamente común a una gran mayoría de población excitarse escuchando o diciendo<br />
obscenidades que contienen un punto de humillación: llamar “puta”, “degenerado” y<br />
similar es moneda corriente. Un gran porcentaje tiene fantasías de dominación -<br />
sumisión, y ya es un clásico el de la mujer que imagina y fantasea con ser violada, lo<br />
cual, por supuesto, no tiene nada que ver con el deseo real de que tal cosa ocurra, ni<br />
significa que, de producirse este desgraciado encuentro, la persona no sufriría graves<br />
consecuencias psicológicas. Es simplemente una fantasía de dominación/sumisión.<br />
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