Haciendo Justicia - Acceso al sistema

CAMBIO YCONTINUIDAD EN LOS PROCEDIMIENTOS LEGALES' 87
deben explicar los motivos por los cuales no fueron capaces de alcanzar
una solución a nivel del paraje, sino además para informar a los jueces
sobre los antecedentes del caso y para identificar a los involucrados. He
escuchado de casos en los que el juez ha pospuesto las audiencias hasta
que todas las partes relevantes comparecieran. En un caso, por ejemplo,
el juez informó a los parientes de un joven novio que exigía el regreso
de su novia evadida, que a pesar de que los hermanos de la novia
estaban presentes, no podían resolver el caso hasta que el abuelo enfermo
de la novia se mejorara y pudiera asistir.
El segundo rasgo es que las audiencias zinacantecas tienden a durar
varias horas. Cualquiera que así lo pida tiene derecho a ser escuchado,
y aquellos que están renuentes a hablar son urgidos a hacerlo. Las audiencias
continúan hasta que las partes logran un acuerdo. El tercero es
que la mayoría de las audiencias terminan con algún tipo de acuerdo.
Entre 1997 y 1998, la mayoría de las soluciones alcanzadas en el juzgado
municipal fueron redactadas en actas de acuerdo. La mayoría de
los casos terminaron cuando los jueces pedían a los mayales que pasaran
los refrescos o el aguardiente que una o ambas partes habían ofrecido
a los jueces cuando pidieron su intervención para resolver el conflicto.
Todos deben de tomar para indicar acuerdo (y para remover el
odio de sus corazones "lahes yo'on"). Losjueces, sin embargo, con frecuencia
vaciaban sus vasos después de aceptarlos. Intercambiaban las
botellas llenas por otras vacías que guardaban en sus escritorios o pedían
a los mayales que vaciaran sus tragos de aguardiente en una botella
grande que conservaban para dicho fin.
En las raras situaciones en las que un grupo o persona se rehusaba a
aceptar la solución que aparentaba ser la más aceptable para la mayoría,
incluyendo a los jueces, éstos solían sugerir posponer el caso para que las
partes lo pensaran mejor. A veces los jueces pedían a las partes que regresaran
otro día. Pero si el atolladero era causado por una persona que estaba
demasiado molesta o demasiado ebria como para llegar a un compromiso,
los jueces ordenaban que fuera encerrado por una noche o por
un par de días para que se tranquilizara o para que se le pasara la borrachera.
En una ocasión pude presenciar que un borracho, que ya había pasadoun
par de noches en la cárcel, fue mandado de vuelta a la cárcel porque
aún seguía ebrio; sus amigos lo habían abastecido de licor mientras
estuvo detenido.
Los jueces municipales parecían utilizar la cárcel para cuatro fines
además de como medio de apremio para que los querellantes recalci-