Haciendo Justicia - Acceso al sistema

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mujer, por ejemplo, pidió ayuda a los jueces para encontrar a un hijo
perdido, que había conseguido trabajo en la región baja pero no había
regresado cuando se le esperaba, y llevaba entonces desaparecido varias
semanas. También pude atestiguar en varias ocasiones que alguna mujer
pedía a los jueces que hicieran valer un acta en la que sus ex esposos
habían acordado pagar una pensión alimenticia para sus hijos. Asimismo
observé a madres jóvenes que llegaban a pedir que los padres firmaran
el certificado de nacimiento y aportaran para su manutención. En la
mayoría de los casos, cuando una persona o grupo llegaba para quejarse
de alguien más, los jueces pedían a los quejosos que regresaran con la
otra parte. Por ejemplo, hombres que llegaban a denunciar que sus esposas
los habían abandonado, debían regresar con su mujer y con los parientes
de ella para ser escuchados y llegar a un acuerdo. Igualmente, a
las mujeres que buscaban una pensión alimenticia se les pedía que regresaran
con el padre de los niños. También a quienes llegaban con quejas
sobre deudas no pagadas se les solicitaba que regresaran con el deudor. En
algunos casos, los jueces preparaban un citatorio escrito para que lo llevara
el quejoso, con instrucciones para que el agente contactara al acusado
a fin de que asistiera al juzgado en cierta fecha.
Todas las audiencias que tienen lugar en Zinacantán, independientemente
del nivel, son conducidas en tzotzil. El español es usado únicamente
en aquellas raras situaciones en las que los jueces deben explicar
algo a algún ladino que no habla tzotzil. Sin embargo, también es cierto
que hay muchas palabras españolas incorporadas al tzotzil, y que
los jueces y querellantes incorporan con frecuencia palabras españolas
en sus discusiones en tzotzil.
Los agentes, jueces y autoridades civiles que escuchan casos en Zinacantán
se refieren a su labor como "terminar un pleito" (lahes k'op)
más que hablar de castigar a un transgresor ("ak kastiko) o hacer cumplir
una norma (legal o consuetudinaria). La labor de los jueces es ayudar
a los querellantes a encontrar una solución que evite continuar el
conflicto. Esta perspectiva implica que las audiencias zinacantecas se
caracterizan por tres rasgos procesales: primero, la mayoría de las audiencia:
involucran a varias gentes. Todos los que están involucrados
en un conflicto deben, idealmente, participar en la búsqueda de una solución.
Como resultado, la mayoría de los querellantes llegan acompañados
de más de un pariente. Los jueces también se esfuerzan en que
todos los sujetos relevantes comparezcan. Los agentes de los parajes deben
acompañar a los quejosos al juzgado municipal no sólo porque