Haciendo Justicia - Acceso al sistema

436 • REBECCA lGREJA LEMOS
Las mujeres indígenas, ubicadas en esta actividad, son víctimas diarias
de esta lucha. Se han sujetado a incontables humillaciones por parte
de los granaderos y, posteriormente, por los agentes del ministerio
público. Mujeres que se definen como defensoras de los valores tradicionales
indígenas y que en la ciudad terminan delinquiendo, viviendo
en la ilegalidad. Por esto se organizan para ser respetadas y conquistar
un espacio digno en la urbe. A pesar de esto, no se han retirado del comercio
ambulante porque creen que hay ventajas que las orillan a no
dejarlo. Al vender en las calles, pueden escoger el horario que más les
conviene, faltar cuando necesiten cumplir con otra actividad, traer junto
a sí a sus hijos, recibir dinero todos los días, ejecutar una función que
no exige mayor grado de escolaridad o conocimiento, lo cual se convierte
en una alternativa para no emplearse como sirvientasY
Lo que pareciera una ventaja para estas mujeres, esto es, mantener
a sus hijos junto a ellas, constituye en realidad otra gran desventaja. La
presencia de los niños en las calles impide que vayan a la escuela y favorece
el trabajo infantil que nace en apoyo a la actividad de los padres.
Además, los niños se vuelven víctimas de maltrato de los diversos paseantes
diarios que prácticamente los atropellan. 18
La intención de ese trabajo no es comprender el funcionamiento del
comercio ambulante en sí, ni tampoco las razones por las que los indígenas
se ubican en esta actividad, o comprender los motivos del gobierno
para arrastrarlos y limpiar al centro de su presencia, sino verificar
los conflictos con la justicia que son generados a partir de la venta ambulante.
El contacto diario con los granaderos conduce a una relación
negativa de los grupos indígenas con la justicia ya que se generan situaciones
de violencia que culminan en lesiones físicas, abusos de autoridad,
y prisiones injustas que involucran a los indígenas. Además, como
consideran la venta ambulante una actividad tradicional y muchos desconocen
las negociaciones políticas para lograr un permiso, los indígenas
no ven la ilegalidad de la actividad. De esta forma no entienden la
justicia como una institución que hace valer la legalidad sino que
aplica la opresión hacia ellos. Es decir, la justicia es vista como reflejo
de la voluntad política del gobierno y, por tanto, la única forma
de contrarrestar esta voluntad es enfrentarse a ella.
"Esta explicación se asemeja a la que se encuentra en los estudios de Lourdes Arizpe.
¡·En los archivos del "Área Metropolitana" del na, se verifican datos de un gran número de niños
que fueron atropellados por coches mientras ellos o sus mamás vendían en las calles, de niños que desaparecieron
o fueron víctimas de maltrato o incluso de violación sexual por algún paseante.