Haciendo Justicia - Acceso al sistema

DERECHO YD1FERENCL~ ÉTNICA' 435
tre organizaciones de la misma etnia, por motivos de la vivienda o por
disputas entre los representantes por un mayor apoyo de las instituciones.
Estas actitudes reflejan la representación paternalista que muchos
grupos siguen teniendo de las instituciones.
Como se puede observar, la impartición de justicia por las organizaciones
indígenas en la ciudad está estrechamente vinculada con la
justicia del Estado y las demás instituciones. Así, es necesario remitirse
a la justicia del Estado para comprender la relación de ésta con la justicia
indígena o simplemente con la diversidad cultural que entra en conflicto
en el medio urbano.
LA JUSTICIA CAPITALINA Y LOS INDÍGENAS
Es sobre todo con la administración e impartición de justicia por el Estado
que los indígenas en la ciudad de México enfrentan mayores problemas.
La confrontación de los grupos que están presentes en la ciudad
con los aparatos de justicia se da en un ámbito de incomprensiones
y de absoluta falta de diálogo, donde el punto más cuestionable es la
adscripción étnica de los indígenas.
Los delitos en que se involucran los indígenas sea en situación de víctimas
o de acusados varían según el grupo. Sin embargo, algunos casos
son más frecuentes y la actitud de la justicia estatal suele ser semejante.
No me propongo discutir en profundidad los casos, en sí mismos, sino
destacar los que son más frecuentes, cuáles son los caminos seguidos por
los indígenas en búsqueda de una solución y cuales son las actitudes y discursos
asumidos por el Estado ante el contacto con los indígenas.
Comercio ambulante
La actividad del comercio ambulante, que muchas veces es ejercida sin
permisos oficiales, es la gran provocadora de conflictos con la justicia
estatal. La retirada de los vendedores ambulantes de las calles se hace
con violencia pues se da una confrontación directa entre agentes de vía
pública y los vendedores cuando les decomisan las mercancías. Los granaderos,
llamados para el apoyo, invaden las calles arrastrando a la
gente, confiscan sus mercancías y se las llevan en las camionetas. Para
no perder sus mercancías, los comerciantes entran en una lucha directa,
verbal y física, que conforma un escenario de pura violencia.