Haciendo Justicia - Acceso al sistema

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428 • REBECCA IGREJA LEMOS mas que estar ante una autoridad no tenemos que demostrar esto, muchas veces es un poco difícil de hacerlos ver, hacerlos entender... como en este momento no se puede desahogar y cuando hay una autoridad dicen entonces es este el momento de desahogar y no saben que perjudicamos uno al otro... Entonces esto es lo que yo les he dicho que problemas son muy a parte y la unión es muy a parte; que tenemos que estar todos y a debido tiempo, tenemos que resolver los problemas, por eso es debido a todos porque si peleamos y si estamos moviendo uno al otro y frente a las autoridades, pues cuándo nos van a escuchar, siempre nos van a decir: mira, esos, esos indios cómo se agarran, o mira esos, déjalas que se agarren, mientras que el apoyo se va de las manos. Ese es el testimonio del representante de una organización mazahua. Esa organización ha sufrido problemas serios con las instituciones legales del Distrito Federal, principalmente por problemas causados por la delincuencia de los jóvenes o por riñas entre los vecinos. Se observa que el enfoque del representante está sobre todo en evitar que más conflictos lleguen a las instancias judiciales, lo que podría exponer una imagen negativa de los grupos y dificultar el otorgamiento de apoyo de esas u otras instituciones que se dedican a apoyar a los indígenas. Tal preocupación es bastante frecuente en varias organizaciones mazahuas. Muchos representantes expresan que los grupos indígenas como los no indígenas son susceptibles de tener problemas internos, sin embargo, las autoridades se valen de esto para estereotipar al indio como delincuente, afirmando que entre ellos mismos se están peleando y que no merecen, por lo tanto, que se les apoye. Pero hay casos que aunque se busque la solución en las asambleas, escapan de la organización. Son principalmente casos de naturaleza más grave, en que los grupos se ven constreñidos a procurar el apoyo de la justicia del Estado. Ahorita no tenemos muchas víctimas, pero tenemos víctimas de delito, los niños. Pero hubo una niña como de cinco años, que fue víctima de violación. Sí, fue un mazahua, pero ya de allí agarramos la niña y también nos ayudó la Procuraduría. Nosotros defendemos a la gente que realmente vemos que son buenas personas, los que hacen que paguen su delito, si mi hijo hizo mal es mi hijo, lo vi nacer, pero si debe algo que lo pague, o que vale un hijo que estás poniendo mal ejemplo. Vivía allí la hermana del muchacho que vio-

DERECHO YDIFERENCIA ÉTNICA' 429 lentó pero ella no podía hacer nada, pues si él quiso que lo pagara, sentía mucho pero como había probado que la niña estaba malita, ni modo, no podía hacer nada para defender su hermano y por eso se fue el muchacho." Este caso se refiere a la violación de una niña que ocurrió dentro de una vecindad. Se observa el recurso al aparato de justicia del Estado y el apoyo que esperan recibir de ello. Hubo un rechazo, una reacción muy fuerte contra el muchacho en el grupo, pero prefirieron encaminar el caso inmediatamente a la Procuraduría para que ahí lo castigaran. La justicia del Estado no solamente es vista como opuesta a estos grupos, pero ha servido también como protección contra los delitos más graves que ocurren al interior de las vecindades. Como muchos representantes mazahuas son mujeres, son ellas las que más han acudido a la justicia del Estado. No solamente lo hacen por los demás integrantes de la organización sino también por sí mismas, principalmente en casos en que se vuelven víctimas de violencias cometidas por sus compañeros. Hay casos que antes que lleguen a la justicia, llegan al "Área Metropolitana" del INI o a otras instituciones indigenistas pues muchas representantes esperan que las instituciones puedan actuar como mediadoras del conflicto o que de alguna forma les apoyen. No hay duda que este fenómeno ha provocado transformaciones en la vida conyugal de esas mujeres, como el seguimiento de algunos casos demostró; sin embargo, aún son registrados casos en que se denota la fragilidad de muchas de ellas frente a la violencia de su compañero. El contacto con las leyes e instituciones les permiten un mayor conocimiento de cómo defenderse, pero no son todos los casos que son llevados adelante y no pasa lo mismo con las demás integrantes del grupo. A continuación, presento un pequeño ejemplo de tal fenómeno narrado por una representante mazahua: No, porque, mira lo que pasa es que yo con mi pareja, con mi esposo, este, fue un poco difícil. Fue si usted quiere y yo se lo he dicho a mis hijos, para mí, la vida que llevo ahorita no fue fácil, fue mi proceso largo porque mi esposo, y lo he visto en todos paisanos, que siempre el macho mexicano, que si anda la mujer en esto (esto es refiriendo a la organización) es un pecado, es un libertinaje, que 16Entrevista con una representante de una organización mazahua.

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lentó pero ella no podía hacer nada, pues si él quiso que lo pagara,<br />

sentía mucho pero como había probado que la niña estaba m<strong>al</strong>ita,<br />

ni modo, no podía hacer nada para defender su hermano y por eso<br />

se fue el muchacho."<br />

Este caso se refiere a la violación de una niña que ocurrió dentro de<br />

una vecindad. Se observa el recurso <strong>al</strong> aparato de justicia del Estado y<br />

el apoyo que esperan recibir de ello. Hubo un rechazo, una reacción<br />

muy fuerte contra el muchacho en el grupo, pero prefirieron encaminar<br />

el caso inmediatamente a la Procuraduría para que ahí lo castigaran.<br />

La justicia del Estado no solamente es vista como opuesta a estos<br />

grupos, pero ha servido también como protección contra los delitos<br />

más graves que ocurren <strong>al</strong> interior de las vecindades.<br />

Como muchos representantes mazahuas son mujeres, son ellas las<br />

que más han acudido a la justicia del Estado. No solamente lo hacen por<br />

los demás integrantes de la organización sino también por sí mismas,<br />

princip<strong>al</strong>mente en casos en que se vuelven víctimas de violencias cometidas<br />

por sus compañeros. Hay casos que antes que lleguen a la justicia,<br />

llegan <strong>al</strong> "Área Metropolitana" del INI o a otras instituciones indigenistas<br />

pues muchas representantes esperan que las instituciones puedan actuar<br />

como mediadoras del conflicto o que de <strong>al</strong>guna forma les apoyen. No hay<br />

duda que este fenómeno ha provocado transformaciones en la vida conyug<strong>al</strong><br />

de esas mujeres, como el seguimiento de <strong>al</strong>gunos casos demostró;<br />

sin embargo, aún son registrados casos en que se denota la fragilidad<br />

de muchas de ellas frente a la violencia de su compañero. El contacto<br />

con las leyes e instituciones les permiten un mayor conocimiento de cómo<br />

defenderse, pero no son todos los casos que son llevados adelante y<br />

no pasa lo mismo con las demás integrantes del grupo. A continuación,<br />

presento un pequeño ejemplo de t<strong>al</strong> fenómeno narrado por una representante<br />

mazahua:<br />

No, porque, mira lo que pasa es que yo con mi pareja, con mi esposo,<br />

este, fue un poco difícil. Fue si usted quiere y yo se lo he dicho<br />

a mis hijos, para mí, la vida que llevo ahorita no fue fácil, fue<br />

mi proceso largo porque mi esposo, y lo he visto en todos paisanos,<br />

que siempre el macho mexicano, que si anda la mujer en esto (esto<br />

es refiriendo a la organización) es un pecado, es un libertinaje, que<br />

16Entrevista con una representante de una organización mazahua.

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